ECLESALIA, 13 de febrero de 2004

SAN VALENTÍN
El cura que cura de los “amores civilizados”
LEONARDO BELDERRAIN
ARGENTINA

ECLESALIA.- “Yo no quiero un amor civilizado... yo no quiero catorce de febrero...Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.” (Joaquín Sabina)

En la época del Emperador romano Claudio II se prohibió mediante un edicto el matrimonio. A partir de entonces el amor “civilizado” pretendió ser el de las gestas bélicas. Mediante estas prohibiciones se intentaba acotar las deserciones militares. Fue entonces cuando el obispo Valentín encabezó un movimiento de resistencia, y clandestinamente casaba a las parejas que no confiaban en ese modelo “civilizador. La "insurrección" de Valentín pronto fue descubierta y, ante la imposibilidad de reducirlo a la obediencia, fue martirizado. 200 años después el Papa Gelasio lo proclama "Patrono de los Enamorados. De allí que se diga en la piedad popular europea “se mi Valentín” intentando que alguien perciba lo mas puro de nuestra historia de amor y la refuerce.

También una antigua creencia Inglesa dice que las aves escogen su pareja en Febrero 14 otorgando al día un ímpetu animista. El Día de San Valentín probablemente surgió de una combinación de tradiciones al aguardo de la primavera, tan propicia como aquí para los enamorados.

Otra tradición dice que Valentín era un Cristiano que hizo amistad con muchos niños. Los Romanos lo apresaron porque se rehusó a adorar los dioses de aquel sistema. Se dice que veía a Dios en todos los hombres, especialmente en los pequeños y no solo en el Emperador . Los niños extrañaban a Valentín y le tiraban notas a través de las rejas de su ventana. Este cuento puede explicar por qué las personas intercambian mensajes en el Día de San Valentín y trasciende a las parejas porque en realidad es un día para quienes aman con pasión y por eso nos hacen sentir Dios ver a Dios y Él viene a visitarnos.

Otra historia, cuenta que el santo le restauró la vista a la hija de su carcelero. Allí quedó la creencia de que Valentín podía devolver la vista a los que imponen cierto amor civilizado si por un día deciden dejar que las cosas transcurran, sin intentar manipular y encarcelar la realidad. Valentín fue ejecutado en Febrero 14 cerca del 269 A. D. Su nombre significa gallardo o amante, luz del mundo y sal de la tierra.

En el imaginario popular y en el inconsciente colectivo de mucha gente sencilla San Valentín es el santo de los enamorados que nos preserva de los que se creen bien alineados, que dicen ser civilizados pero nunca llegan a amar realmente, porque viven sin pasión historias opacas.

En las nuevas aldeas globales los “amores civilizados” se caracterizan como dijera Sabina por tener columpio en el jardín, paseos por el mercado, vecinas con pucheros; calor de invernadero; cumpleaños feliz. El otro propone "volvamos a empezar".

Aquel amor cobarde, calculador, que no muere por el otro, es condenado por el poeta por barroco y empalagoso, porque lleva al infierno, porque en el fondo no muere por nadie. Quien sabe por esto resulta sacrílego el 14 de febrero para Sabina. El amor valentino “cuando no muere mata porque amores que matan nunca mueren”. Que bueno preguntarnos en este día por quién damos la vida, quién la da por nosotros. Que Valentín nos devuelva la vista par vivir nuestra historia de amor con gallardía y pasión bendiciendo a todos lo que se aman.