Crónicas.

 

Introducción.
I. Crónicas. 1. Genealogías de Todo Israel. (c.1-9). De Adán a Israel (1:1-2:2). 2. Historia de David (c.10-29).
II Crónicas. 1. Historia del Reinado de Salomón (c.1-9). 2. Historia de los Reyes de Juda (c. 10-36).

 

Introducción.

Los libros de las Crónicas formaban en un principio un solo volumen, que los LXX, al igual que hicieron con los de Samuel y Reyes, dividieron en dos. En el hebreo llevan el título Dibre hayyamim (palabras, cosas de los días), expresión que equivale a anales, crónicas. Esta última denominación empleó San Jerónimo al considerar el libro como "Chronicon totius divinae historiae" (PL 28,554) o "Instrumenti veteris epitomen" (PL 22:548). Lutero adoptó y generalizó el título jeronimiano de Crónicas. Los LXX dieron a la obra el título de 1 y 2 libro de los Paraleipoménon, por creer que su autor quiso completar las historias de los libros de Samuel y de los Reyes, recogiéndose noticias que allí habíanse omitido o dejado de lado. Pero el libro es una historia independiente y autónoma. Créese que el libro formaba parte originariamente de los actuales libros de Esdras y Nehemías.

 

Lugar en el canon.

En las Biblias hebraicas actuales las Crónicas van al final, lugar que ocupaban ya en tiempos de Jesucristo (Mt 23:35; 2 Crón 24:20ss). En las ediciones del texto griego y latino, las Crónicas siguen a los libros de los Reyes y preceden a los de Esdras y Nehemías. Hemos dicho que éstos originariamente formaban un todo con los de las Crónicas, con los cuales se parecen en cuanto al estilo, vocabulario, composición, ideas fundamentales, predilección por las genealogías, interés por el culto, relieve concedido al sacerdocio, levitas, cantores y porteros. A estos argumentos debe añadirse que los dos últimos versos de las Crónicas (36:22-23) se reproducen exactamente en Esd 1:1-4. Cuando el libro de las Crónicas se desgajó del de Esdras, quedaron en aquél los primeros renglones con que empezaba éste.

 

Autor y fecha de composición.

La unidad primitiva de composición de las Crónicas y el libro de Esdras ha llevado a algunos autores católicos a adherirse a la opinión del Talmud (Baba Bathra 15a), según la cual Esdras "escribió su libro y la genealogía del libro de las Crónicas hasta él." Pero es más probable que el autor, muy probablemente levita, sea posterior a Esdras, sin que nos sea posible señalar su nombre, ni siquiera precisar el tiempo exacto en que vivió y en qué fecha puso manos a la obra. Faltando datos históricos sobre el particular, se hace preciso recurrir al examen del texto.

Encontramos en el texto indicios claros de que el autor de las Crónicas es posterior a Esdras. En 2 Crón 36:22-23 se habla del decreto de Ciro (año 537 a.C.); en 1 Crón 29:7 se menciona el dárico (adarkonim), lo que nos traslada a un tiempo posterior a Darío I (522-486). La lista de los descendientes de David (1 Crón 3:22-24) nos lleva hacia el año 350. En Nehemías (12:22) se dice qué desde Elíasib hasta el reinado de Darío se confeccionaron los censos de los sacerdotes y levitas. Uno de los sumos sacerdotes mencionados es Yadúa, del cual escribe Flavio Josefo que fue contemporáneo de Alejandro Magno (Ant. lud. 11; 7; 2), de lo que se deduce que el autor escribió hacia el año 300. M. Noth l señala la fecha de composición entre los años 300-200 a.C. Debe descartarse toda fecha posterior a esta última. El autor del Eclesiástico (hacia el año 180 a.C.) habla de la institución de los levitas cantores por el rey David (47:11), inspirándose quizá en el testimonio del libro de las Crónicas.

Las particularidades lingüísticas del libro tienden a probar la composición tardía de la obra. En resumen, las características del libro responden a una fecha bastante adelantada en el curso del siglo ni a.C. Dado que el autor se esfuerza por concentrar la atención de los lectores en torno al templo, puede deducirse que escribe en la época en que el yahvismo se encontraba en situación comprometida por razón de los esfuerzos conjugados del cisma samaritano, que tomó gran incremento a partir del año 350 y llega a su punto álgido con la construcción del templo sobre el monte Garizim; la confabulación de los sumos sacerdotes sucesores de Simón I el Justo con los Tobiadas y el apoyo financiero de Tolomeo III Evergetes. Esto nos lleva de nuevo a la segunda mitad del siglo ni a.C. Hemos dicho antes que el autor procede de los círculos de los levitas; se complace en dar sus genealogías, señalar el cometido de las clases levíticas inferiores, tales como músicos, cantores y porteros. Tiene frases nada halagadoras para los sacerdotes (2 Crón 5:11; 29:34).

 

Contenido.

La obra del cronista puede dividirse en dos partes: i) Introducción (c.1-9). 2) Historia de los reyes de Judá (1 Crón 10:1-2 Crón c.36). Alude el autor a las vicisitudes del establecimiento del reino de Yahvé en Israel, y para ello parte del primer hombre, Adán, llegando por vía de exclusión hasta David. Hace hincapié en las genealogías de la tribu de Judá y de Leví; a la familia de David se le concede un trato de favor. Si las genealogías sirven de introducción al reinado de David y si éste es considerado como jefe ideal del reino teocrático, es porque el cronista se propone enfocar la historia de su pueblo desde un ángulo particular: el de la teocracia, fundada sobre las promesas hechas por Yahvé a la dinastía davídica (2 Crón 6:4-11; 42; 21:7). En semejante perspectiva es natural que el reino de Judá atraiga su atención 2.

En la segunda parte se extiende largamente en los reinados de David (1 Crón c.10-29) y de Salomón (2 Crón c.1-9). Al primero prometió Dios una descendencia perpetua en el trono de Judá. David, del cual se callan todas las debilidades capaces de empañar su figura, correspondió a la liberalidad divina promoviendo y preparando eficazmente la construcción del templo y asegurando el esplendor de su culto. Salomón fue el que realizó el ideal de su padre David. Deja de lado a los reyes del reino del Norte, separados de la comunidad de Israel por el cisma político-religioso (2 Crón 13:5) y fija su atención en los de Judá, deteniéndose en aquellos que se distinguieron por su celo por la buena marcha del culto en el templo. De los 822 versículos del segundo libro de las Crónicas, 201 están dedicados a Salomón (1:1; 9:31), 102 a Josafat (17:1; 21:1), 117 a Ezequías (29:1; 32:33) y 6o a Josías (34:1; 35:27)· De los reyes de Israel habla incidentalmente por su intervención en la política de los de Judá. La prosperidad de cada monarca de Judá se mide por la fidelidad del monarca al pacto de la alianza establecido entre Yahvé y David (2 Crón 13:5). Judá es el verdadero Israel, nombre que muchas veces se le aplica (2 Crón 12:6; 19:8; 21:4),

 

Fuentes de información.

El autor sagrado utilizó fuentes canónicas y extrabíblicas; unas veces las cita explícitamente, otras no. Incorpora en su libro textos del Génesis, Éxodo, Números, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de los Reyes. Sin embargo, nunca menciona explícitamente estas fuentes canónicas, a pesar de citarlas a partir de 1 Crón c.10 de manera masiva 3.

Las principales fuentes extrabíblicas, históricas y proféticas, son: A) Históricas: 1) Crónica del rey David (1 Crón 27:24); 2) Libro de los reyes de Israel (1 Crón 9:1; 2 Crón 20:34); 3) Actas de los reyes de Israel (2 Crón 33:18); 4) Libro de los reyes de Israel y de Judá (2 Crón 27:7; 35:27; 36:8); 5) Libro de los reyes de Judá y de Israel (2 Crón 16:11; 25:26; 28:26; 32:32); 6) Midrash del libro de los reyes (2 Crón 24:27). Es parecer de muchos exegetas que los libros de los números 2, 3, 4 y 5 son una misma obra, que se cita diversamente por no tener todavía un título reconocido oficialmente. ¿Lo es también el Midrash del libro de los reyes? A juzgar por su género literario, no hay duda alguna. Es posible, escribe Podéchard, que el Libro de los reyes sea una misma cosa con el Midrash del mismo nombre. Del hecho de que este libro de los reyes, a juzgar por su contenido, era también un Midrash, hace que esta simple posibilidad se convierta en una probabilidad seria 4. B) Fuentes Proféticas: 1) Actas de Samuel el vidente (1 Crón 29:29); 2) Actas de Natán profeta (1 Crón 29:29; 2 Crón 9:29); 3) Actas de Gad el vidente (1 Crón 29:29); 4) Profecía de Ido (2 Crón 9:29; 12:15); 5) Actas de Semeyas profeta (2 Crón 12:15); 6) El Midrash del profeta Ido (2 Crón 13:22); 7) Actas de Jehú, hijo de Janani (2 Crón 20:34); 8) Historia de Ozias (2 Crón 26:22); 9) La visión de Isaías (2 Crón 32:32); 10) Actas de los videntes (2 Crón 33:19); 11) Libro de Ajías, silonita (2 Crón 9:29); 12) Lamentaciones de Jeremías (2 Crón 35:25), de contenido más amplio que las del libro canónico. ¿Cada uno de estos libros existía por separado o circulaba en forma de antología profética? ¿Deben o no identificarse las fuentes proféticas con los libros históricos mencionados antes? ¿Son o no ficticias tales citaciones? Discuten los autores sobre estos puntos. Parece que existía un escrito que contenía el texto de varios oráculos proféticos atribuidos a diversos nabos; en lugar de escritos individuales y por separado circulaban antologías proféticas con los textos de los oráculos pronunciados por los videntes en tiempos y circunstancias dispares. Para su obra consultó el autor las fuentes históricas y proféticas; la distinción entre ambas colecciones es manifiesta a juzgar por 2 Crón 32:32; 33.18-19.

Además de las fuentes que cita explícitamente, consultó el autor listas genealógicas confeccionadas acaso al regreso de la cautividad, cuando se sintió la necesidad de que cada "hijo de la cautividad" probase o bien su ascendencia judaica o los derechos que algunos alegaban para ejercer las funciones sacerdotales (Neh 7:61-65; 12:22-23). La lista de los guerreros de las doce tribus (1 Crón 12, 24-38) tiene indicios de ser de origen popular. En fin, sin que nos sea dado ver y discernir cuántas y de qué naturaleza fueron las fuentes escritas que tuvo el autor a su disposición, no cabe perder de vista que muchas informaciones llegaron a su conocimiento por tradición oral.

 

Manera de utilizar las fuentes.

Si el autor recurre a fuentes preexistentes, no es para ajustarse a ellas estrictamente, sino servirse libremente de las mismas de acuerdo con su finalidad pragmático-religiosa. Desde el primer capítulo se observa en su obra una mezcla de fidelidad y libertad frente a las fuentes. Esta libertad de acción está condicionada a un fin suprahistórico: la historia, más que término, es medio para un fin. El fin religioso no fluye o se desgaja del relato histórico, que muchas veces tiene para el autor valor de ejemplo; algunos han calificado al libro de catecismo con ejemplos. Debe examinarse en cada caso hasta qué punto responde el autor de la objetividad histórica del hecho.

 

Valor histórico.

En las Crónicas aparece un género literario característico del tiempo: el midrash, que consiste en examinar los textos antiguos con vistas a una explicación conforme a los tiempos presentes. En realidad es un género edificante y explicativo ligado íntimamente a la Escritura, en el cual la parte amplificada es real, pero secundaria y subordinada siempre al fin religioso esencial, que es poner de manifiesto la obra de Dios, la palabra de Dios. En los libros históricos, escribe Lusseau, las fuentes, sean canónicas o no se utilizan con el designio bien definido de adaptarlas, embelleciéndolas, a las necesidades de una tesis, conforme a la exégesis tradicional de una época5. Su libro es una historia dirigida, o mejor, una meditación sobre la historia, con tendencia a darle una actualidad conforme a las preocupaciones de los tiempos presentes. Coloca en el centro de la historia el reino de David, al que atribuye toda la legislación del culto del santuario, desplazando en cierta manera a Moisés. Esta transposición histórica pone de manifiesto el desarrollo de las ideas religiosas al mismo, tiempo que descubre el fin inmediato que el autor se propuso, que fue el de fundamentar los privilegios de los levitas. De esta manera el cronista se sirve de materiales antiguos, que pone al servicio de sus concepciones teológicas y sus puntos de vista apologéticos6.

 

Doctrina religiosa.

Se propone el autor inducir a sus lectores a mantenerse fieles al pacto de la alianza concluido entre Dios y David. Como condición indispensable para pertenecer a esta comunidad davídica se requiere fidelidad a Yahvé. Dios mantendrá en pie todas las promesas a condición de que su pueblo se someta a sus preceptos y mandamientos, tal como están escritos en la Ley de Moisés. A Dios se le debe un culto digno en el santuario de Jerusalén; alejarse del templo equivale a apostatar de Dios.

 

Canonicidad.

El libro fue admitido en el canon judío, quizá después del concilio de Jamnia (hacia el año 95 d. C.), cuando los saduceos habían perdido su hegemonía, que les arrebataron los fariseos. La secta de Jirbet Qumrán se inspira en el espíritu del cronista: "el mismo ideal comunitario, idénticas exigencias morales, el mismo culto de la Ley y el mismo respeto por el sacerdocio de Aarón" (Cazelles). La Iglesia cristiana recibió sin dificultad en el canon el libro de las Crónicas, salvo acaso la iglesia siríaca.

 

1 Überlieferungsgefchichtliche Studien T (Halls T94).

2 Brunet, Le Chroniste et ses sources 348.

3 A. clamer, Paralipoménes: DTC 5:2135-2136; vannutelli, Ltbri synoptici V, .

4 Rb 23 (I915) 241; Góttsberger, 6.

 

 

I. Crónicas.

 

     

  1. Genealogías de Todo Israel. (c.1-9).

     

     

  2. De Adán a Israel (1:1-2:2).

     

 

Orígenes de los tres grandes grupos (1:1-4).

1 Adán, Set, Enós, 2 Cainán, Malaleel, Jared, 3 Janoc, Metu-sela, Larnec, 4 Noé, Sem, Cam y Jafet.

 

Descendientes de Jafet (1:5-7 = Gen10:2-4).

5 Hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Ja van, Tubal, Mesec y Tiras. 6 Hijos de Gomer: Asquenas, Difat y Togorma, 7 Hijos de Ja van: Elisa, Tarsis, Quitim y Rodanim.

 

Los camitas (1:8-16 = Gén 10:6-8; 11-16).

8 Hijos de Cam: Cus, Misraím, Put y Canaán.9 Hijos de Cus: Saba, Javila, Sabta, Regma, Sabteca. Hijos de Regma: Seba y Dadán.10 Cus engendró a Nimrod; éste comenzó a ser potente sobre la tierra" 11 Misraím engendró a los Ludim, los Anamim, los Leabim, los Naftujim, 12 los Patrusim y los Caslujim, de los que salieron los Pelistim y los Caftorim.13 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, 14 y a Jet, a los jebuseos, los amorreos, los guergueseos, 15 los jeveos, los arqueos, los sineos, l6 los ar-vadeos, los semareos y los jámateos.

 

Los hijos de Sem (1:17-23 = Gen 10:22-23; 24-28).

17 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfacsad, Lud y Aram. Hijos de Aram: Us, Jul, Gueter y Mesec. 18 Arfacsad engendró a Salaj, y Salaj engendró a Eber. 19 A Eber le nacieron dos hijos; el nombre del uno Peleg, porque en su tiempo se dividió la tierra, y el nombre de su hermano, Joctán. 20 Joctán engendró a Almodad, Selef, Jasarmavet, Jeraj, 21 Adoram, Uzal, Dicla, 22 Eval, Abimael, Seba, 23 Qfir, Abila y Jobab. Todos éstos son hijos de Joctán.

 

De Sem a Abraham (1:24-29 = Gen 11:10-32).

24 Sem, Arfacsad, Selaj, 25 Eber, Peleg, Reu, 26 Sarug, Najor, Teraj, 27Abram, que es Abraham. 28 Hijos de Abrahami Isaac e Ismael. 29 Su posteridad: Nabot, primogénito de Ismael; Quedar, Adbeel, Mibsam.

 

Los ismaelitas (1:30-33 = Gen 25:12-16; 25:1-4).

30 Misma, Duma, Masa, Jadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedma. Estos son los hijos de Ismael. 31 Hijos de Quetura, concubina de Abraham: tuvo a Zimram, a Jocsam, a Medán, a Madián, a Jisbac y a Suaj. 32 Hijos de Jocsam: Seba y Daban. 33 Hijos de Madián: Efa, Efer, Janoc, Abida y Elda. Estos soii todos los hijos de Quetura.

 

Esaú e Israel (1:34-37 = Gen 25:19-26; 36:4-5; 10-17).

34 Abraham engendró a Isaac. Hijos de Isaac: Esaú e Israel. 35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jelam y Coré. 36 Hijos de Elifaz: Teman, Ornar, Sen, Guetam, Quenaz, Timna y Amalee. 37 Hijos de Reuel: Najar, Zeraj, Samma y Miza.

 

El autor sagrado emplea el método de eliminación, para fijar sólo su atención sobre los semitas, Abraham, Isaac e Israel. Según Gen 36:2, era Timna concubina de Elifaz.

 

Hijos de Seír (1:38-42== Gen 36:2-28).

38 Hijos de Seír: Lotán, Sobal, Sibeón, Ana, Disón, Eser y Disán. 39 Hijos de Lotán: Jori y Omán. Hermana de Lotán, Timna. 40 Hijos de Sobal: Alian, Manajat, Ebal, Sen y Onam. Hijos de Sibeón: Aya y Ana. Hijo de Ana: 41 Disón. Hijos de Disón: Jamram, Esbam, Jitram y Queram. 42 Hijos de Eser: Bilán, Zaván y Jacán. Hijos de Disán: Uz y Aran.

 

Es Seír el nombre de una montaña del país de Edom, al sur del mar Muerto; allí habitaban los horritas, que fueron suplantados por los descendientes de Esaú (Deut 2:12-22),

 

Los reyes de Edom (1:43-50 = Gen 36:31-39).

43 He aquí los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que reinase rey alguno sobre los hijos de Israel: Bela, hijo de Beor; el nombre de su ciudad fue Dinaba. 44 Murió Bela y le sucedió Jobab, hijo de Zeraj, de Bosra. 45 Murió Jobab y le sucedió Jusam, de la tierra de los temanitas. 46 Murió Jusam y le sucedió Adad, hijo de Bedád. Este es el que destrozó a Madián en los campos de Moab. El nombre de su ciudad fue Avit. 47 Murió Adad y reinó en su lugar Sambla, de Marseca.48 Murió Sambla y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot. 49 Murió Saúl y le sucedió Baal-Janán, hijo de Acbor. 50 Murió Baal-Janán y le sucedió Hadad. El nombre de su ciudad fue Pahi, y el nombre de su mujer, Metabeel, hija de Matred, hijo de Mezahab.

 

El v.43 puede traducirse: "He aquí los reyes que reinaron en el país de Edom antes que reinara allí un rey de los hijos de Israel" (2 Sam 8:13-14),

 

Los jefes de Edom (1:51-54 = Gen 36:40-43).

51 Murió Hadad. Los jefes de Edom fueron: el jefe Timna, el jefe Alya, el jefe Jetet, 52 el jefe Olibama, el jefe Ela, el jefe Piñón, 53 el jefe Quenaz, el jefe Teman, el jefe Mibsar, 54 el jefe Magdiel y el jefe Iram. Estos son los jefes de Edom.

 

 

La Posteridad de Judá (2:2-4:23).

El autor sagrado señala las genealogías de las tribus de Israel, pero muestra sus preferencias por la de Judá por proceder de ella la dinastía davídica. Jacob es llamado Israel (Gen 35:23-26; Ex 1:1-4). Los v.1-2 son de transición entre las genealogías que anteceden y las de las tribus de Israel.

 

Hijos de Judá (2:1-8 = Gen 35:23-26; 38:2-5; 27-30;. 46:12).

1 He aquí los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá Isacar, Zabulón, 2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser. 3 Hijos de Judá: Er, Onán y Sela; estos tres le nacieron de la hija de Súa la cananea. Er, primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yahvé, que le mató. 4 Tamar, nuera de Judá, le dio Fares y Zeraj. En todo, los hijos de Judá, cinco. 5 Hijos de Fa-res: Hesrón y Jamul. 6 Hijos de Zeraj: Zimri, Hetán, Hernán, Calcol y Dará. En todo, cinco. 7 Hijo de Carmi: Acar, que conturbó a Israel cuando fue infiel acerca de las cosas dadas al anatema, 8 Hijo de Etán: Azarías.

 

De Acar (Acán) habla Jos 7,iss; 22:20. Zimri es llamado Zabdi en Jos 7:1-17-18. Etán, Hernán, Calcol y Dará son hijos de Maj oí y célebres por su sabiduría (1 Re 4:31).

 

Orígenes de David (2:9-17-Rut 4:9-22).

9 Hijos que le nacieron a Esrón: Jerajmeel, Ram y Quelubai.10 Ram engendró a Aminadab. Aminadab engendró a Nacsón, príncipe de los hijos de Judá; 11 Nacsón engendró a Salma; Salma engendró a Booz; 12Booz engendró a Obed; Obed engendró a Isaí. 13 Isaí engendró a Eliab, su primogénito; a Abi-nadab, su segundo; a Simea, el tercero; 14 a Netaneel, el cuarto; a Radai, el quinto; 15 a Osen, el sexto, y a David, el séptimo. 16 Sus hermanas fueron Sarvia y Abigaíl. Hijos de Sarvia: Abisai, Joab y Azael, tres. 17 Abigaíl parió a Amasa. El padre de Amasa fue Jeter, ismaelita.

 

Tres hijos tuvo Esrón: Ram, Quelubai y Jerajmeel, de los cuales teje el autor la genealogía. David es descendiente de Esrón por Ram o Aram (Mt 1:3; Lc 3:33).

 

Hijos de Quelubai (2:18-24).

18 Caleb, hijo de Esrón, tuvo hijos de Azuba, su mujer, y de Jeriot. Los hijos que tuvo de Azuba fueron: Jeser, Sobab y Ardón. 19 Murió Azuba, y Caleb tomó a Efrata, que le parió a Jur. 20 Jur engendró a Uri, y Uri engendró a Betsael. 21Luego entró Esrón a la hija de Maquir, padre de Galaad, cuando tenía sesenta años, y ella le parió a Segub. 22 Segub engendró a Jair, que tuvo veintitrés ciudades en la tierra de Galaad. 23 Los guesureos y los sirios les tomaron los burgos de Jair, con Que-nat, y las ciudades de su dependencia: sesenta ciudades. Todos éstos eran hijos de Maquir, padre de Galaad. 24 Después de la muerte de Esrón vino Caleb a Efrata, que le parió a Asjur, padre de Tecua.

 

De Caleb se dice que era un quenita (Núm 32:12; Jue 1:13) de ascendencia edomita.

 

Hijos de Jerajmeel (2:25-41).

25 Los hijos de Jerajmeel, primogénito de Esrón, fueron: Ram el primogénito; Buna, Oren y Osen, sus hermanos. 2Ó Jerajmeel tuvo otra mujer llamada Atara, que fue madre de Onam. 27 Los hijos de Ram, primogénito de Jerajmeel, fueron: Maas, Jamín y Equer. 28 Los hijos de Onam fueron: Samai y Jada. Hijos de Samai: Nadab y Abisur. 29 El nombre de la mujer de Abisur era Abijail, y le parió a Ajbán y Molid. 30 Hijos de Nadab: Seled y Apaim. Seled murió sin hijos. 31 Hijo de Apaim, Iseí. Hijo de Iseí, Sesán. Hijo de Sesán, Ajlaí. 32 Hijos de Jada, hermano de Samai: Jeter y Jonatán. Jeter murió sin hijos. 33 Hijos de Jonatán: Pelet y Zaza. Estos son los hijos de Jerajmeel. 34 Sesán no tuvo hijos, pero sí hijas. 35 Sesán tenía un esclavó egipcio llamado Jarja, y Sesán dio su hija por mujer a Jarja, su esclavo, a quien le parió ella a Atai. 36 Atai engendró a Natán; Natán engendró a Zabad; 37 Zabad engendró a Efilal; Efilal engendró a Obed; 38 Obed engendró a Jehú; Jehú engendró a Azarías; 39 Azarías engendró a Jales; Jales engendró a Elasa; 40 Elasa engendró a Sismai; Sismai engendró a Salum; 41 Salum engendró a Jecamya; Jecamya engendró a Elisama.

 

Vivían en el Negueb, al sur de Bersabé, y se aliaron con David (1 Sam 30,29).

 

Hijos de Caleb por Mesa (2:42-49).

42 Hijos de Caleb, hermano de Jerajmeel: Mesa, su primogénito, que fue padre de Zif, y los hijos de Maresa, padre de Hzbrón. 43 Hijos de Hebrón: Coré, Tapuaj, Requén y Sama. 44 Sama engendró a Rajam, padre de Jorqueam; Requén engendró a Samai. 45 Hijo de Samai: Maón; y Maón, padre de Betsu. 46 Efa, concubina de Caleb, parió a Jarán, Mosa y Gazez. Jarán engendró a Gazez. 47 Hijos de Jodaim: Reguem, Jotán, Guesa, Pelet, Efa y Saaf. 4" Maaca, concubina de Caleb, parió a Seber y Tircana. 49 También parió a Saaz, padre de Madmana, y a Seba, padre de Majbena y padie de Guibea. Hija de Caleb fue Acsa.

 

Los LXX leen Maresa en vez de Mesa. Maresa es la ciudad bien conocida al sur de Beit-Gibrin (Jos 15:44; Miq 1:15). En la lista figuran muchos nombres de ciudades. Acsa, hija de Caleb (Jos 15:16-19)·

 

Hijos de Hur (2:50-55).

50 Estos fueron hijos de Caleb: Sobal, hijo de Jur, primogénito de Efrata, y Sobal, padre de Quiryat-Jearim; 51 Salma, padre de Betlejem; Jaret, padre de Bet-Gader. 52 Los hijos de Sobal, padre de Quiryat-Jearim, fueron: Aroé, Jasi el menajita. 53 Las familias de Quiryat-Jearim fueron: los jeturianos, los pucianos, los sumacianos y los misreenos; de estas familias salieron los soreacianos y los estatolianos. 54 Hijos de Salma: Betlejem y los netopacianos, Astoret, Bet-Joab, Jasi, los manajteos, los soreos, 55 y las familias de escribas que habitan en Jabes; los tireacianos, los simeacianos y los socacianos. Estos son los quíneos, descendientes de Jamat, padre de la casa de Recab.

 

De la casa de Recab proceden los recabitas (2 Re 10:15-16; Jer 35:6ss). En contra Gottsberger, Ubach, que ven en los recabitas a los habitantes de Ber Marcabot (Jos 19:5).

 

La casa de David (3:1-24).

1 He aquí los hijos de David que le nacieron en Hebrón: el primogénito, Ammón, de Ajinoam, de Jezrael; el segundo, Daniel, de Abigaíl, de Carmel; 2 el tercero, Absalón, de Maaca, hija de Talmai, rey de Guesur; el cuarto, Adonías, hijo de Agit; 3 el quinto, Safatía, de Abital; el sexto, Jitream, de Egla, su mujer. 4 Estos seis le nacieron en Hebrón. Reinó allí siete años y seis meses, y en Jerusalén treinta y tres años. 5 He aquí los que le nacieron en Jerusalén: Simea, Solab, Natán y Salomón, cuatro de Betsabé, hija de Ammiel; 6Jibjar, Elisama, Elifelet, 7 Noga, Nefeg, Jafia, 8 Elisama, Elyada y Elifelet: nueve. 9 Todos éstos fueron hijos de David, y además los hijos de las concubinas. Tamar fue su hermana. 10 Hijos de Salomón: Roboam; Abiya, su hijo; Asa, su hijo; Josafat, su hijo; 11 Joram, su hijo; Ococías, su hijo; Joás, su hijo; 12 Amasias, su hijo; Azarías, su hijo; Jotam, su hijo; 13 Ajaz, su hijo; Ezequías, su hijo; Manases, su hijo; 14 Amón, su hijo; Josías, su hijo. 15 Hijos de Josías: el primogénito, Jojanán; el segundo, Joaquim; el tercero, Se-decías; el cuarto, Salum. 16 Hijos de Joaquim: Jeconías, su hijo; Sedecías, su hijo. 17 Hijos de Jeconías: Asir, cuyo hijo fue Salatiel; 18 Malquiram, Pedaya, Senasar, Jecamías, Hosama y Nedabia. 19 Hijos de Pedaya: Zorobabel y Simeí. Hijos de Zorobabel: Mesulam y Hananía; Selomit, su hermana; 20 y Hasaba, Ohel, Berequía, Jasadía, Jusab, Jesed, cinco. 21 Hijos de Janania: Pelatía y Jisaya; los hijos de Refaya, los hijos de Arnán, los hijos de Abdías, los hijos de Secanía. 22 Hijo de Secanía: Semaeya. Hijos de Semaeya: Jatus, Jigueal, Bariaj, Nearia y Safat, seis 23 Hijos de Nearia; Elyoenai, Ezequías y Azricam, tres. 24 Hijo de Elyoenai: Joda vía, Elyosib, Pelaya, Acub, Jojanán, Delaya y Anani, siete.

 

En la narracion se dan los nombres de los hijos de David (2 Sarn 3:2-5) nacidos en Hebrón y de los que le nacieron en Jerusalén (1 Crón 14:3-7). Sigue la lista de los reyes de Judá hasta la cautividad y de los descendientes de David a partir de Saaltiel (Mt 1:12-16). En Esdras (3:2-8; Neh 12:1; Ag 1:1; 12; 14), Saaltiel es el padre de Zorobabel. Las genealogías llegan hasta mediados del siglo IV a.C.

 

Clanes de la tribu de Jada (4:1-23).

1 Hijos de Judá: Peres, Jesrón, Carmi, Jur y Sobal. 2 Reaya, hijo de Sobal, engendró a Jajat; Jajat engendró a Ajumai y Lahad. Estas son las familias de los sareotitas. 3 He aquí los descendientes del padre de Etam: Jezrael, Jisma y Jidbas. El nombre de su hermana era Haselponi. 4 Penuel fue padre de Guedor, y Ezer, padre de Jusa. Estos son los hijos de Jur, primogénito de Efrata, padre de Betlejem. 5 Asjur, padre de Tecua, tuvo dos mujeres: Jeleá y Naará. 6 Naará le parió a Ajuzam, Jefer, Temení y Ajastarí; éstos son los hijos de Naará. 7 Hijos de Elea: Seret, Jesojar y Etnán. 8 Cos engendró a Annub y Asobeba y las familias de Ajarjel, hijo de Arum. 9 Jaebes fue más ilustre que sus hermanos. Su madre le dio el nombre de Jaebes, diciendo: "Porque le he parido con dolor." 10 Jaebes invocó al Dios de Israel, diciendo: "Si me bendices y ensanchas mis términos y está conmigo tu mano y me preservas del mal de modo que yo no padezca." Y Dios le dio lo que le había pedido. 11 Que-lub, hermano de Suja, engendró a Mejir, que fue padre de Estón. 12 Estón engendró a Bet Rafa, Paseaj y Tejina, padre de la ciudad de Najas. Estos son los hombres de Reca. 13 Hijos de Quenaz: Otoniel y Serai. Hijo de Otoniel: Jatat. 14 Meonatai engendró a Ofra. Sarvia engendró a Joab, padre del valle de las herrerías, pues eran herreros. 15 Hijos de Caleb, hijo de Jefoné: Iru, Ela y Naán; y el hijo de Ela, Quenaz. 16 Hijos de Jabeel: Zif, Zifa, Tirya y Asarel. 17 Hijos de Esdras: Jeter, Mered, Efer y Jalom. Jeter engendró a Miriam, Samai y Jis-baj, padre de Estemoa. 18 Su mujer, Judaya, parió a Jered, padre de Guedor; a Jeber, padre de Soco, y a Jecutiel, padre de Zanoaj. Estos son los hijos de Bitia, hija del Faraón, que Mered tomó por mujer. 19 Hijos de la mujer de Odias, hermana de Najam, el padre de Queila el garmi-ta y Estemoa el macateo. 20 Hijos de Simón: Ammón, Riña, Ben-Janán y Tiloa. Hijos de Jisei: Zojet y Ben-Zojet. 21 Hijos de Sela, hijo de Judá: Er, padre de Leca; Laeda, padre de Maresa; y las familias de la casa donde se trabaja el lino, la casa de Arseba, 22 y Joaquim y los hombres de Cozeba, y Joás y Sarat, que dominaron en Moab y Jasubí Lejem. Estas son cosas antiguas. 23 Estos eran alfareros y habitaban en Netaim y Guedera, cerca del rey, y trabajaban para él.

 

Genealogía de Simeón (4:24-43).

24 Hijos de Simeón: Nemuel, Jamín, Jarib, Zeraj y Saúl. Hijos de Saúl: 25 Salum, Mibsam, su hijo; Misma, su hijo. 26 Hijos de Misma: Hamuel, su hijo; Zacur, su hijo; Simeí, su hijo. 27 Simeí tuvo dieciséis hijos y seis hijas. Sus hermanos no tuvieron muchos hijos, y sus familias no se multiplicaron tanto como las de los hijos de Judá. 28 Habitaban en Berseba, en Mo-lada, en Jasar Sual, 29 en Bila, en Esen, en Tolad, 3o en Batuel, en Jorma, en Siceleg, 31 en BetMarjabot, en Jasar Susim, en Bet-Bireí y en Saaraim. Estas fueron sus ciudades hasta el reino de David, y sus pueblos. 32 Tenían también Etam, Ain, Rimmón, Toquen y Asan, cinco ciudades, 33 y todos los pueblos en derredor de estas ciudades hasta Baal. Estas son sus habitaciones y sus genealogías. 34 Mesebab, Jamlec; Josa, hijo de Amasia; 35 Joel, Jehú, hijo de Josibia; hijo de Seraya, hijo de Asiel. 36 Elyoeani, Jacoba, Jesojaia, Asaya, Adiel, Jesimiel, Benaya, 37 Ziza, hijo de Sifei, hijo de Alón, hijo de Jedaya, hijo de Simri, hijo de Semaya. 38 Estos, por sus nombres, eran príncipes en sus familias, y sus casas paternas tomaron gran incremento. 39Fueron del lado de Guedor, hasta el oriente del valle, en busca de pastos para sus ganados. 40 Hallaron hierba y buenos pastos y una región vasta, tranquila y apacible; los que antes la habitaron descendían de Cam. 41Estos, descritos por sus nombres, vinieron en tiempo de Ezequías, rey de Judá, y atacaron sus tiendas y los míneos que allí hallaron, y los destruyeron hasta hoy, habitando en su lugar, por haber allí pastos para sus ganados. 42 También quinientos de ellos, de los hijos de Simeón, se fueron al monte de Seir, llevando por jefes a Pelatía, Nearías, Rofaías y Oziel, hijos de Isi; 43 y derrotaron a las reliquias que habían quedado de Amalee, y habitaron allí hasta hoy.

 

Fue asociado desde antiguo a la tribu de Judá. Ocupaba Simeón la extremidad meridional de Palestina. El texto da una lista genealógica (v.24-27), topográfica (v.28-33) Y menciona dos emigraciones de los hijos de Simeón, una en tiempos de Ezequías y otra en época desconocida (2 Re c. 18-19).

 

 

Tribus de Transjordania (5:1-26) .

 

Hijos de Rubén (5:1-10).

1 Hijos de Rubén, primogénito de Israel. Era el primogénito; mas, por haber manchado el lecho de su padre, el derecho de primogenitura fue dado a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado en las genealogías como primogénito. 2Judá fue en verdad poderoso entre sus hermanos, y el príncipe de ellos, pero el derecho de primogenitura fue de José. 3 Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Janoc, Palú, Hesrón y Carmí. 4 Hijos de Joel: Semeya, su hijo; Gog, su hijo; Simaí, su hijo; 5 Mica, su hijo; Reayá, su hijo; Baal, su hijo, 6y Beera, su hijo, que llevó cautivo a Asiría Teglatfalasar, rey de Asiría; era príncipe de los rubenitas. 7 Hermanos de Beram, según sus familias, tal como fueron registrados en las genealogías según sus generaciones: el primero, Jeiel; Zacarías; 8 Bela, hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel, habitó en Aroer hasta Nebo y Baal-Meón.·9al oriente habitaba hasta la entrada del desierto, desde el río Eufrates, pues tenía muchos ganados en la tierra de Galaad. 10 En tiempo de Saúl hicieron la guerra a los agareos, que cayeron en su poder, y habitaron en sus tiendas en todo el lado oriental de Galaad.

 

Fue Rubén el primogénito, pero se le quitaron los derechos anejos a la primogenitura a causa de un pecado suyo (Gen 35:22; 49:4).·Judá llegó a ser un naguid entre los hijos de Israel (28:4).

