CLARIFICACIONES CATEQUÉTICAS

Félix Garitano

 

http://www.cmfapostolado.org/recursos/areasapostol/laicos/EncFormLaic02/html/FelixGaritano/ClarificacionesCatequeticas.htm

 

Voy a tratar de aclarar unos cuantos conceptos catequéticos, como me lo pidió hace tiempo ya nuestro obispo y lo voy a hacer en términos coloquiales, no en plan artículo y situándome en el marco parroquial adulto. Ya sé que se hace pastoral fuera de las parroquias, pero el marco en que me voy a mover en estas líneas es el ámbito parroquial.

 

Antes de presentar el marco catequético, parece obligado hacer una referencia somera del nivel de fe de los adultos actuales, de forma que los conceptos catequéticos apuntados aparezcan más claros y ubicados en nuestra realidad.

 

 

Tratando de observar el nivel de los adultos de nuestras parroquias -y sin bajar a pormenorizar situaciones- todos distinguiríamos en nuestras comunidades parroquiales dos claros objetivos:

 

    1. 1.   Cristianos a los que consideramos ya un tanto "adultos en la fe". se trata de hombres y mujeres que se sienten a gusto en la fe cristiana, gustan de la oración y celebración, están comprometidos con la comunidad cristiana...

      Me refiero a una gran parte de los agentes de pastoral, adultos que frecuentan la catequesis de adultos, grupos de estudio bíblico, grupos de oración, pequeñas experiencias de militancia apostólica... Es un importante colectivo de la parroquia. Naturalmente no todos ellos están a un mismo nivel de fe y así, en bastantes de ellos, se detectan lagunas iniciatorias serias, pero, en general, en todos ellos se observa una madurez u otra dimensión de la fe.

       

    2. 2.   Cristianos cuya fe está deficiente o nulamente fundamentada. Fallan seriamente los cimientos. Entre ellos se da una gama muy diversa de niveles de fe: desde los que acuden a la misa dominical pero sin participar nunca, o apenas, en ninguna oferta otra oferta pastoral, hasta los que viven al margen de total de toda referencia religiosa, pasando por un muy importante número de adultos que guardan alguna vinculación ocasional con la comunidad parroquial (fiestas especiales, encuentros motivados por la catequesis o celebración sacramental de sus hijos...).

Es el colectivo mayoritario de nuestras parroquias, lo cual preocupa seriamente a una Iglesia que se dice y se siente evangelizadora.

 

Bien porque se trata del colectivo mayoritario y sobre todo porque somos una Iglesia misionera, la Iglesia del "id×, vamos a abordar en primer lugar la educación en la fe de los alejados de la fe y la de aquellos cuya fe no está suficientemente fundamentada.

 

a) PRIMER ANUNCIO Y PRECATEQUESIS CON ALEJADOS DE LA FE

 

Estamos en el nervio de la acción misionera, allá donde se mide la calidad de una comunidad cristiana. La auténtica acción misionera no consiste en atender con una pastoral misionera a los que, desde el alejamiento o negación de la fe, acuden a solicitar un servicio religioso, sino en ir a donde ellos, a donde todos aquellos que "pasan" del hecho religioso. ¿Cómo llegar a ellos? ¿Cómo suscitar en ellos el interés por la fe? Ante estas preguntas quedan en entredicho la presencia de los cristianos en la vida pública y su calidad testimonial, tanto personal como comunitaria: aquellas cuatro mediaciones que utilizó Jesús y que nos las recordaban nuestros obispos en la carta pastoral sobre la Iglesia evangelizadora: testimonio, anuncio, denuncia y transformación.

 

Algunos o bastantes de estos alejados -quizás no sean tan alejados desde el momento en que vienen a nosotros- acuden a la comunidad para solicitar bien un sacramento para ellos o para sus hijos, bien una catequesis para sus hijos, bien un funeral para un ser querido... Son momentos excepcionales para hacerles un primer anuncio o un anuncio misionero (Pablo VI hablaba de poder hacer varias veces este primer anuncio a una misma persona). Cabría definir así el primer anuncio:

 

"Es el anuncio del Evangelio que, acompañado del

testimonio de su vida -y de la comunidad- un

cristiano dirige a un no creyente, con vista a

suscitar en éste, con la ayuda de la gracia, el

interés o simpatía por Jesucristo" (CA. 265)

 

