SEGUNDA LECTURA

Pablo al final de su vida está lleno de esperanza y optimismo, porqué tiene conciencia de haber luchado el combate legítimo y de haber guardado las reglas del juego. La lucha, que exige el Evangelio, no es cualquier lucha; y, además, tiene unas determinadas reglas, que hay que observar atentamente.

 

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4,6-8.17-18.

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén!