REFLEXIONES

1. MISA-CORTA.

Que no caiga el pastor en la trampa pueril de "hacer la misa corta para no cansar", sin cantos ni predicación. ¿No ha descubierto el pastor qué inmensa dosis de reposo se aporta al hombre cuando se le anuncia que Dios está detrás de sus agonías como lo estuvo de la de Jesús? "Acortar la misa para no cansar" es catequizar falsamente sobre la Eucaristía como obligación a cumplir en lugar de como salvación a celebrar.

MIGUEL FLAMARIQUE VALERDI
ESCRUTAD LAS ESCRITURAS
REFLEXIONES SOBRE EL CICLO B
Desclee de Brouwer BILBAO 1990.Pág. 132


2. LAS CUALIDADES DEL PASTOR

Creo que hoy es difícil encontrar pastores de oficio. No es extraño. Ser pastor hoy, en el siglo del progreso y la vida urbana, no es fácil. Marchar al monte con las ovejas y el perro, estar sólo, carecer de los servicios más indispensables que la técnica ha puesto al servicio del hombre en los núcleos urbanos, no resulta apetecible, en general. Es cada día más raro ver la imagen del hombre que vuelve al caer de la tarde intentando que el rebaño no se desmande, que saluda campechanadamente deseando la "paz de Dios" a los que se cruzan con él, ya es casi una imagen de "leyenda", de las que hay que ir transmitiendo de generación en generación para que no se pierda.

En franco contraste con esta realidad, hay cada día más "pastores" en la vida social. Hay una verdadera inflación de personas dispuestas a guiar a los hombres, dispuestas a convertirse en "líderes" -tradución moderna y urbana del pastor-, cada día más hombres y más grupos que pretenden meter en su redil particular a los demás.

Lo que no sé es si estos líderes han estudiado detenidamente cuáles son las cualidades específicas del pastor; no sé si están dispuestos, por encima de todo, a procurar a los hombres "buenos pastos", a seguirlos por los caminos enriscados y a buscarlos cuando los necesiten, aun con peligro de su vida. Y todo ello sin pedir a cambio más que la alegría inmensa de tener el rebaño completo y de recuperar la oveja perdida, en caso de que se pierda.

Un buen pastor quizá debe distinguirse por una cosa: por la unidad de su rebaño. Cuando al final del día el rebaño vuelve al redil unido, sin disonancias, no se puede evitar el asombro que produce un hombre sencillo conduciendo -cosa no fácil- un rebaño y logrando que ninguno de sus componentes se quede rezagado, se divida y, mucho menos, embista a otro integrante del grupo. Para lograrlo, ¡cuánta atención, cuánto amor, cuanta generosidad por parte del pastor! Pero, sin duda, ¡cuánta alegría cuando haya conseguido recoger el rebaño y contemplar que están todas las ovejas y todas "en armonía"! Si eso es así, quizá habría que pasar revista a las cualidades que adornan a nuestros pastores y a las intenciones que tienen para guiar a los hombres, porque quizá una de las cosas que salta a la vista inmediatamente es que la grey humana anda excesivamente encrespada; que las ovejas se pelean entre sí con demasiada frecuencia y que en estas peleas los pastores no son ajenos, sino, en muchas ocasiones, causa y motivo del tumulto.

Ciertamente, cada pastor parece buscar su propio interés con independencia del interés general, en el que debían coincidir con más frecuencia de lo que lo hacen, porque no deja de resultar chocante que si todos buscan, como dicen y proclaman en alta voz, la felicidad del hombre, la busquen por caminos tan opuestos y con una enemistad tan profunda. En la crónica política general -campo donde abundan extraordinariamente los aspirantes a pastor-, la enemistad entre los líderes es patente, pero no una enemistad ideológica, dispuesta a aceptar la confrontación serena y objetiva con ánimo de encontrar en el resultado de esa confrontación lo mejor para los hombres, sino una enemistad irreconciliable, dura, agresiva y despiadada que, en la mayor parte de las ocasiones, lleva al destrozo del rebaño (resultado que jamás debería aceptar un buen pastor). Y, contagiadas de los ánimos del pastor, las ovejas se vuelven ariscas y desagradables, se agrupan en rebaños enemigos y se embisten con más fuerza que raciocinio, dando muestras de una agresividad verdaderamente sorprendente y peligrosa.

