COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
1 Ts 1, 5c-10

 

1. PARUSIA/ESPERANZA CAMBIARíAN MUCHAS COSAS SI NOS DIéRAMOS CUENTA DE QUE EL SEñOR VA A LLEGAR, PARA CADA UNO Y PARA TODOS EN CONJUNTO.

En lo anterior, Pablo insistía en la acción de Dios suscitando la fe en los tesalonicenses por la acción de su Espíritu. Ahora, en cambio, se fija más bien en la respuesta de ellos a la iniciativa divina. Subraya la apertura a la predicación, la aceptación y, en general, la actividad humana.

No se pueden separar la acción de Dios de la respuesta humana en el acto concreto. Pero hay diferencias. Llamada y respuesta. Dios no se impone a quien no se abre a Él. Naturalmente, la sola apertura no suscita la fe. Ni siquiera el buen deseo es suficiente. Pero sin la respuesta libre humana tampoco se lleva a cabo el proceso salvador porque el Señor no quiere marionetas o niños pequeños, sino adultos libres.

Es difícil articular estos dos aspectos en la teoría. De hecho ha habido tantos intentos a lo largo de la historia que no han logrado conjugarlo adecuadamente. Pero la práctica no es tan difícil. Uno ha de poner de su parte cuanto puede y está en su mano. Pero sabiendo que final y principio, junto con el medio, está pendiente de Dios.

Hay también la tensión hacia el futuro. La esperanza en la vuelta de Jesús aparece ya en este comienzo (v. 10), elemento muy principal en este escrito y que habrá de ser matizado posteriormente. Sin embargo, hay algo válido siempre, para los destinatarios y para nosotros: la fe no es sólo mirada hacia atrás, a los hechos y personas fundantes, sino hacia adelante. El Señor va a volver y hay que esperarle como merece. Este aspecto se olvida muy a menudo en nuestra predicación, pero no en la paulina. De hecho cambiarían muchas cosas si nos diéramos cuenta de que el Señor va a llegar, para cada uno y para todos en conjunto. Hay muchas parábolas en esta dirección (cf. Mt 24. 45-51; 25. 1-13...). Quien espera algo que desea, está atento, vigilante, tenso pero tranquilo. Aquí no vale lo de "quien espera desespera". Porque hay certeza total de ese futuro. Sería darnos cuerda, también desde este punto de vista, para vivir hacia un Dios que llega.

F. PASTOR
DABAR 1987/52


2. 

Tomado de la acción de gracias que sirve de prólogo a la primera carta a los tesalonicenses, este pasaje describe la acogida dispensada al apóstol por la comunidad de Tesalónica y cómo se ha difundido por ella la Buena Nueva.

San Pablo ha quedado sorprendido por el celo con que los tesalonicenses le han imitado, convirtiéndose, a su vez, en un modelo para los demás creyentes.

El crecimiento de la Iglesia se realiza a través de IMITACIONES concéntricas, si así puede decirse. El AT pedía a los fieles que imitaran a Dios: que sean santos como Dios es santo (Lv 19. 1-2).

Esta misma idea se encuentra también en la enseñanza de Jesús (Mt 5. 48; Lc 6. 36). Pero lo que caracteriza al NT es que los hombres pueden ser imitados porque se han convertido en signos de Dios. Así, el cristiano es invitado evidentemente a imitar a Jesús (Lc 14. 25-35; Mt 10. 38; 16. 24); pero el mismo Pablo no duda en pedir que se le imite (1 Ts 2. 14; 1 Co 4. 16) y espera que los paganos imiten, a su vez, a los cristianos.

La lectura de este día subraya una condición esencial de toda misión. Abandonando los recursos de poder y de propaganda, debe limitarse a velar por la pureza y por la visibilidad de los signos que debe ofrecer al mundo. La buena Nueva es anunciada cuando el no cristiano descubre en la vida del cristiano la respuesta inesperada al dinamismo más profundo que le anima.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 206 s.


3.

-Abandonar los ídolos para servir a Dios (1 Tes 1. 5-10)

Para entender este pasaje debemos referirnos al domingo anterior, en el que se nos proclamaron sus cinco primeros versículos. La gran acción de gracias de san Pablo puede resumirse en su alegría al ver que esta cristiandad es verdaderamente elegida por Dios.

Continúa y se justifica dicha acción de gracias; se justifica de una forma que nos asombra. San Pablo parece olvidar toda humildad cuando escribe: "Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo". El texto es importante para la teología de los ministerios. En efecto, parece desarrollar una cierta paternidad de aquel que engendra hijos a la luz de la fe. Dios da la vida, y el hombre colabora en ella con su vida sexual; Dios da también la vida comunicando su palabra. Hay un evidente paralelismo entre el ministerio y la iniciativa divina en el don de la salvación, como hay un paralelismo fisiológico en la transmisión de la vida.

Pero Pablo da gracias porque la Palabra fue acogida, porque la reputación de la fe de los Tesalonicenses se ha difundido, habiendo sido la visita del Apóstol el punto de partida de la conversión de los Tesalonicenses. Una conversión, es decir, literalmente un abandonar los ídolos para volverse al Dios verdadero, aguardando la vuelta de su Hijo, que nos ha liberado del castigo futuro.

Toda comunidad cristiana actual debe meditar este pasaje. Aunque se haya apartado de los ídolos, queda siempre el peligro de volver a nuevos ídolos que ya no dejan escuchar la palabra de Dios de una manera objetiva. Nuestra época conoce esos nuevos ídolos: el lujo bajo todas sus formas, la sexualidad desbordada y los conceptos vagos de libertad y de liberación del hombre.

ADRIEN NOCENT
EL AÑO LITURGICO: CELEBRAR A JC 7
TIEMPO ORDINARIO: DOMINGOS 22-34
SAL TERRAE SANTANDER 1982.Pág. 140


4.

Tesalónica era una ciudad portuaria de Grecia, de gran importancia comercial. Pablo escribe esta carta probablemente el año 51, para reafirmar la fe de una comunidad joven, perseguida, en peligro de echar a perder el anuncio recibido hacía poco.

En los primeros escritos de Pablo, "imitar" no quiere decir reproducir las actitudes o las virtudes morales de otro, sino aceptar la condici6n del "siervo sufriente", que fue la de Jesús, que es la de los apóstoles y, por tanto, la de todos los discípulos.

El término "la palabra", que el texto litúrgico ya nos dice que es la "palabra de Dios", muy pronto fue sinónimo de Evangelio, es decir, la palabra de Dios anunciada por hombres. Los tesalonicenses han acogido esta palabra con el gozo que proviene del Espíritu Santo, a pesar de las adversidades.

El apóstol hace el elogio de esta comunidad, diciéndoles que han sido un centro de irradiación de la palabra para toda Grecia (Macedonia y Acaya). Son como la ciudad colocada en lo alto del monte.

Los versículos finales son como un resumen de la predicación de Pablo a los paganos: la conversión consiste en abandonar a los ídolos y girarse hacia el Dios único, que ha resucitado a Jesús de entre los muertos y lo ha constituido juez de todos el día que volverá.

J. M. GRANE
MISA DOMINICAL 1993/13