Equipos de Nuestra Señora

 

INTRODUCCION

Las parejas cristianas unidas por el sacramento del matrimonio están llamadas a seguir a

Cristo por el camino del amor, de la felicidad y de la santidad. Los Equipos de Nuestra

Señora, don del Espíritu Santo, se ofrecen a las parejas del mundo entero para ayudarles

a desarrollar y a vivir su espiritualidad conyugal.

LOS INICIOS

Los Equipos de Nuestra Señora (ENS), nacieron de forma muy sencilla. En 1938 un joven sacerdote de Paris, el Padre Henry Caffarel recibió la visita de una señora joven que quería hablarle de su vida espiritual. Poco después conoció a su esposo. Luego, esta pareja le presentan otras tres parejas. Se inicia, entonces, el proyecto de reunirse para reflexionar juntos sobre el matrimonio cristiano. El 25 de febrero de 1939, estas cuatro parejas se encuentran con el P. Caffarel y, de esta forma nace el primer equipo del Movimiento.

En el año 1947, "una vez terminada la guerra, los grupos de matrimonios se ponen a la orden del día y se empiezan a multiplicar". El P. Caffarel teme, entonces, que "los matrimonios se sientan tentados a relajarse con la euforia de la paz lograda, con el encuentro de viejas amistades queridas... Había crisis... ¿Qué tocaba hacer para superarla? Traté de investigar la explicación de que la santidad jamás había dejado de florecer y reverdecer en las órdenes religiosas a través del tiempo, a pesar de las crisis externas e internas y, comprendí que uno de los factores esenciales de la solidez y de la vitalidad de estas órdenes era una regla. Por qué, me pregunté entonces, no proponer una regla a los cristianos casados deseosos de progresar espiritualmente? No una regla de monjes, sino una regla para laicos casados"

Vocación e itinerario de los Equipos - Henri Caffarel - Roma 1959

 

A partir de la inspiración y de la reflexión del P. Caffarel, con los primeros miembros de los "Grupos Caffarel", fue apareciendo progresivamente, un método común al servicio de las parejas deseosas de vivir enraizadas más profundamente en Jesucristo.

Se formaron nuevos grupos, su número creció y, poco a poco, se fue creando una organización. El P. Caffarel y los responsables, del movimiento, elaboraron entonces, por medio de la oración, un documento fundador que se llama la "Carta de los Equipos de Nuestra Señora". Esta carta contiene lo esencial de la "Regla" del Movimiento. Fue promulgada el 8 de diciembre de 1947 en (la cripta) de la Iglesia de San Agustín en París.

RECONOCIMIENTO

El Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora recibe el primer reconocimiento oficial de la Iglesia en el año 1969 a través de una del Cardenal Feltin, Arzobispo de Paris (Ver anexo .1). En 1975 le es acordado el reconocimiento como Asociación Católica Internacional por el Consejo Pontificio para los laicos. Finalmente, en 1992 es reconocido como asociación dé fieles de derecho privado por medio de un decreto emanado del Consejo Pontificio para los Laicos (Ver anexo 2).

EL PADRE CAFFAREL

El reconocimiento oficial de la Iglesia es en alguna medida la consagración de la obra importante del P. Caffarel y de las parejas que marcharon junto con él. Muere el 18 de septiembre de 1996 en Troussures - Francia, a la edad de 93 años.

El Movimiento de los ENS le debe al P, Caffarel el hecho de haberle legado a las parejas el sentido profundo del sacramento del matrimonio, de haberles permitido descubrir el valor y la riqueza de las pequeñas comunidades cristianas y el valor de haberles señalado el camino de la contemplación en medio se sus vidas colmadas de actividades.

"Es una de las grandes figuras regaladas por Dios a su Iglesia a lo largo de este siglo"

Cardenal Lustinger 27/9/96

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Los miembros de los Equipos de Nuestra Señora viven en el mundo de hoy. Hacen parte plenamente de él y pretenden ser "el fermento en la masa". Por este motivo, deben discernir continuamente los signos de los tiempos para descubrir las nuevas realidades y las necesidades de las parejas de hoy. También tienen necesidad de descubrir los factores de desesperanza, en un mundo que parece cada vez más hostil a la fe cristiana y donde los valores fundamentales del matrimonio y de la familia están amenazados.

Los ENS aportan este signo de esperanza a las parejas en la Iglesia y en el mundo.

"La salud de la persona y de la sociedad tanto humana como cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar. Igualmente, los cristianos, en unión de todos aquellos que aprecian esta comunidad se regocijan sinceramente con las diversas ayudas que hoy día hacen crecer la estima de esta comunidad de amor entre los hombres".

Gaudium et Spes-17

 

LA CARTA

Los principios fundacionales de la Carta han sido elaborados con el fin de colaborar con la fidelidad a las aspiraciones originales del Movimiento y de hacer propuestas concretas a los equipos. Hoy día estamos en capacidad de juzgar directamente el efecto de tal decisión y de apreciar su carácter esencial para el crecimiento y el desarrollo del Movimiento.

Con la publicación de la Carta aparece el nombre definitivo del Movimiento: "Equipos de Nuestra Señora"... Los grupos existentes fueron entonces invitados a adherirse y a entrar definitivamente en el Movimiento.

La Carta escrita en el lenguaje de la época, continúa siendo el documento de referencia vital y la piedra angular del Movimiento. Con el transcurso de los años, se introdujeron muchas modificaciones al documento original, para llegar a la versión final publicada en mayo de 1972. Esta fecha marca el final de periodo durante el cual el P. Caffarel estuvo presente en el Movimiento.

La Carta se convirtió, así, en nuestro patrimonio común. Hoy, inspirados por el mismo ideal y utilizando los mismos métodos para alcanzarlo, miles de parejas a través del mundo, con diferentes lenguas y diversas culturas, descubren a través de su matrimonio la riqueza del profundo amor de Dios.

Muchos años después de la publicación de la Carta, el P. Caffarel, hombre prudente, afirmaba: "Yo debo reconocer que en la creación de los equipos, hubo algo más que mi propia inspiración y la de las primeras parejas; hubo una inspiración del Espíritu".

Otros documentos complementarios siguieron:

"¿Qué es un Equipo de Nuestra Señora? (1977) que define el ideal y los métodos del movimiento bajo una presentación moderna y desarrolla el concepto de equipo como comunidad.

"El Segundo Aliento" (1988) que tiene como fin ayudar a los equipos a encontrar nuevos motivos de motivación y de orientación para vivir las inspiraciones de los ENS con la esperanza y la vitalidad de un segundo aliento" (El Segundo Aliento). Este documento también pretende profundizar en algunos aspectos del carisma de los ENS que no estaban expresados con la claridad necesaria. En particular, la abnegación inspirada por el amor, el sentido humano y cristiano de la sexualidad y la misión de los ENS en la Iglesia y en el mundo como Movimiento de parejas.

Por la gracia y, bajo la inspiración del Espíritu Santo, la renovación del Movimiento continua. Apoyados en la oración y en la reflexión, los miembros del Equipo Responsable Internacional y los Responsables de la Super-Regiones, decidieron elaborar una guía completa sobre el Movimiento, basándose en las riquezas de los documentos anteriores.

En su Carta apostólica "Tertio Milenio Adveniente", el Papa Juan Pablo II recuerda que en la historia de la Iglesia, lo viejo y lo nuevo están siempre estrechamente mezclados; lo nuevo crece sobre lo viejo y lo viejo encuentra en lo nuevo una expresión más renovada" (Cap. 18).

Después de estas palabras del Papa, en el amanecer del tercer milenio de la era cristiana, fue concebido y redactado el documento: LA GUÍA DE LOS ENS.

LA RAZÓN DE SER DE LOS ENS

La razón de ser de los ENS es ayudar a las parejas a descubrir las riquezas del sacramento del matrimonio y vivir la espiritualidad conyugal. A través de su ejemplo, estas parejas son un testimonio del matrimonio cristiano en la iglesia y en el mundo.

Los ENS, Movimiento de espiritualidad conyugal de la iglesia católica están constituidos por parejas que creen en el ideal del matrimonio cristiano y que se proponen:

- Permanecer fieles a las promesas del bautismo.

- Poner a Jesucristo en el corazón de sus vidas.

- Basar su vida conyugal y familiar en el Evangelio.

- Conocer mejor la voluntad de Dios sobre el hombre y la mujer para cumplirla.

- Dar testimonio del amor de Dios en nuestra vida.

- Comunicarle al mundo el mensaje de Jesucristo.

- Dar testimonio de los valores cristianos en su vida social y profesional.

- Apoyar activamente a la iglesia, a los obispos y al clero.

- Hacer de sus actividades una colaboración con Dios y al servicio de los demás.

- Promover el matrimonio y la vida de familia en la sociedad.

Puesto que conocen la dificultad de vivir como cristianos y porque son conscientes de su debilidad e insuficiencia de sus esfuerzos, estas pareja cuentan con el apoyo de aquellos con quienes comparten su ideal y se comprometen a hacer equipo.

EL FIN DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

El fin de los ENS es ayudar a las parejas a vivir plenamente su sacramento del matrimonio.

"Los ENS tienen como fin esencial ayudar a las parejas a buscar la Santidad, ni más ni menos" (Henri Caffarel).

¿POR QUÉ EQUIPO?

- Porque la palabra equipo expresa claramente el espíritu y la unidad necesarias para alcanzar un ideal común.

- Porque que hacen esfuerzos comunes y porque se ayudan mutuamente los unos a los otros en el progreso espiritual y humano.

¿POR QUÉ EQUIPO DE NUESTRA SEÑORA?

El Movimiento ha sido puesto bajo el patrocino de Nuestra Señora, porque Maria conduce a Jesús, quien es el centro de la vida espiritual de los equipistas. Por la sumisión a la voluntad de Dios, María es un ejemplo perfecto para ellos de la docilidad al Espíritu Santo.

EL ESPIRITU DE LOS EOUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

VEN Y SÍGUEME

Esta llamada, Jesús la dijere a cada bautizado, invitándolo a abrirse cada vez más a su amor y a ser su testigo. Esta llamada, Jesús la dirige también a la pareja cristiana. Los esposos son llamados a encontrar a Dios en el corazón de su amor, Así, el amor humano se convierte en imagen del amor divino.

EL CARISMA DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA1

Los ENS, Movimiento de espiritualidad conyugal, son considerados como un don de Dios a la iglesia y al mundo.

ESPIRITUALIDAD CONYUGAL

Por el matrimonio cristiano, la vida de la pareja está marcada por el sacramento, signo profundo del compromiso recíproco de los esposos y signo de la gracia de Dios. El amor conyugal y el amor de Dios se complementan. En el centro de estos dos amores nace la espiritualidad conyugal.

El deseo de conocer y de hacer la voluntad de Dios en todas las circunstancias comunes de la vida, la búsqueda de su presencia, ayudan a desarrollar y a profundizar en la espiritualidad conyugal. El amor divino se expresa a través del amor humano cuando la vida diaria de los esposos, cada uno en relación con el otro, se encuentra plena de atención y cuidado, de fidelidad absoluta, de comprensión y respeto mutuo, de armonía de corazón y de espíritu. Cuando las actividades más simples están impregnadas de amor, el Señor está allí en el corazón de la pareja, la espiritualidad es entonces una realidad vivida.

La pareja casada desea vivir esta espiritualidad día a día. Sin embargo, algunas veces puede resultar difícil vivir de acuerdo con estas exigencias del amor. Se cometen errores, se causan heridas, pero de todas maneras es necesario continuar y volverse siempre el uno hacia el otro. Es precisamente en esos momentos donde se encuentra a Jesús.

"Existe una espiritualidad conyugal que orienta la vida de la pareja. Y los Equipos de Nuestra Señora ofrecen un medio para adquirirla".

Hacia la espiritualidad de la Familia. Padre Manuel Iceta

 

LA MÍSTICA DE LOS EOUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

Empecemos por aclarar lo que significa la palabra "mística". La mística es el espíritu que da sentido a las propuestas concretas de vida, es la intuición que "abre" lo que está oculto al espíritu humano, la orientación que hace de la vida un intento de comunión con Dios.

REUNIDOS EN NOMBRE DE CRISTO

"En efecto, cuando dos o tres, se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos"

(Mt. 18,20)

 

Un equipo es más que una simple comunidad humana, se reúne en nombre de Cristo. Cuándo Jesús se apareció á los discípulos después de la resurrección sus palabras les permitieron comprender las escrituras y conocer su mensaje. De la misma forma Cristo está presente en nuestras reuniones. Reunidos en su nombre, su espíritu nutre nuestra fe y la engrandece.

 

LA AYUDA MUTUA

"Llevad las cargas, los unos de los otros" (GaL 6.2)

Es realista y, al mismo tiempo motivador, pedir ayuda a los amigos; por esto, las parejas de un equipos se ayudan mutuamente tanto en el plano material como en el espiritual.

Los miembros de un equipo tratan de satisfacer las cuatro exigencias del amor fraterno: dar, recibir, y lo que es más difícil, pedir, y saber rehusar.

LA AYUDA MUTUA CONYUGAL

El matrimonio es una alianza que evoluciona desde los primeros instantes del "sí" hasta el último momento de regresar al Padre. Este camino de amor, de los esposos, se podrá vivir si hace de la ayuda mutua conyugal una realidad cotidiana. De esta forma, cada uno, en el matrimonio, crecerá gracias a la vida de equipo, enriqueciéndose con el contacto de los otros, sacando el mayor provecho de las diferencias y de los aspectos complementarios de su pareja.

LA AYUDA MUTUA EN EL CAMINO A LA SANTIDAD

Las parejas que están en los ENS desean llegar a un sentimiento más profundo de unión con Dios y buscar la santidad en, y a través de su vida conyugal y familiar.

Para vivir en mayor armonía con Dios y conocer Su voluntad, las parejas casadas tienen necesidad de ajustar sus vidas al Evangelio.

Por la comprensión y puesta en práctica real de la palabra de Dios en su vida de pareja, y porque buscan juntos y en equipo realizar esta vida, los miembros de los ENS se ayudan mutuamente en el camino que lleva el reino anunciado por Jesús.

LA AYUDA MUTUA A TRAVES DE LA ORACIÓN

"De la misma manera, en verdad en verdad os digo, que si dos de vosotros, sobre la tierra, unen sus voces para pedir lo que sea, esto les será concedido por mi Padre que está en los cielos" (Mt. 18,20)

Confortados con esta promesa de la presencia de Cristo en medio de ellos, los miembros de los ENS oran juntos los unos con los otros y también los unos por los otros, con felicidad y confianza.

Los ENS han escogido el "Magnificat" como plegaria común. Debe ser recitada diariamente en unión con todos los miembros del Movimiento como plegaria de intercesión por todas las parejas del mundo.

LA AYUDA MUTUA PARA PROFUNDIZAR EN LA FE

Así como no puede haber vida cristiana sin fe viva, de la misma manera no puede haber vida y crecimiento sin reflexión, ni meditación. En la práctica, muchas parejas cristianas renuncian a los esfuerzos necesarios para estudiar y meditar, ya sea porque no llegan a comprender su importancia o, porque les falta tiempo de dirección o de entrenamiento. Como resultado, su fe permanece inmadura y débil y el conocimiento de la voluntad de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia perduran superficiales e incompletas.

