NIÑOS DE DIFERENTES RELIGIONES PUEDEN ORAR JUNTOS EN LA ESCUELA

 

por Friedrich Degenhardt (*)

 

La enseñanza de la religión en contextos multirreligiosos es algo que preocupa cada vez más a iglesias y comunidades religiosas en todas partes. Esta entrevista con una educadora cristiana de la India presenta una experiencia específica en un contexto multirreligioso en Asia.

 

"Niños de diferentes religiones pueden orar juntos en la escuela", dice Usha Jesudasan, periodista y escritora de la India, país en que cristianos, hindúes, musulmanes y gentes de otras religiones viven en la misma comunidad local. Jesudasan apuesta por la idea de integrar en las escuelas la educación y los valores interreligiosos para promover la paz y la armonía.

 

¿Necesitan los niños una educación interreligiosa y una enseñanza de los valores en la escuela?


Sí, necesitan ambas cosas. Ante todo una enseñanza de los valores, porque en todo el mundo, y no solo en la India, vivimos en situaciones en que el hogar y la familia no son ya el lugar en que se transmiten los valores. Y vivimos también en un mundo en el que los valores son diferentes en el hogar y en la escuela.

 

Se va reduciendo el tamaño de las familias. Hay ahora familias monoparentales, o con un solo hijo. Por ejemplo en cuanto al valor de compartir, ¿cómo enseñar a un niño que no tiene hermanos lo que significa compartir? Es muy difícil. Asimismo, ¿cómo enseñar al hijo único de una familia lo que significa tener compasión?

 

Antes, podías tener cuatro hermanos o tres hermanas y compartías lápices de colores, o una barra de chocolate. Ahora, cuando compro golosinas para mis niños, compro un chocolate para cada uno, en vez de comprar una sola barra y decirles: "Compártanla, por favor". Algunos valores solo pueden enseñarse en la escuela.

 

La educación interreligiosa es muy importante porque los niños no tienen prejuicios. De manera que es más fácil acercarse a ellos, y enseñarles lo que es justo y bueno.

 


¿Es la educación religiosa más adecuada cuando procede de una auténtica perspectiva cristiana?


Como madre cristiana, yo trato de enseñar a mis hijos que nuestra manera de practicar la religión es adecuada para nosotros, pero que tu manera de practicarla es adecuada para ti. No debemos mirarte con desdén porque tu manera no sea la nuestra.

 

Pero hay algunas cosas que tenemos en común. Ambos rezamos, por ejemplo. Yo tengo mis textos y mis escrituras sagradas, tú tienes los tuyos. Cuando toco mis escrituras sagradas, lo hago con reverencia porque son importantes para mí. Cuando tú tocas las tuyas, lo haces con reverencia. Por eso no voy a denigrar tus libros. Este respeto es algo que tenemos que enseñar a nuestros niños.

 

Creo que necesitamos esta educación interreligiosa en la escuela. Hace veinte años, todos vivíamos en comunidades diferenciadas. No había esta cercanía que tenemos ahora. Hoy día, en la India por ejemplo, nuestros hijos se casan con personas de diferente religión. Es otra cuestión que se nos plantea.

 

Mi hijo tiene una novia hindú, y yo no solo tengo que aceptarla en mi familia, sino también aceptar su religión en mi familia. Comeremos en la misma mesa, pero daremos gracias antes de empezar, y ella dirá sus oraciones. Tengo que asumir todo esto.

 


¿Qué piensa de la oración en común?

Podemos hacerlo de varias maneras. Tú dices tu oración, yo la respeto y te doy tiempo para ello. Yo digo la mía; por favor déjame hacerlo. Esta es una manera de resolver la cuestión.

 

La segunda manera es llegar a un punto en que yo pueda rezar por tus necesidades según mi tradición, y tú puedas rezar por mis necesidades según tu tradición. Yo seré receptiva. Estoy afligida, soy un ser humano desdichado, por favor reza por mí.

 

Los niños pueden rezar juntos tan pronto como sus amigos están en dificultades. No tienen tantos complejos como nosotros los adultos. Les es mucho más fácil empezar porque no vienen con nuestras cargas.

 

Lo he visto en la escuela cuando un niño tiene a su madre enferma o su abuela está moribunda, o cuando una niña se ha roto una pierna, o ha quedado ciega por un accidente. Son ocasiones en que el maestro o la maestra reúne al grupo, y ciertamente el grupo responde.

 

Podemos decir: vamos a rezar por la madre de este niño. O bien, esta niña se ha roto la pierna en la escuela, y todos vamos a rezar. ¡Lo necesitamos! Los niños tienen que saber que no importa si rezas con las cuentas de un rosario, o si te arrodillas, o si juntas las manos. Lo que tenemos que enseñar a nuestros niños es un sentido de unidad.

 

(*) Friedrich Degenhardt es teólogo y periodista, y trabaja como vicario especial de la Iglesia Evangélica Luterana del Norte del Elba (Alemania) en la oficina de prensa del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra.

Esta crónica, que forma parte de una serie sobre temas y experiencias en diálogo interreligioso, es publicada por el CMI en el contexto de la conferencia "Momento crítico en el diálogo interreligioso" organizada por el Consejo del 7 al 9 de junio en Ginebra, Suiza. Información adicional, noticias, documentos y fotos en alta resolución sin cargo están disponibles en:

http://www.oikoumene.org/interreligious.html