CORONA
DE ADVIENTO
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La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. ¿Qué significa? ¿Cómo encender las velas?
La
corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo
de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la
vida...
Dios se hace presente en la vida de cada ser humano y de cualquier manera le
hace sentir su amor y deseo de salvarle.
La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en
que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de
adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.
Actualmente hay inquietud por reavivar una costumbre muy significativa y de
gran ayuda para vivir este tiempo: La corona o guirnalda de Adviento es el
primer anuncio de Navidad.
La corona es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el
color la esperanza y la vida. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del
amor de Dios que nos envuelve y también de nuestro amor que espera con
ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro de círculo se colocan
las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa o bien todas blancas)
para encenderse una cada domingo de Adviento. La luz de la vela simboliza
nuestra fe.
El conjunto se sitúa cerca del altar o del ambón de la Palabra, si es en la
Iglesia, o en un lugar adecuado si se utiliza en un ambiente familiar o
escolar.
En Navidad se puede añadir una quinta vela blanca, hasta el final del tiempo
de Navidad y si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con
la corona: se tiene que ver que la Navidad es más importante que la espera del
Adviento.
La corona, que procede del Norte (países escandinavos, Alemania), tiene raíces
simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma
redonda como eternidad. Simbolismos que se vieron muy coherentes con el
misterio de la Navidad cristiana y que pasaron fácilmente a los países del
sur.
Se ha convertido rápidamente en un simpático elemento complementario de
pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida,
junto a otros ciertamente más importantes, como son las lecturas bíblicas, los
textos de oración y el repertorio de cantos.
I DOMINGO DE ADVIENTO
ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo. Acto de Contrición.
LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura del santo evangelio
según san Marcos 13,33: “Estén preparados y vigilando, ya que nos saben
cual será el momento”.
REFLEXIÓN.
Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del
Señor, que quiere entrar, este año más que el pasado, en nuestra existencia,
para darle sentido total y salvarnos.
ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.
Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su
lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta
primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para
recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos
adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la
paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor
Jesús!
CONCLUSIÓN. Padrenuestro.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvos. Amén.
II DOMINGO DE ADVIENTO
ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo. Acto de Contrición.
LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14: ”Nosotros esperamos según la
promesa de Dios cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la
justicia. Por eso, queridos hermanos, durante esta espera, esfuércense para
que Dios los halle sin mancha ni culpa, viviendo en paz".
REFLEXIÓN. ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿
Se notará que creemos de veras en Cristo?
ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.
Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está
rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne... Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que
florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la
esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
CONCLUSIÓN. Padrenuestro.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
III DOMINGO DE ADVIENTO
ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo.
Acto de Contrición.
LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 5,23: ”Que el propio Dios
de la paz los santifique, llevándolos a la perfección. Guárdense enteramente,
sin mancha, en todo su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de
Cristo Jesús, nuestro Señor”.
REFLEXIÓN. Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta
Navidad. Pero sí verán a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más
amor, más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?
ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.
Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó
una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus
caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el
día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el
que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha
tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos,
envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!
CONCLUSIÓN. Padrenuestro.
Guía:
Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
IV DOMINGO DE ADVIENTO
ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo.
Acto de Contrición.
LITURGIA DE LA PALABRA. Primera lectura, de Rm 13,13-14: "Conduzcámonos como en pleno día, con
dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada
de riñas ni pendencias. Vestios del Señor Jesucristo". Segunda lectura,
de 2 Tes. 1,6-7: "Es justo a los ojos de Dios pagar con
alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se
revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las
aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes".
Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7): "Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento."
REFLEXIÓN. La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la
prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda
separar del amor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le
reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba
el amor inmaculado que lo recibe. Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo
que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
ENCENDIDO
DE LA VELA. Oración.
CONCLUSIÓN. Padrenuestro.
Guía: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos
conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
ALBERTO RAMÍREZ MOZQUEDA, Estados Unidos