Urgen pastores buenos, en el literal sentido de la palabra. Pastores dispuestos a vivir junto a las ovejas, aguantando la soledad, la sed, el hambre, el calor y el viento. Pastores que prediquen con su ejemplo, que no busquen el medro personal, el poder, la vanidad, el halago. No será fácil encontrarlos. Me temo que en la vida sociopolítica encontrar buenos pastores va a ser tan difícil como en la actividad "ganadera" y quizá por las misas causas: porque ser buen pastor es duro.

Es evidente que una de las cosas que más necesita el mundo son buenos pastores. Los cristianos debiéramos estar preparados para ofrecer a los hombres la imagen del pastor por excelencia. Modelo no nos falta. Pero quizá todavía no lo hemos estudiado en profundidad para reproducir su imagen y dar a los hombres, en esto como en tantas cosas, la respuesta que están anhelando.

DABAR 1979/42


3. J/BUEN-PASTOR.

Jesús es el buen pastor: No se convierte en pastor porque hay un rebaño, no se aprovecha de los que andan sueltos y desorientados.

No es un demagogo. Por eso tiene compasión de la multitud, una compasión que le lleva a morir por todos para que todos tengan vida y no a vivir y a medrar a costa de los demás. Pues ha venido a servir y no a ser servido.

Como buen pastor, Jesús es el antipastor. Y su comunidad, la comunidad de los que creen en él y le siguen, es todo lo contrario de lo que nos imaginamos que debe ser un rebaño. Por eso Jesús enseña con calma a las multitudes, les dirige la palabra y espera que le sigan libremente los que escuchan su voz.

Jesús no impone a nadie su mensaje, sino que delante de su persona y su evangelio. La fe no es una adhesión fanàtica, sino una respuesta libre y responsable.

EUCARISTÍA 1982/34


4. PRISAS/VELOCIDAD

RITMO NO, LOCA VELOCIDAD

El cartelito de la tienda de regalos lo decía: "Vamos tan deprisa que no sabemos si avanzamos o retrocedemos". La verdad es que hoy Pablo podría comparar su vida a una carrera olímpica con más fundamento que en su tiempo.

La velocidad es una característica omnipresente en el mundo desarrollado. A las máquinas se les pide más rapidez. El coche, el avión, el ordenador y su impresora han de ir venciendo el tiempo. Los frutos y las flores se colocan en atmósferas artificiales para que crezcan antes. Tampoco los animales se libran de este nuevo valor: las gallinas han de poner sus huevos más rápidamente y los terneros han de engordar en menos tiempo. Por desgracia, tampoco el hombre se libra de esta moderna tiranía. Y no estamos refiriéndonos a los atletas ni a las cadenas industriales de producción, sino a toda la vida del hombre corriente. Todo ha de ser hecho tan deprisa que se podría decir que vivimos una vida subliminal. Vemos sin poder disfrutar de nuestro entorno; oímos, pero no nos queda tiempo para escuchar; leemos y casi no nos enteramos de lo que allí se dice. Hemos de tragarnos continuamente avalanchas de ruidos e imágenes. "Conozca Europa en siete días", dicen las propagandas turísticas.

Cada vez hemos de hacerlo todo más deprisa. Cuanto más hacemos, más nos queda por hacer. Hasta las comidas son "de trabajo". Es frecuente oír y decir: "Esto no es vida". Pero, si esto no es vida, ¿es esto ser hombre? ¿Cuándo se puede disfrutar del entorno, de los amigos, o del mismo silencio? ¿Para cuándo el pensar, criticar, crear... o simplemente saborear la vida? Nuestra vida media dura más, pero la realidad es que vivimos menos. Se estudia el desgaste que la velocidad ocasiona en la materia, pero ¿es que no desgasta también el hombre? Con palabras que suenan a armonía musical, se dice que éste es el ritmo de vida, pero la verdad es que se trata sólo de una loca carrera por adelantar al futuro. Qué futuro, para qué y para quiénes, es otro tema. Las soluciones del hambre, la guerra o el paro se enquistan. Para según qué o según quiènes, o no hay prisa.

