2. PIO-XII/JUDIOS

Un prestigioso historiador reconoce el papel de Pío XII para auxiliar a las víctimas de la II Guerra Mundial

El Papa empleó su fortuna personal para "comprar" la libertad de judíos

Dado que yo era un amante de la libertad, cuando tuvo lugar la revolución (nazi) en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad.

(·Einstein-Albert. Revista "Time" del 23 de diciembre de 1940)

El Papa Pío XII fue víctima de una grave calumnia en lo que respecta a su papel durante los difíciles acontecimientos de la II Guerra Mundial. Esta es la opinión del padre Pierre Blet, único historiador que aún vive de un equipo de prestigiosos investigadores jesuitas - Burkhart Schneider, Angelo Martini, Robert A. Graham- que fueron nombrados por el Papa Pablo VI para estudiar las acciones de la Santa Sede durante la II Guerra Mundial.

12 volúmenes de información

Estos tuvieron acceso a los Archivos Secretos Vaticanos. Los resultados de la investigación ocuparon 12 volúmenes y fueron dados a conocer entre los años 1965 y 1982 con el título "Actes et Documents du Saint-Siege relatifs ˆ la Seconde Guerre Mondiale". La enorme extensión de esta obra, 12.000 páginas, hace que su divulgación sea limitada y que sea conocida por pocas personas. Por este motivo, el padre Pierre Blet, acaba de publicar un volumen de carácter divulgativo que lleva por título "Pie XII et la Seconde Guerre Mondiale d'aprs les archives du Vatican" para ofrecer al gran público una exposición documentada de la realidad histórica. Pierre Blet ha sido profesor durante 17 años de historia diplomática en la Academia Pontificia Eclesiástica, institución en la que se forman los diplomáticos de la Santa Sede, y es profesor emérito de Historia Moderna de la Facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia Universidad Gregoriana.

"Es lamentable que los historiadores modernos guarden silencio sobre el papel que jugó el Papa (Pío XII) en las relaciones internacionales durante el período previo a la guerra y durante el conflicto", afirma Pierre Blet. "El Papa Pío XII, más que cualquier individuo, condujo diversas iniciativas en su esfuerzo de evitar la guerra y reconstruir la paz. Para ello se valió de sus discursos públicos, sus apelaciones a los gobiernos y los gobernantes y la diplomacia secreta". Por ejemplo, el Papa llamó en 1939 a una conferencia de paz que iba a involucrar a Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y Polonia. Fue un esfuerzo de último momento para evitar la matanza que se avecinaba.

Pasaba información a los aliados

El padre Blet ha negado tajantemente que el Papa Pío XII tuviera alguna simpatía para con el régimen nazi de Alemania. "Es falso", ha dicho Blet en una entrevista. "Un documento de la Oficina de Relaciones Exteriores prueba que el Papa Pío XII estaba en contacto con los generales alemanes que estaban conspirando para derrocar a Hitler". La negativa de Gran Bretaña a apoyar a estos generales hizo fracasar la campaña internacional para respaldar a los conspiradores. Existe otro documento que revela que el Santo Padre informó secretamente a los embajadores británico y francés sobre la fecha de la ofensiva planeada por los alemanes para invadir Bélgica y Francia por las Ardenas. "Esta información fue de vital importancia y el Papa Pío XII no dudó en hacerla conocer", explicó el P. Blet.

El historiador jesuita ha insistido en que una denuncia pública del holocausto nazi contra las minorías raciales, especialmente la judía y otras, conjuntamente con prisioneros de guerra, intelectuales, líderes cristianos y sacerdotes católicos, solamente hubiera incrementado el terrible sufrimiento de los pueblos sojuzgados por la barbarie nazista. Los responsables de la Cruz Roja llegaron a la misma conclusión. El padre Blet citó el testimonio de Robert Kemper, un jurisconsulto norteamericano que sirvió como vicepresidente del Tribunal de NŸremberg. Según Kemper, "todos los argumentos y escritos usados eventualmente por la Jerarquía católica contra Hitler habrían significado un suicidio; la ejecución de los judíos habría precedido la eliminación sistemática de sacerdotes católicos".

Agradecimiento de los judíos

El Padre Blet ha empleado el término "calumnia" cuando hizo referencia a las versiones que el Papa Pío XII no auxilió a los refugiados judíos. Los archivos están llenos de evidencia de que la comunidad judía recibió enorme ayuda de la Santa Sede. Existen múltiples expresiones de agradecimiento de judíos auxiliados. El Papa empleó su fortuna personal para "comprar" la libertad de judíos en ruta a los campos de exterminio. Legados Apostólicos en Croacia, Hungría y Rumania, actuando bajo órdenes directas del Papa, lograron detener deportaciones.

Una vez más la verdad se va abriendo camino. Muchos recordarán el fundamental testimonio de Israel Zolli, Gran Rabino de Roma, que al convertirse al Catolicismo y recibir el Bautismo tomó el nombre de Eugenio en gratitud al Papa Pío XII -Eugenio Pacelli-, por su ayuda silenciosa pero sumamente eficaz al pueblo judío en Roma durante la ocupación nazi. Y así los testimonios históricos se pueden ir sumando apoyando la tesis del Padre Blet y otros historiadores serios que se fundan en hechos y no en posiciones ideológicas.

