Iglesia protestante y secta 
¿Cuál es la diferencia?
Autor: P. Pedro Herrasti, S. M.
Fuente: La verdad Católica 
 
	
	
	
	INTRODUCCION. 
	
	
	Dios no ignora nada. Dios no tiene que improvisar. Desde toda la eternidad 
	(Ef.1,3-10) sus designios salvíficos para redimir al hombre del pecado 
	incluían la Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El 
	Eterno se haría hombre "nacido de mujer, nacido bajo la Ley" (Gál.4,4) con 
	todo lo que esto significa, o sea, la aceptación de vivir en el tiempo. 
	
	Jesucristo sabe perfectamente que su permanenci a entre nosotros es temporal 
	y que su obra debe ser continuada hasta el fin de los tiempos por la Iglesia 
	por El fundada. 
	
	Vemos cómo al dar comienzo a su vida pública, lo primero que hace es elegir 
	de entre sus seguidores a "los que El quiso" (Mc.3,13) constituyendo los 
	Apóstoles y designando un jefe de entre ellos en la persona de San Pedro.
	
	
	Si su muerte redentora en el Calvario es suficiente para salvar a la 
	humanidad de todos los tiempos, la predicación de su Evangelio tenía que ser 
	llevada por sus Apóstoles y sus sucesores, siglo tras siglo. No sería lógico 
	suponer que aquella orden de "ir a predicar a toda criatura y bautizar a 
	todas las naciones" (Mt.28,19-20) tendría su cabal cumplimiento durante la 
	vida de los Apóstoles. Y vemos cómo antes de la muerte del último de los 
	Doce, ya la Iglesia ha designado sucesores para proseguir la evangelización 
	del mundo. 
	
	La fundación de la Iglesia, es pues, obra directa y expresa del Señor Jesús. 
	La Iglesi a no se inventó a sí misma ni surgió por generación espontánea. 
	Tanto en el libro de los Hechos de los Apóstoles como en las mismas cartas 
	de San Pedro o San Pablo, vemos cómo la Iglesia fundada por Jesucristo va 
	tomando forma y se va extendiendo por todo el Imperio romano. 
	
	Los Apóstoles y sus sucesores tienen plena conciencia de que la tarea 
	emprendida no terminaría con la muerte del último de los Doce, sino que 
	deberá continuar hasta que el Señor vuelva según lo prometió. 
	
	No es concebible, pues, la idea de que en el transcurso de los siglos, se 
	hayan ido fundando "iglesias cristianas" totalmente separadas de la Iglesia 
	de Cristo, tanto en creencias como en autoridad y normas morales. 
	
	Todos los deseos de Nuestro Señor de que fuéramos "un sólo rebaño y un sólo 
	Pastor" (Jn. 10, 16), de que fuéramos "uno como Tú Padre y Yo somos Uno" (Jn.10,30), 
	se ven contradecidos por el nacimiento de otras comunidades separadas y en 
	contra de la Iglesia Católica. 
	
	Ya desde el primer siglo hubo dificultades porque Cristo fundó su Iglesia 
	con hombres comunes y corrientes. La historia de la Iglesia es una continua 
	lucha por preservar la unidad, dejando a izquierda y derecha herejes y 
	cismáticos. Las causas de dolorosas separaciones, como la de Focio en el 
	siglo décimo, han obedecido a razones mucho muy complejas en las que se han 
	mezclado dogmas, autoridades civiles, ansias de poder, etc... 
	
	Pero el colmo llegó en el siglo XVI con el movimiento mal llamado de Reforma 
	en el que la cristiandad occidental se dividió dramáticamente, división que 
	perdura hasta nuestros días a pesar de los esfuerzos ecuménicos de algunas 
	autoridades religiosas. 
	
	Debemos los católicos conocer el origen de esas divisiones para comprender 
	la proliferación de sectas venidas en su mayoría de Estados Unidos y 
	apreciar el don gratuito de haber nacido en un país católico. La ignorancia 
	de hechos históricos irrefutables nos hace perder de vista en dónde está la 
	Iglesia que Cristo fundó y contentarnos con cualquier otra fundada por un 
	hombre cualquiera, venga de donde venga. 
	
	Mientras que otras religiones, como los judíos o musulmanes no hacen 
	proselitismo en nuestra patria, tenemos en cambio la experiencia de las 
	visitas siempre inoportunas de agentes de sectas derivadas del 
	protestantismo. 
	
