REFLEXIONES SOBRE EL VIERNES SANTO

Tres errores sobre la oración por los judíos en latín del Viernes Santo 2008

Aclaración del padre Remaud, especialista en estudios hebreos

ROMA, jueves, 22 enero 2009 (ZENIT.org).- La oración por los judíos del Viernes Santo según el ritual de Juan XXIII, no dice "oremos por la conversión de los judíos" sino "oremos por los judíos", puntualiza a ZENIT el padre Michel Remaud, director del Instituto Cristiano de Estudios Judíos y de Literatura Hebrea de Jerusalén.

Con motivo del Octavario por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), había instituido una jornada de diálogo con el judaísmo el 17 de enero. Los rabinos italianos no participaron, debido a la aprobación por parte del Papa de esta oración.

El texto del Oficio de Pasión del Viernes Santo en latín, autorizado para su uso "extraordinario" por Benedicto XVI, que se usó por primera vez en la plegaria universal del Viernes Santo de 2008, no dice "Oremus pro conversione Judæorum" sino "Oremus et pro Judæis", tras la supresión de "perfidis", hace casi cincuenta años, por el papa Angelo G. Roncalli.

"En un terreno tan delicado", como es el de las relaciones entre cristianos y judíos, el padre Remaud recomienda "ser rigurosos".

Para el padre Remaud, la cuestión es la siguiente: "el cristiano que expresa su fe utilizando las fórmulas del Nuevo Testamento, ¿debe ser acusado de voluntad de conversión cuando dialoga con los judíos?".

Además, el experto considera que es importante tener en cuenta los elementos litúrgicos del debate. En este sentido, afirma, los periódicos con frecuencia han cometido tres errores.

No es una cuestión ligada a la misa en latín

Ante todo, no es una cuestión ligada a la "misa en latín", pues la misa en latín también se celebra según el ritual posterior al Concilio Vaticano II, aprobado por Pablo VI.

Es una versión que se usa mucho en las asambleas internacionales, en Lourdes y en Roma, por ejemplo. No se trata, por tanto, de elegir entre la "misa en latín" o la lengua vernácula. Esta es una pista falsa, aclara.

"Para denominar el ritual anterior a la reforma de 1969 --subraya el padre Remaud--, los periodistas han creado la expresión, cómoda pero inadecuada, de 'misa en latín'".

En realidad, advierte, lo que distingue al antiguo ritual no es el uso del latín, porque el misal promulgado en aplicación de la reforma conciliar está redactado originalmente en latín, y se usa contemporáneamente a sus traducciones en lenguas vivas".

No es una cuestión ligada a la misa

Tampoco es un problema de "misa", añade, porque en el día del Viernes Santo no se celebra la "misa", sino el Oficio de Pasión. Por tanto, se trata de otra pista falsa.

Cuando no se celebra la "misa", la liturgia introduce, entre otras, una oración por nuestros "hermanos mayores", según la fórmula de Juan Pablo II, en la sinagoga de Roma, el 13 de abril de 1986.

"Es una oración "universal" por toda la humanidad --explica el especialista--. El oficio propio de ese día incluye una larga serie de oraciones en las que se encomienda a Dios a todas las categorías de creyentes (también a los no creyentes) que integran la humanidad", precisa el padre Remaud.

Y añade que "hasta 1959 se rezaba, entre otras intenciones, en latín, "pro perfidis judæis ". Pero, "incluso después de la supresión hecha por Juan XXIII del adjetivo 'pérfidos', la oración siguió empleando fórmulas que se podían considerar hirientes para los judíos".

"Pérfidos" no tenía en latín el sentido peyorativo que después asumió en las lenguas vernáculas. Procede literalmente de "per" y "fides", es decir, el que persiste o permanece en su fe.

La fórmula "cayó en desuso algunos años después con la promulgación del misal llamado de Pablo VI", en parte, a causa del peyorativo significado que asumió la fórmula.

De modo que la autorización de Benedicto XVI para usar este antiguo misal con la fórmula enmendada se usó por primera vez en la liturgia del Oficio de Pasión del Viernes Santo de 2008.

