El hinduísmo
Autor: Eduardo Monterrubio
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El hinduísmo |
Para entender el hinduismo hay que conocer la historia y geografía de la India.
Hindú viene de Shindu (=habitante de las riberas del Indo); en ocasiones también
se le llama “brahamanismo” a esta religión. Los pueblos que cruzaron los
desiertos de la meseta irania o las cumbres nevadas del Himalaya para entrar al
Valle del Indo, ya nunca más regresaron. Esto vale para dravidianos, arios,
persas, hunos, árabes y turcos, desde el 1500 AC hasta el 1500 DC. Las
excepciones fueron justamente los occidentales: los griegos de Alejandro Magno
(siglo III AC) y portugueses, franceses y británicos (siglos XVI a XIX).
Esta interacción de pueblos fue muy intensa, pero la India no se estabilizó por
mestizaje, sino que las ideas se fusionaron y los grupos mantuvieron su
distinción en forma de castas.
La religión sirvió para reconciliar a conquistadores y conquistados, no por
igualdad o conversión, sino porque el culto dominante agregó y asimiló las
creencias y ritos de los dominados.
Por ello el hinduismo tiene elementos variadísimos, una mitología de miles de
dioses y carece de un cuerpo único de doctrina o culto. No es raro, estudiando
en conjunto esta religión, que muchos elementos no coincidan o se contradigan
entre sí. Para el hindú esto no es un problema, pues las pocas creencias
compartidas por todos forman un sistema social y legal estable, mientras que sus
convicciones son típicas de su zona, clan, gremio, familia, de su gurú o incluso
son individualizadas.
Mitos y Hechos
M: El hinduismo tiene una historia de 5000 años.
H: Falso. La cultura más antigua de la región (cultura Harappan o del Valle del
Indo) comenzó hacia el 2500 AC y fue destruida por los arios en el 1500 AC. Los
Vedas se empezaron a codificar hacia el 1000 AC, pero lo que llamamos
propiamente hinduismo comienza en el 500 AC, durante el imperio Mauria. En
sentido estricto, la religión judía y el budismo son más antiguos.
M: Los hindúes adoran a las vacas.
H: Incorrecto. La religión prohibe matarlas, pero se aprovecha su leche como
alimento y su excremento como combustible. Hay un dios-toro Nandi (probablemente
una reminiscencia totémica), montura y compañero de Siva, que es muy venerado y
representa la fertilidad. Como dios con características animales, es más popular
todavía Ganesha (cuerpo de hombre, cabeza de elefante), dios de la prosperidad
económica y de la sabiduría.
M: Los Vedas son el equivalente de la Torah, los Evangelios o el Corán
H: Incorrecto. Los Vedas son considerados sagrados por los hindúes, pero no son
“Palabra de Dios” que indique verdades y actitudes concretas. En realidad, son
los textos de religiones anteriores, especialmente del sistema trifuncional de
los arios (tema del Rig Veda) y de la hechicería dravidiana (tema del Atharva
Veda); de los dioses hindúes más importantes, Vishnú es apenas mencionado y Siva
ni siquiera aparece en ellos. Son mucho más importantes el Mahabaratha y el
Ramayana; especialmente una parte del primero conocida como el Bhagavad Gita, el
“Libro del Amado”.
Creencias
Los elementos centrales del hinduismo, y los realmente comunes a todas las
sectas y observancias, son tres:
1. Dharma
El Universo tiene una ley eterna, Rta, que aún cambiando se cumple sin falta. Es
un ritmo de creación y destrucción, en el que después de una kalpa (mil edades
de 4 milenios), dioses, mundo y hombres se reabsorben en la pralaya (= descanso)
pero sólo para reiniciar de nuevo. Cada hombre tiene entonces que “sostener” (=
dhar) su parte del universo, cumplir su destino, actuar su deber propio e
intransferible, el svadharma. Ello implica observar la práctica religiosa, pero
sobre todo asumir la responsabilidad que le corresponde a cada uno en su sexo,
casta y condición, para apoyar la armonía del universo.