El primer anuncio lo podemos hacer, sin duda, en estos encuentros prebautismales o preeucarísticos, etc..., pero lo podemos hacer en tantos sitios... El primer anuncio lo puede -y lo debe- hacer cualquier cristiano que viva su fe y lo puede hacer en cualquier situación: un viaje, un encuentro familiar o de amigos, en la vida de barrio, en el mismo ámbito laboral, etc... Como decía Pablo VI, no hay mejor manera para comunicar la fe que esa interrelación personal. En realidad, de una u otra forma, con unas y otras palabras, lo que se trata en un primer anuncio es de transmitir su propia experiencia de fe, ese sentirse "salvado" por Jesucristo, regalo de la misericordia de Dios. La "evangelii nuntiandi" describía el contenido de un primer anuncio:

 

"En Jesucristo, Hijo de Dios, hecho hombre, muerto

y resucitado, se ofrece la salvación a todos los

hombres como don de la gracia y de la misericordia

de Dios" (EN 27)

 

Hacer bien un primer anuncio o anuncio misionero es difícil por muchos motivos: por una parte, los alejados no están motivados a ello y por otra, nosotros mismos, los cristianos, debemos vivir eso que anunciamos, para que no resulte una farsa interior, y después saber comunicarlo con un talante dialogante, respetuoso de dar y recibir...

 

(Desde el Secretariado podemos ofrecer materiales para encuentros prebautismales con esa finalidad misionera. muy pronto podremos ofrecer también encuentros pre-primera Eucaristía).

 

b) PRECATEQUESIS

 

"Es la explicitación más reposada del primer anuncio

del Evangelio, dirigida a aquellas personas en quienes

se ha despertado un "interés" por la persona de

Jesucristo" (CA 266)

 

La precatequesis trata de dar cuerpo a ese despertar, a ese interés, pretende transformar esa inquietud en una decisión seria por Jesucristo. La precatequesis es un tiempo de búsqueda, es un anuncio misionero "reposado". No es todavía una catequesis propiamente dicha. Estamos con aquellos en quienes parece haberse despertado un interés por al fe y HAN DECIDIDO darle cauce. Subrayo el "han decidido" porque pienso que muchos de esos padres han podido quedar "tocados" ante el planteamiento y la celebración que se les ha ofrecido, pero no se deciden a dar el siguiente paso. Muchos de ellos te agradecen sinceramente y muestran abiertamente que les ha encantado. Pero de ahí a dar cauce a ese interrogante, a apuntarse en un grupo de búsqueda... Esto supondría replantear su vida -lo intuyen- están luego los niños pequeños, el trabajo profesional... Todos nos encontramos con enormes dificultades para convocar a adultos jóvenes a una precatequesis, incluso a esos a quienes los hemos visto tocados en su interior.

 

Sabemos que en tiempos de misión no cabe contar por decenas de convencidos, por lo menos en territorios de post-cristiandad, que hay que trabajar uno a uno y que cuando has conseguido un grupito de 5-6 tienes que empezar a trabajar seriamente con ellos. Sería importante para una parroquia poder contar todos los años con un grupo de búsqueda. Entre otras cosas, esto exige de nosotros saber discernir a los "tocados" y luego seguirlos de cerca.

 

En una precatequesis tratamos de leer desde el Evangelio las experiencias más hondas de la persona, tratando de descubrir la Buena Noticia que aporta Jesucristo a nuestras vidas, ayudándoles a descubrir en ellos mismos la cercanía -o la lejanía- del plan de Dios, signos y llamadas de Dios en su vida de todos los días, aquello que el Concilio denominaba como "semina Verbi" (AG 15). El núcleo kerigmático que a lo largo de la precatequesis tratamos de anunciar está basado en los kerigmas de los Hechos de los Apóstoles. Podríamos resumirlo en estas palabras:

 

Os anunciamos al Dios de la misericordia que en su

deseo de salvar a la persona se ha manifestado en

la presencia de Jesucristo muerto y resucitado. En

su nombre se nos perdonan todos los pecados. No

podemos pues espera otro salvador fuera de Él.

Creed esta buena noticia. Convertíos, poneos a vivir

mirando a Dios, dejándoos conducir por el Espíritu

Santo que hay en vosotros y que lo recibiréis. Y

uníos a nosotros, la Iglesia de Jesús.