Juan Pablo II, en 1984, autorizó el uso del antiguo misal para los seguidores del arzobispo Marcel Lefebvre que habían retornado a la comunión con Roma.

La antigua fórmula, por tanto, fue usada durante 24 años por algunas comunidades católicas sin que nadie protestara, subraya el padre Remaud.

El 'motu proprio' Ecclesia Dei remite en efecto a la carta Quattuor Abhinc Annos que dice claramente: "El soberano pontífice, deseando satisfacer a estos grupos, ofrece a los obispos diocesanos la facultad de usar un indulto para permitir a los sacerdotes y a los fieles, enumerados explícitamente en la petición presentada a su obispos, celebrar la Misa usando el Misal Romano editado oficialmente en 1962, observando" cuatro normas, entre ellas que "esta celebración deberá hacerse siguiendo el Misal Romano de 1962 en latín".

Antes de dar su autorización, Benedicto XVI pidió otra modificación, "prohibiendo incluso a quienes usan a título excepcional el misal anterior al concilio, volver a utilizar ya estas expresiones".

"Paradójicamente --hace notar el experto--, es justamente la decisión de corregir una fórmula, juzgada inaceptable y utilizada por un número muy restringido de católicos [una vez al año], lo que ha suscitado toda esta indignación".

No existe la palabra conversión

Hay una última pista falsa surgida en el debate en torno a la oración: la palabra "conversión".

El padre Remaud destaca que "todo el debate suscitado por esta decisión se ha concentrado en una palabra que no figura en el texto, la de 'conversión'", y que "pedir a Dios que ilumine los corazones es una cosa, y presionar a la gente para intentar convencerla es otra. La diferencia es más que de matiz".

Por eso plantea este interrogante "más fundamental": Si el cristiano considera a Jesús como "el Salvador de todos los hombres", y expresa esta convicción en su liturgia, ¿se le puede impedir el diálogo con quienes no comparten su fe?

Publicamos el texto íntegro de la oración modificada por Benedicto XVI en 2008.

"Recemos por los judíos/ Que el Señor Dios nuestro ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres/ Oremos/ Dios omnipotente y eterno, tú que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede propicio que, al entrar la plenitud de los pueblos en tu Iglesia, todo Israel se salve/ Por Cristo Nuestro Señor/ Amén".

Traducido del francés por Nieves San Martín

 

1. J/SOLIDARIDAD: CZ/ESCANDALO

Campo de concentración de Auschwis. Las SS colgaron a dos judíos y a un adolescente ante los hombres del campo de concentración, allí reunidos. Los adultos murieron rápidamente. ¡La agonía del adolescente se prolongó alrededor de una media hora! "¿Dónde está Dios, dónde?", preguntó alguien a mis espaldas. Como el adolescente seguía debatiéndose aún en la extremidad de la cuerda, oí al hombre reclamar de nuevo: "¿Dónde está...?" -Aquí... colgado de la horca está.


2. J/PASION/A.

El relato de la Pasión no es una simple crónica periodística, sino una meditación e interpretación teológica de los sentimientos y de la muerte de Cristo. Se busca respuesta al gran interrogante ¿por qué el Mesías hubo de padecer? No se trata de un fracaso o de un engaño. Es un camino querido por Dios. Por eso no todo termina en la muerte. Dios no puede dejarle en el sepulcro. El amor no muere. De ahí la Pascua. Y de ahí el valor redentor de la Cruz. Todo el relato es más una llamada a la fe que la admiración y la compasión.

En la pasión del Señor se detallan los pasos de sus despojos y anonadamientos. Pero leyendo entre líneas, se narra también una maravillosa historia de amor. Porque amor es:

-desde querer ardientemente comer la Pascua con los suyos, hasta poner su espíritu en manos del Padre;

-desde el curar la oreja del criado hasta pedir perdón por los verdugos;

-desde mirar a Pedro cobarde, hasta regalar al ladrón el Paraíso;

-desde su oración de agonía en el Huerto, hasta las palabras de consuelo a las piadosas mujeres. Se olvida de sí para curar y consolar al que lo necesita: amor y misericordia.