	Muchísimas familias católicas han vivido ya la tragedia de que alguno de sus 
	miembros ha apostatado. En todos los barrios y pueblos de México ya existen 
	"templos evangélicos" con mayor o menor éxito. El fenómeno de la expansión 
	de dichas iglesias es mucho muy complejo, pero hasta el Santo Padre nos ha 
	pedido actuar valientemente para detener su avance. 
	
	"Ellos salieron de entre nosotros mismos, aunque realmente no eran de los 
	nuestros. Si hubieran sido de los nuestros, se habrían quedado con nosotros. 
	Al salir ellos, vimos claramente que entre nosotros no todos eran de los 
	nuestros" 
	
	Jn.2,18- 19 
	
	
	IGLESIAS PROTESTANTES 
	
	-Definición. 
	
	Bajo el término general de "protestantismo" se comprende el conjunto de 
	doctrinas y de iglesias salidas de la "Reforma" del siglo XVI. 
	
	La palabra "Reforma" sirve también para designar al protestantismo y la 
	razón es que sus principales jefes, Lutero y Calvino se creyeron enviados 
	por Dios a reformar la Iglesia de Cristo, restaurar la religión del espíritu 
	y sustituir las tinieblas del error y la corrupción de costumbres por la luz 
	de la verdad y la pureza de la moral. "Post tenebras, lux". 
	
	
	
	-Origen. 
	
	Haciendo a un lado particularidades, podemos decir que: el protestantismo 
	tuvo tres tipos de causa: intelectuales, religiosas y políticas. 
	
	*Causas intelectuales:
	
	Hay muy estrecha relación entre la Reforma, movimiento religioso y el 
	Renacimiento, movimiento intelectual. Desde el siglo XV, filósofos y 
	pensadores redescubre n en el culto a la antigüedad, un humanismo que 
	poniendo al hombre corno el centro de todo, choca con la filosofía cristiana 
	de los siglos anteriores, en los cuales Dios dominaba absolutamente el 
	pensamiento de los intelectuales. 
	
	Iniciando ya desde entonces el racionalismo, hacen una crítica independiente 
	de la cual no se escapa ni la Sagrada Escritura. 
	
	
	*Causas religiosas:
	
	
	A la independencia de espíritu correspondía una gran libertad de costumbres. 
	Desde hacía algunos siglos, abusos deplorables se habían infiltrado más o 
	menos en todas partes; se notaba un rebajamiento en la moral de la Iglesia, 
	que no cumplía sino imperfectamente su misión divina; en Alemania, de una 
	manera señalada, el alto clero, mal reclutado entre los grandes señores, 
	poseedor de grandes extensiones de terreno, no soñaba sino en la dominación 
	y para ello se servía de la Iglesia, en vez de servirla. 
	
	El mal no era menor en los monasterios y el mismo Papado, convertido en una 
	potencia italiana, preocupado por sus intereses materiales, olvidaba con 
	frecuencia los asuntos espirituales. 
	
	Indudablemente era indispensable una reforma no ya en la constitución misma 
	de la Iglesia o en sus dogmas, pero sí en la disciplina y en las costumbres. 
	Esta reforma vino, desgraciadamente demasiado tarde, desde dentro de la 
	Iglesia con el Concilio de Trento (1570), pero ya antes había estallado toda 
	una revolución que no tuvo el carácter de reforma sino de ruptura de la 
	unidad y destrucción del dogma católico. 
	
	*Causas políticas: 
	
	Por importantes que fueran las causas intelectuales y religiosas, la reforma 
	protestante fue mas que todo la consecuencia de un movimiento político, 
	nacido de la ambición de los jefes de estado que vieron en la separación de 
	sus iglesias nacionales de la autoridad de Roma, la mejor manera de 
	acrecentar su poderío y de llegar a ser a la vez jefes espirituales y 
	temporales de sus súb ditos. 
	
	
	- Los hombres. 
	
	
	Martín Lutero. 
	
	
	Ya desde el año 1411, Jan Huss, en Praga había condenado agriamente los 
	abusos y desviaciones de la época y siguiendo las doctrinas de Wycleff atacó 
	a la Santa Sede. El Concilio de Constanza lo invitó a retractarse y al 
	negarse a ello, la Inquisición lo condenó a muerte, siendo quemado vivo en 
	1415. 
	