 

¿Cuánto tiempo ha de durar una precatequesis? Depende mucho del destinatario que se ha apuntado al mismo. El Ritual de iniciación cristiana de adultos (RICA) indica que se pase el tiempo necesario hasta que se consolide esa conversión inicial, esa adhesión firme a Jesucristo. NO es fácil discernir esto. Por otra parte, no todo el grupo evoluciona de manera homogénea en la fe y no es cosa de separarlos. Muchos grupos actuales pasan alrededor del año en una precatequesis. Como referencia para saber lo que entendemos por conversión inicial, el Concilio lo definió así:

 

"La aceptación de Dios vivo que quiere comunicarse

a los hombres, el sentirse arrancado del pecado,

la voluntad de seguir a Jesucristo, asumiendo su

estilo de vida y las consecuencias sociales que

se derivan y el deseo de incorporarse a la

comunidad cristiana" (Ca 9, AG 13)

 

Aun cuando no se trata de una catequesis, conviene contar en las parroquias con cristianos capaces de animar esta precatequesis, testigos sencillos pero vivos de la fe, capaces de comunicarse, escuchar y animar un grupo de búsqueda.

(Desde el Secretariado podemos ofrecer varios modelos o materiales pedagógicos para hacer esta precatequesis).

 

c) CATEQUESIS CON CRISTIANOS POCO FUNDAMENTADOS EN LA FE

 

"La catequesis es esa acción eclesial que hace madurar

la adhesión o conversión inicial del cristiano,

hasta hacer de ella una viva, explícita y operante

confesión de fe" (CC 96)

 

La catequesis se mueve, pues, entre estos dos polos: la fe inicial y la confesión de fe. La catequesis se ofrece, por tanto, a aquellos en quienes se supone una fe inicial, una adhesión inicial a Jesucristo, pero que sin embargo no tienen suficientemente fundamentada su fe. En la catequesis tratamos de ayudar a unos bautizados a tomar conciencia de su Bautismo, a vivirlo, a experimentar por tanto la vida nueva de los bautizados y como consecuencia a confesar su fe de manera adulta y personal. En la catequesis hacemos de alguna forma el proceso catequético que hacían y hacen los catecúmenos antes del Bautismo, sólo que nosotros lo hacemos después del Bautismo. Por eso nuestra catequesis se inspira en el modelo catecumenal -"catequesis de estilo catecumenal"- y toma del catecumenado:

 

La catequesis, penetrada por su dimensión bautismal, termina con la renovación de la profesión de fe bautismal, una confesión adulta de la fe que la preparamos de manera especial en la última etapa de la catequesis. La confesión de fe es el "creo", nuestras entrega plena e incondicional al único Dios y la renuncia a servir a cualquier otro absoluto humano. Es un creo que le decimos no individualmente sino en Iglesia: es la profesión de fe del Pueblo de Dios.

 

En nuestras parroquias hay un destinatario idóneo de la catequesis: todos esos cristianos que acuden habitualmente a la Eucaristía dominical, pero que sin embargo no han trabajado apenas su fe y ésta se encuentra poco cimentada. Aun cuando se supone en estos cristianos una cierta adhesión a Jesucristo, cuando comenzamos una catequesis con ellos arrancamos con una corta e intensa precatequesis, distinta, desde luego, de la precatequesis que hacemos con los alejados de la fe. En los mismos Hechos de los Apóstoles descubrimos que es muy diferentes el anuncio kerigmático hecho por Pedro a los judíos (personas ya religiosas, Hechos 2, 22-36), del que hace Pablo en el areópago de Atenas y dirigido a los gentiles (Hechos 17, 16.31). Los adultos a quienes hablamos no están a cero. Son personas religiosas y sería bueno, antes de arrancar la catequesis, tener con ellos unas cuantas sesiones en torno a Jesucristo, con el evangelio de Marcos, como recomienda, por ejemplo, el cardenal Martini, con vistas a hacer crecer en ellos un entusiasmo por su persona y prepararse, de esta forma, adecuadamente a la catequesis.

Naturalmente, el destinatario más idóneo de la catequesis sigue siendo el que viene del mundo de los alejados de la fe, tras haber realizado ya una precatequesis. Nuestras comunidades se irían renovando con savia nueva, porque para estos el proceso catequético sería novedoso.

 

Por último, no se puede negar que en el colectivo de los ya "adultos en la fe", no haya creyentes con serias lagunas en la fe, a los que les vendría muy bien una catequesis de adultos, pero de este colectivo vamos a hablar a continuación.

