DÍA SéPTIMO
Unos
sabios de otros lugares vienen a adorar a Jesús
1.
Canto para empezar
2.
Oración para todos los días
Como
en el primer día.
3.
Presentación del tema
El
pasaje de los "Reyes Magos" es uno de los más populares en nuestro
ambiente. Vamos hoy a reflexionar sobre ellos, prestando especial atención a lo
que dice el evangelio y a lo que no dice.
En
primer lugar tenemos que darnos cuenta de que el pasaje bíblico no dice nada de
que fueran "reyes". Sólo habla de "unos magos de oriente".
Se trata de astrólogos, que pretendían ver en los astros el destino del mundo.
No se trata de gente especialmente rica, sino más bien de sabios de tipo
popular.
Al
decir que vienen de oriente se quiere subrayar el hecho de que son extranjeros
y, por consiguiente, paganos.
En
la narración se presenta al rey Herodes, judío, supuestamente creyente en
Dios, en contraposición con los magos, que no conocían directamente a Dios.
Los habitantes de la capital, Jerusalén, no se dan cuenta del nacimiento del
Salvador; los paganos, sí. La gente de Herodes se asusta del anuncio del
nacimiento de Jesús; los magos extranjeros, se alegran. Los de Jerusalén no
ven la estrella; los magos, sí. Herodes es un hipócrita malvado; los magos son
sencillos y sinceros. Por todo ello, los magos encuentran al Niño con su madre,
y Herodes nada.
El
Niño-Rey Jesús se contrapone al Viejo-Rey Herodes. La debilidad triunfa frente
al poder... Jesús es el verdadero jefe y pastor de su pueblo; Herodes es
destructor del pueblo...
Los
magos, representantes de los hombres capaces de reconocer la acción de Dios en
la historia, vienen a aceptar a Jesús como rey universal. Los dones que le
ofrecen, según las costumbres de entonces, oro, incienso y mirra, simbolizan
sumisión y alianza.
Como
podemos ver, este pasaje evangélico no puede ser usado para legitimar ningún
tipo de poder político. El cruel Herodes es presentado como enemigo radical de
la venida del Mesías. Los Magos, en cambio, no son representantes de los reyes,
sino justamente de la sabiduría popular y de los paganos de buena voluntad.
4.
Lectura del Evangelio: Mateo 2,1-12
Habiendo
nacido Jesús en Belén de Judá, durante el reinado de Herodes, vinieron unos
Magos de Oriente a Jerusalén, y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los
judíos que ha nacido?, porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a
adorarlo".
Herodes
y todo Jerusalén quedaron muy intranquilos por la noticia. Reunió a todos los
sacerdotes principales y a los maestros de la Ley para preguntarles dónde debía
nacer el Cristo. Ellos le contestaron que en Belén de Judá, ya que así lo
anunció el profeta que escribió: Belén en la tierra de Judá, tú no eres el
más pequeño entre los principales pueblos de Judá, porque de ti saldrá un
jefe, el pastor de mi pueblo, Israel.
Herodes,
entonces, llamó privadamente a los magos para saber la fecha exacta en que se
les había aparecido la estrella. Encaminándolos a Belén les dijo: "Vayan
y averigŸen bien lo que se refiere a este niño. Cuando lo hayan encontrado avísenme
para ir yo también a adorarlo".
Después
de esta entrevista, los magos prosiguieron su camino. La estrella que habían
visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se paró sobre el lugar en que
estaba el niño. Al ver la estrella se alegraron mucho, y, habiendo entrado en
la casa, hallaron al niño que estaba con María, su madre. Se postraron para
adorarlo y abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Luego
regresaron a su país por otro camino, porque se les avisó en sueños que no
volvieran donde Herodes.
5.
Diálogo comunitario
a)
Contemos entre todos la historia de los magos, procurando ser fieles a lo que
dice la Biblia.
b)
¿A quiénes representan los magos y a quiénes representa Herodes y su corte?
c)
¿Por qué Herodes quiere matar a Jesús?
d)
¿Qué podemos nosotros aprender de los magos?
e)
¿Qué podemos ofrecer a Jesús? Cada uno podríamos ofrecer un pequeño símbolo
y explicar lo que significa.
6.
Oración comunitaria
-
Queremos, Jesús, ver tu estrella, de forma que podamos buscarte y encontrarte.
-
Nos postramos ante ti, Jesús, para adorarte.
-
Te queremos ofrecer lo mejor de nuestras vidas.
-
Te suplicamos que también nosotros, al ejemplo de los magos, te encontremos a
través de la sabiduría popular.
-
Enséñanos, Jesús, a desconfiar de la hipocresía y de las intrigas de los
poderosos al estilo de Herodes.
(Cada
uno añada con sencillez las oraciones que le nazcan del corazón)
-
Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7.
Canto de despedida