3. 

Antes que a reflexionar, hoy se nos invita a contemplar. A adorar y dar gracias porque alguien se ha decidido a amar totalmente. A adorar y dar gracias porque Dios ha querido asumir la historia humana totalmente para convertirla en historia divina, en historia de salvación.


4. PASIÓN/ADMIRACIÓN.

No se necesitan comentarios de estas lecturas. Se necesita, sobre todo, contemplación, es decir, abrirnos a ella, dejarlas penetrar en nosotros.

"Pasmo" ante hecho escandaloso y sorprendente de la muerte en cruz del Hijo de Dios, -de nuestro amigo, como nos decía ayer- que se entrega a la muerte por amor hacia todos.


5. AYUNO /Mt/09/13.

"¿Pueden acaso los invitados a la boda estar tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio, ya ayunarán entonces".


6. CZ/ADORACION

Al adorar la Cruz y proclamarla como signo de victoria, la comunidad cristiana comienza a vislumbrar, en la Cruz, la gloria de la Pascua. La Cruz que la asamblea de fieles adora el día de Viernes Santo no es un instrumento de escarnio y de suplicio, expresión de un desenlace fatal y trágico, sino el símbolo de la salvación conquistada para siempre y del triunfo de la vida sobre la muerte. Esta tarde debe resonar en nuestras iglesias con más fuerza que nunca este himno: "Victoria, tú reinarás; oh Cruz, tú nos salvarás".

J. M. BERNAL
MISA DOMINICAL 1986, 7


 

7. J/MU/FECHA

AMBIENTACIÓN HISTÓRICA. En un jueves, muy probablemente el 6 de abril del año 30 d. c. hacia las 22/23 horas, fue detenido por los enviados del sumo sacerdote y del sanedrín. Había sido delatado por Judas Iscariote por motivos que desconocemos. Un apunte simbólico nos dice que a Judas le pagaron 30 monedas que, según el Éxodo, era el precio de un esclavo.

Jesús debió ser interrogado por las autoridades judías durante la madrugada del viernes. Al amanecer (seis de la mañana), el sanedrín, con al menos 23 miembros presentes, reunido en casa de José Caifás o en el salón de piedra situado al oeste del recinto del templo, le condenó y le entregó a Pilato. Serían las 8 de la mañana.

Pilato estaría en la Torre Antonia, palacio fortaleza que dominaba el templo. Quizá Jesús fue enviado a Herodes Antipas por ser éste tetrarca de Galilea, su lugar de procedencia. Después, en la misma fortaleza, fue torturado y condenado a morir en cruz.

Esta modalidad de muerte era seguramente de origen persa y se aplicaba en el imperio sobre todo a esclavos y rebeldes políticos. Cargado con el travesaño de la cruz (patibulum), cuyo peso sería de al menos 50 kg., recorrió algo más de 600 metros que lo separaban de lugar que en hebreo llamaban "gólgota" que significa "sitio de la calavera" o simplemente "calvario". Para ir allí, salió por la puerta de Efraín, puesto que el paraje estaba fuera de las murallas de la ciudad.

En el lugar de la ejecución se encontraba ya clavado en el suelo el madero vertical o "stipes". Jesús sería, como de costumbre, clavado al travesaño por las muñecas y no por el centro de la mano. Hacia las tres de la tarde, murió. Como fondo sonoro se podían escuchar los balidos de miles de corderos que esperaban ser sacrificados para la pascua. Tal vez no se le aplicó el "crucifagium" o rotura de piernas para comprobar su muerte.

Se le enterró en uno de los sepulcros próximos al lugar, cuya entrada se cerraba, al igual que en otros muchos, con el rodamiento de una piedra redonda.

En síntesis, así debieron ser las cosas en su aspecto externo, según los datos de los evangelistas y lo acostumbrado en la época. Pero ¿qué significado oculto tenía todo esto? ¿Por qué lo recordamos hoy?