 

Descendencia de Gad (5:11-22).

11 Enfrente de ellos habitaban los hijos de Gad, en la tierra de Basan, hasta Salea. 12Joel, el primero; Safan, el segundo; Jaenai y Safat, en Basan. 13 Sus hermanos, según las casas de sus padres: Micael, Mesulam, Sema, Joraim, Jeacam, Zía y Eber, siete. 14 He aquí los hijos de Abigaíl, hijo de Juri, hijo de Jaroaj, hijo de Galaad, hijo de Micael, hijo de Jesisai, hijo de Jajdo, hijo de Buz; 15 Ají, hijo de Abdiel, hijo de Guni, era el jefe de las casas de sus padres. 16 Habitaban en Galaad, en Basan y en las ciudades de su dependencia, y en los ejidos de Sa-rón, hasta sus límites. 17 Fueron registrados todos en las genealogías en tiempo de Jotam, rey de Judá, y en tiempos de Jeroboam, rey de Israel. 18 Los hijos de Rubén y de Gad y de la media tribu de Manases eran valerosos, llevaban escudo y espada, tendían el arco y eran diestros en la guerra, en número de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta aptos para la guerra. 19 Hicieron la guerra a los agareos, a los itureos, a Nafis y a Nodab. 20 Fueron ayudados contra ellos, y los adareos y cuantos estaban con ellos cayeron en sus manos, pues durante la lucha clamaron a Dios, que los oyó por haber confiado en El. 21 Tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos y cien mil personas, 22 pues hubo muchos muertos, porque el combate venía de Dios. Se establecieron en su lugar hasta el tiempo en que fueron llevados a la cautividad.

 

Media tribu de Manases (5:23-26).

23 Los hijos de la media tribu de Manases habitaban la región desde Basan hasta Baal-Hermón, y Sanir, y la montaña de Hermón. Eran numerosos. 24 He aquí los jefes de las casas de sus padres: Efer, Jisui, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavía y Jajdiel, hombres valerosos, gente de fama, jefes de las casas de sus padres. 25 Pero pecaron contra el Dios de sus padres y se prostituyeron tras los dioses de las gentes de la tierra que Dios había destruido ante ellos; 26 y el Dios de Israel incitó contra ellos el espíritu de Pul, rey de Asiría (el espíritu de Teglatfalasar, rey de Asiría), y Teglatfalasar llevó cautivos a rubenitas, gaditas y a la media tribu de Manases, y los condujo a Calaj, Jahor, Hará y al río Gozan, donde habitan hasta hoy.

 

En los v.25-20 se refiere el autor a las causas de la deportación de Israel hecha por Teglatfalasar III, que, al apoderarse de Babilonia, recibió asimismo el nombre de Pul (2 Re 15:19).

 

 

Tribu de leví (6:1-81).

 

Ascendencia de los sumos sacerdotes (6:1-15).

1(27) Hijos de Leví: Gersón, Caat y Merarí. 2(28) Hijos de Caat: Amram, Jitsear, Hebrón y Uziel. 3(29) Hijos de Amram: Aarón, Moisés y María. Hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 4(30) Eleazar engendró a Fines; Fines engendró a Abisúa; 5(31) Abisúa engendró a Buqui; Buqui engendró a Uzi; 6(32) Uzi engendró a Zerajya; Zerajya engendró a Me-rajot. 7(33) Merajot engendró a Amaría; Amaría engendró a Ajitub; 8(34)Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Ajimas; 9(35) Ajimas engendró a Azarías; Azarías engendró a Jojanán; 10(36) Jojanán engendró a Azarías, que ejerció el sacerdocio en la casa que Salomón edificó en Jerusalén; 11 (37) Azarías engendró a Amarías; 12(38) Amarías engendró a Ajitub; Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Salum; 13(39) Salum engendró a Helcías; Helcías engendró a Azarías; 14(40) Azarías engendró a Seraya; Seraya engendró a Jeosadec; 15(41) Jeosadec fue a la cautividad cuando Yahvé trasladó a Judá y a Jerusalén por mano de Nabucodonosor.

 

Después de señalar la genealogía de Leví (v. 1-3) da el autor la genealogía de los sumos sacerdotes desde Eleazar hasta Josadec (2 Re c.25; Esdr 7:1-5).

 

Descendencia de Levi (6:16-30 = Núm 3:17-37).

16 (6 1) Hijos de Leví: Gersón, Caat y Merarí. 17 (2)He aquí los nombres de los hijos de Gersón: Libni y Simeí. 18(3)Hijos de Caat: Amram, Jitsear, Hebrón y Uziel. 19(4)Hijos de Merarí: Majli y Musi. Estas son las familias de Leví según sus padres. 20(5)De Gersón: Libni, su hijo; Jajat, su hijo; Zimma, su hijo; 21 (6)Joaj, su hijo; Ido, su hijo; Zeraj, su hijo; Jetrai, su hijo. 22(7)Hijos de Caat: Aminadab, su hijo; Coré, su hijo; Asir, su hijo; 23(8)Elcana, su hijo; Ebiasaf, su hijo; Asir, su hijo; 24(9)Tajat, su hijo; Oriel, su hijo; Ozías, su hijo; Saúl, su hijo. 25(10)Hijos de Elcana: Amasaí y Ajimot; Elcana, su hijo; 26(11)Elcana Sofaím, su hijo; Najat, su hijo; 27(12)Eliab, su hijo; Jerojam, su hijo; Elcana, su hijo; 28 (13)y los hijos de Samuel, el primogénito, Joel, y el segundo, Abías. 29(14)Hijos de Merarí: Majli; Libni, su hijo; Simeí, su hijo; Uza, su hijo; 30(15)Simea, su hijo; Jaguiya, su hijo; Asuya, su hijo.

 

Los cantores (6:31-48).

31 (16) He aquí los que puso David para dirigir el canto en la casa de Yahvé después que el arca tuvo un lugar de reposo, 32 (17) Servían de cantores ante el tabernáculo, ante la tienda de la reunión, hasta que Salomón edificó la casa de Yahvé en Jerusalén, en la que hicieron su servicio según las reglas que les fueron prescritas. 33 (18) He aquí los que asistían con sus hijos: de entre los hijos de Caat, Hernán, cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel, 34 (19)hijo de Elcana, hijo de Jerojam, hijo de Eliel, hijo de Toaj, 35 (20)hijo de Suf, hijo de Elcana, hijo de Majat, hijo de Amasaí, 36 (21) hijo de Elcana, hijo de Joel, hijo de Azarías, hijo de Sofonía, 37 (22) hijo de Tajat, hijo de Asir, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, 38 (23) hijo de Jitsear, hijo de Caat, hijo de Leví, hijo de Israel. 39 (24) Su hermano Asaf estaba a su derecha: Asaf, hijo de Baraquías, hijo de Sima, 40 (25) hijo de Mi-cael, hijo de Basías, hijo de Malaquías, 41 (26) hijo de Etni, hijo de Zeraj, hijo de Adaya, 42 (27)hijo de Etán, hijo de Zima, hijo de Simeí, 43 (28) hijo de Jojat, hijo de Gersón, hijo de Leví. 44 (29) Además, los hijos de Merarí estaban a su izquierda: Etán, hijo de Cusí, hijo de Abdi, hijo de Maluc, 45 (30)hijo de Asabías, hijo de Amasias, hijo de Helcías, 46(31) hijo de Amasaí, hijo de Bani, hijo de Semer, 47 (32) hijo de Majalí, hijo de Musí, hijo de Merarí, hijo de Leví. 48 (33)Sus hermanos los levitas fueron puestos a todo el ministerio del tabernáculo de la casa de Dios.

 

Organizó David el canto una vez que "el arca de la alianza tuvo un lugar de reposo." Los cantores levitas de la familia de Caat estaban en el lugar central ante el tabernáculo; los de la familia de Gersón, a los que dirigía Asaf, estaban a su derecha; los de Merarí colocáronse a la izquierda (v.44).

 

Lista genealógica de sumos sacerdotes (6:49-53).

49 (34) Aarón y sus hijos eran los que ofrecían los sacrificios en el altar de los holocaustos y el incienso en el altar de los perfumes, cumpliendo estos servicios en el lugar santísimo y haciendo la expiación por Israel, según cuanto había mandado Moisés, siervo de Dios. 50 (35) He aquí los hijos de Aarón: Eleazar, su hijo; Fines, su hijo; Abisúa, su hijo; 51 (36) Buqui, su hijo; Uzi, su hijo; Zerajya, su hijo; 52 (37) Merajot, su hijo; Amaría, su hijo; Ajitab, su hijo; 53 (38) Sadoc, su hijo; Ajima, su hijo.

 

Ciudades levíticas (6:54-81).

54(39)He aquí sus habitaciones según sus términos y los límites que les fueron señalados: a los hijos de Aarón, de la familia de los caatitas, que fueron los primeros señalados por la suerte, 55(40)seies dio Hebrón, en la tierra de Judá, y sus contornos; 56(41)pero el territorio de la ciudad y sus pueblos fueron atribuidos a Caleb, hijo de Jefoné. 57(42)A los hijos de Aarón se les dieron: la ciudad de refugio de Judá, Hebrón y Libna con sus contornos; 58(43)Jeter y Estcímp con sus contornos; Jelon y sus contornos; Davir y sus contornos; 59(44)Asan y sus contornos; Yuta y sus contornos; Betsamés y sus contornos. 60 (45)De la tierra de Benjamín, Guebat con sus contornos y Almat con sus contornos. Todas sus ciudades fueron trece, según sus linajes. 61 (46) A los otros hijos de Caat dio la suerte diez ciudades de familias de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manases. 62 (47) Los hijos de Gersón, según sus familias, tuvieron trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manases en Basan. 63(48)Los hijos de Merarí, según sus familias, tuvieron por suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón. 64 (49)los hijos de Israel dieron a los levitas estas ciudades y sus contornos. 65(50)Diéronles, por suerte de la tribu de los hijos de Judá, de la tribu de los hijos de Simeón y de la tribu de los hijos de Benjamín, las ciudades que designaron con sus nombres. 66(51)para las otras familias de los hijos de Caat, las ciudades de su territorio fueron de la tribu de Efraím. 67 (52)Les dieron la ciudad de refugio, Siquem, y sus contornos en la montaña de Efraím; Guezer y sus contornos; 68 (53) Jocmeam y sus contornos; 69(54)Ayalón y sus contornos; Gat-Rimmón y sus contornos; 70(55)y de la media tribu de Manases, Aner y sus contornos; Bileam y sus contornos para las otras familias de los hijos de Caat. 71(56)Se dio a los hijos de Gersón: de las familias de la media tribu de Manases, Golán, en Basan, y sus contornos; Astarot y sus contornos; 72(57)de la tribu de Isacar, Quedes y sus contornos; Dobraty sus contornos; 73(58)Ramot y sus contornos y Anem y sus contornos; 74 (59)la tribu de Aser, Masal y sus contornos; Ab" don y sus contornos; 75(60)Jacob y sus contornos y Rejob y sus contornos; 76(61)y déla tribu de Neftalí: Quedes de Galilea y sus contornos; Jammón y sus contornos y Quiriat-Jearim y sus contornos. 77 (62)Al resto de los hijos de Merarí se les dieron: de la tribu de Zabulón, Rimmón y sus contornos; Tabor y sus contornos; 78(63) y del otro lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente del Jordán: de la tribu de Rubén, Beser, en el desierto, y sus contornos; Jasa y sus contornos; 79(64) Quedemot y sus contornos; Mefat y sus contornos; 80(65)y de la tribu dé Gad, Ramot de Galaad y sus contornos y 81 (66) Hesebón y sus contornos; Jazer y sus contornos.

 

A los de la familia de Caat se les entregaron trece ciudades (Jos 21:19); en la lista, por la omisión de Yuta y Gabaón (Jos 21:16-17), se mencionan solamente once. Otras ciudades se entregaron a los hijos de Gersón y de Merarí (Jos 21:27-39).

 

 

Tribus del norte (7:1-40).

 

Tribu de Isacar (7:1-5).

1 Hijos de Isacar: Tola, Púa, Jasub y Simrom, cuatro. 2 Hijos de Tola: Uzi, Refaya, Jeriel, Jajmai, Jibsán y Samuel, jefes de las casas de sus padres de Tola, hombres valerosos en sus generaciones. Su número al tiempo de David era de veintidós mil seiscientos. 3Hijo de Uzi: Jizrayá. Hijos de Jizrayá: Micael, Abdías, Joel, Jisyá; en todo, cinco jefes. 4Tenían, según sus generaciones, según las casas de sus padres, treinta y seis mil hombres armados para la guerra, pues eran muchas sus mujeres e hijos. 5Sus hermanos de todas las familias de Isacar hombres valerosos, hacían un total de ochenta y siete mil, registrados en las genealogías.

 

Descendientes de Benjamín y Neftalí (7:6-13).

6 Hijos de Benjamín: Bela, Bequer y Jediael, tres. 7 Hijos de Bela: Esbón, Ozi, Uziel, Jerimot e Iri, cinco jefes de las casas de sus padres, hombres valerosos, registrados en las genealogías, en número de veintidós mil treinta y cuatro. 8 Hijos de Bequer: Zemira, Jóos, Eliezer, Elyoenai, Ómri, Jeremot, Abi-ya, Anatot y Alamet, todos hijos de Bequer, 9 registrados en las genealogías, según sus generaciones, como jefes de las casas de sus padres, hombres valerosos, en número de veinte mil doscientos. 10 Hijo de Jediael: Bilán. Hijos de Bilán: Jehús, Benjamín, Ehud, Quenana, Zetán, Tarsis y Ajisajar, 11 todos hijos de Jediael, jefes de las casas de sus padres, hombres valerosos, en número de diecisiete mil doscientos en estado de tomar las armas para ir a la guerra. 12 Los Supim y los Jupim fueron hijos de Iri; y los Jusim, hijos de Ajer. 13 Hijos de Neftalí: Jajsiel, Guni, Jeser y Salum, hijos de Bila.

 

Hijos de Manases (7:14-19).

14 Hijos de Manases: Asriel, que le dio su concubina siria, que parió también a Maquir, padre de Galaad. 15 Maquir tomó una mujer de los Jupim y Supim. La hermana se llamaba Maaca. El nombre de su segundo hijo fue Selofjad. Selofjad tuvo hijas. 16 Maaca, mujer de Maquir, parió un hijo y le llamó Peres; su hermano se llamó Seres, 17 y fueron sus hijos Ulam y Requem. Hijo de Ulam: Bedán. Estos son los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manases. 18 Su hermana, Hamo-lequet, parió a Isjod, a Abiezer y a Majla. 19 Los hijos de Semida fueron: Ajiam, Siquem, Liqji y Aniam.

 

Descendientes de Efraím (7:20-29).

20 Hijos de Efraím: Sutelaj, Bered, su hijo; Tajat, su hijo; Eleada, su hijo; Tajat, su hijo; 21 Zabad, su hijo; Sutelaj, su hijo; Ezer y Elead. Los hombres de Gat naturales del territorio ^los mataron cuando bajaban para recoger sus ganados. 22 Efraím, su padre, hizo mucho tiempo duelo por ellos, y sus hermanos vinieron a consolarle. 23 Después entró a su mujer, que concibió y parió un hijo, llamándole Beria, porque su casa estaba en la desgracia. 24 Tuvo por hijo a Sera, que edificó a Betorón, el bajo y el alto, y a Uzensera. 25 Refa, su hijo, y Reset; Telaj, su hijo; Tajan, su hijo; 26 Laedán, su hijo; Amihud, su hijo; Elisama, su hijo; 27 Nun, su hijo; Josué, su hijo. 28 Tenían por posesión y habitación Betel y las ciudades de su dependencia; al oriente, Narón; al occidente, Guezer y las ciudades de su dependencia; Siquem y las ciudades de su dependencia, hasta Gaza y las ciudades de su dependencia. 29 Los hijos de Manases poseían Betsán y las ciudades de su dependencia, Tanac y las ciudades de su dependencia, Megiddo y las ciudades de su dependencia, Dor y las ciudades de su dependencia. En estas ciudades habitaron los hijos de José, hijo de Israel.

 

Descendientes de Aser (7:30-40).

30 Hijos de Aser: Jimna, Jisva, Jisvi, y Beria, y Seraj, su hermana. 31 Hijos de Beria: Jeber y Malquiel. Malquiel fue padre de Birzavia, 32 y Jeber engendró a Jaflet, Somer, Jotán y a Súa, hermana de éstos. 33 Hijos de Jaflet: Pasac, Bimal y Ase vat. Estos son los hijos de Jaflet. 34 Hijos de Somer: Aji, Roega, Juba y Aram. 35 Hijos de Elem, su hermano: Sofaj, Jimna, Seles y Amal. 3<5 Hijos de Sofaj: Suaj, Jarnefer, Sual, Beri, Jimra, 37 Be-ser, Hod, Samma, Silsa, Jitrán y Beera. 38 Hijos de Jeter: Jefo-né, Pispa y Ara. 39 Hijos de Ula: Araj, Janiel y Risya. 40 Todos estos hijos de Aser, jefes de las casas de sus padres, hombres selectos y valerosos, jefes de príncipes, registrados en número de veintitrés mil hombres en estado de tomar las armas para la guerra.

 

Descendientes de Benjamín (8:1-40).

1 Benjamín engendró a Bela, su primogénito; Asbel, el segundo; Ajraj, el tercero; 2 Noja, el cuarto, y Rafa, el quinto. 3 Hijos de Bela: Adar, Güera, Abihud, 4 Abisúa, Ñaman, Ajoaj, 5 Güera, Sefufán y Juram. 6 He aquí los hijos de Ejud, que eran jefes de familias entre los habitantes de Gueba, y fueron a Manajat: 7 Ñaman, Ajías y Güera. Este los condujo y engendró a Uza y Ajud. 8 Serajaim engendró hijos en la tierra de Moab después de haber dejado a Jusim y a Bara, que eran sus mujeres. 9 Tuvo de Jodes, su mujer: a Jobab, Sibia, Mesa, Malcam, 10 Jeús, Sequiya y Mirma. Estos son sus hijos, jefes de familia, 11 Tuvo de Jusim: Abitut y Elpaal. 12 Hijos de Elpaal: Heber, Misan y Semer, que edificó Ono, Lod y las ciudades de su dependencia. 13 Beria y Sema, que eran jefes de familia entre los habitantes de Ayalón, hicieron huir a los habitantes de Gat. 14 Ajio, Sasac, Jeremot, 15 Zebadías, Arad, Heder, 16 Micael, Jispa y Joja, hijos de Beerías. 17 Zebadías, Mesulam, Jizguí, Jeber, 18 Jismerai, Jizlía y Jobab, hijos de Elpaal. 19 Ja-quim, Zicrí, Zabdí, 20 Elyoenai, Silitai, Eliel, 21 Adaia, Baraya, Semarat, hijos de Semeí, 22 Jispán, Eber, Eliel, 23 Adón, Zicrí, Janán, 24 Jananía, Helam, Anatotías, 25 Jifdaías y Peniel, hijos de Sasac. 26 Samseraí, Sejarías, Atalía, Atolía, 27 Jarsías, Elías, Zicrí, hijos de Jerojam. 28 Estos eran jefes de familias según sus linajes. Habitaban en Jerusalén. 29 El padre de Gabaón habitaba en Gabaón. El nombre de su mujer fue Maaca; 30 Abdón, su hijo primogénito; después Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab, 31 Guedor, Ajía y Zequer. 32 Mielot engendró a Simea. Estos habitaron también con sus hermanos en Jerusalén. 33 Ner engendró a Quis, Quis engendró a Saúl, Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbal. 34 Hijo de Jonatán fue Me-ribaal, y Meribaal engendró a Mica. 35 Hijos de Mica: Pitón, Melec, Tarea y Ajaz. 36 Ajaz engendró a Joada; Joada engendró a Alemet, Azmavet y Zirnri; Zirnri engendró a Mosa, 37 y Mosa engendró a Bina; Rafa" su hijo; Eleasa, su hijo; Asel, su hijo; 38 Asel tuvo seis hijos: Arricam, Bocrú, Ismael, Searías, Oba-días y Jonán. Estos fueron hijos de Asel. 39 Los hijos de Esec su hermano: Ulan, su primogénito; Jehú, el segundo; Elifelet el tercero. 40 Los hijos de Ulan eran fuertes y valerosos, diestros arqueros. Tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta. Todos éstos son hijos de Benjamín.

 

Habitantes de Jerusalén a la vuelta del exilio (9:l-44).

1Todo Israel está registrado en las genealogías e inscrito en el libro de los reyes de Israel. Judá fue por sus infidelidades llevado cautivo a Babilonia. 2 Los primeros habitantes que entraron en sus posesiones, en sus ciudades, eran israelitas, sacerdotes, levitas y netineos. 3 En Jerusalén habitaron hijos de Judá, hijos de Benjamín e hijos de Efraím y Manases. De los hijos de Peres, hijo de Judá; 4 Utai, hijo de Amihud, hijo de Omri; hijo de Inri, hijo de Bani. 5 De los silonitas: Asaya, el primogénito, y sus hijos. 6 De los hijos de Zerej: Jehuel y sus hermanos, seiscientos noventa. 7 De los hijos de Benjamín: Salú, hijo de Mesulam, hijo de Hodavía, hijo de Asenúa; 8Jibnea, hijo de Jerojam; Ela, hijo de Uzi, hijo de Micri; Meuslam, hijo de Sefatya, hijo de Reuel, hijo de Jibniya, 9 y sus hermanos, según sus generaciones, novecientos cincuenta y seis. Todos éstos eran jefes de familias en las casas de sus padres. 10 Sacerdotes: Jedaya, Jeoyarib; Jaquim, 11 Azarías, hijo de Helcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Ajitub, jefe de la casa de Dios; 12 Adaya, hijo de Jerojam, hijo de Pasjur, hijo de Malquiva; Maesaí, hijo de Adiel, hijo de Jajzerat, hijo de Mesulam, hijo de Mesilamit, hijo de Immer, 13 y sus hermanos, jefes de las casas de sus padres, mil setecientos sesenta hombres vigorosos ocupados en el servicio de la casa de Dios. 14 Levitas: Semeya, hijo de Jasub, hijo de Azricam, hijo de Jasabia, de los hijos de Merarí: 15 Bacbacar, Jeres, Galal, Matania, hijo de Miqueas, hijo de Zicrí, hijo de Asaf; 16 Abdías, hijo de Semeya, hijo de Galal, hijo de Jedutún; Berequías, hijo de Asa, hijo de Elcana, que habitó en los poblados de Netopat. l7 Porteros: Salum, Acub, Talmón, Ajmán y sus hermanos; Salum era el jefe, y hasta ahora está a la puerta del rey, a oriente. 18 Estos son los porteros de entre los levitas. 19 Salum, hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coraj, y sus hermanos de la casa de su padre. Los coreítas tenían a su cargo la guardia de la entrada de la tienda; sus padres habían hecho la guardia de la entrada al campo de Yahvé, 20 y Finés, hijo de Eleazar, fue antes su jefe. Y Yahvé estuvo con él. 21Zacarías, hijo de Mésele-mía, era portero de la entrada de la tienda de la reunión. 22 Eran, en todo, ciento doce elegidos para porteros de la entrada, y registrados en las genealogías según sus ciudades. David y Sa muel, el vidente, los habían nombrado para sus funciones. 23 Ellos y sus hijos guardaban las puertas de la casa de Yahvé y de la casa de la tienda. 24 Había porteros a los cuatro vientos, a oriente y a occidente, y a norte y a mediodía. 25 Sus hermanos, que habitaban en sus ciudades, tenían que venir de tiempo en tiempo por siete días; 26 pero estos cuatro jefes, de los porteros, estos levitas, estaban siempre en funciones, y tenían además a su cargo la vigilancia de las cámaras y de los tesoros de la casa de Dios; 27 pasaban la noche en torno a la casa de Dios, cuya guardia tenían y habían de abrir cada mañana. 2" De los levitas, algunos estaban al cuidado de los utensilios de servicio, que recibían por cuenta y entregaban por cuenta. 29 Otros cuidaban de todos los utensilios del santuario, sobre la harina de flor, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. 30Los hijos de los sacerdotes hacían la mezcla de los perfumes aromáticos. 31Matitiya, uno de los levitas, primogénito de Salum, coreíta, se cuidaba de las tortas fritas en sartén; 32 y algunos de sus hermanos de entre los caatitas tenían a su cargo preparar para cada sábado los panes de la proposición. 33Estos son los cantores, jefes de familia de los levitas, que moraban en las cámaras, exentos de toda otra función, porque de día y de noche estaban en la suya. 34 Eran los jefes de familia de los levitas, jefes según sus generaciones. Habitaban en Jerusalén. 35 El padre de Gabaón, Jeiel, habitaba en Gabaón, y el nombre de su mujer era Maaca; 36Abdón, su hijo primogénito; después Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab. 37 Guedor, Ajio, Zacarías y Miclot. 38Miclot engendró a Samán. Estos habitaban también en Jerusalén junto a sus hermanos con sus hermanos. 39Ner engendró a Quis; Quis engendró a Saúl; Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal. 40Hijo de Jonatán: Meribaal; Meribaal engendró a Mica. 41Hijos de Mica: Pitón, Melec, Taz-rea y Ajaz. 42Ajaz engendró a Jaera; Jaera engendró a Alemet, Azmevet y Zimri; Zimri engendró a Mosa; 43Mosa engendró a Binoa, Rafaya, su hijo; Eleazar, su hijo; Asel, su hijo, 44Asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: Azricam, Bocru, Ismael, Searía, Abdías y Janán. Estos son los hijos de Asel.

 

Esta lista de repatriados concuerda fundamentalmente con la que figura en Neh 11:3-23; discuten los autores si existe interdependencia entre ambas, inclinándose en admitir una fuente común. En los v.35-44 se repite, con algunas divergencias, la genealogía de Saúl, que sirve de introducción a la historia que sigue.

 

 

2. Historia de David (c.10-29).

 

Muerte de Saúl (10:1-14 = 1 Sam 31:1-13).

1Los filisteos dieron la batalla a Israel, y los hombres de Israel huyeron ante los filisteos, y cayeron muchos muertos en el monte de Gelboé. 2 Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos de Saúl. 3El peso de la batalla cargó sobre Saúl; y viéndose descubierto por los arqueros, se apoderó de él la angustia ante sus dardos" 4 Entonces dijo Saúl a su escudero: "Saca tu espada y traspásame con ella, no vengan esos incircuncisos y me escarnezcan"· pero su escudero no quiso por temor. Entonces tomo Saúl sií espada y se echó sobre ella. 5El escudero de Saúl, viéndole muerto, se echó también sobre su espada, y murió. 6Así perecieron Saúl y sus tres hijos, pereciendo con ellos toda su casa 7Todos los de Israel que estaban en el valle, viendo que habían huido los hombres y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades para ponerse también en fuga, y los filisteos se apoderaron de ellos. 8Al día siguiente vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y hallaron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte de Gelboé. 9Los despojaron y se llevaron su cabeza y sus armas, e hicieron pregonar las buenas noticias por toda la tierra de los filisteos a sus ídolos y al pueblo. 10Pusieron las armas de Saúl en el templo de su dios, y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. 11 En Jabes Galaad, al saber lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12 se le levantaron todos los hombres útiles, y tomaron el cuerpo de Saúl y los de sus hijos y los transportaron a Jabes, y allí los sepultaron bajo la encina de Jabes, y ayunaron por siete días. 13Murió Saúl porque se había hecho culpable de infidelidad hacia Yahvé, cuyas palabras no guardó, y por haber preguntado y consultado a los evocadores de los muertos. 14No obedeció a Yahvé, y Yahvé le mató y transfirió el reino a David, hijo de Isaí.

 

Salvo leves diferencias, se reproduce el texto de 1 Sam relativo a la muerte de Saúl, hecho que da paso a David al trono de Israel.

 

David, rey (11:1-3 = 2 Sam 5:1-3).

1 Todo Israel se congregó en torno a David en Hebrón, diciendo: "Mira: tú eres hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne." 2 Ya antes, aún reinando Saúl, eras tú el que sacabas y volvías a Israel; Yahvé, tu Dios, te ha dicho: "Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de mi pueblo Israel." 3Así todos los ancianos de Israel vinieron al rey, a Hebrón, y David hizo con ellos alianza en Hebrón ante Yahvé. Ungieron a David por rey de Israel, según la palabra de Yahvé pronunciada por Samuel.

 

Presenta a David como rey de todo Israel, omitiendo los siete años de reinado en Hebrón y la guerra civil entre la casa de Saúl y la de Judá (2 Sam c.2-4).

 

Conquista de Jerusalén (11:4-9 = 2 Sam 5:4-10).

4 Marchó David con todo Israel contra Jerusalén, que es Je-bús. Habitaban allí los jebuseos; 5 y los de Jebús dijeron a David: "No entrarás tú aquí." Pero David se apoderó de la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David. 6 David había dicho: "El que primero hiera al jebuseo será jefe y príncipe." Y fue el primero en subir Joab, hijo de Sarvia, y fue hecho jefe. 7 David se estableció en la fortaleza, que por esto se llamó la ciudad de David. 8 Edificó la ciudad en derredor, desde el terraplén, y Joab reconstruyó el resto de la ciudad. 9 David vino a ser de día en día más grande, y Yahvé Sebaot estaba con él.

 

Los laureados de David (11:10-47 = 2 Sam 23:8-39).

10 He aquí los primeros de los valientes que siguieron a David y que le ayudaron con todo Israel a asegurar su dominación y hacerle rey de Israel según la palabra de Yahvé. 11 He aquí por sus nombres los valientes que siguieron a David: Jasobán, hijo de Jacmoni, jefe de los treinta. Blandió su lanza contra trescientos hombres, que derrotó de una vez. 12 Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, ajojita, otro de los tres. 13 Estaba éste con David en Pas Damim, donde los filisteos se habían reunido para la lucha; había allí una haza de cebada, y huyendo ya el pueblo ante los filisteos, 14 se puso en medio de la haza y la defendió, derrotando a los filisteos y obrando Yahvé una gran salvación. 15 Tres de los treinta bajaron a donde estaba David, a la roca de la caverna de Odulam, cuando estaban acampados los filisteos en el valle de Refaím. 16 Estaba David en la fortaleza y los filisteos tenían una guarnición en Betlehem, l7 Se le ocurrió a David decir: "¡Quién me diera poder beber agua de la cisterna que está a la puerta de Betlehem!" 18 Y entonces los tres, pasando a través del campamento de los filisteos, cogieron agua de la cisterna que hay a la puerta de Betlehem, y, llevándola, se la presentaron a David; pero David se negó a bebería y la derramó ante Yahvé, *9 diciendo: "Líbreme Dios de hacer tal cosa. ¿Voy a beber yo la sangre de estos hombres, que a riesgo de su vida han ido allá ?" Porque era ciertamente con riesgo de la vida como la habían traído, y no quiso bebería. Esto hicieron los tres valientes. 20 Abisaí, hermano de Joab, era jefe de los treinta. Blandió su lanza contra trescientos, que mató, y tuvo renombre entre los treinta, 21 y era entre ellos muy considerado, pero no llegaba a los tres primeros. 22 Benaya, hijo de Joyada, hombre de mucho valor y célebre por sus hazañas, de Cabsiel, mató a dos valientes de Moab, y un día de nieve, bajando a una cisterna, mató a un león. 23 Mató también a un egipcio que tenía cinco codos de estatura, y cuya lanza era como un enjullo de tejedor. Bajó contra él con un palo y le arrancó de la mano la lanza, con la que le mató. 24 Esto hizo Benaya, hijo de Joyada, que tuvo gran renombre entre los treinta. 25 Fue muy considerado entre los treinta, pero no llegaba a los tres primeros; David le puso al frente de su guardia. 26 Los valientes del ejército: Azael, hermano de Joab; Elcana, hijo de Dodó, de Betlehem; 27 Šamot, de Haror, y Eles, pelonita; 28 Ira, hijo de Iques, tecuita; Abiezer, de Anatot; 29 Sibeca, cusafita; Ilal, ajusita; 30 Maharai, netofatita; Jeled, hijo de Baña, netofatita; 31 Itaí, hijo de Ribai, de Gueba, de los hijos de Benjamín; Ba-nayas, faratonita; 32Jurai, de los valles de Gas; Abiel, arbatita; 33Azmavet, bajarumita; Eliajba, salbonita; 34 Jasem, agunita; Jonatán, hijo de Sague, de Haror; 35Aliam, hijo de Sacar, de Haror; Elifal, hijo de Ur; 36Efer, de Mequera; Ajiya, de Palón; 37 Jesro, del Carmel; Naraí, hijo de Esbaí; 38Joel, hermano de Natán; Mibjar, hijo de Hagri; 39Selec, amonita; Najrai, de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; 40Ira, de Jeted; Garet, de Jeter; 41Urías, jeteo; Zabad, hijo de Ajlaí; 42 Adina, hijo de Siza, rubenita, jefe de los rubenitas, y treinta con él; 43Jonán hijo de Maaca; Josafat, de Mituí; 44Ozías, de Astarot; Sarna y Jetiel, hijos de Jotán, de Aroer; 45 Jediael, hijo de Simri; Joja su hermano, tisaíta; 46Eliel, de Majavim; Jeribaí y Josavía, hijos de Elnaam; Jitma, moabita; 47Eliel, Obed y Joasiel, de Mesobía.

 

Entre ambas listas existen divergencias de poca monta (Górrs-Berger, Dhorme). A partir del v.40 falta en Samuel.

 

Los amigos de primera hora (12:1-22).

1 Estos son los que vinieron a unirse a David en Siceleg, cuando estaba alejado de Saúl, hijo de Quis, y fueron parte de los valientes que le prestaron su ayuda durante la guerra. 2 Eran arqueros y tiraban piedras lo mismo con la mano derecha que con la izquierda, y disparaban flechas con el arco. Eran de Benjamín, del número de los hermanos de Saúl. 3 El jefe era Ajie-zar; Joás, hijo de Sema, de Guibea; Jeriel y Pelet, hijos de Azma-vet; Berača; Jehú, de Anatot; 4 Jismaeya, de Gabaón, valiente entre los treinta y jefe de los treinta; Jeremías, Jajaziel, Jojanán, Jozabad, de Gueder; 5 Eluzai, Jerimot, Bealia, Semarías, Se-fatías, de Jarif; 6 Elcana, Jizjiva, Azazel, Joezer y Jesobeam, corejitas; 7 Joela y Zebadías, hijos de Jerojam, de Guedor. 8 También entre los gaditas fueron hombres valientes a unirse a David, en la fortaleza del desierto, soldados diestros en la guerra, armados de escudo y lanza, semejantes a leones y ligeros como cabras monteses. 9 Ézer, el jefe; Abdías, el segundo; Eliab, el tercero; 10 Mismana, el cuarto; Jeremías, el quinto; 11 Ataí el sexto; Eliel, el séptimo; 12 Jojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; 13 Jeremías, el décimo; Macbanai, el undécimo. 14 Eran hijos de Gad, jefes del ejército. Uno solo, el menor de todos, era capaz de atacar a cien hombres, y el mayor, a mil. 15 Estos fueron los que pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se desbordaba por todas sus márgenes, y pusieron en fuga a todos los habitantes de los valles, a oriente y a occidente.16 Hubo también de entre los hijos de Benjamín y de Judá quienes se unieron a David en la fortaleza. 17 David les salió al encuentro y les dijo: "Si venís a mí con buenas intenciones, para ayudarme, mi corazón se apegará a vosotros; pero, si es para engañarme en provecho de mis enemigos, estando mis manos limpias de iniquidad, véalo el Dios de nuestros padres y que El os lo demande." 18 Entonces se revistió del espíritu Amasaí, que era el jefe, y dijo: "A ti y a tu pueblo, hijo de Isaí, paz. Paz, paz a ti y paz a cuantos te ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios." David los recibió y los hizo jefes de las tropas. 19 También de los hijos de Manases vinieron a unirse a David cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl, aunque no combatió, porque los príncipes de los filisteos, habido consejo, le despidieron diciendo: "Se pasaría a Saúl con peligro de nuestras cabezas." 20 Cuando retornó a Siceleg, éstos fueron los que de Manases se le unieron: Adnas, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Eliú y Siltaí, jefes de millares de Manases. 21 Ayudaron a David contra las bandas de ladrones, pues eran todos hombres valerosos, y vinieron a ser jefes en el ejército. 22 De día en día llegaban gentes a unirse a David, hasta que vino a tener un gran ejército, como un ejército de Dios.

 

En 1 Sam 27:2; 30:1ss se nos presenta a David rodeado de unos seiscientos guerreros, cuyos nombres dejó en el olvido el autor, y que ha recogido en parte el de las Crónicas, sacándolos o de algún escrito o retransmitidos por tradición oral.

 

Los que le proclamaron rey (12:23-40).

23 He aquí el número de hombres de guerra que, armados, vinieron a David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, según el mandato de Yahvé: 24 Hijos de Judá armados de escudo y lanza, seis mil ochocientos hombres de guerra.25 De los hijos de Simeón, hombres valerosos para la guerra, siete mil ciento. 26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos; 27 y Joya-da, príncipe de Aarón, y con él tres mil setecientos; 28 y Sadoc, joven valeroso, con veintidós de los principales de la casa de su padre. 29 De los hijos de Benjamín, hermano de Saúl, tres mil, pues hasta entonces la mayor parte de ellos habían permanecido fieles a la casa de Saúl. 30 De los hijos de Efraím, veinte mil ochocientos hombres valientes, gentes de renombre, según las casas de sus padres. 31 De la media tribu de Manases, dieciocho mil, que fueron nominalmente designados para ir a proclamar rey a David. 32 De los hijos de Isacar, doscientos jefes, hombres inteligentes, sabedores de lo que había de hacer Israel, y cuyo consejo era respetado por todos. 33 De Zabulón, cincuenta mil, en estado de tomar las armas y provistos de toda clase de armas para el combate, prestos a librar batalla con ánimo resuelto. 34 De Neftalí, mil jefes, y con ellos treinta y siete mil soldados, que llevaban escudo y lanza. 35 De Dan, armados para la guerra, veintiocho mil seiscientos. 36 De Aser, hombres de guerra prestos para el combate, cuarenta mil. 37 Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas, gaditas y de la media tribu de Manases, ciento veinte mil armados de todas armas. 38 Todos estos hombres, gente de guerra, prestos para el combate, llegaron a Hebrón con leal corazón para hacer a David rey de todo Israel, y todo el resto de Israel estaba igualmente unánime en querer a David por rey. 39 Estuvieron allí tres días con David, comiendo y bebiendo, pues sus hermanos los habían provisto de víveres, 40 y aun los que habitaban cerca, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron, en asnos, camellos, mulos y bueyes, pan, harina, masa de higos y pasas, vino, aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque Israel estaba en alegría.

 

En 2 Sam c.24 se habla del censo del pueblo hecho por David; el que reproduce nuestro texto está calcado en Núm c.1-3; c.26, y es propio del cronista.

 

El arca en casa de Obededom (13:1-14 = 2 Sam).

l Tuvo David consejo con los jefes de millares y de centenas, con todos los príncipes, 2 y dijo a toda la asamblea de Israel: "Si os parece bien, y que la cosa viene de Yahvé, nuestro Dios, vamos a mandar a todas partes a nuestros hermanos que están por todo Israel, a los sacerdotes y a los levitas que habitan en las ciudades, para que vengan a reunirse con nosotros, 3 y traigamos el arca de nuestro Dios, pues no nos hemos cuidado de esto desde el tiempo de Saúl." 4 Toda la asamblea resolvió hacer así, pues la cosa pareció conveniente a todo el pueblo. 5 Reunió, pues, David a todo el pueblo, desde el Sijor de Egipto hasta el camino de Jamat, para traer de Quiriat-Jearim el arca de Dios; 6 y subió David con todo Israel a Baala, de Quiriat-Jearim, que está en Judá, para trasladar de allí el arca de Dios, ante la cual se invoca el nombre de Yahvé, que se sienta entre los querubines. 7 Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab. Conducían el carro Uza y Ajió. 8 David y todo Israel danzaban ante el arca con todas sus fuerzas y cantaban y tocaban arpas, salterios y tímpanos, címbalos y trompetas. 9 Cuando llegaron a la era de Cidón, Uza tendió la mano para coger el arca, porque los bueyes la ladeaban; 10 se encendió la cólera de Yahvé contra Uza, y Yahvé le hirió por haber tendido la mano sobre el arca. Uza murió allí ante Dios. 11 David se apesadumbró porque había herido Dios a Uza con tal castigo, y aquel lugar se llamó hasta hoy Peres Uza. 12 David entró aquel día en temor, y dijo: "¿Cómo voy a traer a mí el arca de Dios?" 13 Y no llevó el arca de Dios con él a la ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obededom, de Gat. 14 Allí quedó por tres meses el arca en la casa de Obededom, y Yahvé bendijo la casa de Obededom y cuanto le pertenecía.

 

El autor de las Crónicas da relieve extraordinario, consagrándole cuatro capítulos, al traslado del arca desde Quiriat-Jearim hasta Jerusalén. Según el cronista (13:2), desde el primer momento se cuenta con el concurso de sacerdotes y levitas, en contra de lo que insinúa el texto paralelo de Samuel.

 

Familia de David (14:1-7 = 2 Sam 5:11-16).

1 Hiram, rey de Tiro, mandó embajadores a David, y le proporcionó madera de cedro, canteros y carpinteros para que edificaran su casa. 2 Conoció David que Yahvé afirmaba su dominio sobre Israel y que ensalzaba su reino por amor de Israel, su pueblo. 3 David tomó entonces mujeres en Jerusalén, y tuvo hijos e hijas. 4 Los nombres de los que le nacieron en Jerusalén son: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 5 Jibjar, Elisúa, Elfelet, 6 Noga, Nefeg, Jafia, 7 Elisama, Beeliada y Elifelet.

 

En pocos versos reúne el autor algunos hechos salientes de la vida de David: sus relaciones con Hiram, la lista de sus hijos (3:5-8)·

 

Victoria de David sobre los filisteos (14:8-17 = 2. Sam 5:17-25).

8 Cuando los filisteos supieron que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos en busca suya, y David, que lo supo, les salió al paso. 9 Llegaron los filisteos y se desparramaron por el valle de Refaím. 10 David consultó a Dios, preguntando: "¿Subiré contra los filisteos y los entregarás en mis manos?" Y Yahvé le dijo: "Sube, y los entregaré en tus manos," 11 Subieron ellos a Baal Perasim, donde David los derrotó. Luego dijo: "Dios ha dispersado por mi mano a mis enemigos, como rotura de aguas que se derraman." Por eso se dio a aquel lugar el nombre de Baal Perasim. 12 Se dejaron allí sus dioses, que por orden de David fueron quemados en el fuego, 13 Los filisteos invadieron de nuevo el valle, 14 y David consultó de nuevo a Dios, y Dios le dijo: "No subas contra ellos. Rodéalos y échate sobre ellos desde delante de las balsameras. 15 Cuando por las cimas de las balsameras oigas un estruendo, sal luego y atácalos, que irá Dios delante de ti para derrotar el campo de los filisteos." 16 Hizo David como Dios le mandara, y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guezer. 17 La fama de David se extendía por todas aquellas tierras, y puso Yahvé sobre todas las gentes el temor de David.

 

Traslado del arca a Jerusalén (15:1-29).

1 David hizo casa para sí en la ciudad de David y preparó un lugar para el arca de Dios, alzando para ella una tienda. 2 Entonces se dijo: "El arca de Dios no debe ser transportada sino por los levitas, porque son los que eligió Yahvé para trasladarla y para hacer su servicio por siempre." 3 Reunió, pues, David a todo Israel en Jerusalén, para subir el arca de Yahvé al lugar que le había dispuesto. 4 Reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. 5 De los hijos de Caat, a Uriel, jefe y sus hermanos, ciento veinte; 6 de los hijos de Merarí, Asaya, jefe, y sus hermanos, doscientos veinte; 7 de los hijos de Gersón, Joel, jefe, y sus hermanos, doscientos; 8 de los hijos de Elisafán, Semeya, jefe, y sus hermanos, doscientos; 9 de los hijos de Hebrón, Eliel, jefe, y sus hermanos, ochenta; 10 de los hijos de Uziel, Aminadab, jefe, y sus hermanos, ciento doce. 11 David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar y a los levitas Uriel, Asaya, Joel, Semeya, Eliel y Aminadab, 12 y les dijo: "Vosotros sois los jefes de familia de los Isvitas; santifícaos vosotros y vuestros hermanos para subir el arca de Yahvé, del Dios de Israel, al lugar que yo le he preparado. 13 Por no estar vosotros allí la primera vez, Yahvé, nuestro Dios, nos castigó, porque no fuimos a buscarle según la ley." 14Santificáronse los sacerdotes y los levitas para subir el arca de Yahvé, Dios de Israel, 15 Los hijos de los levitas llevaban el arca de Dios en hombros, con sus barras, como lo había ordenado Moisés, según el mandato de Yahvé. 16 David mandó a los jefes de los levitas que dispusieran a sus hermanos los cantores, que hiciesen resonar los instrumentos musicales, arpas, salterios y címbalos, en señal de regocijo; 17 y los levitas designaron a Hernán, hijo de Joel, y de entre sus hermanos, a Asaf, hijo de Baraquías, y de entre los hijos de Merarí, sus hermanos, a Etán, hijo de Cusaya; 18 después, con ellos, sus hermanos del segundo orden: Zacarías, Uziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Banayas, Maaseyas, Matatías, Elifele, Micne-yas, Obededom y Jeiel, porteros. 19 Los cantores Hernán, Asaf, y Etán llevaban címbalos de bronce para hacerlos resonar; 20 Zacarías, Uziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Maaseyas y Benaya llevaban salterios templados para las voces altas; 21 y Matatías, Elifele, Mienaya, Obededom, Jeiel y Azarías, con cítaras acordadas a la octava; 22 y Quenanías, jefe de los levitas, dirigía el canto, pues tenía mucho conocimiento de él. 23 Bera-quías y Elcana eran los porteros del arca; 24 y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasí, Zacarías, Benayas y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obededom y Jijías eran también porteros del arca. 25 David, pues, los ancianos de Israel y los jefes de millares, fueron a traer el arca de la alianza de Yahvé desde la casa de Obededom, con gran alegría. 26 Y por haber asistido Dios a los levitas que llevaban el arca de la alianza de Yahvé, se sacrificaron siete novillos y siete carneros. 27 David iba vestido de un manto de biso, lo mismo que todos los levitas que llevaban el arca, los cantores y Quenanías, jefe de la música entre los cantores. Llevaba David también sobre sí el "efod" de lino. 28 De esta manera llevó todo Israel el arca de la alianza de Yahvé entre gritos de júbilo, al son de las bocinas, las trompetas, los címbalos, los salterios y las cítaras. 29 Cuando el arca de la alianza de Yahvé llegó a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David saltando y bailando delante del arca y le menospreció en su corazón.

 

Pone de relieve el autor sagrado el papel que juegan sacerdotes y levitas en el traslado del arca. Son los levitas quienes deben transportarla (Núm c.3-4); da una lista de los que se habían congregado a este fin (v.4-10). En el v.13 hace alusión al castigo de Oza (13:9-11). Los levitas cantores, a las órdenes de Hamán, Asaf y Etán (6:18; 24; 29) y otros acompañaron al cortejo con instrumentos músicos y cantos. La expresión (v.24) "porteros del arca" responde a la situación del momento, por existir dos santuarios legítimos: el del Arca y el de la Morada (16:37-42; Cazelles).

 

El arca en el tabernáculo (16:1-6 = 2 Sam 6:17-19).

1 Traída el arca de Dios, pusiéronla en medio de la tienda que David había alzado para ella, y ofrecieron ante Dios holocaustos y sacrificios eucarísticos. 2 Cuando hubo acabado David de ofrecer los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre de Yahvé, 3 y distribuyó a todo Israel, hombres y mujeres, a cada uno una porción de pan, de carne y de uvas pasas. 4 Puso levitas al servicio del arca de Yahvé, para que invocaran, alabaran y ensalzaran a Yahvé, Dios de Israel. 5 Fueron: Asaf, el jefe; Zacarías, el segundo después de él; Uziel, Semirarnot, Jejiel, Matatías, Eliab, 6 Benaya, Obededom y Jeiel, con instrumentos músicos, salterios y arpas, y Asaf era el que hacía sonar los címbalos. Los sacerdotes Benaya y Jojaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca de la alianza de Dios.

 

A partir del v.4 el cronista introduce una noticia que falta en el lugar paralelo de Samuel.

 

Cántico de alabanza (16:7-36).

7 Aquel día dio David a Asaf y a sus hermanos por primera vez, para cantar las alabanzas de Yahvé, este canto: 8 "Alabad a Yahvé, invocad su nombre. Pregonad a los pueblos sus hazañas. 9 Cantadle, cantad salmos en su honor. Cantad todos sus portentos. 10 Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Yahvé. 11 Buscad a Yahvé y fortaléceos. Buscad siempre su rostro. 12 Recordad cuántas maravillas ha obrado. Sus prodigios, los juicios de su boca. 13 Descendientes de Abraham, su siervo; Hijos de Jacob, su elegido. 14 Es Yahvé nuestro Dios. Por la tierra toda prevalecen sus juicios. 15 Fielmente se ha acordado siempre de su alianza, De sus promesas para mil generaciones, 16 De lo que pactó con Abraham, De lo que juró a Isaac. 17 De lo que firmemente estableció con Jacob, Y con Israel como pacto eterno, 18 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad. 19 Eran entonces poco numerosos, Poco numerosos y extranjeros en ella, 20 Iban de una gente a otra gente Y de un reino a otro pueblo. 21 Pero no consintió que nadie los oprimiese, Y por causa de ellos castigó a reyes. 22 No toquéis a mis ungidos. No hagáis mal a mis profetas. 23 Cantad a Yahvé, habitantes todos de la tierra; Pregonad uno y otro día su salvación, 24 Contad a los pueblos su gloria, Sus maravillas a los pueblos todos. 25 Porque Yahvé es grande, digno de toda alabanza, Temible sobre todos los dioses. 26 Porque los dioses de las gentes son ídolos, Pero Yahvé es el hacedor de los cielos. 27 La gloria y la majestad sean ante El, La alabanza y el honor en su santuario. 28 Dad a Yahvé, ¡oh familias de los pueblos! Dad a Yahvé la gloria y la alabanza, 29 Dad gloria al nombre de Yahvé, Traed ofrendas y entrad en sus atrios. Adorad a Yahvé en ornamentos santos, 30Temblad ante El todos los de la tierra. El afirmó el orbe, y firme está. 31Alégrense los cielos y regocíjese la tierra, Pregónese entre las gentes: Yahvé reina. 32Truene el mar con cuanto lo llena, Salte de gozo el campo y cuanto hay en él, 33Den gritos de júbilo los árboles de las selvas. Al venir Yahvé, pues viene para juzgar a la tierra. 34Dad gracias a Yahvé, que es bueno. Y es eterna su misericordia. 35Decid: sálvanos, ¡oh Dios! salud nuestra; Reúnenos y líbranos de las gentes, Para que confesemos tu santo nombre Y nos gloriemos alabándote. 36Bendito Yahvé, Dios de Israel, Por eternidad de eternidades. Y diga todo el pueblo: Amén. Alabad a Yahvé."

 

Trátase de un salmo compuesto por el autor sirviéndose de fragmentos de otros salmos: los v.8-22 = Sal 105:1-15; v.22-23= Sal 96:1b; 2b-13a; v.34-30 = Sal 106:1; 47-48.

 

Al servicio del arca (16:37-43).

37 David dejó allí, delante del arca de la alianza de Yahvé, a Asaf y a sus hermanos, para que constantemente ministrasen delante del arca, cada cosa a su tiempo, 38 y a Obededom, hijo de Jedutún, y a Josa y a sus hermanos en número de sesenta y ocho, estableció como porteros. 39 Asimismo a Sadoc y a sus hermanos, sacerdotes, ante el tabernáculo de Yahvé, en la altura de Gabaón. 40 Para que allí ofreciesen continuamente, mañana y tarde, a Yahvé holocaustos y cumpliesen cuanto está escrito en la Ley de Yahvé, dada por Yahvé a Israel. 41 Con ellos estaban Hernán y Jedutún y los otros que nominalmente habían sido designados para alabar a Yahvé: "Porque su misericordia es eterna." 42Estaban Hernán y Jedutún con ellos, y las trompetas y los címbalos para los que los tocaban, y los instrumentos para los cantos en honor de Dios. Los hijos de Jedutún eran los porteros. 43 Todo el pueblo se fue luego cada uno a su casa, y David se volvió a bendecir a la suya.

 

Una vez el arca en Jerusalén, imparte David las órdenes convenientes para asegurar un culto digno al arca v.37-38) y al santuario de Gabaón v.39-42). Vimos en el lugar paralelo de Samuel que existía el tabernáculo de Yavé en Gabaón (21:29; I Re 3:4ss), al frente del cual estaba Sadoc. Hallábase asimismo allí el altar construido en el desierto (21:29; Ex 27:1ss; 38:515). Debido a que se trataba de un tiempo de transición, se autorizó el funcionamiento de dos lugares de culto, lo que en rigor se oponía a la ley de la unidad de santuario.

 

Profecía de Natán (17:1-15 = 2 Sam 7:1-29).

1 Una vez que David se hubo establecido en su casa, dijo a Natán, profeta: "Yo estoy habitando una casa de cedro, mientras que el arca de la alianza de Yahvé está bajo una tienda." 2 Natán respondió a David: "Haz lo que tienes en tu corazón, pues Dios está contigo." 3 Pero aquella noche fue dirigida a Natán la palabra de Dios: 4 "Ve y dile a David, mi siervo: Así habla Yahvé: No serás tú quien a mí me edifique casa para que more en ella. 5 Nunca, desde que saqué a Israel hasta hoy, he habitado en casa, sino que anduve de una parte a otra en una tienda. 6 ¿Dije yo nunca a ninguno de los jueces de Israel, a quienes mandé apacentar a mi pueblo: Por qué no me hacéis una casa de cedro? 7 Di, pues, ahora a mi siervo David: Así habla Yahvé Sebaot: Yo te cogí de la majada, de detrás del ganado, para que fueras jefe de mi pueblo, Israel; 8 he estado contigo por dondequiera que tú has andado; he exterminado ante ti a todos tus enemigos y he hecho tu nombre semejante al de los grandes que hay en la tierra. 9 He dado un lugar de habitación a mi pueblo, Israel, y le he plantado para que se fije y no sea ya conmovido, ni los hijos de la iniquidad le destruyan, 10 como antes en el tiempo en que establecí los jueces sobre mi pueblo, Israel. He humillado a todos tus enemigos y te anuncio que Yahvé te edificará a ti casa. 11 Cuando se cumplan tus días y vayas a reunirte con tus padres, yo alzaré tu descendencia, después de ti, a uno de entre tus hijos, y yo afirmaré su trono. 12 El será quien me edifique casa, y yo afirmaré para siempre su trono. 13 Seré padre para él, y él será para mí un hijo, y no apartaré de él mi gracia, como la aparté del que te precedió. 14 Le estableceré para siempre en mi casa y en mi reino, y su trono será firme por toda la eternidad." 15 Natán transmitió a David todas estas palabras y toda la visión, 16 y el rey David fue a ponerse ante Yahvé y dijo: "¿Quién soy yo, Yahvé Dios, y qué es mi casa para que tú me hayas traído a donde estoy? 17 Y todavía esto, ¡oh Dios! es poco a tus ojos. Hablas de la casa de tu siervo para tiempo lejano y te dignas mirarme como un hombre de excelencia, 18 ¡oh Yahvé, Dios! ¿Qué más podrá decirte David de la gloria que concedes a tu siervo? Tú conoces a tu siervo, ¡oh Yahvé! 19 y por amor de tu siervo y conforme a tu corazón has hecho todas estas grandes cosas, revelando todas estas grandezas, ¡oh Yahvé! 20 No hay semejante a ti, no hay otro Dios como tú, como con nuestros oídos hemos oído. 21 ¿Hay sobre la tierra una sola nación que sea como tu pueblo, Israel, cuyo Dios fuese a rescatar un pueblo para hacerse nombrar con tantos milagros y prodigios, y arrojando a naciones delante de tu pueblo, al que redimiste de Egipto? 22 Tú has hecho de tu pueblo, Israel, tu pueblo para siempre, y tú, ¡oh Yahvé! tú eres su Dios. 23 Ahora, pues, ¡oh Yahvé! que la palabra que has dicho de tu siervo y de su casa sea perdurable por la eternidad y cúmplela. 24 Que perdure, para que tu nombre sea glorificado por siempre y se diga: Yahvé Sebaot, Dios de Israel, es en verdad un Dios para Israel. Y que la casa de David, tu siervo, sea firme ante ti, 25 pues que tú mismo, Dios mío, has revelado a tu siervo que le edificarás casa. Por eso ha osado tu siervo orarte así. 26 Ahora, pues, ¡oh Yahvé! tú eres Dios y tú has prometido esta giacia a tu siervo. 27 Bendice, pues, la casa de tu siervo, para que subsista para siempre delante de ti. Porque tú, ¡oh Yahvé! la has bendecido y bendita será por la eternidad.

 

El texto sigue muy de cerca el del libro de Samuel, con algunos cambios característicos del cronista. La estabilidad de la dinastía davídica está unida a la de la presencia de Yahvé en el templo que edificará Salomón; "su trono será firme por toda la eternidad" (v.14). David ora, sentado, ante Yahvé (v.16).

 

Victorias de David (18:1-13 = 2 Sam 8:1-18).

1 Después de esto batió David a los filisteos y los humilló, arrebatándoles de las manos Gat y las ciudades de su dependencia. 2Batió a los moabitas, que quedaron sujetos a David, pagándole tributo. 3Batió también David a Hadadezer, rey de Soba, en Jamat, cuando iba éste a establecer su dominio sobre el Eufrates. 4Le tomó David mil carros, siete mil caballeros y veinte mil infantes; desjarretó a todos sus caballos de tiro, no conservando más que los de cien carros. 5Vinieron los sirios de Damasco en socorro de Hadadezer, rey de Soba, y David derrotó a veinte mil sirios, 6puso guarniciones en la Siria de Damasco, y los sirios quedaron sujetos a David, pagándole tributo. Yahvé protegía a David por dondequiera que iba. 7 Tomo David los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadezer y los llevó a Jerusalén. 8 También se apoderó de una gran cantidad de bronce en Tebaj y en Cun, ciudades de Hadadezer. De él hizo Salomón el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce. 9 Supo Toú, rey de Jamat, que David había derrotado a todo el ejército de Hadadezer, rey de Soba, 10 y le mandó como embajador a Hadoram, su hijo, para saludarle y felicitarle por haber atacado a Hadadezer, venciéndole, pues Toú estaba en guerra con Hadadezer. Mandóle también toda suerte de vasos de oro, de plata y de bronce, 11 que el rey David consagró a Yahvé con el oro y la plata que había tomado a todas las naciones, a Edom, a Moab, a los hijos de Amón, a los filisteos y a Amalee. 12 Abisaí, hijo de Sarvia, batió en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas. 13 Puso guarniciones en Edom, y todo Edom quedó sometido a David. Yahvé protegía a David por todas partes donde iba.

 

El autor pasa por alto el castigo que infligió David a los moabitas (2 Sam 8:2). Por una confusión de letras, el texto masorético lleva Hadarezer por Hadadezer (v.3). El v.8 es propio del cronista; en el 12 es Sarvia quien batió a Edom (2 Sam 8:13; 1 Re 11:15-16).

 

Oficiales de David (18:14-17 = 2 Sam 8:15-18).

l4 David reinó sobre todo Israel, haciendo derecho y justicia a todo el pueblo. 15 Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército; Josafat, hijo de Ajilud, era cronista; 16 Sadoc, hijo de Ajitub, y Abimelec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Sisa era secretario; 17 Banayas, hijo de Joyada, era jefe de los cereteos y feleteos, y los hijos de David sus áulicos.

 

De los hijos de David (v.17) escribe el texto que "eran los primeros al lado del rey"; en Samuel dícese que "los hijos de David eran sacerdotes"; para el cronista, los sacerdotes eran de raza levita y no de Judá, distinguiendo entre poder político y religioso.

 

Guerra contra los amonitas y sus aliados (19:1-19 =. 2 Sam 10:1-19)

1 Después de esto murió Najas, rey de los hijos de Amón, sucedíéndole su hijo. 2 David dijo: "Voy a mostrar mi benevolencia a Janún, hijo de Najas, pues su padre se mostró conmigo benévolo"; y le envió una embajada para consolarle por la muerte de su padre. Cuando los enviados de David llegaron a la tierra de los hijos de Amón y se presentaron a Janún para consolarle, 3 los jefes de los hijos de Amón dijeron a Janún: "¿Crees tú que para honrar a tu padre te manda David consoladores? ¿No será más bien para reconocer la ciudad y destruirla y explorar la tierra para lo que han venido a ti sus servidores ?" 4 Entonces Janún, cogiendo a los servidores de David, los rapó y les cortó los vestidos por el medio hasta las nalgas, y luego los despachó. 5 Fuéronse ellos, y David, que supo lo que a sus hombres había sucedido, mandó gente que les salieran al encuentro, pues se hallaban en gran confusión, y les dijeran: "Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba y volved luego." 6 Los hijos de Amón vieron que se habían hecho odiosos a David, y Janún y los hijos de Amón mandaron mil talentos de plata para asoldar a los carros y a los caballeros de los sirios de Mesopotamia y de los sirios de Maacá y Soba. 7 Tomaron a sueldo treinta y dos mil carros y al rey de Maacá y su pueblo, que vinieran a acampar delante de Madaba. Los hijos de Amón se reunieron en sus ciudades y salieron para combatir. 8 Al recibir David estas nuevas, mandó contra ellos a Joab y todo el ejército, hombres valerosos. 9 Salieron los hijos de Amón y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad; los reyes que habían venido tomaron posesión aparte en el campo. 10 Viendo Joab que tenía contra quien combatir de frente y a la espalda, escogió de lo más selecto de Israel un cuerpo que oponer a los sirios, n y el resto del pueblo lo puso a las órdenes de su hermano Abisaí para hacer cara a los hijos de Amón, 12 diciéndole: "Si los sirios son más fuertes que yo, vas tú en socorro mío, y si los hijos de Amón son más fuertes que tú, iré yo en socorro tuyo. 13 Esfuérzate y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, y haga Yahvé lo que bien le parezca." 14 Avanzó Joab con los suyos para atacar a los sirios, que huyeron ante él, 15 y los hijos de Amón, cuando vieron que habían huido los sirios, se pusieron también en fuga delante de Abisaí, hermano de Joab, y se encerraron en la ciudad. Joab se volvió a Jerusalén. 16 Viendo los sirios que habían sido derrotados por Israel, mandaron a buscar a los sirios del otro lado del río, que vinieron al mando de Sofac, jefe del cjército de Hadadezer. 17 Súpolo David y reunió a todo Israel, y pasando el Jordán, marchó contra ellos y se preparó a atacarlos. Ordenóse David en batalla contra los sirios, 18 y los sirios, después de haberse batido con él, se pusieron en huida delante de Israel, y David les mató siete mil hombres de los carros y cuarenta mil infantes. Mató también a Sofac, jefe del ejército 19 Los hombres de Hadadezer, viéndose derrotados por Israel concertaron paces con David y se le sometieron. No volvieron más los sirios a socorrer a los hijos de Amón.

 

Pasa por alto el autor lo que hizo David con Mefibaal (2 Sam c.9); de Aram Naharaím (v.6, texto masorético) habla Gen 24:10. El número de treinta y dos mil carros es una exageración evidente; quizá un amanuense escribió carros en vez de hombres (2 Sam 10:6).

 

Fin de la campaña contra los amonitas (20:1-3=2. Sam 12:28; 30-31).

1 Al año siguiente, al tiempo en que suelen los reyes salir a campaña, Joab, a la cabeza de un fuerte ejército, fue a talar la tierra de los hijos de Amón y puso sitio a Raba. David se quedó en Jerusalén. Joab se apoderó de Raba y la destruyó. 2 Quitó David la corona de Milcón de encima de su cabeza, y hallóla del peso de un talento de oro y que tenía una piedra preciosa, que fue puesta sobre la cabeza de David. Saqueó la ciudad y obtuvo de ella un gran botín. 3 Sacó de ella a los habitantes y los puso a serrar con las sierras y a los trillos y a las hoces. Lo mismo hizo con todas las ciiidades de los hijos de Amón. Volvióse luego David con todo el pueblo a Jerusalén.

 

No habla el texto del adulterio de David, aunque reproduce el comienzo que le sirve de preámbulo en 2 Sam 11:1. Sistemáticamente silencia todo aquello que mancilla la fama y el buen nombre de David; por los mismos motivos suprime los capítulos 13-20 del 2 de Samuel.

 

Victorias sobre los fariseos (20:4-8 = 2 Sam 21:18-22).

4 Después de esto hubo en Guezer una batalla contra los filisteos. Entonces fue cuando Sibecai, jusatita, mató a Sipai, uno de los refaím. Los filisteos quedaron humillados. 5 También hubo otra batalla con los filisteos, en la que Eljanán, hijo de Jair, mató a un hermano de Goliat, Lajni, de Gat, que llevaba una lanza cuya asta era como un enjullo de tejedor. 6 Hubo otra batalla más en Gat, en la que se halló un hombre de alta talla que tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, veinticuatro en todo, y que descendía también de Rafa. 7 Retó a Is rael, y Jonatán, hijo de Simea, hermano de David, le mató. 8 Estos hombres eran hijos de Rafa, de Gat, y perecieron a manos de David y sus servidores.

 

El censo del pueblo (21:1-15 = 2 Sam 24:1-16).

1 Alzóse Satán contra Israel e incitó a David a hacer el censo de Israel. 2 David dijo a Joab y a los jefes del pueblo: "Id a hacer el censo de Israel, desde Berseba hasta Dan, y traédmelo, para que sepa yo su número." 3 Joab respondió a David: "¡Ojalá hiciera Yahvé a su pueblo cien veces más numeroso! Pero, rey y señor mío, ¿no son todos servidores tuyos? ¿Para qué pide esto mi Señor ? ¿Para qué hacer una cosa que será imputada como pecado a Israel ?" 4 El rey persistió en la orden que había dado a Joab, y Joab partió y recorrió todo Israel, y vino luego a Jerusalén. Joab entregó a David el rollo del censo del pueblo, 5 y había en todo Israel un millón cien mil hombres de guerra, y en Judá cuatrocientos setenta mil. 6 No hizo entre ellos el censo de Leví y Benjamín, porque abominaba Joab la orden del rey. 7 Desagradó la orden a Dios y castigó a Israel. 8 Entonces dijo David a Dios: "He cometido con esto un gran pecado. Perdona, te ruego, la iniquidad de tu siervo, pues he obrado como un insensato." 9 Yahvé habló así a Gad, el vidente de David: 10 "Ve a decir a David: Así habla Yahvé: tres plagas te propongo para que elijas una con que te heriré." 11 Gad vino a David y le dijo: "Así habla Yahvé: 12 Elige: o tres años de hambre, o tres meses durante los cuales huirás de tus enemigos y te alcanzará la espada de tus enemigos, o tres días durante los cuales la espada de Yahvé y la peste estarán sobre la tierra, y el ángel de Yahvé llevará la destrucción a todo el territorio de Israel. Ve, pues, lo que he de responder al que me envía." 13 David respondió a Gad: "En gran aprieto me veo, pero caiga yo en las manos de Yahvé, cuya misericordia es inmensa, y no caiga en las manos de los hombres." 14Mandó Yahvé la peste sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. 15Dios mandó un ángel a Jerusalén para destruirla, y, cuando ya estaba destruyéndola, miró Yahvé y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel destructor: "Basta, retira ya tu mano." El ángel de Yahvé estaba junto a la era de Ornan, jebuseo.

 

Es Satán quien impulsa a David a ordenar este censo (Job 1:6-8; Zac 3:1-2). Él hecho se refiere en el lugar paralelo de Samuel, aunque con sensibles divergencias; quizá el autor se inspiró en otro documento.

 

La erección del altar (21:16-30 = 2 Sam 24:17-25).

16 Y David alzó los ojos y vio al ángel de Yahvé entre la tierra y el cielo, teniendo en su mano, desnuda, la espada, vuelta contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de saco, cayeron sobre sus rostros, 17 y David dijo a Dios: "¿No soy yo el que he mandado hacer el censo del pueblo? Yo soy quien ha pecado y ha hecho el mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Yahvé, Dios mío! Pese tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre y no haya plaga en tu pueblo." 18 El ángel de Yahvé dijo a Gad que hablase a David para que subiese a alzar un altar en la era de Ornan, jebuseo, 19 y subió David, cumpliendo la orden que Gad había dado en nombre de Yahvé 20 Ornan, que estaba trillando el trigo, se volvió y vio al ángel y se escondió con sus cuatro hijos. 21 Cuando llegó David cerca de Ornan, miró Ornan y vio a David, y, saliendo de la era se prosternó ante David rostro a tierra. 22 David dijo a Ornan" "Cédeme el campo de tu era para que yo alce en ella un altar a Yahvé; cédemelo por su precio en plata, para que se retire la plaga de sobre el pueblo." 23 Ornan respondió a David: "Tómala, y que mi señor el rey haga en ella lo que bien le parezca; mira, te doy los bueyes para el holocausto, los trillos para leña y el trigo para la ofrenda. Todo te lo doy." 24Pero el rey dijo a Ornan: "No, quiero comprártela por su valor en plata, pues no voy a presentar yo a Yahvé lo que es tuyo ni a ofrecerle un holocausto que no me cuesta nada." 25 Y dio David a Ornan seiscientos siclos de oro por el lugar, 26 y edificó allí un altar a Yahvé, y le ofreció holocaustos y sacrificios eucarísticos. Invocó a Yahvé, y Yahvé le respondió por el fuego que del cielo descendió sobre el altar del holocausto. 27 Entonces habló Yahvé al ángel, que volvió la espada a la vaina. 28 Viendo David que Yahvé le había oído en la era de Ornan, jebuseo, sacrificaba allí, 29 pues el tabernáculo de Yahvé, que Moisés había hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos estaban entonces en la altura de Gabaón, 30 y David no podía ir allá a buscar a Yahvé, pues la espada del ángel le había llenado de espanto.

 

Debido a que el autor considera este altar como definitivo, ha tenido que introducir algunas vacantes al texto paralelo de Samuel, por ser distintas las perspectivas en uno y otro lugar.

 

Preparativos para la construcción del templo (22:1-19).

1 Y dijo David: "Esta será la casa de Yahvé Dios y aquí estará el altar de los holocaustos para Israel." 2 Mandó David que se reuniesen todos los extranjeros que había en la tierra de Israel, y encargó a los canteros que fuesen preparando piedras talladas para la construcción de la casa de Dios. 3 Preparó también hierro en abundancia para la clavazón de las puertas y para las grapas, y bronce en cantidad imponderable, y madera de cedro innumerable, 4 pues los sidonios y los tirios habían traído a David maderas de cedro en abundancia. 5 David se decía: "Mi hijo Salomón es todavía joven e inexperto, y la casa que ha de edificarse a Yahvé ha de ser, por la grandeza, por la magnificencia, por la belleza, reputada en todas las tierras; por eso quiero hacer preparativos"; y los hizo, antes de su muerte, en abundancia. 6 David llamó a Salomón, su hijo, y le dio orden de edificar una casa a Yahvé, Dios de Israel. 7 Le dijo: "Hijo mío, yo tenía el propósito de edificar un templo al nombre de Yahvé, mi Dios; 8 pero Yahvé me dijo: Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras. No serás tú quien edifique una casa a mi nombre, porque has derrama do ante ti mucha sangre sobre la tierra, 9 He aquí que te nacerá un hijo, que será hombre de paz y a quien daré yo paz, librándole de todos sus enemigos en derredor. Su nombre será Salomón, y durante su vida haré yo venir sobre Israel la paz y la tranquilidad. 10 Ese edificará una casa a mi nombre. Será para mí un hijo, y yo seré para él un padre, y afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel. 11 Ahora, pues, hijo mío, que Yahvé sea contigo, para que prosperes y edifiques la casa de Yahvé, tu Dios, como él de ti lo ha declarado. 12 Quiera darte Yahvé la sabiduría y la inteligencia para reinar sobre Israel en la observancia de la Ley de Yahvé, tu Dios. 13 Prosperarás si cuidas de poner por obra los mandamientos y preceptos que mandó Yahvé a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, ten ánimo y no temas ni desmayes. 14 Yo con mis esfuerzos he reunido para la casa de Yahvé cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata y una cantidad imponderable de bronce y de hierro, en gran abundancia. He aprestado asimismo madera y piedra, que tú acrecentarás. 15 Tienes a la mano un gran número de obreros, de canteros, carpinteros y hombres expertos en toda clase de obras. 16 El oro, la plata, el bronce y el hierro son sin número. Levántate, pues, ponte a la obra y que Yahvé sea contigo." 17 Mandó también David a todos los principales de Israel que prestasen su ayuda a Salomón, su hijo. 18 "¿No está con vosotros Yahvé, vuestro Dios, y no os ha dado El paz de todas partes? El ha puesto en mis manos a los moradores de la tierra, y la tierra está sometida ante Yahvé y ante su pueblo. 19 Poned, pues, todo vuestro corazón y vuestro ánimo en buscar a Yahvé, vuestro Dios; levantaos y edificad el santuario de Yahvé, Dios, para traer el arca de la alianza de Yahvé y los utensilios consagrados a Dios a la casa edificada al nombre de Yahvé."

