COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Sb 12. 13/16-19

 

1.PODER/INJUSTICIA: EL PODER HUMANO ES FUENTE DE INJUSTICIAS: /Mi/02/01.

* Contexto.- Los "juicios históricos" de los caps. 11-12 y 16-19 comentan, de forma midrásica, los relatos de las plagas del libro del Ex. Dos fuerzas antagónicas se enfrentan, Israel y Egipto, y el Señor es el juez que emite su veredicto. El Dios de Israel no puede permanecer indiferente a la historia de su pueblo sino que en ella manifiesta su fuerza, su poder, su justicia.

-"Justicia, juicio y poder" son tres palabras que el autor de este libro repite machaconamente mientras exhorta a los poderosos de este mundo a la praxis de la justicia... Y una duda asalta la mente del autor: ¿Dios es justo? Entonces, ¿por qué castiga a la gente cananea que es inocente? Pase el que Dios castigue al Egipto opresor, pero ¿qué pecado han cometido los pobres cananeos para que su territorio sea invadido? ¿No es un abuso del poder divino? El autor trata de responder a estos interrogantes en la unidad 12. 13-21 (nuevamente la liturgia recorta la unidad sin control alguno).

* Texto.- Con demasiada frecuencia -lo podemos comprobar todos los días- el poder humano es fuente de arbitrariedades, de flagrantes injusticias en todos los terrenos. El autor de la Sabiduría, y toda la Biblia, nos habla con frecuencia de ese poder basado únicamente en la fuerza. Sus frutos no pueden ser más nefastos: los honrados y desvalidos, incapaces de reaccionar con la misma moneda de la fuerza, son atropellados sin piedad alguna; se cierran las entrañas ante los seres más indefensos como crueles alimañas (cf. Sb 2. 10 ss.)... Ya el profeta Miqueas recordaba cómo esta gentuza trama el mal en la cama y "al amanecer lo ejecutan porque tienen el poder" (2. 1). Y lo más terrible que puede ocurrir es que estos "personajillos" se percaten de que su poder se está recortando, ya que esta limitación despierta en ellos una ambición mayor de poder y pisotean, si es necesario, a todo el que se les ponga por delante, incluso a la misma justicia.

-Y Dios, ¿abusa de su poder? He aquí la respuesta del autor de la Sb.: "Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que has hecho..." (11. 24), "...te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan" (11. 23). El Señor no es un juez celoso como tantas veces se presenta, equivocadamente, al Dios del A.T., ya que si recorremos el actuar del Señor a lo largo de la historia humana, siempre descubriremos que su primordial intención es liberar al hombre de todo tipo de esclavitud. Al hacer Teología de la Historia debemos contemplar las gestas divinas, y de ahí sacar nuestra idea de la divinidad. Su coherencia a lo largo de la historia de Israel, por contraste a la incoherencia humana, debe provocar en todo mortal la alabanza (v. 18; Sal 115. 3; 135. 6).

Reflexiones.- Todo poder humano suele ser opresivo, dictador..., aunque tratemos de endulzarlo con los nobles conceptos de "patria", "comunidad nacional", "religión"... Porque, ¿qué hay tras todos estos loables conceptos si en lugar de liberar al hombre lo encadenamos más aún, y encima le engañamos? Ya hace años que nos lo recordaba E. Fromm en su magnífico libro "El miedo a la libertad", al afirmar que ya son demasiadas las víctimas que hemos sacrificado en aras de la patria y de la religión. Nuestra sociedad lucha por destronar a Dios... y se fabrica estos idolillos de pacotilla que, en vez de liberar, esclavizan al ser humano.

-El poder humano suele ser opresivo, dictador... porque es limitado y se teme que otros nos lo puedan arrebatar. Por eso se manda cerrar filas para no dejárselo quitar. El fiel de turno será premiado; el díscolo, condenado al ostracismo; el sumiso, que suele ser tonto, es ascendido, mientras que el crítico y listo es marginado. No importa el bien de la comunidad, sino la manutención del poder. ¿Se puede gobernar así a una comunidad, ya sea religiosa o política? -Y como el poder divino es ilimitado, por eso excluye el miedo (v. 13) y lleva a la com-pasión. Y amor y compasión no pueden conjugarse con la injusticia y el oportunismo... Por su poder ilimitado el Señor es fuente de misericordia y perdón (v. 18; cf. 3. 9; 4. 15; 6. 6; 11. 23). Todo juicio de Dios en la historia da tiempo a la conversión, incluso la busca, la provoca (cf. 12. 2/8/10).

-"Actuando así, enseñaste a tu pueblo que el hombre justo debe ser humano..." (12. 19). El juez no debe equivocarse, pero si así ocurriera que sea siempre a favor del débil (1). Poder, justicia, compasión. Términos difíciles de conjugarlos con nuestra vida... y por eso convertimos nuestro planeta en un antro de injusticias y en el reino de intransigencia, de desesperación, de luchas, de rencor...

