Enviado por el padre Pedro Hernandez, sacerdote claretiano.
El
domingo destaca desde los mismos orígenes del cristianismo.
Nace
con la Iglesia, construye la Iglesia, alimenta la fe de los consagrados por el
bautismo.
El
día del Señor fue desde el principio un día gozoso en el que la Iglesia era
evangelizada por la Palabra y los sacramento y se convierte en comunidad de fe,
esperanza y amor en medio de los hombres.
En
el domingo, la Eucaristía ( Misa), ocupa un lugar central, en ella la fe
cristiana es proclamada, celebrada y confesada. En la catequesis dominical es
transmitida la fe de la Iglesia, y es en la celebración eucarística donde
dicha transmisión realiza de manera más propia y plena.
Los
cristianos debemos vivir los días festivos de una manera testimonial, como
espacio privilegiado para expresar nuestra identidad cristiana y nuestra
solidaridad en Cristo con los demás hombres.
Podemos
observar la pérdida del sentido cristiano del domingo entre los católicos, por
la disminución de la práctica dominical .
Y
es que en nuestra sociedad, se han producido muchos cambios : nuevas condiciones
de trabajo y de descanso, aparición de la cultura del ocio y del bienestar,
sociedad pluralista, turismo, ...
A
ello se añade el secularismo. El hombre moderno se considera autosuficiente,
convencido de que su realización la encuentra en este mundo sin necesidad de
ninguna referencia trascendente.
Es
así como en el domingo han venido a confluir todas las contradicciones del
momento presente, no sólo en el plano religioso sino también en el cultural,
social, político y económico.
Para
gran parte de hombres y mujeres , el domingo es un día carente de sentido,
justificado tan sólo por la necesidad de recuperar energías, de estar con la
familia o de practicar un deporte. Esta sensación de vacío espiritual, de
tedio, afecta también a un número cada día mayor de católicos, incluso entre
los que asisten a la celebración dominical.
Se
está perdiendo el sentido del domingo.
Tenemos
que devolver al domingo su sentido original.
Urge
que hagamos del domingo un momento importante de nuestra evangelización . y de
la edificación de nuestras comunidades cristianas.
Tenemos
que esforzarnos por recuperar en nuestras conciencias la importancia que tiene
para nosotros el día del Señor , en orden a mantener viva la fe y la identidad
cristiana.
Los
jóvenes católicos necesitan convencerse de las razones profundas que encierra
para la fe la convocatoria eclesial de los domingos.
Y
también de lo importante que es su participación en las celebraciones.
Los
cristianos tenemos el deber grave de salvar el día del Señor. comunidades como
signos de comunión, de reconciliación, de esperanza y de paz.
Es
bueno recordar que el día del Señor, el domingo, nació y se organizó en un
medio nada fácil para los primeros cristianos.
No
coincidía con los días festivos del resto de la sociedad. Su celebración se
convertía en un signo de identidad ante los demás ciudadanos.
Qué
es y qué significa el Domingo
El
Concilio Vaticano II nos describe así el significado del domingo
"
La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen del día mismo de
la resurrección de Cristo, celebra el Misterio Pascual cada ocho días, en el día
que es llamado con razón día del Señor o domingo.
En
este día, los fieles deben reunirse a fin de que escuchando la Palabra de Dios,
y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la
gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios, que los hizo renacer a la viva
esperanza por la resurrección de Cristo de entre los muertos ( 1 Pe 1,3).
Por
esto, el domingo es la fiesta primordial, que debe presentarse e inculcarse a la
piedad de los fieles, de modo que sea también el día de la alegría y de
liberación del trabajo ... el domingo es el fundamento y el núcleo del año
litúrgico "(SC. 106).
a)
Es el " día del Señor "
La
celebración del domingo es en recuerdo de la resurrección del Señor y de las
apariciones que tuvieron lugar " el primer día de la semana " (cf ,
Mt. 28,1 y par.; Le. 24,13-45; Jn.20,19-29 ) .
Todos los valores del domingo, su razón de ser, radica en el encuentro personal de los discípulos de Jesús con el resucitado que vive para siempre y se hace presente a su Iglesia, sobre todo en la celebración litúrgica.
El
domingo pertenece al dinamismo interno de la Iglesia " Los que acogieron su
palabra se bautizaron, y se les agregaron aquel día unas tres mil personas.