 

Ante los hechos extraordinarios acaecidos en la era de Ornan, comprendió David que había escogido Dios aquel lugar para residir en él. No pudiendo levantar materialmente el templo por haber derramado mucha sangre (v.8), acumula materiales para facilitar la empresa a su hijo Salomón; con una hipérbole manifiesta señala el texto la gran cantidad de oro y plata reunida por David (v.14). A partir de este capítulo hasta el 29 inclusive se inspira el autor en fuentes extracanónicas.

 

Censo y organización de los levitas (23:1-32).

1 Viejo ya David y harto de días, hizo a Salomón, su hijo, rey de Israel. 2 Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas. 3 Hízose el censo de los levitas de treinta años arriba, y su número, contado por cabezas uno a uno, fue de treinta y ocho mil. 4 Y dijo David: "Que de ellos veinticuatro mil se dediquen a los oficios de la casa de Yahvé, seis mil sean jueces y oficiales, 5 cuatro mil porteros y cuatro mil dedicados a alabar a Yahvé con los instrumentos que yo he hecho para ello." 6 David los distribuyó en órdenes según los hijos de Leví, Gersón, Caat y Merarí. 7 Hijos de Gersón: Ladán y Simeí. 8 Hijos de Ladán, tres: Jejiel, el primero; Zetam y Joel. 9 Hijos 4e Simeí, tres: Selomit, Jaziel y Harán" Estos son los jefes de las familias de Ladán. 10 Hijos de Simeí: Jajat, Ziza, Jeus y Be. ría. n Estos cuatro son los hijos de Simeí. Jajat era el primero y Ziza el segundo. Jeus y Beria no tuvieron muchos hijos y formaron en el censo una sola casa paterna. 12 Hijos de Caat: Am-ram, Jiscar, Hebrón y Usiel, cuatro. 13 Hijos de Amram: Aa-ron y Moisés. Aarón fue elegido para servir en el santo de los santos, él y sus hijos perpetuamente, para ofrecer los perfumes ante Yahvé, para hacer su ministerio y bendecir por siempre su nombre. 14 Los hijos de Moisés, hombre de Dios, fueron contados en la tribu de Levi. 15 Los hijos de Moisés fueron Gérsón y Eliezer. 16 Hijo de Gersón fue Sebuel, el jefe, 17 Hijo de Eliezer fue Rejabía; el jefe Eliezer no tuvo más hijos, pero los hijos de Rejabía fueron muchos. 18 Hijo de Jisear fue Selomit, el jefe. 19 Los hijos de Hebrón: Jeería, el jefe; Amarías, el segundo; Jezaziel, el tercero, y Jacamán, el cuarto. 20 Hijos de Uziel: Mica, el primero; Jisía, el segundo. 21 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. 22 Murió Eleazar sin hijos, pero dejó hijas, y los hijos de Quis, sus hermanos, las tomaron por mujeres. 23 Hijos de Musí: Majlí, Eder y Jerimot, tres. 24 Estos son los hijos de Leví, según las familias de sus padres, cabezas de las casas paternas, según el censo hecho contando por cabezas. Estaban dedicados al ministerio de la casa de Yahvé desde los veinte años arriba. 25 Pues David dijo: "Yahvé, Dios de Israel, ha dado el reposo a su pueblo, Israel, y habitará por siempre en Jerusalén, 26 y los levitas no tendrán ya que transportar el tabernáculo y todos los utensilios de su servicio." 27Y así, conforme a las últimas disposiciones de David, se hizo el censo de los hijos de Leví desde los veinte años para arriba. 28 Puestos a las órdenes de los hijos de Aarón para el servicio de la casa de Yahvé, tenían a su cuidado los atrios y las cámaras, la limpieza de todas las cosas santas y las obras del servicio de la casa de Dios; 29 los panes de la proposición, la harina de flor para las ofrendas, las tortas de pan ácimo, las hojuelas fritas en sartén y las cocidas y todas las medidas de capacidad y de longitud. 30Tenían que presentarse cada mañana y cada tarde para alabar y celebrar a Yahvé 31y ofrecer continuamente los holocaustos a Yahvé los sábados, los novilunios y las fiestas, según el número y los ritos prescritos. 32 Daban la guardia al tabernáculo de la reunión a las órdenes de los hijos de Aarón, sus hermanos, en el servicio de la casa de Yahvé.

 

El primer verso es resumen de 1 Re c. 1-2. Aunque no le cupo la gloria de construir el templo, fue David el que instituyó el sacerdocio levítico. Los servicios de los levitas empezarán al llegar a los veinte años (v.24) en vez de los treinta (Núm 4:3; 8:24). En los v.28-32 se especifican las ocupaciones de los levitas en el templo; estaban a las órdenes y bajo la dependencia de los sacerdotes (v.28).

 

Las veinticuatro clases de los sacerdotes (24:1-19).

1 He aquí las clases de los hijos de Aarón: Hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 2 Nadab y Abiú murieron antes que su padre y no dejaron hijos. Eleazar e Itamar cumplieron las funciones sacerdotales. 3 David distribuyó a Sadoc, de los hijos de Eleazar, y Ajimelec, de los hijos de Itamar, en turnos para el servicio. 4 Hubo entre los hijos de Eleazar más jefes que entre los hijos de Itamar, y se hizo esta división: los hijos de Eleazar tenían dieciséis jefes de casas paternas, y los hijos de Itamar, ocho. 5 Hízose la distribución por suerte, unos con otros, y fueron jefes del santuario y jefes de Dios tanto los hijos de Eleazar como los hijos de Itamar. 6 Semeyas, hijo de Na-tanael, secretario de la tribu de Leví, los inscribió delante del rey y de los príncipes, delante de Sadoc, sacerdote, y de Ajimelec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias de sacerdotes y levitas, y se iba sacando por suerte una casa paterna para Eleazar y una casa paterna para Itamar. 7 La primera suerte tocó a Jojarib; la segunda, a Jidaya; 8la tercera, a Jorim; la cuarta, a Seorim; 9la quinta, a Malaquías; la sexta, a Miamín; 10 la séptima, a Gos; la octava, a Abías; la novena, a Jesúa; la décima, a Secanía; 12la undécima, a Elyasib; la duodécima, a Jacim; 13la decimotercera, a Jupa; la decimocuarta, a Jebab; 14la decimoquinta, a Bilga; le decimosexta, a Imer; 15la decimoséptima, a Jezir; la decimoctava, a Afses; 16la decimonona, a Petaya; la vigésima, a Jezaquiel; 17la vigésimo primera, a Jaquim; la vigésimo segunda, a Gamul; 18la vigésimo tercera, a Delaya; la vigésimo cuarta, a Mazía. 19Así fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Yahvé a las órdenes de Aarón, conforme a los mandatos que les había dado Yahvé, Dios de Israel.

 

Dado el gran número de sacerdotes, David los organizó en veinticuatro clases, cada una de las cuales entraba por turno en funciones durante una semana. La línea de Eleazar es la de los sadocitas (6:50-53); la de Itamar es la de Abiatar por Ajimelec. A algunos críticos les parece mejor la lectura: "Abiatar, hijo de Abimelec" (v.6; 2 Sam 8:17).

 

Jefes de las familias de los levitas (24:20-31).

20 He aquí los jefes de las otras familias de los levitas: Subael, de los hijos de Amram, y Jejdaya, de los hijos de Subael. 21 De los hijos de Rejabía, el jefe era Jisía. 22 Salemot era hijo de Isab, y Jajat, hijo de Salemot. 23 El primogénito de los descendientes de Hebrón fue Jeriyán; el segundo, Amarías; el tercero, Jaja-ziel; el cuarto, Jacmán. 24 Hijo de Uziel fue Mica, e hijo de Mica, Samir. 25 Jisiya era hermano de Mica, y Zacarías, hijo de Jisiya. 26 Los hijos de Merarí son: Majlí y Musí. Uzías tuvo un hijo, llamado Beño. 27 Merarí tuvo además a Uzías, Soam, Zacur y Jibrí. 28 Majlí tuvo un hijo, llamado Eleazar, que no tuvo hijos. 29 Quis tuvo un hijo, llamado Jerameel. 30 Los hijos de Musí son: Majlí, Eder y Jerimot. Estos son los hijos de Leví según sus familias. 31 También ellos, como los hijos de Aarón fueron sorteados ante David, Sadoc, Ajimelec y los jefes de las casas paternas de sacerdotes y levitas. Todo se hizo por suerte para distribuir igualmente los oficios, siendo el jefe de familia como el menor de sus hermanos.

 

A los levitas elencados incumbía la misión de servir a los sacerdotes en los actos de culto, siendo asimismo organizados en veinticuatro clases, entrando por turno en sus funciones por espacio de una semana.

 

Los cantores, distribuidos en veinticuatro clases. (25:1-31)

1 David y los jefes del ejército separaron a los que de entre los hijos de Asaf, de Hernán y de Jedutún habían de hacer el oficio de cantores, acompañándose del arpa, del salterio y de los címbalos, cumpliendo cada uno el oficio a que se le destinaba en proporción de su número. 2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Natanía y Asarela, bajo la dirección de Asaf, cantor del rey. 3 De Jedutún: los hijos de Jedutún, Godolías, Sori, Jeseías, Josabías, Matatías y Semeí, seis, bajo la dirección de su padre, Jedutún, que cantaba con el arpa para alabar y celebrar a Yahvé. 4 De Hernán: sus hijos, Buquías, Matanías, Oziel, Sabuel, Jerimot, Jamanías, Jananí, Eliata, Guedeltí, Romentiezer, Jesbacasa, Melotí, Otir y Majaziot. 5 Todos estos eran hijos de Hernán, vidente del rey, para cantar las alabanzas de Dios y ensalzar su poder, pues Dios había dado a Hernán catorce hijos y tres hijas. 6 Todos éstos de Asaf, de Jedutún y de Hernán fueron puestos bajo la dirección de sus padres para cantar en el templo de Yahvé tocando los címbalos, las arpas y los salterios, cumpliendo los ministerios de la casa de Yahvé según el orden prescrito por el rey. 7 El número de ellos, con sus hermanos hábiles en el arte y que enseñaban a los otros a cantar las alabanzas a Yahvé, era de doscientos ochenta y ocho. 8 Fueron sorteados en cada clase sin acepción de personas, jóvenes y viejos, hábiles y menos hábiles. 9 El primero por suerte fue José, de la casa de Asaf; el segundo, Godolías, por él y por sus hijos y hermanos, en número de doce; 10 el tercero, Zacur, y sus hijos y hermanos en número de doce; 11 el cuarto, Jisrí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 12 el quinto, Natanías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 13 el sexto, Buquías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 14 el séptimo, Jisreela, con sus hijos y hermanos en número de doce; 15 el octavo, Jesaya, con sus hijos y hermanos en número de doce; 16 el noveno, Matanías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 17 el décimo, Semeya, con sus hijos y hermanos en número de doce; 18 el undécimo, Azareel, con sus hijos y hermanos en número de doce; 19 el duodécimo, Asabías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 20 el decimotercero, Sabael, con sus hijos y hermanos en número de doce; 21 el decimocuarto, Matatías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 22 el decimoquinto, Jerimot, con sus hijos y hermanos en número de doce; 23 el decimosexto, Jananías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 24 el deci-meséptimo, Jesbacasa, con sus hijos y hermanos en número de doce; 25 el decimoctavo, Jananí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 26 el decimonono, Melotí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 27 el vigésimo, Eliata, con sus hijos y hermanos en número de doce; 28 el vigésimo primero, Otír, con sus hijos y hermanos en número de doce; 29 el vigésimo segundo, Guedeltí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 30 el vigésimo tercero, Majaziot, con sus hijos y hermanos en número de doce; 31 el vigésimo cuarto, Romemtie-zer, con sus hijos y hermanos en número de doce.

 

Los cantores se agrupaban en torno de tres grandes personajes: Asaf, Hernán y Jedutún (Etán), descendientes, respectivamente, de las tres ramas levíticas de Gersón, Caat y Merarí.

 

Los porteros del templo (26:1-19).

1También fueron distribuidos los guardas de las puertas. De los hijos de Coré: Meseelemías, hijo de Coré, de los hijos de Asaf. 2Hijos de Meseelemías: Zacarías, el primogénito; Jediael, el segundo; Zebadías, el tercero; Jataniel, el cuarto; 3 Elam, el quinto; Jeojanán, el sexto; Elyoenai, el séptimo. 4Hijos de Obededom: Semeyas, el primogénito; Jozabad, el segundo; Joaj, el tercero: Sacar, el cuarto; Netaneel, el quinto; 5Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo; Peultai, el octavo, pues Dios le había bendecido. 6A Semeyas, su hijo, le nacieron hijos, que prevalecieron en la casa de su padre y eran hombres fuertes. 7Hijos de Semeyas: Otní y Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valerosos; Eliu y Samaquías. 8 Todos éstos eran hijos de Obededom. Ellos, sus hijos y sus hermanos fueron hombres vigorosos y de mucha fuerza para el servicio; setenta y dos de Obededom. 9Los hijos y los hermanos de Me-selemías, hombres valientes, eran en número de dieciocho. 10De los hijos de Merarí: Josa, que tuvo por hijos: Simri, el jefe, hecho jefe por su padre a pesar de no ser el primogénito; 11 Jilquiya, el segundo; Tebalía, el tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y los hermanos de Josa eran, en todo, trece. 12A estos órdenes de porteros, a los jefes de ellos y a sus hermanos fue encomendada la guardia para el servicio de la casa de Yahvé. 13Fueron sorteados para cada puerta, pequeños y grandes, según sus casas paternas. 14Tocó por suerte a Selemía el lado de oriente. Se echó la suerte para Zacarías, su hijo, que era un prudente consejero, y le tocó el lado del norte. 15A Obededom, con sus hijos, le tocó el lado del mediodía, donde estaban también las despensas. 16A Josa le tocó el lado de occidente, la puerta de Salequet, que sale a la calle empinada. Estos cuerpos de guardia se correspondían unos a otros. 17La puerta de oriente estaba guardada por seis levitas, y la del norte por cuatro, que se renovaban todos los días. Había también cuatro por día a la puerta del mediodía, y otros cuatro que servían de dos en dos en el lugar de las despensas. 18En el Par var (pórtico), al occidente, cuatro en la calle y dos en el Parvar. 19De este modo fueron distribuidos los porteros, que eran todos hijos de Coré y de Merarí.

 

Parte de los descendientes de Coré (9:19) y de Merarí fueron ocupados en guardar las puertas del templo y todas sus dependencias. En el v.5 se hace alusión a la permanencia del arca en casa de Obededom (13:14); al rebasar el número sagrado de siete, el octavo es considerado como una bendición de Dios. En el v.18 se menciona Parvar (Parhar, parwarim), nombre de origen persa (2 Re 23:11)·

 

Encargados de los tesoros (26:20-32).

20 Ajías tenía la guarda de los tesoros de la casa de Dios y de los utensilios sagrados. 21 De entre los hijos de Laedam, los hijos de Gersón, descendientes de Laedam, jefe de las casas paternas de Laedam, gersonita, eran: Jejielí y Zetán. 22 Los hijos de Jejielí, Zetán y Joel, su hermano, que guardaban los tesoros de la casa de Yahvé. 23 De entre los amramitas, jisearitas, hebronitas y uzelitas, 24 Sebuel, hijo de Gersón, hijo de Moisés, era intendente del tesoro. 25 De entre sus hermanos, los descendientes de Eliezer, cuyo hijo fue Rejabía; hijo de éste, Jesaya; hijo de éste, Jorarn; hijo de éste, Zicrí; hijo de éste, Selomit; 26 Selomit y sus hermanos guardaban los tesoros de las cosas santas que habían sido consagradas por el rey David, por los jefes de las casas paternas, los jefes de millares y de centenas, y los jefes del ejército, 27 del botín de guerra y de los despojos para la casa de Yahvé. 28 Todo lo que había sido consagrado por Samuel el vidente; por Saúl, hijo de Quis; por Abner, hijo de Ner; por Joab, hijo de Sarvia, todas las cosas consagradas, estaban bajo la custodia de Selomit y sus hermanos. 29 De entre los jisearitas, Quenayas y sus hermanos ejercieron funciones exteriores, como oficiales y jueces en Israel. 30 De entre los hebronitas, josabía y sus hermanos, hombres valientes, mil setecientos, gobernaban a los israelitas del lado de allá del Jordán, en su parte occidental, tanto en lo concerniente al servicio de Yahvé cuanto en lo concerniente al servicio del rey. 31 Por lo que hace a los hebronitas, de quienes era jefe Jeriyá, se hicieron el año cuarenta del reinado de David investigaciones en Jazer de Galaad, según sus genealogías y sus casas paternas; 32 y se halló que los hermanos de Jeriyá, hombres valientes y robustos, eran dos mil setecientos, jefes de casas paternas. El rey David los constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manases para lo tocante a Dios y lo tocante al rey.

 

Unos levitas cuidaban de los objetos preciosos destinados al culto (9:26); otros, de los tesoros de las cosas santas (18:11). Algunos tenían a su cargo las funciones cultuales que tenían lugar fuera del templo (v.29). La organización de sacerdotes y levitas la hizo David en el último año de su vida (29:27).

 

Los jefes del ejército (27:1-15).

l El número de los hijos de Israel que entraban en servicio de tropa para la guardia del rey, que se relevaba todos los meses del año según la distribución que de ellos se había hecho, era de veinticuatro mil cada vez; cada tropa tenía sus jefes de casas paternas, sus jefes de millar y de centena y sus oficiales al servicio del rey. 2A la cabeza de la primera división para el primer mes estaba Jasobeam, hijo de Zabdiel; mandaba una división de veinticuatro mil hombres. 3Era de los hijos de Peres y mandaba a todos los jefes de la tropa del primer mes. 4A la cabeza de la división del segundo mes estaba Dodaí, ajotita; y tenía bajo él a Miclot, que mandaba una parte de esta tropa, que era de veinticuatro mil hombres. 5 El jefe de la tercera división, la del tercer mes, era Banayas, hijo de Joyada, sacerdote, y tenía a su mando veinticuatro mil hombres. 6 Este es el Banayas que era el más valiente de los treinta y los superaba a todos. Su hijo Amisadab era uno de los jefes de su división. 7 El cuarto jefe, para las tropas del cuarto mes, era Asael, hermano de Joab; y Zabdías, su hijo, después de él. El número de sus tropas era de veinticuatro mil. 8 El quinto jefe, para el mes quinto, era Samaot, de Jezer, y su tropa era de veinticuatro mil. 9 El sexto, para el sexto mes, era Jira, hijo de Iques, de Tecua, y tenía en su tropa veinticuatro mil hombres. 10 El séptimo, para el séptimo mes, era Jeles, de Falón, de la tribu de Efraim; su tropa era de veinticuatro mil hombres. 11El octavo, para el octavo mes, era Sibcaí, de Jusat, del linaje de Zarjí, que tenía bajo él veinticuatro mil hombres. 12El noveno, para el noveno mes, era Abiezer, de Anatot, de los hijos de Benjamín, que mandaba veinticuatro mil hombres. 13El décimo, para el décimo mes, era Maraí, de Netofat, descendiente de Zarjí, y tenía bajo sí veinticuatro mil hombres. 14El undécimo, para el undécimo mes, era Banayas, de Faratón, de la tribu de Efraim; su tropa era de veinticuatro mil hombres. 15El duodécimo, para el duodécimo mes, era Joldaí, de Netofat, descendiente de Otoniel, y su tropa era de veinticuatro mil hombres.

 

Dividió David al ejército en doce cuerpos, al frente de cada cual puso un capitán. Cada cuerpo de ejército constaba de veinticuatro mil hombres en servicio activo por espacio de un mes, al finalizar el cual eran relevados por otros tantos.

 

Los jefes de las doce tribus (27:16-24).

16 Estos eran los jefes de las doce tribus: en la de Rubén, Eliezer, hijo de Zicrí; en la de Simeón, Safatías, hijo de Maacá; 17 en la de Leví, Josabías, hijo de Camuel; de los aronitas, Sadoc; 18 en la de Judá, Elihu, hermano de David; en la de Isacar, Amri, hijo de Micael; 19 en la de Zabulón, Jismaías, hijo de Abdías; en la de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; 20 en la de Efraim, Oseas, hijo de Azacías; en la media tribu de Manases, Joel, hijo de Pedaya; 2l en la media tribu de Manases en Galaad, Jidom, hijo de Zacarías; en la tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner; 22 en la tribu de Dan, Ezriel, hijo de Jorojam. Estos eran los príncipes de las tribus de Israel. 23 David no quiso contar a los que estaban por debajo de los veinte años, porque Yahvé le había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, había comenzado a hacer el censo; mas no le acabó, porque esto trajo la ira sobre Israel y por eso el número de los que habían sido contados no está escrito en las crónicas de David.

 

No se mencionan los jefes de las tribus de Aser y de Gad; su creación recuerda las doce prefecturas de Salomón (1 Re 4:7-19).

 

Intendentes de la casa real (27:25-31).

25 Azmavet, hijo de Adiel, tenía a su cargo el tesoro del rey; sobre los almacenes del campo, en las ciudades, en los pueblos y en las torres estaba Jonatán, hijo de Ozías. 26Ezri, hijo de Jelub, estaba sobre los obreros del campo, que labraban las tierras; 27Simeí, de Rama, sobre las viñas; Sabdí, de Sefam, sobre las bodegas; 28 Baal Anam, de Gueber, sobre los olivares y higueras, en el llano; Joás, sobre las provisiones de aceite; 29 Sitraí, de Sarón, sobre el ganado vacuno que se apacentaba en Sarón; Safat, hijo de Adlaí, sobre el ganado vacuno que se apacentaba en los valles; 30 Obid, ismaelita, sobre los camellos; Jejdía, de Moronot, sobre los asnos; 31 Jazis, agareno, sobre las ovejas. Todos éstos eran intendentes de la hacienda de David.

 

En esta sección David aparece como un gran terrateniente, con viñas, olivares y grandes rebaños.

 

Oficiales de la corte (27:32-34).

32 Jonatán, tío de David, era consejero, hombre de sentido y de saber; Jejiel, hijo de Jacmoní, era mayordomo de los hijos del rey; 33 Ajitofel era consejero del rey; Jusaí, arquita, era amigo del rey; 33 Ajitofel era consejero del rey; Jusaí, arquita, era amigo del rey; 34 además de Ajitofel, eran consejeros Joyada, hijo de Banayas, y Abiatar. Joab era el jefe supremo del ejército del rey.

 

Jonatán (2 Sam 21:21), primo de David, era su consejero, lo mismo que Ajitofel (2 Sam 15:12) y Cusaí el arquita (2 Sam 15:32).

 

Instrucciones de David sobre el templo (28:1-21).

1 David convocó a Jerusalén a todos los jefes de Israel; a los jefes de las tribus, a los jefes de las divisiones al servicio del rey, a los jefes de millares y de centenas, a los intendentes de la hacienda y de los ganados del rey, a los hijos del rey, a los eunucos y oficiales del palacio, a todos los hombres de valer; 2y levantándose en pie, dijo: "Oídme, hermanos míos y pueblo mío: Yo tenía el propósito de edificar una casa de reposo para el arca de la alianza de Yahvé, para el escabel de los pies de nuestro Dios, y había ya hecho aprestos para ello; 3pero me dijo Dios: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre. 4 Pero Yahvé, Dios de Israel, me eligió de toda la casa de mi padre para que perpetuamente fuese rey de Israel, pues eligió a Judá por caudillo, y de la casa de Judá, a la familia de mi padre, y de entre los hijos de mi padre, se agradó de mí para hacerme rey de todo Israel. 5De todos mis hijos, pues me ha dado Yahvé muchos hijos, eligió a mi hijo Salomón para sentarse en el trono de Yahvé sobre Israel; 6y me ha dicho: Salomón, tu hijo, edificará mi casa y mis atrios, porque yo le he elegido por hijo y yo seré padre para él. 7 Yo afirmaré su reino para siempre, si él se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis juicios como hoy. 8 Ahora, pues, ante todo Israel, la congregación de Yahvé, y ante nuestro Dios, que nos oye, guardad y observad todos los mandamientos de Yahvé, vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y la dejéis en heredad a vuestros hijos después de vosotros a perpetuidad. 9 Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y ánimo generoso; porque Yahvé escudriña los corazones de todos y penetra todos los designios y todos los pensamientos. Si tú le buscas, le hallarás; mas si le dejas, te rechazará para siempre. 10Mira que Yahvé te ha elegido para edificar casa que sea su santuario; esfuérzate y hazlo." 11 Entregó David a su hijo la traza del pórtico y sus dependencias y oficinas, de las salas, de las cámaras y de la casa del propiciatorio. 12Asimismo, la traza de cuanto él quería hacer para los atrios de la casa de Yahvé, para las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Yahvé y para los tesoros de las cosas consagradas. 13Dióle también la distribución de los órdenes de los sacerdotes y los levitas, para todo el ministerio de la casa de Yahvé, y de los utensilios del ministerio de la casa de Yahvé; 14 el modelo de los utensilios de oro, con el peso que cada uno había de tener, y el de los utensilios de plata, con el peso de ella que había de tener cada uno de los utensilios para el servicio. 15El peso de los candeleros de oro; el de lámparas de oro, con el peso de cada candelero y de cada lámpara; el peso de los candeleros de plata y de sus lámparas, según el uso a que se destinaba cada candelero. 16Le dio el peso de oro para las mesas de los panes de la proposición, para cada mesa, y la plata para las mesas de plata. 17Le dio el modelo de los tenedores, de las fuentes, de los cálices de oro puro, el de las copas de oro, con el peso de cada copa; 18el del altar de los perfumes de oro puro, con su peso de oro; el modelo del carro y de los querubines, que tienden sus alas y cubren el arca de la alianza de Yahvé.19 Todo esto, dijo, "me ha sido mostrado por la mano de Yahvé, que me dio a entender el diseño de todas las obras." 20Dijo después David a Salomón, su hijo: "Esfuérzate y anímate, y ponte a la obra; no temas ni desmayes, porque Yahvé, Dios, mi Dios, estará contigo y no te dejará ni te desamparará hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Yahvé. 21Las órdenes de sacerdotes y levitas, para todo el ministerio de la casa de Yahvé, y todos los hombres de buena voluntad y de habilidad para toda suerte de obras, los príncipes y todo el pueblo estarán contigo para ejecutar tus órdenes."

 

Reunida toda la asamblea de Israel, expone David los motivos por los cuales no emprende la obra de la construcción del templo· pero manifiesta que la llevará a cabo su hijo Salomón, a quien entrega los materiales recogidos para la construcción de la obra, los utensilios para el culto, los planos y proyectos del santuario. Salomón fue solamente el autor material de la obra. Inculca David a todo el pueblo la observancia de todos los mandamientos corno condición para poseer la tierra y dejarla en heredad a los hijos para siempre (v.8). Amonesta severamente en este mismo sentido a su hijo Salomón. Recibió también Salomón de su padre "la distribución de los órdenes de los sacerdotes y los levitas."

 

Ofrendas voluntarias para el templo (29:1-9).

1 Después dijo David a toda la asamblea: "Sólo a Salomón, mi hijo, ha elegido Dios; es joven y de corta edad, y es grande la obra, porque la casa no es para hombres, sino para Yahvé Dios. 2 Yo, con todo mi esfuerzo, he preparado para la casa de mi Dios oro para lo de oro, plata para lo de plata, bronce para lo de bronce, hierro para lo de hierro, madera para lo de madera, y piedras de ónice, y piedras preciosas, y piedras blancas como el alabastro, y piedras de diversos colores, toda suerte de piedras preciosas y mármol de Sais. 3 Además, en mi devoción para la casa de Yahvé, guardo en mi tesoro particular oro y plata, además del preparado para la casa del santuario, que doy para la casa de mi Dios. 4 Tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata fina, para recubrir las paredes de la casa. 5 Oro, pues, para las cosas de oro; plata para las cosas de plata, para todas las obras de orfebrería. ¿Quién quiere hoy hacer ofrenda a Yahvé?" 6Entonces todos los príncipes de las familias, los príncipes de las tribus de Israel, los jefes de millares y de centenas y los intendentes de la hacienda real ofrecieron voluntariamente sus ofrendas, 7dando para la obra de la casa de Dios cinco mil talentos de oro y diez mil dáricos, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce y cien mil talentos de hierro. 8Y todo el que se halló con piedras preciosas diólas para el tesoro de la casa de Yahvé, entregándoselas a Jejiel, gersonita. 9Gozóse el pueblo de haber contribuido voluntariamente con sus ofrendas, porque con entero corazón se las hacían a Yahvé, y el rey David tuvo de ello gran alegría.

 

Todo lo que David había recogido para el templo lo entrega liberalmente; pero añade incluso su tesoro particular de oro y plata: tres mil talentos de oro y siete mil de plata, cantidad destinada a poner en evidencia la devoción de David hacia el templo y generosidad. Ante aquel desinterés del rey, todos los príncipes de las familias, de las tribus, los jefes militares y los intendentes de 1ª hacienda ofrecieron voluntariamente oro, plata, bronce, hierro, piedras preciosas, etc. En el v.7 se cita el dárico, moneda persa que no existía todavía en tiempos de David (Esdr 8:27).

 

Oración de David (29:10-19).

10 David bendijo a Yahvé ante toda la asamblea, diciendo: "Bendito tú, ¡oh Yahvé! Dios de Israel, nuestro padre, de siglo en siglo. 11 Tuya es, ¡oh Yahvé! la majestad, el poder, la gloria y la victoria; tuyo el honor y tuyo cuanto hay en los cielos y en la tierra. Tuyo, ¡oh Yahvé! es el reino; tú te alzas soberanamente sobre todo. 12 Tuyas son las riquezas y la gloria; tú eres el dueño de todo. En tu mano está la fuerza y el poderío. Es tu mano la que todo lo afirma y engrandece. 13 Por eso, Dios nuestro, nosotros te confesamos y alabamos tu glorioso nombre. 14 Porque ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos hacer estas voluntarias ofrendas? Todo viene de ti, y lo que voluntariamente te ofrecemos, de ti lo hemos recibido. 15Somos ante ti extranjeros y advenedizos, como lo fueron nuestros padres. Son como la sombra nuestros días sobre la tierra, y no dan espera. 16¡Oh Yahvé, Dios nuestro! Toda esta abundancia que para edificar la casa a tu santo nombre te hemos ofrecido, tuya es, de tu mano la hemos recibido. 17 Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas el corazón y que amas la rectitud; por eso te he hecho yo todas mis ofrendas voluntarias en la rectitud de mi corazón, y veo ahora con alegría que todo tu pueblo, que está aquí, te ofrece voluntariamente sus dones. 18Yahvé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, conserva para siempre en el corazón de tu pueblo esta voluntad y estos pensamientos y encamina a ti su corazón. 19 Da asimismo a mi hijo Salomón corazón perfecto para que guarde todos tus mandamientos, tus leyes y tus mandatos, y que todos los ponga por obra, y te edifique la casa para la que yo he hecho aprestos."

 

Emocionóse David ante la generosidad de su pueblo y da gracias por ello a Dios. Ruega para que conserve Dios para siempre en el corazón de su pueblo esta voluntad y estos pensamientos, encaminando hacia Dios su corazón (1 Re 18:36).

 

Fiesta sacrificial (29,20-25).

20 Luego dijo David a toda la asamblea: "Bendecid ahora a Yahvé, vuestro Dios"; y toda la asamblea bendijo a Yahvé, Dios de sus padres, y, postrándose, oraron ante Yahvé y ante el rey. 21 Sacrificaron víctimas a Yahvé, y al día siguiente ofrecieron a Yahvé holocaustos, mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones y muchos sacrificios por todo Israel; 22comieron y bebieron ante Yahvé aquel día con gran gozo. Dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón, hijo de David, y le ungieron rey ante Yahvé, y a Sadoc, sacerdote. 23Sentóse Salomón por rey en el trono de Yahvé en lugar de David, su padre; y fue prosperado, obedeciéndole todo Israel. 24Todos los jefes y los valientes y todos los hijos del rey David prestaron homenaje al rey Salomón, 25a quien Yahvé engrandeció en extremo a los ojos de todo Israel, dándole un reinad glorioso, cual ningún rey lo tuvo antes de él en Israel.

 

Todo el pueblo postróse ante Yahvé en oración ferviente. Los sacrificios (holocaustos, libaciones, sacrificios eucarísticos) fueron muchos. Por segunda vez (la primera en i Re 1:32-40) fue Salomón ungido rey ante Yahvé; en lugar de Abiatar fue ungido Sadoc (1 Re 2:26-27). Parece que el autor exalta el reinado de Salomón por encima del de David.

 

Muerte de David (29:26-30).

26Así reinó David, hijo de Isaí, sobre todo Israel, 27 siendo cuarenta años el tiempo que reinó sobre Israel; siete años reinó en Hebrón y treinta y tres años reinó en Jerusalén. 28Murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria. Sucedióle Salomón, su hijo. 29Los hechos del rey David, los primeros y los postreros, están escritos en el libro de Samuel, vidente, y en las crónicas de Natán, profeta, y en las de Gad, vidente, 30 con todo su reinado, sus hazañas y los sucesos de su tiempo que pasaron sobre él, y sobre Israel, y sobre los otros reinos de aquellas tierras.

 

Cuarenta años reinó David: siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén (1 Re 2:11). Dios premióle con una vida larga y feliz (Gen 15:15; 25:8). Termina el autor citando las fuentes documentales de su libro, que han sido los libros de Samuel, las crónicas de Natán (17:1-15) y de Gad, vidente (21:9). Tenemos un testimonio explícito del uso de documentos por parte del autor sagrado; el examen del libro demuestra que el autor los utiliza con una finalidad muy definida, silenciando algunas cosas, poniendo de relieve otras y sacando del olvido no pocos datos interesantes para la historia religiosa de Israel.

 

 

II Crónicas.

 

1. Historia del Reinado de Salomón (c.1-9).

 

Salomón al santuario de Gabaón (1:1-6).

1 Salomón, hijo de David, se afirmó en su reino; Yahvé, su Dios, estaba con él y le engrandeció sobremanera. 2 Salomón convocó a todo Israel, a los jefes de millares y centenas, a los jueces, a los príncipes de todo Israel, a los jefes de las casas paternas; 3 y fue Salomón con toda la asamblea al alto de Gabaón, donde estaba el tabernáculo del testimonio de Dios, que Moisés, siervo de Yahvé, había hecho en el desierto. 4 El arca de Dios había sido ya trasladada por David, de Quiriat-Jearim al lugar que él la había preparado, pues había alzado para ella una tienda en Jerusalén. 5Allí estaba también ante el tabernáculo de Yahvé el altar de bronce que había hecho Besabel, hijo de Uri, hijo de Jur. 6 Salomón y la asamblea adoraron a Yahvé, y Salomón ofreció allí, en el altar de bronce, que estaba ante el tabernáculo del testimonio, mil holocaustos a Yahvé.

 

Con algunas diferencias sensibles, este relato nos ha sido retransmitido por 1 Re 3:4-15. Salomón da carácter nacional a esta peregrinación al lugar alto de Gabaón (1 Crón 16:39-42; 21:29). Al autor le parecen justificados estos sacrificios fuera de Jerusalén, ya que también en Gabaón estaba presente Dios. Los sacrificios llevólos a cabo por mediación de Sadoc y otros sacerdotes. Había en Gabaón el altar de bronce y el tabernáculo del testimonio (1 Crón 9:21; 23:32); el autor relaciona el culto del templo con las instituciones mosaicas del Éxodo (Cazelles).

 

Salomón pide y recibe la sabiduría (1:7-12).

7 Durante la noche aparecióse Dios a Salomón y le dijo: "Pide que quieres que te dé"; 8y Salomón respondió a Dios: "Tú hiciste con David, mi padre, gran misericordia, y a mí me has hecho reinar en su lugar. 9Ahora, pues, ¡oh Yahvé! cumple tu palabra a David, mi padre, ya que me has hecho rey de un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. 10Dame la sabiduría y el entendimiento, para que pueda conducir a este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu gran pueblo?" 11Dios dijo a Salomón: "Pues que esto es lo que más deseas, y no me has pedido riquezas, hacienda o gloria, ni la vida de tus enemigos, ni muchedumbre de días, sino que me has pedido la sabiduría y el entendimiento para gobernar a mi pueblo, cuyo rey te he hecho, 12la sabiduría y el entendimiento te doy; pero te daré también riquezas, hacienda y gloria tales como no las tuvieron nunca los reyes que te han precedido, ni las tendrán los que te sucedan."

 

Entre las promesas hechas a Salomón no figura la de concederle larga vida en premio de sus virtudes (Deut 5:33; 17:20).

 

Poderío de Salomón (1:13-18 = 1 Re 10:26-29).

13 Tornóse Salomón a Jerusalén desde el alto de Gabaón desde el tabernáculo del testimonio, y reinó sobre Israel. 14 Salomón juntó carros y caballos; tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, que distribuyó entre las ciudades donde tenía los carros, y en Jerusalén, cerca del rey. 15 Hizo la plata y el oro en Jerusalén tan comunes como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros, que se dan con abundancia en los campos. 16 De Musri traía Salomón los caballos. Iban a buscarlos a Musri y Coa mercaderes del rey, que los compraban allí a un precio determinado. 17 Un tiro de cuatro caballos costaba seiscientos siclos de plata, y un caballo, ciento cincuenta, y los compraban también para todos los reyes de los jéteos y para los de Siria. 18 Resolvió, pues, Salomón edificar una casa al nombre de Yahvé y un palacio real para sí.

