COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
Flp 2. 1-11

 

1.

Pablo está en la cárcel, probablemente en Éfeso. Cuando escribe a los filipenses, ya ha comparecido ante el tribunal, pero la sentencia está todavía pendiente y no es seguro si lo pondrán en libertad o lo condenarán a muerte. Encarcelado y juzgado por ser cristiano, Pablo puede pedir con honradez u autoridad a los miembros de la comunidad de Filipos que den a su vez testimonio cristiano. ¿Qué tipo de testimonio? El de la concordia y el amor.

El egoísmo, la envidia y la presunción habían empezado a causar estragos en la comunidad; ésta se estaba convirtiendo en un antisigno escandaloso. En estas circunstancias, Pablo pide a los cristianos de Filipos que tengan la grandeza de ánimo suficiente para superar el propio interés y abrirse con sencillez a los demás.

Al pedir esto, Pablo no se basa en una simple pedagogía humana, sino en un caso concreto: el de Cristo Jesús, que, siendo Dios, se hace hombre. Se trata de un paso incomprensible, indecible; pero que Dios lo emprendió porque quería estar abierto al hombre.

Buscar el interés de los demás llevó a Cristo a despojarse de su rango. Esta dinámica existencial de Cristo Jesús señala al cristiano la pauta de su propia dinámica.

DABAR 1978/53


2. ENC/KENOSIS: COMUNIDAD/KENOSIS: SOLAMENTE POR EL CAMINO DEL DESPOJO HAY POSIBILIDAD DE LLEGAR A UNA VERDADERA COMUNIDAD. SOLIDARIDAD: CLAVE DE LA VERA SOLIDARIDAD:LLEGAR A PENSAR QUE NUESTRA PERSONA PUEDE SER ÚTIL PARA QUE OTROS CUMPLAN EL EVANGELIO.

Pablo sabía por experiencia con qué frecuencia nacían en las comunidades querellas y disputas. En Filipos, a pesar de su entrega al Evangelio (1. 3-11), había signos de discordia (1. 27; 2. 14) y por eso anima a sus amigos a la unidad y a la concordia.

Este tipo de exhortación, frecuente en Pablo (cf. Rm 12. 16; 15. 5), no empaña la alegría confiada que invade toda la carta. Pero deja también claro que la unidad no se realizará más que por el camino del servicio. Y en esa materia cada uno tiene que sentirse llamado personalmente (cf. 4. 2).

Pablo no emplea ningún argumento de tipo filosófico para explicar a sus amigos de Filipos que deben deponer la ambición en favor del bien de todos. Recurre a un argumento evangélico: Jesús ha llegado al despojo total. Si vosotros no sois capaces de despojaros de vuestras opiniones, de dar el brazo a torcer, no habéis entendido la figura de Jesús que ha hecho de sí mismo un despojo absoluto en esta vida. Más aún, ese despojo le ha valido el llegar a ser Hijo. Pablo no sabe qué admirar más, si el despojo de un Dios que se hace hombre, o el hecho de que la encarnación ha sido el máximo vaciarse de un hombre.

Los vv. 6-11 son tan diferentes por su estilo y su contenido, que muchos ven en él un himno cristiano antiguo que Pablo citaría aquí retocándolo un poquito y adaptándolo al caso. Hay una progresión calculada en la primera parte del himno sobre el vaciarse de Jesús (vv. 6-8). En primer lugar Jesús, que podía haber tenido los honores de un Dios aquí en la tierra, no los quiso (v. 6); no contento con rechazarlos tomó para sí una condición social de entre los débiles (v. 7), comprometió su vida en un camino de fidelidad hasta el final (v. 8), y un final, por lo demás, de ningún modo deseable (v. 8). La conclusión que se impone es que Jesús, ejemplo a seguir para los "hombres valientes" (3. 15), es un modelo absoluto de despojo. Solamente por ese camino hay posibilidad de llegar a una verdadera comunidad, al grupo donde se vive en fidelidad.

Este "levantar" a Jesús (único empleo del término en todo el NT) se confunde en Pablo con la resurrección o la ascensión, acción soberana del Padre (1 Ts 1. 10; Rm 1. 4). Jesús ha creído firmemente que su persona, a pesar del fracaso, podía ser útil, fundamentalmente válida, para la salvación de otros. Esta es la clave de la verdadera solidaridad entre hermanos: llegar a pensar que nuestra persona puede ser útil para que otros cumplan el evangelio. Para esto la capacidad de sufrimiento y de aguante así como de consideración y de tacto de la que hay que hacer acopio es considerable. Camino para gente decidida.

EUCARISTÍA 1978/45


3.PABLO PONE POR DELANTE EL ÚNICO CRITERIO CRISTIANO VALIDO:JC Y CON JC POR DELANTE NINGUNO DE LOS PROBLEMAS NI DE LAS JUSTIFICACIONES SE SOSTIENEN. CRITERIOS CRISTIANOS.JUSTIFICACIONES.JC ES EL ÚNICO CRITERIO DE VALORACIÓN QUE TENEMOS.SI NO SOMOS CAPACES DE SEGUIRLO NO LO JUSTIFIQUEMOS.