	El malestar prosiguió y a principios del siglo XVI el ambiente estaba 
	preparado para facilitar la explosión de un movimiento reformador. Solo 
	hacía falta el hombre y la ocasión. 
	
	Llegó el hombre, Martín Lutero y la ocasión fue la cuestión de las 
	indulgencias. 
	
	Lutero nació en 1483 y murió en Esleben, Sajonia, en 1546. En el año de 1505 
	ingresó al convento de los Agustinos en Erfurt y fue profesor de teología en 
	Wittemberg. Para recaudar fondos para la construcción de la Basílica de San 
	Pedro, el Papa León X encargó a los dominicos la predicación de nuevas ind 
	ulgencias y Lutero se molestó por no haber sido encargada la misión a los 
	agustinos. 
	
	Comenzó por condenar los abusos y el principio mismo de la indulgencia, así 
	como su eficacia. 
	
	Fue excomulgado en el año de 1520, pero Lutero quemó públicamente el 
	documento papal y acusó al Papa de anticristo. La Dieta de Worms presidida 
	por Carlos V lo instó a retractarse, pero ante su obstinación, lo desterró 
	del Imperio. 
	
	Fue protegido por Federico de Sajonia y permaneció en el Castillo de 
	Waetburg, donde tradujo la Biblia al alemán. 
	
	En 1525 se casó con una exmonja Catalina Bora y se dedicó a predicar sus 
	doctrinas, que tuvieron gran aceptación gracias a la protección de los 
	príncipes sajones que aprovecharon la ocasión para rechazar la autoridad de 
	Roma y de paso apoderarse de los monasterios y bienes de la Iglesia 
	Católica. 
	
	Sus Doctrinas: 
	
	La teoría luterana de la ineficacia de las indulgencias forma parte de todo 
	un si stema cuyo punto central es la justificación por la fe. En lugar de 
	buenas obras, pone Lutero la de: "peca mucho y cree más". Así podría 
	resumirse la idea maestra del reformador, de la cual saldrán otros varios 
	puntos como consecuencia rigurosa. 
	
	Para Lutero, a partir de la caída de Adán, el pecado viene a ser una segunda 
	naturaleza del hombre: "todo es pecado en el hombre, el hombre no es más que 
	pecado". 
	
	Nada puede cambiar este estado de cosas y el único remedio es recibir la 
	justificación que nos dan los méritos de Jesucristo por la pura fe. Las 
	obras no sirven para nada. Y en consecuencia los sacramentos y el culto, son 
	cosas superfluas. 
	
	Lutero admite tres sacramentos: Bautismo, Eucaristía y Penitencia, pero no 
	procuran la Gracia y no se requieren para la salvación. El culto a los 
	santos debe ser suprimido: deben ser imitados, pero no invocados. 
	
	No hay purgatorio. 
	
	La única regla de fe y la única autoridad es la Bib lia interpretada por la 
	razón individual. 
	
	La iglesia, por tanto es una Sociedad invisible, en donde no hay autoridad, 
	ni sacerdocio, ni ordenación, pues todos los fieles son sacerdotes. 
	
	Sus teorías produjeron las opiniones más contradictorias entre sus 
	seguidores y Lutero se vio obligado a organizar iglesias visibles, bajo la 
	protección del Estado. Decretó en consecuencia que la predicación y la 
	administración de los Sacramentos serían ejercidas por los elegidos por el 
	pueblo, a quienes los ancianos les impondrían las manos. 
	
	
	Juan Calvino. 
	
	No fue tan solo Martín Lutero el promotor de la reforma protestante. 
	
	Juan Calvino, nacido en 1509, influenciado por las ideas protestantes tuvo 
	que huir de Francia, perseguido por francisco I y se estableció por fin en 
	Ginebra donde se convirtió en dictador religioso y moral estableciendo un 
	gobierno teocrático que intervenía hasta en los detalles más minimos de los 
	ciudadanos. Su persecución a los opositores fue terrible y sangrienta. Su 
	más conocida víctima fue el español Miguel Servet al que mandó quemar vivo.
	
	
	Sus doctrinas se parecen mucho a las de Lutero, pero va más allá, 
	sosteniendo que una vez justificado el pecado por la fe, no puede ya perder 
	la gracia de Dios, de lo que deduce la predestinación absoluta: Dios ha 
	predestinado a unos a la salvación eterna y a otros a la condenación, sin 
	atender a las obras que los hombres puedan realizar, buenas o malas. 
	
