Autor: Francisco de
P. Cardona lira
Manipulación: para lograr "mis" objetivos Toda persona que use a los
demás para alcanzar sus deseos, es un manipulador
¿Qué es la manipulación?
Manipular es el emplear alguna cosa, un papel, una piedra, un lápiz, un pedazo
de tela, etc., para lograr un objetivo que una persona tenga.
Las cosas se manipulan. Sin embargo, hay muchas personas que consideran a
otras personas como cosas, y las manejan, las manipulan, como si en realidad
lo fueran.
La manipulación de personas es una degradación a la dignidad humana, pues cada
persona tiene un valor incalculable, que merece todo el respeto a su
naturaleza como tal. Quien manipula usa a los demás como si fueran cosas, como
quien se quita o pone un calcetín. ¡Qué vileza es esta acción!. Quien manipula
no reconoce la dignidad de los demás, quienes son reducidos a la condición de
cosas. “¡Eres una cosa! ¡Te uso mientras me sirvas! ¡Mientras satisfagas
alguno de mis caprichos, placeres o intenciones!” Esta es la mentalidad del
manipulador. No le importan las personas. Únicamente le importa lograr sus me
tas y satisfacer sus deseos.
La manipulación es lo más denigrante para la persona humana.
¿Quién manipula?
Toda persona que use a los demás para alcanzar sus deseos, es un manipulador.
Por ejemplo, quien usa la pornografía o acude con una prostituta, manipula a
la mujer pues la usa para satisfacer sus placeres; o quien engaña para obtener
beneficios personales, como el hacer un fraude en la tiendita de la esquina:
“¡Engañé al tendero! No se dio cuenta que eran puras mentiras lo que le dije”.
¿Cómo se manipula?
Hay varias formas de manipulación. Unas que manipulan a una persona, otras que
los hacen con poblaciones enteras. En ambos casos, el manipulador busca, como
decíamos, satisfacer sus intereses propios.
Quien manipula a una persona puede ser un padre de familia que usa a sus hijos
para satisfacer su comodidad o capricho. Quiere que sus hijos, o su esposa, o
su esposo, hagan lo que desea. Por ejemplo, cuando el padre exige
violentamente que le atiendan en casa, sin importar el cansancio de los demás,
ni sus necesidades personales. No quiere y ordena que todos estén a su
servicio incondicional. O cuando una madre amenaza a sus hijos para que la
dejen tranquila y pueda ver sus telenovelas, sin importarle las tareas, las
necesidades o las dificultades de sus hijos. “¡Vete a tu cuarto y no me
molestes!”.
Cuando la manipulación busca que toda una población se comporte como uno o
unos cuantos desean que así lo hagan. Por ejemplo, muchos anuncios
publicitarios buscan que la población compre tal o cual producto, sin explicar
si realmente es necesario o no. Buscan los centavos de los habitantes, y nada
más. No les importa lo que vaya a suceder. Un caso extremos es la droga. El
único interés del narcotraficante el dinero del drogadicto. No le importa lo
que a éste último se le vaya a causar o dañar.
¿Qué características comunes tienen todos
los actos manipulado res?
1.En todo acto de manipulación encontramos al menos a dos personas: al
manipulador y al que es manipulado.
2.Como son dos personas, necesariamente tiene que haber decisiones de ambas:
La del manipulador, que libremente busca usar al otro; y la del manipulado
que, por miedo, engaño o presión decide someterse al manipulador.
3.Encontramos, también, que todo manipulador busca satisfacer sus propios
deseos o caprichos, sin importarle la dignidad de los demás. Su única medida
es su propio provecho, a costa de la denigración de la persona a quien
manipula. Se puede decir que el manipulador es un egoísta consumado, que se ve
a sí mismo con dignidad, pero que niega la de los demás.
4.En todo acto manipulador se emplea a la verdad como elemento característico,
pero a la verdad reducida a un solo aspecto. Por ejemplo, cuando un padre o
una madre de familia obliga a sus hijos a servirle según sus caprichos, apela
a que es el padre o la madre . Esa es la verdad: es el padre o la madre del
niño, a quien, por ser progenitor, hay que respetar y obedecer. Sin embargo,
esa es únicamente parte de la verdad, pues los hijos son personas al igual que
los papás; merecen el respeto a su dignidad; obedecer no quiere decir que
cumplan ciegamente los caprichos de los padres, o que por el hecho de ser
papás, los hijos ya son sus servidores o criados. En este caso, la madre o el
padre manipulador usa su condición de progenitor para su conveniencia,
reduciendo la verdad de la paternidad o de la maternidad a un solo aspecto de
éstas: la obediencia filial de los hijos.
Algo similar sucede en las grandes manipulaciones de la sociedad. Se presenta
a una parte de la verdad como si lo fuera ésta, todo. Por ejemplo, el caso de
aquel desodorante que por el hecho de usarlo ya dará seguridad a quien lo
compra. Sí, da la seguridad que uno no va a oler mal, pero entre eso y
adquirir seguridad para enfrentarse a los problemas de la vida, h a y un gran
abismo.
5.En todo acto de manipulación la intención es lograr que el manipulado
presente un comportamiento preestablecido por el manipulador. Por tanto, entre
menor sea la reflexión del primero, mayor será la garantía para el segundo. De
aquí que la ignorancia, el miedo o el falseamiento de los argumentos, se
encuentren en este acto, o al menos uno de ellos.
6.En toda manipulación se busca que el manipulado no se percate del engaño o
de las intenciones del manipulador, pues de hacerlo, lo más probables es que
este último no se deje manipular. Por tanto, suele haber sutiles comentarios,
bajo el pretexto de un falso respeto hacia el manipulado.