En consecuencia, las parejas de un equipo tratan de profundizar sus conocimientos religiosos y buscan ese objetivo con la ayuda de los otros miembros del equipo y del Consiliario Espiritual.

LA AYUDA MUTUA ENTRE LAS GENERACIONES

La necesidades y aspiraciones de las parejas son diferentes según sus edades y el tiempo de matrimonio. Las respuestas que dan los ENS deben tenerlo en cuenta.

En los primeros años de matrimonio una pareja joven busca descubrir lo que implica el cambio reciente de sus consentimientos. Estos matrimonios jóvenes tienen necesidad de "nacer" en una comunidad que los sostenga... Los ENS, pueden aportar el calor, el soporte y la ayuda de una gran familia.

Más tarde, la vida pone a prueba el ideal del amor. Confronta las exigencias de la familia, de la vida profesional, de la inseguridad del empleo y de las tensiones de una sociedad cada vez más materialista; las parejas tienen, entonces, necesidad de un espacio de cambio y de reflexión sobre los acontecimientos que los afectan... La comprensión y la experiencia del equipo permiten a la pareja compartir abiertamente y en confianza sus experiencias y descubrimientos.

Muy pronto llegará el "otoño de la vida", ese tiempo cada vez más largo de reencuentro de los dos. Este tiempo juntos puede ser el tiempo de la renovación, del progreso de si mismo. Puede ser también el tiempo de ciertas dificultades y etapas difíciles (jubilación, enfermedad, muerte del otro). Es el momento para profundizar en la vida cristiana de la pareja en equipo, lo que va a enriquecer estos últimos años compartidos juntos.

EL TESTIMONIO

En los Hechos de los Apóstoles está dicho por los primeros cristianos: "Que ellos no eran más que un solo corazón y una sola alma. Los paganos se sorprendían diciendo: Mirad como se aman" (Hch. 4.32)

Los ENS están convencidos de que otras parejas serían llamadas hacia Jesús y hacia el sacramento del matrimonio, si vieran el ejemplo de las parejas cristianas que se aman y se ayudan mutuamente, en la búsqueda de Dios para el servicio de sus hermanos y hermanas.

En este espíritu las parejas que buscan dar un sentido auténtico a su vida conyugal, encontrarán en la fraternidad y en la ayuda de los equipistas un recurso importante de soporte y de aliento.

LA PROPUESTA DE LOS EOUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

Los ENS se proponen ayudar a las parejas casadas a vivir plenamente según el Evangelio con el soporte mutuo de los miembros de un equipo y la fuerza de la unión del Movimiento. Por este motivo.

UNA COMUNIDAD DE PAREJAS CRISTIANAS

Los Equipos proponen a cada pareja:

- Una forma de vivir como pareja casada en el mundo de hoy.

- Unos métodos para ayudar a vivir en pareja según las enseñanzas de Jesús.

- Una comunidad de parejas con el mismo ideal

- Una ayuda mutua fraternal, a la vez espiritual, humana y material.

- Una ocasión para estudiar y reflexionar juntos que conduce a los equipistas a profundizar en su fe y le ayuda a formar su conciencia personal.

- Una organización para promover la animación y la unidad del Movimiento a través del mundo.

- Una comunidad de parejas cristianas unidas por el sacramento del matrimonio, asistidas por un Consiliario espiritual.

Un equipo de Nuestra Señora, es entonces una comunidad de parejas unidas por el sacramento del matrimonio. Ellas se reúnen "en nombre de Cristo" y .quieren a ayudar a sus miembros para responder mejor al llamado de Cristo.

EN COMUNIÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA

Jesús ha querido que una comunidad visible sea el espacio de acogida y de puesta en obra del amor que Él nos ha dado. Él reunió a sus discípulos en una comunidad en la que Él estaba presente; Él les envió su Espíritu y les confió su buena nueva para transmitirla al mundo. Esta comunidad es la Iglesia que es su cuerpo está puesta al servicio de la comunidad humana.

Los ENS invitan a sus miembros a profundizar en equipo el amor de la Iglesia y a ayudarse mutuamente a volverse miembros activos del Pueblo de Dios en comunión con sus pastores.

Con frecuencia son animados por el magisterio para defender el ideal del matrimonio cristiano.

"Gracias por no habernos dejado solos para proclamar la belleza del amor, la grandeza de la pareja unida y fecunda. Gracias a todos vosotros de parte de todos los pastores de la Iglesia. Vuestra tarea es importante porque vosotros sois, en gran parte, la credibilidad de la Iglesia".

(Cardenal Danneels. Cuadragésimo aniversario de la Carta Belga)

 

LOS EQUIPOS INSERTADOS EN EL MUNDO

"El amor es paciente, el amor es bueno, no es envidioso, no se engríe, no es orgulloso, el amor no hace nada vergonzoso, no es egoísta y no se irrita."

(1 Cor. 13.4-5)

 

Tal es el amor que buscamos vivir gracias a los métodos de los ENS.

Debido a los cambios que se han producido en la sociedad, el matrimonio también ha sufrido cambios históricos. El número de matrimonios que fracasan es importante, ocasionando daños considerables a los esposos y a los hijos.

En nuestros tiempos, se olvida que el matrimonio es fuente de realización humana. Las parejas tienen necesidad del testimonio de otras parejas casadas que han vivido su amor a través del tiempo y con la seguridad de un futuro razonablemente previsible. Desde la época de Jesús, esta ha sido la característica del matrimonio cristiano. Las parejas de los Equipos de Nuestra Señora pretenden ser los testigos de ese amor cristiano, con el fin de ser un signo de esperanza para sus hermanos.

LOS MEDIOS DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

Los ENS no imponen a sus miembros una espiritualidad determinada; ellos quieren solamente ayudarles a que se comprometan en pareja, a seguir el camino trazado por Cristo. Para esto, los equipos proponen lo siguiente:

- las Orientaciones de Vida

- Los Puntos Concretos de Esfuerzo

- Una Vida de Equipo

Las parejas viven estos medios teniendo en cuenta tres líneas directrices:

- la gradualidad: el Señor nos toma ahí donde nos encontramos; se trata de que cada uno quiera progresar a partir de la situación particular donde se encuentra.

- la personalización : el mismo ritmo no es posible para todos, por lo tanto el camino es tanto personal como propio de cada pareja.

- el esfuerzo: no hay conversión personal ni de pareja sin la decisión de convertir nuestros deseos de progreso en acciones concretas, precisas y determinadas.

LAS ORIENTACIONES DE VIDA

Creer en el amor de Dios es un asunto de toda la vida; para ayudar a las parejas, los ENS proponen las orientaciones de vida:

Para ayudarse mutuamente a progresar en el amor de Dios:

- reservando en su vida un lugar importante para la oración,

- frecuentando regularmente la Palabra de Dios y esforzándose por vivir cada día mejor.

- Profundizando constantemente en los conocimientos de la fe, Acercándose frecuentemente a los Sacramentos, en particular a la Eucaristía.

- Esforzándose por profundizar el conocimiento y la práctica de la ascesis2 cristiana.

Para ayudarse mutuamente a progresar en el amor al prójimo:

- viviendo una auténtica ayuda mutua conyugal - escuchar, dialogar, compartir - en todos los campos, especialmente en el campo espiritual,

- cuidando constantemente de la educación humana y cristiana de sus hijos,

- practicando generosamente la hospitalidad,

- dando testimonio concreto del amor de Cristo, especialmente comprometiéndose con la Iglesia.

LAS PRIORIDADES DEL MOVIMIENTO PROPUESTAS EN LOS ENCUENTROS

Con motivo de los Encuentros Internacionales, el Movimiento propone, como orientaciones complementarias, las "Prioridades del Movimiento" para los años por venir. Esas "prioridades", definidas a partir de la observación de la realidad y de las necesidades de las parejas, son la inclinación (orientan los esfuerzos) del conjunto de los equipistas en una dirección común compartida.

 

 

LOS PUNTOS CONCRETOS DE ESFUERZO

Seguir una dirección de crecimiento espiritual y humano supone tomar un itinerario lógico y encontrar los medios para seguir fielmente en esa dirección.

"La experiencia muestra que, sin ciertos puntos de aplicación precisos, las orientaciones de vida corren el gran riesgo de ser solo letra muerta". (¿Qué es un Equipo de Nuestra Señora?)

Los Equipos de Nuestra Señora han llamado Puntos Concretos de Esfuerzo "esos puntos de aplicación precisa":

Los Puntos Concretos de Esfuerzo son una característica esencial del Movimiento. No se trata de cosas que se deben hacer, sino de actitudes interiores que se deben despertar y asimilar, las cuales van a conducir a una nueva manera de vivir. Constituyen una disciplina que ayuda a las parejas de los Equipos a practicar el Evangelio en su vida cotidiana.

El compromiso con estos puntos concretos de esfuerzo cambiará poco a poco a los esposos, desarrollando una vida espiritual conyugal que los acercará a Dios, a su cónyuge y a las demás personas.

Bajo plena libertad uno "se obliga" a hacer esfuerzos sobre los puntos concretos.

La decisión de "vivir" los puntos concretos de esfuerzo corresponde a una adhesión del corazón y se concretiza como un esfuerzo de la voluntad.

El esfuerzo, a través de cada uno de los puntos concretos, tiende a llevar a las parejas a ser capaces de acoger al Espíritu Santo que se agita interiormente y las hace crecer.

Los puntos concretos de esfuerzo exigen, de parte de cada uno de los esposos así como de la pareja, un compromiso a veces difícil de adquirir. No son algo que se impone y cada uno se compromete a practicarlos voluntariamente. Uno solo, se vería tentado a abandonar el esfuerzo; por este motivo, cada uno solicita la ayuda y el ánimo de su cónyuge y de su equipo.

Los puntos concretos de esfuerzo son una invitación a:

- Escuchar asiduamente la Palabra de Dios

Encontrarse diariamente con Dios en una meditación: la oración.

- Rezar en pareja, marido y mujer cada día y si es posible en familia: la oración conyugal

- Encontrar cada mes el tiempo para hacer un verdadero diálogo conyugal: "el deber de sentarse",

- Fijarse esfuerzos personales: "la regla de vida"

- Hacer cada año "un retiro"

ESCUCHA DE LA PALABRA - "escuchar" asiduamente la Palabra de Dios

Por que la palabra de Dios es vivificante y eficaz" (Hch. 4,12)

Dios habla a los hombres porque los ama. Él quiere entablar con ellos, con cada uno de ellos, una relación de amor, una relación de persona a persona. Él habla para hacerse conocer de ellos, para revelarles su gran proyecto de amor: para comunicarles sus pensamientos, su voluntad sobre ellos; para proponerles su Alianza.

Dios habla a través de las escrituras, de su creación, de sus intervenciones en la historia humana, de los profetas, y sobretodo de su hijo Jesús.

La escucha asidua de la "Palabra" permite a los equipistas, no solamente conocer a Dios, sino principalmente arraigarse en el Evangelio. Ella hace que cada uno de los miembros de la pareja entre en contacto directo con la persona de Cristo. Este contacto personal es el pilar de toda vida espiritual puesto que "La ignorancia de las Escrituras es la ignorancia de Cristo" (Juan Pablo II).

La Palabra creadora de Dios, es una fuente indispensable de motivación y de energía para nuestro crecimiento personal, nuestro crecimiento en pareja, y para la construcción de un mundo mejor.

Es por esto que los Equipos de Nuestra Señora invitan a cada persona a frecuentar, diariamente, la palabra de Dios, consagrando un tiempo para leer un pasaje de la Biblia, en particular los Evangelios, y a meditarlos en silencio, con el fin de comprender mejor lo que Dios nos dice a través de las Escrituras.

LA ORACIÓN PERSONAL - encontrase diariamente con Dios en una meditación silenciosa.

"Rezad con fidelidad, permaneced vigilantes por la oración siempre alerta y dando gracias a Dios (Col 4,2).

Nosotros somos llamados a donar nuestro tiempo al Señor para un encuentro íntimo con El y vivir de su presencia.

La oración cotidiana desarrolla en nosotros la capacidad de escucha y de diálogo con Dios. Consiste en dedicar un tiempo para estar solos con Aquel que nos ama. Es un tiempo de escucha silencioso, de corazón a corazón con Dios, un tiempo de descubrimiento y de aceptación del proyecto de Dios en nosotros.

No existen reglas rígidas para orar. Cada persona decide aquello que más le conviene (cuándo, dónde y cómo). Aquello que parece más importante para desarrollar esa profunda unión con Dios es la perseverancia y la regularidad.

"Las palabras en la oración no son discursos sino leños que alimentan el fuego del amor"(Catecismo de la iglesia católica, 2717).

LA ORACIÓN CONYUGAL Orar juntos, marido y mujer, cada día, y, si es posible, en familia.

"Yo en ellos y tú mi, para que sean perfectos en la unidad" (Jn. 17,23).

Cristo está presente de una manera muy especial cuando los esposos rezan juntos. No solamente renuevan su "sí" a Dios, sino que logran esa unidad profunda que solo da la unión de los corazones y los espíritus en el sacramento del matrimonio.

La oración conyugal se convierte en la expresión común de dos oraciones individuales y debe nacer naturalmente de una vida vivida en unión. Si los esposos tienen cada uno su propio estilo de oración, es muy importante que traten de desarrollar una forma común para descubrir y vivir una nueva dimensión de su vida conyugal. Su oración en común será más fácil, más auténtica y profunda cuando la escucha de la Palabra de Dios y la oración en silencio sean una práctica regular de los dos esposos.

El Magnificat, la oración común de los Equipos de Nuestra Señora, puede ser el punto de partida de esa oración cotidiana.

Cuando hay niños, es importante reservar algún momento a la oración en familia. El hogar es para los niños, su primer lugar de aprendizaje. Son los padres quienes tienen la obligación de transmitirles la fe y hacer que la casa sea un lugar donde ellos se sientan bien y dispuestos para la oración. Cuando los hijos crecen seguramente van a querer tener un tiempo más personal con Dios, pero de todas maneras algunos estarán dispuestos a compartir un momento de oración en familia, por ejemplo antes de las comidas.

EL "DEBER DE SENTARSE" encontrar cada mes el tiempo para hacer un verdadero diálogo conyugal.

"Sed sumiso; los unos a los otros en el respeto a Cristo" (Ef 5, 21)

El deber de sentarse nos ayuda a conocer poco a poco a nuestro cónyuge.

Es un tiempo que pasan juntos, marido y mujer, bajo la mirada del Señor, para dialogar en la verdad y con serenidad. Este tiempo de expresión de los sentimientos y de los pensamientos entre los esposos les permite un mejor conocimiento y ayuda mutua. Les permite mirar al pasado, analizar la vida conyugal y familiar, hacer proyectos para el futuro y ver cuáles son los cambios que se requieren para lograr ese ideal que ellos han escogido.

