COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
2 Tm 02, 08-13

 

1. J/PRESENCIA/C  CR/QUIÉN-ES

Estos textos nos permiten hacer una reconstrucción sumaria, pero bastante aproximativa, de la situación de las comunidades cristianas de Asia Menor en el último cuarto del siglo I. Empezaban a surgir las controversias teológicas, enredadas en multitudes de interpretaciones, cada una de las cuales pretendía enlazar directamente con la primerísima tradición y obtener así el monopolio de la interpretación de la fe.

Timoteo evoca y reconstruye los consejos de su viejo maestro Pablo. Antes que establecer una valoración sobre las diversas interpretaciones, hay que partir del único inicio posible en una comunidad cristiana: la persona de Cristo: "Acuérdate de J.C., resucitado de entre los muertos, descendiente de David. Este es mi Evangelio". Para un cristiano la misma teología está sometida a la cristología: ser cristiano es fundamentalmente creer en J.C., aquel hombre histórico y determinado, conocido por todos, pero que sigue estando misteriosamente presente en la comunidad después de su resurrección.

De nuevo nos tropezamos con la vieja obsesión paulina: la resurrección de Cristo no es simplemente una marcha triunfante a los cielos, sino una vuelta a la realidad cotidiana y trivial de la comunidad creyente. Nadie ni nada podrá considerarse sucedáneo de esta presencia activa y operante de Cristo entre los creyentes.

Por esta presencia de Cristo, Pablo, encarcelado y olvidado, soporta las cadenas, seguro de que la palabra de Dios no quedará aprisionada ni ahogada en las mazmorras que él padece. Pablo no se cree necesario e imprescindible. Él se irá, pero Cristo sigue estando presente en la comunidad: y esto, de una manera siempre viva y renovada. (...).

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT
EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág 1931


2. A-D/PERDON:

"Si morimos con él, viviremos con él" (v.11). Pablo utiliza un himno litúrgico que probablemente es de origen judeocristiano, pues menciona el linaje davídico de J.C. El himno es encantador por su falta de lógica o, si se quiere, por la lógica de amor divino que rebosa: "...si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles..." (v.12). Cabría esperar que el pasaje continuara "también él nos será infiel". Sin embargo, el texto dice: "Él permanece fiel". Nuestra lógica (bien por bien, mal por mal, ojo por ojo...) se estrella ante la fuerza irresistible de un Dios que siempre nos perdona, a pesar de nuestras repetidas infidelidades.

LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 348


3. BAU/MU:

En medio del sufrimiento, la imagen de Cristo nos trae el recuerdo de su resurrección. La vida del cristiano debe estar, por la fe, apoyada en Cristo resucitado. El camino de muerte y resurrección, que experimentó Cristo, debe alentar al cristiano en todas las situaciones y dificultades de la vida.

Pablo sufre en su cuerpo como un vulgar malhechor. Sufre particularmente porque se siente impotente para proclamar la Palabra. Pero se consuela en el valor de sus sufrimientos, que hacen que la Palabra de Dios no esté encadenada. Sus padecimientos no son estériles, pues tienen un inmenso valor en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo (Col 1.24).

Hemos de estar seguros de la correspondencia entre nuestros padecimientos y los de Cristo, entre nuestra glorificación y la suya. Nosotros morimos con Cristo en el bautismo, inicio de una serie de muertes continuas que nos darán el derecho a participar en su resurrección.

Nuestra celebración eucarística nos congrega en torno a Cristo, muerto y resucitado, y nos invita a hacer nuestra esta muerte, para así poder vivir su plena resurrección.

BIBLICOS-5.Pág. 662


4.

En la vida hay que luchar (2 Tim. 2,4-7). El Evangelio puede llevar a la cárcel. ¿Hay que descorazonarse? La libertad de la Palabra que ha crucificado a Jesús ha llevado a Pablo a la cárcel, probando así toda su eficacia: sólo se encarcela al que molesta. Un mensaje que no suscitara oposición no pasaría de ser una bonita palabra.