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3. ANTISEMITISMO/RAICES

El Papa afirma que el antisemitismo es totalmente condenable

Celebrado en Roma un simposio sobre las "Raíces del antijudaísmo en ambiente cristiano"

"En el mundo cristiano -yo no digo por parte de la Iglesia en cuanto tal- han circulado durante demasiado tiempo interpretaciones erróneas e injustas del Nuevo Testamento relativas al pueblo judío y a su pretendida culpabilidad, engendrando sentimientos de hostilidad hacia ese pueblo". Las palabras que pronunció Juan Pablo II ante los participantes del simposio sobre las "Raíces del antijudaísmo en ambiente cristiano", celebrado en el Vaticano, están llamadas a pasar a la historia.

Forman parte del "examen de conciencia" que el Pontífice ha pedido que realicen todos los cristianos para cruzar purificados el umbral del tercer milenio. Al mismo tiempo, suponen un análisis serio y profundo de la historia de las relaciones entre los cristianos y los hebreos.

Estos sentimientos de hostilidad hacia el pueblo judío, explicó el Santo Padre, "han contribuido a adormecer muchas conciencias, de manera que, cuando se desencadenó la ola de persecuciones inspiradas por un antisemitismo pagano que, en su esencia, era también anticristiano, junto a los cristianos que hicieron todo lo posible para salvar a los perseguidos hasta poner en peligro su vida, la resistencia espiritual de muchos no estuvo a la altura de lo que la humanidad tenía derecho a esperar de parte de los discípulos de Cristo".

Tras confirmar que "el antisemitismo es, sin justificación alguna, totalmente condenable", el Santo Padre hizo un repaso del origen del pueblo judío, cuya existencia "no es simplemente un hecho natural o cultural", sino un "hecho sobrenatural". "Este pueblo persevera contra viento y marea por el hecho de ser el pueblo de la alianza y porque, a pesar de las infidelidades de los hombres, Dios es fiel a su Alianza".

Juan Pablo II va más allá todavía hasta afirmar que quienes consideran que el origen y el mundo judíos de Jesús no son más que "simples hechos culturales contingentes, que pueden ser sustituidos por otra tradición religiosa... no sólo ignoran el sentido de la historia de la salvación, sino que incluso ponen en tela de juicio la verdad misma de la Encarnación y hacen imposible una auténtica concepción de la inculturación".

Estas afirmaciones del Papa no son nuevas. Para demostrarlo cita a sus antecesores Pío XI -autor de la encíclica "Mit brennender Sorge", 1937- y al injustamente criticado Pío XII -quien durante su pontificado condenó durísimamente el racismo-. Este último, Eugenio Pacelli, a quien se le reprocha el silencio, "recordó la ley de la solidaridad humana y de la caridad hacia todo hombre, independientemente del pueblo al que pertenezca", afirma el Papa Wojtyla. "El racismo, por tanto, es una negación de la identidad más profunda del ser humano, persona creada a imagen y semejanza de Dios".

El caso de las persecuciones nazis contra los judíos, en las que perdieron la vida seis millones de hijos del pueblo de Israel, revisten, según el Obispo de Roma, una especial gravedad. "A la malicia de todo genocidio se le añade, con la "shoah" -el holocausto de los judíos- la malicia de un odio que ataca el plan salvífico de Dios sobre la historia. La Iglesia se ve también afectada por este odio".

El jubileo del año 2000, centrado en la persona de Cristo, pretende ser una oportunidad privilegiada para solucionar los malentendidos históricos.

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4. HOLOCAUSTO-JUDIO JUDIOS/CRS/RELACIONES

El Holocausto contra el pueblo judío, una catástrofe que jamás se debe repetir

Hecho publico el documento vaticano "Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah"

Este documento tiene que ser entendido como un paso ulterior en el camino trazado por el Concilio Vaticano II en nuestras relaciones con el pueblo hebreo. En la carta que el Santo Padre me envió el 12 de marzo para acompañar la publicación del nuevo documento sobre el Holocausto, expresa la ferviente esperanza de que "ayude verdaderamente a curar las heridas de las incomprensiones e injusticias del pasado". Con estas palabras el cardenal Edward Idris Cassidy, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos y de la Comisión para las relaciones con el Hebraísmo, abrió el pasado lunes en Roma la rueda de prensa de presentación del documento Nosotros recordamos: una reflexión sobre la "Shoah". Shoah es el término utilizado por el pueblo judío para referirse al Holocausto, el genocidio nazi perpetrado contra el pueblo hebreo en el que perdieron la vida seis millones de judíos.

Ofrecemos para nuestros lectores un a recopilación de textos del mencionado documento facilitados por el Servicio de Información Vaticana.

