Matrimonio

Sacramento cimentado en el  amor y la Palabra de Dios

 

Eulalio Asensio López

Sacerdote de Membrilla

                                                                                                               

 

Evangelio:  Mt. 7,21. 24-29

 

ª       Unos buenos cimientos son fundamentales a la hora de construir una buena casa, ésta será firme, resistente y duradera, si los cimientos son firmes y resistentes. El matrimonio que hoy estrenáis es como una casa, nos lo ha dicho el evangelio, una casa que ya empezasteis  a construir cuando os conocisteis y que hoy nos decís que queréis seguir haciéndola más grande juntos.

 

ª       "Sólo lo que hayamos hecho por amor permanece para siempre"...

. las cosas se gastan... envejecen...

. las modas pasan...

                                   . las costumbres se suceden...,

Pero los amigos, si son de verdad, permanecen... lo cual indica que   sólo las personas son dignas de amar y ser amadas. Y que sólo cuando amamos somos felices.

 

ª       En el matrimonio es donde mejor se ve y experimenta que el amor es ese motor que une y hace felices a las personas. Por eso los creyentes  decimos que el matrimonio es el sacramento del amor porque los que se casan se unen por amor y para el amor.

 

ª       Pero el amor verdadero 

-     no mira el tener, sino el ser,

-         no mira la apariencia, sino la verdad

-         no mira la belleza exterior, sino la del corazón,

-         Por eso - como nos recuerda San Pablo en la lectura- el amor es comprensivo, servicial, no tiene envidia, ni tiene en cuenta el mal. Es decir, es fruto del corazón, del interior, de lo que nos hace personas maduras  y sencillas, que suelen ser las contrarias a las egoístas. Por eso para el matrimonio se necesita esta madurez humana. Esos valores que cada uno debe procurar y poseer para sí, de tolerancia, de respeto, de comprensión y que dan como resultado: Una persona madura.

 

ª       ¿ Qué es lo que añade el matrimonio cristiano a esta madurez humana?

            Dos cosas: 

a)        El acuerdo de Dios, que Dios está de acuerdo en que le pongáis como testigo de vuestra decisión, para que el amor que vosotros os prometéis revierta en la Iglesia, "para que el mundo crea..." Por eso, cuando un matrimonio cristiano se une para siempre - hombre y mujer - dicen:  no queremos que nada ni nadie deshaga lo que nosotros creemos que es y procede de Dios: El amor que El ha puesto en nuestros corazones.

b)       La gracia del sacramento: (El estilo o talante creyente) " Os lleváis a Dios a casa". Es decir,  queréis que:

-  Dios esté en vuestra vida,

-  queréis contar con Él en vuestras decisiones

-  queréis sentiros apoyados por Él,

-  queréis tener en cuenta su palabra,

-  queréis que sus caminos sean los vuestros y vuestros proyectos sean  consultados a Él.

 

ª       Por eso, para los cristianos, todo esto es empezar bien una casa, un hogar, una familia,  un matrimonio. Cimentarlo - como dice el Evangelio - sobre roca.  La roca del amor, la roca del perdón, del respeto mútuo y de la entrega que Dios ha puesto en vuestros corazones.

 

ª       Que la fidelidad que os vais a prometer esté siempre avalada por este  amor que hace todo nuevo. Y si ponéis a Dios por testigo de vuestro amor, que Él sea vuestro apoyo. Así, cuando las dificultades - "tempestades, lluvias, cansancios, fallos"..., vengan a vuestra vida compartida, todo será más fácil y llevadero. Y siempre será señal  que vuestro matrimonio está cimentado  sobre el amor y sobre la ROCA, que es Cristo y su Palabra. Que Él os ayude, cada día, a vivir vuestro amor, porque "el amor nace cada mañana".