Vivir de cara al Padre
Autor: P. Horacio Bojorge
Capítulo 4: La justicia final y el reino de los cielos
1) "Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de
los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos" . Este dicho de
Jesucristo relaciona la justicia filial y el Reino de los Cielos. ¿Qué tipo de
relación existe entre ambos? ¿Se trata de una misma realidad con dos nombres
según se la considere desde distintos aspectos? A mi parecer ambas expresiones
se refieren a la misma condición filial: el Reino al ser hijo, la
Justicia al obrar filialmente. El que es hijo, obra como hijo. El obrar
filial es la justicia filial. Y el ser filial es el Reino.
Justicia
2) En las Sagradas Escrituras se le dice justo al hombre grato a Dios. Quién
le es grato lo dice Dios, no lo dice, - menos aún lo decide -, el hombre. Es
Dios quien lo encuentra y declara justo. No se trata, por lo tanto, de lo que
puedan juzgar u opinar los hombres acerca de alguien, ni siquiera de lo que yo
pueda juzgar acerca de mí mismo, sino de cómo nos considera Dios. Es necesaria
una revelación de lo que Dios considera grato a sus ojos y en quién se complace.
3) San Pablo afirma "A mí lo que menos me importa es ser juzgado por
vosotros o por un tribunal humano. ¡Ni siquiera me juzgo a mí mismo! Es cierto
que mi conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado . Mi juez
es el Señor" .
4) El hombre vive, pues, ante el juicio de Dios. Él es su creador y quien
puede decir si vive como creatura según las diversas manifestaciones y
revelaciones de su voluntad en las diversas alianzas. Una es la justicia de Adán
y Eva en el Paraíso. Otra la justicia pre-diluviana de Noé. Otra la justicia de
Abraham. Otra la de Moisés. Una la justicia de los escribas y fariseos, otra la
justicia filial.
5) De Revelación en Revelación, de Alianza en Alianza, de dispensación en
dispensación y de ley en ley, se progresa hasta llegar a la justicia filial: "De
una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros
Padres; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien
instituyó heredero de todo, por quien también hizo todos los mundos" . Al avance
en la manifestación de Dios y su voluntad corresponde un avance en la justicia
de los que le son gratos, hasta culminar en la justicia del Hijo, que es reflejo
fiel de la justicia divina.
Carácter concreto y personal de la justicia bíblica
6) En los textos bíblicos, el concepto de justicia es derivado de la
contemplación de los arquetipos de hombres justos. Lo principal es el ejemplo de
los justos. Para los autores inspirados, es más importante el ejemplo concreto,
el arquetipo, que la idea abstracta. Por eso, la Sagrada Escritura nos brinda
una galería de hombres que Dios ha hallado y declarado justos, desde Abel hasta
Cristo y sus discípulos. La reflexión sapiencial, sin despegarse de los
arquetipos concretos que nos ofrecen el Pentateuco y los libros históricos y
proféticos, reflexionará sobre la justicia de los justos.
Justicia: escucha, obediencia
7) La justicia bíblica es por lo tanto, en el hombre justo concreto y
arquetípico, la capacidad para abrirse a la revelación divina que ocurre por la
Palabra y comportarse religiosamente ante Dios, de manera que le sea grato.
Cuando Dios habla, el hombre es invitado a escuchar la Palabra con fe y a actuar
en consecuencia. "El justo vive en su fe" dice Habacuc . Pablo expresa en otro
lugar esta íntima relación entre fe y vida-obediente que hace justos a los
hijos: "Porque en él [en el evangelio] se revela la justicia de Dios de fe en
fe" .
8) De ahí las invitaciones a escuchar que son sinónimas de invitaciones a
obedecer: Abraham creyó y su fe le fue reputada por justicia ; después, Abraham
obedeció cuando se dispuso a sacrificar a su hijo .
9) El pueblo de Dios es invitado a escuchar y obedecer cumpliendo el
decálogo: "Escucha Israel" .
10) Es justo, para Dios, el hombre que escucha la palabra de Dios y la
cumple. Como le dice Jesús a la mujer que proclamaba dichosos "el seno que te
llevó y los pechos que te amamantaron": "Bienaventurados más bien los que
escuchan la palabra de Dios y la guardan" . Enderezando la alabanza de la mujer,
Jesús proclama bienaventurada, justa, a su madre, por haber escuchado, guardado
en su Corazón y cumplido la Palabra que se le dirigió.
La palabra de Jesús es la palabra del Padre: Él mismo es el Verbo del Padre
11) En el Nuevo Testamento Dios habla por medio de su Hijo - su Verbo hecho
hombre - y somos invitados a escucharlo, creerle y vivir según sus enseñanzas:
"Este es mi hijo amado, escuchadlo" .
12) Escuchar la Palabra de Dios y obedecerle poniéndola en práctica, es,
según Jesús, la forma de entrar en parentesco con él, haciéndose hijo con el
Hijo: "Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi
madre" .