En medio de esta carrera loca y deshumanizante se pueden escuchar las palabras de Jesús: "Vayamos a un sitio tranquilo a descansar un poco" (/Mc/06/31).

EUCARISTÍA 1988/34


N-5. SALMO 130

No se ensoberbece, Señor, mi corazón.
Yo no quiero ser millonario
ni ser el Líder
ni ser Primer Ministro.
NI aspiro a puestos públicos,
ni corro detrás de las condecoraciones;
yo no tengo propiedades ni libreta de cheques
y sin Seguros de Vida
estoy seguro.
Como un niño dormido en los brazos de su madre...
Confíe Israel en el Señor
(y no en los líderes).

ERNESTO CARDENAL


6. SILENCIO/POEMA.

CUADRO

Permanece
en silencio.
Cinco minutos.

¿No oyes
lo que
en el ruido
no oyes?

Párate
tranquilo:
en silencio.
Cinco minutos.

¿No ves
lo que
en el pasar
no ves?

Quédate
en silencio,
cinco minutos,
y deja hablar
al silencio.
 

·CEELEN-PETRUS

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N-7. PAZ/CODICIA

Mientras una nación esté compuesta de ciudadanos, cuya principal motivación sea tener y codiciar, no podrán evitarse las guerras.

La paz sólo se logra cuando el deseo de tener se ve reemplazado por el de ser. La idea de que se puede fomentar la paz, mientras se alientan los esfuerzos de posesión y lucro, es una ilusión peligrosa.

E. FRO


8. MONICIÓN DE ENTRADA

Hermanos: Si hoy nos hemos congregado en esta Eucaristía es, entre otros motivos, porque tenemos hambre de la Palabra de Jesús. Formamos parte de esa gran multitud de gentes que, a lo largo de los siglos, sienten que Jesucristo tiene algo importante que decir sobre la existencia humana.

No somos los únicos; somos una pequeña minoría de una humanidad que busca silenciosa o ruidosamente el camino, la luz y la liberación de su males. Somos la semilla del Hombre Nuevo, el nuevo hombre que derriba los muros de las divisiones para construir una sociedad fundamentada en la igualdad y en la comunicación.

Conscientes de que Jesucristo nos va a hablar, nos disponemos a iniciar esta liturgia.

BENETTI-B/3.Págs. 143 ss.


9. Vacaciones y misión

La lectura evangélica, que redaccionalmente es continuación de la del pasado domingo, nos presenta una escena aparentemente opuesta. Ya no es el envío sino el regreso de los discípulos. El pasaje es entrañable y digno de meditación.

Parece que ha sido escogido para esta época de vacaciones. Se había vuelto a reunir el grupo y "le contaron todo lo que había hecho y enseñado". Hoy diríamos que se trató de una puesta en común o revisión del curso apostólico. Para nosotros los pastores, desde sacerdotes hasta catequistas, resulta aleccionador el relato pues estaría bien, que, en estos días de más tiempo libre, le contáramos al Amo qué hemos "hecho y enseñado" a nuestra buena gente, feligresía y catequizandos. Una especie de revisión de la tarea pero a escala teologal, con Cristo sentado a nuestra mesa de trabajo.

Lo que sigue tiene el sello típico de la autenticidad de Jesús. Efectivamente, aparece una dimensión humana encantadora: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". Quien les envió con la máxima urgencia, ahora les invita a descansar. También el descanso puede entrar en la agenda del pastor.

Pero junto a lo humano aparece el destello de lo divino que, por naturaleza, es incansable. Al desembarcar se encontraron con una multitud ansiosa de estar con El y, dice el evangelio, "le dio lástima de ellos... y se puso a enseñarles". Nosotros no somos incansables como El, pero quizá su gesto nos sirve para que aprovechemos las vacaciones también en función de la misión: leer algún libro de formación, un rato de oración cada día, contactar con otra gente, etc.

