Hemorroisa
DJN
 

El relato de la «mujer que padece hemorragia crónica» (Mt 9,20-23; Mc 5,25-34; Lc 8,43-48) es uno de los más cargados de significados teológicos-eclesiales y sociológico-religiosos del Nuevo Testamento. En él se establecen toda una amplia gama de relaciones entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo puro y lo impuro, entre lo profano y sagrado, entre los compartimentos estancos que aíslan y marginan y la supresión de barreras que unifican y realizan una comunión universal de todas las realidades mundanas.

1) Configuración del relato: «una mujer lleva doce años con flujo de sangre» («en rusei aimatos», Mc 5,25; Lc 8,43); Mt 9,20, con la palabra «aimorroou», «teniendo hemorragias» indica mejor la continuidad y persistencia de la pérdida de sangre. La traducción al griego moderno es «pasje apó aimorraguian». —Los tres evangelistas acentúan la duración del caso: doce años: el número doce es sin duda simbólico para indicar a Israel, pero también, según creo, un número de plenitud, que indica en este caso impureza absoluta, no circunstancia, que impide la comunión con lo sagrado, un intento de superar la variada y complicada casuística de las prescripciones sobre pureza, transmitidas en el Levítico 15,19-24 (cfr La «Misma», «Purezas»). -Los médicos no quedan bien parados, sobre todo en Marcos; Lucas es más benévolo y suaviza las expresiones; Mateo ni siquiera alude a los médicos. Marcos es mucho más colorista, ambienta y matiza los detalles del escenario; Mateo entrega un escueto guión catequético y didáctico sobre el contenido esencial del «encuentro». -La mujer toca por detrás el manto de Jesús, con la esperanza de ser curada (Mc, Mt, Lc). -Al instante se seca la fuente de la «hemorragia» (Mc, Lc), «y en aquel mismo momento quedó curada» (Mt). -Jesús nota que una fuerza curativa sale de él: «¿,Quién me tocó los vestidos?». -El momento de la curación es distinto: Marcos y Lucas, antes de las palabras de Jesús (=«tu fe te acaba de salvar); un matiz exclusivo de Mateo: la mujer es salvada por la palabra de Jesús. -Los tres evangelistas apelan a la confianza, a la fe en Jesús para que se realice la acción sanadora: «confianza, fuerza curativa, efecto saludable». Un trinomio siempre unido a la actividad salvadora de Jesús: «Hija, tu fe te ha salvado: vete en paz» (Mc. Lc. Mt.): La marginación ha terminado y se ha restablecido la comunión de vida en una esfera nueva de libertad.

2) Relación con la impureza legal: La distinción entre «puro e impuro», aunque no es exclusivamente bíblica, en la Biblia adquiere un significado nuevo que se descubre considerando los efectos de la impureza, siendo el principal de todos «la exclusión de la esfera de lo sagrado» (Lev 11-15; Cfr 7,21). Lo que es impuro lo es por sí mismo, pero puede comunicar su impureza (Lev 15,25) (La «hemorroisa» se muestra avergonzada y tímida, porque al entrar en contacto con otra persona la hace impura: intenta evitarlo «tocando por detrás su manto» (Mc 5,27; Lc 8,43; Mt 9,20 = «orla» «ribete»). Es impuro todo lo que manifiesta una fuerza independiente, como la sangre. En el pensamiento mágico es impuro lo que está cargado de fuerzas peligrosas o puede desencadenarlas, y puede por tanto ser evitado, por ejemplo, una mujer con hemorragias, menstruación, etc. En el pensamiento religioso, la impureza se pone en relación con la divinidad y se concibe como un obstáculo a la relación del hombre con la misma (cfr HAAG, Diccionario de la Biblia, col. 1608).

3) Jesús y la pureza legal: Aunque las leyes sobre lo puro e impuro contribuyeron a salvaguardar el monoteísmo israelita, el judaísmo cayó en un formulismo y ritualismo esterilizante, en un mero formalismo, enérgicamente censurado por los profetas. En esta línea está todo el evangelio. En la economía de la salvación instituida por Cristo nada es de suyo impuro (Mc 7,1-2 3; Mt 23,23 s). Sólo la pureza, producto de una purificación del corazón, de una comunión real con Dios es verdadera (Mt 5,8). Para Jesús ya no hay compartimentos estancos, ni otros cerrados; solamente la perversión del corazón puede apartar de la comunión religiosa, sociológica, ecológica...

4) Significado del relato: Dentro de este variado contexto cada lector, cada intérprete puede descubrir resonancias y significados peculiares. Una idea básica, sin embargo, recorre esta unidad literaria: Jesús se presenta como centro unificador de todas las realidades. Frente al exclusivismo judío, él ofrece un mensaje universalista de integración. La hemorroisa representa a todos los marginados por las prescripciones discriminatorias judías; ese estado puede terminar adhiriéndose a la persona y al mensaje de Jesús: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y continúa curada de tu enfermedad» (Mc 5,34). -> milagros; enfermedad.

BIBL. – H. NEREY, The Idea of Purety in Mark's Gospel, Semeia 85 (1986) 91-128; J. GN0.KA, El Evangelio según San Marcos, Salamanca, 1986; O. Bo-CHER, «Sangre», DENT, 109-116, Vol. 1., Salamanca, 1996; F. G. UNTERGABMAN, «Puro-Impuro», DENT, Vol. I., 2357-2360.

Gabriel Pérez