 

Pasa por alto el autor todo cuanto puede perjudicar el buen nombre del rey: omite las intrigas de Adonías (1 Re 1-2).

 

Concierto de Salomón con Hiram (2:1-17 = 1 Re. 5:15-20)

1 Destinó setenta mil hombres para transportar las cargas, ochenta mil para los trabajos de las canteras en los montes, y tres mil seiscientos capataces para ellos. 2 Mandó también decir a Hiram, rey de Tiro: "Lo que hiciste con David, mi padre, mandándole madera de cedro para edificar el palacio en que habitara, 3 hazlo también conmigo, para que pueda yo edificar un templo al nombre de Yahvé, mi Dios, y consagrarlo para quemar incienso y aromas delante de El, tener siempre ante El los panes de la proposición y ofrecerle holocaustos mañana y tarde, así como también los sábados, los novilunios y las otras solemnidades de Yahvé, nuestro Dios, por siempre, como El se lo ha mandado a Israel; 4 pues el templo que quiero edificar ha de ser grande, ya que grande es nuestro Dios, más que todos los dioses; 5¿y quién se creerá capaz de edificar una casa digna de El? Si el cielo y los cielos de los cielos no bastan a contenerle, ¿quién soy yo para la empresa de edificarle una casa? Gracias que sólo es para quemar el incienso en su presencia. 6Envíame, pues, un hombre hábil que sepa trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura, la escarlata y el jacinto; que sepa hacer toda suerte de cincelados, para que dirija a los maestros que tengo yo en Judá y en Jerusalén, los cuales previno ya David, mi padre. 7Envíame también maderas de cedro, de ciprés y de sándalo, pues yo sé que tus siervos entienden de cortar los árboles del Líbano; y los míos trabajarán con los tuyos, 8 para preparar gran cantidad de madera, pues la casa que yo deseo construir ha de ser grande y magnífica. 9Yo daré a los siervos tuyos que se ocupen de cortar y derribar los árboles veinte mil coros de trigo y otro tanto de cebada, veinte mil batos de vino y veinte mil de aceite. 10 Hiram, rey de Tiro, respondió en un escrito que dirigió a Salomón: "Porque ama Yahvé a su pueblo, te ha hecho rey de él." 11Υ decía también: "Bendito Yahvé, Dios de Israel, que ha hecho los cielos y la tierra y ha dado al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Yahvé y casa real. 12Yo, pues, te envío un hombre hábil y entendido, a Hiram-Abi, 13hijo de una mujer de las hijas de Dan, pero cuyo padre era de Tiro, que sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra, la madera, la púrpura, el jacinto, el lino y la escarlata, y grabar toda suerte de figuras; y es ingenioso en inventar cuanto se necesita para toda clase de obras. El trabajará con tus obreros y con los de David, mi señor, tu padre. 14Manda tú, pues, mi señor, a tus siervos el trigo y la cebada, el aceite y el vino que has ofrecido. 15Nosotros cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites y la pondremos en balsas para llevarla por mar hasta Jope, y tú la harás llevar de allí a Jerusalén." 16 Salomón hizo el censo de todos los extranjeros que había en la tierra de Israel, después del hecho por David, su padre, y fueron hallados ciento cincuenta y tres mil seiscientos. 17Destinó de ellos setenta mil para los transportes, y ochenta mil para las canteras en los montes, y tres mil seiscientos capataces para vigilar a los obreros.

 

El autor sigue el lugar paralelo de i Re, que a veces amplía (v.2-15) o abrevia (16-17).

 

Construcción del templo (3:1-17 = 1 Re 6:1-38).

1 Comenzó, pues, Salomón a edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moría, que había sido mostrado a David, su padre; en el lugar que David había dispuesto en la era de Ornan, jebuseo. 2 Comenzó la edificación a dos días del mes segundo del año cuarto de su reinado. 3 He aquí el plano seguido por Salomón para la construcción de la casa de Yahvé: el largo era de sesenta codos, según la medida antigua; el ancho, de veinte codos. 4 El vestíbulo (ulam), que iba delante, tenía un largo correspondiente al ancho de la casa de veinte codos, y su anchura era de diez codos y ciento veinte de alto; lo recubrió interiormente de oro puro. 5 Revistió la parte mayor de la casa (hecal) de madera de ciprés y la recubrió de oro puro, haciendo grabar en ella palmas y cadenetas que se enlazaban unas con otras. 6 Hizo el pavimento del templo de mármoles preciosos y de gran belleza. El oro de que recubrió los artesona-dos, las vigas, las pilastras, los muros y las puertas eran de lo más fino. 7 Hizo también cincelar querubines sobre los muros. 8 Hizo también la casa del santísimo (debir), cuyo largo, que correspondía a la anchura de la casa, era de veinte codos, y su ancho, igualmente de veinte codos; y lo recubrió todo de oro, que venía a pesar seiscientos talentos. 9 Hizo también de oro los clavos, cada uno de los cuales pesaba cincuenta siclos de oro. También los techos estaban revestidos de oro. 10Hizo también para la casa del santísimo dos querubines tallados, que cubrió de oro. 11El largo de las alas de los querubines era de veinte codos, pues era cada uno de cinco codos, y la una toca ba al muro de la casa y la otra llegaba hasta el ala del otro querubín; 12y de igual modo las del otro querubín, de cinco codos de largo, tocaba la una al muro, y la otra a la del otro querubín. 13Las alas de ambos querubines estaban desplegadas y tenían en todo veinte codos de largo. Estaban en pie y con los rostros vueltos a la entrada de la casa. 14Hizo también el velo, de jacinto, de púrpura, de escarlata y de lino, en el cual hizo dibujar querubines. 15Hizo, además, ante la puerta del templo dos columnas de treinta y cinco codos de altura, con sus capiteles, cada uno de los cuales tenía cinco codos de alto. 16Hizo también en ellos cadenetas, como las del santuario (debir), y las puso en los capiteles, y con ellas se enlazaron cien granadas. 17Alzó las columnas en el vestíbulo del templo, la una a la derecha y la otra a la izquierda. A la que estaba a la derecha la llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.

 

Sigue, por lo regular, el relato paralelo, pero insiste en ponderar la riqueza de los materiales, sobre todo la abundancia del oro.

 

El altar de bronce; el mar de bronce (4:1-5 = 1 Re. 7:23-26).

1 Hizo, además, el altar de bronce, de veinte codos de largo, y veinte de ancho, y diez de alto. 2También hizo un mar de fundición, que tenía diez codos del uno al otro borde, enteramente redondo; su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía en derredor. 3Había debajo de él figuras de toros, y estaba todo en derredor adornado de dos filas de figuras de toros, diez por cada codo, todo en torno, y todo de la misma fundición. 4El mar descansaba sobre doce toros, de los cuales tres miraban al norte, tres al occidente, tres al mediodía y tres al oriente, todos soportando el mar, y la parte posterior de los toros estaba oculta debajo del mar. 5El grueso de este vaso era de un palmo, y su borde era como el de una copa o como el de un lirio abierto; hacía tres mil batos.

 

El autor de los Reyes no concede tanta importancia al altar de bronce (1 Re 8:64) como el nuestro. La descripción del mar de bronce es casi igual a la del lugar paralelo.

 

Utensilios para el culto (4:6-22 = 1 Re 7:12; 38-50).

6 Hizo igualmente diez fuentes y puso cinco de ellas a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar allí lo que había de ser ofrecido en holocausto. Los sacerdotes se lavaban en el mar. 7 Hizo diez candeleros de oro de la forma que se le había ordenado, y los puso en el templo (hecal), cinco a un lado y cinco al otro. 8 Igualmente diez mesas, y las puso en el templo (hecal), cinco a la derecha y cinco a la izquierda, y cien tazas de oro. 9 Hizo, a más, el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las puertas del mismo, que cubrió de bronce. 10 Asentó el mar al lado derecho, al sudeste, u Hizo también Hiram las calderas, las palas y las tazas, y acabó toda la obra que el rey había emprendido hacer en el templo de Dios, es decir: 12 las dos columnas, los entrelazos, los dos capiteles que las coronaban y entrelazados con las granadas que los cubrían. 13 Hizo cuatrocientas granadas y dos retículas, de modo que había dos filas de granadas unidas a cada una de estas retículas, que cubrían los capiteles de las columnas. 14 Hizo también basas, sobre las que asentó las fuentes, 15 y el mar; los doce toros sobre los que se asentaban, l6 las calderas, las palas, los tenedores; todos los enseres se los hizo Hiram-Abi al rey Salomón para la casa de Yahvé del bronce mejor. 17 Hízolos fundir el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Sereda. 18 La muchedumbre de estos utensilios era grande y no pudo saberse su peso en bronce. 19 Hizo, pues, Salomón de oro todos los utensilios del templo de Yahvé, con el altar y las mesas de los panes de la proposición. 20 Hizo también de un oro purísimo los candeleros con sus lámparas, para que ardieran delante del oráculo (debir) según costumbre; 21 las flores, las lamparillas y las despabiladeras, todo de oro purísimo. 22 Igualmente las jofainas, las cucharillas y los incensarios, de oro puro. Las puertas del templo interior, del santísimo, así como las del templo exterior (hecal), eran de oro.

 

El autor trabaja libremente sobre su fuente de información; no describe los soportes del mar de bronce (1 Re 7:37), destinado a las abluciones de los sacerdotes (Ex 30:18-21). Habla el autor de diez mesas, en tanto que 1 Re 7,48 menciona una; en 1 Crón 28:16 se habla de mesas de los panes,

 

Traslado del arca al santuario (5:1-14 = 1 Re 8:1-9).

l Así terminó Salomón todo lo que había determinado hacer para la casa de Yahvé. Salomón hizo traer al templo todo cuanto su padre había consagrado, y puso la plata, el oro y todos los vasos en el tesoro de la casa de Dios. 2 Después convocó a Jerusalén a todos los ancianos de Israel, a todos los príncipes de las tribus y a los jefes de familias de los hijos de Israel; para trasladar el arca de la alianza de Yahvé a la ciudad de David, que es Sión. 3 Así se reunió todo Israel en torno del rey el día de la solemnidad del séptimo mes; 4 y cuando hubieron venido todos los ancianos de Israel, tomaron los levitas el arca 5 y la llevaron al templo, con el tabernáculo de la reunión y todos los utensilios del tabernáculo. Los sacerdotes y los levitas llevaron todos los vasos del santuario que había en el tabernáculo. 6 El rey Salomón y todo el pueblo, cuantos se habían reunido, iban delante del arca, e inmolaron carneros y bueyes sin número; tanta fue la muchedumbre de las víctimas. 7 Los sacerdotes pusieron el arca de la alianza de Yahvé en el lugar para ella destinado; es decir, en el oráculo (debir) del templo, en el santísimo, bajo las alas de los querubines; 8 de modo que los querubines cubrían con sus alas el lugar en que había sido puesta, así como las barras; 9 y como las barras con que había sido trasladada eran un poco largas, salían las cabezas de ellas un poco fuera del santuario, pero no se veían desde fuera. Allí ha estado siempre el arca hasta hoy. 10 No había en el arca más que las dos tablas que en ella fueron puestas por Moisés en Horeb cuando Yahvé dio su ley a los hijos de Israel a su salida de Egipto, 11 Cuando los sacerdotes salieron del santuario, pues todos los sacerdotes que allí se encontraban fueron santificados sin observar la distribución de los servicios, 12 los levitas cantores, los de Asaf, de Hernán y Jedutún, con sus hijos y hermanos, vestidos de lino fino, hacían resonar los címbalos, los salterios y las cítaras, puestas al oriente del altar, con ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. 13 Todos al mismo tiempo cantaban a una, entre el sonar de las trompetas, los címbalos y los otros instrumentos músicos, y alababan y confesaban a Yahvé: "Porque es bueno, porque su misericordia es eterna." La casa de Yahvé se llenó de una nube; 14 y no pudieron ya estar allí los sacerdotes para ministrar por causa de la nube, porque la gloria de Yahvé llenaba la casa de Dios.

 

Se pone de relieve la participación de cantores y músicos en el traslado del arca (v.11b-13a). Los levitas asistieron en masa al acto, así como los sacerdotes.

 

Dedicación del templo (6:1-42=1 Re 8:12-53).

1 Entonces dijo Salomón: "Yahvé ha dicho que habitaría en la oscuridad, 2 y yo he edificado una casa de morada para que El la habite para siempre." 3 Luego el rey, volviéndose a toda la asamblea, la bendijo estando toda en pie; 4 y prosiguió: "Bendito Yahvé, Dios de Israel, que ha cumplido lo que por su boca prometió a David, mi padre, diciendo: 5 Desde que saqué de Egipto a mi pueblo, ninguna ciudad elegí de las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni elegí varón que fuese príncipe de mi pueblo, Israel; 6 pero elegí a Jerusalén para que en ella esté mi nombre, y elegí a David para que esté a la cabeza de mi pueblo, Israel. 7 David, mi padre, tuvo el propósito de edificar casa al nombre de Yahvé, Dios de Israel; 8 pero Yahvé dijo a David, mi padre: Bien has hecho en querer edificar casa a mi nombre; bueno ha sido este propósito, 9 pero no serás tú quien edifique la casa, sino tu hijo, salido de tus entrañas; ése será quien edificará casa a mi nombre. 10 Yahvé ha cumplido lo que dijo, pues me levanté yo en lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, corno Yahvé había dicho, y he edificado casa al nombre de Yahvé, Dios de Israel, n y he puesto en ella el arca, en la cual está el pacto de Yahvé concertado con los hijos de Israel." 12 Púsose luego Salomón delante del altar de Yahvé, en presencia de toda la asamblea de Israel; y tendiendo sus manos 13 — pues había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, otro tanto de ancho y tres de alto, que había mandado poner en medio del templo — y puesto en pie, arrodillándose luego, vuelto a toda la muchedumbre y alzando las manos al cielo, dijo: 14 "Yahvé, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra; tú guardas la alianza y la misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón; 15 otorgaste a David, mi padre, todo cuanto le prometiste, y has puesto por obra cuanto de palabra dijiste, como lo vemos hoy. 16 Cumple, pues, ahora, Yahvé, Dios de Israel, todo cuanto a David, mi padre, tu siervo, prometiste, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí que se siente en el trono de Israel, siempre que tus hijos guarden sus caminos, andando en mi Ley, como has andado tú delante de mí. 17 Ahora, pues, ¡oh Yahvé, Dios de Israel! que se cumpla la palabra dada a tu siervo David. 18 ¿Pero en verdad habitará Dios con el hombre en la tierra? Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo he edificado! 19 Pero atiende, ¡oh Yahvé, mi Dios! a la oración de tu siervo y a su súplica; oye el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti, 20 y que tus ojos estén siempre abiertos sobre esta casa día y noche, sobre este lugar de que has dicho: Allí estará mi nombre; 21 y que oigas la oración que en este lugar ora tu siervo. Oye asimismo el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar; oye tú desde lo alto de los cielos, desde el lugar de tu morada; oye y perdona. 22 Si alguno pecare contra su prójimo, y él le pidiere que jure con juramento, y vinieren a jurar ante tu altar en esta casa, 23 óyele desde los cielos, y obra y juzga a tus siervos, dando su merecido al impío, haciendo recaer su impiedad sobre su cabeza, y justifica al justo, retribuyéndole según su justicia. 24 Cuando tu pueblo, Israel, cayere delante de sus enemigos por haber prevaricado contra ti, y, convirtiéndose, confesaren tu nombre y rogaren delante de ti en esta casa, 25 óyelos desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel y vuélvelos a la tierra que a ellos y a sus padres les diste. 26 Si se cerraren los cielos y no hubiere lluvias, por haber pecado contra ti, y oraren a ti en este lugar, y confesaren tu nombre, convirtiéndose de sus pecados al afligirlos tú, 27 oye en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino, para que anden por él, y dales la lluvia sobre tu tierra, la que por heredad diste a tu pueblo. 28 Si hubiera hambre en la tierra, o pestilencia, o tizón, o añublo, o langosta, o pulgón, o el enemigo los cercare en su tierra, en sus ciudades, o hubiere otra cualquiera plaga o enfermedad; 29 si un hombre, o todo Israel, hace oraciones y súplicas y, reconociendo su llaga y su dolor, tendiere sus manos hacia esta casa, 30 óyele desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a sus caminos, según su corazón; pues sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres, 31 para que te teman y anden por tus caminos todos los días de su vida en la tierra que diste a nuestros padres. 32 Cuando el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, venido de lejanas tierras por la fama de tu nombre y de tu fuerte mano y tu tendido brazo, viniere a orar en esa casa, 33 óyele tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz lo que con clamores te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo te he edificado. 34 Si saliere tu pueblo a la guerra contra sus enemigos por el camino que les señales, y oraren a ti, hacia esta ciudad que tú has elegido, hacia la casa que a tu nombre he edi-ficado, 35 oye tú desde los cielos su oración, su ruego, y ampara su derecho. 36 Si pecaren contra ti — pues no hay hombre que no peque—, y, airado contra ellos, los entregares a sus enemigos, que los lleven cautivos a tierra enemiga, lejana o cercana 37 y ellos, volviendo en sí en la tierra adonde fueren llevados cautivos, se convirtieren y oraren a ti en la tierra de su cautividad y dijeren: Hemos pecado, hemos obrado inicua e impíamente; 38 si se convirtieren a ti de todo corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia su tierra, la que diste a sus padres, hacia la ciudad que tú has elegido y hacia esta casa que yo he edificado a tu nombre, 39 oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y perdona a tu pueblo, que pecó contra ti. 40 Ten, pues, ¡oh Dios mío! abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración hecha en este lugar. 41 ¡Oh Yahvé, Dios! Levántate y ven a tu lugar de reposo, tú y el arca de tu majestad. Que tus sacerdotes, Yahvé, Dios, se revistan de salud, y tus santos gocen de tus bienes. 42 ¡Yahvé, Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tu misericordia con David, tu siervo!"

 

El texto sigue de cerca la oración pronunciada por Salomón antes de la dedicación del templo. En el V.18 se describe el estrado sobre el cual colocóse el rey "de pie, y arrodillándose luego." Los v.41-42 están tomados, con ligeras vanantes, de Sal 132:8-11. La alusión que en 1 Re 8:53 se hacía a la cautividad es suprimida.

 

Sacrificio solemne; fiestas y nueva teofanía (7:1-22. = 1 Re 6:2-99)

1 Cuando Salomón acabó de orar, descendió del cielo fuego, que consumió los holocaustos y las víctimas, y la gloria de Yahvé llenó la casa. 2 No podían los sacerdotes estar en la casa de Yahvé, porque la gloria de Yahvé llenaba la casa de Yahvé. 3 Al ver los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Yahvé sobre la casa, cayeron a tierra sobre sus rostros en el pavimento y adoraron y confesaron a Yahvé: "Porque es bueno, porque es eterna su misericordia." 4 Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Yahvé, 5 y le ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, y así fue dedicada la casa de Dios por el rey y todo el pueblo. 6 Los sacerdotes asistían en su ministerio, y los levitas, con los instrumentos de música de Yahvé, que había hecho el rey David para alabar a Yahvé, "cuya misericordia es eterna," y con los que le alababa también David. Asimismo, los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo el pueblo estaba en pie. 7 También santificó Salomón el atrio que estaba delante de la casa de Yahvé, ofreciendo allí los holocaustos y el sebo de las víctimas, por ser el altar de bronce que Salomón había hecho insuficiente para tantos holocaustos, la ofrenda y el sebo. 8 Hizo Salomón fiesta con todo Israel por siete días, reuniéndose una gran muchedumbre desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto. 9 Al octavo día celebraron asamblea santa, pues habían hecho la dedicación del altar durante siete días y celebrado por siete días la solemnidad. 10 A veintitrés del séptimo mes envió al pueblo a sus estancias, alegres y gozosos en su corazón por los beneficios que Yahvé había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel. 11 Acabó, pues, Salomón la casa de Yahvé y la casa del rey; y todo cuanto se había propuesto hacer en la casa de Yahvé y en su casa lo consiguió. 12 Entonces se le apareció Yahvé durante la noche y le dijo: "He oído tu plegaria y he elegido este lugar como la casa en que se me habrán de ofrecer sacrificios. 13 Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando mande a la langosta devorar la tierra, cuando mande la peste entre mi pueblo, 14 si mi pueblo, sobre el que se invoca mi nombre, se humilla, ruega y me busca la cara, si se aparta de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos y le perdonaré su pecado y curaré a la tierra. 15 Mis ojos estarán siempre abiertos, y atentos mis oídos a su plegaria hecha en este lugar. 16 Yo elijo y santifico esta casa para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre, y la tendré siempre ante mis ojos y en mi corazón. 17 Y tú, si andas en mi presencia como anduvo David, tu padre, haciendo todo cuanto yo he mandado, y guardas mis leyes y mis preceptos, 18 yo afirmaré el trono de tu reino, como se lo prometí a David, tu padre, diciendo: No faltará jamás un hijo tuyo que reine en Israel, i9 Pero, si os volvéis y dejáis los mandamientos y preceptos que yo os he prescrito y os vais a servir a dioses ajenos, adorándolos, 20 yo os arrancaré de mi tierra, que os he dado; y esta casa que a mi nombre he santificado, la rechazaré de ante mí y será la burla y el escarnio de todas las gentes; 21 y por ilustre que haya sido, será el espanto de cuantos cerca de ella pasen, que dirán: ¿Por qué ha hecho Yahvé así con esta tierra y esta casa? 22 Y se responderá: Porque dejaron a Yahvé, Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se adhirieron a dioses ajenos y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído El sobre ellos todos estos males."

 

Como en tiempos del autor la bendición se reservaba a los sacerdotes (1 Crón 23:13; Núm 6:22-27), omite la que se halla en el lugar paralelo de los Reyes (8:54-61). Todo el pueblo vio cómo bajaba el fuego del cielo (1 Re 18:38) y la gloria de Dios sobre la casa. También los sacerdotes y levitas dieron realce a la fiesta, aquéllos ejerciendo sus oficios y éstos cantando salmos de David, acompañándose con instrumentos músicos.

 

Diversas construcciones de Salomón (8:1-18 = 1 Re. 9:10-25)

1 Al cabo de veinte años, en los que edificó Salomón la casa de Yahvé y su propia casa, 2 reconstruyó las ciudades que le había dado Hiram, y estableció en ellas a los hijos de Israel. Después marchó Salomón contra Jamat de Soba y la tomó. 4 Edificó a Tadmor, en el desierto, y todas las ciudades de municiones en Jamat. 5 Edificó Bethorón, el alto y el bajo, ciudades fuertes, amuralladas, con puertas y barras; 6 Balat y todas las ciudades de munición que le pertenecían, y las ciudades de los carros y de la caballería, y todo lo que quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. 7 Todo el pueblo que había quedado de los jéteos, amorreos, fereceos jeveos y jebuseos, que no era parte de Israel; 8 sus descendientes, que habían quedado con ellos en la tierra y no habían ex-terminado los hijos de Israel, los hizo servir en los trabajos, y así se sigue haciendo hasta hoy. 9 No empleó Salomón corno esclavos para sus trabajos a ningún hijo de Israel, pues éstos eran hombres de guerra, jefes, oficiales, comandantes de los carros y de la caballería. 10Los jefes puestos por Salomón a la cabeza del pueblo y encargados de la vigilancia eran doscientos cincuenta, n Salomón subió a la hija del Faraón, de la ciudad de David; a la casa que para ella había edificado, pues dijo: "Mi mujer no ha de habitar en la casa de David, rey de Israel, porque los lugares en que ha estado el arca de Yahvé son sagrados." 12 Entonces ofreció Salomón a Yahvé holocaustos en el altar de Yahvé que había alzado delante del pórtico, 13 ofreciendo lo que para cada día prescribió Moisés, para los sábados, los novilunios y las tres solemnidades del año: la de los ácimos, la de las semanas y la de los tabernáculos. 14Estableció en sus funciones, como las había determinado David, su padre, a los sacerdotes según su oficio, a los levitas según su cargo de alabar a Yahvé y servir cada día a los sacerdotes en el ministerio, e igualmente a los porteros asignados a cada puerta, según sus clases, como lo había ordenado David, hombre de Dios. 15Nada escapó a la ordenación del rey en cuanto a los sacerdotes y levitas ni en cuanto a cosa alguna tocante a los tesoros. 16Así fue dirigida toda la obra de Salomón desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Yahvé hasta el día en que fue terminada. Acabóse, pues, la casa de Yahvé. 17Entonces partió Salomón para Asión-Gueber y Elat, a orillas del mar, en tierra de Edom, 18pues Hiram, por medio de sus siervos, le había enviado navios y marineros diestros, conocedores del mar. Fueron éstos con los siervos de Salomón a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos cincuenta talentos de oro, que entregaron a Salomón.

 

Utilizando libremente el texto del libro de los Reyes, el autor da una descripción grandiosa e hiperbólica de las actividades de Salomón. Por razón de una perspectiva diferente, dice el texto que reconstruyó "las ciudades que le había dado Hiram" (1 Re 9:10). De la campaña a Jamat de Soba nada dice el lugar paralelo de los Reyes. Tamar (1 Re 9:18) es distinta de Tadmor, Palmira, a unos doscientos treinta kilómetros al nordeste de Damasco. A la hija de Faraón no se le autoriza habitar en un lugar donde ha estado el arca de Dios (v.11); quizá esta anotación está basada en los abusos que había acarreado la presencia de mujeres en el templo. Segur el texto, Salomón fue a Asiongaber, lo que no dice 1 Re 9:26-28.

 

La reina de Saba (9:1-12 = 1 Re 10:1-13).

1 Llegó a la reina de Saba la fama de Salomón, y vino a Jeru-salén para probarle con enigmas, acompañada de muy gran séquito de camellos, cargados de aromas y oro en abundancia y piedras preciosas. Vino a Salomón y le dijo cuanto se le ocurrió, 2 y Salomón respondió a todas sus preguntas, sin que hubiera nada que él no pudiera explicarle. 3 La reina de Saba, viendo la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, 4 los manjares de su mesa, el asiento de sus servidores, el porte y los vestidos de la servidumbre y la subida a la casa de Yahvé, 5 fuera de sí dijo al rey: "Verdad es cuanto de tu estado y tu sabiduría había oído en mi tierra. 6 No lo creía hasta que he venido y lo he visto con mis ojos; y hallo ahora que no me habían dicho ni la mitad de tu grandeza, de tu sabiduría, pues sobrepujas la fama que a mí había llegado. 7 Dichosas tus gentes, dichosos tus servidores, que continuamente están delante de ti y oyen tu sabiduría. 8 Bendito Yahvé, tu Dios, que te ha hecho la gracia de ponerte sobre su trono, por rey para Yahvé, tu Dios. Por amor de Yahvé a su pueblo y por querer que por siempre subsista, te ha hecho rey de él para que le hagas derecho y justicia." 9 Dio al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de aromas y de piedras preciosas, y no hubo nunca aromas como los que la reina de Saba dio a Salomón. 10 También los siervos de Hiram y los de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo hizo el rey las gradas de la casa de Yahvé y las de la casa del rey, e hizo también de ella arpas y salterios para los cantores. Nunca en tierra de Judá se había visto semejante. 12 El rey Salomón dio a la reina de Saba cuanto ella quiso y pidió, más que lo que ella había traído al rey. Después volvióse ella a su tierra con sus siervos.

 

Riquezas de Salomón (9:13-28 = 1 Re 10:14-29).

13 El peso del oro que cada año llegaba a Salomón era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14 fuera del que recibía de negociantes y comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra, que recaudaban oro y plata para Salomón. 15 Hizo el rey Salomón doscientos grandes escudos de oro batido, para cada uno de los cuales empleó seiscientos siclos de oro; 16 y otros trescientos escudos de oro batido, para cada uno de los cuales empleó trescientos siclos de oro, y los puso en la casa "Bosque del Líbano." 17 Hizo un gran trono de marfil, que recubrió de oro puro. 18 Tenía el trono seis gradas y un escabel de oro. Tenía brazos a uno y otro lado de la silla, y cerca de los brazos dos leones, 19 y otros doce leones sobre las seis gradas, de una y otra parte. Para ningún rey se hizo cosa semejante. 20 Todos los vasos del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla de la casa "Bosque del Líbano" era de oro puro. Nada de plata. No se hacía de ella estima alguna en tiempo de Salomón, 21 pues tenía el rey naves de Tarsis que navegaban con las de los siervos de Hiram; y llegaban cada tres años las naves de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 22 Fue el rey Salomón más grande que todos los reyes de la tierra por riquezas y por sabiduría. 23 Todos los reyes de la tierra buscaban ver a Salomón, para oír la sabiduría que había puesto Dios en su corazón, 24 y cada uno le traía su presente, objetos de plata, de oro, vestidos, armas aromas, caballos y mulos. Y así cada año. 25 Tenía Salomón cuatro mil troncos de caballos, y los carros y doce mil jinetes que puso en las ciudades de los carros y cerca de sí en Jerusalén. 26 Se extendió su dominio sobre todos los reyes desde el río hasta la tierra de los filisteos y hasta las fronteras de Egipto 27 Hizo que la plata fuera en Jerusalén tan común como las piedras y que los cedros fuesen tantos como los sicómoros, que se dan en el llano. 28 Traíanle los caballos de Egipto y de todas partes.

 

Muerte de Salomón (9:29-31).

29 El resto de los hechos de Salomón, los primeros y los postreros, ¿no está escrito en los libros de Natán, profeta; en el de Ajías, silonita, y en las profecías de Ido, vidente, contra Jeroboam, hijo de Nabat? 30Reinó Salomón en Jerusalén, sobre todo Israel, cuarenta años. 31Se durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David, su padre. Le sucedió Roboam, su hijo.

 

No transcribe el autor los hechos sombríos que empañaron la figura de Salomón en los últimos años de su vida, tales como el numeroso harén, su apostasía religiosa y los enemigos externos e internos que le suscitó Dios en castigo de su conducta (1 Re 11:1-40). Además del libro de los hechos de Salomón (1 Re 11:41), nuestro autor ha consultado los de Natán (1 Crón 29:29), de Ajías de Silo (1 Re 11:29) Y de Ido (12:15; 13-22).

 

 

2. Historia de los Reyes de Juda (c. 10-36).

 

El cisma de las diez tribus (10:1-19 = Re 12:1-20).

1 Fue Roboam a Siquem, donde se había reunido todo Israel para proclamarle rey. 2 Súpolo Jeroboam, que estaba en Egipto, adonde había huido por causa del rey Salomón, y volvió de Egipto. 3 Enviaron a llamarle, y vino Jeroboam con todo Israel y hablaron a Roboam, diciendo: 4 "Tu padre agravó nuestro yugo. Afloja, pues, ahora la dura servidumbre y el pesado yugo con que tu padre nos oprimió, y te serviremos." 5 El les respondió: "Volved a mí de aquí a tres días." El pueblo se fue. 6 Entonces Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a Salomón, su padre, mientras vivió, y díjoles: "¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?" 7 Ellos le hablaron diciendo: "Si tú hoy te conduces humanamente con este pueblo, y le complaces, y le das buenas palabras, ellos te servirán perpetuamente." 8 Pero él, dejando el consejo que los ancianos le dieron, lo pidió a los mancebos que se habían criado con él y le asistían, 9 diciendo: "¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Alivia el yugo que tu padre nos impuso?" 10 Los mancebos que se habían criado con él le hablaron así: "Diles a los que te han pedido que aligeres su yugo: Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. 11 Si mi padre os cargó de pesado yugo, yo lo agravaré. Mi padre os castigó con azotes, y yo os azotaré con escorpiones." 12 Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo a Roboam el tercer día, según lo que mandara el rey, diciendo: "Volved a mí de aquí a tres días"; 13 y el rey les respondió ásperamente, pues se apartó el rey Roboam del consejo de los ancianos 14y siguió el consejo de los jóvenes, diciendo: "Mi padre agravó vuestro yugo, y yo lo agravaré más todavía; mi padre os castigó con azotes, y yo os azotaré con escorpiones." 15 No escuchó el rey al pueblo, porque era cosa de Dios, para que se cumpliera la palabra que había dicho Yahvé por medio de Ajías, silonita, a Jeroboam, hijo de Nabat. 16 Viendo todo Israel que no los había escuchado el rey, respondió el pueblo al rey diciendo: "¿Qué tenemos que ver nosotros con David? No tenemos heredad con el hijo de Isaí. IA tus tiendas, Israel! Mira tú ahora por tu casa, David." Y todo Israel se fue a sus estancias. 17 Reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. 18 Mandó luego el rey Roboam a Adoram, prefecto de los tributos; pero los hijos de Israel le lapidaron, y murió. Entonces se apresuró Roboam a subir a su carro y huyó a Jerusalén. 19 Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.

 

El autor centró su pensamiento en Judá, desentendiéndose del reino del Norte, del cual ni siquiera consigna su ruina y desaparición· De sus reyes hablará únicamente en caso de intervenir en los asuntos de Judá.

 

Actividades de Roboam (11:1-12 = 1 Re 12:1-20).

1 Vino Roboam a Jerusalén y reunió a la casa de Judá y a la de Benjamín, ciento ochenta mil hombres de guerra escogidos, para combatir contra Israel y reducirle al dominio de Roboam; 2 pero dirigió Yahvé su palabra a Semeyas, hombre de Dios, diciéndole: 3 "Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todos los de Israel en Judá y Benjamín, y diles: 4 Así habla Yahvé: No subáis a luchar con vuestros hermanos; vuélvase cada uno a su casa, porque soy yo quien ha hecho esto." Y ellos, escuchando la palabra de Yahvé, se tornaron y no fueron contra Jeroboam. 5 Habitó Roboam en Jerusalén y edificó y fortificó ciudades en Judá. 6 Fortificó Belén, Etam, Tecua, 7 Bet-sur, Socó, Adulam, 8Gat, Maresa, Živ, 9 Adoraím, Laquis, Azeca, 10Sora, Ayalón y Hebrón, que eran de Judá, y otras en Benjamín, u Guarneció también las fortalezas, y puso en ellas jefes, y las avitualló de aceite y vino, 12las proveyó de armas, escudos y lanzas, fortificándolas en gran manera, y Judá y Benjamín le estuvieron sujetos.

 

Durante los tres años que reyes y pueblos siguieron por el camino de David y de Salomón (v.17), prosperaron las cosas de Judá. La perspectiva del autor se fija en Judá, cuyos reyes serán llamados "reyes de Israel" (21:2; 28:19); el pueblo es designado por Israel (12:1; 15:17); los jefes de familia son los jefes de Israel (12:6; 15:17).

 

Sacerdotes y levitas en torno a Roboam (11:13-17).

13 Los sacerdotes y levitas de todo Israel venían a él de todos sus términos, 14 y dejaban sus heredades y posesiones para venirse a Judá y a Jerusalén, pues Jeroboam y sus hijos los echaban del ministerio de Yahvé. 15 El se hizo sacerdotes para los altos, para los machos cabríos y para los becerros que se habían fabricado, 16 Tras de aquéllos vinieron también, de todas las tribus de Israel, los que tenían puesto su corazón en seguir a Yahvé y Dios de Israel, para poder sacrificar en Jerusalén a Yahvé, el Dios de sus padres. 17 Así se fortaleció el reino de Judá y afirmaron a Roboam, hijo de Salomón, en el reino por tres años, pues tres años siguieron por el camino de David y Salomón.

 

La apostasía de Jeroboam (1 Re 12:26ss) determinó que los sacerdotes y levitas de todo Israel se refugiaran en el reino de Judá, ejemplo que siguieron "los que tenían puesto su corazón en seguir a Yahvé, Dios de Israel" (v.16).

 

Familia de Roboam (11:18-23).

18 Tomó Roboam por mujer a Majalat, hija de Jerimot, hijo de David, y Abigaíl, hija de Aliab, hijo de Isaí, 19 que le parió hijos: Jesús, Semarías y Zahamzo; 20 tomó después a Maacá, hija de Absalón, que le parió a Abías, Ataí Ziza y Selomit. 21 Amó Roboam a Maacá, hija de Absalón, más que a todas sus mujeres y concubinas, pues tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas, y engendró veintiocho hijos y sesenta hijas. 22 Puso Roboam a Abías, hijo de Maacá, por cabeza y príncipe de sus hermanos, pues quería hacerle rey; 23 y le hizo educar y esparció a sus otros hijos por todas las tierras de Judá y Benjamín y por todas las ciudades fuertes, dándoles bienes en abundancia y pidiendo para ellos muchas mujeres.

 

Dios castiga la infidelidad de Roboam (12:1-16).