7.Otro gran aspecto de la manipulación es que, astutamente, no se definen con
exactitud las cosas, dejando abierto el contexto y el fondo de la acción. Por
ejemplo, cuando a alguien le comentan: “Se dice en todo el pueblo, que no
sabes tratar a la gente, que eres un inconsiderado, un mal educado…”. Nunc a
te aclararán ni quien lo dice, ni el por qué, ni en qué circunstancias. “¡Ah!
Todo el pueblo es la tía Eufrosina y la tía Dorotea, que están molestas porque
no me acordé de ellas el día de su cumpleaños!”. Entre esto y “todo el pueblo”
hay gran diferencia.
8.En toda acción manipuladora se juega con los verdaderos valores, pues se
usan como pretexto para que la acción aparente basarse en ellos, aunque,
realmente, los niega.
¿Cuáles son los tipos más frecuentes
de manipulación?
1.La manipulación semántica o de las palabras.
2.La manipulación publicitaria.
3.La manipulación de la sexualidad.
4.La manipulación de los valores.
1. La manipulación semántica o de las palabras
Esta manipulación consiste en vaciar a una palabra de su auténtico
significado, para darle otro conveniente a los intereses de algunos.
Generalmente se reduce ese significado a una parte de él, nada más. Por
ejemplo, la pal abra amor. Actualmente se dice que amar es un sentimiento. Se
reduce la grandeza del amor al mero enamoramiento. Más aún, hacer el amor es
reducir la grandeza del amor a la mera unión carnal en busca de placer.
Recordemos que amar es buscar el bien de la persona que se ama. En el amor
como sentimiento, el beneficiado es quien siente el enamoramiento. Nadie puede
sentir lo que el otro siente. Si busco el bien de quien amo basado en el
enamoramiento, realmente estoy buscando mi propio bien, pues yo son quien
siento el enamoramiento. ¡Me estoy amando a mí mismo! ¡Soy egoísta! ¡Lo más
contrario al amor!. Y, ¿qué decir de hacer el amor? ¿Acaso no busco únicamente
mi placer carnal a costa del cuerpo de la otra persona?
Si hablamos de “sexo”, “libertad”, “felicidad”, “paternidad responsable”,
“amor a la patria”, etc., lo más probable es que no estemos hablando del mismo
tema.
La manipulación semántica es verdaderamente peligrosa.
2. La manipulación publ icitaria
Nos encontramos ante uno de los peligros más frecuentes que se presentan en la
vida cotidiana: la manipulación publicitaria. No toda esta publicidad es
manipuladora. No. Sin embargo, muy frecuentes son los anuncios que buscan
ganar la “libre” voluntad y decisión de los consumidores para adquirir los
productos. La intención, pues, se encuentra en que, sea como sea, hay que
lograr que el público compre el producto que se presenta.
Habrá manipulación cuando la publicidad no facilita la reflexión, sino que
únicamente “fabrica” las razones para consumir.
Recordemos que cuando se acude a las tendencias inferiores del ser humano, es
decir, a las tendencias afectivas y biológicas o se falsea la verdad, se cae
en manipulación. Porque la voluntad del consumidor decidirá movido por esas
tendencias, y no por razones que iluminen su inteligencia.
En el mundo de la publicidad es bien conocido que el hombre tiende a llevarse
por sus sentimien tos o por sus tendencias biológicas. Por ello, en pocas
ocasiones te hablan realmente con razones válidas, con las ventajas y
desventajas reales del producto, sino que, más bien, se enfocan a producirte
la necesidad afectiva, cómoda, placentera de consumir ese producto.
Generalmente la publicidad une siempre al producto con un deseo o valor. Por
ejemplo, si quieres ser feliz, usa pantalones “Trives”; si deseas sentirte a
la moda, usa calcetines “Confort”; si anhelas tener pegue con las mujeres, usa
la loción “Hombre”, etc.
El placer, la comodidad, la libertad, la sensación, la felicidad,…, son los
argumentos que se emplean para vender los productos.
Si se añaden las imágenes a las palabras, más eficaz será la publicidad:
modelos guapas, paisajes placenteros, acciones atrevidas, gestos de
satisfacción, etc.
3. La manipulación de los valores
La manipulación de los valores afecta directamente a las fibras más íntimas
del ser humano. Procura reducir a la persona humana a un mero consumidor de
productos novedosos en un clima de vaciedad y de confusión.
Observa lo que sucede con la moda, la sociedad permisiva, los cambios
acelerados y precipitados que afectan a la sociedad, las demás formas de
manipulación, la crisis permanente de valores, y descubrirás cómo se manipula
en los valores.
La consecuencia más delicada y grave de esta manipulación de los valores se
manifiesta en dos campos:
A) El grave desorden y desorientación en las costumbres de la sociedad.
B) El rápido incremento de la angustia, la soledad y el aburrimiento.
Los valores han sido manipulados según la conveniencia de algunos cuantos. Por
ejemplo, el valor de la auténtica libertad, que implica la responsabilidad de
los actos y de sus consecuencias, se ha trastocado por el placer de hacer lo
que a mí me parezca, mientras no afecte a los demás.
Actualmente se consi dera que todo lo que es nuevo, por el simple hecho de
serlo, es bueno, mientras que todo lo viejo, por el hecho de serlo, es malo.
Por otro lado, independientemente de lo que sea, si la mayoría de la gente lo
hace, es bueno. Por ello, todo lo que la moda dicta, independientemente de lo
que sea, ha de ser la ley de la vida, nos dice la publicidad.
Los valores se van trasgiversando, hasta lograr que la mentalidad de la
sociedad se adecue a éstos, producto de la manipulación.