Pablo pide a Timoteo que tenga en cuenta todo esto, que no desmienta los himnos que canta su comunidad: Jesucristo es nuestra razón de vivir, porque El ha sufrido la muerte; nuestra razón de continuar, porque El continuó hasta el final; nuestra razón de esperar, porque nuestra infidelidad sería ridícula frente a su indomable fidelidad. Tener miedo a los riesgos que puedan derivarse del anuncio del Evangelio, esto sería ya renegar de Jesús.

DABAR 1983/51


5.

Esta lectura pertenece a la primera parte de la carta en la que Pablo exhorta a Timoteo a la fidelidad. Los falsos maestros habían sembrado en la comunidad cristiana de Timoteo una confusión tanto más peligrosa cuanto mayor era también la persecución que padecían los fieles por parte del mundo pagano.

Pablo presenta brevemente el contenido del evangelio, y ofrece después a Timoteo su propio ejemplo de fidelidad a Cristo. Señala igualmente que esta fidelidad al evangelio y a Cristo no es posible sin aceptar el riesgo del sufrimiento y aun de la misma muerte. Pero el que muere con Cristo, resucitará con él y por él.

En estos primeros versículos, Pablo utiliza posiblemente una fórmula o símbolo de la fe. La muerte y resurrección de Jesucristo, el Señor, y su descendencia de David según la carne, constituyen el núcleo del mensaje evangélico predicado por Pablo.

La fe, como memoria de Jesucristo, no es sólo la aceptación de un mensaje, sino también la aceptación del mismo Cristo. Por la fe habita Cristo en el corazón de los creyentes y se constituye en principio de la nueva vida. Es Cristo el que ha de vivir en nosotros.

Por amor al evangelio está Pablo encarcelado como si fuera un criminal. Pero el evangelio, que es palabra de Dios, no está encadenado y se extiende por todo el mundo (cf.Flp 1,12-14). Es el evangelio la "buena noticia" que se p0ublica en las plazas y se predica desde las azoteas, pero también el "rumor" de los acontecimientos de Jesús que se dice al oído y se propaga de boca en boca sin que nadie pueda controlarlo.

El apóstol, a quien no le dejan ir predicando por calles y plazas, sigue dando testimonio del evangelio con sus cadenas. Sus padecimientos pertenecen igualmente a su misión apostólica y son tan elocuentes como sus palabras. Además, estos padecimientos por Cristo fructifican en beneficio de todos los creyentes. Pablo alude al misterio de la solidaridad entre todos los miembros del cuerpo de Cristo que es la Iglesia (cf.Col 1,24). Es muy probable que estos versículos provengan de un himno bautismal. En ellos se afirma, de una parte, la fe de que cuantos padecen y mueren con Cristo resucitarán con él; de otra, se amonesta a cuantos niegan a Cristo y no quieren seguir su misma suerte. Es decir, Jesús cumplirá aquella palabra: "A quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos" (Mt 10,33.cf.2 Pe 2,1). Según otra posible interpretación, Cristo mostraría su fidelidad a sus discípulos amándolos no obstante sus infidelidades.

EUCARISTÍA 1989/47


6.

-Muertos con él, viviremos con él (2 Tm 2, 8-13)

Timoteo ha sido invitado a recordar y avivar en sí mismo la gracia que recibió por la imposición de las manos; es un carisma de fortaleza para anunciar el evangelio y predicar la sana doctrina. Pablo se encuentra encadenado como un malhechor, pero a la Palabra de Dios no se la puede encadenar y Pablo ha recibido la misión de anunciarla. Por eso, lo aguanta todo en favor de los que Dios ha elegido, para que ellos alcancen también la salvación, lograda por Jesucristo, con la gloria eterna.

La exhortación termina con un himno pascual que quizá fue un canto litúrgico utilizado en el momento de la iniciación cristiana:

Es doctrina segura:
"Si morimos con él,
viviremos con él.
Si perseveramos,
reinaremos con él.
Si lo negamos,
también él nos negará.
Si somos infieles,
él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo".