Antonio Luis Martínez
Semanario "Iglesia en camino"
No. 218 - Año V - 20 de julio de 1997


10. DESCANSO Y TERNURA

Los apóstoles se habían dispersado por todos los confines de Galilea, habían expulsado demonios y curado enfermos ungiéndoles con aceite, habían predicado la conversión. Ahora vuelven satisfechos de esta primera experiencia misionera, contando al Maestro lo que habían hecho y enseñado. Por eso Jesús se preocupa del descanso de los apóstoles: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer . Es conmovedora la delicadeza y exquisitez de Jesús, que los libra de tumulto, del griterío y de la confusión. Es bueno el sosiego después de la actividad agotadora.

La actividad misionera causa fatiga, necesita reposo para refrescar el cuerpo y el espíritu. De lo contrario, viene el agotamiento, el hastío, el abandono. Son muchos y diversos los cansancios del apostolado y del testimonio de la fe. La tranquilidad permite el análisis de los hechos con serenidad interior, a la vez que reconforta con nuevas esperanzas para el compromiso de la acción. Superar el vértigo de la prisa y del activismo no es fácil, pero es necesario, para no caer en la supervaloración de la eficacia ejecutiva, que busca [os éxitos a cualquier precio, aunque sea a costa de pasar por encima de las personas. Es gran sabiduría saberse retirar de vez en cuando, para dedicarse a la meditación y la plegaria, que hacen verdaderamente fecunda la acción cristiana. Hay que estar con Cristo en el trabajo y en el descanso.

Es también notable la ternura y compasión de Jesús, que destaca el evangelista San Marcos. Cristo se siente conmovedoramente cercano, como pastor bueno, misericordioso y solícito. El recoge a las ovejas dispersas, se preocupa de su alimento y guía el rebaño con amor. No actúa como las falsas autoridades que dispersan y empobrecen a la multitud, que solamente se sirven a sí mismos, que obran con distanciamiento, quena se conmueven por nada ni nadie. A ejemplo de Jesús, el cristiano debe tener ternura en el corazón, comunicar ]a paz y derribar los moros de la división, del odio y de los prejuicios.

Andrés Pardo


11. Para orar con la liturgia

"Concede, Padre que conoces los corazones, a tu siervo que has elegido para el episcopado, que apaciente tu santo rebaño y que ejerza ante ti el supremo sacerdocio sin reproche sirviéndote noche y día; que haga sin cesar propicio tu rostro y que ofrezca los dones de tu santa Iglesia, que en virtud del espíritu del supremo sacerdocio tenga poder de perdonar los pecados según tu mandamiento, que distribuya las tareas siguiendo tu orden y que desate de toda atadura en virtud del poder que tú diste a los apóstoles; que te agrade por su dulzura y su corazón puro, ofreciéndote un perfume agradable por tu Hijo Jesucristo..."

San Hipólito, Trad. Ap. 3


12.

Acoger a los turistas

Hay que dar por sentado que uno de los componentes del descanso, para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, consiste indudablemente en cambiar de sitio. ¿A dónde, se nos pregunta, os vais este año de vacaciones? Estas, para ser tales, aunque no tendría por qué ser forzosamente así, exigen, como antes se dice, carretera y manta, o, en términos más actuales, coches, trenes o aviones. El caso es quitarse de en medio, escapar a nuevas rutas, paisajes o paisanajes.

Dejando a un lado otros elementos, esenciales también para los veraneos convencionales, merece atención propia el encuentro con otras personas, el intercambio con ambientes, estilos, culturas, diferentes a los de nuestra experiencia local y cotidiana. El viajero, el veraneante, el turista, experimentan ante todo el encuentro, más o menos fugaz, con otros seres humanos que, de suyo, han de ser agradables y enriquecedores para él. Si no, ¿a qué los visita? El turista añade al veraneante el interés por conocer otros patrimonios de cultura, otros paisajes naturales, pero, antes que nada, otros modos de vida, otros sujetos de la especie humana. Se trata de un fenómeno de reciprocidad: los visitas, te acogen, establecéis contactos interpersonales, surgen encuentros entrañables y bonitos. Y para las poblaciones visitadas -tal es el caso de España, con casi dos turistas por cada nativo- la acogida que dispensan al forastero, en los parques, en los comercios, en las zonas monumentales, en los festejos del lugar, definen la calidad humana del país visitado.