	Organizó a su iglesia independiente del Estado, gobernada por un consistorio 
	compuesto por eclesiásticos elegidos por el pueblo. Este sistema se llama 
	presbiteriano. 
	
	
	Enrique VIII.
	
	La reforma en Inglaterra estalló poco después que el luteranismo lo hiciera 
	en Alemania. Precursor de este movimiento había sido el ya citado Wycleff en 
	el siglo XIV. 
	
	El rey Enrique VIII que había sido defensor de la fe católica, resentido por 
	no hab er podido obtener del Papa Clemente VII la sentencia anulatoria de su 
	matrimonio con Catalina de Aragón, para poder "casarse" con Ana Bolena (a 
	quien después mando matar, decapitándola), en 1534 declaró que el Papa es un 
	obispo cualquiera, sin potestad en Inglaterra, de la cual "el Rey es, 
	después de Cristo, el único jefe de la Iglesia". 
	
	Así nació la Iglesia Anglicana, al principio separada de Roma pero 
	conservando la doctrina Católica. Del crisma cayó en la herejía con Eduardo 
	VI que en una profesión de fe de 42 artículos, prácticamente adoptaba las 
	ideas luteranas. En 1563 fueron retocados los 42 artículos y reducidos a 39.
	
	
	El Protestantismo actual. 
	
	Desde el momento en que Lutero, Calvino y Enrique VIII rompieron la unidad 
	con Roma y adoptaron como norma de fe la libre interpretación de la Biblia, 
	perdieron la noción de lo que es la Iglesia que Cristo fundó. 
	
	Carentes de Magisterio infalible, abandonados a sus propias ideas , bien 
	pronto se dividieron y subdividieron hasta el caos actual. Surgieron 
	fundadores por todos lados, cada quien con sus ideas. Al principio hubo 
	cruentos enfrentamientos de todos contra todos, pero en la actualidad han 
	caído en una tolerancia absoluta, en que realmente a nadie le importa lo que 
	otros crean o dejen de creer. 
	
	El movimiento protestante pasó a América por los ingleses que se asentaron 
	en el norte del Continente, sin preocuparse por la evangelización de los 
	moradores originales: la religión era cosa de raza blanca y las tribus 
	indias no fueron ni conquistadas ni mucho menos evangelizadas: fueron 
	exterminadas. 
	
	Muy distinta fue la visión de los españoles al llegar a estas tierras. 
	Admitiendo las crueldades y abusos de la conquista, no podemos negar la 
	preocupación de la Corona Española por la evangelización de nuestros indios.
	
	
	Las inmensas dificultades de dicha evangelización fueron maravillosamente 
	superadas con la aparición de la Vir gen Santísima en el Tepeyac en 1531, 
	apenas 10 años después de terminada la conquista. Por eso el Papa Juan Pablo 
	II la llamó "Estrella de la Evangelización". 
	
	El desmoronamiento del protestantismo a todo punto de vista, ha llegado al 
	colmo en los Estados Unidos, donde están registradas no menos de 21000 
	"iglesias", algunas muy poderosas y con gran número de seguidores, pero 
	otras tan ridículas como la que cuenta con dos miembros, marido y mujer...
	
	
	LAS SECTAS. 
	
	Se habla ahora de "Iglesias Históricas" y de "sectas" para diferenciar 
	aquellas iglesias protestantes que revisten una cierta seriedad en su fe y 
	moral, de aquellas otras carentes de consistencia y que por desgracia son 
	las más agresivamente proselitistas en nuestra Patria, de las cuales tenemos 
	que decir algunas palabras. 
	
	Historia de las sectas en México. 
	
	La independencia de México fue entusiastamente alentada por los Estados 
	Unidos, pues mientras fu era España quien gobernara, no podrían dominarnos. 
	Manejando hábilmente las ideas masónicas de la Revolución Francesa, ayudaron 
	a los que ahora llamamos Padres de la Patria a vencer a la Corona Española y 
	abrir las puertas al imperialismo norteamericano. 
	
	Joel Poinsett, el embajador americano en tiempos de Benito Juárez, convenció 
	a este último de dar entrada los protestantes, pues mientras México fuera 
	monolíticamente católico, los Estados Unidos no podrían adueñarse de nuestra 
	economía, primer paso para la dominación política. 
	