El deber de sentarse evita la rutina de la vida conyugal y mantiene jóvenes y vivos el amor y el matrimonio. Su valor es reconocido por todas las parejas que lo practican. Ellas reconocen en este encuentro la ocasión de amarse más.

Se recomienda empezar el deber de sentarse con un momento de oración o de silencio para tomar conciencia de la presencia de Dios. El silencio hace más profunda la atención del uno sobre el otro, acerca a Dios y crea una atmósfera natural y favorable.

LA REGLA DE VIDA - imponerse esfuerzos personales

"Procuren hacer lo bueno delante de todos" (Rm 12,17)

La regla de vida consiste, pues, en identificar aquellos puntos en los cuales cada uno de los integrantes de la pareja debe concentrar sus esfuerzos con el fin de seguir mejor en su camino de crecimiento y responder con alegría al llamado de amor que Dios le hace.

El imponerse una regla de vida ayuda a cada persona a adherirse más personalmente y más concretamente al proyecto divino sobre él (ella) y sobre la pareja. Se trata de una o varias disposiciones prácticas que cada uno emprende en su caminar de crecimiento espiritual y humano. No se trata de ninguna manera de pretender aumentar las restricciones; lo que se nos pide es hacer un esfuerzo gradual (poco a poco), con tenacidad, para mejorar en aquellos puntos débiles o mejorar algunas de nuestras cualidades.

A través de la reflexión sobre los aspectos de nuestra vida personal, conyugal, familiar;

y de nuestra vida cristiana, buscamos la verdad sobre nosotros mismos, con el fin de

reconocer aquello que ensombrece la voluntad de Dios.

Como se trata de un camino espiritual el avance no es lineal y por lo tanto, debemos volver a comenzar muchas veces. Esta regla debemos revisarla de tiempo en tiempo.

EL RETIRO ANUAL - hacer cada año un retiro.

"Venid vosotros mismos a un lugar aparte, en el desierto, y descansad un poco"Mc 6.

31)

Tomarse cada año el tiempo suficiente para apartarse delante del Señor, si es posible en pareja, en un retiro que permita reflexionar sobre la vida ante la presencia de Dios.

El retiro es un tiempo privilegiado para detenerse, escuchar y orar para tener un resurgimiento espiritual. También es un tiempo muy adecuado para entrar dentro de sí mismo y hacer un examen general de vida, sobretodo con respecto a su camino de crecimiento.

Con frecuencia es una buena posibilidad de mejorar el conocimiento del pensamiento divino, que se percibe, de una manera a veces fragmentada o somera, con la lectura de la Palabra y durante el curso de la vida cotidiana.

Las parejas de los Equipos son invitadas para que aprovechen el ambiente particular de los retiros con el fin de renovarse. Se les invita a retirarse de la vida y del trabajo para escuchar a Dios y discernir su plan sobre los esposos.

UNA VIDA DE EQUIPO

El equipo no es un fin en sí mismo: es un medio al servicio de sus miembros que les permite:

- vivir tiempos fuertes de oración en común y por separado;

- ayudarse eficazmente a caminar hacia el Señor y a dar testimonio de Él.

En la vida de toda comunidad cristiana, es posible distinguir esquemáticamente tres aspectos:

Cristo: el equipo se vuelve hacia el Padre para acoger su amor;

En Cristo el equipo comparte ese amor: "no son sino un solo corazón y una sola alma";

- Poseído por el Espíritu de Cristo, el equipo envía a sus miembros al Mundo para revelar ese amor.

Ninguna pareja entra a los equipos por presión, ninguna permanece en ellos obligada. A quienes pertenecen al movimiento se les pide lealtad con las otras parejas, la práctica de la mística y la de la pedagogía del mismo, como también que permanezcan activos y sean fieles al Espíritu.

LA REUNIÓN DE EQUIPO

La reunión de equipo es la cumbre de la vida de esta pequeña comunidad.

La reunión es un momento privilegiado para compartir, en un ambiente de caridad y de amor fraterno. Un amor verdadero del uno por el otro es exigente y no puede resultar de una actitud pasiva. Ese compartir, de los unos con los otros, supone un clima de confianza mutua y de discreción por parte de cada uno de los miembros del equipo.

El equipo se reúne cada mes en la casa de uno de los hogares. Es muy importante que todos los miembros del equipo estén presentes con el fin de favorecer la armonía y preservar la unidad del equipo.

La reunión se desarrolla en cinco partes diferentes a cada una de las cuales se debe asignar un tiempo suficiente:

- la comida

- la oración en común

la participación sobre los puntos concretos de esfuerzo

la puesta en común

- el intercambio sobre el tema de reflexión

El orden puede variar de acuerdo a las necesidades de cada equipo.

La Comida

"Ellos partieron el pan en sus casas, alimentándose con alegría y sencillez de corazón" (Ac 2,46)

La reunión comienza generalmente con la comida. Es importante que sea sencilla, cada pareja puede aportar un plato, de manera que todos participen y puedan ayudar a aquellos que no tienen ni el tiempo ni los medios.

La Puesta en común

"Ante todo, amaos ardientemente los unos a los otros, puesto que el amor borra un gran número de pecados". (1 P. 4, 8)

Este es un momento muy importante de la ayuda mutua. Es un momento durante el cual las parejas hablan sobre los acontecimientos más importantes después de la última reunión. Ponen en común sus preocupaciones de la vida cotidiana, sus compromisos apostólicos, sus alegrías, sus esperanzas y sus preocupaciones. No es otra cosa que la escucha atenta de cada persona, una tras otra, y que crea un afecto auténtico y estimulante de los unos con respecto a los otros. Corresponde al estado de vida de los miembros del equipo que se reúnen.

La Oración comunitaria

"Jesús les contó una parábola para mostrarles que debían orar todos los días sin descorazonarse" (Lc 18,1).

"La oración es el diálogo personal del individuo y de la comunidad con Dios".

(Agenda del Papa Juan Pablo JI para el tercer milenio)

 

La oración es un elemento esencial de la vida de cada equipo. Es el centro y la cumbre de la reunión, y muchas veces puede tomar la forma de una Eucaristía una vez obtenida la autorización correspondiente, donde sea necesaria.

La oración comienza con la lectura lenta y en voz alta de un texto de las Escrituras seguida de un tiempo de silencio para acoger interiormente y meditar la Palabra del Señor. En seguida, cada uno expresa su opinión sobre el texto bajo la forma de una oración compartida. Es Dios quien nos habla a través de la voz de nuestros hermanos. El silencio después de cada meditación también es una oración. Vivimos entonces la escucha de la Palabra en y por medio de la pequeña "eccíesiola" que forma el equipo.

Los equipistas presentan luego sus intenciones con el fin de que todos puedan unirse, para dar gracias, para pedir luz, fuerza, perdón o intercesión.

La oración termina con una oración litúrgica, un Padre Nuestro, el Magnificat, o un canto, etc.

La participación sobre los puntos concretos de esfuerzo

"Con un corazón puro, amaos los unos a los otros, sin desfallecer" (1 P. 1,22)

Este compartir es el momento fuerte de ayuda mutua espiritual. Esta mutua toma a cargo se puede hacer siguiendo las tres actitudes:

- búsqueda asidua de la voluntad de Dios;

- búsqueda de la verdad sobre nosotros mismos;

- experiencia del encuentro y de la comunión (la participación).

Concretamente cada equipista es invitado a compartir su vivencia de los Puntos Concretos de Esfuerzo durante el mes transcurrido.

Este compartir de los Puntos Concretos de Esfuerzo no es un examen de conciencia, ni una verificación de los éxitos o fracasos, sino un repaso de los esfuerzos que se necesitan para progresar en la vida espiritual.

En un equipo, cada uno se encuentra en un estado diferente de su vida espiritual, y evoluciona a su propio ritmo. Es esencial aceptar esta diversidad con el fin de que todos puedan expresarse libremente y en confianza. Las experiencias, los progresos o las dificultades pueden ayudar a los demás a seguir su camino en la fe.

La participación sobre los Puntos Concretos de Esfuerzo sigue a la oración comunitaria para mantener el ambiente.

Intercambio sobre el tema de reflexión (estudio)

Es muy importante para cada pareja cristiana que refuerce y profundice su conocimiento de la fe. Este es el objetivo del tema de reflexión.

Los temas de reflexión requieren una actividad no solamente intelectual, sino también espiritual - animada por el Espíritu Santo - en el estudio personal, en los diálogos en pareja antes de la reunión, en el intercambio con el equipo. Ellos permiten que durante la reunión se expresen diferentes tipos de reflexiones que deben ayudar a profundizar en la fe y a repercutir en la vida de cada uno. Estos intercambios son una ocasión para que los equipistas se desarrollen y formen su conciencia personal.

La reunión puede terminar con el rezo del Magnificat, que es la oración adoptada por el Movimiento y que los equipista se comprometen a rezar todos los días en comunión con los miembros de los Equipos de todo el mundo.

LA VIDA DE EQUIPO POR FUERA DE LA REUNIÓN MENSUAL.

La vida del equipo no se limita a la reunión mensual. La oración, en unión con los otros

miembros del equipo y por sus intenciones, el diálogo, el compartir y la ayuda mutua

(espiritual y material) deben continuar a lo largo del mes, por iniciativa de cada equipo.

El responsable debe velar porque esto se cumpla.

Es importante que los niños de las parejas del equipo se beneficien de la amistad profunda que caracteriza a un equipo de Nuestro Señora y que, además de la reunión mensual, se sientan vinculados al equipo como a una gran familia.

LA REUNIÓN BALANCE

La última reunión del año que hace el equipo es una reunión balance. Esta ofrece al equipo la oportunidad de reflexionar con franqueza y dentro el espíritu cristiano, sobre el estado en que se encuentra, sobre su trayectoria, sobre el progreso en el transcurso del año que pasó y sobre la preparación para el año que viene.

No podemos olvidar que lo esencial es buscar la voluntad de Dios sobre la pareja y a través del equipo y discernir sobre su llamado a vivir más auténticamente el amor de ágape que es el alma de toda comunidad cristiana.

EL COMPROMISO

De tiempo en tiempo, los equipistas son invitados a renovar su compromiso de observar fielmente el espíritu y los métodos del movimiento. Esto se hace en una ceremonia simple que puede tener lugar durante el curso de una reunión del equipo u durante uno de los eventos del sector o de la región.

LA ORGANIZACIÓN DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

EL ESPÍRITU DE LA ORGANIZACIÓN

Un equipo de Nuestra Señora no puede vivir en el aislamiento. Los ENS constituyen un movimiento conformado en una organización destinada a coordinar, animar, enlazar, apoyar, servir a los equipos y a mantener la unidad.

Un equipo de base funciona ante todo gracias al compromiso de sus miembros, y en segundo lugar porque es ayudado y alimentado por el Movimiento con el cual vive en comunión.

La unidad se forma y se mantiene por el deseo de progresar todos juntos, en la fidelidad al espíritu y a los métodos de los Equipos de Nuestra Señora.

Los miembros pertenecen no solamente a su equipo sino también al Movimiento y esto se expresa y se concreta por medio de:

- la oración del "Magnificat" cada día, en unión con los otros miembros de los equipos en todo el mundo

- la lectura de las "Cartas de los Equipos de Nuestra Señora" publicadas en los

diferentes niveles del movimiento

- la participación en las manifestaciones y celebraciones organizadas en los diferentes niveles: sectores, regiones. super-regiones o en el nivel internacional.

- la "acogida y hospitalidad" a otros miembros de los Equipos de Nuestra Señora cuando se presente la oportunidad.

- la "aceptación de una responsabilidad" o la participación en la organización y animación del Movimiento.

La contribución a la vida material del Movimiento.

Es importante que los miembros del Movimiento hagan una contribución anual, según los medios de que dispongan, con el fin de ayudar a desarrollar su misión a favor de las parejas. Es difícil evaluar la cantidad que se debe aportar, sin embargo, se sugiere aportar cada año el ingreso equivalente a un día de trabajo. La falta de medios financieros no deberá ser nunca un freno para la ontribución de alguien en las actividades del Movimiento.

"Ellos venden sus propiedades y sus bienes y comparten las utilidades entre todos según las necesidades de cada uno" (Hch. 2: 4-45)

EL EQUIPO

Un equipo está constituido por cinco a siete parejas asistidas por un Sacerdote Consiliario Espiritual.

Los miembros de los ENS son cristianos unidos por el Sacramento del Matrimonio y casados válidamente ante los ojos de la Iglesia quienes:

Expresan su voluntad de pertenecer al Movimiento.

Aceptan tomar parte en la vida comunitaria del equipo y del Movimiento.

Se comprometen a ser fieles al espíritu y a poner en práctica los métodos de los Equipos de Nuestra Señora.

Respetan la libertad de conciencia de los otros equipistas y sus diferencias humanas y sociales.

- Buscan vivir en fidelidad al Papa y siguiendo la doctrina de la Iglesia.

Los viudos y viudas, cuando fallece el cónyuge, pueden permanecer en el equipo.

LA PAREJA RESPONSABLE

Todo equipo elige cada año una pareja responsable. Su papel consiste en estimular y reforzar el compromiso de los miembros del equipo con respecto a esta pequeña comunidad, con el fin de que la ayuda mutua sea efectiva y que cada uno se sienta verdaderamente aceptado, reconocido y amado.

La pareja responsable se asegura de que todos participen activamente en la reunión mensual del equipo y se preparen para ella. Debe informar a los equipistas sobre la vida del Movimiento y animarlos a que tomen parte activa en las reuniones en todos los niveles de la organización.

· EL SACERDOTE CONSILIARIO ESPIRITUAL

Cada equipo debe asegurar la participación de un sacerdote. En el equipo, comunidad de iglesia, éste no es más que un consejero espiritual que cumple con su función sacerdotal. El pone de manifiesto la unión que hay entre el sacerdocio y la comunión con la Iglesia.

"Poner presente a Cristo como Cabeza del Cuerpo", (Sínodo de Obispos 1971)

El papel que el sacerdote ejerce dentro del equipo permite a los equipistas enriquecerse del reencuentro de los dos sacramentos, el orden y el matrimonio.

Si el equipo no logra conseguir la participación de un Sacerdote Consiliario Espiritual, serán los responsables del sector, fieles a las líneas de conducta del Movimiento, quienes les proporcionen "un acompañante espiritual temporal".

INSTANCIAS DE RESPONSABILIDAD Y DE ANIMACION

EL SECTOR

El sector es una comunidad de equipos que quieren hacer el camino juntos y ayudarse mutuamente en este camino. Forma una unidad geográfica de aproximadamente de 5 a 20 equipos, lo suficientemente pequeña que les permita comunicarse entre sí, pero con suficientes equipos para asegurar la animación.

La responsabilidad de un sector es confiada por el Movimiento a una pareja llamada "responsable del sector", ayudada ésta por un "equipo de sector". Este equipo está conformado por algunas parejas y un sacerdote, el Consiliario del Sector. Su tiempo de servicio es de tres años.

Las funciones del equipo de sector son: la animación espiritual, el enlace, la formación, la organización de actividades, la difusión del movimiento.

LA REGIÓN

La región agrupa varios sectores vecinos con el fin de ayudarse mutuamente. Es un espacio de comunicación y de comunión entre las parejas responsables del sector, los miembros de los equipos del sector y otras parejas que prestan algún servicio. Una pareja se escoge como "responsable de la región" por cuatro años. Con la ayuda de un equipo y de un Consiliario Espiritual de la Región, responden a un objetivo común de animación, de enlace, de formación, de difusión, de reflexión, de discernimiento y de construcción de la unidad, con respecto a los equipos de la región.

LA SUPER-REGIÓN

La super-región agrupa, bien sea las regiones de un país, o bien las regiones de países vecinos. La experiencia nos demuestra que 200 equipos como mínimo son una buena base para permitir el funcionamiento de una super-región.

La responsabilidad se confía a una pareja denominada "responsable de la super-región". Esta pareja invita a otras parejas y a un sacerdote para que los acompañe en su servicio, en la reflexión, el discernimiento y la animación de las regiones que les son confiadas.

Todos juntos constituyen "el equipo de la super-región" en espíritu de colegialidad, de responsabilidad compartida y de comunión. La pareja encargada de esa responsabilidad cumple con su servicio normalmente durante un período de cinco anos.

Su misión, debe ser vivida en la fidelidad al carisma fundador, a la vocación y a la misión del Movimiento. En este nivel, la pareja super-regional tiene la responsabilidad de transmitir a los equipos las grandes orientaciones del Movimiento, de velar por el respeto a su pedagogía y a sus métodos. Tiene la responsabilidad de la unidad y de la comunión, de la formación de los cuadros responsables y de los equipistas de la super-región.

La pareja super-regional es miembro del Colegio Internacional del Movimiento.

Para algunas super-regiones, en las cuales el número de equipos es muy grande, puede existir una estructura intermedia, de tipo "provincia" que agrupa algunas regiones. Una pareja es escogida como "responsable de la provincia". Su tiempo de servicio es de cuatro años

EL EQUIPO RESPONSABLE INTERNACIONAL (ERI)

El Equipo Responsable Internacional es la instancia de responsabilidad general del Movimiento. El ERI, que trabaja en colegialidad, está compuesto por 5 o 6 parejas y un sacerdote Consiliario Espiritual disponible al Movimiento.

La selección de los miembros del ERI se inspira en el carácter internacional del Movimiento. Estos se comprometen a título personal y no como representantes de su país de origen.

El tiempo de servicio de cada pareja del ERI generalmente es de seis años. El Equipo

Responsable Internacional asume colegiadamente la responsabilidad general del

Movimiento. Ellas ejercen sus funciones en estrecha colaboración con las parejas

super-regionales.

El ERI escoge entre sus miembros una pareja para que sea responsable. Su tarea consiste en asegurar la animación y la comunión en el seno del ERI y del Colegio Internacional. Es la representante oficial del Movimiento. Su tiempo de responsabilidad es de seis años.

La responsabilidad y la misión del ERI consiste en:

- Animar al conjunto del Movimiento.

- Mantener el Movimiento unido con la Iglesia universal.

Velar por fidelidad a las intuiciones fundadoras del Movimiento.

Ejercer el discernimiento a largo plazo.

Asegurar la unidad del Movimiento.

- Desarrollar el Movimiento, y en particular implantarlo en aquellos países

donde todavía no está presente, fuera de las zonas de difusión de las superregiones.

EL COLEGIO INTERNACIONAL

El Colegio Internacional es una instancia de reflexión y de intercambio, destinada a favorecer, el ejercicio colegial de la responsabilidad general del Movimiento a nivel internacional. Al mismo tiempo, refuerza la unidad y la comunión entre sus miembros. Está compuesto por el ERI y las parejas super-regionales.

Ocasionalmente las parejas responsables de las regiones aisladas y de las coordinaciones son invitadas a participar en la reflexión del Colegio.

CASOS PARTICULARES

El sector aislado

Este sector se denomina así porque no se puede integrar, ni puede participar de la vida de una región por causa de su aislamiento geográfico. La responsabilidad se define y se ejerce de la misma manera que un sector integrado a una región. El enlace de un sector aislado lo realiza un miembro de un equipo regional, de un equipo de coordinación o del ERI. La pareja responsable es nombrada por la pareja responsable que ejerce la función de enlace.

La región aislada

Se llama así a una región que no está integrada a una super-región y que agrupa un número de equipos insuficiente para darle la organización de una super-región.

La responsabilidad de una región aislada se define y se ejerce de la misma manera que la de una región integrada a una super-región.

ESTRUCTURAS INTERMEDIAS TEMPORALES

En algunas circunstancias, más que todo por razones de orden geográfico, especialmente cuando las distancias son demasiado grandes, se pueden formar estructuras intermedias y temporales para favorecer la animación y la expansión del Movimiento.

La pre-región y el pre-sector

Las parejas animadoras de esos niveles intermedios tienen la responsabilidad y el tiempo de servicio similar al de las parejas regional o de sector.

La coordinación regional o inter-regional

Se llama así a una estructura intermedia y temporal que agrupa un conjunto heterogéneo de entidades dispersas en una zona geográfica determinada (regiones, pre-regiones, sectores, pre-sectores, sectores aislados, equipos aislados) que no disponen de un número suficiente de equipos para tener la organización de una región aislada o de una super-región.

La responsabilidad de una coordinación regional o inter-regional es confiada por el

Movimiento a una pareja llamada "pareja coordinadora" - su nombramiento lo hace el

ERI y su tiempo de servicio es de 4 a 5 años.

LOS SERVICIOS DEL MOVIMIENTO

"Aquél que sirve lo debe hacer con la fuerza que Dios le de" (1 P. 4,11)

LA RESPONSABILIDAD: un servicio.

"Una responsabilidad espiritual no se concibe sino como recibida del Señor y no puede ser usurpada. Es decir, que es necesario mantener la unión con Aquél que nos la ha confiado',. (Padre Roger Tandonnet)

Tal es el espíritu de responsabilidad en los Equipos de Nuestra Señora. Con mucha frecuencia en el mundo, "responsabilidad" es sinónimo de poder y de fuerza. Cuando Cristo lavó los pies a sus discípulos, nos mostró una manera diferente de ejercer nuestra responsabilidad en los Equipos de Nuestra Señora, poniéndonos al servicios de nuestros hermanos y hermanas. En los Equipos, la responsabilidad es una invitación a un amor más grande, y todas las responsabilidades son un llamado a servir.

Las responsabilidades en los ENS se cumplen en pareja, es decir los dos cónyuges juntos. Estas se llevan a cabo en un equipo de servicio, con la ayuda de otras parejas y asistido por un Sacerdote Consiliario Espiritual, en un clima de responsabilidad compartida, de colegialidad y de comunión.

Asumir un servicio implica tener buen conocimiento del objeto de dicho servicio y del Movimiento.

Toda responsabilidad es limitada en el tiempo: su duración varía según los diferentes niveles de responsabilidad.

Las diferentes responsabilidades se explican en el libreto sobre "La Responsabilidad en los Equipos de Nuestra Señora", sin embargo, en esta Guja del Movimiento se ha incluido un breve resumen.

LA FUNCIÓN DE ENLAZAR

Un equipo no marcha solo. El enlace es indispensable para la construcción de un espíritu de comunidad y de unidad, para dar el sentido de pertenencia al Movimiento y de fidelidad a sus objetivos y al carisma fundador. El enlace permite la comunicación entre los equipos y el movimiento así como entre los diferentes equipos.

El enlace es esencial en cada instancia de responsabilidad y, es particularmente importante entre los equipos y el sector, instancia esencial para la vida de los equipos.

La forma de enlazar será adaptada para responder a las situaciones particulares. Deberá ser personal e implica encuentros con otras personas cuando sea posible. La función de enlazar debe realizarse en un espíritu de oración y de amistad.

Las parejas enlace se aseguran que las parejas de los equipos, de los cuales son responsables, reciban el apoyo necesario para vivir su espiritualidad conyugal, con la ayuda de los medios propuestos por el Movimiento.

LOS NUEVOS EQUIPOS EN EL MOVIMIENTO

DESARROLLO DEL MOVIMIENTO

Los equipos de Nuestra Señora, como un regalo del Espíritu Santo a la Iglesia, están confiados al buen cuidado de todos sus miembros. Esta responsabilidad, así como la de permitir a otras parejas que la vivan, corresponde a cada uno de los equipistas.

Los equipistas quieren hacer conocer los ENS, porque están convencidos de que pueden ayudar a muchas parejas a seguir a Cristo.

La difusión del movimiento se practica de maneras diferentes. Muchas de las parejas tienen conocimiento de los Equipos por amigos equipistas.

Sin embargo, es el sector el que tiene la responsabilidad de coordinar y organizar la difusión y la información con respecto al movimiento de los ENS. La manera de proceder puede variar de un sector a otro en función del contexto local y de los carismas propios de las parejas encargadas de esta tarea.

LA INFORMACIÓN

Esta misión tiene por objeto brindar una información clara y objetiva sobre el Movimiento, sobre sus riquezas y sus exigencias.

Se trata de presentar los ENS, sus objetivos, su propuesta, sus medios y sus métodos apoyándose en los documentos del Movimiento, indicando cómo son hoy día y cómo están insertados dentro de la Iglesia.

Cada sector debe organizar la información en función de la realidad local.

EL PILOTAJE

Es de mucha importancia poner atención a la configuración de un nuevo equipo. El equipo de base es la célula más importante del Movimiento. Toda la vida de éste se nutre de esa fuente.

Una pareja, llamada la "pareja piloto", acompaña al nuevo equipo durante algunos meses. Esta le transmite el conocimiento, el espíritu y los métodos del Movimiento de una manera gradual, adaptándose a las diferentes fases de su pedagogía. La pareja piloto utiliza los documentos apropiados para cumplir con este servicio.

Al final del pilotaje, se puede organizar un fin de semana o un retiro para los nuevos equipos, de tal forma que sus miembros puedan profundizar su conocimiento sobre el Movimiento, conocer a otras parejas nuevas y comprometerse mas.

LAS EXPERIENCIAS DEL CAMINO RECORRIDO

Los equipistas, enriquecidos y sostenidos por la vida del Movimiento son invitados a comprometerse en las necesidades de su comunidad al servicio de la Iglesia.

Durante algunos meses, comparten con algunos grupos particulares, su vivencia y su conocimiento de la vida cristiana, de la vida conyugal y familiar, como también de la vida en comunidad.

Esto ha dado lugar a muchas iniciativas que vienen a ayudar a las parejas que no forman parte de los Equipos de Nuestra Señora con el fin de reunirse en grupo y ayudarse mutuamente en la búsqueda de una vida comprometida.

Al final de la experiencia, los Equipos de Nuestra Señora se presentan en grupo, como una opción para aquellos que tienen el deseo de continuar formando parte de una comunidad.

 

LA VIDA DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA COMO MOVIMIENTO

Los miembros de los equipos son invitados a integrarse y a colaborar en la vida del Movimiento y en sus estructuras, aportando una colaboración voluntaria y leal.

Por fuera de las reuniones de equipo y de las reuniones de trabajo de diferente nivel, se organizan otras actividades más formales u oficiales a saber:

LAS REUNIONES DEL SECTOR, DE LA REGIÓN, LA SUPER-REGIÓN ETC....

Al menos, una vez por año, se organiza una reunión en cada sector, región o super-región, para reunir a todas las parejas que tienen responsabilidades en el Movimiento. Esta es una ocasión de orar juntos, de construir la unidad y la comunión, de proponer orientaciones, de formar, de reunir a los responsables locales del Movimiento y de informarse sobre las evoluciones a nivel regional, nacional e internacional.

LAS SESIONES DE FORMACIÓN.

Las Sesiones de Formación (Jornadas) son momentos muy importantes en la vida de los Equipos. Su objetivo es formar o profundizar en el conocimiento del espíritu y los métodos del Movimiento. Al dar a los equipistas esta oportunidad de profundizar en la propuesta de vida de los Equipos de Nuestra Señora, ellos se vuelven mucho más seguros de su compromiso. Viven mejor el Movimiento y cumplen mejor con sus responsabilidades.

Una sesión normalmente se realiza con los participantes, internos durante un fin de semana. Esos días, vividos, inmersos en la atmósfera de los Equipos, con otras parejas provenientes de equipos diferentes, constituyen un tiempo muy fuerte de amistad y de compartir.

El programa de la Sesión consiste en una serie de momentos de oración, de conferencias y de intercambio que enriquecen y mejoran la vida de los participantes.

Una Sesión Internacional, reúne generalmente equipistas de diferentes países. Este período de formación se enriquece con los intercambios entre parejas de diferentes culturas, experiencias y medios.

Las sesiones de vacaciones son una combinación de sesiones de formación y de vacaciones. Esto da lugar a una ocasión única para que toda la familia viva y comparta un tiempo espiritual. El programa incluye actividades para los niños así como un tiempo para compartir y disfrutar en familia.

LOS ENCUENTROS

El Movimiento organiza encuentros internacionales de manera regular. Constituyen momentos fuertes de oración, de intercambio y de orientación de los ENS para su universalidad.

Estas orientaciones, para el conjunto de los equipistas, son las "prioridades del Movimiento para los años siguientes", propuestas a partir de la observación de la realidad y de las necesidades de las parejas.

El Encuentro que, permite reunirse a todos los que así lo deseen, es un signo muy importante de la unidad de espíritu, que reúne a miles de equipistas del mundo entero en un ambiente de alegría y de alabanza a Dios.

LA MISION

LA MISIÓN DEL MOVIMIENTO

Los Equipos de Nuestra Señora tienen una misión específica y directa: ayudar a las parejas a vivir plenamente el sacramento del matrimonio.

Al mismo tiempo, tienen un objetivo misionero: anunciar al mundo los valores del matnmonio cristiano, por medio de la palabra y el testimonio de vida. (El segundo aliento 1988)

MISIÓN DE LOS EQUIPISTAS

"La sociedad contemporánea tiene particularmente necesidad del testimonio de las parejas que conservan su matrimonio, como un Signo elocuente (aunque a veces sea difícil de portar) de nuestra condición humana y del amor constante de Dios"

(Juan Pablo II, Agenda para el Tercer Milenio)

"Si los Equipos de Nuestra Señora no son un semillero de hombres y mujeres listos a

asumir con coraje todas sus responsabilidades en la Iglesia y en la ciudad, pierden su

razón de ser" (P. Henrí Caffarel)

MISIÓN EN EL MOVIMIENTO

Se deben poner los dones que hemos recibido de Dios al servicio del propio equipo, del sector, de la región por medio de:

- La participación en un esfuerzo común para vivir plenamente la comunidad y practicar la ayuda mutua.

- El apoyo a quienes responden al llamado a servir y aceptan una responsabilidad.

- La contribución a las nuevas iniciativas que se dan en respuesta a las aspiraciones cada vez mayores de las parejas.