EUCARISTÍA 1991, 16


8. /Jn/12/32.

"Se diría que la cruz, su escena cruel, su historia infame, tuviera que producir el vacío a su alrededor y apartar a los hombres de su contemplación. En cambio... la cruz nos atrae. Lo había predicho el mismo Jesús: "Cuando sea exaltado en la cruz, atraeré todas las cosas hacia mí".

¿Por qué nos atrae Jesús crucificado? Nos parece que el primer motivo es la solidaridad, el parentesco, la simpatía que él, sufriendo y muriendo en la cruz, ha establecido con todo hombre que sufre. Mirándole a él, nos parece volver a escuchar su humanísima invitación: "Venid a mi todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os consolaré".

Más todavía: ¡él está por nosotros! ¿Por qué agoniza y muere Jesús? Pensemos, es el gran misterio de la cruz: Jesús sufre por nosotros. Expira por nosotros. Es la víctima... Hombres sin esperanza. Hombres que os ilusionáis con el pensamiento de volver a conseguir la paz de la conciencia sofocando en el fondo de la misma vuestros remordimientos inextinguibles, ¿por qué volvéis las espaldas a la cruz? Tengamos todo el valor de volvernos hacia él, y de reconocernos culpables de ello; tengamos la confianza de conservar la visión de su figura misteriosa: ella nos habla de misericordia, nos habla de amor, de resurrección. Irradia la salvación para todos nosotros."

PABLO-VI
Via Crucis del Viernes Santo de 1971


9. V/CZ:

Decimos que la vida es cruz. Y decimos bien. Pero si no entendemos bien el verdadero sentido de la cruz, corremos el riesgo de caricaturizar el sentido de la vida cristiana. Hemos hecho de la cruz un hermoso remate para una hermosa tumba, pero quizá no hemos encontrado el sitio para poner la cruz en nuestra vida. La cruz nos parece sólo muerte, derrota, sufrimiento... En cambio, la cruz es vida, liberación, desafío. Hacemos de la cruz un refugio para nuestro miedo, en vez de un arma para nuestra audacia.

No deja de ser significativo el hecho de que cuando nos signamos -por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro- sólo expresamos el miedo a los enemigos. Y todavía es más significativa la explicación que solían traer nuestros viejos catecismos: nos signamos en la frente, para que nos libre Dios de los malos pensamientos: en la boca, para que nos libre Dios de las malas palabras; en el pecho, para que nos libre de los malos deseos. ¿Quién no ve en todas esas explicaciones una mal reprimida angustia ante la vida? ¿Por qué sólo pedir a Dios que nos libre de pensamientos malos, de palabras malas, de deseos malos? ¿No necesitamos tener pensamientos buenos, palabras buenas, buenos deseos? ¿Por qué no pedir a Dios que nos inspire audaces iniciativas, que nos dé valor para proclamar la verdad, que nos llene el corazón de amor a los enemigos? Se comprende así que, con este proceso de indoctrinación ya en nuestra tierna infancia, hayamos llegado a la madurez sin más visión de la cruz que la de un instrumento de suplicio y de muerte, sin más visión de la vida que un valle de lágrimas y una cárcel de sufrimientos. No hemos querido contemplar en la cruz el trono del amor, la fuente de la vida misma.

Se comprende así que el cristiano haya incurrido, sin poder evitar un solapado masoquismo, en una glorificación del dolor y del sufrimiento, cuando sólo tienen sentido como expresión límite del amor. La cruz no es la muerte, sino el colmo del amor: "El amor hasta la muerte".

EUCARISTÍA 1972, 22


10. AYUNO/SS:

Entramos ya en la preparación inmediata para la Pascua. Estos son los días de los que dijo el Señor; "Vendrán días en que les será arrebatado el esposo y entonces ayunarán" (Mt 9, 15). Pensando en estas palabras del Señor pasaba la antigua Iglesia las cuarenta horas anteriores a la Pascua con suma gravedad y riguroso ayuno. Se detenía tanto el trabajo como las diversiones; los fieles sólo vivían para su Señor, compartían sus dolores, estaban con El pendientes de la cruz y con El reposaban en la sepultura. Se sentían unidos -toda la Iglesia militante- formando entre todos el Cristo único que sufría, moría y yacía en el sepulcro. "Ayer, en unión con Cristo, sufrí la agonía en la cruz... Ayer moría en El... Ayer fuí con El sepultado...", dice San Gregorio Nacianceno en un sermón que aún se lee actualmente el domingo de Pascua.