1 Cuando Roboam se hubo afirmado en el reino y se sintió fuerte, se apartó de la ley de Yahvé, y con él todo Israel. 2 El año quinto del reinado de Roboam subió Sesac, rey de Egipto" contra Jerusalén, por haberse rebelado contra Yahvé, 3 con mil doscientos carros y sesenta mil jinetes; y el pueblo que con él venía de Egipto no tenía número, de libios, suquios y cusitas. 4 Tomó las ciudades fuertes de Judá y llegó hasta Jerusalén. 5 Entonces Semeyas, profeta, se presentó a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por miedo a Sesac, y les dijo: "Así dice Yahvé: Vosotros me habéis dejado a mí, y por eso también yo os he dejado a vosotros en manos de Sesac." 6 Los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: "Justo es Yahvé." 7 Y viendo Yahvé que se habían humillado, dirigió su palabra a Semeyas, diciendo: "Se me han humillado; no los destruiré, antes los salvaré pronto, y no se derramará mi ira sobre Jerusalén por medio de Sesac; 8 pero habrán de servirle para que sepan distinguir entre lo que es servirme a mí y servir a los reyes de las gentes." 9 Subió, pues, Sesac, rey de Egipto, a Jerusalén, y pilló los tesoros de la casa de Yahvé y los de la casa del rey; todo se lo llevó. Tomó los escudos de oro que había hecho Salomón, 10 y en vez de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce para los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. 11 Cuando iba el rey a la casa de Yahvé, tomábanlos los de la guardia y los volvían luego al cuartel de la guardia. 12 Como se humilló, apartóse de él la ira de Yahvé, por no destruirle del todo, y las cosas mejoraron en Judá. 13 Fortalecióse, pues, Roboam y reinó en Jerusalén. Cuarenta y un años tenía Roboam cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que eligió Yahvé entre todas las tribus de Israel para poner en ella su nombre. El nombre de su madre fue Naamá, amonita. 14 Hizo el mal porque no aprestó su corazón para buscar a Yahvé. 15 Los hechos de Roboam, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros de Semeyas, profeta, y de Ido el vidente, y en los registros de las genealogías? Hubo perpetuamente guerra entre Roboam y Jeroboam.16 Durmióse Roboam con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David, y le sucedió Abías, su hijo.

 

Aparte de algunas noticias conocidas por 1 Re 14:25-27; 21-22, refiere el autor la campaña de Sesac (Shesonq) contra Jerusalén, la profecía de Semeyas (v.5-8), la muerte del rey y las fuentes de información que ha utilizado. La invasión de Sesac contra Roboam fue "por haberse rebelado contra Yahvé."

 

Reinado de Abías (13:1-23).

1 A los dieciocho años del reinado de Jeroboam comenzó a reinar en Judá Abías, 2 y reinó tres años en Jerusalén. Su madre se llamaba Maacá, hija de Absalón. Hubo guerra entre Abías y Jeroboam. 3 Reunió Abías un ejército de hombres de guerra escogidos y valientes, de cuatrocientos mil hombres, y Jeroboam se ordenó en batalla contra él con ochocientos mil hombres de guerra escogidos y valerosos. 4 Alzóse Abías en el monte de Semarom, de las montañas de Efraím, y gritó: "Oídme, Jeroboam y todo Israel: 5 ¿No sabéis vosotros que Yahvé, Dios de Israel, dio a David el reino sobre Israel para siempre a él y a sus hijos en pacto de sal? 6 Pero Jeroboam, hijo de Nabat, siervo de Salomón, hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor, 7 y allegándose a él hombres vanos y perversos, se sobrepusieron a Roboam, hijo de Salomón, porque Roboárn mozo e inexperto, no se defendió contra ellos. 8 Ahora tratáis vosotros de triunfar contra el reino de Yahvé, que está en manos de los hijos de David, porque sois muchos. Pero tenéis con vosotros a los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses. 9 ¿No habéis arrojado de entre vosotros a los sacerdotes de Yahvé, a los hijos de Aarón y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de las gentes de la tierra, para que cualquiera pueda consagrarse con un becerro y siete carneros, y ser así sacerdote de los que no son dioses? 10 Para nosotros Yahvé es nuestro Dios; no le hemos dejado, y los sacerdotes ministros de Yahvé son los hijos de Aarón, y los levitas cumplen sus funciones. 11 Queman a Yahvé los holocaustos cada mañana y cada tarde y los perfumes aromáticos; ponen los panes sobre la mesa limpia y el candelero de oro con sus lámparas cada tarde, para que ardan, porque nosotros guardamos los mandatos de Yahvé, nuestro Dios, mientras que vosotros los habéis dejado. 12 Y Dios está, pues, con nosotros a nuestra cabeza, y están con nosotros los sacerdotes con sus trompetas, para hacerlas resonar contra vosotros. Hijos de Israel, no hagáis la guerra a Yahvé, el Dios de vuestros padres, porque no os irá bien." 13 Jeroboam hizo que rodeara una emboscada para acometer a los de Judá por la espalda, atacándoles así de frente y por la espalda; 14 y cuando Judá se percató, tenía a Israel de frente y a las espaldas. 15 Clamaron los de Judá a Yahvé, y los sacerdotes tocaron las trompetas, dieron sus gritos, y así como alzaron sus gritos, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá. 16 Huyeron los hijos de Israel ante Judá, y Dios los entregó en sus manos, 17 y Abías y sus gentes hicieron en ellos gran mortandad, cayendo de Israel quinientos mil hombres escogidos. 18 Así fueron humillados entonces los hijos de Israel, mientras que los de Judá se fortalecieron, porque se apoyaron en Yahvé, el Dios de sus padres. 19 Persiguió Abías a Jeroboam y le tomó ciudades: Betel, con las ciudades de su dependencia; Jesana, con sus dependencias, y Efrón, con sus dependencias. 20 No tuvo ya Jeroboam fuerza en tiempo de Abías; le hirió Yahvé y murió. 21 Abías fue poderoso, tuvo catorce mujeres y engendró veintidós hijos y dieciséis hijas. 22 El resto de los hechos de Abías, sus hechos y sus cosas, está escrupulosamente escrito en el libro de Ido, profeta. 23 Durmióse Abías con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Le sucedió Asa, su hijo, en cuyo tiempo tuvo paz la tierra durante diez años.

 

De Abías habla brevemente 1 Re 15:1-16; nuestro autor completa la información de su reinado mencionando la guerra que sostuvo contra Jeroboam, rey de Israel. El número de combatientes es muy alto, tanto que puede pensarse en una hipérbole; dígase lo mismo del número de los que cayeron muertos (v.17). En su discurso hace saber el rey que Yahvé prometió el reino a David para siempre; Jeroboam es un usurpador y un rebelde. Además cuenta Judá para el culto con sacerdotes, hijos de Aarón y levitas; los de Israel han improvisado los ministros de culto "a la manera de las gentes de la tierra." Por todo esto, Israel no puede vencer a Judá a pesar de ser superior en número de combatientes.

 

Asa, rey de Judá (14:1-14).

1 Asa hizo lo que es bueno y recto a los ojos de Yahvé, su Dios. 2 Hizo desaparecer los altares de los cultos extranjeros y los altos, demolió los cipos y abatiólas "aseras." 3 Mandó a Judá a buscar a Yahvé, el Dios de sus padres, y practicar la Ley y sus mandamientos. 4 Hizo desaparecer de todas las ciudades de Judá los altos y los pilares del sol, y su reinado fue reinado de paz. 5 Edificó ciudades fuertes en Judá, pues la tierra estaba tranquila, y no hubo guerra contra él durante aquellos años, pues Yahvé le dio paz. 6 Dijo a Judá: "Edifiquemos estas ciudades y rodeémoslas de murallas y de torres, con puertas y barras, mientras no estamos en guerra, porque hemos buscado a Yahvé, nuestro Dios, y por haberle buscado nos ha dado el reposo de todas partes." Edificáronlas, pues, sin que nadie lo impidiera. 7 Tenía Asa un ejército de trescientos mil hombres de Judá, armados de escudo y lanza, y doscientos ochenta mil de Benjamín, armados de escudo, y arqueros, todos hombres valerosos. 8 Subió contra ellos Zerac, cusita, con un ejército de mil millares y trescientos carros, y llegó hasta Maresa. 9 Salióle Asa al encuentro y le presentó batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresa. 10 Clamó Asa a Yahvé, su Dios, diciendo: "Yahvé, no hay para ti diferencia entre socorrer al que tiene muchas fuerzas o al que tiene pocas. Ven, pues, en ayuda nuestra, Yahvé, nuestro Dios, porque en ti nos apoyamos nosotros, y a combatir en tu nombre hemos venido contra toda esta muchedumbre. Yahvé, tú eres nuestro Dios; que no sea el hombre quien triunfe de ti." 11 Yahvé deshizo a los cusitas ante Asa y ante Judá, y los cusitas se pusieron en fuga. 12 Asa y la gente que llevaba los persiguieron hasta Guerar, y cayeron los cusitas sin poder salvar su vida, porque fueron destruidos por Yahvé y su ejército.13 Asa y su gente cogieron gran botín y batieron todas las ciudades que había cerca de Guerar, porque el terror de Yahvé se había apoderado de ellos, y saquearon todas las ciudades, siendo muchos los despojos. 14 Dieron también contra los apriscos y establos de los ganados, llevándose gran cantidad de ovejas y camellos. Después se volvieron a Jerusalén.

 

A las noticias de 1 Re 15:9-24, nuestro autor añade varias otras. Suprimió Asa los altares extranjeros (Neh 13:30), los lugares altos (1 Re 15:14), las masseboth y las asheras. Zerac hizo una algara contra Judá, pero fue derrotado. Discuten los autores sobre la identificación de este personaje, que o bien es el jefe de alguna tribu nómada madianita (21:16; Ćazelles) o un faraón de la dinastía etiópica, que dominó en Egipto en el siglo VIII a.C. (Gorrs-Berger, Dhorme). La desproporción numeral entre ambos ejércitos Pone de relieve la intervención de Yahvé en la victoria.

 

Mensaje de Azarías y celo de Asa (15:1-19).

1 Fue el espíritu de Yahvé sobre Azarías, hijo de Oded, 2 y se presentó Azarías a Asa y le dijo: "Óyeme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Yahvé está con vosotros cuando vosotros estáis con El; si vosotros le buscáis, le hallaréis; pero, si vosotros le abandonáis, El os abandonará a vosotros. 3 Durante mucho tiempo ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñase su Ley; 4 pero cuando en medio de la tribulación se volvían a Yahvé, Dios de Israel, y le buscaban, siempre le hallaron. 5 No había en aquellos tiempos paz ni para quien entraba ni para quien salía, sino muchas aflicciones sobre todos los moradores de la tierra; 6 y una gente destruía a otra gente, y una ciudad a otra ciudad, porque las conturbaba Dios con toda suerte de calamidades. 7 Esforzaos, pues, vosotros y no desfallezcan vuestras manos, porque merced hay para vuestra obra." 8 Cuando oyó Asa las palabras y la profecía del hijo de Oded, profeta, se sintió fortalecido e hizo desaparecer las abominaciones de toda la tierra de Judá y Benjamín y de las ciudades que había tomado en la montaña de Efraím, y restauró el altar de Yahvé que estaba delante del pórtico de Yahvé. 9 Convocó a todo Judá y Benjamín y a los de Efraím, Manases y Simeón, que habitaban entre ellos, pues gran número de gentes de Israel se unieron a él cuando vieron que con él estaba Yahvé, su Dios; 10 y se reunieron en Jerusalén el tercer mes del año quince del reinado de Asa. 11 Aquel día sacrificaron a Yahvé, del botín que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas, 12 y juraron buscar a Yahvé, el Dios de sus padres, con todo su corazón y toda su alma; 13 y que cualquiera que no buscase a Yahvé, Dios de Israel, muriese, fuese grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Este juramento hicieron a Yahvé en medio de voces de júbilo y al son de trompetas y bocinas. 15 Alegráronse de este juramento todos los de Judá, porque de todo corazón lo juraron y con toda su voluntad le buscaban; y así le hallaron, y les dio Yahvé reposo de todas partes. 16 Aun a Maacá, su madre, el rey Asa la depuso de la dignidad de reina porque se había hecho un ídolo abominable en honor de Asera. Abatió el ídolo, lo redujo a polvo y lo quemó en el valle de Cedrón. 17 Pero los altos no desaparecieron de Israel, a pesar de que el corazón de Asa fue perfecto en todos los días de su vida. 18 Metió en la casa de Yahvé lo que había sido consagrado por su padre y por él mismo, de plata, oro y vasos. 19 No hubo guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.

 

Tomando pie de la victoria sobre Zerac, Azarías hace ver al rey la necesidad de dedicarse a una reforma religiosa a fondo, haciendo desaparecer las abominaciones y restaurando el altar de Yahvé. Todo el pueblo juró buscar a Yahvé con todo su corazón; el que no lo hiciera sería muerto. Los v.16-18 hállanse en 1 Re 15:13-15

 

Pecado de Asa. Su muerte (16:1-15 — 1 Re 15:17-24)

1 El año treinta y seis del reinado de Asa subió contra Judá Basa, rey de Israel, y edificó Rama para impedir la entrada y la salida a los de Asa, rey de Judá. 2 Asa sacó de los tesoros de la casa de Yahvé y de los de la casa del rey la plata y el oro y se los mandó con una embajada al rey de Siria, Benadad, que habitaba en Damasco. Hizo que le dijeran: 3 "Hagamos alianza entre los dos, como la hubo entre mi padre y tu padre. Te mando esta plata y este oro. Rompe tu alianza con Basa, rey de Israel, para que se retire de mí." 4 Benadad escuchó a Asa y mandó a los jefes de su ejército contra las ciudades de Israel, y batieron a Ion, Dan, Abelmáin y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí. 5 Cuando lo supo Basa, cesó en la edificación de Rama y suspendió su obra. 6 Entonces el rey Asa mandó a todo Judá a llevarse la piedra y la madera que empleaba Basa en la edificación de Rama, y se sirvió de ellas para edificar Gueba y Misfa. 7 Por aquel tiempo, Jananí el vidente fue a Asa, rey de Judá, y le dijo: "Por haberte apoyado sobre el rey de Siria y no sobre Yahvé, tu Dios, se te ha escapado de las manos el ejército del rey de Siria. 8 ¿No eran un gran ejército los cusitas y los libios, con carros y una muchedumbre de jinetes? Y, con todo, Yahvé los puso en tus manos porque te apoyaste en El. 9 Pues tiende Yahvé sus ojos por toda la tierra para sostener a los que tienen para con El corazón perfecto. Has obrado en esto insensatamente, y desde ahora tendrás guerra." 10 Irritóse Asa contra el vidente y le puso en prisión, porque se encolerizó mucho contra él, y al mismo tiempo oprimió también Asa a algunos del pueblo, 11 Los hechos de Asa, los primeros y los postreros, están escritos en los libros de los reyes de Judá y de Israel. 12 El año treinta y nueve de su remado enfermó Asa de los pies, padeciendo mucho de ellos; pero tampoco en su enfermedad buscó a Yahvé, sino a los médicos. 13 Durmióse Asa con sus padres, muriendo el año cuarenta y uno de su reinado, 14 y fue sepultado en el sepulcro que él había hecho para sí en la ciudad de David. 15 Se le puso en un lecho lleno de aromas y perfumes, preparados según el arte de la perfumería, y se quemó además en honor suyo una cantidad muy considerable de ellos.

 

El año treinta y seis de su reinado atacóle Basa. En 1 Re 16:8 se dice que Basa murió el año veintiséis del reinado de Asa; quizá era ésta la cifra primitiva de nuestro texto. ¿Es intencionada la modificación del cronista? No lo creemos. Abel Main es Abel Bet Maaca (1 Re 15:20). Jananí, padre del profeta Jehú (19:2; 20:34), reprocha a Asa haber confiado más en la ayuda de Siria que en Yahvé (Is 7:1355). Esta falta de confianza le ha perjudicado, convirtiéndose, en cierta manera, en vasallo de Ben Hadad. También en su enfermedad prefirió los médicos a Yahvé. Sobre la costumbre de quemar perfumes en honor del muerto, véase Jer. 34:5.

 

Josafat, rey de Judá (17:1-19).

1 A Asa le sucedió Josafat, su hijo. Se fortificó contra Israel 2 y puso guarniciones en todas las ciudades fuertes de Judá, así como en las de Efraím, de que Asa, su padre, se había apoderado. 3 Estuvo Yahvé con Josafat, porque éste anduvo por los caminos primeros de David, su padre, y no buscó a los baales, 4 sino que se acogió al Dios de sus padres y siguió sus mandatos, sin imitar lo que hacía Israel. 5 Yahvé afirmó el reino en las manos de Josafat, a quien traía presentes todo Judá, y tuvo gran abundancia de riquezas y mucha gloria. 6 Su corazón se fortaleció en los caminos de Yahvé, e hizo también desaparecer de Judá los excelsos y las "aseras." 7 El año tercero de su reinado mandó a sus príncipes Benjail, Abdías, Zacarías, Nata-niel y Miqueas por las ciudades de Judá para que enseñasen, 8 y con ellos a los levitas Semeyas, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, levitas, y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram, 9 que enseñaron por las ciudades de Judá, teniendo consigo el libro de la Ley de Yahvé y recorriendo las ciudades de Judá enseñando al pueblo. 10 Cayó el terror de Yahvé sobre todos los reinos de las tierras que había en torno de Judá y no osaron hacer la guerra contra Josafat. 11 Los filisteos traían a Josafat presentes y tributos de plata. Traíanle también los árabes ganados, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. 12 Crecía, pues, Josafat grandemente y edificó en Judá fortalezas y ciudades de depósito. 13 Tuvo, además, muchas provisiones en las ciudades de Judá y hombres de guerra muy valerosos en Jerusalén. 14 Este es el número de ellos según las casas paternas: en Judá, jefes de millares, su jefe era Adna, y con él trescientos mil hombres muy esforzados; 15 después de él, el jefe Jojanán, y con él doscientos ochenta mil; 16 tras éste, Amasias, hijo de Zicrí, que se había consagrado voluntariamente a Yahvé, y con él doscientos mil hombres valientes; 17 de Benjamín: Eliada, hombre muy valeroso, y con él doscientos mil armados de escudo y arco; 18 después de éste, Josafat, y con él ciento ochenta mil dispuestos para la guerra. 19 Estos eran los que hacían el servicio del rey, sin contar los que él había puesto de guarnición en todas las ciudades fuertes de Judá.

 

Fue rey piadoso, lo que le valió la bendición por parte de Yahvé, que le hizo fuerte militarmente, dándole muchas riquezas y mucha gloria. Además de extirpar los vestigios de culto idolátrico y los lugares altos, emprendió una campaña de instrucción religiosa del pueblo, que llevaron a cabo los sacerdotes y levitas amparados por los príncipes del rey. Esta fue la misión que recibió también Esdras de parte de Artajerjes (Esdr 7:25).

 

Josafat y Ajab contra los sirios (18:1-34 = 1 Re 22:1-40)

1 Tuvo Josafat mucha riqueza y poder y emparentó con Ajab, 2 y al cabo de algunos años bajó a ver a Ajab a Samaría. Ajab mató para él y para su séquito gran número de ovejas y bueyes, y le persuadió que subiese con él contra Ramot Galaad. 3 Dijo Ajab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: "¿Quieres marchar conmigo a Ramot Galaad?" Y éste respondió: "Yo como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo." 4 Y dijo Josafat al rey de Israel: "Pero consulta, te ruego, la palabra de Yahvé." 5 Juntó entonces el rey de Israel cuatrocientos profetas y les preguntó: "¿Iremos contra Ramot Galaad o me estaré quieto?" Ellos le dijeron: "Sube, que Dios la entregará en manos del rey." 6 Pero Josafat dijo: "¿Queda todavía aquí algún profeta de Yahvé por quien podamos preguntarle?" 7 El rey de Israel respondió a Josafat: "Aún hay aquí un hombre por quien podemos preguntar a Yahvé; pero yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre malas. Es Miqueas, hijo de Jimia." Y respondió Josafat: "No diga eso el rey." 8 Llamó entonces el rey de Israel a un eunuco, y le dijo: "Haz que venga luego Miqueas, hijo de Jimia." 9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono y vestidos de sus vestiduras reales, en la plaza que hay a la entrada de la puerta de Samaría, y estaban delante de ellos todos los profetas. 10 Sedecías, hijo de Quenana, se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: "Así dice Yahvé: Con éstos acornarás a los sirios hasta destruirlos del todo." ll Lo mismo profetizaban también todos los profetas, diciendo: "Sube a Ramot Galaad y triunfarás, porque Yahvé la entregará en manos del rey." 12 El mensajero que había ido a buscar a Miqueas le habló, diciendo: "Mira que todos los profetas a una profetizan bienes al rey; habla, pues, como ellos y anuncia bienes." 13 Miqueas respondió: "Vive Yahvé que yo anunciaré lo que mi Dios me diga." Llegó, pues, a la presencia del rey, 14 que le preguntó: "Miqueas, ¿iremos a combatir a Ramot Galaad o he de estarme quieto?" Y él respondió: "Subid, que lo lograréis y será entregada en vuestras manos." 15 Entonces le dijo el rey: "¿Hasta cuántas veces tendré que conjurarte, por el nombre de Yahvé, que no me digas sino la verdad?" 16 Y él le contestó: "He visto a todo Israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor"; y dijo Yahvé: "Es que no tienen señor; que se vuelva cada uno en paz a su casa." 17 Y el rey de Israel dijo a Josafat: "¿No te decía yo que no me profetiza bien, sino mal?" 18 Y dijo entonces él: "Oíd, pues, la palabra de Yahvé: Yo he visto a Yahvé sentado en su trono, y a su derecha y a su izquierda estaba todo el ejército de los cielos; 19 y Yahvé dijo: ¿Quién inducirá a Ajab, rey de Israel, a que suba para caer en Ramot Galaad? Y uno decía una cosa y otro decía otra; 20 pero salió un espíritu que se puso delante de Yahvé y dijo: Yo le induciré. Y Yahvé le preguntó: ¿Cómo? Y él dijo: 21 Saldré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Yahvé le dijo: Tú le inducirás; tú saldrás con la tuya; ve y haz así. 22 Y ahora ha puesto Yahvé el espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, pues ha decretado Yahvé el mal contra ti." 23 Entonces Sedecías, hijo de Quenana, se llegó a Miqueas y le dio una bofetada en la mejilla, diciendo: "¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yahvé para hablarte a ti?" 24 Y Miqueas le respondió: "Ya lo verás un día, cuando andes de cámara en cámara para esconderte." 25 Entonces el rey de Israel dijo: "Coged a Miqueas y llevadlo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, 26 y decid: Esto dice el rey: Meted a éste en la carcel y mantenedle con pan de aflicción y agua de angustia hasta que yo vuelva en paz." 27 Miqueas le dijo: "Si vuelves tú en paz no ha hablado Yahvé por mí." 28 Subió, pues, el rey de Israel' y con él Josafat, rey de Judá, a Ramot Galaad; 29 y dijo el rey de Israel a Josafat: "Yo me disfrazaré para entrar en la batalla· tú vístete tus vestiduras." Disfrazóse el rey de Israel y entró así en la batalla. 30 El rey de Siria había mandado a los jefes de los carros que con él tenía, diciendo: "No ataquéis a ninguno, ni chico ni grande, sino sólo al rey de Israel." 31 Y cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: "Este es el rey de Israel," y le cercaron para combatirle. Entonces clamó Josafat, y Yahvé le socorrió, apartándolos Dios de él. 32 Los jefes de los carros se percataron de que no era el rey de Israel y se alejaron de él. 33 Entonces disparó un hombre su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura. El rey dijo entonces a su auriga: "Da la vuelta y sácame del campo, que estoy herido." 34 El combate fue encarnizado aquel día, y el rey de Israel estuvo en su carro hasta la tarde frente a los sirios, muriendo a la puesta del sol.

 

El rey de Judá, Josafat, alióse con el de Israel, Ajab, para atacar a los sirios en Ramot Galaad. Casó a su hijo Joram con Atalía, hija de Ajab y de Jezabel (21:6); estas relaciones fueron condenadas por los profetas Miqueas y Jehú. En el v.2 se trata de un sacrificio contrario a Lev c.11, por estar hecho fuera del santuario legítimo. A excepción de los dos primeros versos, los restantes coinciden con el lugar paralelo de Reyes.

 

Jehú reprende a Josafat (19:1-3).

1 Josafat, rey de Judá, se volvió en paz a su casa, a Jerusalén. 2 Salióle al encuentro Jehú el vidente, hijo de Jananí, que dijo a Josafat: "¿Socorres al impío y ayudas a los que aborrecen a Yahvé? Por eso Yahvé está irritado contra ti. 3 Pero hay en ti buenas obras, porque has arrancado de la tierra las "aseras" y has puesto tu corazón en buscar a Yahvé."

 

Esta perícopa es propia del cronista. Jehú, hijo de Jananí (16:7), le reprocha haber ayudado a Ajab, rey impío y enemigo de Yahvé.

 

Reformas en la administración de justicia (19:4-11).

4 Habitaba Josafat en Jerusalén; pero salió a recorrer el reino desde Berseba hasta la montaña de Efraím para traerlos a todos a Yahvé, el Dios de sus padres. 5 Puso en la tierra jueces por todas las ciudades fuertes de Judá, de ciudad en ciudad, 6 y les dijo: "Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombres, sino en lugar de Yahvé, que está cerca de vosotros cuando sentenciáis. 7 Sea, pues, sobre vosotros el temor de Yahvé, y cuidad de guardarlo, porque no hay en Yahvé, nuestro Dios, iniquidad ni acepción de personas, ni recibir cohecho." 8 Puso también Josafat en Jerusalén levitas, sacerdotes y jefes de las familias de Israel para que diesen a los habitantes el juicio de Yahvé y decidiesen las causas. 9 Les dio sus órdenes, diciendo: "Haced en todo con temor de Yahvé, fielmente y con corazón perfecto. 10 En toda causa que venga a vosotros de vuestros hermanos que habitan en las ciudades, trátese de causas de sangre, de cuestiones de la Ley, de los mandamientos, ceremonias y preceptos, instruidlos para que no pequen contra Yahvé y caiga su cólera sobre vosotros y sobre vuestros hermanos, y así no pecaréis. 11 Amarías, sacerdote, os presidirá en toda causa tocante a Yahvé, y Zebadías, hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en las causas tocante al rey; tenéis entre vosotros a los levitas, que serán vuestros maestros. Esforzaos, pues, y a la obra, y que Yahvé sea con quien bien lo haga."

 

Instituyó tribunales locales en las principales ciudades del país; los jueces, junto con los sacerdotes, escribas y ancianos, representan la autoridad civil y religiosa (Deut 16:18ss; 17:9; 21:2). El tribunal supremo de Jerusalén estaba dotado de autoridad civil y religiosa (Deut 17:8-13). En sus juicios debían ser justos, obrando siempre con temor de Yahvé. Para las cuestiones religiosas será el sumo sacerdote el juez supremo; para las civiles, Zebadías; los levitas ejercerían el cargo de escribas.

 

Victoria de Josafat contra moabitas y amonitas (20:1-30).

1 Después de esto, los hijos de Moab y los hijos de Amón y algunos míneos vinieron en guerra contra Josafat. 2 Dieron noticia a Josafat, diciendo: "Viene contra ti desde el otro lado del mar, de Edom, una gran muchedumbre, y están ya en Ja-sasón Tamar, que es Engadi." 3 En su temor, se dispuso Josafat a buscar a Yahvé, y promulgó un ayuno para todo Judá. 4 Reuniéronse los de Judá para clamar a Yahvé, y vinieron para buscar a Yahvé de todas las ciudades de Judá. 5 Puesto entonces en pie Josafat en medio de la asamblea de Judá en Jerusalén, en la casa de Yahvé, delante del atrio nuevo, 6 dijo: "Yahvé, Dios de nuestros padres: ¿No eres tú Dios en los cielos y no eres tú quien domina a todos los reinos de las gentes? ¿No eres tú quien tiene en su mano la fuerza y la potencia, a que nadie puede resistir? 7 ¡Dios nuestro! ¿No arrojaste tú delante de tu pueblo, Israel, a los moradores de esta tierra y la diste para siempre a la posteridad de Abraham, tu amigo? 8 Ellos la habitan y han edificado a tu nombre un santuario, diciendo: 9 Si nos sobreviene alguna calamidad, la espada, el castigo, la peste o el hambre, nos presentaremos en esta casa delante de ti, pues tu nombre está en esta casa, y clamaremos a ti en la tribulación, y tú nos oirás y nos salvarás. 10 Ahora, pues, he aquí que los hijos de Amón y los de Moab y los del monte Seír, a cuyas tierras no dejaste que fuese Israel cuando venía de Egipto, sino que se apartase y no los destruyese, 11 nos pagan queriendo echarnos de tu heredad, que tú nos diste en posesión. 12 ¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque nosotros no tenemos fuerza contra tanta muchedumbre como contra nosotros viene y no sabemos qué hacer: nuestros ojos se vuelven a ti" 13 Todo Judá estaba en pie delante de Yahvé, con sus niños sus mujeres y sus hijos. 14 Estaba allí Jajaziel, hijo de Zacarías' hijo de Benaya, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita, de los hijos de Asaf, sobre quien vino el espíritu de Yahvé en medio de la asamblea, 15 y dijo: "Oíd, Judá todo, y vosotros, los moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat: Así dice Yahvé: "No temáis ni os amedrentéis ante tan gran muchedumbre, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana bajaréis contra ellos; ellos van a subir por la cuesta de Sis, y los hallaréis al extremo del valle, frente al desierto de Jeruel. 17 No habrá por qué peleéis en esto vosotros; paraos, estaos quedos, y veréis la salvación de Yahvé con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén! no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Yahvé estará con vosotros." 18 Echóse entonces Josafat rostro a tierra, y todo Judá y todos los moradores de Jerusalén se postraron ante Yahvé, adorándole. 19 Los levitas de los hijos de Caat y de los hijos de Coré se levantaron para alabar a Yahvé, Dios de Israel, con fuerte y alta voz. 20 Levantáronse por la mañana y salieron por el desierto de Tecua, y mientras salían, Josafat, en pie, dijo: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén: Confiad en Yahvé, vuestro Dios, y seréis seguros; creed a sus profetas, y prosperaréis." 21 Después, habido consejo con el pueblo, puso cantores de Yahvé para alabar la hermosura de su santuario delante del ejército: "Alabad a Yahvé, porque es eterna su misericordia." 22 Y en cuanto comenzaron los cantos y alabanzas, arrojó Yahvé discordias sobre Amón, Moab y los del monte Seír, que habían venido contra Judá, y se mataron unos a otros. 23 Echáronse los hijos de Amón y Moab sobre los moradores del monte Seír, para destruirlos y exterminarlos; y cuando hubieron acabado con los habitantes del monte Seír, unos a otros se destruían. 24 Cuando Judá llegó a la altura desde la cual se descubre el desierto y miraron del lado donde estaba la muchedumbre, no vieron más que cadáveres por tierra; ninguno había escapado. 25 Josafat y su gente fueron a apoderarse de los despojos, hallando entre los cadáveres muchas riquezas y objetos preciosos; cogiendo tantos, que no pudieron llevárselo todo de una vez, y emplearon tres días en recoger el botín: tan considerable fue. 26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraca, donde alabaron a Yahvé. Por eso llamaron a este valle Berača, nombre que lleva todavía hoy. 27 Los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la cabeza, partieron gozosos para volverse a Jerusalén, pues Yahvé los había llenado de alegría, librándolos de sus enemigos. 28Entraron en Jerusalén, en la casa de Yahvé, al son de las cítaras, los salterios y las trompetas. 29El terror de Yahvé se apoderó de todos los reinos de las otras tierras cuando supieron que Yahvé había combatido contra los enemigos de Israel. 30 El reinado de Josafat fue tranquilo, y su Dios le dio la paz de todas partes.

 

El presente capítulo es propio del cronista, no teniendo, al parecer, relación con la campaña de 2 Re 3:4-27. Los atacantes son Moab, Amón y los meonitas, o sea, colonia de míneos que habitaban en Edom, cerca de Petra. Llegaron a Jasasón Tamar (Gen 14:7) en Engadi, en la ribera occidental del mar Muerto. Josafat acude a un ayuno colectivo y reúne una asamblea general. Los edomitas habitan en las montañas de Seír (Núm 20:21; Deut 2:8). El levita Jajaziel promete una resonante victoria de parte de Yahvé; pudo observar el pueblo que una multitud de cadáveres yacía en el suelo a consecuencia de una guerra de exterminio total (Deut 2:3455) entre las tropas enemigas. El terror de Yahvé (17:10) apoderóse de todos los reinos.

 

Resumen del reinado de Josafat (20:31-37).

31 Josafat reinó sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azuba, hija de Silji. 32 Anduvo por el camino de Asa, su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto a los ojos de Yahvé. 33 Pero los altos no desaparecieron y el pueblo no tenía su corazón firmemente apegado al Dios de sus padres. 34 El resto de los hechos de Josafat, los primeros y los postreros, están escritos en la historia de Jehú, hijo de Jananí, que fue inserta en el libro de los reyes de Israel. 35 Josafat, rey de Judá, se alió con el rey de Israel, Ocozías, que fue un impío, 36 y se asoció con él para construir naves que fueran a Tarsis, haciéndose las naves en Asiongaber. 37 Entonces Eliecer, hijo de Doda va, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: "Por haberte asociado con Ocozías, Yahvé destruirá tu obra." Las naves se destrozaron y no pudieron ir a Tarsis.

 

Subsistieron en su reinado los lugares altos (1 Re 22:44), aunque en menor escala; todavía el corazón del pueblo no estaba del todo apegado al Dios de sus padres (v.33). Una de las fuentes históricas de información fueron las actas de Jehú (19:2; 1 Re 16:1ss). Por su alianza con Ocozías, rey de Israel, "que fue un impío," le profetizó Eliezer que su obra sería destruida; 1 Re 10:22; 22:49 habla de "naves de Tarsis."

 

Reinado de Joram (21:1-20).

1 Josafat se durmió con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Le sucedió Joram, su hijo. 2 Joram, hijo de Josafat, tuvo por hermanos a Azarías, Jejiel, Zacarías, Azarías, Micael y Sefatías, todos hijos de Josafat, rey de Judá. 3 Habíales hecho su padre grandes donaciones de plata, oro y objetos preciosos, con ciudades fuertes en Judá; pero dejó el reino a Joram, por ser el primogénito. 4 Cuando Joram se posesionó del reino y se afirmó en él, pasó a cuchillo a todos sus hermanos y a algunos jefes de Israel. 5 Tenía Joram treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. 6 Anduvo por los caminos de los reyes de Israel, como había hecho la casa de Ajab, pues tuvo por mujer a una hija de Ajab, e hizo lo malo a los ojos de Yahvé. 7 Pero no quiso Yahvé destruir la casa de David por la alianza que había hecho con David y la promesa que le hizo de darle siempre una lámpara a él y a sus hijos. 8 En su tiempo se rebeló Edom contra el dominio de Judá y se dio un rey. 9 Marchó Joram con sus jefes y todos sus carros, y, levantándose de noche, derrotó a los de Édom, que le tenían cercado a él y a los jefes de sus carros. 10 Sin embargo, la rebelión de Edom contra el dominio de Judá dura hasta hoy. También se rebeló contra su dominio Libna porque había dejado a Yahvé, Dios de sus padres. 11 Joram se hizo altos en los montes de Judá, incitó a los habitantes de Jerusalén a la prostitución idolátrica e impelió a ella a Judá. 12 Recibió un escrito del profeta Elías, que decía: "He aquí lo que dice Yahvé, Dios de David, tu padre: Por no haber andado por los caminos de Josafat, tu padre, ni por los de Asa, rey de Judá, 13 antes bien por los de los reyes de Israel; por haber hecho fornicar a Judá y a los moradores de Jerusalén, como fornica la casa de Ajab, y por haber dado muerte a tus hermanos, a la casa de tu padre, que eran mejores que tú, 14 Yahvé castigará a tu pueblo con una plaga muy grande, y a tus hijos, y a tus mujeres, y a tu hacienda, 15 y a ti con una violenta enfermedad, con enfermedad de tus entrañas, que aumentará de día en día, hasta que las entrañas se te salgan por la fuerza del mal." 16 Despertó entonces Yahvé contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes, que habitan cerca de los cusitas, 17los cuales subieron contra Judá, invadieron la tierra y pillaron toda la hacienda que hallaron en la casa del rey, y se llevaron a sus hijos y a sus mujeres, no quedándole otro hijo que Joacaz, el menor de todos. 18 Después de esto le hirió a él Yahvé en las entrañas de una enfermedad incurable, 19 que fue creciendo de día en día, hasta que al fin del año segundo se le salieron a Joram las entrañas por la violencia del mal. Murió en medio de los más acerbos dolores, y su pueblo no quemó perfumes en su honor, como lo había hecho con sus padres. 20 Treinta y dos años tenía cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. Se fue sin ser llorado de nadie y le sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

 

Además de una ampliación de las noticias de 2 Re 8:16-24, habla el texto de la matanza de los hermanos del rey y de jefes de Israel (v.4), de la carta que le escribió Elías (v.12-15) y de su fin desastroso (v. 18-19). La mención de Elías y su intervención en el reinado de Joram crea dificultades, a menos que se lea Elíseo en lugar de Elías (2 Re 3:11ss). Acaso el autor sagrado se refiera más a la actitud que hubiera tomado Elías que a su persona.