	"Los hijos de las tinieblas son más astutos que los Hijos de la Luz" Jn. 16, 
	18 
	
	Así fue como en 1870 empezaron a trabajar en México algunas sectas 
	americanas y para 1885 ya contaban con 35,000 adeptos. Cien años después, ya 
	eran 880,000 y en 1980 eran dos millones doscientos mil. 
	
	Se calcula que en la actualidad existen en nuestro suelo entre cinco y seis 
	millones de protestantes. 
	
	Este asombroso increm ento ha sido posible gracias a una serie de 
	circunstancias muy complejas, entre las cuales no podemos olvidar, por 
	ejemplo, la inestabilidad política de México, desde tiempos de Juárez en 
	donde la lucha por el poder fue terrible. El porfiriato por desgracia 
	desembocó en la Revolución y degeneró en la persecución religiosa y el 
	movimiento Cristero. La jerarquía Católica tuvo que replegarse y habiendo 
	perdido todos sus privilegios y posesiones, empezar de nuevo a partir de 
	cero en 1929. 
	
	La escasez de sacerdotes desde la independencia (gran parte del clero era 
	español y tuvo que abandonar sus parroquias), dejó al pueblo sin pastores en 
	manos de lobos con presupuesto en dólares. 
	
	Es así como ahora al restablecerse las relaciones Iglesia-Estado, aparecen 
	registradas en Gobernación, más de 300 "iglesias". Actualmente ya hasta 
	tenemos sectas autóctonas, "made in México". 
	
	Como hemos demostrado al principio de este estudia, Cristo fundo UNA Iglesia 
	que histó ricamente hablando es la Iglesia Católica, por lo tanto, todas las 
	iglesias emanadas de la "reforma Protestante", son falsas. La auténtica 
	Reforma de la Iglesia surgió desde dentro, a partir del Concilio de Trento 
	(1545-1563) convocado por el gran San Pío V y a grandes reformadores 
	católicos como San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de 
	Avila, San Jerónimo Emiliani, San Antonio María Zacarías y tantos y tantos 
	otros, que sin abandonar el regazo maternal de la Iglesia, la purificaron y 
	santificaron. Dios no abandona a su Iglesia y se cumple la promesa de 
	Nuestro Señor: "Estaré con ustedes hasta el fin del mundo" (Mt.28,20) 
	
	El error fundamental del Protestantismo. 
	
	Si a una casa le dinamitamos los cimientos, necesariamente se derrumbará 
	totalmente. 
	
	Eso fue lo que hizo Lutero y después sus seguidores, al negar la 
	autenticidad de la Iglesia Católica. Para independizarse de Roma tuvieron 
	que inventar teorías y negar dogmas. 
	
	Del error básico de DESCONOCER LO QUE ES LA VERDADERA IGLESIA, se 
	derivan como en cascada todos los demás errores protestantes:
	
	a) Como la Iglesia es invisible, no hace falta estar en comunión con Roma.
	
	
	b) Para desconectarse del Magisterio infalible y la tradición de la Iglesia, 
	sostienen la libre interpretación de la Biblia, sacando cada quien sus 
	conclusiones muy personales. 
	
	c) Para negar la Tradición, tuvieron que adulterar la Biblia o de plano 
	suprimir libros enteros. 
	
	d) Habiendo roto con Roma, se quedaron sin sacerdocio válido y por lo tanto 
	tuvieron que negar la validez y necesidad de alguno o todos los Sacramentos.
	
	
	e) Desconociendo la esencia de la Iglesia de Cristo, se dedicaron a fundar, 
	Biblia en mano, iglesias por todos lados. 
	
	Resultado: existen miles de "iglesias cristianas" predicando las doctrinas 
	más contradictorias y sembrando la total confusión en el pueblo. Para 
	subsistir inde pendientes, la mayoría de las iglesias y sectas no tienen la 
	más mínima preocupación ecuménica. Aquel deseo del Señor de que 
	constituyamos "Un solo Rebaño y un solo Pastor"(Jn. l0,1 6), les tiene sin 
	cuidado. 
	
	Faltos de autoridad, han olvidado la moral cristiana, sobre todo en 
	cuestiones sexuales. El "No Fornicarás" y el "No desearás la mujer de tu 
	prójimo" han caído en total desuso y ahora, para ellos, todo se vale: 
	relaciones prematrimoniales, divorcio, anticonceptivos, homosexualismo y 
	hasta el aborto. 
	