13) Jesús habla solamente lo que le oye decir al Padre: "El [Padre] que
me ha enviado es veraz y lo que oigo de Él es lo que hablo al mundo" . "Yo no he
hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que
tengo que decir y hablar" .
14) Por lo tanto exige que sus palabras sean escuchadas y cumplidas como
Palabras del Padre: "Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en
práctica será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca... el que
oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica es como el hombre insensato"
.
Él es nuestra justicia
15) A partir de Jesucristo, la justicia, lo que Dios mismo considera grato
consiste en escuchar al Hijo que nos comunica la voluntad de Dios como Padre
amoroso y nos enseña, yendo adelante con su ejemplo, a obedecerle gozosamente
como hijos amorosos.
16) En esto consiste la justicia filial, a la que Jesús se refiere como
vuestra justicia cuando habla a sus discípulos.
17) La nueva justicia filial está personificada en Jesucristo: perfecto
arquetipo filial. Así lo dice Pablo: "De Él [de Dios Padre] os viene que estéis
en Cristo Jesús, al cual hizo Dios [Padre] para vosotros sabiduría, justicia,
santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: El que se
gloríe se gloríe en el Señor" .
18) Por eso los Apóstoles pueden referirse a Jesucristo como el Justo:
"vosotros rechazasteis al Santo y al Justo" .
Vuestra Justicia
19) Hemos llegado así a la plenitud de la revelación de la voluntad de Dios
y a la perfecta justicia. La de su Hijo Jesucristo. "Y hubo una voz del cielo:
´Tú eres mi hijo amado en ti me complazco´ . "Y vino una voz desde la nube:
´Este es mi hijo amado, en quien me complazco: escuchadlo" .
20) Pablo enseña que el beneplácito de Dios, o sea la voluntad de Dios,
se ha revelado por Nuestro Señor Jesucristo y que ha elegido a los creyentes
desde antes de la creación del mundo, con un designio eterno: "eligiéndonos de
antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el
beneplácito de su voluntad" .
Hijos agradables al Padre: La justicia filial
21) Todo el Sermón de la Montaña puede considerarse como una amplia
descripción de cómo es y en qué consiste la vida filial, por lo tanto, la
justicia filial. Lo que es grato al Padre, para considerar que alguien vive como
hijo, conforme al modelo de su Hijo bien amado, en quien Él tiene su
complacencia.
22) Estamos pues invitados a la justicia filial. Esta es la nueva y
definitiva justicia, insuperable e insuperada a los ojos de Dios: ser hijos como
el Hijo, hijos en el Hijo: obedientes como el Hijo, glorificadores del Padre
como el Hijo, en todo semejantes a Cristo y al Padre: en la perfección de la
caridad, en la misericordia, en la santidad.
23) Veamos algunas características de esa justicia filial, que ha de ser
la nuestra si es que queremos ser gratos al Padre, viviendo como el Hijo,
viviendo como hijos.
24) A esta nueva justicia se ingresa por la re-generación, la
palingenesía: "Vosotros, los que me habéis seguido en la regeneración" .
Seguir a Jesús no es simplemente aprender una doctrina, es seguirlo por el
camino de la generación divina. Su vida humana espeja temporalmente lo
que es la generación eterna del Verbo. Y nos ofrece una participación en esa
comunión de vida.
25) Así lo explica Jesús a Nicodemo: "Jesús le respondió: En verdad, en
verdad te digo, el que no nazca de nuevo y de lo alto, no puede ver el Reino de
Dios"... "el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de
Dios" . Para Juan el Reino de Dios es también equivalente a la condición filial.
26) Hemos dichos que ésta es la justicia a la que Jesús designa, hablando
a sus discípulos, de vuestra justicia: "Porque os digo que, si vuestra justicia
no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los
Cielos" . "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para
ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre
que está en los cielos" .
27) Esta justicia es motivo, es cierto, para que unos los persigan, como
anuncia la octava bienaventuranza , pero también es motivo para que otros,
viendo las obras filiales, las que el Padre les concede hacer, glorifiquen al
Padre . La justicia filial y aún la gloria filial, tienen por fin glorificar al
Padre: Toda lengua proclame que Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre" .
Justicia filial y bienaventuranza
28) Las bienaventuranzas son un retrato del Hijo, y de sus discípulos,
porque aprenden del Hijo a vivir como Hijos. Son por lo tanto, en alguna medida,
el retrato hablado de la justicia filial.
29) La primera y la octava bienaventuranza, de manera particular,
proclaman que, quienes las viven ya están la posesión del Reino, es decir, ya
son hijos, viven la justicia filial, porque considerados justos por el Padre:
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos" ; "Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia (filial)
porque de ellos es el Reino de los Cielos" . De ellos es (¡en presente!) el
Reino de los Cielos.