 

Reinado de Ocozías (22:1-9 = 2 Re 8:24-29; 9:21;. 10:12-14)

1 Los habitantes de Jerusalén proclamaron sucesor de Joram a Ocozías, el menor de sus hijos, porque la tropa que había venido al campo con los árabes había dado muerte a todos los mayores que él. Así, Ocozías, hijo de Joram, fue rey de Judá. 2 Tenía Ocozías veintidós años cuando comenzó a reinar, y reí tío un año en Jerusaíén. Su madre se llamaba Atalía, hija de Omrí. 3 Anduvo por los caminos de la casa de Ajab, pues su madre le aconsejaba impíamente. 4 Hizo lo malo a los ojos de Yahvé, como la casa de Ajab, que después de la muerte de su padre le sirvió de consejero para su perdición. 5 Llevado de sus consejos, fue con Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, a la guerra contra Jazael, rey de Siria, a Ramot Galaad, y los sirios hirieron a Joram. 6 Volvióse éste a Jezrael para curar las heridas que los sirios le habían hecho en Ramot cuando luchaba contra Jaziel, rey de Siria. Bajó Ocozías a ver a Joram, hijo de Ajab, a Jezrael, donde estaba herido; 7 y por voluntad de Dios, para su ruina, bajó Ocozías a ver a Joram; pues, llegado allí, salió con Joram al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yahvé había ungido para exterminar a la casa de Ajab; 8 y mientras Jehú hacía justicia con la casa de Ajab, dio con los jefes de Judá y con los hijos de los hermanos de Ocozías que estaban al servicio de Ocozías, y los mató: 9 buscó a Ocozías, que fue hallado en Samaría, donde se había escondido; y le tomaron y llevaron a Jehú, que le dio muerte; sepultáronle, porque dijeron: "Es hijo de Josafat, que buscó a Yahvé de todo corazón."

 

Obró el mal por instigación de su madre Atalía. Según 2 Re 8:26, tenía veintidós años al empezar a reinar, cifra que debe retenerse según el lugar paralelo y versiones. Alióse con el rey de Israel contra Jazael. Fue muerto por Jehú cerca de Megiddo cuando trataba de esconderse en Samaría.

 

El crinen de Atalía (22:9-12 = 2 Re 11:1-3).

9 No quedaba de la casa de Ocozías persona en edad de reinar, 10 y Atalía, madre de Ocozías, viendo que era muerto su hijo, se alzó y exterminó a toda la estirpe real de la casa de Judá; 11 pero Josabat, hija del rey, cogió a Joás, hijo de Ocozías, y le arrebató de en medio de los hijos del rey cuando los mataban, escondiéndole a él y a su nodriza en el dormitorio. Así, Josabat, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joyada y hermana de OcozJas, le escondió de Atalía, que no pudo matarle. 12Seis años estuvo escondido con ellos en la casa de Dios, y era en tanto Atalía la que reinaba en la tierra.

 

El relato concuerda de cerca con el de los Reyes. Atalía estaba a punto de extinguir la dinastía davídica; pero Dios vela por el cumplimiento de sus promesas salvando a Joás.

 

Proclamación de Joás y muerte de Atalía (23:1-21 = 2 Re 11:4-20).

l Al séptimo año revistióse Joyada de valor, y se concertó con los jefes de centenas: Azarías, hijo de Jerojam; Ismael, hijo de Jojanán; Azarías, hijo de Obed, Masaya, hijo de Adaya, y Elisafat, hijo de Zicrí. 2 Recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a los jefes de las familias de Israel, que vinieron a Jerusalén, 3 y toda la asamblea hizo alianza con el rey en la casa de Dios. Joyada les dijo: "Ahí tenéis al hijo del rey que reinará, como lo ha dicho Yahvé, de los hijos de David. 4 Mirad lo que habéis de hacer: el tercio de vosotros que el día del sábado entra de servicio, sacerdotes y levitas, hará la guardia en los atrios; 5 otro tercio estará en el palacio del rey, y el otro, en la puerta de Jesod. Todo el pueblo se reunirá en el atrio de la casa de Yahvé. 6 Que no entre ni salga nadie de la casa de Yahvé, fuera de los sacerdotes y levitas que están de servicio; éstos podrán entrar porque están consagrados. 7 Todo el pueblo hará la guardia de Yahvé, y los levitas rodearán al rey por todas partes; cada uno tendrá las armas en su mano, y quienquiera que entrare en la casa, morirá. Estaréis con el rey cuando éste entre y salga." 8 Los levitas y todo Judá hicieron todo lo que el sacerdote Joyada había mandado, y cada uno tomó a los suyos, los que entraban en servicio y los que salían de servicio el sábado, pues el sacerdote Joyada no exceptuó a ninguna de las divisiones. 9 El sacerdote Joyada entregó a los jefes de centenas las lanzas y los escudos grandes y pequeños, que provenían del rey David y se hallaban en la casa de Dios. l° Hizo que rodeasen al rey, poniendo a todo el pueblo cada uno con las armas en la mano, desde el lado derecho hasta el lado izquierdo de la casa, junto al altar y por toda la casa. 11 Y adelantando al hijo del rey pusieron sobre su cabeza la diadema y el testimonio y le proclamaron rey. Joyada y sus hijos le ungieron y gritaron: "¡Viva el rey!" 12 Atalía oyó el estrépito del pueblo, que corría y aclamaba al rey; vino a donde estaba el pueblo en la casa de Yahvé 13 y miró. Estaba el rey sentado en su estrado, a la entrada, y los jefes y las trompetas estaban junto al rey, y todo el pueblo de la tierra daba muestras de gran alegría, y sonaban las trompetas, y los cantores, con los instrumentos de música, entonaban cánticos de alabanza. Atalía rasgó sus vestiduras y gritó: "¡ Conspiración, conspiración !" 14 Entonces el sacerdote Joyada, llamando a los jefes de centena que estaban al frente de las tropas, les dijo: "Sacadla de las filas, y a quienquiera que la siga, le matáis." Pues el sacerdote dijo: "No la matéis en la casa de Yahvé." 15 Hízosele lugar y se encaminó al palacio real por la entrada de la puerta de los caballos, y allí la mataron. 16 Joyada hizo alianza entre Yahvé, el pueblo todo y el rey, de ser el pueblo de Yahvé. 17 Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal y lo derribaron, echando por tierra sus altares, haciendo pedazos sus imágenes, y mataron delante del altar a Matan, sacerdote de Baal. 18 Luego ordenó Joyada los oficios en la casa de Yahvé por mano de los sacerdotes y levitas, según la ordenación hecha por David en la casa de Yahvé, para ofrecer a Yahvé holocaustos, como está escrito en la Ley de Moisés, en medio de cantos de júbilo, conforme a la ordenación de David. 19 Puso también los porteros a las puertas de la casa de Yahvé para que por ninguna entrase ningún inmundo. 20 Y tomando luego a los jefes de centena, a los jefes del pueblo y al pueblo todo de la tierra, llevaron al rey de la casa de Yahvé, y, llegados al medio de la puerta principal de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino. 21 Todo el pueblo de la tierra estaba lleno de júbilo, y la ciudad se estuvo tranquila. Atalía había sido muerta a espada.

 

Ambas relaciones concuerdan fundamentalmente, con sensibles diferencias, que surgen por la diferente perspectiva de los autores, en la disposición y valoración de los hechos.

 

Joás, rey de Judá (24:1-16 = 2 Re 12:1-17).

1 Siete años tenía Joás cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibyá, de Ber-seba. 2 Hizo Joás lo que es recto a los ojos de Yahvé todo el tiempo de vida del sacerdote Joyada. 3 Joyada tomó para Joás dos mujeres, y Joás engendró hijos e hijas. 4 Después de esto vino a Joás el pensamiento de reparar la casa de Yahvé, 5 y, reuniendo a los sacerdotes y levitas, les dijo: "Salid por todas las ciudades de Judá y recoged cada año de todo Israel dinero para reparar la casa de vuestro Dios, y poned en esto gran diligencia." Pero los levitas no se dieron prisa, 6 y llamando el rey a Joyada, sumo sacerdote, le dijo: "¿Por qué no has cuidado de que los levitas trajesen de Judá y de Jerusalén el tributo impuesto por Moisés, siervo de Dios, a toda la congregación de Israel para el tabernáculo del testimonio ? 7 Pues la impía Atalía y sus hijos han saqueado la casa de Dios, empleando para servir a los baales todo lo consagrado a la casa de Yahvé." 8 Mandó entonces el rey que se hiciera un arca y la pusieran fuera, a la entrada de la casa de Yahvé; 9 y se pregonó por Judá y Jerusalén que trajesen a Yahvé el tributo que Moisés, siervo de Dios, había impuesto a Israel en el desierto. 10 Todos los jefes y el pueblo todo se complacieron en ello, y traían y echaban en el arca lo que había de pagarse. 11 En el momento oportuno, cuando los levitas veían que en el arca había mucho dinero, que había que entregar a los intendentes del rey, el secretario del rey y el comisario del sumo sacerdote venían a vaciar el arca y luego volvían a ponerla en su sitio, haciendo así todos los días y tomando dinero en abundancia. 12 El rey y Joyada se lo entregaban a los encargados de hacer las obras en la casa de Yahvé para pagar a los canteros y carpinteros para la reparación de la casa de Yahvé, así como a los herreros y broncistas para reparar la casa de Yahvé. 13 Los oficiales trabajaron e hicieron las reparaciones necesarias, restituyendo a su estado la casa de Dios y consolidándola. 14 Cuando se terminaron las obras, llevaron al rey y a Joyada el resto del dinero, y de él se hicieron utensilios para la casa de Yahvé, los utensilios para el servicio, copas para los holocaustos, copas y otros utensilios de oro y de plata; durante toda la vida de Joyada se ofrecieron continuamente holocaustos en la casa de Yahvé. 15 Murió Joyada viejo y harto de días; tenía al morir ciento treinta años. 16 Fue sepultado en la ciudad de David, con los reyes, pues había hecho mucho bien por Israel, por Dios y por su casa.

 

Según el libro de los Reyes, utilizó Joás las ofrendas hechas al templo con ocasión de los votos o de peregrinaciones para reparar el templo; en nuestro texto se dice que sacerdotes y levitas se esparcieron por las ciudades de Judá recolectando limosnas para este fin. Ante el poco celo de sacerdotes y levitas, colocó el rey en el templo un cepillo en el que se recogerían las limosnas de los fieles (2 Re 12:7-16).

 

Idolatría y castigos (24:17-27).

17 Después de la muerte de Joyada comenzaron los príncipes a adular al rey, y éste los escuchó, 18 y dejando la casa de Yahvé, Dios de sus padres, sirvieron a las "aseras" y a los ídolos; y vino la ira de Dios sobre Judá y sobre Jerusalén, porque sé habían hecho culpables. 19 Yahvé les mandó profetas para reducirlos a sí, pero no escucharon sus advertencias. 20 El espíritu de Dios descendió sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyada, que, presentándose ante el pueblo, dijo: "Así habla Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Yahvé? No os vendrá bien por ello, pues si vosotros dejáis a Yahvé, Yahvé os dejará a vosotros." 21 Conjuráronse contra él y de orden del rey le lapidaron en el atrio de la casa de Yahvé. 22 No se acordó el rey Joás del bien que le había hecho Joyada, padre de Zacarías, y dio muerte a su hijo. Zacarías dijo al morir: "Vea Yahvé y El lo requiera." 23 A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria, que vino a Judá y Jerusalén. Mataron de entre el pueblo a todos los príncipes de él, y llevaron todos sus despojos al rey de Damasco. 24 El ejército de Siria había venido con poca gente; pero Yahvé entregó en sus manos un ejército muy considerable, porque habían abandonado a Yahvé, Dios de sus padres. 25Los sirios hicieron justicia a Joás, y, una vez que se retiraron dejándole en gran dolor, conspiraron contra él sus servidores para vengar la sangre de los hijos de Joyada, sacerdote, y le dieron muerte en su lecho. Murió y fue sepultado en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes. 26 Los que conspiraron contra él fueron Zabud, hijo de Simat la amonita, y Jozabad, hijo de Simrit la moabita. 27 Lo que toca a sus hijos, a las grandes amenazas que hubo de soportar y a las reparaciones hechas en la casa de Dios, escrito está en el "Midrás" del libro de los Reyes. Le sucedió Amasias, su hijo.

 

A la muerte de Joyada cambió el rey de conducta, por lo cual Yahvé se indignó y castigó a Judá y Jerusalén. Permanecieron sordos a la voz de los profetas; a Zacarías le apedrearon en el atrio de la casa de Yahvé (Mt 23:35; Lc 11:51). En castigo mandó Dios contra Judá el ejército sirio, que le venció a pesar de ser poco numeroso. El rey fue asesinado (2 Re 12:21-22). En el v.2y se habla del Midrash, o comentario al libro de los Reyes (13:22); es un libro distinto a nuestros libros canónicos de los Reyes.

 

Comportamiento religioso de Amasias (25:1-10 = 2. Re 14:2-6).

1 Veinticinco años tenía Amasias cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén; su madre se llamaba Jehoadán, de Jerusalén. 2 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé, pero no con un corazón perfecto del todo. 3 Luego que se afirmó en el trono, dio muerte a los siervos que habían asesinado a su padre, 4 pero no mato a sus hijos, conforme a lo que esta escrito en la Ley, en el libro de Moisés, donde manda Yahvé "No morirán los padres por los hijos ni los hijos por los padres sino que cada uno morirá por su pecado." 5 Reunió Amasias a Judá y constituyó, según las casas paternas, jefes de millares y de centenas por todas las ciudades de Judá y Benjamín. Hizo el censo desde los veinte años arriba, y fueron hallados trescientos mil aptos para la guerra, armados de lanza y escudo. 6 Tomó de Israel a sueldo cien mil hombres valientes por cien talentos de plata. 7 Vino a él un hombre de Dios y le dijo: "¡Oh rey! que no vaya contigo el ejército de Israel, pues no está Yahvé con Israel, con todos esos hijos de Efraím. 8 Si vas con ellos, aunque tú hagas en el combate esfuerzos de valor, Dios te hará caer ante el enemigo, porque tiene Dios poder para levantar y para derribar." 9Amasias dijo entonces al hombre de Dios: "¿Qué será, pues, de los cien talentos que he entregado a las tropas de Israel?" Y el hombre de Dios le respondió: "Mucho más que eso puede darte Yahvé." 10 Entonces Amasias apartó la tropa que había venido de Efraím, para que se volvieran a sus casas; ellos se irritaron fuertemente contra Judá y se volvieron a sus casas enfurecidos.

 

Un hombre de Dios le desaconsejó la alianza con Israel en la lucha contra los edomitas (2 Re 14:7), "pues no está Yahvé con Israel." Por haber seguido este consejo consiguió una brillante victoria.

 

Infidelidad del rey después de la victoria (25:11-16).

11 Amasias se esforzó, y a la cabeza de su pueblo vino al valle de la Sal y deshizo a diez mil hombres de los hijos de Seír. 12 Los hijos de Judá apresaron vivos a diez mil, y, llevándolos a la cresta de una roca, los despeñaron, y todos se hicieron pedazos. 13 Los de la tropa que Amasias había despedido para que no fuesen con él a la guerra se derramaron por las ciudades de Judá desde Samaría hasta Betorón, y mataron a tres mil personas y tomaron muchos despojos. 14 Al regresar Amasias de la derrota de los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seír y se los puso por dioses, prosternándose ante ellos y quemándoles perfumes. 15 Encendióse el furor de Yahvé contra Amasias, y le mandó un profeta, que le dijo: "¿Por qué has buscado los dioses de esas gentes, que no pudieron librar a su pueblo de tus manos?" 16 Cuando esto le dijo el profeta, respondió él: "¿Y quién te ha hecho a ti consejero del rey? Quítate de ahí. ¿Es que quieres que te haga azotar?" El profeta se retiró, diciendo: "Yo sé que Dios ha decretado destruirte por haber hecho eso y no haber escuchado mi advertencia."

 

Cometió Amasias la locura de postrarse ante los ídolos de los umeos, que no pudieron salvar a su pueblo. Esta idolatría explica e1 desastre de Betsames.

 

Desastre en Betsames (25:17-24 = 2 Re 14:8-14).

17 Amasias, después de haber tenido consejo, mandó a decir a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: "Ven, que nos veamos las caras." 18 Entonces Joás, rey de Israel, envió a decir a Amasias, rey de Judá: "El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo. pero vinieron las fieras del Líbano, pisaron y hollaron el cardo. 19 Tu te dices: He derrotado a Edom; y tu corazón se ha ensoberbecí-do. Quédate en tu casa. ¿Para qué has de meterte en una empresa desgraciada que será tu ruina y la ruina de Judá?" 20 pero Amasias no le escuchó, porque había resuelto Dios entregarle en sus manos por haber buscado a los dioses de Edom. 21 Subió pues, Joás, rey de Israel, y viéronse las caras él y Amasias, rey de Judá, en Betsames, que está en Judá; 22 y cayó Judá delante de Israel y huyeron cada uno a su casa. 23 Joás, rey de Israel, apresó en Betsames a Amasias, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y le llevó a Jerusalén, donde abrió una brecha de cuatrocientos codos desde la puerta de Efraím hasta la puerta de la esquina. 24 Tomó el oro y la plata y todos los vasos sagrados que había en la casa de Dios al cuidado de Obededom, y los tesoros del palacio real, y a los rehenes, y se volvió a Samaría.

 

En el v.20 se encuentra una reflexión del autor destinada a poner de relieve la próxima derrota de Amasias. Obededom era el guardián de la puerta meridional del templo (1 Crón 26:15).

 

Muerte de Amasias (25:25-28 = 2 Re 17:22).

25 Amasias, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. 26 El resto de los hechos de Amasias, los primeros y los postreros, ¿no está escrito en el libro de los reyes do Judá y de Israel? 27 Después que Amasias se apartó de Yahvé, tramaron una conjuración contra él en Jerusalén; y como huyera a Laquis, mandaron tras él a Laquis los conjurados, y le mataron allí. 28 Trajéronle en caballos y le sepultaron con sus padres en la ciudad de David.

 

La conspiración que tramaron contra él fue efecto de haberse apartado de Yahvé; fue sepultado en la ciudad de David, no de Judá, como escribió erróneamente un amanuense en el texto masorético (2 Re 14:20).

 

Ozías, rey de Jada (26:1-15).

1 Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, de edad de dieciséis años, y le puso por rey en lugar de su padre, Amasias. 2 Ozías reconstruyó Elat y la restituyó al dominio de Judá después que el rey se durmió con sus padres. 3 Dieciséis años tenía Ozías cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolía, de Jerusalén. 4 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho Amasias, su padre. 5 Se dio a buscar a Yahvé durante la vida de Zacarías, que le educó en el temor de Dios; y mientras él buscó a Yahvé, Dios le protegió. 6 Tuvo guerra contra los filisteos, y derribó las murallas de Gat, las de Jabne y las de Azoto, y reconstruyó ciudades en el territorio de Azoto y en el de los filisteos. 7 Dios le ayudó contra los filisteos, contra los árabes que habitaban en Gur Baal y contra los meonitas. 8 Los amonitas traían presentes a Ozías, y su fama se extendió hasta las fronteras de Egipto, pues llegó a ser muy poderoso. 9 Alzó en Jerusalén torres en la puerta del ángulo, y en la del valle y en la de la esquina, y las fortificó. 10 Construyó torres en el desierto y excavó muchas cisternas, porque tenía muchos ganados en los valles y en el llano, y labradores y viñadores en la montaña y en el Carmel, pues era muy aficionado a la agricultura. 11 Tuvo un ejército de soldados, que iban a la guerra por bandas, contadas según el censo que de ellas hicieron el secretario Jeiel y el comisario Maseya, a las órdenes de Jananía, uno de los jefes de rey. 12 El número total de los jefes de casas paternas, de guerreros valientes, era de dos mil seiscientos, 13 que mandaban un ejército de trescientos siete mil cinco soldados, capaces de sostener al rey contra el enemigo. 14 Ozías proveyó a todo el ejército de escudos, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas. 15 Construyó en Jerusalén máquinas inventadas por un ingeniero, destinadas a las torres y a los ángulos, para lanzar flechas y gruesas piedras. Su fama se extendió lejos, porque supo ayudarse maravillosamente hasta llegar a ser fuerte.

 

Se reúnen aquí más datos que en los lugares paralelos de 2 Re 14:21-22; 15:1-7. Su vida religiosa fue ejemplar mientras vivió Zacarías, que le educó en el temor de Dios (v.5); por lo mismo, Dios le protegió y llevó a la victoria contra los filisteos y árabes; los amonitas le traían presentes. En el interior fortificó la ciudad de Jerusalén y favoreció la agricultura y ganadería. En el libro de los Reyes es llamado Azadas.

 

Orgullo y castigo (26:16-23).

16 Mas, cuando se hubo fortalecido, se ensoberbeció su corazón hasta corromperse, y se rebeló contra Yahvé, su Dios, entrando en el templo de Yahvé para quemar incienso en el altar de los perfumes.17 El sacerdote Azarías entró tras él con ochenta sacerdotes de Yahvé, hombres valerosos, 18 que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: "Tú, Ozías, no tienes derecho a ofrecer perfumes a Yahvé. Esto pertenece a los sacerdotes, hijos de Aarón, que han sido consagrados para ello. Sal del santuario, porque estás prevaricando, y no te será esto de honor ante Yahvé, Dios." 19Enfurecióse Ozías, que tenía un incensario en la mano; y en esta su ira contra los sacerdotes, brotó la lepra en su frente en presencia de los sacerdotes, en la casa de Yahvé, cerca del altar de los perfumes. 20 El sumo sacerdote, Azarías, y todos los sacerdotes, pusieron en él sus ojos, vieron la lepra sobre su frente y le arrojaron precipitadamente fuera. El mismo apresuróse a salir, porque le había herido Yahvé. 21 El rey Ozías fue leproso hasta el día de su muerte, y vivió apartado en una casa, excluido de la casa de Yahvé. Jotam, su hijo, estaba al frente de la casa del rey y juzgaba al pueblo de la tierra. 22 El resto de los hechos de Ozías, los primeros y los postreros, fue escrito por Isaías, hijo de Amos, profeta. 23 Ozías se durmió y fue sepultado en el campo de los sepulcros, no con los reyes de Israel, por ser leproso. Le sucedió Jotam, su hijo.

 

Por haberse entrometido en una función sacerdotal que no le pertenecía, fue castigado con la lepra. Los sacerdotes defendieron con la fuerza sus derechos (1 Crón 23:31). La lepra le impedía entrar en adelante en el santuario (Lev 13:45-46; Núm 19:13-20). De él se ocupó el profeta Isaías, que escribió las actas de Ozías. Por razón de su lepra fue sepultado al lado de los sepulcros de los reyes de Judá.

 

Jotam, rey de Israel (27:1-9 = 2 Re 15:32-35).

1 Veinticinco años tenía Jotam cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jerusa, hija de Sadoc. 2 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé, enteramente como había hecho Ozías, su padre; pero no entró, como él, en el templo de Yahvé. Seguía, sin embargo, la corrupción del pueblo. 3 Jotam construyó la puerta superior de la casa de Yahvé e hizo bastantes edificaciones sobre los muros de Ofel. 4 Edificó ciudades en la montaña de Judá y fortalezas y torres en el bosque. 5 Hizo la guerra contra el rey de los hijos de Amón, y los venció. Los hijos de Amón le entregaron aquel año cien talentos de plata, diez mil coros de trigo y diez mil de cebada, y siguieron pagándole el segundo y el tercer año. 6 Jotam llegó a ser poderoso, porque se afirmó en los caminos de Yahvé, su Dios. 7 El resto de los hechos de Jotam, todas sus guerras, todo cuanto hizo, está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá. 8 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. 9 Se durmió con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Le sucedió Ajaz, su hijo.

 

Jotam siguió la política de su padre; por su piedad logró tener a raya a sus enemigos, obligándoles a pagar tributo. Fue poderoso "porque se afirmó en los caminos de Yahvé."

 

Reinado de Ajaz (28:1-27).

1 Veinte años tenía Ajaz cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. No hizo lo recto a los ojos de Yahvé, como lo hizo David, su padre. 2 Marchó por los caminos de los reyes de Israel, y aun se hizo imágenes fundidas de Baal, 3 y quemó perfumes en el valle de los hijos de Hinón, y pasó a sus hijos por el fuego, según las abominaciones de las gentes que Yahvé había arrojado ante los hijos de Israel. 4 Ofrecía sacrificios y perfumes en los altos, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso. 5 Yahvé, su Dios, le entregó en manos del rey de Siria, y los sirios le derrotaron, haciéndole gran número de prisioneros, que se llevaron a Damasco. Fue entregado también en manos del rey de Israel, que le hizo experimentar una gran derrota. 6 Pecaj, hijo de Romelía, mató en un solo día en Judá a ciento veinte mil hombres, todos valientes, porque habían dejado a Yahvé, Dios de sus padres. 7 Zicrí, guerrero de Efraím, mató a Maseya, hijo del rey; a Azricam, jefe de la casa del rey, y a Elcana, segundo después del rey. 8 Los hijos de Israel hicieron entre sus hermanos doscientos mil prisioneros, mujeres, hijos e hijas, y les hicieron mucho botín, que se llevaron a Samaría. 9 Había un profeta de Yahvé llamado Oded, que fue al encuentro del ejército que volvía a Samaría y les dijo: "Yahvé, Dios de vuestros padres, en su cólera contra Judá, los ha entregado en vuestras manos, y vosotros los habéis matado con furor, que ha subido hasta el cielo. 10 Ahora queréis hacer de los hijos de Judá y de Jerusalén vuestros esclavos y vuestras esclavas. Pero vosotros, ¿no sois culpables contra Yahvé, vuestro Dios? 11 Oídme, pues, y devolved esos cautivos que habéis hecho entre vuestros hermanos, porque os amenaza la cólera encendida de Yahvé." 12 Algunos de entre los jefes de Efraím: Azarías, hijo de Jojanán; Berequías, hijo de Meselimot; Ezequías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de Jadlaí, se opusieron a los que venían en el ejército, 13 y les dijeron: "No entréis con esos cautivos, porque sería añadir pecados sobre pecados a los que nosotros hemos cometido contra Yahvé. Demasiado culpables somos ya y la cólera encendida de Yahvé está sobre Israel." 14 Los soldados abandonaron los cautivos y el botín ante los jefes y ante toda la asamblea, 15 y los hombres de que se ha hecho mención tomaron los cautivos, empleando el botín en vestir a los desnudos; les dieron vestidos y calzado, les dieron de comer y de beber, los ungieron y, montando en asnos a los que estaban fatigados, los condujeron a Jericó, la ciudad de las palmas, a sus hermanos, y luego se volvieron a Samaría.16 En aquel tiempo, el rey Ajaz mandó a pedir socorros al rey de Asiría. 17 Los edomitas volvieron otra vez y derrotaron a Judá, llevándose cautivos. 18 Los filisteos invadieron las ciudades del llano y del mediodía de Judá, tomaron a Betsames, Ayalón, Guederot, Soco y las ciudades de su dependencia, Timna y las ciudades de su dependencia, y se establecieron en ellas. 19 Así humillaba Yahvé a Judá por causa de Ajaz, rey de Judá, que había arrojado la disolución en Judá y pecado contra Yahvé. 20 Te-glatfalasar, rey de Asiría, vino contra él y le estrechó sin darle respiro. 21 Ajaz despojó la casa de Yahvé, la del rey y las de los príncipes, para hacer un presente al rey de Asiría; pero no le sirvió de nada. 22 A pesar de verse en gran aprieto, el rey Ajaz seguía pecando contra Yahvé; 23 sacrificaba a los dioses de Damasco, que le habían herido, diciéndose: "Puesto que los dioses de los reyes de Siria los ayudan, voy a sacrificarles para que me socorran a mí." Pero fueron la ocasión de su ruina y de la de todo Israel. 24 Ajaz reunió los utensilios de la casa de Dios y los hizo pedazos; cerró las puertas de la casa de Yahvé, se hizo altares en todos los rincones de Jerusalén 25 y levantó altos en todas las ciudades de Judá, para ofrecer allí perfumes a otros dioses, irritando así a Yahvé, Dios de sus padres. 26 El resto de sus hechos, todos sus caminos, los primeros y los postreros, está escrito en el libro de los reyes de Judá y de Israel.27 Ajaz se durmió con sus padres y fue sepultado en la ciudad de Jerusalén, pues no se le sepultó en los sepulcros de los reyes de Judá, Le sucedió Ezequías, su hijo.

 

De este monarca se habla en 2 Re 16:1-20. Nuestro autor pasa por alto lo que favorece al monarca y atenúa sus éxitos, poniendo, en cambio, de relieve sus humillaciones y fracasos. Dios le entregó en manos del rey de Siria y de Israel (2 Re 16:5; Is 7:1). Por intercesión de un profeta son libertados los prisioneros de Judá (v.8-15). Por atacarle los filisteos y los idumeos, pidió ayuda al rey de Asiría, quien "vino contra él y le estrechó" (v.20); de nada le sirvieron los presentes que le entregó. Pero, a pesar de tantos castigos, "seguía pecando contra Yahvé" (v.22), que hizo sentir su mano justiciera sobre él.

 

Ezequías: purificación del templo (29:1-17).

1 Veinticinco años tenía Ezequías cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abiyá, hija de Zacarías. 2 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho David, su padre. 3 En el primer año de su reinado, el mes primero, abrió las puertas de la casa de Yahvé y las reparó. 4 Hizo venir a los sacerdotes y levitas, que reunió en el atrio oriental, 5 y les dijo: "Oídme, levitas: santifícaos y santificad la casa de Yahvé, el Dios de vuestros padres, y echad la impureza fuera del santuario. 6 Porque han pecado nuestros padres y han hecho el mal a los ojos de Yahvé, nuestro Dios; le han abandonado, han apartado sus ojos del tabernáculo de Yahvé y le han vuelto las espaldas. 7 Hasta cerraron las puertas del pórtico, apagaron las lámparas y dejaron de ofrecer a Yahvé, Dios de Israel, perfumes y holocaustos en el santuario. 8 Por eso la cólera de Yahvé pesa sobre Judá y sobre Jerusalén, y los ha entregado a la confusión, a la desolación y a la burla, como lo estáis viendo con vuestros ojos. 9 Ya veis que por eso han caído nuestros padres por la espada, y nuestros hijos y nuestras hijas están en cautividad. 10 Yo quiero que hagamos alianza con Yahvé, Dios de Israel, para que se aparte de nosotros su encendida cólera. 11 Ahora, pues, hijos míos, basta de negligencias, pues habéis sido elegidos por Yahvé para ministrar ante El en su servicio, para ser sus servidores y ofrecerle perfumes."12 Levantáronse los levitas Macat, hijo de Arnasaí; Joel, hijo de Azarías, de los hijos de Caat; y de los de Merarí, Quis, hijo de Abdí; Azarías, hijo de Jelaleel; y de los gersonitas, Joaj, hijo de Simma; Edén, hijo de Joaj; 13 y de los hijos de Eli-safán, Simrí y Jehiel; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 y de los hijos de Hernán, Jejiel y Simeí; y de los hijos de Jedetún, Semeyas y Uziel. 15 Reunieron a sus hermanos y" después de santificarse ellos, vinieron a purificar la casa de Yahvé, según las órdenes del rey y según las palabras de Yahvé. 16 Entraron los sacerdotes en el interior de la casa de Yahvé para purificarla; sacaron todas las impurezas que hallaron en el templo de Yahvé y las arrojaron al atrio de la casa de Yahvé, donde las recibieron los levitas para llevarlas fuera, al valle del Cedrón" 17Comenzaron las purificaciones el día primero del primer mes; el octavo día del mismo mes entraron en el pórtico del templo de Yahvé, y emplearon ocho días en purificar el templo de Yahvé; el día dieciséis del mismo mes acabaron lo que habían comenzado.

 

Es el reverso de la medalla de Ajaz; el autor sagrado hace resaltar aquellos hechos que atestiguan la devoción de Ezequías a Yahvé y a su templo. Abrió las puertas del templo, que había cerrado Ajaz (28:24), y purificó el santuario; los sacerdotes y levitas fueron sus mejores colaboradores. La lista de los levitas es algo artificial, pero muy significativa. Con relación a la de los levitas que transportaron el arca (1 Grón 15:4-10) aumenta la importancia del canto; con ello diseña el cronista toda una orientación cultual nueva (Cazelles). En el v.9 se hace alusión al exilio.

 

Sacrificio expiatorio (29:18-36).

18 Fueron luego al rey Ezequías y le dijeron: "Hemos purificado toda la casa de Yahvé, el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, y la mesa de los panes de la proposición. 19 Y todos sus utensilios, que el rey Ajaz profanó durante su reinado con sus transgresiones, están ya reparados y purificados y ante el altar de Yahvé." 20 El rey Ezequías se levantó bien de mañana, reunió a los jefes de la ciudad y subió a la casa de Yahvé. 21 Ofrecieron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos en sacrificio expiatorio por el reino, por el santuario y por Judá. El rey mandó a los sacerdotes hijos de Aarón que los ofreciesen en el altar de Yahvé. 22 Los sacerdotes inmolaron los novillos, recibieron su sangre y la derramaron en torno al altar; inmolaron los carneros y derramaron su sangre en el altar. 23 Presentaron luego los machos cabríos expiatorios ante el rey y ante la asamblea, que pusieron sus manos sobre ellos, 24 y los sacerdotes los inmolaron y derramaron la sangre al pie del altar, en expiación por los pecados de todo Israel, pues por todo Israel había ordenado el rey el holocausto y el sacrificio expiatorio. 25 Hizo que los levitas se pusieran en la casa de Yahvé con címbalos, salterios y arpas, según la ordenación de David, de Gad, vidente del rey, y de Natán, profeta, porque tal era la orden de Yahvé, transmitida por medio de sus profetas. 26 Los levitas ocuparon su sitio con los instrumentos de David, y los sacerdotes el suyo con las trompetas. 27 Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar; y en cuanto comenzó el holocausto, comenzó también el canto de Yahvé al son de las trompetas y con el acompañamiento de los instrumentos de David, rey de Israel. 28 Prosternóse toda la asamblea, se cantó el canto y se tocaron las trompetas, todo hasta que el holocausto se terminó. 29 Cuando se hubo acabado de ofrecer el holocausto, el rey con toda la asamblea doblaron las rodillas y se prosternaron. 30 Después el rey Ezequías y los jefes dijeron a los levitas que alabasen a Dios con palabras de David y de Asaf, vidente, y ellos lo hicieron con gran júbilo, e inclinándose, adoraron. 31 Luego dijo Ezequías: "Vosotros habéis llenado seguramente vuestras manos para Yahvé. Llegaos, pues, a ofrecer víctimas y sacrificios eucarísticos en la casa de Yahvé." Y así toda aquella muchedumbre ofreció hostias, sacrificios eucarísticos y holocaustos con gran piedad y liberalidad. 32 Los holocaustos que ofreció la asamblea fueron setenta novillos, cien carneros y doscientos corderos, todo en holocausto a Yahvé. 33 Consagraron también a Yahvé seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34 Como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar las víctimas destinadas al holocausto, ayudáronlos sus hermanos los levitas hasta acabar y hasta que se hubieron purificado los sacerdotes, pues los levitas se mostraban con corazón dispuestos a purificarse más que los sacerdotes. 35 Ofreciéronse, pues, muchos holocaustos, muchos sebos de sacrificios eucarísticos, quedando enteramente restablecido el culto de la casa de Yahvé. 36 Ezequías, lo mismo que todo el pueblo, dieron muestras de gran júbilo por haber Yahvé dispuesto al pueblo al restablecimiento, pues la resolución de hacerlo había sido tomada de pronto.

 

Para significar que el sacrificio debía ser perfecto e importantísimo, dícese que debían sacrificarse siete (Gen 21:28; Núm 23:1) novillos, siete carneros, siete corderos destinados al holocausto (v.22-24) y siete machos cabríos en sacrificio expiatorio (Lev 9:15; 10:16; 16:15-27; Lev 1:4; 3:2ss). La ceremonia del sacrificio (Núm c.29; Lev c.4) fue acompañada con cantos de alabanza a Dios con "palabras de David y Asaf, vidente" (v.30) y con instrumentos musicales, tal como han prescrito los profetas y David (1 Crón 25:455; 29:29). Los levitas ayudan a los sacerdotes en los sacrificios, quizá por haberse santificado pocos sacerdotes.

 

Solemne celebración de la pascua (30:1-14).