¿Cómo va España en ese aspecto? Tuvimos siempre fama de abiertos, efusivos, acogedores. Parece ser que la avalancha millonaria de turistas le ha quitado encanto a esa acogida, puede estar embotando nuestra sensibilidad ante los de fuera. Malo, si es así. Los españoles deberíamos seguir siendo el mejor bien que se buscara en España. Y ahora que Extremadura se abre al turismo casero y familiar, ¡ojo a nuestras virtudes tradicionales! Que no las desmienta nadie.


13. VOLUNTARIADO/ONG

Cumbre de las organizaciones no gubernamentales católicas en Roma

El voluntariado ante los retos de finales de siglo

Las Organizaciones Internacionales Católicas (OIC) han celebrado a comienzos de mes en Roma un encuentro en el que hicieron un balance sobre el compromiso y el testimonio de los católicos ante los grandes retos que se presentan a la comunidad internacional a finales del siglo XX.

El congreso, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos, ha analizado el trabajo realizado por estas instituciones en algunas de las grandes citas de los últimos años, como la cumbre de Pekín sobre la mujer, la de Río de Janeiro sobre el medio ambiente o la de Copenhague sobre el desarrollo.

Las OIC son Organizaciones No Gubernamentales (ONGS) católicas que agrupan a millones de católicos en todo el mundo. Muchas de ellas son asociaciones profesionales. Existen organizaciones católicas de médicos, maestros, periodistas, abogados, etc. Y precisamente, en virtud de su carácter "no gubernamental", son invitadas a las grandes citas internacionales, especialmente por las diferentes agencias de las Naciones Unidas.

El encuentro ha puesto de manifiesto la enorme influencia que tienen hoy día las ONGS en general. Nadie sabe exactamente cuántas organizaciones de este tipo existen actualmente en el mundo. Con la excepción de aquellos lugares en los que los gobiernos no conceden libertades civiles, el papel de las ONGS ha cobrado un protagonismo decisivo en los años recientes. Se han mostrado capaces de influir sobre acontecimientos políticos y económicos transcendentales. En la negociación del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y México, por ejemplo, estas instituciones arrancaron de las autoridades políticas algunos cambios en asuntos importantes como el impacto ambiental o las condiciones de trabajo. Pocas horas después de que estallara el conflicto de Chiapas (México), comenzaron a circular en Internet los primeros mensajes de apoyo o reivindicación lanzados por algunas de ellas y, desde entonces, siguen distribuyéndose con gran dinamismo. Los grupos y asociaciones que viven en países del Tercer Mundo han podido comunicarse y conseguir ayuda de otros grupos mejor organizados de Europa y los Estados Unidos. A su vez, las ONGS que operan en los países desarrollados presionan a sus gobiernos para conseguir ayudas que alivien los problemas del Tercer Mundo.

Un poco de historia

Pero para comprender mejor la influencia de estas instituciones, vale la pena hacer algo de historia. Las organizaciones internacionales comenzaron a aparecer durante el siglo XIX. En 1920 se calcula que ya existían unas cuatrocientas ONGS. Cuando tuvo lugar la Conferencia de San Francisco en 1945 en donde se redactó el estatuto de las Naciones Unidas, el gobierno de los Estados Unidos invitó a 42 ONGS a participar como consejeros de su delegación. Además asistieron a la conferencia otras 160 en calidad de observadores. En los años noventa, el número de ONGS a las que la ONU ha conferido el carácter de "consultores" alcanza casi el millar.

¿Qué es una ONG?

Se debe distinguir entre las ONGS internacionales y locales. A diferencia de la imagen típica de estas instituciones, la gran mayoría son de carácter local, pues sólo actúan en el país de origen. En 1993, el número de las organizaciones no gubernamentales de carácter internacional era casi de cinco mil.

