PRIMERA LECTURA

La profesión de fe del pueblo bíblico da testimonio de encuentro con Dios en momentos cruciales de su historia: estuvo con los patriarcas, liberó de servidumbre, guió hacia tierra de reposo. El testimonio dice que estuvo allí «con nosotros» y por eso sigue siendo presencia, liberador y término de reposo. La historia proclamada señala notas permanentes del pueblo de Dios.

 

Lectura del libro del Deuteronomio 26.4-10.

Dijo Moisés al pueblo:

-El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor tu Dios. Entonces tú dirás ante el Señor tu Dios: «Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas. Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa. Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres; y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos. Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo, que tú, Señor, me has dado.» Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios.