Catequesis sobre la Eucaristía
Autor: Arquidiócesis de Guadalajara
Fuente: Catholic.net
 

 

TEMA 17

La Eucaristía, fuente y compromiso de amor

 



OBJETIVO


Revalorar la Eucaristía por ser la fuente vital del compromiso de amor del cristiano en el mundo, tomando conciencia de que su celebración nos apremia a la caridad de Cristo, para que acrecentemos en nuestras comunidades los signos de servicio a favor de la dignidad humana, la justicia y la solidaridad.

NOTAS PEDAGÓGICAS

Tener en cuenta que la Eucaristía, como fuente para el compromiso social cristiano, es poco valorada y promovida. Por lo tanto, el tema inicia ofreciendo fundamentos de la vida de las primeras comunidades cristianas, del Concilio Vaticano II, y busca encontrar el sentido pleno de la institución de la Eucaristía por parte de Jesucristo.

Se termina invitando a los cristianos a tomar una actitud abierta y sincera, así como a definir las disposiciones y compromisos comunitarios que brotan de las exigencias de la celebración de la Eucaristía.

VEAMOS

Canto: “Estoy pensado en Dios”

Oración: Rom 12, 9-18.

Dinámica de la Foto – Palabra:

En una mesa se coloca una serie de fotografías o imágenes alusivas a diversos problemas sociales que se viven en la comunidad (económicos, políticos, de educación, salud, vivienda, religiosos, etc. ) y se les pide a los participantes que piensen en algún problema fuerte que se está viviendo ahora y los afecte a ellos y a otros más. Enseguida se les pide que caminen despacio dando vueltas a la mesa y seleccionen una foto alusiva al problema que acaban de pensar. Posteriormente se tiene un momento para luego ir compartiendo, de preferencia de dos en dos, sobre qué problema descubren en esa foto, qué dificultades encuentran para su solución y cómo se les ocurre lograr una eficaz solución.

Se hace el plenario, pidiendo la participación de algunos de forma espontánea.

- ¿Qué problema trataron?
- ¿Cuál fue la vía de solución?

La dinámica se termina cuando el coordinador pregunta: ¿Qué aprendimos con esta dinámica de la foto–palabra?... ¿Acaso no están claros los problemas y difíciles las soluciones?... ¿No es cierto que todos anhelamos una vida mejor?... ¿A poco no hemos hecho oración para pedirle a Dios la solución de los conflictos?

La Iglesia nos invita a revalorar a la Eucaristía como parte medular de nuestro cristianismo, de nuestra fe, de nuestra vida toda. Por eso, es importante preguntarnos: ¿Tiene algo que ver la Eucaristía con nuestros problemas sociales? ¿Las celebraciones de la Misa, son de verdad en la práctica, fuente para el compromiso de amor y servicio social en nuestras comunidades?

¿Qué acaso no es importante en estos momentos históricos, hacer caso al Papa que nos exige un serio examen de conciencia (ver TMA 36) y cuestionarnos para ver hasta dónde a la Celebración Eucarística le estamos dando la dimensión del compromiso social cristiano que posee en sí misma, por ser fuente de vida por parte de Dios?

PENSEMOS


En los Hechos de los Apóstoles se nos dice que los primeros cristianos “acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones... Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían” (Hech 2, 42.44). Habían descubierto que la Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia y en bien de la sociedad.

De ahí que Jesús en la intimidad de la Ultima Cena con sus discípulos, en la plena institución de la Eucaristía, nos deja a todos el único, nuevo y eterno mandamiento, como fruto de la Celebración Eucarística: “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Jn 15, 12-13).

El Concilio Vaticano II, a propósito de la Eucaristía, afirma textualmente: “La liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza... la renovación de la Alianza del Señor con los hombres en la Eucaristía enciende y arrastra a los fieles a la apremiante caridad de Cristo” (SC 10).

Si analizamos un poco nuestra vida, nos daremos cuenta de que jugamos muchos “papeles sociales”, tales como: padres de familia, deportistas, empleados, comerciantes, profesionistas, educadores , etc., y sin embargo, no es raro que toda esta vida queda olvidada cuando vamos a Misa, tanto para darle gracias a Dios, o exponer nuestras necesidades o pedirle perdón, como para buscar la luz de la Palabra de Dios que nos invita a vivir como hermanos. Como si la celebración de la Eucaristía no tuviera nada que ver con el acontecer diario.

En la Eucaristía, como fuente para el compromiso de amor, ofrecemos nuestra vida, celebramos nuestra entrega junto con la de Jesús, renovamos nuestra alianza, nuestro compromiso comunitario comulgando el Cuerpo de Cristo, de ahí que al concluir la celebración, regresamos de nuevo a nuestras familias, trabajos, comunidades, dispuestos a vivir la comunión con todos y a trabajar por hacer que el Reino de Dios avance en nuestro mundo.

(En este momento se presenta un cartel donde aparece en el centro, la foto de una celebración Eucarística de la propia comunidad con el letrero del tema “LA EUCARISTIA, FUENTE Y COMPROMISO DE AMOR”. Luego una serie de círculos vacíos que se irán llenando con el estado de vida, oficios, profesiones, servicios que están viviendo los participantes. El cartel debe ser de buen tamaño porque en él mismo se añadirán las fichas de la dinámica del ACTUAR).

De esta forma, la celebración de la Eucaristía parte desde la vida como acción de gracias por los hechos vividos del Reino de Dios: fe, conversión, fraternidad, justicia, solidaridad, amor, etc. Y se convierte en fuente para la vida como sacrificio de entrega y compromiso por liberarnos de nuestras situaciones de pecado individual y social y transformarlas en nuevos hechos del reino de Dios en la familia, en la educación, la salud, la economía, la cultura, el trabajo, la lucha por los derechos humanos, en nuestras diversiones, etc.

Eucaristía
Celebración Culmen Celebración Fuente Desde la vida para la vida

La celebración de la Eucaristía, como fuente para el compromiso de amor, se convierte en un fuerte llamado a la conciencia de todos, un compromiso de trabajar seriamente para que se realice la fraternidad universal del Reino de Dios, donde no haya ambiciones, envidias, odios...

Es importante considerar que no celebramos la Eucaristía porque ya vivimos plenamente la comunión con Cristo y los hermanos, sino porque hacemos esfuerzos por construir un mundo de hermanos, por compartir nuestros bienes, por hacer un mundo más justo. Como bien exhortaba San Pablo a los Romanos: “Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto” (Rom 12, 1-2).

ACTUEMOS


Teniendo en cuenta los problemas concretos que vivimos y que contradicen la fe cristiana, el grupo se puede dividir en pequeños equipos, en base a los distintos ambientes de vida de los participantes como está indicado en el cartel, para que a través de fichas se contesten las siguientes preguntas:

- Nosotros como amas de casa, empleados, campesinos, empresarios, profesionistas, etc. ¿Qué nos hace falta para revalorar a la Eucaristía como fuente para el compromiso de amor?

- ¿A qué me comprometo para que ayudados por la Eucaristía acrecentemos en nuestra comunidad los signos de servicio a favor de la dignidad humana, la justicia, la solidaridad?

Reunidos en plenario, se comparten las respuestas y las fichas se van acomodando en el cartel según sea “el papel social” que se comentó.

CELEBREMOS


Durante el trabajo de equipo se les pide que en base al “papel social”, hagan una petición al Señor para que en este momento, y de preferencia formando entre todos un círculo, se compartan las súplicas y todos contestan: Escúchanos, Padre de justicia y de amor.

Concluimos todos rezando el Padre Nuestro con las manos unidas.

Canto Final: “Tu Reino es Vida”