 

Es muy importante la catequesis para una Iglesia, el secreto de la renovación de una comunidad, com lo afirma J. Pablo II en la "catechesi tradendae". La catequesis es la escuela de base de la fe donde se da a unos creyentes los cimientos y raíces de su vida cristiana. Tenemos que acertar a hacerla muy bien. Últimamente el Consejo pastoral diocesano ha lamentado la poca vivencia apostólica-misionera que parece inyectamos a los catequizados. Si, es posible que la catequesis no genere un creyente capaz de hacerse presente activamente en la vida pública, pero ello no es atribuible a la catequesis como tal acción eclesial, sino al tipo de catequesis que realizamos en nuestra diócesis, a efectos coyunturales en: el tipo de convocatoria, el talante poco misionera de los catequistas, la pedagogía utilizada, las dificultades que presenta el contexto ambiental... Por eso, no es cosa de pensar en otro proyecto de formación básica para los adultos, ya que es eso precisamente lo que busca la catequesis, sino de revisar los proyectos catequéticos actuales.

 

Por propia experiencia conozco lo difícil que resulta el convocar a nueva gente a la catequesis de adultos y después acertar a llevar con rigor un proceso catequético. Hace 14 años comenzamos a impulsar este tipo de catequesis de adultos. Algunos se han cansado de convocar..., los años no perdonan... no tenemos catequistas laicos... Aprovecho esta ocasión para animarnos mutuamente a seguir, con más ilusión aún, ya que nos jugamos mucho para las comunidades cristianas.

 

d) UNA MADUREZ EN LA FE EN PERMANENTE CRECIMIENTO

 

Vamos a abordar el crecimiento en la fe de ese colectivo importante de nuestras parroquias al que consideramos "adulto en la fe". La conversión es un proceso permanente que dura toda la vida. Como apuntaba más arriba no es un colectivo homogéneo en el nivel de fe y así hay entre ellos quienes presentan lagunas iniciatorias serias, razón por la que bastantes de ellos optan por hacer un proceso catequético. La idea es buena, pero en lo posible desearíamos todos poder ofrecer los procesos catequéticos a quienes necesitan seriamente fundamentar su fe. Muchos de nosotros, ante la negativa de los "pasivos" o "alejados de la fe" a apuntarse a ofertas educativas en la fe, optamos por abrir la oferta a los más cercanos. No es sin embargo la opción ideal. Muchas de las lagunas de esta gente podríamos subsanarlas por caminos no necesariamente catequéticos. El hecho de que les consideremos un tanto adultos en la fe, no quiere decir que los vayamos a abandonar sino que les propondríamos otras ofertas.

 

El progreso en la madurez cristiana creemos poder lograrlo apoyándonos en estos tres pilares:

 

    1. 1.   La acción apostólica: proponiéndoles acciones de corte intraparroquial y extraparroquial (catequista, monitor del tiempo libre, grupo de militancia apostólica, asistencia caritativa, servicios sociales (droga, cárcel, sida, vagabundos... pastoral familiar..

Quisiera aclarar algo respecto a la militancia apostólica porque me parece observar una confusión en bastantes sectores. La militancia apostólica, normalmente, no es alternativa de la catequesis sino complementaria.

 

 

    1. 2.   La educación en la fe. Todo lo que hace la Iglesia contribuye, de alguna manera, a educar la fe de los cristianos. Sin embargo, la Iglesia intenta más directamente esta educación a través de las múltiples formas del ministerio de la Palabra. La catequesis es una forma peculiar de la educación en la fe, la primera y la más básica, pero no es la única. Está la homilía, las catequesis ocasionales, la enseñanza religiosa, la formación cristiana en el seno de los movimientos, la enseñanza de la teología y de la Biblia.

       

      Una de las lagunas que este colectivo de nuestras parroquias cree tener es la deficiencia formativa. Estos cristianos cuentan para su crecimiento con la homilía, las catequesis ocasionales en torno a los tiempos fuertes litúrgicos, la formación que reciben muchos de ellos en el seno de las comisiones parroquiales etc... Pero desean algo más, echan en falta una sistematización actualizada del contenido de la fe. Una catequesis sistemática debería darles, pero no han se hacer necesariamente un proceso catequético porque muchos de ellos tienen ya una fe bastante cimentada. podrían acudir a cursos de teología y biblia para seglares que imparten algunas zonas.

       

      Una buena solución serían los denominados "grupos de reflexión" donde en un clima comunitario-grupal pueden abordar infinidad de libros que les proporcionarían esa sistematización actualizada de la creencia cristiana. Estos grupos añaden a veces la oración, el compromiso y la revisión personal... y no es fácil distinguirlos de lo que es un grupo catequético. Acaso habría que observar a sus componentes que no son los propios de una catequesis, gente que busca fundamentar básicamente su fe.

