Autor: Francisco Cardona
Generosidad, dar a los demás lo mejor
Enseñar a poner el corazón en cada acción que nos lleve a compartir con
los demás
Definición
La generosidad es la virtud que nos conduce a dar y darnos a los demás de
una manera habitual, firme y decidida, buscando su bien y poniendo a su
servicio lo mejor de nosotros mismos, tanto bienes materiales como
cualidades y talentos.
La solidaridad es una determinación firme y perseverante de empeñarse por
el bien común; no es un sentimiento superficial por los males de tantas
personas cercanas o lejanas, sino una actitud definida y clara de
procurar el bien de todos y cada uno.
Meta
Formar a los niños en la generosidad, el desprendimiento y en el dar lo
mejor de sí, contrarrestando los efectos del egoísmo. Ayudarles a salir
de sí mismos y experimentar la felicidad que proporciona el donarse a los
demás y vivir el valor del servicio, que implica una participación y
solidaridad profunda con el otro.
Enseñar a los niños a sentir la felicidad de los demás como propia,
porque esto les h ará más felices en la vida porque compartirán no sólo
los propios éxitos y logros sino los de los demás; para lograr esto la
educación de la generosidad y la solidaridad son un excelente medio
porque hacen salir de sí mismos.
Que el niño comprenda que sólo podrá ser realmente feliz haciendo felices
a los demás, preocupándose por los otros aún si él mismo se encuentra en
el sufrimiento. Y como fruto de esta comprensión y convencimiento, se
comprometa con los demás, viviendo la generosidad y la solidaridad
Ayudar a los niños a comprender que también son responsables de la
felicidad de los demás, que lo que ellos hagan o dejen de hacer siempre
tendrá repercusiones positivas o negativas en los que les rodean, y como
fruto de este convencimiento que opten por participar buscando siempre el
bien común.
Cambiar la percepción que hoy en día los niños y jóvenes sienten de que
no se les valora por ser generosos o serviciales. Como maestros y
educadores debem os valorar y resaltar en los alumnos estas virtudes, y
no únicamente los méritos académicos o deportivos.
Enseñar a los niños, con nuestro testimonio, trabajo y esfuerzo
mantenido, que la participación y la solidaridad deben ser actitudes
constantes, y no superficiales o pasajeras.
¿Por qué nos interesa fomentar la virtud de la generosidad?
¨ Porque el niño experimentará que hay más alegría en dar que en recibir,
y podrá optar por una vida de generosidad que le brindará una mayor
felicidad y realización personal.
¨ Porque el niño asumirá que también es responsable de la felicidad de
los demás, y que lo que haga o deje de hacer repercutirá en el bien
común, comprometiéndose en la construcción de una sociedad más justa.
¨ Porque el niño descubrirá que el valor de la persona no se mide por la
cantidad que da sino por la alegría y la generosidad que manifiesta en
sus detalles. La manera de dar vale más que lo que se da . Y así será
capaz de ver a las personas no en función de lo que tienen sino de lo que
son.
¨ Porque el niño aprenderá que ser generoso es saber dar, acompañando lo
que damos con ternura, afecto y alegría. Que se debe poner el corazón en
cada acción que nos lleve a compartir y vivirá la verdadera generosidad
en su relación con todas las personas.
¨ Porque dar es el acto en que se expresa el amor y una persona que sabe
amar es generosa. El niño comprenderá que compartir no se limita a dar
cosas materiales, sino que involucra el tiempo, la atención, el amor, los
sentimientos, etcétera y estará capacitado a amar con madurez y
sinceridad, sin egoísmo; lo que le ayudará a mantener relaciones estables
y construir su propia familia.
¨ Porque no se trata únicamente de aprender a dar cosas, sino de aprender
a darse uno mismo. Ser generoso no es dar lo que nos sobre, sino dar lo
que somos. Este es el fundamento de la felicidad humana.
¨ Porque es en r iquecer a los que nos rodean con nuestros propios
valores, colaborando en la transformación de la sociedad, sin permitir
que se desperdicien los dones y cualidades que Dios ha dado a cada uno.
¨ Porque compartir implica estar atento y saber reconocer la necesidad
del otro, abriéndose a los demás y abriendo el propio interior al amor de
los otros.
¨ Porque la solidaridad debe ser una actitud habitual, firme y
perseverante de servicio, de poner atención en las necesidades de los
demás, aún a costa de los beneficios propios.
¨ Porque valorar y ayudar a los compañeros y participar con ellos llevará
a la solidaridad y a la generosidad.
¨ Porque la solidaridad implica un compromiso que en muchas ocasiones nos
obliga a dejar nuestra comodidad e intereses inmediatos por el bien
común. Este compromiso lo debe llevar a buscar siempre los mejores
medios, comprometiendo a la persona para servir y trabajar con
generosidad por los demás.