Justicia filial y pobreza de espíritu
30) Ellos son pobres de espíritu, porque, recibiéndose gratuitamente del
Padre por generación continua y eterna, no son dueños de sí mismos, todo lo
reciben del Padre y lo reconocen no considerándose dueños de nada, sino
reconociendo el dominio del Padre: "¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo
has recibido, a qué gloriarte como si no lo hubieras recibido" . Puede gloriarse
el Padre, y tú le has de dar la gloria a Él de quien todo lo recibes, pues te
engendra y da la vida, te inspira obras y palabras y en todo te precede con su
gracia.
31) De ahí que los hijos viven teniéndolo todo, pero no poseyendo nada .
Todo es suyo, menos ellos mismos, porque son de Cristo y Cristo tampoco se
pertenece a sí mismo, porque es de Dios . Volveré sobre esto en el comentario de
la primera bienaventuranza.
Persecución por causa de la justicia filial
32) Jesús y sus discípulos son perseguidos por causa de la justicia filial.
La están viviendo ya y están sufriendo la persecución que ella acarrea. Por
tanto son justos ya, a los ojos del Padre. La octava Bienaventuranza anuda en
sí, la persecución, el Reino y la justicia filial. De los que son como ellos
dice Jesús: "Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
tribulaciones" . "Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros”
.
33) Esta Bienaventuranza, como se ve, anuda en sí la justicia filial, la
persecución y el Reino. Como dirán los apóstoles: "Es necesario que pasemos por
muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" .
La nueva justicia filial supera las antiguas llevándolas a su cumplimiento
34) Jesús mismo distingue la justicia filial de otras formas anteriores de
justicia que él viene a superar llevándolas a su cumplimiento o perfección:
"Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos" .
35) Esta superación de una justicia por otra consistirá en la
participación en la perfección de la Caridad del Padre. Esta es la medida de la
nueva justicia: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial" .
36) Todo el pasaje de este capítulo quinto, entre los versículos 20 al 48
repite una y otra vez el contraste entre una justicia y otra dando ejemplos de
cómo la justicia filial debe superar a la de los escribas y fariseos: Habéis
oído que se dijo... pero yo os digo .
37) Parece que el común denominador de todos estos hechos que Jesús
enumera, es que la nueva justicia consiste en renunciar a lo que se opone a la
perfección de la caridad, al amor perfecto: la ira, la contumelia, la lujuria,
el divorcio, el juramento falso, la mentira, la violencia aún en defensa propia,
el rencor o la ira contra los enemigos. Es renunciando a todo lo que se opone al
amor perfecto, como se realiza en los hijos, la divina regeneración y
filialización. Y en esto consiste su justicia a los ojos del Padre.
La justicia filial: vivir de cara al Padre como el Tú principal y recibirse
de Él
38) "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser
vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que
está en los cielos" . En la sección que encabeza esta advertencia solícita del
Hermano mayor, la justicia filial se manifiesta en que el Tú principal para el
discípulo, ha de ser el Padre. Esto lo libera al justo cristiano de la
esclavitud de la opinión humana .
39) Limosna, oración y ayuno son un trípode religioso y de la piedad que
conocen también el Islam y el Judaísmo. Lo característico del trípode cristiano
es que realizando estas obras de piedad y religión de cara al Padre y en lo
secreto, el discípulo es filializado en ellas.
40) A quien practique estas cosas de cara al Padre y en lo secreto, el
Padre "le dará de Sí" (en griego: apodósei) .
Mateo 5, 20
En griego: dedikaiomai
1ª Corintios 4,3-4
Hebreos , 1,1-2
Habacuc 2,4 texto profético que retoma Hebreos 10, 38 y Gálatas 3, 11: "El justo
vive de fe"
Romanos 1, 17
Génesis 15, 6
Génesis 22,12
Deuteronomio 6, 4
Lucas 11, 28
Marcos 9,7 y paralelos
Marcos 3, 35; ver Mateo 12, 50; Lucas 8, 21
Juan 8, 26
Juan 12, 49
Mateo 7, 24-26
1ª Corintios 1, 30-31
Hechos 3, 14
Marcos 1, 11
Marcos 9, 7
Efesios 1, 5
Mateo 5-7
Mateo 19, 28
Juan 3, 3.5
Mateo 5, 20
Mateo 6, 1
Mateo 5, 11
Mateo 5, 16
Filipenses 2, 11
Mateo 5, 3
Mateo 5, 10
1ª Corintios 4,7
2ª Corintios 6, 10
1ª Corintios 3, 21-23
Lucas 22, 38
Juan 15, 20
Hechos 14, 22
Mateo 5, 20
Mateo 5, 48
Mateo 5, 21-22. 27-28. 31-32. 33-34. 38-39 43-44
Mateo 6, 1
Ver el ejemplo de san Pablo en 1ª Corintios 4, 4.
Prefiero traducir así este verbo que muchas versiones traducen premiará o
recompensará. Esas versiones corrientes hacen pensar en algo ajeno a la
condición filial misma. El verbo apodósei, "dar de, o desde" me sugiere que lo
que da el Padre, es de Sí mismo, la vida, la perfección de la caridad, la
misericordia, la santidad, la conciencia filial misma. Volveré a tratar de esta
expresión en otro capítulo.