Autor: Catholic.net


Generosidad ante todo: El desprendimiento

La generosidad es el arte de darse a sí mismo. Mas que dar cosas, se trata en esta virtud de "compartirse" uno mismo con otros. Finalmente, uno gana más que el que recibe  

Cuenta una anécdota que Platón, caminando en medio de una feria abarrotada de gente y mercancias exclamó asombrado: “Es increible la cantidad de cosas que no necesito”. A todos nos ha pasado algo parecido en alguna oportunidad. Al observar tantas cosas que nos ofrece el mundo, notamos que somos felices sin muchas de ellas. No se trata de despreciar las bondades y maravillas del progreso, sino de ubicarlas en su justo contexto, para no esclavizarse a ellas. Una revisión constante de nuestras prioridades a la luz del valor del desprendimiento, nos regalará una idea de cuán libres somos ante nuestros bienes y recursos evitando apegarnos a ellos y, si es necesario, para ponerlos al servicio de los demás.

El desprendimiento como valor se origina al reconocer que todos tenemos necesidades, que siempre habrá alguien con más carencias que nosotros y que Dios nos creó a nosotros para ir en su ayuda. La tarea de superar nuestro egoísmo e indife rencia para colaborar en el bienestar de los demás es de toda la vida, no importando si es mucho o poco lo que hacemos y aportamos. Pero más que el dar, es ese desapego a los bienes materiales lo que se encuentra aquí en juego ya que una ligazón excesiva a las cosas nos termina por separar de las personas y de Dios.

El desprendimiento es el antídoto a esa fijación cuasi-enfermiza a los bienes. Esto no se enfoca únicamente en objetos, sino que abarca incluso recursos que no se pueden tocar, como conocimientos, cualidades y habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a disposición de las personas, porque toca nuestro descanso, gustos, preferencias y comodidades. Esta actitud de vida nos exige una revisión constante para dejar de ser el centro de nuestras atenciones y poner a los demás en él. Para ello, podemos ejercitarnos en el arte de enseñar a otros algo que sepamos hacer bien, regalar o donar un bien al que sintamos que nos hemos apegado en exceso o procurar decir má s veces “si” cuando nos pidan algo prestado sin poner pretextos.

El valor del desprendimiento ante las cosas materiales nos ayuda a convertirnos en personas más altruistas y generosas, nos separa de cosas innecesarias, brindará un mejor ambiente a nuestras relaciones humanas y nos convertirá en personas más centradas en los demás y en el mundo sobrenatural.