2. Karma
La existencia presente está condicionada de antemano. No se puede elegir quién
se es, pero nuestros actos (= karman) incorrectos “marcan” el cuerpo sutil con
impurezas que se presentan en la existencia futura, así como los buenos nos
“adelantan” en la cadena de la existencia. La ley del karma es una especie de
ley de la causalidad: toda acción tiene su reacción en esta vida o en una
próxima.
3. Samsara
La cadena (= smsar) de existencias sucesivas es una ley para el jiva (= alma
individual o cuerpo sutil que envuelve al atman o “sí mismo”). El karma presente
no se puede cambiar, pero sí el futuro. Avanzando por distintos rangos de la
existencia, aceptando el karma y actuando el svadharma, el creyente aspira a
llegar a la mukti (= liberación) y reposar fundiéndose en el Absoluto impersonal
o fusionándose con Vishnú o Siva; en el fondo, el entorno al que se enfrenta la
jiva en cada existencia es ilusión (= maya), pues es un velo a la auténtica
realidad del Absoluto. Algunos santos elegidos (= siddha, o “perfectos”) vuelven
a encarnar, pero con un cuerpo no kármico, para ayudar a los hombres a liberarse
más rápidamente.
b) Los dioses
Los devas son innumerables, pues como dijimos incluyen dioses arios,
dravidianos, tamiles, etc. Los hay que son ancestros totémicos, aspectos de la
naturaleza, héroes divinizados, dioses mitológicos comunes a los griegos,
romanos, celtas y germanos (Indra es exactamente el mismo dios que Ares, Marte,
Thor y Torann), etc. La mayoría de los dioses arios del vedismo desaparecieron o
perdieron importancia. Brahma, el Absoluto impersonal, es un concepto abstracto
que en el hinduismo acabó por ser Brahman, dios de la actividad, representado
con cuatro cabezas barbadas y prácticamente no adorado. Sin embargo, sus dos
murti o manifestaciones son los dos dioses más populares: Vishnú, el Conservador
y Siva, el Destructor. Las epopeyas, cantos, oraciones y meditaciones hindúes
tienen en su inmensa mayoría a alguno de los dos como protagonista o protector;
los hindúes se reconocen a sí mismos o bien como vishnuítas (líneas verticales)
o bien como sivaítas (líneas horizontales).
Visnú es un dios bondadoso y tranquilizador, que interviene cada vez que se
pone en peligro el Rta. La manera más típica de hacerlo es a través de sus
avatara o descensos en medio de los hombres. La creencia más extendida es que
Vishnú ha tenido 9 avatara y aún habrá otra en el futuro.
Los cuatro primeros avatara son en forma de animal y para organizar las fuerzas
naturales: como pez, tortuga, jabalí y león.
El quinto y sexto descensos son incursiones contra el orgullo de los hombres:
como enano que pone en su lugar a un asceta que estaba ya dominando a los
dioses, y como Parasurama, rey que acaba con la violencia indiscriminada de los
tshatryas o guerreros.
Su siguiente avatar es Rama, el héroe del Ramayana, ejemplo perfecto de cómo
debe cumplirse el svadharma.
El octavo avatar es Krsna, llamado también Bhagavant (= el Amado). Esta es la
modalidad de Vishnú más venerada en el hinduismo; se le representa como un joven
de piel azul, de ojos enormes y cabellos largos; es el pastor, guerrero audaz,
enamorado de todas las mujeres. Krsna brinda una figura tierna, cercana y
admirable de lo divino, además de vincular el erotismo y el misticismo.
El siguiente avatar es Buddha; esta inclusión es tardía y representa el ejemplo
perfecto de cómo el hinduismo integra otras creencias, pues muy al inicio la
oposición entre hinduismo y budismo fue sangrienta. A partir del siglo VII,
cuando el budismo ya no era un peligro y había sido casi expulsado más allá del
Himalaya, se realizó esta integración.
El décimo avatar -y último de este universo- será Kalkin, un jinete justiciero
que llegará en un caballo blanco; un buen número de hindúes lo esperan como el
Mesías, y no han faltado intentos de identificar a Jesús de Nazareth con Kalkin
(lo mismo que con el Maitreya de los budistas). En el séquito de Vishnú están
Laksmi, su esposa, Garuda, el pájaro sol, Hanumant, el dios mono, Ananta, la
serpiente de mil cabezas, etc.