A. GIL MODREGO
DABAR 1990/38

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(1) D. Quijote a Sancho cuando va a gobernar la Ínsula Barataria: "Si acaso doblares la vara de la justicia, que no sea con el peso de la dádiva sino con el de la misericordia". M. CERVANTES


2. /1Jn/04/07-10:SOLO DIOS ES HUMANO (TITULO DE UN LIBRO).

-"El justo debe ser humano". Dios es humano, más humano que nosotros, y perdona a todos. Y no solamente "porque puede hacer cuanto quiere", sino porque nos ha creado, nos conoce y nos ama: "nos amó primero' (1 Jn 4. 10). El contacto con Dios sólo nos puede humanizar: "amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4. 7-8).

¡Y pensar que Dios ha sido acusado de deshumanizador, de frío, de gélido! Es a los que nos declaramos sus partidarios, a quienes a menudo nos hace falta humanidad. Examinémonos e interroguémonos: ¿quién es este Dios?

J. TOTOSAUS
MISA DOMINICAL 1987/15


3. PODER/A:

Este pasaje forma parte de la reflexión sapiencial sobre los castigos infligidos por Dios a los cananeos (v. 12). Incluso con estos hombres, "despiadados asesinos de sus hijos, devoradores de entrañas humanas en sus banquetes" (v. 5), Dios se ha mostrado indulgente (v. 8) y "les ha concedido, con un castigo dosificado y gradual, una ocasión para arrepentirse" (v. 10). Dios no actúa con moderación por miedo o debilidad, sino por su gran misericordia, pues Yavé es el único Dios que juzga de todo y no tiene que dar cuentas a nadie de su proceder, pero quiere demostrarnos que sabe juzgar con justicia. El poder de Dios no es un motivo para que obre como un tirano, arbitrariamente; por el contrario, es el fundamento de su serena justicia. Su poder sólo se hace sentir contra los que le desafían estúpidamente.

Dios es tan poderoso para cumplir sus planes que no necesita aliarse con la injusticia y recurrir al terror. Por eso castiga con moderación incluso a pueblos extraños. Con mayor razón tratará con indulgencia a su pueblo Israel. El rigor excesivo no es propio de Dios, pues es la señal más clara de la debilidad de los tiranos.

Obrando así, Dios enseña que el justo debe ser humano. La justicia deja de serlo cuando no se deja aconsejar por la misericordia. Dios no se precipita en sus castigos y da lugar al arrepentimiento, pues no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

EUCARISTÍA 1990/33


4.

La actitud severa que Dios ha adoptado frente a los cananeos a causa de sus crímenes (12, 3-7) ha estado acompañada asimismo de sentimientos de misericordia, y esto no por debilidad, sino porque es Señor de todas las cosas (12, 3-18). A esta última parte pertenece nuestra lectura.

"Ved ahora que yo, sólo yo soy y que no hay otro Dios junto a mí. Yo doy la muerte y doy la vida, hiero y sano yo mismo" (/Dt/32/29). En la esfera de lo divino no hay más que un Dios, el Dios de Israel, quien se cuida de todas las cosas. No existen otros seres divinos a los cuales tenga que dar cuenta de la justicia de sus juicios.

Mientras entre los humanos suele reinar la ley del más fuerte y los impíos convierten la fuerza en instrumento de injusticia (Sant 2,11), no así en Dios. Posiblemente porque Dios es el único fuerte de verdad. Aun entre los hombres, los auténticamente fuertes se muestran más justos y equitativos. Son los que obran por miedo, aunque exteriormente alardeen de lo contrario, los que cometen mayores injusticias.

La garantía de la justicia de Dios es precisamente su fuerza y su poder. Más aún, precisamente porque es todopoderoso es también misericordioso. "No ejecutaré el ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraim, porque soy Dios, no hombre... y no me gusta destruir" (/Os/11/09). "¡Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia...!" (26 domingo ordinario).

Ahora el autor aplica estos principios a los hechos concretos y distingue en Dios dos comportamientos. Por una parte, Dios se muestra fuerte y severo con quienes no creen en su soberano poder, siguiendo la conducta de los paganos (Ex 5,2; 2 Re 18, 35; 2 Mac 9,4); y también con los que creen, pero viven como si no creyeran, siguiendo la conducta de los judíos apóstatas (Rom 1, 21). Dios castiga el orgullo de una vida descreída y la insensatez de una conducta ilógica. Por otra parte, Dios se muestra condescendiente y bondadoso con quienes reconocen su omnipotencia divina y obran en consecuencia. Dios gobierna a los hombres con moderación e indulgencia, porque es poderoso y sabe que, con sólo quererlo, puede recurrir a su fuerza y su severidad.

Esta conducta de Dios enseña a su pueblo dos cosas. Primero, que a ejemplo de la sabiduría (1,6; 7, 23) debe mostrarse humanitario, y esto no sólo con sus hermanos de raza, como prescribía la ley israelita, sino con todos los hombres. Es un jalón importante en el camino hacia el amor universal del Evangelio (Mt 5, 43-48). Segundo, que nunca debe perder la esperanza, pues siempre hay lugar para el arrepentimiento y el perdón.

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA AT
EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 555 ss.