La segunda lectura es un modelo eximio de la capacidad de Pablo de fundamentar toda realidad y la solución de todo problema que sus lectores vivan en lo más básico del ser cristiano. Sería un modelo, por decirlo así, de "revisión de vida total". Cuando uno contrasta su propia vida, lo que le ocurre, o lo que ocurre a su alrededor, o lo que sucede en un determinado grupo cristiano, con lo que JC vivió, entonces sí que los caminos a seguir quedan claros, sin escapatorias, subterfugios o justificaciones posibles.

Sin duda en Filipos habría problemas que justificarían perfectamente que los filipenses anduvieran poco unánimes y concordes, hubiera envidias y poco espíritu de humildad, la gente se encerrara en sus propios intereses... Pablo no se entretiene en analizar esos problemas. Pablo pone por delante el único criterio cristiano válido: JC. Y con JC por delante, ninguno de los problemas ni de las justificaciones se sostienen.

Este modo de actuar de Pablo resulta un importante grito de alerta a nuestros criterios de valoración tanto en la vida personal como comunitaria. JC es el único criterio que tenemos derecho a utilizar. Y si por los motivos que sea no somos capaces de seguir lo que este único criterio válido nos indica, por lo menos seamos conscientes de ello: seamos conscientes de que estamos siguiendo criterios que son fruto de la debilidad humana y no pretendamos justificarlos.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1990/18


4.

Continuando la carta a los filipenses, leemos hoy un fragmento de las recomendaciones para la vida dentro de la comunidad que se iniciaron en el último versículo de la lectura del domingo anterior.

El fragmento habla de la unidad y armonía que debe reinar entre los creyentes, y pone a la humildad como fundamento de esta concordia. Vale la pena notar que la exhortación es vehemente, puesto que la introduce con una referencia a aquello que es más importante para los lectores: la participación del consuelo de Cristo y de los dones del Espíritu. Asimismo cabe señalar el tono de la petición que es una súplica en la que se quiere traslucir todo el amor por aquella comunidad y la ilusión que tiene de que llegue a funcionar bien.

Todo ello induce a pensar que probablemente la iglesia de Filipos peligraba de caer en serias divisiones, provocadas no por disensiones de fe o de comportamiento, sino por rivalidades personales. Por ello Pablo insiste tanto en la humildad y en no anteponer los propios intereses al interés común. Y, como apoyo para esta exhortación, el apóstol añade el conocido himno a JC: los creyentes deben ser humildes y totalmente desinteresados, como JC lo fue, hasta el punto de renunciar absolutamente a todo lo que podía reclamar como propio con mucha mayor razón que cualquiera de los filipenses.

JC no pretende que en él se manifieste y le sea reconocida la gloria a la que tiene derecho por su "condición divina", sino que admite la "condición de esclavo", que se concreta en el hecho de ser un hombre como los demás, sin los privilegios de la divinidad: esto culminará con la humillación de la muerte, de la que se señala que no fue una muerte cualquiera, sino la más ignominiosa, la de la cruz.

Y a partir de aquí empieza el proceso de exaltación, del que no se presenta la resurrección como causa (como hubiera hecho indudablemente Pablo, pero el himno es anterior a él). El punto culminante del proceso es la concesión a JC del "Nombre-sobre-todo-nombre", expresión que se refiere al propio nombre de Yahvé y que, teniendo en cuenta que en el AT el nombre indicaba lo que era la persona, aquí se quiere decir que JC recibe ser aquello mismo que era Yahvé. Este nombre se expresa con la frase que constituye la confesión más primitiva de la fe cristiana:JESUCRISTO ES SEÑOR.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1978/17


5.

No debían ir muy bien las cosas en la comunidad de Filipos, cuando Pablo hace esta ferviente llamada a la unidad. Al parecer, la convivencia estaba arruinada por las envidias y rivalidades, por el afán de ostentación y la pugna de intereses privados. Pablo recuerda a los filipenses todos los vínculos humanos y cristianos que le unen a esa comunidad y les pide con insistencia que le hagan un favor.

Sería una gran alegría para él si viera que aprenden a vivir unidos de verdad. Les pide lo mismo que Jesús, que permanezcan unidos en el amor y que tengan un mismo sentir. No se conforma con una corrección externa y con obras de caridad; quiere un acuerdo profundo en las actitudes y en los sentimientos.

Pablo quiere que lleven una vida tal en la que se manifiesten los mismos sentimientos de Cristo, quiere que vivan en Cristo y se dejen empapar de sus sentimientos, de su misericordia, de su humildad o espíritu de servicio sobre todo, de su obediencia al Padre hasta la muerte.

EUCARISTÍA 1993/44