Siva es un dios complejo, dual e intenso. Se le representa como un bailarín que
hace la danza cósmica (=tandava) sobre el cuerpo del enano Maya, la ilusión de
este mundo; aparece con dos pares de brazos, un par dando el equilibrio de la
danza, y otro con la mano derecha empuñando la campana de la creación y la
izquierda el fuego de la destrucción. Es asceta y borracho a la vez, Isvara el
Señor y Kala la Muerte. Proteje el culto fálico y a la vez es Yogésvara, el
príncipe de los yogis, que preside la meditación con su terder ojo desde el
monte Kailasa. Es la síntesis contradictoria de todos los dioses; su pareja Devi
también puede ser la bondadosa Uma o la terrorífica Kali. La mayoría de los
seguidores de alguna observancia son shivaítas. En el séquito de Siva, además de
su esposa, están también Nandi, Ganesha y los vetala (= vampiros).
C) Prácticas
Las prácticas que describiremos son las más extendidas, pues tenemos siempre que
tomar en cuenta que en el hinduismo la experiencia religiosa personal es por
definición válida, es svatssiddha (= perfecta para sí mismo); además, se tiene
una divinidad favorita (= istadevata) y entonces el culto típico de cada uno se
organiza en torno a la tradición de sus seguidores.
1) Sacrificio
Alguna vez se hizo de humanos; de animales sólo se hace entre los sivaítas,
aunque son poco frecuentes, pues la doctrina de ahimsa (= no violencia) del
jainismo y el budismo acabó pòr integrarse al hinduismo.
2) Ofrendas
Son la práctica más constante; se ofrecen flores, vegetales y ghi (= mantequilla
derretida).
3) Visitas y peregrinaciones
Se le da mucha importancia a Templos y vados sagrados. Los templos tienen un
istadevata como dios titular, pero siempre hay nichos o capillas para otros
dioses. Los templos más grandes tienen habitaciones para los brahamanes, lugares
de estudio y espacios para las devadasi (= bailarinas sagradas). El aspecto y la
vida del templo dependen de la tradición en torno al istadevata que se trate.
Los templos se construyeron en sitios donde aparece una señal maravillosa, donde
la mitología indique el paso de un dios, avatar o héroe, donde haya enseñado un
santo, etc. Los vados son riberas no profundas del río Ganges, consideradas
capaces de purificar las adherencias negativas al cuerpo sutil.
4) Puja
La adoración de imágenes es común a todos los hindúes (pero siempre según el
istadevata). Los pasos son “abrir los ojos” (se pintan de nuevo los ojos de la
estatua y se le decora), baño, procesión, ofrenda de arroz y semillas, de
guinarldas y ghi, y finalmente una marcha triunfal. Hoy la procesión y la marcha
se pueden hacer con la imagen sobre un auto.
5) Fiestas
Las pocas comunes a todos los hindúes son Holi, el festival de primavera en el
que se le da culto a Krsna; Dipalikotsava, festival de las luces en oct-nov,
dedicado a los demonios; Pongal, festival del arroz, en ene-feb. la Sraddha, la
comida para los muertos, es una reminiscencia animista extendida en toda India.
6) Ritos de paso
Aparte de lo que señale la propia observancia, el matrimonio y los ritos
funerales son comunes; las iniciaciones son específicas.
7) Pureza, preparación y ubicación
Dependen fundamentalmente de la observancia; incluyen para todos un
vegetarianismo moderado, algunas normas de higiene y vestido; casi todos los
hindúes dan mucha importancia a la astrología y las distintas formas de
adivinación.
8) Oración
Se aprecia Vac (= la plegaria), pero es más importante la Dhyana (meditación)
que tiene como apoyo la concentración en imágenes de dioses, en diagramas (yantras
y mandalas) y especialmente en fórmulas de repetición extática (mantras). El
mantra más conocido es OM, que no es una simple invocación sino Brahma mismo,
Isvara, la energía de Siva (su shakti).
D) Observancias
Más cruciales que cualquier práctica, la vida de un hindú se define por su
darsana (= vía de salvación) u observancia, que le define actitudes, valores y
deberes. Las más importantes son:
1) Samkhya
Es la más tradicional; en ella la salvación se busca por el estricto
cumplimiento del svadharma. Parte del relato en el el que los dioses sacrifican
a Purusa (= el hombre cósmico) y con sus fragmentos hacen las castas: brahamanes,
quienes fungen como sacerdotes o guías religiosos (boca), tshatryas, guerreros
(brazos), vaisias, los cuales se forman por la clase productora (tronco) y
shudras, quienes son trabajadores y en general personas de condición humilde
(pies). La aceptación del estado de vida y la actuación de sus exigencias
garantiza el avance en el samsara. Fuera de las castas (los "descastados") se
encuentran los harijans o los intocables. Esta casta realiza las labores más
sucias, en general no se les reconoce derecho alguno y viven y mueren sin ser
tomados en cuenta por la sociedad.
2) Pranapatti
Es una observancia con reminiscencia vedanta. Ya que el mundo es ilusión, lo
mejor es el abandono (= pranapatti), es decir, el desapego a lo terreno y
dedicarse a una vida de sannyasi o renunciante.
3) Yoga
Significa unión, simultáneamente con el Absoluto y con las tapas (= potencias
vitales). Esta unión busca hacer del observante un jivanmukta (= liberado vivo)
que no necesita abandonar la existencia para ya estar unido a lo divino. Todas
las yogas comienzan con pranayama, el control de la respiración y avanzan hacia
el rajayoga (unión por la purificación y disciplina psicofísica), el inanayoga
(unión por el estudio y la gnosis) o el hatayoga (unión por el esfuerzo, es
decir, por la adquisición de poderes extraordinarios).
4) Tantrismo
Es una observancia compleja, a la vez de concentración mental y de disipación
sexual. Se trata, a través de distintas prácticas, de que una serpiente mística
(= kundalini) que en todo hombre duerme enroscada en la base de la columna
vertebral o “primer chakra”, sea despertada hasta erguirse al “sexto chakra”, en
el cráneo, donde alcanza la unión con Siva y adquiere su poder (= shaktipah).
5) Bhakti
Puede traducirse como “piedad” o “ternura”. Es la más popular en nuestra época y
consiste en restarle importancia al karma como realización de actos específicos
de deber, subrayando en su lugar una adhesión confiada y festiva a los dioses,
especialmente a Krsna. Tiene ciertas influencias budistas, pues esta observancia
parte de la misericordia divina más que de un Rta rígido y su consiguiente
dharma.
E) Evolución
Ya establecido, el hinduismo evolucionó por integración y diferenciación.
Integró elementos del budismo y el jainismo, que llegaron a ser doctrinas
rivales por su atractivo, pero justamente esta inclusión condicionó a esas dos
religiones a ser drásticamente minoritarias. Cualquier elemento de otras
creencias se asimiló a esquemas visnuítas o sivaítas, y al mismo tiempo los
sanyassin convertidos en gurús o guías mantuvieron el hinduismo en reforma
perpetua de diferenciación en las observancias. Algunas diferenciaciones han
llegado a constituir prácticamente otra religión: la veneración por los siddhas
o Siddhayoga; el hinduismo Tamil, que este pueblo del sur modificó hasta hacerlo
casi irreconocible; el Saktismo, en donde la veneración por la sakti de Siva,
personificada en Durga o Kali, llevó a sectas asesinas. El contacto con el Islam
fue y sigue siendo en general violento, pues los musulmanes no ceden en sus
creencias monoteístas; sin embargo, los emperadores mogul no impusieron el Islam
y aunque evitaron el culto colectivo permitieron la bhakti personal. Sufis y
sannyasin se entendieron bien y a la larga se produjo un sincretismo entre Islam
e hinduismo, primero en el reformador hindú Kabir y después en el fundador de
los Sikhs, Nanak (1469-1538).
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José Luis Aboytes
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