Autor: Pbro. Francisco Merlos
Fuente: Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación
La Pastoral de la comunicación mediática: su futuro, sus desafíos y sus imperativos
Documento de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación elaborado
por el Pbro. Francisco Merlos quien ve en el universo de los medios muchos
retos, posibilidades y esperanzas para el anuncio del Evangelio.
COMISIÓN EPISCOPAL PARA
LA PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN
LA PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN MEDIÁTICA:
SU FUTURO, SUS DESAFÍOS Y SUS IMPERATIVOS
Introducción
* Esta reflexiones solo pretenden ser una modesta
contribución para reforzar sus procesos y sus búsquedas pastorales de cara a
la comunicación mediática. De igual modo buscan consolidar sus proyectos y
profundizar sus convicciones.
* Ellas nacen simultáneamente de diversas fuentes: del
mismo fenómeno sociocultural de los medios con los profundos cambios e
impactos que conllevan; de las ciencias analíticas de la realidad, unidas a
las vinculadas al mundo de la comunicación y a las ciencas teológicas que
explora en ese campo; de las numerosas experiencias de los expertos en
comunicación tanto pensadores como técnicos; de las reiteradas orientaciones
del magisterio de la Iglesia1; y de la sensibilidad de muchos pastores que ven
en e l universo de los medios muchos retos, posibilidades y esperanzas para el
anuncio del Evangelio.
I. Breves acercamientos al contexto sociocultural y
eclesial de los medios.
1. La comunicación humana y sus lenguajes son
fenómenos tan antiguos como la humanidad y tan recientes como el periódico de
esta mañana. Sin embargo hoy han adquirido una primacía casi absoluta.
Prácticamente no existe tema, aspecto, situación, acontecimiento, problema que
no pase por su tribunal y su dictamen. Hemos pasado de la comunicación por
señales con humo y con tambores a la comunicación cibernética, digitalizada,
satelital y globalizada.
-Hay una filosofía en boga: quien tiene el poder de la
comunicación tiene los demás poderes. El más persuasivo, el que más impacta y
fascina es el verdadero señor del mundo actual.
-El mercado se ha transformado profundamente, de tal
forma que la comunicación y la informática son los artículos de consumo más c
otizados. Lo que más cuesta hoy es la información.
-Finalmente los impactos culturales de los medios han
generado un conjunto de nuevos escenarios culturales que deben analizarse con
sumo cuidado.
En nuestros días la comunicación, el lenguaje y los
medios tecnológicos comunicacionales, tienen un lugar tan privilegiado en la
actividad humana que todos es sometido a su veredicto. Sus impactos son
innegables. La cultura moderna ha hecho de la comunicación y de sus medios una
especie de religión a la que todo lo sacrifica.
2. Por otra parte tampoco puede olvidarse el
extraordinario auge de las ciencias modernas de la comunicación y del
lenguaje: la filología, la semántica, la semiótica, la hermenéutica, la
lingüística, la filosofía del lenguaje, la antropología del lenguaje, la
psicología de la comunicación interpersonal y de la comunicación social, la
simbólica, la comunicología, la neurolinguística, la etnolinguística, la
cibernética... Ello nos habla d e la trascendencia que se le otorga a este
fenómeno en la convivencia humana contemporánea.
3. Hoy existen los modernos magos de la comunicación y
del lenguaje, cuya influencia e impacto se deja sentir con fuerza en las
mentalidades y comportamientos humanos: publicistas, telecomunicadores,
periodistas, radio-comunicadores, cineastas, fotógrafos, reporteros, expertos
en artes gráficas, manipuladores de satélites, cibernautas, agencias de
noticias. Todos ellos anuncian “evangelios seculares” que compiten y a menudo
desplazan a la Buena Nueva que la Iglesia propone. La globalización tienen en
ellos a sus mejores aliados. Ante el enorme potencial comunicador de nuestro
mundo y sus poderosos medios tecnológicos a menudo la comunidad cristiana y
sus pastores experimentan un sentimiento de perplejidad y de impotencia.
4. Unido a lo anterior están los violentos procesos
culturales, generadores de lenguajes nuevos, formas de comunicación popular y
simbologías que hacen del pueblo el verdadero sujeto social de la comunicación
humana. Aunque también lo conviertan en víctima indefensa de los mismos. En
efecto, junto a las formas más tradicionales de la comunicación y del lenguaje
coexisten las más modernas y sofisticadas; junto a las expresiones más
personalizadoraa de la comunicación están las formas más deshumanizantes. Lo
cual hace más complejo y desafiante nuestro quehacer de comunicadores del
Evangelio en el mundo de los medios y a través de ellos.
5. La comunidad cristiana, por su parte, tiene la
íntima convicción de que su misión está fundada en un mandato misionero y en
un mensaje que debe proclamar a través de un Ministerio eclesial que llamamos
la Pastoral.2
* Pero la Pastoral, cualquiera que sea la idea que
tengamos de ella, antes de ser un problema de mensaje es un problema de
comunicación y de lenguaje. Un punto neurálgico en la praxis pastoral es el
problema del lenguaje para el diálogo de la Iglesia con el mundo y del
Evangelio con las culturas. Gran parte de los problemas pastorales son
problemas de comunicación y de lenguaje, antes que de contenidos, de métodos o
de organización... A menudo se habla a auditorios que ya no existen, en
lenguajes que pocos entienden para responder a preguntas que nadie se hace.
* Por otro lado al interior de la Iglesia todos los
anunciadores del Evangelio sufrimos porque:
a) nuestro lenguaje no es de los más fascinantes ni
persuasivos ni actuales;
b) hay aún poca formación y escasa sensibilidad hacia
el oficio de la comunicación como exigencia fundamental del Pastoreo, a pesar
de que la Iglesia en su conjunto y los pastores en particular son
comunicadores públicos, como Jesús, los profetas, los apóstoles;
c) se desconocen las más elementales leyes de la
comunicación humana, sus procesos, sus lenguajes, dando la impresión de que
entre Iglesia y cultura hay un abismo infranqueable y un diálogo de sordos;
d) hay poca familiaridad y p ericia en el uso de los
modernos medios de comunicación;
e) No se cuentan con los recursos económicos para
invertir en una tarea que no su puede hacer con limosnas;
f) Los documentos sobre comunicación son abundantes,
pero no parece que se hayan reflejado demasiado en la práctica de la
comunicación en la Iglesia, así como en el papel central que ella juega en
cuanto componente esencial de la acción pastoral y misionera.
Conclusión: desde afuera y desde adentro el mundo
mediático plantea a la Iglesia una serie de interrogantes incómodas que no se
pueden eludir.
II. Desafíos.
a) La semiótica es una ciencia reciente que nos lleva
al conocimiento de la realidad sociocultural a través de los signos y símbolos
en ella contenidos. Cada época y cada generación tiene sus propios signos para
expresar su problemática, sus expectativas y sus proyectos (pensar por ejemplo
en expresiones como democracia, globalización, pluralismo, derechos hu manos,
cultura, ecología, desafío...). Existe incluso un método de análisis de la
realidad a partir de la semiótica.
b) El lenguaje contemporáneo usa frecuentemente el
término desafío para designar las exigencias ineludibles que brotan de un
determinado contexto histórico. En todos los ámbitos de la existencia humana
la palabra desafío significa la voluntad sostenida de ser protagonistas de la
historia, enfrentándola con lucidez, sabiduría y capacidad de decisión.
c) Lo que entendemos por desafío: toda realidad,
situación o acontecimiento que, por tener una fuerte carga de provocación y de
cuestionamiento, afecta los centros vitales del individuo y de la comunidad.
