SEGUNDA LECTURA

La fe cristiana no es fruto de un razonamiento científico, sino de una revelación gratuita de Dios. Sin embargo, una vez aceptada la revelación, los cristianos tienen que reflexionar mucho sobre ella, construyéndose fatigosamente su propia teología. Eso sí, una teología humilde y atenta a las preguntas de Dios y de los hombres.

 

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2,6-10.

Hermanos:

Hablamos, entre los perfectos una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.

Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.

Sino como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.»

Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; y el Espíritu todo lo penetra, hasta la profundidad de Dios.