COMUNIDAD DE TESALÓNICA

  1. Tesalónica era una importante ciudad, capital de distrito de la provincia romana de Macedonia. Allí llegó Pablo el año 50, acompañado de Silas y Timoteo, después de evangelizar en Filipos. Según su costumbre, fue a la sinagoga y, en discusión con los judíos, anunció el Evangelio: Algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y Silas así como una gran multitud de los que adoraban a Dios y de griegos y no pocas de las mujeres principales (Hch 17,4). Así nació la comunidad de Tesalónica.
  2. En la sinagoga Pablo y sus compañeros duran tres sábados, después se reúnen en una casa. Los judíos, llenos de envidia, traman una persecución contra ellos y los denuncian ante los magistrados: “Esos que han revolucionado todo el mundo se han presentado también aquí, y Jasón les ha hospedado”, “van contra los decretos del César y afirman que hay otro rey, Jesús” (17,7).
  3. Pablo estuvo poco tiempo en Tesalónica. Debido a la oposición judía, tuvo que escapar, pero pudo poner los fundamentos de una joven comunidad formada principalmente por gentiles. Como los demás apóstoles, va por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra (8,4) y la experiencia de Cristo crucificado: Dios le ha constituido Señor y Cristo (2,32; 1 Co 1,23-24).
  4. A Pablo le preocupa la suerte de los hermanos. Sólo les ha podido dar una formación elemental. Personalmente, no puede ir a verlos. Desde Atenas envía a Timoteo para animarlos en medio de las dificultades. Hacia el año 52, les escribe desde Corinto, cuando llegan de Macedonia Silas y Timoteo (Hch 18,5). Lo hace con el alivio de las buenas noticias que le traen.
  5. Sin embargo, hay problemas: los judíos continúan su campaña contra el apóstol, quedan restos de costumbres paganas, se necesitan catequesis diversas, por ejemplo, sobre el Día del Señor y el hecho de la resurrección. Con su carta, Pablo quiere orientar a aquellos hermanos y afrontar los problemas pendientes. En el saludo inicial, la carta es encabezada  por Pablo, Silas y Timoteo (1 Ts 1,1). 
  6. Por encima de todo, la acción de gracias. Al considerar el pasado, las dificultades superadas y la fuerte oposición sufrida, Pablo proclama la poderosa fuerza de Dios. En realidad, el Evangelio estaba condenado a la esterilidad, pero fue anunciado no sólo con palabras, sino también con señales: En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros... Tenemos presente ante nuestro Dios y Padre la obra de vuestra fe, los trabajos de vuestro amor y la tenacidad de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Conocemos, queridos hermanos, vuestra elección; ya que os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con espíritu santo, con plena persuasión (1,2-5).
  7. La primera carta a la comunidad de Tesalónica es el primer escrito del Nuevo Testamento. En los tres primeros capítulos Pablo evoca la experiencia del origen y crecimiento de la comunidad fundada por él. Los hermanos de Tesalónica saben bien, conocen perfectamente, recuerdan...  Pero ¿qué es lo que saben, conocen y recuerdan?
  8. Los hermanos saben que Pablo les anunció la experiencia del Evangelio; que ellos acogieron la palabra entre tanta lucha con la alegría del espíritu santo; que han llegado a ser modelo para muchos creyentes: Desde vuestra comunidad, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por todas partes; vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar así a su hijo Jesús que ha de venir de los cielos... y nos libra de la ira que viene  (1,6-10).
  9. Los hermanos saben que la acción de Pablo no fue estéril, fue valiente, desinteresada, respetuosa: Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra ida a vosotros no fue estéril, sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas. Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni con engaño, sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. Como bien sabéis, nunca nos presentamos con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia, Dios es testigo, ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie. Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño a sus hijos (2,1-7).
  10. Los hermanos saben que el Evangelio que anuncia Pablo no es mera palabra humana. Es la manifestación palpable de la fuerza de Dios, que confirma la palabra anunciada: Por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes (2, 13).
  11. Los hermanos saben por experiencia que el anuncio del Evangelio entraña conflicto, división, sufrimiento, persecución: Habéis seguido el ejemplo de las iglesias de Dios que están en Judea, en Cristo Jesús, pues también vosotros habéis sufrido de vuestros paisanos las mismas cosas que ellos de parte de los judíos; esos son los que dieron muerte al Señor y a los profetas y los que nos han perseguido a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de los hombres, esos que estorban que hablemos a los gentiles para que se salven (2,14-16).
  12. Por supuesto, Pablo hubiera querido ir (más de una vez) a Tesalónica, pero el adversario lo impidió: Separados de vosotros por breve tiempo –físicamente, pero no con el corazón- ansiábamos con ardiente deseo ver vuestro rostro. Por eso quisimos ir a vosotros –yo mismo, Pablo, lo intenté más de una vez-, pero Satanás lo impidió... Por eso, no pudiendo aguantar más, decidí quedarme solo en Atenas y envié a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios, para afianzaros y alentaros en vuestra fe, para que nadie vacile en las dificultades presentes. Bien sabéis que este es nuestro destino: ya cuando estábamos con vosotros, os predecíamos que sufriríamos dificultades, y sabéis que así ha sucedido. Por lo cual también yo, no pudiendo aguantar más, le envié para tener noticias de vuestra fe, temiendo que os hubiera tentado el tentador y que nuestras fatigas hubieran resultado inútiles (2,17-3,5).
  13. Las noticias que trae Timoteo son buenas: Nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y amor mutuo, añadiendo que conserváis siempre buen recuerdo de nosotros y que deseáis vernos, así como nosotros a vosotros. En cualquier caso, la visita de Pablo a la comunidad está en manos de Dios: Noche y día le pedimos a Dios insistentemente poder ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra fe. Que Dios mismo, nuestro Padre y nuestro Señor Jesús orienten nuestros pasos hacia vosotros (3,6-11). Por lo demás, vivid como conviene, ya sabéis las instrucciones que os dimos en el nombre del Señor (4,1-2).
  14. Algunos hermanos creen ingenuamente que el día del Señor será un acontecimiento espectacular e inminente, que se perderán los que ya hayan muerto. Pero no, los vivos no llevamos ventaja. Ellos van por delante: Como Cristo ha resucitado, los muertos resucitan. La resurrección es una realidad trascendente que ya irrumpe en la historia. Pero el mundo no se acaba, hay que trabajar: El que no quiera trabajar, que no coma (4,11;2 Ts 3,10). Además, el día del Señor es día de nubes y oscuridad (Jl 2,2;Sof 1,15), día de juicio de todo aquello que no tiene que ver con el reino de Dios. Por tanto, como hijos de la luz, estemos vigilantes, no sea que ese día nos sorprenda como ladrón en la noche (1 Ts 5,2). El Evangelio es, a la vez, anuncio y denuncia. En la carta a los Gálatas, en el mismo capítulo está la mano que se le tiende a Pablo en señal de comunión y la reprensión que el apóstol de los gentiles hace a Pedro (Ga 2,1-14).

* Diálogo: ¿Qué es lo que sabemos, conocemos, recordamos?