"Nadie puede estar inactivo" (Juani Pablo II Christisfidelis Laicí)

MISIÓN EN LA IGLESIA

Los equipos, como tales, no se comprometen en una acción conjunta y determinada, porque cada pareja debe descubrir la llamada a la cual el Señor desea que responda.

Pero esta libertad fecunda en compromisos no nos puede dejar olvidar que el Movimiento tiene un carisma que le es propio y que no puede "ocultarse a sus semejantes", y a las llamadas especificas de los Obispos en el campo de la pastoral familiar.

"También es importante que los Equipos:

- se abran a otros medios sociales y se preocupen de las necesidades de su país, especialmente aquellas señaladas por la Iglesias locales"

(El segundo aliento 1988)

-"Respondan al llamado de la Iglesia para una nueva evangelización fundada en el amor humano y la vida de familia. Hoy, la Iglesia tiene más necesidad de laicos casados, bien formados en la fe , donde la fe y la vida se nutren mutuamente. Las parejas cristianas también tienen un deber misionero y el deber de ayudarse con otras parejas, a las cuales deben comunicar legítimamente sus experiencias y manifestar que Cristo es la fuente de toda vida conyugal.

(Juan Pablo II - 50 aniversario de la Carta)

MISIÓN EN EL MUNDO DE HOY

Las parejas son llamadas a ser la levadura de renovaéión no solamente en la Iglesia, sino

también en el mundo, y a mostrar a través de su testimonio que:

- El matrimonio está al servicio del amor

- El matrimonio está al servicio de la felicidad

- El matrimonio está al servicio de la santidad.

"1nnumerables hogares os estarán agradecidos por la ayuda que les habéis aportado; la mayoría de las parejas tienen hoy necesidad de ser ayudadas".

(Pablo VI a los ENS 1976)

Para llevar a cabo nuestra misión, la acción debe ir siempre acompañada de la oración.

"La oración, ¿no es ella la fuerza que nos saca de nosotros mismos y nos pone al servicio de los demás?. Gracias a ella, los medios humanos adquieren su plena eficacia y es ella la que continúa obrando cuando dichos medios no pueden hacer nada ".

(P. Henri Caffarel)

 

 

 

 

 

 

 

NOTAS:

(1) La palabra "carisma" viene del griego "charisma" que significa "don gratuito" y tiene la misma raíz que la palabra "charis" "gracia". La gracia es un don del Espíritu. Hay también dos gracias excepcionales llamadas carismas, dones que deben ser utilizados para el bien comun.

(2) Ascesis: la palabra ascesis viene de la expresión griega que significa "ejercitarse" - una palabra que evoca el ejercicio que se hace para permanecer en buen estado de salud. Igualmente, a la pareja que se ejercita en la vida cristiana se le presenta, en la vida conyugal y familiar, la ocasión de practicar la ascesis: "ejercitarse en amar sin egoísmo." Los puntos concretos de esfuerzo son los medios propuestos por el Movimiento de los ENS para animar y nutrir este entrenamiento de amar sin egoísmo. "Los atletas se tienen que privar de todo, pero ellos lo hacen para obtener una corona perecedera, nosotros, lo hacemos por una que no va a perecer jamás ". (1 Cor, 9,25)

1. EL CARISMA DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA, HOY

Hace cuarenta años, cuando la Carta de los Equipos fue redactada, no se podían prever las situaciones nuevas que se han ido presentando en el Movimiento, en la Iglesia y en el mundo. La historia cambia, pero el carisma del Espíritu sigue inspirando a las parejas al servicio del amor bajo los nuevos signos de los tiempos.

La reflexión que proponemos en este documento tiene como objetivo ayudar a los equipos a encontrar nuevos motivos de animo y de orientación para vivir las aspiraciones de los ENS con toda la esperanza y vitalidad de un segundo aliento.

 

1.1 Situación actual del Movimiento

La voluntad de Dios sobre los ENS en cada momento de la historia se descubre poco a poco y se comprende a la luz de los acontecimientos vividos, en la convergencia de ideas que surge en la reflexión común entre el Equipo Responsable Internacional (ERI) y los Responsables de las Superregiones, y en las necesidades detectadas a través de los contactos personales con los responsables a los distintos niveles y con los equipos de base.

El P. Caffarel, en numerosas intervenciones, hace a menudo llamadas a un esfuerzo de fidelidad, y creatividad, mirando siempre hacia el futuro, para que los Equipos, en lugar de ser un simple movimiento conservador que mantenga la fe de la Iglesia, sean realmente "fermento de renovación".

Ese fermento de renovación que los Equipos pretenden ser en la Iglesia, debe actuar hoy en la coyuntura diferente, que el P. Caffarel analizaba en su encuentro de 1987 con los responsables regionales de Europa. Ciertos aspectos del carisma fundador han quedado iniciados pero no desarrollados en profundidad, quizás porque hace cuarenta años tampoco fueron captados en todo su alcance.

- El primer aspecto que no ha sido bien explicitado en la pedagogía del Movimiento es que el amor por si solo no es el único factor de perfección para la pareja: es necesaria también la abnegación; pero una abnegación que no proceda del amor no tiene un verdadero sentido.

- El segundo aspecto es que el Movimiento no ha profundizado suficientemente en el sentido humano ni en el sentido cristiano de la sexualidad, y por tanto, tampoco ha ayudado suficientemente a las parejas a comprender y a vivir la dimensión sexual de la espiritualidad conyugal. Como consecuencia las exigencias morales parecen a menudo inaceptables, y sus transgresiones encuentran fácilmente una justificación. Enfrentarse a este tema es urgente para un Movimiento de Iglesia.

- El tercer aspecto radica en la importancia de la misión de los ENS en la Iglesia como Movimiento de parejas; fue en su origen una pequeña revolución y sigue siendo todavía hoy una aportación nueva. Debemos ayudar a la Iglesia a revisar

su visión del hombre su teología y su mística de la pareja, cumbre de la creación: "hombre y mujer los creó"

Hay Otros aspectos que no se podían prever hace cuarenta años porque sólo el paso del tiempo los ha hecho evidentes: la necesidad de dar a la mayoría de las parejas jóvenes una formación cristiana de base, de acompañar a aquellos que quieren ir «más lejos «, de ayudar a integrar en la vida de la pareja el trabajo de la mujer y el sufrimiento del paro, de ayudar a las parejas a envejecer bien, a morir bien y a vivir su viudedad. Finalmente, tendríamos que aprovechar mejor las riquezas de una internacionalidad creciente evitando al mismo tiempo que se menoscabe la unidad del Movimiento.

 

1.2 Situación actual de la Iglesia

La Iglesia se encuentra igualmente en un momento decisivo de la historia. Después del Concilio (1964), la Iglesia, pueblo de Dios en marcha, ha querido acoger un compromiso mucho más positivo con el mundo y dentro del mundo. Nada humano puede serle ajeno a una Iglesia cuya vocación es ser el germen del Reino de Dios partiendo de las realidades concretas de la vida de los hombres.

La Iglesia ha expresado su voluntad de asumir una opción preferencial en favor de los pobres y de los jóvenes, de interrogarse frente a una sociedad materialista que está, sin embargo, en búsqueda de extraños misticismos, de vivir las tensiones de un pluralismo difícil, -(que muestra que está formada por hombres pero asistida por el Espíritu)-, de plantearse el encontrar los caminos de una nueva evangelización que se dirija al hombre de modo integral.

En cada época el Espíritu de Dios suscita determinados carismas que dan lugar a órdenes religiosas y a movimientos que responden a las necesidades de evangelización de las nuevas generaciones.

Hoy no es exagerado pensar, que la nueva evangelización de las realidades terrestres tendrá que hacerse creíble gracias al signo del amor que posee un gran poder de irradiación y de testimonio: el amor conyugal, el amor de la familia, el amor vivido en pequeñas comunidades cristianas. Ese es el servicio, la misión que la Iglesia reclama a los Equipos de manera urgente. Sin este amor de laicos casados, sin esas familias que han aprendido a compartir, sin esas comunidades de fe de matrimonios, como son los Equipos, la Iglesia difícilmente podrá convencer al mundo de que el Evangelio es una llamada, y de que ese amor se puede vivir realmente.

 

1.3 Situación actual del mundo

Siempre que se describe la situación del mundo desde un punto de vista espiritual, es fácil no tener ojos más que para las carencias, las heridas, las situaciones de pecado. Sin embargo, a pesar de todos esos signos negativos, sabemos que el Espíritu de Dios está presente, que el Señor está con nosotros hasta el fin de los tiempos, y esto nos ayuda a reconocer también los signos de esperanza, los signos de la gracia.

El individualismo creciente, la violencia que separa a la gran familia humana y que está presente en las relaciones de todo tipo, la incapacidad para mantener un esfuerzo continuado, la facilidad para liberarse de todo rigor moral objetivo, el miedo a comprometerse en una fidelidad que dure, la banalización de la sexualidad, etc..., todo ello existe y afecta profundamente la realidad de la pareja. Pero la búsqueda de nuevos valores de autenticidad y de coherencia, el deseo de pacificación interior y exterior, la mayor riqueza de las relaciones interpersonales en la pareja y entre padres e hijos, la vuelta a la naturaleza sin manipulaciones, todo esto existe también y se afirma cada vez más.

El mundo se presenta, pues, con todas las potencialidades creadas por Dios y que nosotros descubrimos, entre-mezcladas a la realidad del pecado, lo cual nos hace sentir vivamente la necesidad de una nueva reconciliación en cada situación histórica.

 

2. EL MATRIMONIO, UNA BUENA NUEVA

Las parejas cristianas de hoy deben tener la posibilidad de recibir una "Buena Nueva" que se refiera a esa realidad discutida y frágil del amor conyugal.

Esa buena noticia nos enseña que el sacramento del matrimonio está al servicio del amor, al servicio de la felicidad y al servicio de la santidad. Sólo en el matrimonio-sacramento podemos alcanzar la doble aspiración humana al amor y a la felicidad, y responder a esa otra aspiración inscrita en el corazón del hombre pero no siempre percibida: la llamada a la santidad. Los Equipos quieren ser un camino que conduzca al descubrimiento de las riquezas del sacramento del matrimonio y de la profunda comunión de la pareja. Pensamos que ése es precisamente el anuncio que el mundo actual necesita. El Señor espera de nosotros que lo proclamemos diciéndolo y viviéndolo.

2.1 El matrimonio al servicio del amor

"Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn. 1,27).

Hombre y mujer son de la misma naturaleza, pero sus modalidades distintas, que son complementarias, hacen que al unirse formen un solo ser, la pareja. Esta convicción engendra una actitud de alabanza a Dios que ha inventado el amor humano; una actitud de humildad por la convicción de la necesidad que se tiene del otro para sentirse uno; una actitud decisional, la fidelidad, para ser una sola carne.

En esta realidad de la pareja, se percibe toda la riqueza de una sexualidad querida y creada por Dios. Por ello es importante que las parejas cristianas se preocupen de la calidad a la vez humana y cristiana de su relación sexual. La espiritualidad cristiana es una espiritualidad encarnada. La espiritualidad conyugal recibe su especificidad del carácter sexual del sacramento del matrimonio.

 

2.2 El matrimonio al servicio de la felicidad

El sacramento del matrimonio nos ayuda a vivir durante los períodos de crisis y de desierto. Crisis que son necesarias para crecer en el amor, crisis que nos hacen "romper techos", que ponen a prueba nuestra creatividad y nos conducen a situaciones nuevas y comportamientos nuevos. Esas crisis son positivas sí la pareja llega a discernir la voluntad de Dios en ese momento de su vida.

Buscar el bien del otro en su profesión, en su maternidad - paternidad, en su equilibrio psicológico; preocuparse de la felicidad del otro, incluso en la vida sexual; descubrir que la reconciliación no es la resignación sino la posibilidad de un nuevo encuentro, vivir en actitud de donación, decidir permanecer enamorado... Lejos de limitarnos, estas actitudes, por el contrarío, nos abren al otro y a los otros. Nos abren a la felicidad.

 

2.3 El matrimonio al servicio de la santidad

Los cristianos casados estamos llamados a la santidad. Para nosotros, no es una simple llamada individual, aunque la persona guarda siempre en ella algo irreductible e incomunicable, sino un camino a recorrer juntos. Ese es el gran descubrimiento de la espiritualidad conyugal: los dos amores, amor conyugal y amor de Dios, no se excluyen sino que se conjugan, y todas las exigencias de la vida cristiana pueden ser vividas en pareja. La santidad en el matrimonio consiste en aprender a vivir en una actitud de «para ti« en vez de «para mí«. La comunión surge de ese flujo reciproco del don y de la acogida, ahí se encuentra la forma más alta de unidad que puede existir en la pareja; unidad procedente de que son uno en Jesús. La comunión no es solamente la culminación del amor conyugal, es también el gran don que la pareja puede ofrecer: la fecundidad y la educación, la hospitalidad y la amistad, el trabajo y el compromiso son las manifestaciones de ese impulso irresistible de toda comunión que ya es don.

La pareja cristiana que conoce el estado de gracia conyugal, que se alimenta de la Palabra de Dios y del Pan de Vida, participa realmente en la vida eucarística. Hace de toda subida una «hostia santa». Marido y mujer son signo, «sacramento» del amor de Dios, el uno para el otro, y los dos juntos para sus hijos y para el mundo.

 

3. MOVIMIENTO DE ESPIRITUALIDAD CONYUGAL Y DE AYUDA MUTUA

Descubrir la presencia de Cristo dentro de la pareja casada y vivir la caridad fraterna con Otro hogares: esto es lo que proponen los Equipos, así es como quieren dar gracias a Dios y llevar su testimonio al mundo. Esta nueva manera de vivir en pareja no es necesariamente muy diferente de lo que era anteriormente, pero se realiza con más fuerza, luz y esperanza. Las parejas conscientes de su propia debilidad y de las dificultades con que se enfrentan, deciden formar equipo y constituir una comunidad de fe para recorrer juntos un camino de conversión apoyándose los unos en los otros.

La ayuda mutua se vive en la amistad creciente, en una puesta en común en profundidad de la propia vida, en la participación sobre unos puntos concretos de esfuerzo, para así buscar la voluntad de Dios, descubrir la verdad sobre nosotros mismos, vivir en el encuentro y la comunión.

La palabra comunión ya indica que no se trata de alcanzar un nivel determinado de perfección, sino que, cada pareja, junto con las otras parejas, se íntegra en un proceso vivo y dinámico que tiende a reconciliar lo que está dividido, a acercar lo que está alejado, a fortificar lo débil, construir lo incompleto, a participar en una tarea común: la del amor fraterno que nos unifica en Cristo.

La espiritualidad conyugal está centrada en la pareja, pero no deja de lado la dimensión familiar. Los hijos son llamados a una comunión de vida por el amor de sus padres, y la familia se concibe en esta perspectiva de comunidad y participación.