1 Mandó el rey Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraírn y Manases para que viniesen a la casa de Yahvé a celebrar la pascua de Yahvé, Dios de Israel. 2 Habíase aconsejado el rey de los príncipes y de toda la asamblea en Je-rusalén para celebrar solemnemente la pascua en el mes segundo, 3 pues no había podido celebrarla antes la otra vez por no haberse santificado muchos sacerdotes y no haberse reunido el pueblo en Jerusalén. 4 Agradó esto al rey y a toda la asamblea, 5 y determinaron hacer publicar por todo Israel, desde Berseba hasta Dan, que viniesen a Jerusalén a celebrar la pascua de Yahvé, porque en mucho tiempo no lo habían celebrado al modo prescrito. 6 Fueron, pues, emisarios con letras de mano del rey y de los príncipes por todo Israel y Judá, corno el rey lo había mandado, en que se decía: "¡Hijos de Israel." volveos a Yahvé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y El se volverá a las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiría. 7 No seáis como vuestros padres y corno vuestros hermanos, que se rebelaron contra Yahvé, Dios de sus padres, por lo que los entregó El a la desolación, como estái viendo. 8 No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz, como vuestros padres. Dad vuestras manos a Yahvé y venid a su santuario, que El ha santificado para siempre, y servid a Yahvé, vuestro Dios, y la ira de su furor se apartará de vosotros. 9 Porque, si os volvéis a Yahvé, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante los que los tienen cautivos y volverán a esta tierra; pues Yahvé, vuestro Dios, es clemente y misericordioso y no apartará de vosotros su rostro si vosotros os volvéis a El." 10Fueron, pues, los emisarios de ciudad en ciudad por tierra de Efraím y de Manases, hasta Zabulón; pero las gentes se reían y se burlaban de ellos. 11Con todo, muchos de Aser, de Manases y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén. 12También en Judá la mano de Dios se dejó sentir sobre ellos, dándoles corazón pronto y dispuesto a cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Yahvé. 13Juntóse mucha gente en Jerusalén para celebrar la solemnidad de los ácimos en el segundo mes: una gran muchedumbre. 14Levantáronse y quitaron los altares que había en Jerusalén, también los altares de perfumes, y los echaron al torrente de Cedrón.

 

La restauración del culto por Ezequías comportaba la celebración de la pascua, ejemplo que siguieron los repatriados de Babilonia al volver a Jerusalén (Esdr 6:19-22). A la misma son invitados las gentes de Efraím y Manases. Por el poco celo demostrado por los sacerdotes en santificarse (2 Re 16:16), se celebró la fiesta el mes segundo (Núm 9:9-12). Se mandaron emisarios a todo el territorio de Israel, aun el ocupado por Asiría, invitando a todos a celebrar la pascua en Jerusalén.

 

La pascua y los ácimos (30:15-27).

15 Sacrificaron la pascua el día catorce del mes segundo; y los sacerdotes y levitas, que, llenos de confusión, se santificaron por fin, ofrecieron holocaustos en la casa de Yahvé 16 y se dispusieron por sus clases, según la ordenación y la Ley de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes recibían de manos de los levitas la sangre que había de derramarse; 17 y como muchos del pueblo no se habían santificado todavía, los levitas inmolaron la pascua por los que no habían tenido el cuidado de santificarse para Yahvé. 18 Una gran parte del pueblo de Efraím, de Manases, de Isacar y de Zabulón, que no se había purificado, comió la pascua sin ajustarse a lo prescrito; pero Ezequías rogó por ellos, diciendo: "Quiera Yahvé, que es bueno, perdonar a todos aquellos que de todo corazón buscan 19a Yahvé, Dios de sus padres; no les impute el no estar suficientemente purificados." 20Escuchó Yahvé a Ezequías y perdonó al pueblo. 21Así celebraron los hijos de Israel que se hallaron en Jerusalén la solemnidad de los ácimos durante siete días, con gran gozo, cantando todos los días las alabanzas de Yahvé y tocando los levitas y los sacerdotes los instrumentos con toda fuerza a Yahvé. 22 Ezequías habló con bondad a los levitas que conocían mejor el culto de Yahvé, y éstos comieron las víctimas durante los siete días que duró la solemnidad, inmolando hostias pacíficas y alabando a Yahvé, Dios de sus padres. También la muchedumbre decidió alegremente celebrar la fiesta otros siete días, haciéndolo con gran regocijo, 24 pues había re-galado Ezequías al pueblo mil toros y siete mil ovejas; y también los príncipes, por su parte, dieron al pueblo mil bueyes y diez mil ovejas. Hubo, pues, gran número de sacerdotes que se habían santificado. 25 Todo el pueblo de Judá estaba rebosando de alegría, lo mismo sacerdotes y levitas, que la muchedumbre venida de Israel, que los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel o habitaban en Judá. 26 Fue grande la solemnidad celebrada en Jerusalén, tal cual nunca la hubo desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel. 27Levantáronse después los sacerdotes y levitas y bendijeron al pueblo, y fue oída su voz, y llegó su oración al santuario de los cielos.

 

Los sacerdotes y levitas hicieron penitencia y ofrecieron holocaustos en la casa de Yahvé. En vez de los padres de familia, fueron los sacerdotes los que inmolaron los corderos pascuales. La fiesta de los ácimos duró siete días (Lev 23:6; Deut 16:3). Perdonó Dios a los de Efraím, Manases, Isacar y Zabulón que comieron la pascua sin purificarse. Los cielos son la morada de la santidad de Yahvé (Deut 26:15; Jer 25:30).

 

Reforma del culto (31:1-21).

1 Después de todo esto, los de Israel que habían venido fueron por las ciudades de Judá y destrozaron los cipos, abatieron las "aseras" y derribaron del todo los altos y los altares de todo Judá y Benjamín y en Efraím y Manases. Luego todos los hijos de Israel se volvieron a sus ciudades, cada uno a su posesión, 2 Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y de los levitas, según sus divisiones, cada uno según sus funciones, sacerdotes y levitas, para los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, para el servicio, para los cantos y alabanzas, y las puertas de la casa de Yahvé. 3 El rey dio una parte de sus bienes para los holocaustos, para los holocaustos de la mañana y de la tarde, para los holocaustos de los sábados, de los novilunios y de las fiestas, como están prescritos en la Ley de Yahvé. 4 Mandó al pueblo y a los habitantes de Jerusalén que dieran su porción a los sacerdotes y a los levitas, para que éstos observasen fielmente la Ley de Yahvé. 5 Cuando la cosa se extendió, los hijos de Israel dieron en abundancia las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y de todos los productos del campo, y trajeron también en abundancia el diezmo de todo. 6 Igualmente, los hijos de Israel y de Judá que habitaban en las ciudades de Judá dieron el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas santas que eran consagradas a Yahvé, su Dios, y de que se hicieron muchos montones. 7 Comenzó a hacerse el cúmulo el tercer mes y se acabó el mes séptimo. 8 Ezequías y los jefes vinieron a ver los montones y bendijeron a Yahvé y a su pueblo, Israel. 9 Preguntó Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones, 10 y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le respondió: "Desde que se ha comenzado a traer ofrendas a la casa de Yahvé herno! comido, nos hemos saciado y hemos dejado mucho de sobra, porque Yahvé ha bendecido a su pueblo, y he aquí la gran cantidad que todavía queda," 11 Ezequías dio orden de preparar las cámaras de la casa de Yahvé, y se prepararon. 12 Lleváronse a ellas fielmente las ofrendas, el diezmo y las cosas consagradas. El levita Gañanías tuvo la intendencia de ellas, y su hermano Simeí era su segundo. 13 Jejiel, Azarías, Najat, Asael, Jerimot, Jozabal, Elieí, Jismaquía, Majat y Benaya estaban empleados bajo la dirección de Gañanías y de su hermano Simeí, según las órdenes del rey Ezequías y las de Azarías, jefe de la casa de Dios. 14 El levita Coré, hijo de Jimna, portero de la puerta de oriente, tenía la intendencia de las donaciones voluntarias hechas a Dios, para distribuir lo que se presentaba a Yahvé por elevación y las cosas santísimas. 15 En las ciudades sacerdotales, Edén, Minyamín, Jesúa, Semeyas, Amarías y Secamías estaban a sus órdenes para hacer fielmente las distribuciones a sus hermanos, grandes o pequeños, según lo que les correspondía; 16 a los varones registrados de tres años arriba, y a todos los que diariamente entraban en la casa de Yahvé para hacer su servicio según sus funciones y según sus divisiones, 17 y a los sacerdotes registrados según sus casas paternas, y a los levitas de veinte años arriba, según sus funciones y según sus divisiones; 18 y a los de toda la congregación registrados con todos sus niños, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, porque se consagraban fielmente al servicio del santuario. 19 Y para los hijos de Aarón, los sacerdotes, que habitaban en los campos, en los suburbios de sus ciudades, había en cada ciudad hombres nominalmente designados para distribuirles sus porciones a todos los varones de los sacerdotes y a todos los levitas registrados. 20 Esto hizo Ezequías en todo Judá; hizo lo bueno y lo recto y lo verdadero ante Yahvé, su Dios. Obraba con toda la rectitud de su corazón, 21 y prosperó en cuanto emprendió, buscando a su Dios, para el servicio de la casa de Dios, por la Ley y los mandamientos.

 

El rey procedió a la purificación de Israel, destruyendo todos los altares, estatuas, las bamoth y cuanto sabía a herejía. Reorganizó las clases sacerdotales y levíticas (8:14; 1 Crón 23:655). Exhortó al pueblo a pagar los diezmos y primicias a los sacerdotes y levitas (Deut 7:13; 11:14; Lev 27:30-32), lo que hizo puntualmente. Para recibir aquellos dones se aparejaron las cámaras de la casa de Yahvé (1 Crón 9:21; 23:28), a cuyo cuidado y custodia estaban los levitas. En todo prosperó Ezequías, "buscando a su Dios por el servicio de la casa de Dios, por la Ley y los mandamientos."

 

Invasión de Senaquerib (32:1-33).

1 Después de estas cosas y de estos actos de fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiría, que invadió Judá y puso sitio a las ciudades fuertes para apoderarse de ellas. 2 Ezequías, viendo que había venido Senaquerib y que se proponía atacar Jerusalén, 3 tuvo consejo con los príncipes y los más valerosos de los oficiales, proponiendo si se cegarían las fuentes de aguas que había fuera de la ciudad, y ellos le apoyaron. 4 Una gran muchedumbre se reunió, y cegaron todas las fuentes y el arroyo que corría por el medio del territorio, diciendo: "¿Por qué habrán de hallar los reyes de Asiría, cuando vengan, provisión de agua?" 5 Ezequías cobró ánimo y reparó también con gran cuidado todas las murallas que habían sido derribadas, alzó en ellas torres y una antemuralla; reparó el terraplén de la ciudad de David e hizo armas de toda suerte y escudos. 6 Nombró jefes para mandar el ejército y, reuniendo luego a todo el mundo en la plaza de la puerta de la ciudad, les habló al corazón, di-ciendo: 7 "Esforzaos y confortaos; no temáis; no os dé miedo el rey de Asiría y toda esa muchedumbre que trae, porque más son los que con nosotros están que los que están con él 8 El tiene el brazo de carne; pero con nosotros está Yahvé, nuestro Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates." El pueblo cobró valor con las palabras de Ezequías, rey de Judá. 9 Después de esto, Senaquerib, rey de Asiría, que combatía a Laquis con todo su poder, mandó emisarios a Jerusalén para decir a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén: 10 "Así dice Senaquerib, rey de Asiría: ¿En quién confiáis vosotros para estaros quietos, cercados en Jerusalén? 11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a la muerte, al hambre, a la sed, diciendo: Yahvé, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiría? 12 ¿No es Ezequías el que ha hecho desaparecer sus altos y sus altares, diciendo a Judá y a Jerusalén: Sólo ante este altar adoraréis y quemaréis perfumes? 13 ¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho con todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron acaso los dioses de esas gentes librar sus tierras de mis manos? 14 ¿Qué dios de entre los dioses de esas gentes que destruyeron mis padres pudo salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo, pues, va a poder vuestro Dios libraros de mi mano? 15 Que no os engañe, pues, Ezequías; cuando tal cosa quiera persuadiros, no le creáis; que si ningún dios de los de todas esas naciones y reinos pudo librar a sus pueblos de mis manos y de las manos de mis padres, ¡cuánto menos podrá vuestro Dios libraros de mis manos!" 16 Otras cosas más añadieron los emisarios de Senaquerib contra Yahvé y contra Ezequías, su siervo. 17 Escribió, además, cartas en que blasfemaba de Yahvé, Dios de Israel, y hablaba contra El, diciendo: "Lo mismo que los dioses de las gentes de las tierras no pudieron librar a sus pueblos de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos." 18 Y hablaban en voz muy alta, en judío, al pueblo de Jerusalén que se hallaba en las murallas, para asustarlos y hacerlos entrar en temor, para apoderarse de la ciudad. 19 Hablaron contra el Dios de Jerusalén, lo mismo que contra los dioses de las gentes de la tierra, obra de manos de hombres. 20 Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amos, opusieron sus oraciones a estas blasfemias y clamaron al cielo; 21 y Yahvé envió un ángel, que mató a cuantos fuertes y valerosos había en el ejército del rey de los asirios y al jefe que los mandaba; y Senaquerib se volvió con afrenta a su tierra, y allí, entrando en el templo de su dios, hijos suyos, que de él habían salido, le mataron a espada. 22 Así libró Yahvé a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de la mano de Senaquerib, rey de los asirios, y de las manos de todos, y les dio la paz con todos sus reinos. 23 Mu chos de éstos aún trajeron a Jerusalén víctimas para ofrecer allí sacrificios a Yahvé y presentes a Ezequías, rey de Juda, cuya fama fue luego muy grande entre todas las naciones. 24 Por aquel entonces cayó enfermo de muerte Ezequías y rogó a Yahvé, que le escuchó, dándole una señal de su curación. 25 Pero no correspondió Ezequías al bien que le había sido hecho; antes se ensoberbeció su corazón, y se encendió la ira de Yahvé contra él y contra Judá y Jerusalén. 26 Pero Ezequías, después de haberse engreído su corazón, se humilló, y se humillaron con él los moradores de Jerusalén, y no vino sobre ellos la ira de Yahvé en los días de Ezequías. 27 Tuvo Ezequías riquezas y gloria sobremanera, y reunió tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de aromas, de escudos y de cuantas alhajas son de desear. 28 Asimismo tuvo depósitos para almacenar las rentas de trigo, vino y aceite, y establos para las bestias y apriscos para sus ganados. 29 Hízose también ciudades para él, pues tenía una gran muchedumbre de rebaños, de ovejas y de toda suerte de ganado mayor, por haberle dado Dios mucha hacienda. 30 Este mismo Ezequías fue el que cubrió los manantiales de las aguas de Guijón de Arriba, y condujo las aguas bajo tierra a occidente de la ciudad de David, y salió con cuanto emprendió. 31 Dios, sin embargo, para probarle y para que descubriese lo que tenía en su corazón, le dejó en lo de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que vinieron a él para informarse del prodigio que había acaecido en la tierra. 32 El resto de los hechos de Ezequías, de todas sus buenas obras, escrito está en las profecías de Isaías, profeta, hijo de Amos, y en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 33 Durmióse Ezequías con sus padres, y fue sepultado en un lugar más eminente que los sepulcros de los reyes, hijos de David, y todo Judá y Jerusalén celebraron sus funerales. Le sucedió Manases, su hijo.

 

Salvo pocas novedades (v.2-8), el presente capítulo alude a hechos narrados en 2 Re 18:13; 17-37; 19:14-15; 35-37; 20:12-21; Is 36:1-22; c.37-39. El trato amistoso dado a los enviados de Me-rodacbaladán significa una mancha en la vida de Ezequías (1 Re 20:12-19). Porque su vida fue agradable a Dios, le fueron concedidas muchas riquezas.

 

Deshace Manases la obra de Ezequías (33:1-10 = 2. Re 21:1-18)

1 Doce años tenía Manases cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. 2 Hizo el mal a los ojos de Yahvé, conforme a las abominaciones de las gentes que Yahvé había arrojado ante los hijos de Israel, 3 y, volviéndose, reedificó los altos que había derribado Ezequías, su padre; levantó altares a los baales, se hizo "aseras" y adoró a toda la milicia de los cielos y les sirvió. 4 Alzó también altares en la casa de Yahvé, de la que había dicho Yahvé: "En Jerusalén estará mi nombre perpetuamente"; 5 pero los alzó en honor de toda la milicia del cielo, en los dos atrios del templo de Yahvé. 6 Pasó a sus hijos por el fuego en el valle de Ben Hinnón; observaba los sueños y los augurios, se dio a la magia, teniendo cerca de sí magos y encantadores, e hizo mucho mal ante Yahvé, irritándole. 7 Puso, además, una estatua fundida en la casa de Dios, de la que había dicho Yahvé hablando a David y a Salomón su hijo: "Estableceré para siempre mi nombre en esta casa en Jerusalén, que he elegido entre todas las tribus de Israel 8 y no removeré el pie de Israel de la tierra que yo di a vuestros padres, siempre que ellos guarden y pongan por obra cuanto yo les he mandado, toda la Ley, mandamientos y precepto que les he dado por mano de Moisés." 9 Descarrió Manases a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer peor todavía que las gentes que Yahvé destruyó ante los hijos de Israel. 10 j-ja-bló Yahvé a Manases y a su pueblo, pero ellos no le escucharon.

 

Entregóse por completo a la idolatría, siendo calificado repetidamente de ser el rey más impío de Judá (2 Re 23:26; 4:3-4).

 

Conversión del rey (33:11-20).

11 Por lo que trajo Yahvé contra ellos a los jefes del ejército del rey de los asirios, que apresaron a Manases y, cargado de grillos y cadenas, se lo llevaron a Babilonia. 12 Cuando se vio en la angustia, oró a Yahvé, su Dios, humillándose grandemente ante el Dios de sus padres. 13 Gimió y le dirigió instantes súplicas, y fue atendido, pues oyó su oración y le volvió a Jerusalén, a su reino. Entonces conoció Manases que Yahvé es Dios. 14 Después de esto reedificó la muralla exterior de la ciudad de David, a occidente de Guijón, en el valle, desde la entrada de la puerta del pescado, continuándola hasta Ofel y elevándola considerablemente, y puso jefes del ejército en todas las ciudades fuertes de Judá. 15Hizo desaparecer los dioses ajenos y quitó de la casa de Yahvé el ídolo y todos los altares que había alzado en el monte de la casa de Yahvé y en Jerusalén, y los hizo arrojar todos fuera de la ciudad. 16 Restableció el altar de Yahvé, y sobre él ofreció víctimas y sacrificios pacíficos y eucarísticos, y mandó a Judá que sirviese a Yahvé, Dios de Israel. 17 Pero el pueblo seguía sacrificando en los altos, aunque sólo a Yahvé, Dios de Israel. 18 El resto de los hechos de Manases, su oración a Dios y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Yahvé, Dios de Israel, escrito está en el libro de los reyes de Israel. 19También su oración, y cómo fue oído, y todos sus pecados y prevaricaciones, los lugares donde edificó altos y puso "aseras" e ídolos antes de humillarse, todo está escrito en la historia de los videntes. 20 Durmióse Manases con sus padres y fue sepultado en el jardín de su casa. Le sucedió Amón, su hijo.

 

A causa de sus pecados, Dios le castigó enviando sobre él a los asirios, que, cazándolo con garfios (Ez 19:9; Job 40:26), le llevaron cautivo a Babilonia. En tal estado trató de apaciguar a Yahvé con la oración, humillándose ante Dios. Entonces conoció Manases que Yahvé es Dios (v.13). Como consecuencia, hizo desaparecer los dioses extranjeros y todo cuanto tenía resabio de idolatría, mandando a Judá que sirviese al Dios de Israel.

 

Reinado de Amón (33:21-25 = 2 Re 21:19-26).

21 Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. 22 Hizo el mal a los ojos de Yahvé, como lo había hecho Manases, su padre, pues sirvió y sacrificó Amón a todos los ídolos que había hecho su padre; 23 pero nunca se humilló delante de Yahvé, como se humilló Manases, su padre; antes cometió crímenes mucho más grandes. 24 Conspiraron contra él sus servidores, y le mataron en su casa. 25 El pueblo dio muerte a los que habían matado a Amón, y puso por rey en su lugar a Josías, su hijo.

 

El v.23 es una reflexión propia del autor de nuestro libro; lo otro es paralelo al texto del libro de los Reyes.

 

Josías, rey de Judá (34:1-13).

l Ocho años tenía Josías cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. 2 Hizo lo recto a los ojos de Yahvé y anduvo por los caminos de David, su padre, sin apartarse de ellos ni a la derecha ni a la izquierda. 3 A los ocho años de su reinado, siendo aún mozo, comenzó a buscar al Dios de David, su padre, y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y Jerusalén de altos, "aseras" esculturas e imágenes de fundición. 4 Derribaron en su presencia los altares de los baales e hizo pedazos los ídolos que estaban en ellos, abatió las "aseras" y desmenuzó las esculturas y fundiciones, esparciendo el polvo sobre las sepulturas de los que les habían sacrificado. 5 Quemó los huesos de los sacerdotes de los ídolos sobre sus altares y limpió a Judá y Jerusalén. 6 Igual hizo en las ciudades de Manases, Efraím y Simeón, hasta Neftalí, 7 y después de haber derribado los altares y las "aseras" y de haber roto y desmenuzado las esculturas y destruido todos los ídolos por la tierra de Israel, se volvió a Jerusalén. 8 A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y el templo, mandó a Safan, hijo de Asalías, y a Maasías, gobernador de la ciudad, y a Juaj, hijo de Joajaz, cronista, que reparasen la casa de Yahvé, su Dios. 9 Vinieron éstos a Helcías, sumo sacerdote, y recibido de él el dinero que había sido puesto en la casa de Yahvé y el que los levitas y porteros habían recaudado de Manases y Efraím y de todo el resto de Israel, así como de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén, 10 lo entregaron a los encargados de las obras de reparación del templo, para restaurarlo y reparar las ruinas. Estos dieron el dinero a los maestros encargados de las obras de la casa de Yahvé, 11 los cuales lo entregaban a los obreros que trabajaban para restaurar y reparar la casa, a los carpinteros y canteros, para que comprasen piedra en las canteras y maderas para las techumbres de los edificios que habían destruido los reyes de Judá. 12 Estos hombres se portaron con probidad en sus trabajos. Estaban bajo la vigilancia de Jajat y Abdías, levitas, de entre los hijos de Merarí, y de Zacarías y Mesulam, de entre los caatitas, todos ellos háhiles músicos, 13 que vigilaban las obras y dirigían a los obreros ocupados en los diversos trabajos; había además otros levitas que hacían de secretarios, comisarios y porteros.

 

Nuestro libro hace preceder una reforma religiosa al hallazgo del libro de la Ley. Josías emprendió el trabajo de destrucción de la idolatría y reparación de la casa de Yahvé.

 

Hallazgo del libro de la Ley (34:14-28a = 2Re 22:8-13).

14 Cuando se sacaba el dinero llevado a la casa de Yahvé, Helcías, sacerdote, encontró el libro de la Ley de Yahvé, dado por mano de Moisés. 15 Entonces Helcías, tomando la palabra, dijo a Safan, secretario: "He encontrado el libro de la Ley en la casa de Yahvé"; y se lo entregó a Safan. 16 Safan llevó el libro al rey y le dio cuenta del hallazgo, diciendo: "Tus siervos han hecho cuanto les has mandado, 17 reuniendo el dinero que había en la casa de Yahvé y entregándoselo a los inspectores y a los obreros." 18 Y Safan, secretario, añadió: "El sacerdote Helcías me ha dado este libro"; y Safan lo leyó ante el rey. 19 Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras 20 y dio esta orden a Helcías, a Ajicam, hijo de Safan; a Abdón, hijo de Miqueas; a Safan, secretario, y a Asaya, servidor del rey: 21 "Id y consultad a Yahvé, por mí y por el resto que queda en Israel y en Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado; porque grande es la cólera de Yahvé, que se ha derramado sobre nosotros por no haber guardado nuestros padres la palabra de Yahvé y no haber puesto por obra todo lo que en este libro está escrito." 22 Helcías y los que con él había designado el rey fueron a la profetisa Julda, mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de Jasra, guarda del vestuario, que habitaba en Jerusalén, en el otro barrio de la ciudad. Después que ellos le manifestaron lo que tenían que decirle, 23 ella les respondió: "Así habla Yahvé, Dios de Israel: Decid al que a mí os envía: Así habla Yahvé: 24 Yo voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes todas las maldiciones escritas en el libro que ha sido leído ante el rey de Judá, 25 porque me han abandonado y han ofrecido perfumes a otros dioses, irritándome con todas las obras de sus manos; mi cólera se derramará sobre este lugar y no se extinguirá. 26 Pero decid al rey de Judá, que os ha mandado a consultar a Yahvé: Así habla Yahvé, Dios de Israel, acerca de las palabras que has oído: 27 Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado ante Dios al oír sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes; porque has rasgado tus vestiduras y has llorado ante Yahvé, también yo he oído, dice Yahvé, 28a y tú te recogerás a tus padres y bajarás en paz al sepulcro y no verán tus ojos todas las desventuras que yo he de hacer venir sobre este lugar y sobre sus habitantes."

 

Se refiere el hecho siguiendo casi literalmente el texto paralelo de Reyes, excepto el v.14, que es propio de nuestro autor.

 

Reforma religiosa (34:28-33 = 2 Re 23:1-3).

28b Ellos llevaron al rey esta respuesta. 29 El rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén; 30 y subió luego a la casa de Yahvé con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y los levitas y todo el pueblo, desde el más grande al más chico, y leyó delante de todos las palabras del libro de la alianza que había sido encontrado en la casa de Yahvé. 31 Estaba el rey sobre su estrado y renovó la alianza ante Yahvé, obligándose a seguir a Yahvé y a guardar sus mandamientos, sus preceptos y sus leyes con todo el corazón y toda el alma, poniendo por obra las palabras de la alianza escritas en el libro. 32 Hizo entrar en el pacto a todos los que se hallaban en Judá y Benjamín, y los moradores de Jerusalén hicieron según la alianza de Yahvé, Dios de sus padres. 33 Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel y obligó a todos cuantos se hallaban en Israel a servir a Yahvé, su Dios. Durante toda su vida no se apartó de Yahvé, Dios de sus padres.

 

Solemne celebración de la pascua (35:1-19 = 2 Re. 23:21-29)

1 Josías celebró la pascua en honor de Yahvé en Jerusalén, y se inmoló la pascua el día catorce del primer mes. 2 Estableció a los sacerdotes en sus funciones y los animó al servicio de la casa de Yahvé. 3 Dijo a los levitas que enseñaban a Israel y estaban consagrados a Yahvé: "Colocada el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel, ya no tenéis que trasladarla en hombros. Servid ahora a Yahvé, vuestro Dios, y a su pueblo Israel. 4 Aprestaos todos según vuestras casas paternas, según vuestras divisiones, conforme a la ordenación escrita por David, rey de Israel, y de Salomón, su hijo; 5 ocupad vuestros puestos en el santuario según las diversas casas paternas de vuestros hermanos los hijos del pueblo y según la clasificación de las casas paternas de los levitas. 6 Inmolad la pascua, santifícaos y preparadla para vuestros hermanos, conformándoos a las palabras de Yahvé pronunciadas por Moisés." 7Josías dio a las gentes del pueblo, a cuantos allí se hallaban, corderos y cabritos en número de treinta mil, todo para la pascua, y tres mil bueyes, todo de la hacienda del rey. 8 Sus jefes hicieron voluntariamente un presente al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Helcías, Zacarías y Jejiel, príncipes de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes para la pascua dos mil seiscientos corderos y trescientos bueyes. 9 Conaya, Seme-yas y Natanael, sus hermanos Jasabía, Jeiel y Jozabad, jefes de los levitas, dieron a los levitas para la pascua cinco mil corderos y quinientos bueyes. 10 Organizóse el servicio, y los sacerdotes y levitas ocuparon sus puestos, según sus divisiones, conforme a la orden del rey. 11 Inmolaron la pascua; los sacerdotes derramaron la sangre que recibían de mano de los levitas, y los levitas desollaron las víctimas. 12 Pusieron aparte los holocaustos para dárselos a las varias casas paternas de las gentes del pueblo para que se los ofreciesen a Yahvé, como está escrito en el librode Moisés. Lo mismo hicieron con los bueyes. 13 Asaron la pascua al fuego, como está ordenado, y cocieron las cosas santas en calderas, calderos y sartenes, distribuyéndolas diligentemente al pueblo. 14 Luego prepararon lo que era para ellos y para los sacerdotes, pues los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron hasta la noche ocupados en ofrecer los holocaustos y sebos; por eso los levitas hubieron de preparar para ellos y para los sacerdotes, hijos de Aarón. 15 Los cantores, hijos de Asaf estaban en sus puestos, según las órdenes de David, de Asaf de Hernán y de Jedutún, vidente del rey; y los porteros, cada uno en su puerta; no tuvieron que abandonar sus oficios, porque sus hermanos los levitas prepararon lo que era para ellos. 16 Así se organizó aquel día todo el servicio de Yahvé para celebrar la pascua y para ofrecer holocaustos en el altar de Yahvé, según las órdenes del rey Josías. 17 Los hijos de Israel que se hallaban allí celebraron entonces la pascua y la fiesta de los ácimos durante siete días. 18 Ninguna pascua semejante a ésta se había celebrado en Israel desde los días de Samuel, profeta, y ningún rey de Israel había celebrado una pascua semejante a esta que celebraron Josías, los sacerdotes y los levitas, todo Judá e Israel que allí se hallaba y los habitantes de Jerusaléii. 19 Fue el año dieciocho del reinado de Josías cuando se celebró esta pascua.

 

Nuestro texto es una ampliación de la noticia dada por el autor del libro de los Reyes. Supone el texto que el arca de la alianza no estaba en el debir, de donde acaso había sido retirada por el impío Manases o por el mismo Josías con motivo de hacer algunas reparaciones en el lugar (34:8-13). Sacerdotes y levitas juegan un papel decisivo en la fiesta de la pascua.

 

Muerte de Josías (35:20-27 = Re 22:23-28).

20 Después de esto, después de haber reparado Josías la casa de Yahvé, Necao, rey de Egipto, subió para combatir en Carquernis, a orillas del Eufrates. Josías le salió al paso, 21 y Necao le mandó emisarios que le dijeran: "¿Qué hay entre ti y mí, rey de Judá? No es contra ti contra quien voy yo ahora; es contra una casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha dicho que me apresure. No te opongas, pues, a Dios, que está conmigo, no te destruya." 22 Pero Josías no se retiró y se disfrazó para entrar en el combate sin escuchar las palabras de Necao, que venían de la boca de Dios. Avanzó para atacarle en el valle de Megiddo. 23 Los arqueros tiraron contra el rey Josías, y el rey dijo a sus servidores: "Retiradme, que estoy gravemente herido." 24 Los servidores le sacaron de aquel carro y le pusieron en otro y le llevaron a Jerusalén. Murió y fue sepultada en el sepulcro de sus padres. Todo Judá y Jerusalén lloraron a Josías, 25 y Jeremías compuso una lamentación sobre Josías, que cantan todavía hoy los cantores y cantoras en sus lamentaciones sobre Josías, habiendo venido a ser esta costumbre como ley en Israel. Están escritas entre las lamentaciones. 26 El resto de los hechos de Josías, todas sus buenas obras, conforme a lo mandado en la Ley de Yahvé, 27 sus hechos primeros y postreros, escrito está en el libro de los reyes de Israel y Judá.

 

Necao, que en nombre de Dios (v.22) iba a combatir al rey de Asiría, mata, en contra de su voluntad, al rey de Judá. Jeremías le dedicó una lamentación (Jer 22:10; 15; 18). En Zacarías 12:11-14 se cita una lamentación en la llanura de Megiddo.

 

Reinado de Joajaz (36:1-4 = 2 Re 23:30-34).

1 El pueblo tomó a Joajaz, hijo de Josías, y le hicieron rey en lugar de su padre en Jerusalén. 2 Veintitrés años tenía Joajaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. 3 El rey de Egipto le depuso en Jerusalén y castigó al pueblo con una contribución de cien talentos de plata y un talento de oro. 4 El rey de Egipto puso por rey sobre Judá a Eliaquim, hermano de Joajaz, mudándole el nombre por el de Joaquim. Necao cogió a su hermano Joajaz y se lo llevó a Egipto.

 

Joaquim, rey de Judá (36:5-8 = 2 Re 23:36-37).

5 Veinticinco años tenía Joaquim cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Hizo el mal a los ojos de Yahvé, su Dios. 6Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra él y le cargó de cadenas de bronce para conducirle a Babilonia. 7 Llevóse Nabucodonosor a Babilonia los utensilios de la casa de Yahvé y los puso en su palacio de Babilonia. 8 El resto de los hechos de Joaquim, las abominaciones que cometió y lo que en él se halló, escrito está en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Le sucedió Joaquim, su hijo.

 

El rey fue deportado a Babilonia; Nabucodonosor saqueó el templo. Parece que en época tardía se atribuyeron a Joaquim hechos que sucedieron en tiempos de Joaquín (Dan 1:1-2).

 

El rey Joaquín (36:9-10 = 2 Re 24:8-10).

9 Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Hizo el mal a los ojos de Yahvé. 10 A la vuelta del año mandó el rey Nabucodonosor que le llevasen a Babilonia con los vasos preciosos de la casa de Yahvé, y puso en su lugar por rey a Sedecías, su hermano, sobre Judá y Jerusalén.

 

Sedecías, rey (36:11-13 = 2 Re 18:20; Jer 52:1-3).

11 Veintiún años tenía Sedecías cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. 12 Hizo el mal a los ojos de Yahvé, su Dios, y no se humilló ante Jeremías, profeta, que le habló de parte de Yahvé. 13 Rebelóse asimismo contra Tabucodonosor, al cual había por Dios jurado fidelidad, y endureció su cerviz, y, obstinándose su corazón, no se volvió a Yahvé, el Dios de Israel.

 

Como noticia nueva cabe señalar que Sedéelas no se humilló ante el profeta Jeremías (v.12b).

 

La nación judaica (36:14-16).

14 También todos los príncipes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron sus prevaricaciones, siguiendo las abominaciones de las gentes y contaminando la casa de Yahvé, que él había santificado en Jerusalén. 15 Yahvé, Dios de sus padres, les mandó sus mensajeros constantemente para amonestarlos, pues quería perdonar a su pueblo y a su casa. 16 Pero ellos hicieron escarnio de los mensajeros de Dios y menospreciaron sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Dios contra su pueblo y ya no hubo remedio.

 

Es como un resumen de la historia religiosa de Israel, tejida de múltiples y universales transgresiones y apostasías, causa de la ruina del reino y de la humillante cautividad de Babilonia. Constantemente les envió Dios profetas para que amonestaran a su pueblo, pues Yahvé "quería perdonar a su pueblo y a su casa." Pero el pueblo rebelde y de dura cerviz hizo escarnio de los mensajeros divinos, burlándose de los profetas. Viendo que no había muestras de arrepentimiento, decidió Dios castigar a su pueblo.

 

El fin (36:17-21=2 Re 25:9-10; 14ss).

17 Trajo contra ellos el rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus mancebos en la casa de su santuario, sin perdonar a mancebo ni a doncella, a viejo ni a encanecido. A todos los entregó en sus manos. 18 Nabucodonosor llevó a Babilonia todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y pequeños; los tesoros de la casa de Yahvé y los del palacio del rey y los de sus jefes. 19 Quemaron la casa de Dios, demolieron las murallas de Jerusalén, dieron al fuego todos sus palacios y destruyeron todos los objetos preciosos. 20 A los que habían escapado a la espada llevólos Nabucodonosor cautivos a Babilonia, y allí le estuvieron sujetos a él y a sus hijos hasta la dominación del reino de Persia, 21 para que se cumpliese la palabra de Yahvé pronunciada por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo reposado sus sábados, descansando todo el tiempo que estuvo devastada hasta que se cumplieron los setenta años.

 

La profecía atribuida a Jeremías (11:12; 29:10) combina un texto del Levítico (26:34-35) y los pasajes en que el profeta habla de una cautividad de setenta años en Babilonia (Jer 25:11-12; 27:7; 29:10).

 

Hacia el futuro (36:22-23 = Esdr 1:1-3a).

22 El año primero de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Yahvé pronunciada por boca de Jeremías, Yahvé suscitó el espíritu de Ciro, rey de Persia, que hizo publicar de viva voz y por escrito, por todo su reino, este decreto: 23 "Así habla Ciro, rey de Persia: Yahvé, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado edificarle una casa en Jerusalén, en Judá. ¿Quién de entre vosotros es de su pueblo? Que suba, y Yahvé sea con él."

 

Estos dos versos se leen al comienzo del libro de Esdras; son como un colofón que anuncia la historia del regreso del exilio y la reconstrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén, surgiendo a su sombra con nuevos bríos la comunidad del pueblo judío.