Tema 89:

Evaluar la «acción pastoral»  
 

Ángel Miranda   
 


 

 

1. Hablamos de calidad y gestión de la calidad  
 

     Conjunto de propiedades y características de un producto o servicio que le confieren la capacidad de satisfacer las exigencias expresas o implícitas del cliente-destinatario (ISO 8. 402).

      «Sistema eficaz para integrar los esfuerzos en el desarrollo, mantenimiento y mejora de la calidad, de los distintos grupos de una organización, de modo que, tanto la producción como la asistencia posterior, garanticen la plena satisfacción del cliente al mínimo costo» (Feigenhbaum).   
 

   Allá por los años 20, los Laboratorios de la Bell en USA ya trataban la calidad como aproximación del producto a unos estándares establecidos de antemano. Sin embargo, dos de los protagonistas, Juran y Demming, no consiguen ser profetas en su tierra y terminan por irse a Japón para experimentar sus teorías. Ellos ponen la calidad no tanto en los productos o procesos sino en la atención al cliente que pasa de ser un simple consumidor, más o menos cautivado por la propaganda, a ser el centro de atención de todo el proceso productivo, de los sistemas de comercialización, de venta y, en el fondo, de beneficio de las empresas.

   La planetización de la industria va dando paso a la norma ISO (International Standards Organitation) de «calidad total» que permite certificar la calidad de los productos, de los procesos, de la organización, de los medios de producción... La calidad pasa de ser una condición a ser una fiebre. Se habla de calidad total, de sistemas de calidad; se empieza a hablar de calidad de vida, calidad educativa, calidad certificada, etc. Hasta el punto de que una visión, a menudo superficial, realizada desde fuera de los ámbitos industriales o de los servicios, no pasa de considerar el tema como una moda, más o menos pasajera.

   Sin embargo, detrás del fenómeno calidad existe una cultura consistente. Fijados unos parámetros de medición, se verifica la calidad de cualquier producto, en sus diferentes fases, en función de las necesidades del cliente.

   Poco a poco, no sólo la industria en general, sino la formación, la educación o la sanidad son áreas en las que se va abriendo camino el discurso de la calidad. Por eso podemos atrevernos a hacer, sin demasiados remilgos, algún tipo de reflexión sobre los niveles y la práctica de mejora de la calidad de nuestra acción pastoral, teniendo en cuenta las claves propias del tema calidad y las de la estructura pastoral (escuela, catequesis, presencia en el ámbito de la marginación, evangelización explícita o implícita, etc.).

   Se trata, por tanto, de hacer una lectura positiva de los parámetros que rigen en los llamados «sistemas de calidad», aplicándolos a la realidad concreta de nuestros servicios pastorales.

   Lo que en su día nace en Japón, con ayuda de norteamericanos, y pasa a USA después, se va introduciendo en Europa de la mano de las estructuras productivas y comerciales de carácter multinacional. Así se va imponiendo una filosofía nueva de la organización de trabajo a grande y pequeña escala: 12 firmas proveedoras de las grandes multinacionales, las cadenas de trabajo, las instalaciones, los horarios de producción van dando paso a nuevos conceptos organizativos del mundo del trabajo y, directa o indirectamente, de la vida de las sociedades. Entre los «modelos de gestión de calidad» más destacables, además de la «norma ISO», hemos de señalar también al Modelo Europeo de Gestión de Calidad (EFQM).  
 

2. Metodología: la autoevaluación  
 

   Aunque la «certificación de calidad» debe llegar de la mano de agencias especializadas, siempre se exige un punto de partida: un proceso de autoevaluación definida por la Fundación Europea de Gestión de la Calidad (FEGC) como un "examen global, sistemático y regular de las actividades y resultados de una organización comparados con un modelo de excelencia".

   En nuestro caso, y en referencia a las estructuras de animación o al desarrollo de nuestra labor pastoral, en cualquiera de las estructuras que las sostienen, se trata de usar hechos y datos concretos, medibles, que ayuden a evitar los errores que se derivarían de la utilización de opiniones personales o valoraciones no objetivables: contar, medir, cuantificar intervenciones, instrumentos, medios, resultados. Evitar el «yo creo», «a mí me parece», «pensamos que...» nos ayudará a disponer de bases firmes para fundamentar el diseño de procesos de mejora continua en la calidad de nuestras ofertas pastorales.

   Se trata, por tanto, de poner en marcha un proceso de autoevaluación que nos permita conocer la posición de nuestra estructura pastoral respecto a los parámetros que concretan una gestión de calidad, encontrar pistas que favorezcan la evolución positiva de nuestra organización (parroquia, escuela, estructura de formación, etc.) y definir las mejoras que esperamos.

   La implicación de los agentes de nuestra acción educativo-pastoral, en la medida que conozcan de primera mano la situación existente, les ayudará a participar y sentirse sujetos activos en la definición y desarrollo posterior de cualquier proceso de mejora.  
 