En cuanto a las características principales de las ONGS, éstas normalmente no pueden ser organizaciones comerciales, tampoco deben estar involucradas con acciones violentas y no deben favorecer el uso de la violencia. Se trata de asociaciones que no pretender reemplazar la existencia de los propios gobiernos.

Perfil y motivaciones del voluntariado católico

La mejor fuerza y el recurso más importante con que cuentan las Organizaciones Internacionales Católicas (OIC) es la solidaridad de su voluntariado, personas jóvenes y adultas que se comprometen de una forma desinteresada, por motivos de sus creencias, en libertad y gratuidad y que ponen sus capacidades y su tiempo al servicio de la comunidad para mejorar las condiciones de vida de las personas más empobrecidas, ayudar a los marginados, a los enfermos, colaborar con el tercer mundo, trabajando siempre por una sociedad más justa y fraterna.

El voluntario hace con su tarea que la vida sea más vida, que el hombre sea más y mejor; Con su ser y su hacer el voluntario va dando un giro a los valores sociales, es otra forma de entender la vida desde los principio evangélicos del amor fraterno.

Las motivaciones que mueven a estos voluntarios, siempre desde una perspectiva de fe, se concretan en actitudes de servicio a los demás, madurez, discreción, respeto al otro, aceptación sin discriminación y compromiso serio y constante. Dar amistad, solidaridad, comprensión, acogida y afecto es, para el voluntario católico, tan necesario como el alimento, el vestido y el techo. Estos no son bienes de mercado que se puedan comprar con dinero, son bienes que tiene el voluntario y que al darlos se multiplican y las personas son más personas.

Importante es también, y Cáritas lo manifiesta siempre, la formación integral de este voluntariado, porque no debe bastar con la intención de hacer el bien: hay que aprender a hacerlo, por eso todas las OIC deben ofrecer una formación adecuada para desarrollar una acción eficaz y de calidad.

La Iglesia es la mayor organización no gubernamental del mundo

Más de 45 millones de niños y jóvenes asisten a instituciones educativas de la Iglesia Si se hace caso a las cifras que ofrecen las memorias de las distintas obras asistenciales, educativas, de promoción social y servicios sanitarios, y dejando a un lado la vanagloría y sólo por respeto a la verdad, la Iglesia católica es probablemente la organización que más ayuda humanitaria ofrece en el mundo.

Así, por ejemplo en el terreno educativo, la Iglesia ha fundado y dirige actualmente 170.433 centros educativos esparcidos por todo el mundo, la mayoría de ellos regidos por órdenes y congregaciones religiosas. Estas instituciones educativas abarcan todos los ciclos de enseñanza, desde jardín de infancia hasta la universidad. El número de los estudiantes en estos centros en el año 1993 era de 45.322.000 alumnos.

Muchas de estas instituciones educativas se encuentran en los países más pobres y subdesarrollados, los más necesitados precisamente de iniciativas que tengan a la vez un carácter de solidez y continuidad, elementos que sólo puede aportar la Iglesia católica, dada la situación de inestabilidad de muchos de los regímenes políticos de las naciones del Tercer Mundo. Si del campo educativo se pasa al de la promoción y de la asistencia sanitaria, no es aquí menor la presencia de la Iglesia católica, ya que ésta,a través principalmente de institutos religiosos y misioneros, dirige 100.231 centros sanitarios. Estos comprenden desde hospitales, ambulatorios, leprosarías, asilos para ancianos, orfanatos, consultorios familiares, hasta centros especializados para enfermos mentales.

Cáritas

Además la Iglesia católica ha promovido una red de 985 organizaciones católicas nacionales consagradas a la promoción y a la distribución de los recursos económicos para el desarrollo social y espiritual. Esta red está integrada a su vez por veinte organizaciones internacionales de asistencia conocidas en todo el mundo, entre ellas destaca la labor de Cáritas, organización católica que actúa tanto a nivel parroquial como diocesano, nacional e internacional.

