COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
1 Tm 2, 1-8
1.
-Orar por la salvación de los hombres (1 Tm 2, 1-8) El pasaje de esta carta a Timoteo nos recomienda la oración por todos los hombres para que todos se salven. La eficacia de esta oración proviene de Jesucristo, que se entregó en rescate por todos. El Apóstol es el mensajero de ese don. La comunidad cristiana es una comunidad de oración, y san Pablo quisiera que en cualquier lugar se rezara alzando las manos al cielo con recta intención, santamente, sin ira -escribe-, es decir, no para atraer una maldición, sin malas intenciones, como podrían ser la ruina de sus enemigos o el triunfo de las ambiciones personales.
Tenemos aquí el origen o por lo menos el testimonio, de lo que hoy llamamos "Oración universal" o "de los fieles", que se hace después de la homilía o del Credo, y de cuya existencia tenemos constancia desde muy pronto en la liturgia cristiana. En el capítulo 67 de su Apología, san ·Justino-SAN la menciona al final de la celebración de la Palabra, que describe a Antonio el Piadoso, el año 15O. En este pasaje leemos ya una especie de lista o letanía parecida a las que encontramos a través de los siglos y a las que hoy están en práctica: "por todos los hombres, por los jefes de Estado y todos los que tienen responsabilidades". Aparece ya aquí la estructura que será clásica en la Iglesia: Oremos.., por..., a fin de que..., para que podamos conducir nuestra vida en la calma y la seguridad... Más allá de la celebración litúrgica, san Pablo nos exhorta, pues, a la oración frecuente y a preocuparnos de la salvación de todos, cuya responsabilidad llevamos junto con Cristo.
ADRIEN
NOCENT
EL AÑO LITURGICO: CELEBRAR A JC 7
TIEMPO ORDINARIO: DOMINGOS 22-34
SAL TERRAE SANTANDER 1982.Pág.
129
La perícopa es una pequeña ordenación sobre el culto dentro de la comunidad cristiana. Estas ordenaciones disciplinares son consecuencia del gran principio teológico anunciado y subrayado por Pablo: Dios quiere la salvación de todos los hombres (vv 4ss). Esta voluntad salvífica universal viene señalada muchas veces por la repetición del adjetivo "todos" (1.4.6).
Si Dios quiere la salvación de todos, como ésta viene facilitada "por una vida tranquila y quieta", la primera obligación de la comunidad cristiana es rogar «por los reyes y por todos los que ocupen altos cargos». Esta obligación, sin embargo, no es incondicionada, sea cual sea el Estado y su actuación. Efectivamente, la intención principal de esta oración parece ser: "Una vida tranquila y quieta con toda piedad y decencia" (2). La oración por los gobernantes no puede perder nunca de vista este aspecto; y, a pesar de que siempre debe hacerse «sin ira», la exhortación de Pablo no excluye, evidentemente, la crítica constructiva... Si Pablo no lo menciona es porque las circunstancias político-sociales no lo hacían necesario. De todas maneras, Cristo no dulcificó, cuando fue preciso sus adjetivos contra el rey Herodes (Lc 13 32), por ejemplo. El autor del Apocalipsis, igualmente, no deja de llamar al Estado romano (entonces totalitario y "contrario a la piedad y decencia") con el nombre ciertamente expresivo de «el Dragón» (Ap 12,3-4; 13,4...).
El cristiano sabe que toda autoridad tiene en Dios su origen y su última fuente (Rom 13,1). Pero también cree que, cuando ésta va contra «la piedad y decencia», ella misma abdica de su fuente. Entonces el deber del cristiano es, por lo menos, recordarlo en la plegaria y en la predicación... Hemos visto demasiados ejemplos de esta conculcación «de la piedad y decencia» para que lo olvidemos. Y el ejemplo del nazismo no debe ser el único.
E.
CORTES
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD
MADRID-1981.Pág. 340 s.