¨ Po rque ser generoso en el servicio a los demás da sentido a la propia
vida.
¨ Porque al vivir esta virtud no desde un punto de vista teórico, sino
práctico, lograremos una mayor armonía en la familia y en la sociedad,
trabajando y luchando juntos y capacitaremos a los demás a formar la
propia familia con más posibilidades de estabilidad, éxito y felicidad.
Vivir la generosidad significa
¨ Dar con alegría.
¨ Compartir de buen modo mis juguetes, dulces, útiles, etcétera.
¨ Dar algo que es valioso para mí.
¨ Guardar parte de mi dinero o de mis cosas para ayudar a quien lo
necesite.
¨ Compartir con una sonrisa aunque me sienta mal.
¨ Compartir mi tiempo escuchando con atención lo que otros tengan que
decirme, aunque yo tenga otras cosas que hacer o realmente no me interese
mucho lo que dicen.
¨ Estar siempre pendiente de las necesidades de los demás, más que de las
mías.
¨ Estar siempre dispuesto a dar lo mejor de mí ante las necesidades de
los demás.
¨ Ayudar en casa o en la escuela aunque nadie me lo pida.
¨ Compartir mi tiempo ayudando a mis hermanos o amigos, aunque tenga que
dejar de hacer otras cosas que me gustan.
¨ Participar activamente en las campañas de ayuda u oración que se
realicen en el colegio a lo largo del año.
¨ Trabajar de manera activa, responsable y comprometida en el programa de
Participación social de la escuela.
¨ Dar algo bueno de mí a quien no conozco tanto, no es mi amigo o me cae
mal, no solamente a mis amigos o a la gente que quiero.
¨ Estar pendiente de las necesidades de los demás.
¨ Hacer algo cada día por el bien de los demás, buscando la manera mejor
y más eficaz de hacerlo, dando siempre lo mejor de mí.
Qué facilita la vivencia de esta virtud
Las virtudes de:
¨ Servicio, y las capacidade s de desprendimiento y disponibilidad que
nos ayudan a ser capaces de dar y darnos en el momento en que se
necesite.
¨ Alegría y amabilidad que nos lleva a ser generosos dando siempre lo
mejor de nosotros.
¨ Compañerismo y participación que nos ayudan a buscar y trabajar por el
bien común y a contrarrestar el ambiente de egoísmo que prevalece en la
sociedad.
¨ Comprensión y responsabilidad que nos ayudan a entender las necesidades
de los demás, y a sentir que somos responsables de dar una respuesta
comprometida y seria ante las necesidades de los otros.
¨ Gratitud y hospitalidad que nos conducen a darnos cuenta de los dones
que tenemos, dar gracias por ellos y compartirlos con otros.
¨ Magnanimidad, que nos lleva a tener miras altas en el servicio a los
demás.
¨ Fomentar un ambiente en donde se atiendan las necesidades de los demás
antes que las propias.
¨ Ejercitarse en actos de servicio voluntario.
¨ Ayudará todo aquello que haga que el niño se olvide un poco de sí mismo
y vuelva sus ojos hacia las necesidades, preocupaciones, gustos e
inquietudes de los demás.
Qué dificulta la vivencia de esta virtud
¨ La competitividad mal entendida y egoísta que lleva a pensar en el otro
es enemigo en potencia.
¨ Ambiente de egoísmo e individualismo.
¨ Pusilanimidad, estrechez de miras.
¨ Nunca dar al niño oportunidades de servicio o desprendimiento,
facilitándole en todo la vida.
¨ Dureza de corazón que surge de hacer sentir al niño que es centro y
merecedor de todo.
Diez maneras de vivir la generosidad en casa
1. Hacer constantemente una revisión de las cosas de cada miembro de la
familia para ver qué puede dar a los demás, compartiendo lo que le sirve
y le gusta, no únicamente lo que le sobra. Acostumbrarse a tener
solamente lo necesario.
2. Reconocer y animar siempre a los miembros de la familia que tengan un
acto de servicio o generosidad, fomentando acciones de servicio
voluntarias, sin que nadie lo tenga que pedir. Evitar a toda costa burlas
o bromas que inhiban esta actitud.
3. Ser hospitalarios. Recibir con gusto y alegría a los amigos y
visitantes atendiéndoles y haciendo que se sientan bien.
4. Acostumbrarse a velar por las necesidades de los que están cerca de la
familia: personal de servicio, cartero, vigilante, vecinos, etcétera.
5. Dar siempre lo mejor de cada uno. Sonreír y hablar con amabilidad a
todos los miembros de la familia y personas cercanas a ella.
Acostumbrarse a hablar de las necesidades y carencias de los demás, más
que de las propias.
6. Rezar en familia por las necesidades de los demás, especialmente en
momentos de desgracias, solidarizándose con ellos.
