¿Qué piensa usted del cristianismo?

«Yo me pregunto muchas cosas. Y, sobre todo, ésta: ¿Cómo es posible que 800 millones de cristianos sean tan poco capaces de transformar este mundo, un mundo de terror, de opresión, de miedo? Cristo ha dicho: «en el mundo tendréis miedo, pero confiad, yo he vencido al mundo.» Yo noto, veo, oigo, experimento muy poco que los cristianos hayan vencido al mundo y se hayan liberado del miedo,

del miedo en la jungla económica, donde acechan las fieras,

del miedo de los judíos,

del miedo del negro,

del miedo de los niños,

del miedo de los enfermos.

Un mundo cristiano debería ser un mundo sin miedo. Nuestro mundo no es cristiano porque el miedo no mengua, sino que crece; no el miedo, sino el miedo a la vida y a los hombres, a los poderes y situaciones; el miedo al hambre y a la tortura, el miedo a la guerra... Los cristianos no han vencido al mundo, se han acomodado a él y han sido vencidos. No se es cristiano, se pertenece «al campo cristiano»; no se cree en Cristo, sino que se «está en el cristianismo».

La otra visión, sin embargo, es mucho más horripilante: ¿cómo sería el mundo si no hubiera existido Cristo en la historia? Dejo a cada uno el imaginarse la pesadilla de un mundo pagano o de un mundo en el cual la impiedad se practicara consecuentemente: dejar al hombre en manos del hombre. En ningún lugar del evangelio encuentro justificación para la opresión, el asesinato, la violencia. El cristiano que se hace culpable de ello es culpable.

Entre cristianos es posible la misericordia. Y, de vez en cuando, existen los cristianos. Donde surge un cristiano, allí el mundo se asombra. 800 millones de hombres tienen la posibilidad de asombrar al mundo. Tal vez alguno haga uso de esta posibilidad.

Incluso el peor mundo cristiano sería preferible al mejor mundo pagano, porque en el mundo cristiano hay lugar para aquellos a quienes ningún mundo pagano dio cabida. Hay no sólo lugar, sino también amor a los aparentemente inútiles. Yo creo en Cristo. Y yo creo que 800 millones de cristianos pueden cambiar el rostro de esta tierra. Invito a mis contemporáneos a imaginarse y representarse un mundo en el que Cristo no hubiera existido. Yo creo que un mundo sin Cristo convertiría a los ateos en adventistas (en hombres llenos de nostalgia).»

Heinrich Böll