3.
San Pablo es el gran maestro de la vida cristiana. Que ha mostrado como nadie la riqueza del interior oculto del cristiano. Es el maestro de la oración y del camino de la fe. El mismo nos dirá hoy que es "anunciador y apóstol, maestro en la fe y verdad". Y nos da una enseñanza importante.
Nos habla de la oración de intercesión universal. Nos hace salir de nuestra pequeña realidad y nos traslada a la humanidad entera, "por todos los hombres", y de un modo especial cita a las autoridades. Y pensemos que en aquel tiempo las autoridades eran paganas. Lo que Dios quiere es la colaboración de los creyentes en la gran tarea de la salvación, convirtiéndonos en cierta medida en mediadores de esta obra redentora. Esta es la misión universal de la Iglesia que tiene la misión de anunciar a todos la salvación y de preparar el camino. Así somos solidarios con Cristo, que se entregó generosamente camino. Así somos solidarios con Cristo, que se entregó generosamente para salvar a todos los hombres. Orando por los hombres preparamos el terreno por el efecto de la gracia de Dios que siempre se derrama en abundancia sobre el mundo, perpetuándose así la obra de Cristo, salvador universal.
J.
M. VERNET
MISA DOMINICAL 1983/17
4.
-"Te ruego, pues, lo primero de todo, que hagáis oraciones... por todos los hombres...": El primer tema de instrucción para la comunidad gira en torno a la necesidad de que ésta ore no sólo por sus propios miembros sino por los hombres y por la sociedad en general. La plegaria por los gobernantes, aunque pudieran ser hostiles a la comunidad cristiana, se encuentra plenamente en la línea trazada en Rm 13,1-7 sobre la obediencia a la autoridad. La comunidad cristiana no se puede situar al margen de o contra la sociedad, no es una secta. Aunque sea todavía reducida en número, su perspectiva ha de tener un sentido universal.
-"... que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad": Los cristianos han de pedir por todos los hombres porque saben que el plan de Dios es un plan de salvación universal. La salvación aparece así en íntima relación con el conocimiento de la verdad. Saber que hay un solo Dios y que Jesucristo es el único Mediador, es el fundamento de la salvación ofrecida a todos los hombres: Dios es su creador y todos han sido representados por Cristo delante suyo. Su misma muerte por todos los hombres ha sido el testimonio más patente de esta verdad.
J.
NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1989/18
5.
Pablo inicia las instrucciones a Timoteo sobre diversos aspectos de la vida de la comunidad con esta referencia a la plegaria. Más que enumerar diversos modelos de plegaria, describe la plegaria cristiana bajo todos sus aspectos. La plegaria debe ser universal, es decir, para todos los hombres, incluyendo los reyes y los que tienen autoridad (y no olvidemos que, sin entrar en la discusión sobre la época en que fue escrita la carta, ni el emperador ni las demás autoridades eran favorables a los cristianos).
Después explicita la razón por la que los cristianos deben orar por todos los hombres: porque la voluntad de Dios es que todos los hombres se salven. La salvación es descrita, como en otros pasajes de las cartas Pastorales, como "llegar al conocimiento de la verdad". La voluntad de salvación para todos nace del hecho de que Dios es uno solo: él ha creado a todos los hombres y, por eso, quiere para todos la salvación.
Jesucristo, presentado con los rasgos del Siervo del Señor, es el único mediador entre Dios y los hombres: es hombre como los demás y, al mismo tiempo, es el Cristo de Dios. Finalmente, Pablo expresa el deseo de que en todas partes los hombres oren, para que llegue a todos la salvación. Las "manos limpias" son la expresión del interior de la persona. Si la plegaria es porque todos los hombres se salven y se realice así la voluntad de Dios, tiene que ir acompañada de una vida de verdaderos hijos de Dios: nada de "ira y divisiones", pues.
J.
M. GRANÉ
MISA DOMINICAL 1992/12