7. Responder en familia de una manera rápida y eficaz a las llamadas de
ayuda ante desastres o necesidades específicas. Apoyar a todos los
miembros de la familia en actividades de servicio a los demás: prácticas
de participación social, misiones, colectas, etcétera.
8. Escuchar y enseñar a los hijos a escuchar, ya que esto es dar nuestro
tiempo, atención y dedicación a quien quiere compartir con nosotros.
9. Agradecer en familia todos los dones que se han recibido de manera
gratuita. Valorarlos y atender a los que no tienen tanto como nosotros.
Evitar a toda costa quejarnos por lo que no tenemos.
10. Fomentar con alegría y prontitud la ayuda entre los miembros de la
familia. Ayudar a los hijos a descubrir sus talentos y cómo pueden
ponerlos al servicio de los demás.
Diez maneras de vivir la generosidad en la escuela
1. Animar y ayudar a los alumnos a cuidar su material haciéndoles
comprender que otros no lo tienen. Apoyar a los alumnos cuando presten
sus útiles a sus compañeros. Animarlos a cuidar las cosas para que cuando
ya no las usen, otros las puedan aprovechar.
2. Reconocer y animar siempre a los niños a que tengan un acto de
servicio o generosidad, fomentando acciones de servicio voluntarias, sin
que nadie lo tenga que pedir. Evitar a toda costa burlas o bromas que
inhiban esta actitud. Realizar actividades que les ayuden a compartir sus
cosas, dulces, etcétera.
3. Ser hospitalarios. Recibir con gusto y alegría a los nuevos
compañeros, amigos y visitantes del colegio, atendiéndoles y haciendo que
se sientan bien.
4. Acostumbrarse a ver por las necesidades de los que están en el
colegio: Personal de limpieza, vigilantes, encargados, etcétera.
5. Promover el dar siempre lo mejor de cada uno. Sonreír y hablar con
amabilidad a todos los compañeros y personas que trabajan en la escuela.
6. Rezar en grupo por las necesidades de los demás, solidarizándose con
ellos especialmente en momentos de desgracia.
7. Responder como gru po de una manera rápida y eficaz a las llamadas de
ayuda ante desastres o necesidades específicas. Apoyar activa y
comprometidamente a los niños en actividades de servicio a los demás:
prácticas de participación social, misiones, colectas, etcétera.
8. Escuchar y enseñar a los alumnos a escuchar a sus compañeros sin
interrumpirlos, ya que esto es dar nuestro tiempo, atención y dedicación
a quien quiere compartir con nosotros.
9. Ayudar a los niños a descubrir y agradecer como grupo todos los dones
que se han recibido de manera gratuita. Valorarlos y saber mirar hacia
los que no tienen tanto como nosotros. Evitar a toda costa quejarnos por
lo que no tenemos.
10. Fomentar la ayuda alegre y pronta entre los alumnos. Ayudarlos a
descubrir sus talentos y cómo pueden ponerlos al servicio de los demás.
Promover actividades de apoyo entre ellos.
En el Evangelio podemos encontrar cómo Jesús valora la generosidad:
«Estaba Jesús e n el templo y veía cómo los ricos iban echando dinero en
el cofre de las ofrendas. Vio también a una viuda pobre que echaba dos
monedas de poco valor y dijo: "Les aseguro que esa viuda pobre ha echado
más que todos los demás; porque ésos han echado de lo que les sobra,
mientras que ésta ha echado todo lo que tenía para vivir."» Lc 21, 1-4.
«Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus Sinagogas, anunciaba la
buena noticia del reino y curaba las enfermedades y las dolencias del
pueblo.» Lc 6, 17
«Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta
gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen que comer. No
quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan por el camino."
Los discípulos le dijeron: “¿De dónde vamos a sacar en un despoblado para
dar de comer a tanta gente?”
Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Ellos le respondieron: siete,
y unos pocos pececillos.”
Entonces Jesús mandó a la gente qu e se sentara en el suelo. Tomó los
siete panes y los peces, dio gracias, los partió y se los iba dando a los
discípulos, y éstos a la gente. Comieron todos hasta saciarse, y
recogieron siete cestos llenos de los trozos sobrantes. Los que comieron
eran cuatro mil hombres, sin contar mujeres y niños.» Mt 15, 32-38.
«Entonces el rey dirá a los de un lado: “Vengan, benditos de mi Padre,
tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del
mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de
beber; era un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron;
enfermo, y me visitaron; en la cárcel y fueron a verme”. Entonces le
responderán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te
alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo fuiste un extraño y te
hospedamos, o estuviste desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o
en la cárcel y fuimos a verte?” Y el rey les responderá: “Les aseguro que
cuando lo hicieron con u no de estos mis hermanos más pequeños, conmigo
lo hicieron”.» Mt 25, 34-40.