	Igualmente han suprimido del diccionario palabras como mortificación", 
	"sacrificio" o "austeridad" y la principal preocupación es la búsqueda del 
	placer a toda costa, de la comodidad, abundancia de satisfactores y 
	prosperidad económica, aunque sea a costa de los demás. Es un materialismo 
	práctico y desenfrenado en el cual las exigencias del cristianismo auténtico 
	como el tomar la cruz en seguimiento del Señor, carecen de sentido. 
	
	"Aparecerán falsos Cristos y falsos profetas que harán señales y prodigios 
	con el fin de engañar, aún a los elegidos, si esto fuera posible". 
	
	Mc. 13,22 
	
	
	Una aclaración prudente: 
	
	
	Hay que decir, sin embargo, que no por ser falsas iglesias, todas sus 
	enseñanzas son erróneas. Dentro de la inmensa variedad de iglesias y sectas 
	protestantes, que se auto nombran,"evangélicas" para no despertar 
	desconfianza, hay algunas mucho muy cercanas al Dogma Católico y que buscan 
	afanosamente la unión de todos los cristianos. Pero también hay sectas 
	absolutamente alejadas de la verdad y a las que no les importa lo mas mínimo 
	el movimiento Ecuménico. Estas últimas son, por desgracia las más activas en 
	México, como los Testigos de Jehová y los Mormones, refutados ampliamente en 
	los Folletos EVC 12 y 10 respectivamente. 
	
	Recomendamos a nuestros alumnos la adquisición de las obras del P. Flaviano 
	Amatulli en especial "Diálogo con los Protestantes" en la cual, entre otras 
	cosas, analiza 31 iglesias o sectas, demostrando sus errores. Igualmente 
	útil es "La Iglesia Católica y el Protestantismo". 
	
	(Apóstoles de la Palabra, Calle Agujas 676, Col. El Vergel, Iztapalapa, 
	09880 México, D.F. Te¡. 656 4218) 
	
	Ante el asedio permanente de las diversas sectas que difunden sus errores de 
	puerta en puerta, es preciso que los católicos estemos perfectamente 
	informados acerca de la verdadera Religión para que no seamos inquietados y 
	desorientados por personas que tal vez de buena fe, pero totalmente 
	equivocadas han dejado el catolicismo debido a su mortal ignorancia 
	religiosa. 
	
	"Sépanlo bien: Nadie puede interpretar por sí mismo una Profecía de la 
	Escritura". 
	
	2 Pe. 1,20 
	
	
	CONCLUSION. 
	
	
	Gracias a la prodigiosa evangelización realizada por los monjes españoles, 
	nos tocó nacer en un país católico. No tuvimos que buscar afanosamente la 
	verdadera Iglesia de Cristo. Nos bautizar on en ella sin haberlo siquiera 
	pedido. 
	
	En primer lugar ¡cuán agradecidos debemos estar con Dios por este don 
	gratuito! Tenemos muy cerca de nosotros, en nuestro propio barrio, una 
	capilla católica en donde habita Nuestro Señor Sacramentado, Tenemos a 
	nuestra disposición ministros de los Sacramentos que nos santifican y nos 
	comunican la Palabra de Dios. 
	
	Pero en segundo lugar, debemos tratar de ser auténticos católicos, 
	aprovechando todo esto. Y no solo a nivel personal, sino en nuestra 
	comunidad. Si Dios nos concedió "nacer Católicos", debemos valorar este don 
	y preservarlo para nosotros mismos y para los que nos rodean. 
	
	No podemos permanecer indiferentes ante la deserción de miles de católicos 
	ignorantes, que abandonan la Iglesia de Cristo por seguir fantasías 
	sectarias sin haber nunca apreciado lo que Dios les había regalado: La 
	verdadera Religión. 
	
	Es absolutamente necesario y urgente prepararnos todos para rechazar toda 
	clase de here jías y ayudar a los que nos rodean a hacer lo mismo. Una muy 
	buena idea es propagar los Folletos EVC de puerta en puerta, de la misma 
	manera que los protestantes diseminan sus errores.
	
	¡No tengamos miedo! ¡Dios está con nosotros y la Virgen de Guadalupe no nos 
	puede desamparar!