La pedagogía que las parejas intentan asimilar en su vida de Equipo, (aprendizaje del diálogo, del respeto del otro, de la puesta en común), hace que vayan adoptando un estilo particular de educación que se esfuerza por «dejar ser» a cada hijo, ayudarle a alcanzar su plena madurez, realizar con él una experiencia de fe que sea un encuentro personal con Cristo.

Se puede esperar así que los hijos lleguen a ser «ellos mismos», que entren en relación con los demás desde actitudes de solidaridad y libertad, que asuman sus compromisos en la sociedad, que vivan los valores del matrimonio cristiano gracias a la palabra y al testimonio de sus padres.

Por otra parte los ENS son un Movimiento de laicos, que se dirige a parejas unidas por el sacramento del matrimonio, y cuya animación depende del espíritu de servicio de las mismas parejas. Esta responsabilidad se vive en estrecha comunión con los sacerdotes, consiliarios espirituales de los Equipos, de manera que cada uno de los dos sacramentos transparente al mundo el «rostro« de Dios que le es especifico.

 

3.1 Una escuela de formación permanente

Los ENS son una escuela de formación para los hogares. No se trata solamente de profundizar en los conocimientos de nuestra fe, sino de practicar el discernimiento humano y cristiano, poniendo en juego tanto la razón como el corazón, en la búsqueda de una coherencia más estrecha entre la fe y la vida.

Este discernimiento se alimenta de diversas fuentes: el estudio del tema en pareja y en el Equipo, la lectura de documentos del Movimiento, las sesiones de formación, los ejercicios espirituales, la profundización en las orientaciones periódicas propuestas por el Movimiento. Esta formación es una búsqueda personal, conyugal y comunitaria que crece con la frecuente vida sacramental, especialmente la Eucaristía, con la apertura progresiva a la oración, en la escucha de la Palabra de Dios, y con la lectura atenta de los signos de los tiempos.

Esta formación nos interpela, nos ayuda a interpretar la voluntad de Dios sobre nuestra familia y nos invita a ajustar nuestra vida conyugal, familiar y profesional a los valores del Evangelio. Llegar a comprender el sentido cristiano del trabajo del hombre y de la mujer en el plan de Dios, no disociar las exigencias de la moral privada de las de la pública son todavía objetivos a alcanzar.

 

3.2. Medios concretos de esfuerzo

El amor es una decisión que la pareja renueva día a día. Esta decisión se vive como una adhesión del corazón y se realiza por un esfuerzo de la voluntad. Los Equipos ofrecen medios concretos para ayudar a las parejas a crecer en el amor, a mantener esta decisión y a proseguir su camino de conversión.

Estos medios no son cosas que hay que hacer, sino actitudes que hay que despertar y asimilar. Las actitudes no pueden contabilizarse; se trata de todo un proceso por el cual la vida se orienta poco a poco en una dirección determinada: la de la voluntad del Señor.

Hay que comprender estos medios desde esa actitud de interiorización y de unificación de la vida, pues no son arbitrarios y tienen una coherencia interna. La misma formulación, usando infinitivos y no imperativas da a entender el espíritu con que estos medios han sido propuestos.

Estos medios, recordémoslo, son los siguientes:

- Escuchar asiduamente la Palabra de Dios.

- Reservar todos los días algún tiempo para un verdadero encuentro con el Señor (oración).

- Encontrarse cada día juntos marido y mujer en una oración conyugal (y sí fuera posible familiar).

- Dedicar cada mes el tiempo que sea preciso para un verdadero diálogo conyugal bajo la mirada de Dios (deber de sentarse).

- Fijarse una «regla de vida», que es una invitación a trabajar en la unificación de la personalidad y a encontrar la verdad de lo que somos.

- Ponerse cada año ante el Señor, en matrimonio sí es posible, durante un retiro, para reflexionar y planificar la vida en su presencia.

María, esposa y madre, primera cristiana comprometida con la Buena Nueva de Jesús, da su nombre a los Equipos, y es la mejor guía en este camino hacía Dios, por su actitud de escucha y humildad, alimentada por la Palabra de Dios y la vida de Cristo.

Los matrimonios practican estos medios teniendo en cuenta tres líneas directrices:

- La gradualidad: El Señor nos espera allí donde estamos. No hay que quemar etapas ni forzar los tiempos; se trata de progresar desde la situación en que cada uno se encuentra.

- La personalización: No es posible el mismo ritmo para todos, pues la evolución de ese caminar es personal y de pareja. Estos medios no se nos han dado para desanimarnos sino como fuente de inspiración y ayuda a lo largo de la vida.

- El esfuerzo: Lo mismo que no hay amor sin momentos de encuentro, ni hay oración sin momentos fuertes de diálogo y escucha, no hay conversión personal y de pareja sin una decisión de concretar los deseos difusos de progresar en acciones determinadas que modifican la vida y que nos van construyendo día a día.

 

3.3 Las etapas del camino en los Equipos

Los ENS ofrecen a los matrimonios un camino que les proporciona, en las diferentes etapas de su vida, los medios adecuados para que puedan realizar un verdadero encuentro con el Señor y puedan comprometerse en su seguimiento.

Este camino se realiza siempre en equipo, comunidad de Vida cristiana, formado por 6 ó 7 matrimonios y un sacerdote. El sacerdote, que forma realmente parte del Equipo, pero de manera diferente, hace presente a Cristo como cabeza de la comunidad. Los Equipos se enriquecen por el encuentro de los dos sacramentos, el orden y el matrimonio. Allí donde la falta de sacerdotes fuera un freno para la formación de nuevos Equipos, se podría preparar a parejas para que ejercieran una función de acompañamiento.

Las etapas de este camino, que puede durar toda la vida, no están exentas de las dificultades que toda convivencia conlleva, por eso importa vivirlas con ilusión, voluntad y realismo.

Estas etapas son las siguientes:

Iniciación

Hoy partimos de una realidad diferente ya que la falta de formación cristiana de base requiere una catequesis de iniciación en la formación conyugal y comunitaria, además de la propiamente religiosa. Al final de esta iniciación, las parejas podrán elegir el camino que más les atraiga: Los ENS o bien Otros movimientos de matrimonios.

 

Pilotaje

La formación específica en la espiritualidad conyugal y en los métodos propios de los ENS se realiza con la ayuda de un «hogar piloto». El pilotaje debe seguir un esquema básico, común a todo el Movimiento, para garantizar que los ENS, concebidos como Movimiento supranacional, se desarrollen sobre las mismas bases.

Después del pilotaje, una sesión de formación ínter-Equipos ayudaría a consolidar, con Otras parejas, lo iniciado y asimilado en el propio Equipo.

 

Vida de Equipo

a) Después del pilotaje es necesario descubrir el sentido profundo de la espiritualidad conyugal con la ayuda del estudio de temas que se refieran al amor conyugal, a Cristo y la Iglesia.

b) Cada Equipo puede después elegir los temas de estudio que más le interesen, de entre los preparados por el Movimiento u Otros, siempre que se tenga en cuenta la especificidad de los ENS. La participación de las parejas en sesiones de formación organizadas por el Movimiento es necesaria para comprender mejor el sentido universal de los ENS a imagen de la Iglesia, y también la importancia de la misión de los Equipos en el mundo.

c) Con la edad y la experiencia, las parejas o por lo menos algunas de ellas, pueden desear un compromiso más exigente que no se limitaría a un nuevo tema de estudio, sino que podría incorporar también un método progresivo de revisión de vida, una nueva profundización en la oración, o un compromiso de vida más profundo. El Movimiento debería ayudarles a encontrar o a utilizar vías complementarías al caminar de su propio Equipo.

Estas etapas no agotan en ellas mismas las posibilidades de una vida en pareja inspirada por el Espíritu. Son únicamente el punto de partida de un crecimiento que, igual que la caridad, no tiene límites.

 

 

4. VIVIR EN COMUNION PARA RESPONDER A UNA VOCACION Y PARA REALIZAR UNA MISION

Sea cual sea el momento de la evolución espiritual de una pareja, cada uno se esfuerza por aprender a vivir en comunión en esa pequeña comunidad de fe que es el Equipo. No se trata de quedarse encerrados en sí mismos, ni de considerar el Equipo como un fin en si mismo, ya que inevitablemente toda comunión tiende a transformarse en don para los demás. Los ENS son un Movimiento de espiritualidad y una verdadera espiritualidad lleva a compartir lo que gratuitamente se ha recibido.

El don que el Movimiento tiene que ofrecer a la Iglesia y al mundo consiste en participar en la construcción del Reino de Dios a partir de la nueva imagen del matrimonio cristiano.

«No tienen vino» dijo María en las bodas de Caná, adelantando así, con su intuición profunda, la intervención salvadora de Cristo.

Hoy siguen faltando muchas clases de «vino» en las bodas de la tierra.

A esas carencias, a veces tácitas, a veces formuladas, materiales y espirituales, debemos sensibilizamos los Equipos de Nuestra Señora, para mantener los ojos abiertos a las grandes cuestiones que preocupan hoy al hombre, para estar atentos a las situaciones de dolor y marginación en el terreno de lo conyugal, y para estar dispuestos a colaborar con otros movimientos en este campo.

Los Equipos tienen un objetivo específico directo: ayudar a las parejas a vivir plenamente su matrimonio cristiano.

Tienen, al mismo tiempo, un objetivo misionero: anunciar al mundo los valores del matrimonio cristiano, por la palabra y el testimonio de vida.

¿Sobre qué puntos podemos poner el acento y aunar nuestro esfuerzo en estos próximos años?

 

4.1 En el Movimiento

Llevados por la fuerza de este segundo aliento, deberíamos participar en un esfuerzo común por vivir plenamente la ayuda mutua y la comunidad del Equipo. Hemos hablado antes de los medios concretos de esfuerzo presentándolos como actitudes a asimilar. No hay que olvidar que no son más que medios.

La vida cristiana personal y de pareja es una conquista cotidiana, y por eso los ENS proponen opciones que favorecen el progreso espiritual. Pero no hay que perder de vista que el espíritu de amor es la única ley. Cada persona y cada pareja debe experimentarlo en los tiempos fuertes de su historia.

Además, la creatividad nos debe ayudar a evitar caer en la rutina, lo que nos llevaría a liberarnos de toda obligación. Dentro del Equipo, a fuerza de conocernos y vivir juntos, existe el riesgo, de dejar de lado la responsabilidad personal y de pareja, excusándose y diciendo que es un camino más soportado que elegido.

- Hay otro esfuerzo de creatividad que tenemos que proseguir: en las etapas de este caminar encontramos necesidades que no han recibido todavía una respuesta adecuada. Por una parte «los pre-Equipos»: parece conveniente que cada país los desarrolle según las necesidades y características de sus parejas jóvenes, con la condición de intercambiar las experiencias internacionales que se vayan haciendo. Por otra parte las modalidades de «una etapa más exigente» están todavía por desarrollar. Seamos creativos y compartamos estas experiencias que quieren ir «mas lejos», para que el Movimiento sea capaz de responder a una aspiración real y las parejas no sientan necesidad de buscar fuera lo que puede estar dentro.

- Nuestro Movimiento siempre ha tenido la preocupación de poner a disposición de los matrimonios elementos de referencia y discernimiento que les ayuden en su formación. Nadie va a forzarles en su responsabilidad y su libertad, pero deben sentirse animados en su búsqueda por comprender la Palabra de Dios ante los signos de los tiempos. Esto exige

una formación permanente y un esfuerzo por expresar las realidades de la fe en un lenguaje accesible.

Todos debemos apoyar y animar en su tarea a los hogares que aceptan, con un espíritu de servicio, alguna responsabilidad en el Movimiento, lo cual constituye una importante misión.

 

4.2 En la Iglesia

Se dice a menudo que los ENS son un Movimiento de activos y no un Movimiento de acción en el sentido de que cada pareja, que se ha beneficiado de una gran riqueza espiritual, decide lo que el Señor espera de ella. Igualmente cada uno dará testimonio allí donde se encuentre, según una elección personal. Es verdad, subrayémoslo aquí, que los Equipos como tales no se comprometen en una acción conjunta determinada, pues cada pareja debe descubrir la llamada a la que el Señor quiere que responda. Pero esta libertad fecunda de compromisos no debe hacernos olvidar que el Movimiento tiene un carisma propio, y que no puede privar de él a sus hermanos, que debe estar atento a las llamadas especificas de los Obispos en el terreno de la pastoral familiar. Es importante también que los Equipos se abran a Otros medios sociales y se preocupen de las necesidades de sus respectivos países, preferentemente las que son señaladas por los Obispos locales.

Citemos aquí algunos campos de acción de la pastoral familiar donde hay mayor urgencia:

- Acompañar a Equipos de jóvenes.

- Preparar a los novios al matrimonio.

- Caminar con parejas jóvenes casadas.

- Ayudar a las parejas en dificultad y a los divorciados vueltos a casar.

- Preocuparse de los jóvenes que cohabitan.

No podemos, bajo pena de confusión grave, integrar a estas últimas parejas en los ENS, pero podemos pensar en estructuras paralelas al servicio de las cuales se podrían poner parejas de los Equipos.

 

4.3 En el mundo

Para responder a la vez a nuestra vocación y a lo que espera el mundo actual, tenemos que practicar y proclamar tres cosas:

a> El matrimonio está al servicio del amor. Sí el matrimonio está en crisis es sobre todo porque ya no se cree en el lazo de unión que existe entre amor y matrimonio. Nosotros sí creemos y éste es el motivo por el que hemos decidido amarnos toda la vida.

b> El matrimonio está al servicio de la felicidad. En un mundo triste, angustiado, donde hablar de felicidad resuena como algo insólito, vivamos la vida conyugal y hagamos que se la vea, como un camino de felicidad. Tenemos que dar testimonio de las actitudes y de los métodos que nos ayudan a dinamizar esa felicidad.

c> El matrimonio está al servicio de la santidad. Esta es sin duda la vocación más especifica de los ENS: no solamente llamar a los laicos a la santidad, a la gente casada a la santidad, sino afirmar que la sexualidad humana puede ser un camino de santidad. En la Iglesia esta propuesta sigue siendo nueva y en el mundo es casi revolucionaría...

La perspectiva del segundo aliento nos propone evangelizar la sexualidad, es decir aprender a dominarla, a controlarla, a vivirla según el plan de Dios, para que esté al servicio del Reino

Queridos amigos, esta semilla que sembramos en Lourdes a los píes de Maria, debe desarrollarse, crecer, dar fruto, igual que el niño que Ella llevaba en su seno se convirtió en un Hombre, el Hombre de la salvación. Para ello nos hace falta tiempo y cuidados, esperanza y paciencia, nos hace falta sobre todo un corazón abierto al Espíritu, a lo inesperado de Dios.

Confiamos a María la fuerza de este segundo aliento para que Ella conduzca a los Equipos allí donde el Señor les espera para la construcción de su Reino

 

LA RAZON DE SER DE LOS EQUIPOS

Vivimos en una época de contrastes. Mientras por un lado triunfan el divorcio, el adulterio y el neomaltusianismo, por otro lado menudean los esposos que aspiran a una vida íntegramente cristiana. Algunos de estos matrimonios han fundado los Equipos de Nuestra Señora.