3. Un esquema de trabajo  
 

   Entramos, por tanto, en un proceso que nos permita "proyectar, producir y asistir un producto y/o servicio que sea el más económico, el más útil y siempre capaz de satisfacer al consumidor (K. Ishijawa). Para ello, habrá que recorrer un camino de mejora de los niveles de calidad basado en las siguientes acciones:  
 

   De modo que cuanto en la cultura industrial se mueve alrededor de términos como corresponsabilidad en las tareas, flexibilidad, participación, profesionalidad, reducción de costos, capacidad de respuesta a las exigencias del mercado, mejora continua, atención al cliente, etc., pase a formar parte como aspectos a considerar en los ámbitos educativo-pastorales.

   Basta con intentar leer desde nuestras claves algunos de los términos subyacentes al concepto de evaluación de la calidad e introducción de procesos de mejora continua: Capacidad de proyecto, Formación de los agentes, Creación de nuevos servicios, Contenidos, Metodología, Tiempos, Sistemas de relación, Elementos de comunicación, Corresponsabilidad y participación, Ambiente y clima, Coherencia con los valores y misión del Ente prestador del servicio, Sistemas de delegación, Atención a las diferencias, Niveles de innovación.  
 

4. Criterios de evaluación  
 

   Intentaremos explicitar, uno a uno, los 9 criterios que la EFQM propone para la autoevaluación de las organizaciones en relación a los niveles de calidad de sus productos y/o servicios. La definición de cada criterio y los indicadores que se presentan, intentan ofrecer la posibilidad de transportar el análisis a las diversas estructuras pastorales, de modo que la iniciativa de los equipos animadores y la disponibilidad de los diferentes agentes de pastoral irán concretando más y más cada una de las pautas de análisis que se indican.

   En cada uno de los 9 criterios de evaluación que desarrollamos a continuación se sigue un mismo esquema:

- Título del criterio.

- Definición (recuadrada).

- Claves de lectura e interpretación práctica.

   Como es natural, ni se trata de una descripción cerrada, ni de un análisis exhaustivo de los temas. Cada organización e institución debe seleccionar, adecuar y completar los ítems de trabajo que se proponen, sobre todo en referencia a algunos instrumentos más carismáticos de la misma (carácter propio, propuesta educativa, etc.).    
 
 
 

4.1. Liderazgo y animación  
 

De qué modo, en los diferentes niveles de la animación de la CEP (Comunidad educativo-pastoral), los responsables inspiran, guían e incentivan los procesos de mejora continua.  
 

4.2. Gestión del personal  
 

Cómo se gestiona y valora el potencial del personal, conforme a una óptica de mejora continua de la propia actividad.  
 

4.3. Planificación y estrategia  
 

De qué forma la misión y razón de ser de nuestra organización, los valores, la visión de futuro y su estructura estratégica reflejan los principios de referencia de una excelencia organizativa.  
 

4.4. Gestión de los recursos financieros, profesionales, instrumentales, etc.  
 

Cómo se asegura la institución que los recursos necesarios son adquiridos, distribuidos y utilizados de acuerdo con las propias políticas y estrategias de mejora de la calidad.  
 

4.5. Definición de los procesos  
 

La gestión de todos los procesos, que tienen efectos siginificativos en los resultados de cuanto se transforma internamente, de la organización de ciertos input en output para algunos clientes internos o externos.  
 

Tenemos definidos los «procesos-clave» de nuestro organismo:

4.6. Satisfacción de los colaboradores  
 

Lo que la «organización» está alcanzado respecto a la satisfacción de sus dependientes, colaboradores, etc., aspectos que intervienen con cierta sistematicidad en el trabajo.  
 

4.7. Satisfacción de los destinatarios  
 

Lo que la «organización» está consiguiendo respecto a sus clientes-destinatarios externos, que perciben de una manera concreta la propia organización, sus servicios y la relación que tiene con los clientes.  
 

4.8. Impacto de la sociedad  
 

Resultados que obtiene la «organización» en la satisfacción de las exigencias y expectativas de su entorno social de referencia.  
 

4.9. Resultados   
 

Lo que consigue la «organización» respecto a los objetivos planificados, sean o no de tipo económico, y a la satisfacción de las exigencias y expectativas de quienes tienen interés en la marcha y resultados de la propia organización.   
 

5. Estrategias de análisis y evaluación de la calidad  
 

   De las propuestas de análisis y autoevaluación presentadas, se deduce la flexibilidad de las estrategias que podemos emplear en esta tarea. Será la realidad concreta la que fije la conveniencia de concretar unos u otros caminos. Desde la experiencia se puede proponer un itinerario o decálogo de este tipo:  
 

   En cualquier caso la opción por la calidad y por un proceso de mejora continua irá concretando las claves de acción de todos los interesados. Basta siempre aplicar algunas claves prácticas, tales como:  
 

   Lo demás entrará en los esquemas del sentido común y de la preocupación por mejorar, día a día, la calidad de nuestra oferta educativo-pastoral.