Ello les va a exigir que pongan en juego sus mejores talentos y recursos para
dar respuestas inaplazables, revisar actitudes y reformular proyectos. En el
desafío a menudo están involucradas las identidades y aún el sentido más
profundo de la existencia.
d) El desafío tiene sus causas. Nace cuando hay
envejecimiento o decadencia, cuando se da un desfase entre el comportamiento
con el momento histórico, cuando existe inadaptación del individuo a su
entorno, cuando aparecen el desencanto, la frustración, el estancamiento, el
aburrimiento y la sensación de inutilidad; cuando hay un desplome de
seguridades; en fin, cuando está amenazado el sentido más hondo de la vida,
entonces surge el desafío como una fuerza que sacude y no se puede eludir. Y
con él frecuentemente viene la crisis, que no es otra cosa que una situación
donde se rompen la estabilidad y el equilibrio, obligando a pensar de otro
modo, ubicarse de otro modo y a actuar de otro modo, si se desea sobrevivir.
e) Pero hay más. La existencia humana no es únicamente
espacio de desafíos. Ella es el desafío supremo de todo ser humano. Es la gran
provocación y el gran reto al que se debe responder incesantemente para
encontrar sentido y plenitud como condición de realización humana. Por eso el
desafío es inh erente a la existencia humana. Ella es desafío y todo en ella
es desafiante.
f) Principales desafíos emanados de la presencia
irreversible de los medios.
* Estructurales: complicidad perversa de los medios
con el status, con el sistema en turno, con la ideología de moda y con los
poderes establecidos a los que hay que doblegarse.
* Profesionales: la alta sofisticación del mundo
mediático, la especialización de sus distintos sectores (técnicos, guionistas,
comunicadores, publicistas, etc.) y la actualización continua en función de la
competitividad y de la oferta y la demanda.
* Económicos: son macroempresas productivas,
vinculadas a menudo al capital transnacional, que funcionan con criterios
puramente pragmáticos, productivos, consumistas y mercadotécnicos.
* Eticos: la ética humanizadora no suele ser su
prioridad; es el rating4 la suprema ética que los rige; por lo mismo los
valores éticos se venden, se negocian, se cambian, se deforman o se
prostituyen con tal de que no baje la audiencia.
* Socioculturales: Surgen nuevos escenarios,
paradigmas y modelos de relación y de comportamiento que contrastan con los
que se vivieron en sociedades pretécnicas. Por obra de los medios, vivimos en
un contexto social y cultural marcado por unas características específicas que
dan un perfil a nuestra sociedad y nos afectan a todos por igual:
La transición +la pluralidad + el debate + la
contradicción + el relativismo + el conflicto de grupos e instituciones
combativas + el desencanto + el esfuerzo + los anhelos de participación.
* Educativos: Se refieren a un modelo de sociedad que
proponen los medios como clave de bienestar, de prosperidad, de felicidad y de
autorrealización. ¿Qué hacer para propiciar un modelo de sociedad donde las
personas encuentren las mejores oportunidades para su identidad, su
desarrollo, crecimiento y realización?.
* Pastorales: El Evangelio, las propuestas d e la
Iglesia, los lenguajes y los medios que ella utiliza, su postura ante el mundo
mediático, la conducen a vivir en una gran perplejidad y aturdimiento, cuando
no en la impotencia y el desamparo. ¿Qué hacer ante Goliat con una honda y
unas cuantas piedras tomadas del arroyo?
III. Principios antropológico-teológicos reguladores
de una Pastoral de la comunicación mediática.
1. La persona, como valor superior de la creación y de
la Revelación. La Pastoral de los medios es un problema antropológico, es
decir, de visión de la persona humana y del modelo de hombre y de mujer que se
quiere edificar en nombre del Evangelio.5
2. Los misterios centrales del Cristianismo tienen que
ver con la comunicación. Son realidades que nacen de la libertad, de la
alteridad, de la reciprocidad y de la comunión de los interlocutores. La
Revelación, la vida teologal, la Trinidad de Dios, la Encarnación, la Pascua y
Pentecostés en cuanto constitutivos esenciales de la experiencia cristiana no
son entendibles ni realizables sino como procesos comunicacionales.6
3. La Pastoral de los medios no puede perder de vista
los principios rectores emanados del Evangelio, con todo lo que ello implica
de utopía. Si aceptamos la Buena Nueva de Jesús como un proyecto de vida
fundado en un núcleo de valores sustanciales, ellos no pueden ser otros que la
justicia, la verdad, la libertad, la solidaridad, la fraternidad.
