LA EUCARISTÍA

 

Es misterio.
Es sacramento.
Es sacrificio.

Como misterio, se cree.
Como sacramento, se recibe.
Como sacrificio, se ofrece.

Se propone al entendimiento como misterio.
Se da al alma como alimento.
Se ofrece a Dios como homenaje.

Como misterio, anonada.
Como sacramento, alimenta.
Como sacrificio, redime.

Como misterio, es admirable.
Como sacramento, es deleitable.
Como sacrificio, es inefable.

Como misterio, es impenetrable.
Como sacramento, es sabrosísimo.
Como sacrificio, es valiosísimo.

Como misterio, debo meditarlo.
Como sacramento, debo gustarlo.
Como sacrificio, debo ver en él mi propio modelo.

Es misterio de fe. Debo creerlo.
Es sacramento de amor. Debo amarlo.
Es sacrificio de Dios. Puedo confiar en él.

Como misterio se esconde en el Sagrario.
Como sacramento, alimenta mi alma.
Como sacrificio, se inmola... es la Santa Misa.

¡Oh Misterio Adorable! Mi refugio.
¡Oh Sacramento Dulcísimo! Mi anhelo.
¡Oh Sacrificio Estupendo! Mi gloria.