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1.-
A ti, que buscas a Dios: Quisiera mostrarte el camino que conduce a su
encuentro. Es una invitación a emprender la ruta que te conduce a tu
propia interioridad. Tú "haces el camino", pero es Él quien te espera...
y sale a tu encuentro.
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2.-
He oído tu voz: Todo comienza con la llamada del Señor que te
invita a un encuentro con Él. Es una vocación que da sentido a tu vida.
Reconoces que, en realidad, "encontrar a Dios es buscarle sin
cesar".
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3.-
El don de un amor absoluto: Orar no es sólo "hablar con el Señor" o "dialogar
con Él"... Para orar en verdad has de hacer en tu vida el don total de
tu amor. Él, al llamarte, ya se ha convertido para tí en un "Don de
Amor".
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4.-
Padre, me abandono en tus
manos: Esta súplica del Señor
en la cruz refleja su actitud de obediencia y de amor ante la voluntad
salvadora de Dios Padre. El orante vive la experiencia del abandono como
"puerta de entrada" y cumbre de la contemplación.
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5.-
Yo te llevo en mis manos: Es la respuesta del Señor a tu vida de abandono.
Dios Padre te lleva en sus manos. Vives en Él. Eres de Él. Dios te
concede el don de sentirte y saberte amado. Esta convicción te ayudará a
vivir en actitud orante.
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6.-
Jesús es mi perdón: Para orar necesitas estar en paz con el Señor,
con los hermanos, contigo mismo. El perdón te lleva a encontrar esta
paz. Vives a Jesús como "perdón". Él también será tu oración.
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7.-
Sólo tengo el día y la noche: "La pobreza de alma" es una actitud
imprescindible para todo aquel que quisiera encontrar a Dios y "vivir en
Él".María es el paradigma del pobre de alma, ya que Dios hizo "cosas
grandes en Ella, porque vivió en actitud de esclava": "Sí, que se haga
en mí según tu palabra".
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8.-
Dios tiene un plan de amor para ti: En el conjunto de las
meditaciones, ésta puede considerarse como la que da el sentido esencial
a esta ruta del silencio. Todo camino de oración comienza a vivirse en
profundidad cuando descubres que Dios te ama y tiene un plan de amor
para tí.
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9.-
Pequeñas cosas: Es imposible encerrar las exigencias de respuesta
orante al plan de amor del Padre. Por ello se indican estas "pequeñas
cosas" como "señales de camino" que te ayudan a discernir si estás
viviendo en el plan de amor del Padre.
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10.-
No oro porque soy bueno: oro porque soy
pobre: Es la parábola de la
mendiga. Dios le hace ver que para orar no puede presentarse ante e
Señor con unas manos llenas de orgullo. Tampoco puede hacerlo con unas
manos que se ofrecen con una humildad conseguida a base de "esfuerzos".
Él quiere nuestra "nada" porque desea ser nuestro "TODO".
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11.-
Un corazón para la acogida: "Quien dice que ama a Dios y no ama a su hermano
es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ve, aquél que no es
capaz de amar a su hermano?". La capacidad de acogida posibilita el
encuentro y el diálogo con Dios. Si acogemos al hermano en nuestra vida,
la abrimos al encuentro orante con el Señor.
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12.-
Un corazón orante: El corazón acogedor es un corazón orante. A
partir de este pensamiento ya explicado en la meditación anterior, se
presentan los caminos que ayudan a plasmar en la propia vida una
experiencia de oración.
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13.-
Palabras desde el silencio: Todo lo que he venido explicando a lo largo de
este conjunto de meditaciones lo he podido vivir de una forma muy
especial durante una larga experiencia de enfermedad, y en unos
encuentros, muy breves, pero muy intensos, con Su Santidad el Papa Juan
Pablo II. María ha sido el gran "descubrimiento" de mi
enfermedad.