Sólo en nuestro país esta organización ha invertido el año pasado en ayudas 17.435 millones de pesetas a través de diferentes programas que abarcan desde los más elementales y primarios hasta aquellos otros que son promocionales como los que se hacen en favor de la formación para el empleo juvenil, la rehabilitación de drogodependientes, y la formación del voluntariado, promoción de la mujer, ayuda internacional, etc.

Manos Unidas

Y ciñéndonos de nuevo a España, otra de las grandes organizaciones católicas de ayuda a los pueblos más necesitados del mundo es "Manos Unidas", especialmente a través de las campañas que cada año lleva a cabo en la lucha contra el hambre y en la que recoge fondos para financiar proyectos de desarrollo en el Tercer Mundo. Estos proyectos están elaborados por las personas que trabajan allí, sobre todo misioneros y misioneras, que solicitan su colaboración de "Manos Unidas", la cual estudia las solicitudes , las aprueba y hace un seguimiento de los proyectos, asegurándose que los fondos recibidos se destinan realmente a programas de promoción que erradiquen la pobreza y el subdesarrollo.

Con las 25.087 millones de pesetas recaudadas en las últimas cinco campañas (1990-1995) "Manos Unidas" ha financiado un total de 5.156 proyectos de desarrollo en más de 60 países del Tercer Mundo distribuidos en cinco áreas de actuación: sanitaria, social, educativa, promoción de la mujer y agrícolas.

Las congregaciones religiosas

Al igual que ocurre en el campo de la acción evangelizadora de la Iglesia, también en el terreno educativo, el asistencial y el sanitario, las órdenes y congregaciones religiosos llevan a cabo gran parte del peso de la presencia de la Iglesia en estos campos. Así, según un extenso informe elaborado por el director de la Oficina de Estadística y Sociología de la Conferencia Episcopal Española, Francisco Azcona, durante el año 1994 los religiosos y religiosas españolas atendieron a 4.920.150 personas necesitadas a través de los 3.183 centros, servicios y proyectos de acción social que gestionan de una manera directa.

El mencionado censo ha sido elaborado con los datos de una encuesta enviada a todas las órdenes y congregaciones existentes en nuestro país. Su contenido abarca exclusivamente las acciones y servicios referidos a la "acción social", entendida ésta como aquella acción humana que desde una dimensión social está orientada hacia las personas con una identidad social problemática, incidiendo también en el sistema y en la estructura social. Según señala el informe, "se trata únicamente de las actividades sociales de las congregaciones de religiosos y religiosas integrados en la CONFER (Conferencia Española de Religiosos)".

Esta acción social lleva consigo, en primer lugar la prevención de situaciones carenciales y conflictivas; en segundo lugar, la rehabilitación o promoción de individuos o grupos vulnerados o en desventaja y, por último, los cuidados de alivio en necesidades, mantenimiento transitorio o continuado para individuos en crisis o dependientes".

En cuanto al personal o los efectivos empleados por la CONFER en el trabajo de atención a las personas necesitadas, han sido en total 16.135 religiosas y religiosos, ayudados por 20.731 seglares a los que se les remunera por sus servicios y 23.638 voluntarios, seglares también, que lo hacen de forma desinteresada. Todos estos datos no han de dar lugar a la auto complacencia, sino al reconocimiento, muchas veces olvidado, de la ingente labor evangélica que desarrolla la Iglesia en todo el mundo, haciendo y eneñando, como dicen, de su Maestro, los evangelios.

Imponente red sanitaria católica

Nadie como los números* para mostrar de manera tangible la realidad de servicio a la humanidad que suponen los centros (Hospitales, consultorios, leprosarías, asilos de ancianos, orfanatos y otros servicios de asistenciales) de que dispone la Iglesia en todo el mundo.

AFRICA 12.333

América del Norte 6.350 América Central 6.676 América del Sur 23.858

TOTAL AMERICA 36.884 ASIA 17.337 EUROPA 32.311 OCEANIA 1.336 TOTAL EN EL MUNDO: 100.231 *Fuente: "Statistical Yearbook of the Church", 1993 * * * * *