       

      A propósito de estos grupos, observamos que algunos de ellos llevan ya 8-10 años (hicieron la catequesis sistemática, después cogieron un libro, después otro... y su gran preocupación todos los años es qué hacer el curso siguiente. Muchas veces les he expresado que adopten el "método de revisión de vida" como proceso permanente de educación de su fe.

       

  1. 3.   La celebración, la vida comunitaria. Cada vez son más los creyentes que, o bien porque han pasado por un proceso catequético, o bien porque su trayectoria cristiana les ha llevado por otros caminos a madurar en la fe, sienten la necesidad de poder contar periódicamente con encuentros oracionales intensos, celebraciones eucarísticas reposadas y fuertemente participativas, lugares y células comunitarias donde puedan compartir comunitariamente las experiencias cristianas, exigencias, apoyarse mutuamente...

Las parroquias tienen que tomar conciencia seria de todo ello y responder adecuadamente. "Los padres sinodales han considerado atentamente la situación actual de muchas parroquias solicitando una decidida renovación, favoreciendo las pequeñas comunidades eclesiales de base, también llamadas comunidades vivas, donde los fieles puedan comunicarse mutuamente la Palabra de Dios y manifestarse en el recíproco servicio y en el amor" (CL 26).

 

 

 

Félix Garitano

23.2.93

 

 

LA EVANGELIZACIÓN, COMO PROCESO POR ETAPAS

 

ACCIÓN MISIONERA

 

Qué es: todo lo que la Iglesia vive testimonialmente, hace para el mundo, anuncia y denuncia..., para establecer en el mundo el Reino de Dios y las personas den su primera adhesión a Jesucristo y su Evangelio.

 

 

Destinatarios:

 

. Los increyentes, agnósticos...

. Los que nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús...

. Los iniciados en la infancia, pero que luego abandonaron...

 

 

Dos momentos:

 

1. Primer anuncio 2. Precatequesis

 

Objetivo: suscitar el Objetivo: suscitar la

interés por la fe... fe y conversión inicial.

 

Contenido: el núcleo del Contenido: el Kerigma

del Kerigma de Jesucristo anunciado espaciosa-

en conexión con las ex- mente, y en conexión

periencias de las perso- con la vida de los sim-

nas... patizantes que acuden...

 

Quién lo hace: todos los Quién lo hace: los a-

creyentes, en la vida de compañantes, bien in-

todos los días... dividualmente, bien en

un grupo de búsqueda...

 

Con quiénes: con todos Con quiénes: con los

aquellos que desconocen interesados por la fe

o rechazan el Evangelio... (los simpatizantes...)

 

 

ACCIÓN CATEQUÉTICA

 

Qué es: es la acción que capacita básicamente para entender, celebrar y vivir el Evangelio de Jesús, a los que han dado ya su primera adhesión al mismo.

 

 

Destinatarios:

 

. Aquellos en quienes la acción misionera ha suscitado la fe inicial, o cuando menos, el interés por la fe.

 

. Creyentes vinculados a la comunidad que necesitan de una fundamentación en la fe.

 

 

Dos momentos: búsqueda y maduración

 

1. Precatequesis (búsqueda)

 

2. Catequesis (maduración)

 

. Objetivo: madurar la fe inicial, hacerla adulta, confesarla...

 

. Estructura externa: proceso orgánico, sistemático, integral, básico-elemental, transitorio...

 

. Estructura interna: gradual, en tres grados...

 

. Quién lo hace o anima: el catequista, designado por la comunidad.

 

. Con quienes: con los que teniendo la fe inicial, no la tienen aun suficientemente fundamentada...

 

 

ACCIÓN PASTORAL

 

Qué es: la vida de la comunidad, todas aquellas iniciativas que una comunidad cristiana realiza con sus fieles.

 

 

Destinatarios:

 

Los fieles de la comunidad que tienen ya suficientemente fundamenta su fe.

 

Objetivos:

 

. Seguir madurándolos en la fe,

. para participar activamente en la vida y misión de la Iglesia.

 

Cómo:

 

Vía acción: presencia ambiental testimoniante, militancia, participación en la acción catequizadora, servicios asistenciales...

 

Vía reflexión: catequesis ocasionales, encuentros, homilía dominical, estudios teológicos o bíblicos, charlas...

 

Vía oración-celebración: celebraciones dominicales con especial atención a los tiempos fuertes, celebraciones-encuentros especiales para un nivel mayor de fe, talleres-grupos oracionales...

 

y todo ello en un clima comunitario vivo.