EMILIANA LÖHR
EL AÑO DEL SEÑOR
EL MISTERIO DE CRISTO EN EL AÑO LITURGICO II EDIC.GUADARRAMA MADRID 1962.Pág. 46


11. /Jn/19/26:

Juan es la Iglesia, es todo creyente. Y da a Juan, a la Iglesia, la más valiosa y más buena de las madres. Gracias, Jesús, por este don de tu madre. Ya nadie se va a sentir solo. Nadie, ni los huérfanos, ni los pobres, ni los enfermos, ni los que lloramos en este valle. Gracias, madre, por aceptarnos como hijos.

«No dudo en afirmar que entre todas las Escrituras ocupan un lugar privilegiado los Evangelios; y entre los Evangelios pertenece el primer puesto al que escribió Juan. Mas nadie puede captar su sentido a no ser que se haya reclinado sobre el pecho de Jesús y haya asimismo aceptado de Jesús a María como madre suya. Y a fin de ser este otro "Juan", es preciso que (lo mismo que Juan) se convierta uno en quien pueda ser designado por Jesús cual si fuera el mismo Jesús.

Todos cuantos en efecto juzgan de manera ortodoxa acerca de María, saben que no tuvo otro hijo que Jesús, y sin embargo dice Jesús a su madre: "Ahí tienes a tu hijo". Advierte que no dice: También él es tu hijo. Equivalen, pues, sus palabras a decir: Mira, ahí tienes a Jesús, a quienes tú has dado a luz. En efecto, quien ha llegado a la perfección no vive ya más sino que Cristo vive en él; y porque Cristo vive en él, le han sido dicho a María las palabras: Ahí tienes a tu hijo».

Orígenes
In Jo 1, 6: MG 14. 32


12. J/DEBILIDAD:

«Dios, clavado en la cruz, permite que lo echen del mundo. Dios es impotente y débil en el mundo, y sólo así está Dios con nosotros y nos ayuda. /Mt/08/17 indica claramente que Cristo no nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y sus sufrimientos... Esto es lo opuesto de todo aquello que el hombre religioso espera de Dios. El hombre está llamado a sufrir con Dios el sufrimiento que el mundo sin Dios inflige a Dios».

D. Bonhoeffer
Resist. y Sumis. 210-212


13. SANTOS-LUGARES

-Jerusalén, una Iglesia en apuros

-El Viernes Santo se hace la colecta en favor de los Santos Lugares

Nuestra ubicación alrededor de los Santos Lugares, y especialmente en los Territorios Palestinos, sigue entrañando dificultades. Contrariedades y miedos acompañan nuestra vida diaria: controles incesantes, arrestos y perentorias sentencias militares, cierre parcial o total de territorios y áreas interiores, aumento del desempleo y dificultades de abastecimiento que provocan la asfixia económica, expropiación y continuación de la colonización, fustración y desesperación ante la actual paralización del proceso de paz y la situación de las negociaciones en vía muerta, ante el recrudecimiento de la violencia y del extremismo. Jerusalén, centro de nuestras oraciones, sigue estando sometida a medidas de seguridad que hacen de ella una ciudad prohibida para gran parte de los fieles."

Así describe, en una carta pastoral reciente, la situación de su diócesis el Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Michel Sabbah, un palestino, nacido en Nazaret y que rige actualmente la Iglesia local que es la Madre de todas las Iglesias, la que, restaurada hace 150 años, es heredera de la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén, de la que nos habla los Hechos de los Apóstoles. Ahoran vive la tensión propia de estar situada en una de las más conflictivas tierras de la historia, en la que confluyen culturas distintas, sobre todo las tres grandes religiones monoteístas: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Los miembros de esta Iglesia se ven presionados por los conflictos y el radicalismo religioso de los judíos y, a veces, también de los musulmanes, y no les queda más remedio que emigrar a otros países.