Ambicionan llegar al límite de sus promesas bautismales.

Quieren vivir para Cristo, con Cristo y por Cristo.

Se entregan a El incondicionalmente.

Quieren servirle sin discusión.

Le reconocen como Jefe y Señor de su hogar.

La norma de su familia es el Evangelio.

Quieren que su amor, santificado por el Sacramento del Matrimonio, sea una alabanza a Dios,

un testimonio para los hombres, dando pruebas evidentes de que Cristo ha salvado el amor, una reparación por los pecados contra el matrimonio. Quieren ser en todas partes misioneros de Cristo. Entregados a la Iglesia, quieren estar siempre dispuestos a responder a la llamada de su obispo y de sus sacerdotes.

Aspiran a ser competentes en su profesión.

Quieren convertir todas sus actividades en una colaboración a la obra de Dios y en un servicio a los hombres.

Al conocer su propia debilidad y el límite de sus fuerzas, pese a que su voluntad es ilimitada,

porque experimentan a diario la dificultad de vivir cristianamente en un mundo paganizado,

y porque tienen una fe inquebrantable en la eficacia de la ayuda mutua fraterna.

 

 

han decidido formar equipo

 

Sus Equipos no son guarderías de adultos de «buena voluntad«, sino una fuerza de choque formada por voluntarios.

Nadie está obligado a ingresar ni a permanecer en ellos. Pero los que ingresan deben seguir el juego noblemente.

 

 

SENTIDO DEL NOMBRE

La palabra «equipo», que se ha elegido con preferencia a cualquier otra, implica la idea de una finalidad precisa, perseguida activamente y en común.

Los Equipos están bajo el patrocinio de Nuestra Señora. Con ello quieren subrayar la voluntad de servirla y su seguridad de que Ella es el mejor guía para llegar hasta Dios.

 

MÍSTICA DE LOS EQUIPOS

Ayuda mutua

1º No hay vida cristiana sin fe viva. No hay fe viva y progresiva sin reflexión. En realidad, muchos cristianos casados renuncian a todo esfuerzo de estudio y meditación porque no se dan cuenta de su importancia, o por falta de tiempo, de dirección y entrenamiento Por eso su fe permanece siempre imperfecta y frágil; su conocimiento de los planes divinos y de las enseñanzas de la Iglesia, es muy superficial y fragmentaria. Conocen mal los caminos de la unión con Dios. Tienen una idea muy pobre de las realidades familiares: matrimonio, amor, paternidad, educación, etcétera. Consecuencias: poca vitalidad religiosa, irradiación muy limitada.

Los matrimonios de los Equipos quieren reaccionar, y en consecuencia se esfuerzan en profundizar sus conocimientos religiosos y en medir las exigencias de Cristo y ajustar a ellas toda su vida.

Persiguen este esfuerzo conjuntamente.

 

2º No se trata sólo de conocer a Dios y sus enseñanzas, sino de ir a su encuentro. Al estudio hay que añadir la

oración. Del mismo modo que unos se ayudan a estudiar, en los Equipos se ayudan a orar. Ruegan los unos con los otros. Ruegan los unos por -los otros.

"En verdad os digo, que si dos de vosotros en la tierra se juntan para pedir cualquier cosa, les será otorgada por mi Padre que está en los Cielos. Porque, allá donde dos o tres se han reunido en mi nombre, estoy Yo entre ellos."(Mateo XVIII, 19-20.)

Fortalecidos con la promesa del Señor, los hogares de los Equipos procuran no perder de vista la presencia de Cristo entre ellos y practican alegre y confiadamente la oración en común.

 

3º ¿No es una ilusión pretender ayudar a los amigos a mantener su vida espiritual, Sí no se les ayuda previamente a superar sus preocupaciones y dificultades? Por eso los hogares de los Equipos practican ampliamente la ayuda mutua, tanto en el plano material, como en el moral, obedeciendo así al consejo de San Pablo: «-Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la Ley de Cristo.» (Gálatas VI, 2.)

Y así se esfuerzan en satisfacer la cuádruple exigencia de la amistad fraternal: dar; recibir (es más difícil que dar); pedir (aún más difícil); saber rehusar (la simplicidad en el pedir no puede existir donde no haya la simplicidad en rehusar el servicio solicitado, cuando no puede otorgarse sin demasiada dificultad),

 

Testimonio

Los paganos quedaban admirados ante los primeros cristianos. Los Hechos de los Apóstoles (4, 32) nos dicen que:

«Eran un solo corazón y una sola alma.» Decían al verlos:

"Mirad cómo se aman." Y la admiración conducía a la adhesión. ¿Habrá perdido la caridad fraterna en el siglo XX el poder de seducción que tenía en los primeros tiempos de la Iglesia? Los Equipos de Nuestra Señora creen, que hoy lo mismo que entonces, se conquistarán a los incrédulos para Cristo Si ven a unos matrimonios cristianos que se aman verdaderamente y se ayudan unos a otros a buscar a Dios y a servir a sus hermanos. De esta manera, el amor fraterno, sobrepasando la ayuda mutua, se convierte en testimonio (1).

 

 

DISCIPLINA DE LOS EQUIPOS

Esta mística de los Equipos exige una regla con el fin de ser viva y duradera. La mística y la regla, lo mismo que el alma y el cuerpo, no pueden prescindir una de otra: la mística debe ser el alma de la regla; la regla, el soporte y la salvaguardia de la mística.

La regla debe ser lo suficientemente ligera para no poner trabas a la personalidad y a la misión de cada matrimonio; lo suficientemente dura para preservarlo de la molicie.

 

El equipo

Se compone de 4 a 7 matrimonios, uno de los cuales es el responsable. Es importante no sobrepasar este número, ya que entonces se hace difícil conseguir intimidad y pierde calidad.

 

La reunión mensual

La amistad soporta mal una prolongada separación. Exige el trato; por esta razón el Equipo se reúne por lo menos una vez al mes (1).

 

 

He aquí el esquema de una reunión mensual:

 

COMIDA EN COMUN

Es aconsejable iniciar la reunión mensual con una comida conjunta, unas veces en un hogar y otras en otro (desde luego, dentro de lo posible). Los hombres no han encontrado todavía nada mejor para reunirse y para crear unos lazos de amistad. ¿No es así como se reúne la familia? ¿No es la comida eucarística la que reúne a los hijos de Dios? Los Hechos de los Apóstoles nos dicen que los primeros cristianos '"partían juntos el pan en sus casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón." (Hechos II, 46.)

 

ORACION EN COMUN

La oración en común es el sistema más útil para unirse en profundidad, para lograr un alma común, para cobrar conciencia de la presencia de Jesucristo entre los suyos. Pero la oración sólo logra todo eso cuando, al ser bastante prolongada, ayuda a olvidar las preocupaciones, e implantar el silencio. Se dedica a ella por lo menos quince minutos antes del cambio de impresiones.

Los matrimonios ponen en común sus intenciones, precisamente antes de la oración. Para lograr que todos las adopten, deben presentarse con suficientes detalles y dar la impresión de que los que las recomiendan tienen mucho interés en ellas.

Luego, y con el fin de tenerlas en cuenta en la oración, se citan las intenciones actuales de la gran familia católica (por ejemplo: cristianos perseguidos, una misión comprometida, un determinado esfuerzo de apostolado, las vocaciones sacerdotales, etcétera).

Pera que esta oración en común ensanche los corazones y los haga latir al ritmo de la Iglesia, se compondrá primeramente de salmos, oraciones e himnos litúrgicos, que se indicarán a los equipos a través de la Carta Mensual.

La segunda parte de la oración puede confiarse a la inspiración de una o varias familias; pero conviene prever un tiempo de silencio a fin de permitir que cada uno tenga un contacto más Intimo y personal con Dios.

 

PARTICIPACION Y PUESTA EN COMUN

En las reuniones mensuales hay que reservar un momento (puede ser durante las comidas) para la puesta -en común de las preocupaciones familiares, profesionales, cívicas, de los éxitos o fracasos, de los descubrimientos, penas y alegrías.

Después de la oración se dedica unos instantes a la »participación» sobre las obligaciones de la Carta. Cada matrimonio dice francamente si durante el mes transcurrido ha observado las obligaciones que le corresponden según la Carta. No cabe duda de que existe un rincón intimo v personal que no debe descubrirse bajo pretexto de la amistad. En los Equipos se ha reaccionado contra este impudor, actualmente harto frecuente, de unos matrimonios que no tienen inconveniente en descubrir a todo el mundo sus problemas de vida conyugal. Pero hecha esta reserva, qué bien cuadra, dentro de la línea de la verdadera caridad evangélica, practicar esta participación y recurrir con toda sencillez a la ayuda mutua fraterna! ¡Cuántos hogares se salvaron de la mediocridad, cuando no de la quiebra, el día en que ya no se encontraron solos para luchar!

 

 

CAMBIO DE IMPRESIONES

Las conversaciones que no tienen lugar en la presencia de Dios, corren el riesgo de caer en el diletantismo; la mente juega con las ideas, el corazón no presta atención a las verdades que le obligarían a cambiar. En los Equipos hay que esforzarse en ser totalmente leales; toda verdad mejor conocida se ha de inscribir en nuestra vida.

Los cambios de impresiones sólo son fecundos en la medida en que se han preparado. Por lo tanto, los esposos han de examinar juntos el tema de estudio y mandar por escrito sus reflexiones al hogar designado para dirigir el cambio de impresiones próximo, unos días antes de la reunión. Esta obligación que se les impone de dedicar un tiempo de reflexión conjunta cada mes, se ha comprobado que resulta muy fructífera.

La ayuda mutua en el estudio exige que el cambio de Impresiones sea preparado por todos. Aún es más necesaria en el terreno del estudio que no en el terreno material, en el que cada uno podría sentir escrúpulos de recibir sin aportar nada a los demás.

Los temas de estudio no se dejan a la libre elección de los Equipos. Los proporciona el Centro Director, no en nombre de un autoritarismo arbitrario, sino a fin de ayudar a adquirir una visión lo más completa posible del pensamiento cristiano y de iniciarse en una auténtica espiritualidad conyugal y familiar, los tres primeros años se dedican a los temas fundamentales. Primer año: Amor V Matrimonio. Segundo año: Fecundidad. Tercer año: Los caminos de unión con Dios.

Después da estos tres años, los equipos podrán escoger entre diversas series de temas, para cada uno de los cuales se indican -lo mismo que para los anteriores- plan de trabajo, cuestionarios y referencias.

No es preciso decir que pueden organizarse reuniones suplementarias -para tener otros cambios de impresiones o, sencillamente, para fomentar la amistad.

 

OBLIGACIONES DE CADA MATRIMONIO

Como hemos visto, los matrimonios vienen a buscar ayuda en los Equipos. Sin embargo, esto no les dispensa de esfuerzos. Para orientarlos y respaldarlos, los Equipos les piden:

a) Que se fijen ellos mismos una regla de vida. (La gran diversidad de matrimonios no permite establecer la misma para todos.) Sin regla de vida, el capricho preside a menudo la actitud religiosa de los -esposos, actitud que deriva en puro desorden. Esta regla de vida (no creamos necesario indicar que cada cónyuge debe tener la suya propia) no es sino la determinación de los esfuerzos que cada cual comprende que debe imponerse para responder mejor a la voluntad de Dios sobre sí mismo.

No se trata de multiplicar las obligaciones, sino de precisarlas con el fin de afirmar la voluntad y evitar ir a la deriva. Es recomendable el consejo y control de un sacerdote, a fin de evitar lo mismo su exceso que su insuficiencia.

No es obligatorio dar a conocer al equipo la regla da vida adoptada ni la manera cómo se observa. Hagamos notar, sin embargo, que muchos sienten la satisfacción de haber hecho llegar hasta ahí la ayuda mutua.

b) Rezar juntos y con los hijos, una vez al día, en la medida de lo posible, puesto que la familia, como tal, debe un culto a Dios y porque la oración conjunta tiene una gran fuerza.

c) Recitar diariamente la oración de los Equipos, uniéndonos en espíritu a todos los hogares que los forman.

d) Practicar mensualmente el deber de sentarse. Es la ocasión, para cada hogar, de fijar el rumbo a seguir.

e) Examinar entre esposos el tema de estudio mensual y mandar por escrito sus consideraciones antes de la reunión; asistir a esta reunión.

f) Leer cada mes el editorial de la Carta Mensual.

g) Practicar anualmente ejercicios en completo retiro.

Deban durar como mínimo 48 horas y, a ser posible, asistir el marido y la esposa. Antes del compromiso del equipo sólo son obligatorios unos Ejercicios.

h) Dar cada año, a modo de cotización, el fruto de una jornada de trabajo, para asegurar la vida material y el progreso de la agrupación, a la que deben, en parte, su enriquecimiento espiritual.

1) Buscar y acoger fraternalmente, cuando se presente la ocasión, a los hogares de los otros equipos.

 

ESTRUCTURAS DE LOS EQUIPOS

El Hogar Responsable de equipo

Una breve fórmula define su papel y subraya su importancia capital. Es al responsable del amor fraterno. Debe lograr que el equipo sea un éxito de caridad evangélica y que cada hogar encuentre en él la ayuda necesaria.

Se le recomienda encarecidamente preparar la reunión mensual con el Consiliario del equipo.

El Hogar Responsable es el que cuida de la unión con el Centro y, por él, con el conjunto de los Equipos de Nuestra Señora.

Cada mes envía a su Hogar de Enlace" la reseña de las actividades de su equipo. Estas reseñas permiten que cada equipo, por medio de la Carta Mensual, se beneficie con las experiencias de los demás. También permite conocer, en su caso, el estado de languidez de un equipo, en cuyo caso puede poner remedio el Centro Director. Todo equipo que no quiere o no puede seguir francamente el juego es eliminado. Se trata de una disciplina necesaria, puesto que muchas agrupaciones mueren asfixiadas bajo el peso de miembros inútiles que no han sido podados a tiempo.

Cuando el Hogar Responsable se ve obligado a excluir a un matrimonio que no observa los compromisos de los Equipos, debe hacerle comprender que si bien el interés general exige su separación, no deja por ello de contar con el mismo afecto. Cuidará en ese caso de que continúen siendo sólidos los lazos amistosos.

El Hogar Responsable es designado por los hogares del equipo en el momento da su fundación y después al finalizar el año de trabajo. El que ha ejercido esta función durante el año puede ser reelegido. El Centro Director puede rechazar su designación.

Este Hogar Responsable de equipo no cumplirá bien su misión si -no recurre a la oración. Por eso, los dos esposos se comprometen (salvo grave impedimento) a oír Misa una vez entre semana y a rezar durante diez minutos diarios.

 

El papel del sacerdote en el equipo

Cada equipo debe contar con el apoyo de un sacerdote. En efecto, todos los planes de trabajo no pueden sustituir la aportación doctrinal y espiritual del sacerdote. Este, no solamente da los principios, sino que ayuda también a los hogares a encontrar la aplicación de los mismos en su vida. Esta colaboración es fructífera. Sacerdotes y matrimonios aprenden a comprenderse, a apreciarse y a ayudarse; las intenciones apostólicas importantes del sacerdote las asumen los hogares, mientras aquél tiene presentes en su Misa a estos hogares cuyos esfuerzos, luchas y deseos conoce.