I. La tragedia de la 'Shoah' y el deber de recordar

Este siglo ha sido testigo de una horrible tragedia que no puede ser olvidada nunca: el intento del régimen nazi de exterminar al pueblo judío, con el consiguiente asesinato de millones de judíos. Hombres y mujeres, viejos y jóvenes, niños y bebés, por la mera razón de su origen judío, fueron perseguidos y deportados. Algunos fueron asesinados inmediatamente, mientras que otros fueron degradados, maltratados, torturados, despojados totalmente de su dignidad humana y, a continuación, asesinados. (...) Esto fue la 'Shoah'. Ante este horrible genocidio nadie puede permanecer indiferente, y menos que nadie la Iglesia. (...)

II. Lo que debemos recordar

Al dar su testimonio único del Santo de Israel y de la 'Torah', el pueblo judío ha sufrido mucho en diferentes épocas y en muchos lugares. Pero la 'Shoah' fue ciertamente el peor sufrimiento de todos. (...) La propia magnitud del crimen suscita muchas preguntas. (...) Pero un evento tal no puede ser medido plenamente tan sólo con los criterios ordinarios. (...) El hecho de que la 'Shoah' haya sucedido en Europa, esto es, en países de larga civilización cristiana, plantea la cuestión de la relación entre la persecución nazi y las actitudes de los cristianos hacia los judíos a lo largo de los siglos.

III. Relaciones entre judíos y cristianos

La historia de las relaciones entre judíos y cristianos es una historia atormentada. (...) En efecto, el balance de estas relaciones durante los dos milenios ha sido bastante negativo. En el mundo cristiano -no digo por parte de la Iglesia en cuanto tal- han circulado durante demasiado tiempo interpretaciones erróneas e injustas del Nuevo Testamento con respecto al pueblo judío y su presunta culpabilidad; ello ha generado sentimientos de hostilidad hacia este pueblo' (Juan Pablo II). Tales interpretaciones del Nuevo Testamento han sido total y definitivamente rechazadas por el Vaticano II.

Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, los judíos habían alcanzado generalmente una posición de igualdad con otros ciudadanos. (...) Pero en este mismo contexto histórico, especialmente en el siglo XIX, nació un nacionalismo exacerbado y falso. (...) En el siglo XX, el nacionalsocialismo alemán utilizó tales ideas como base pseudo-científica para diferenciar las llamadas razas nórdico-arias de las razas supuestamente inferiores.

La Iglesia en Alemania respondió condenando el racismo. (...) Ya en febrero y marzo de 1931, (...) se publicaron cartas pastorales que condenaban el nacionalsocialismo, con su idolatría de la raza y del Estado.

El Papa Pío XI también condenó el racismo nazi de modo solemne en la encíclica 'Mit brennender Sorge' (...). Pío XII, ya en su primera encíclica, 'Summi pontificatus', de octubre de 1939, advirtió contra las teorías que negaban la unidad de la raza humana y contra la deificación del Estado, cosas que él preveía que llevarían a una verdadera 'hora de las tinieblas'.

IV. Antisemitismo nazi

No se puede ignorar la diferencia que existe entre el antisemitismo, basado en teorías contrarias a la enseñanza constante de la Iglesia sobre la unidad del género humano y la igual dignidad de todas las razas y de todos los pueblos, y los sentimientos de sospecha y de hostilidad perdurables durante siglos que llamamos antijudaísmo, de los cuales, por desgracia, también ha habido culpables entre los cristianos.

La ideología nacionalsocialista fue más allá. (...) La 'Shoah' fue obra de un típico régimen moderno neopagano. Su antisemitismo tenía sus propias raíces fuera del cristianismo(...) Pero hay que preguntarse si la persecución del nazismo en relación con los judíos no haya sido facilitada por prejuicios antijudíos presentes en algunos cristianos. (...)

Al inicio, los jefes del III Reich trataron de expulsar a los judíos. Desafortunadamente, los gobiernos de algunos países occidentales de tradición cristiana, incluidos algunos del norte y sur de América, dudaron en abrir sus fronteras a los judíos perseguidos. En las tierras donde el nazismo llevó a cabo la deportación de masas (...) Ofrecieron los cristianos todas las ayudas posibles a los perseguidos, y en particular a los judíos?

Muchos lo hicieron, pero otros no. Aquellos que ayudaron a salvar al mayor número de judíos posible, hasta el punto de poner sus vidas en peligro mortal, no deben ser olvidados. Durante y después de la guerra, comunidades y personalidades judías expresaron su gratitud por cuanto se había hecho en su favor, incluido también lo que Pío XII había hecho personalmente o a través de sus representantes para salvar centenares de miles de vidas de judíos. Muchos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos han sido honrados, por este motivo, por el Estado de Israel.

A pesar de ello, como el Papa Juan Pablo II ha reconocido, junto a estos valientes hombres y mujeres, la resistencia espiritual y la acción concreta de otros cristianos no fue la que se podría haber esperado de los discípulos de Cristo. Deploramos profundamente los errores y las culpas de estos hijos e hijas de la Iglesia. (...)

V. Hacia un futuro común

Mirando al futuro de las relaciones entre judíos y cristianos (...) No se debe permitir nunca que las semillas infectadas del antijudaísmo y del antisemitismo echen raíces en el corazón del hombre".