4. Los medios como problema cultural. Si es verdad que
la cultura es la forma original, irrepetible e intransferible de ser y de
existir que tiene un individuo o un pueblo, es claro que los procesos
comunicacionales desde siempre han jugado un papel determinante. Se diría que
la cultura tiene en dichos procesos su columna vertebral. La cultura en su
conjunto es el lenguaje total de un pueblo, pero también está constituida por
múltiples lenguajes. Sin embargo hoy, el poder penetrador de las modernas
tecnologías mediáticas incid e tanto en los centros vitales más profundos que
nada queda fuera de su alcance7.
5. La Iglesia pueblo de la Palabra. La comunidad
creyente tiene su principio fundante más radical en la Palabra reveladora que
le da su ser histórico. La Iglesia brota de la Palabra, existe por ella, se
nutre de ella, está suspendida de ella, vive para ella. Todo lo que signifique
algo en la comunidad cristiana es porque está vinculado a la Palabra. Antes de
ser pueblo de ritos, de fiestas, de sacrificios, es pueblo de la Palabra. La
Palabra y el Espíritu hacen de la Iglesia un don comunicado, don comunicante y
don comunicable. Por eso es profética por constitución. Por eso también sólo
vive para anunciar el Evangelio.
6. En la misma lógica de la comunicación "la Iglesia
debe entablar diálogo con el mundo en el que tienen que vivir. La Iglesia se
hace palabra. La Iglesia se hace mensaje. La Iglesia se hace coloquio".8
Existe aquí todo un programa de vida -individual y colectiva- qu e incluye por
lo menos mentalidades, actitudes, relaciones y comportamientos que superen
todas las formas de intolerancia, de exclusión, de autoritarismo, de
prepotencia, de represión de la opinión pública, de control de las
conciencias...¿Cómo podría llevar la Buena Nueva a los medios una Iglesia que
practica en su interior lo que no desea que se practique fuera de ella?.
7. "La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no
utilizara estos poderosos medios que la inteligencia humana perfecciona cada
vez más".9 Esta lúcida observación de Pablo VI no deja de seguir poniendo a la
Iglesia contra la pared. No cabe duda que allí hay un imperativo categórico al
que tiene que encontrársele un cauce operativo para no traicionar el querer de
Dios en este signo de los tiempos, que se presenta como un auténtico lugar
teológico.
8. Los modernos aerópagos nos intimidan, nos provocan,
pero reclaman nuestra presencia y nuestra creatividad comunicacional. Las
palestras, los foro s y las cátedras electrónicas de nuestro tiempo son
espacios generadores incansables de cultura (o contracultura) de masas. Allí
se decide gran parte del futuro de la cultura globalizada en la que nos ha
tocado vivir.10
IV. A Modo de conclusión: unas propuestas operativas e
incompletas.
* Las llamo propuestas operativas e incompletas.
Primero propuestas, porque no son más que indicadores que pueden servir o
desecharse; segundo operativas, porque están en el orden de los compromisos
que podrían involucrar existencialmente a las personas; tercero incompletas,
porque no dejan de ser provisionales y abiertas a la creatividad de cada uno.
* Desde la perspectiva de los medios es importante
plantearnos unos cuestionamientos de cada al futuro:
a) De seguir la situación así ¿a dónde vamos a llegar?
(previsible)
b) Dada la situación actual de los medios ¿a dónde
queremos llegar? (deseable).
c) Considerando nuestras circunstancias ¿a dónde
podemos llegar? (posible).
d) Mirando al Evangelio y a nuestra vocación pastoral
¿a dónde debemos llegar? (exigible).