 

Lanzamiento de un nuevo equipo

Lanzar un Equipo de matrimonios es una cosa delicada.

Un comienzo demasiado rápido, sin haber precisado bien los objetivos y los métodos, aboca casi necesariamente a un fracaso. Por lo tanto, es necesaria una preparación que constará como mínimo de tres reuniones, dedicadas a la lectura y comentario de la Carta, lo cual se hará en lo posible bajo la dirección de un "Hogar Piloto". Después, el nuevo equipo formulará la petición de admisión temporal.

Transcurrido por lo menos un año propondrá la petición de "compromiso". Si se acepta, los matrimonios del nuevo equipo se comprometerán a observar lealmente la Carta de los Equipos de Nuestra Señora, tanto en su espíritu como en su letra.

 

Admisión de un nuevo matrimonio en un equipo

El matrimonio que desee ser admitido en un equipo ya formado, deberá tomar conocimiento de la Carta, que estudiará con la ayuda del Hogar Responsable o de otro matrimonio del equipo; luego, se ejercitará en practicar progresivamente las obligaciones. Después de una prueba leal de un año como mínimo, hará su solicitud de compromiso. Más adelante se compromete con el equipo con ocasión de la renovación del compromiso de los demás hogares.

¿Cómo procurar al nuevo hogar la formación adquirida por los otros hogares del equipo durante el estudio de los temas básicos? Corresponde al Hogar Responsable ayudarle a estudiar los puntos fundamentales, y le puede dispensar durante algún tiempo de contestar a los cuestionarios que en aquel momento se estudian en su equipo.

 

La Carta Mensual

Por alejados que se encuentren los equipos del Centro Director, es necesario un estrecho contacto entre ellos. No menos importante es la relación fraterna entre los mismos equipos, relación hecha de conocimiento mutuo, de ayuda y de oración.

La Carta Mensual, dirigida a cada hogar, establece y mantiene este doble enlace vertical y horizontal. En ella se encuentran noticias de los equipos, reseñas de experiencias interesantes, el editorial de que se ha hablado antes, los textos de oración para la reunión mensual, informaciones, etcétera.

 

Hogares de enlace - Sectores y Regiones

Aunque muy útil, la Carta Mensual no es suficiente para que las relaciones entre el Centro y los equipos sean tan estrechas y fecundas como es de desear. Ello es misión de los diferentes Cuadros del Movimiento.

Cada equipo está confiado a un Hogar de Enlace (cada Hogar de Enlace se ocupa de unos 5 equipos). Por otra parte, los equipos se agrupan en "Sectores" y éstos a su vez en "Regiones". Los Hogares Responsables de Sector y los Hogares Regionales tienen la responsabilidad de la buena marcha de los equipos que le están confiados.

Los frecuentes contactos de estos diferentes Cuadros con el Centro Director les ayudan a transmitir sus impulsos, y a tenerle al corriente de los deseos y de las necesidades de los equipos. Gracias a ellos, las relaciones entre equipos y Centro no son puramente administrativas, sino que llevan el sello de una cordialidad fraterna.

 

 

El Centro Director

Está compuesto por sacerdotes y matrimonios. No es únicamente un órgano administrativo, sino el órgano motor de todo este gran cuerpo constituido por el conjunto de equipos. Su misión es la de mantener viva la mística y fuerte la disciplina. Sus miembros deben vivir cerca de Dios en la oración y cerca de los equipos mediante una solícita amistad.

Por su parte, los hogares deban sostenerlo con sus oraciones y ayudarla con sus observaciones y sugerencias.

Los esposos no considerarán su ingreso en los Equipos y su adhesión a la Carta como un término, sino como un punto de partida. La ley del hogar cristiano es la caridad. Ahora bien, como ésta carece de límites, desconoce el descanso.

 

En la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1947.

 

 

 

 

 

 

 

Utilizamos adrede al término ''testimonio'' en vez del de apostolado No porqué los matrimonio» de los Equipo» rehúsan el apostolado, sino precisamente porque la mayoría ya están comprometidos en las diversas Organizaciones de Acción Católica parroquial, social, profesional, cívica, Congregaciones, etcétera, y los que no lo están, no tardan, naturalmente, en comprender la necesidad da hacerlo. La acción les hace sentir la necesidad da una vida espiritual intensa, y para enriquecerla acuden a los Equipos.

No es preciso decir que asta obligación, lo mismo que las otras, puada ser dispensada en caso de grave impedimento.

 

 

 

 

1. UN PROYECTO

"Ven y sígueme": esta llamada de Jesucristo se dirige también hoy a cada uno de nosotros, a todos y cada uno de nuestros hogares, invitándonos a abrirnos cada vez más a su amor para poder ser testigos del mismo allí donde nos encontremos.

Aquellos matrimonios que deseen responder a esa llamada del Señor, pero son conscientes de su propia debilidad, confiando en la gracia del sacramento del matrimonio y convencidos de la eficacia de una ayuda fraternal y de la promesa de Jesucristo. «Donde estén dos o más reunidos en mi nombre, Yo estoy en medio de ellos» <Mt. 18, 20>, se deciden a formar equipo y piden ayuda a un Movimiento: tal es el proyecto común a los matrimonios de los Equipos de Nuestra Señora.

 

2. UNA FISONOMIA

Un Equipo de Nuestra Señora es una comunidad cristiana de matrimonios.

 

Una comunidad

De 5 a 7 matrimonios que libremente deciden agruparse

asistidos por un sacerdote constituyen un Equipo. Nadie entra coaccionado a un Equipo ni está obligado a permanecer en él. Todos se mantienen en él activos y en fidelidad al espíritu.

Sus miembros se comprometen, para llevar fielmente a término el proyecto común, a participar con lealtad en el juego de la vida comunitaria.

Esta tiene sus leyes y sus exigencias propias, que se encarnan en la elección de un cierto número de objetivos comunes y de medios concretos para progresar hacia esas objetivos (cf. 3.a parte) cada uno hace suyas las opciones de la comunidad, al mismo tiempo que participa en sus actividades.

Cada equipo es a su vez miembro de una comunidad más amplia, el Movimiento supranacional de los Equipos de Nuestra Señora.

 

Una comunidad cristiana

Un Equipo de Nuestra Señora no es una simple comunidad humana; «se reúnen en nombre de Cristo» y quieren ayudar a sus miembros a progresar en el amor de Dios y en el amor al prójimo, para mejor responder a la llamada de Cristo.

Él quiso que el amor que nos comunicó fuera acogido y se pusiera en marcha dentro de una comunidad visible que Él fundó, a la que prometió su presencia, comunicó su Espíritu y confió la misión de irradiar a todo el mundo la Buena Nueva. Esa comunidad es la Iglesia, cuerpo de Cristo, puesta al servicio de la comunidad humana.

Esa gran comunidad está compuesta de pequeñas comunidades de características muy diversas, y que, si no tienen la estructura de aquélla, no por eso dejan de participar en su

vida (como cada célula de las del cuerpo entero), a esta vida que es el amor mismo de Cristo por el Padre y por todos los hombres.

Un Equipo de Nuestra Señora es una de esas pequeñas comunidades que aspira a vivir al mismo tiempo injertada en el Padre, en comunión estrecha con la Iglesia y totalmente abierta al mundo.

Su vida tendrá que organizarse en consecuencia, y el sacerdote que «hace a Cristo presente como cabeza de la comunidad» (Sínodo de los Obispos, 1971) la ayudará a no perder de vista su verdadera razón de ser.

 

Una comunidad de matrimonios

Un matrimonio cristiano es ya en si una «comunidad cristiana», pero de una originalidad verdaderamente especial.

Por una parte, esta comunidad reposa, en efecto, sobre una realidad humana; la entrega libre, definitiva y fecunda en el amor, entrega que se hacen un hombre y una mujer en el matrimonio. Por otra parte, esta realidad humana se convierte en sacramento en virtud de Cristo, es decir, en un signo que manifiesta el amor de Dios por la Humanidad, del amor de Cristo por la Iglesia y del cual participan los esposos. Cristo está, pues, presente en la comunidad conyugal de manera privilegiada: su amor por el Padre y por los hombres transfigura desde su interior el amor humano. Es por lo que este amor humano vivido cristianamente constituye por él mismo un testimonio de Dios, y es de su plenitud de donde brota la acción apostólica del matrimonio.

La ayuda en el seno de un equipo adopta una forma especial: los matrimonios van a ayudarse unos a otros a «construirse» en Cristo -la construcción de un hogar no termina nunca- y a poner su amor al servicio del Reino de Dios.

* * *

Los Equipos de Nuestra Señora se ponen bajo la protección de la Virgen María. De esta forma manifiesta su convencimiento de que no hay mejor guía para ir hacia Dios que «la que ocupa el primer lugar entre los humildes y pobres de Dios que esperan y reciben su salvación con entera confianza» (Lumen Gentium, 55).

 

3. UN CAMINO

Para un cristiano no hay más camino que Jesucristo, Palabra de Dios hecha hombre: «Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica» (Lc: 11, 22>.

Los Equipos de Nuestra Señora no imponen a sus miembros ningún tipo determinado de espiritualidad: lo único que pretenden es ayudarse a comprometerse en familia en el camino trazado por Jesucristo. Para ello les proponen:

- orientaciones de vida;

- puntos concretos de esfuerzo;

- una vida de equipo.

 

Orientaciones de vida

La orientación fundamental es la del amor que Jesucristo vino a traernos «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas... y al prójimo como a ti mismo» (Mc. 12,30-31>.

Crecer en este amor es tarea de toda ¡a vida: los Equipos de Nuestra Señora proponen a sus miembros ayudarles en este sentido y les piden:

- para ayudarse a progresar en el amor de Dios:

· que den a la oración un lugar muy importante en su vida;

que manejen asiduamente la Palabra de Dios y que se esfuercen por ponerla en obra más perfectamente cada día;

· que profundicen constantemente en el conocimiento de su fe;

· que frecuenten los sacramentos y en especial el de la Eucaristía;

· que se preocupen por conocer y practicar mejor cada día la ascesis cristiana.

- para progresar en el amor al prójimo:

· que practiquen una verdadera ayuda conyugal (escucha, diálogo, participación) en todos los terrenos, en particular en el terreno espiritual;

· que se preocupen constantemente de la educación humana y cristiana de sus hijos;

· que practiquen ampliamente la acogida y la hospitalidad en su hogar;

· que testimonien concretamente el amor de Jesucristo, en especial por uno o varios compromisos eclesiales o cívicos.

Puntos concretos de esfuerzo

La experiencia demuestra que, sin ciertos puntos concretos de aplicación, las oientaciones de vida corren el riesgo de quedarse en letra muerta. Por eso los equipos proponen a sus miembros:

· que se comprometan a seis puntos muy precisos, que se suelen conocer con el nombre de «obligaciones»;

· que pidan a los miembros de su Equipo que les controlen y ayuden en el cumplimiento de los puntos mencionados: es lo que se conoce por «participación» en las reuniones mensuales.

Los seis puntos son los siguientes:

1. «Escuchan> asiduamente la Palabra de Dios;

2. Reservar todos los días algún tiempo para un verdadero "encuentro con el Señor" (oración);

3. Encontrarse cada día juntos marido y mujer en una oración conyugal (y si fuera posible, en una oración familiar);

4. Dedicar cada mes el tiempo que sea preciso para un verdadero diálogo conyugal bajo la mirada de Dios (deber de sentarse);

5. Fijarse una «regla de vida» y revisarla todos los meses;

6. Ponerse cada año ante el Señor -en matrimonio, si es posible- durante un retiro de 48 horas como mínimo, para reflexionar y planificar la vida en su presencia.

Vida de Equipo

El Equipo no es un fin en sí mismo, es un medio al servicio de los miembros, que les permitirá:

· vivir tiempos fuertes de oración comunitaria y de participación;

· ayudarse eficazmente a caminar hacia el Señor y a testimoniar de Él.

Como en la vida de toda comunidad cristiana, podríamos distinguir esquemáticamente tres aspectos, tres grandes momentos de la vida del Equipo:

- cuando, en Jesucristo, el Equipo se vuelve hacia el Padre para acoger su amor;

- cuando, en Jesucristo, el Equipo vive ese amor: «No tenían más que un corazón y una sola alma» (Ac. 4, 32);

- cuando, impulsado por el Espíritu de Jesucristo, el Equipo envía a sus miembros al mundo para revelarle ese amor.

 

Estos tres aspectos son los que se viven fundamentalmente a lo largo de la reunión mensual, que suele consistir en:

- una comida, que constituye, sobre todo, el tiempo de la amistad;

- una oración en común, como centro y cumbre de la reunión (y que puede consistir a veces en la celebración de la Eucaristía);

- una «participación» y una «puesta en común», que son los momentos fuertes de la ayuda mutua y, sobre todo, de la ayuda espiritual y apostólica;

- un intercambio sobre el tema de reflexión de cada mes, que es propiamente el tiempo de reflexión en la fe.

Con todo, la vida del equipo no se reduce a la reunión mensual. Durante todo el mes, los miembros del Equipo prosiguen orando por los miembros de su Equipo y por sus intenciones, y ayudándose en las formas precisas que cada Equipo se fije.

Los componentes de un equipo escogen cada año a uno de los matrimonios como «responsable» del mismo, y es el que se compromete a que todos participen de hecho en la vida comunitaria del equipo, de suerte que la ayuda mutua resulte eficaz y que todos los que componen el Equipo se sientan aceptados, queridos y tomados a cargo de la comunidad.

El matrimonio responsable es el que se ocupa de que todos los miembros de su Equipo demuestren que pertenecen a los Equipos de Nuestra Señora, invitándoles:

- a nivel de Equipo:

· a la reunión mensual;

· a que la preparen con oración v reflexión;

· a que lleven a ella por escrito el fruto de sus reflexiones sobre el tema de cada mes;

- a nivel de Movimiento:

· a que sigan al día la vida del mismo por la Carta del Movimiento, y sobre todo por la lectura de su Editorial.

· a que procuren vivir las orientaciones que el Movimiento da para todos y que colaboren en sus iniciativas.

· a que tomen parte en las reuniones que se organicen a distintos niveles;

· a que participen en la vida del Movimiento y en su

misión apostólica:

o aceptando responsabilidades;

o con una participación anual calculada lealmente en base a los ingresos de un día;

· incorporando a su oración las intenciones de cada uno de los miembros del Movimiento.

 

 

 

CONCLUSION

Los Equipos de Nuestra Señora son un movimiento de espiritualidad conyugal. Proponen a sus miembros una vida de equipo v medios concretos para ayudarles a progresar en familia en el amor de Dios y del prójimo. Así les preparan para el testimonio, cuya forma será escogida por cada hogar. De modo que si los Equipos no son un movimiento de acción, quieren ser, sin embargo, un movimiento de gente activa.