PRIMERA LECTURA
En las «florecillas» de Eliseo se incluye una maravillosa multiplicación de pan. Es un modo asequible y contundente de afirmar el poder del profeta, mensajero de Dios. La realidad y la fantasía se confunden. El fantástico poder del taumaturgo intentó orientar con signos hacia Dios. La saciedad que da su pan no es de orden somático, sino espiritual: tiene fuerza divina. El hombre no vive en plenitud sino con el sustento de esas dos suertes de pan.
Lectura del libro segundo de los Reyes 4,42-44.
En aquellos días vino un hombre de Bal-Salisá trayendo en la alforja el pan de las primicias -veinte panes de cebada- y grano reciente para el siervo del Señor. Eliseo dijo a su criado:
-Dáselos a la gente para que coman.
El criado le respondió:
-¿Qué hago yo con esto para cien personas?
Eliseo insistió:
-Dáselos a la gente para que coman. Porque esto dice el Señor: «Comerán y sobrará.»
El criado se los sirvió a la gente; comieron y sobró, como había dicho el Señor.