EVANGELIO

La Iglesia no puede pretender el monopolio de Cristo. Cristo es más que la Iglesia y desborda las fronteras de ésta. Por eso, sin renunciar a la Iglesia, debemos evitar escandalizar («servir de tropiezo») a la buena gente que a su manera se inspira en Cristo.

Muchos hombres, justos según su conciencia, están con Cristo sin saberlo porque no están contra El. El Espíritu de Dios se posa donde quiere. Ha de penetrar hondamente en los cristianos que se reúnen para la celebración eucarística.


 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos
                                                          9,37-42. 44.46-47

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.

Jesús respondió:

-No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.

Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo.

Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.