Hoy pertenecen al Patriarcado Latino de Jerusalén unos 150.000 cristianos, repartidos entre los Territorios Palestinos, Israel, Jordania y Chipre. En su mayoría son de lengua árabe, aunque hay también una minoría muy significativa de lengua hebrea

El peregrino que llega a visitar los Santos Lugares, apenas entra en contacto con estos cristianos, difícilmente se percata, en su rápido periplo, de las dificultades que sufren; pero los cristianos de Jerusalén siguen necesitando, como ocurriera a la primitiva comunidad cristiana de la Ciudad Santa, de la ayuda del resto de las Iglesias, esparcidas por todo el mundo.

Esta ayuda se canaliza fundamentalmente a través de la llamada Colecta Pontificia por los Santos Lugares. Con ella no se trata sólo de contribuir a la conservación de los lugares sagrados en los que Jesús nació, vivió, predicó su Evangelio, fundó su Iglesia, padeció, murió, fue sepultado, resucitó glorioso y ascendió a los cielos, sino también para sacar adelante obras sociales y educativas que allí mantienen la Iglesia, sobre todo en los Territorios Palestinos, los más pobres y necesitados.

En la actualidad son setenta y cuatro los lugares santos, referidos en los Evangelios, que ponen geografía a los orígenes de nuestra fe cristiana. Entre otros: Nazaret, el mar o lago de Tiberiades, el Monte de las Bienaventuranzas, el Pozo de Jacob, Belén, Jerusalén (sobre todo el Santo Sepulcro), el Monte Tabor, el Huerto de Getsemaní, Emaús... y otros muchos, santificados por la presencia de Jesús, el Verbo encarnado, nacido de María, por la de los Apóstoles y por muchas generaciones cristianas.

Estos lugares están desde 1324 bajo la custodia de la Orden Franciscana, quien siguiendo a su fundador, Francisco de Asís, ha hecho de esta tierra uno de sus lugares preferidos de evangelización. Desde entonces, no sin grandes dificultades, los franciscanos han logrado levantar los santuarios y centros educativos y de caridad y, sobre todo, mantener viva la presencia de la Iglesia Católica en la tierra de Jesús.

El próximo viernes santo, día ... de ........, vuelven estos frailes, con el más genuino sentido mendicante, a reclamar a los cristianos de España una limosna generosa para la Iglesia de Jerusalén, y lo hacen con el mejor de los argumentos, el del propio San Pablo, quien en la Carta a los Romanos (15, 25-31) señala que parte para Jerusalén, "para servir a los santos, pues Macedonia y Acaya han decidido hacer una colecta para los santos de Jerusalén que viven en la pobreza. Ellos lo han decidido así, pues era una deuda que tenían: pues si los gentiles han participado de sus bienes espirituales, deben ellos, a su vez, servirles con sus bienes materiales". Todo un argumento que sirve para los cristianos de entonces y de ahora, para nosotros. Ojalá seamos igual de generosos que los primeros.

La primera comunidad cristiana

La "Iglesia madre" de Jerusalén tiene el peligro de quedarse sin cristianos, las últimas estadísticas hebreas y árabes afirman que para el año 2010 apenas quedarán cristianos en Palestina. Actualmente viven en Israel unos 150.000 cristianos en medio de una gran penuria económica, y según el Anuario Pontificio, el Patriarcado Latino de Jerusalén cuenta con 70.000 católicos que viven en 63 parroquias y son atendidos por 88 sacerdotes diocesanos. El número total de sacerdotes religiosos es de 325 y el de religiosas 1.126. Todos ellos cuidan los Santos Lugares, los 281 centros educativos y los 105 locales benéficos. Al frente del Patriarcado está monseñor Michel Sabbah y sus cuatro obispos auxiliares.