* La Pastoral como hecho humano y como acción eclesial
pide que atendamos a las tres vertientes constitutivas de una Pastoral que
pretenda ser creíble, a saber, la Pastoral ha de verse como experiencia de
Dios que se traduce en diaconía; ha de asumirse como ciencia teológica que
dialoga con las ciencias humanas; debe realizarce como una praxis que se
refleja en presencia, relaciones, actitudes, palabras y tareas que edifican a
la comunidad cristiana en su ser más profundo.
1. Espiritualidad de la Pastoral ante los medios.11
-Del asombro ante la inagotable creatividad del ser
humano.
-De la sabiduría que exige cuestionamiento,
discernimiento y opción.
-De la pobreza como actitud que ve en los medios una
interpelación para no caer en la tentación de usarlos con intenciones de
dominación, de avasall amiento, de prestigio, de poder.
-De la conciencia de lo Absoluto de Dios, frente a la
contingencia, la fugacidad y la provisionalidad con que los medios proponen
sus mensajes y sus modelos de vida.
-De aceptación de la presencia misteriosa, permanente
y transformadora del Reino.
-De la lectura de los signos del tiempo como
socilitación del Espíritu que "da ojos para ver y oídos para entender" los
designios de Dios en la ambigüedad de la existencia.
-De la coherencia entre la la fe y la ética, aunque
con ello se tenga que pagar el precio de la impopularidad, asumiendo el
"escándalo de la cruz".
2. Postura científica de la Pastoral ante los
medios.12
La postura científico-pastoral en el mundo mediático
se articula entorno a unas exigencias que nos permiten tener profundidad y
credibilidad.
-Análisis permanente y estudio continuo de la compleja
realidad de los medios, auxiliándonos de las ciencias humanas que proporcionan
valiosas claves para adquirir una visión crítica de los mismos.
-Actualización del conocimiento de los medios, habida
cuenta de la vertiginosa carrera tecnológica a la que están sometidos.
-Profesionalización de la presencia de la Iglesia y de
su acción evangelizadora en, con y a los medios, de tal suerte que no dejemos
la impresión de que son un mundo donde los creyentes estamos desubicados.
- Formación de una conciencia crítica bien fundada en
la lógica humana, en la coherencia y en la argumentación racional, teniendo en
cuenta que hoy los argumentos que menos convencen a los contemporáneos son los
de autoridad.
3. La praxis pastoral ante los medios.
-Cultivar la osadía (intrepidez, audacia) cristiana
como un sagrado imperativo que brota de las entrañas mismas del Evangelio. La
subestima no es buena consejera de la Evangelización.
-Aceptar el cuestionamiento y el debate como con
diciones indispensables para el diálogo de la fe con la cultura contemporánea
y para la búsqueda solidaria de la verdad.
-Propiciar la cultura de la interlocución, creando
interlocutores en todos los niveles, de tal forma que no se conformen con ser
objetos de la comunicación sino que pasen a ser objetos.
-Fomentar la convicción eclesial de que invertir
económicamente en los medios es al menos tan urgente como construir templos,
comprar campanas para la torre, revestir de mármol un altar o gastar una
fortuna en los juegos pirotécnicos de una fiesta patronal, (¿ o quizá comprar
una custodia monumental para un Congreso?.
-Aprovechar los espacios que ofrecen a la Iglesia los
grandes medios de comunicación, tratando de no querer utilizarlos como si
fueran púlpitos parroquiales, cátedras de dogma o cofradías piadosas, sino
respetando su naturaleza propia.
-Suscitar carismas y formar profesionales de los
medios, considerando que el trabajo pastor al en ellos pide estar a la misma
altura de calidad.
- Luchar por mejorar la comunicación al interior de la
Iglesia, reconociendo que la búsqueda de la comunión y de la unidad no puede
eliminar la pluralidad eclesial, que hoy se concibe como signo de libertad y
expresión de originalidad. La represión, la intolerancia y el autoritarismo no
parecen ser signos acordes con el Evangelio.