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Jesús recibe
con cariño a
los niños

 


 

Mateo 19, 13-15:

Dejen que los niños
se acerquen a mí

 

CATEQUISTA-AUDIO   -   TEMA EN PPS


 

1. PRESENTACIÓN DEL TEMA

En tiempo de Jesús los niños eran sumamente despreciados. No se les apreciaba porque no conocían la Ley, y por supuesto no la practicaban. El conocimiento y el respeto a la multitud de normas de comportamiento que los fariseos y doctores habían marcado, señalaba el grado de dignidad de cada persona y cada grupo social.

Por eso despreciaban a los pobres, a las mujeres, a los enfermos crónicos, a los extranjeros y también a los niños. Y si se les despreciaba, por supuesto, no se les bendecía, imponiéndole las manos sobre la cabeza.

En este ambiente, un grupo de mamás, viendo la amabilidad de Jesús, se acercaron a él con sus hijos para que los bendijera. Y los apóstoles, siguiendo las normas de su cultura ambiental, se lo impedían. ¿Dónde se ha visto que se bendiga a los pequeños?, dirían. Esperen a que sean mayores de edad y entonces vengan…

Jesús escuchó quizás el desprecio que hacían sus discípulos y les retó diciéndoles: Dejen que los niños se acerquen a mí, pues los que son como ellos de ésos es el Reino de los cielos.

No quiere decir que el Reino de Dios pertenece a los inocentes, sino a los despreciados, a los que se les tiene en nada.

También en nuestro ambiente se desprecia con frecuencia a los niños. Más aun si son pobres. No se les hace caso. No se les ayuda a crecer como Dios quiere. Se les da malos ejemplos. Se abusa de ellos…

Jesús, en cambio, siempre los mira con cariño. Y reta a los mayores diciéndoles: “Dejen que los niños se acerquen a mí”. Pues los niños tienden a buscar a Jesús de todo corazón. Y somos los mayores muchas veces los que se lo impedimos.

Cada niño es un hijo de Dios, con maravillosas posibilidades personales por desarrollar. Les ayudamos a acercarse a Jesús posibilitando su desarrollo afectivo e intelectual, sus cualidades propias, especialmente su ser artístico. Y de una manera muy especial, ayudándoles a crecer en su fe, respondiendo sus interrogantes de forma adecuada a su edad.

Y esto no es sólo obligación de los padres. También lo es de los hermanos mayores…

2. ORACIÓN INICIAL

Recemos el Padre nuestro, fijándonos en la parte de “venga tu Reino”.

3. LECTURA DEL EVANGELIO

Mateo 19, 13-15: Dejen que los niños se acerquen a mí.

4. DIÁLOGO COMUNITARIO

Ver:

a)      Recordemos por qué los apóstoles no dejaban que los niños se acercaran a Jesús.

b)     ¿Hay también entre nosotros desprecio y mal trato a los niños? ¿Nos sentimos nosotros mismos despreciados?

c)      ¿Quiénes otros son despreciados en nuestro ambiente?

Pensar:

a)      ¿Por qué sería que Jesús recibía con tanto cariño a los niños, en contra de la costumbre de su época?

b)     ¿Por qué pensamos que también hoy hay gente, y aun papás, que desprecian a los niños?

c)      Leer 1 Corintios 1, 26-28, y dialogar sobre cómo apoya este texto el mensaje de hoy.

Actuar:

a)      ¿Qué podemos hacer nosotros para cuidar mejor a nuestros familiares más pequeños?

b)     ¿Cómo ayudar a los niños de nuestro barrio?

c)      ¿Cómo debieran los padres educar mejor a sus hijos pequeños?

 

5. ORACIÓN COMUNITARIA

● Creemos que Jesús es siempre cariñoso con los niños.

● Creemos que los niños son un reflejo de la belleza y la bondad de Dios.

● Creemos que cada niño encierra en sí maravillosas posibilidades de desarrollo.

● Perdón, Señor, por los complejos de inferioridad que arrastramos desde pequeños.

● Perdón porque también nosotros despreciamos a los que son más pequeños que nosotros.

● Que sepamos tratar a los niños con tu mismo cariño.

● Gracias, Señor, por las muchas cosas buenas que hemos recibido desde pequeños.

● Gracias por el amor de nuestros padres, familiares y amigos.

6. EVALUACIÓN

¿Hemos dialogado con sinceridad y realismo?

¿Qué hemos aprendido de nuevo hoy?

7. CANTO DE DESPEDIDA

     Intentemos cantar una canción infantil.