Se ha puesto de manifiesto a menudo cómo a san Pablo le gusta componer versos con la partícula "sun" ( = con) para indicar nuestra íntima comunión con Cristo. Esta intimidad significa nuestro sufrimiento con Cristo, pero también nuestra glorificación con él. Sufrir con Cristo (Rm 8, 17; 1 Co 12, 26); ser crucificado con él ( Rm 6, 8; Ga 2, 2O); ser sepultado con él ( Rm 6, 4; Col 2, 12; 3, 1); revivir con Cristo (Ef 2, 5; Col 2, 13); ser conforme a él (Flp 3, lO); ser glorificados con él (Rm 8, 17); estar sentados con él en los cielos (Ef 2, 6). En ese canto pascual encontramos la misma búsqueda expresiva para subrayar nuestra íntima comunión con Cristo: morir con él (2 Tm 2, 11; 2 Co 7, 3), vivir con él (2 Tm 2, 11; Rm 6, 8), reinar con él (2 Tm 2, 12; 1 Co 4, 8).

De esta manera enfoca san Pablo el sufriente esplendor de la vida del cristiano destinado a la gloria.

ADRIEN NOCENT
EL AÑO LITURGICO: CELEBRAR A JC 7
TIEMPO ORDINARIO: DOMINGOS 22-34
SAL TERRAE SANTANDER 1982.Pág. 137


7. /2Tm/02/01-21

Las ideas de este fragmento giran en torno al mismo hilo conductor de toda la carta: «Ven cuanto antes». Así parece indicarlo el autor con gran delicadeza en el v 3: «Comparte las penalidades...». De hecho, hasta los vv 14ss, en los que Pablo vuelve a uno de los temas preferidos de las «pastorales» (la lucha contra las primeras manifestaciones de la herejía gnóstica), Pablo expone su situación personal en clave de teología moral de la situación: en Roma, el Apóstol sufre por Cristo y con Cristo en bien de los hermanos y por la expansión del evangelio. Lo mismo debe hacer Timoteo.

El fragmento emplea en parte imágenes militares; pero la escena descrita por Pablo está presidida por Cristo crucificado: el cristiano corre por la pista de este mundo, erizada de toda clase de dificultades. Las imágenes militares son sólo el ropaje literario que Pablo acostumbra añadir a sus vivas exhortaciones morales. Si analizamos estas imágenes, descubriremos la idea de fondo: no se trata tanto de atacar cuanto de resistir con valor: «Soporta las penalidades como buen soldado de Cristo Jesús...» (2,3.12...). El verbo griego implica sufrimiento. Este matiz de penalidad y fatiga se subraya también en el v 6: «el labrador que suda es el primero que tiene derecho a una parte de la cosecha». La imagen militar, típica en los escritos de Pablo, podría despistarnos. Esta imagen no es sino un ropaje empleado por Pablo para expresar el mensaje que enuncia Jesús cuando afirma: «Bienaventurados los que tienen espíritu de pobre, los que lloran, los que sufren persecución...» (Mt 5,3ss). Son las virtudes pasivas de las bienaventuranzas, tan menospreciadas por nuestro activismo; Pablo las encomia, pero rechazando el dolor por el dolor, pues todo masoquismo espiritual es peligroso. Esta alusión a las virtudes pasivas se subrayan con la imagen de la cruz que preside la escena, posiblemente litúrgica: «Si morimos con él, viviremos con él» (11). Pablo utiliza un himno litúrgico que probablemente es de origen judeocristiano, pues menciona el linaje davídico de Jesucristo (8). El himno es encantador por su falta de lógica o, si se quiere, por la lógica de amor divino que rebosa: «... si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles...» (12). Cabría esperar que el pasaje continuara «también él nos será infiel». Sin embargo, el texto dice: «El permanece fiel». Nuestra lógica (bien por bien, mal por mal, ojo por ojo...) se estrella ante la fuerza irresistible de un Dios que siempre nos perdona, a pesar de nuestras repetidas infidelidades.

E. CORTES
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 347 s.

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