Los
que habían sido bautizados perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en
la unión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones " (Hch.2,41-42).
b)
Es el día de la Iglesia
Es
el día de la asamblea cristiana. El Señor , después de la resurrección agrupó
de nuevo a los discípulos y se hizo presente en medio de ellos (cELc.24,36-45;
Jn. 20,19-29).
La
reunión de la asamblea, es la primera nota que pone de manifiesto la celebración
del domingo.
Cada
cristiano, al llegar el domingo, es llamado a reunirse con sus hermanos, con los
que forman el Cuerpo de Cristo, para encontrarse, a su vez, con el Señor
Resucitado, que prometió estar presente " dónde dos o más se reúnan en
mi nombre ". ( Mt.18,20; cf 20,20).
Esta
asamblea, convocada por el Resucitado y reunida en su Espíritu , es la
principal manifestación de la Iglesia , elemento esencial de la comunidad
cristiana y del domingo. El cristiano que no frecuenta la asamblea dominical,
difícilmente podrá vivir su fe cristiana, y se irá alejando poco a poco de la
comunión de la Iglesia.
La
Didaché, a finales del s. I, recomendaba a los cristianos: " Reuníos cada
día del Señor, partid el pan y dad gracias " (14,1).
San
Justino , texto introductorio de este trabajo , hacia el año 160 , hablaba de
la " reunión el día que se llama del sol, de todos los que habitan en las
ciudades o en los campos", para leer, "las memorias de los Apóstoles
y los escritos de los profetas ".
En
la Carta a los Hebreos se recomienda : " no abandonemos nuestra asamblea...
sino animémonos mutuamente " (Hbr. 10,25).
La
Didascalía de los Apóstoles ( s.III ) recomienda a los Obispos :" Cuando
enseñes, ordena y persuade al pueblo a ser fiel en reunirse en asamblea , que
no falte..., a fin de que nadie sea merma para la Iglesia al no asistir, ni el
cuerpo de Cristo se vea privado de uno de sus miembros ". (Cap. 13).
La
reunión de la asamblea, se desprende de lo dicho, no debe faltar ni siquiera en
aquellos lugares donde, por falta de sacerdote, no es posible celebrar la
Eucaristía del domingo. La asamblea es la ocasión de encontrarse los que están
llamados a ° tener un solo corazón y una sola alma " ( Hch. 4,32 ).
c)
Es el " día de la Palabra de Dios
La
perseverancia de los cristianos en la vida nueva recibida en el Bautismo, les ha
exigido siempre volver una y otra vez " a la enseñanza de los Apóstoles
" (cf. Hch . 2,42 ) , es decir, a la Palabra que un día les fue anunciada
y en la que creyeron para salvarse.
El
domingo es el día de la Palabra de Dios bajo todas sus formas, pero
especialmente en la liturgia de la Palabra en que ésta es proclamada y
celebrada.
Entonces
Cristo está presente y sigue anunciando el Evangelio, como lo hacía en su
etapa histórica con sus discípulos.
La
comunidad cristiana necesita ser evangelizada, cada uno de los miembros,
reunidos en asamblea, debe entrar en contacto vivo y personal con el Evangelio y
los demás textos de la Escritura.
Para
no pocos cristianos, se trata del único contacto vital con la Palabra de Dios
en toda la semana.
d)
Es el " día de la Eucaristía "
La
comunidad cristiana persevera , hoy como entonces, en la fracción del pan y en
las oraciones ( cf. Hch . 2,42 ), para cumplir el mandato del Señor : "
Haced esto en memoria mía " (Lc. 22,19 ; 1 Cor. 11, 24) y seguir
celebrando el encuentro con el Señor resucitado.
La
vinculación de la Eucaristía al domingo nace con el Nuevo Testamento, son
origen y núcleo dinamizador de la Iglesia.
La
celebración de la Eucaristía constituye el centro de toda la vida de la
Iglesia : la Iglesia local es congregada por la predicación del Evangelio y
edificada por la comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo , para ser signo de
caridad.
Los
fieles progresan en la fe y la caridad, gracias a la mesa de la Palabra de Dios
y del Cuerpo de Cristo.
La
celebración de la Eucaristía constituye, en sí misma, un anuncio del Misterio
Pascual de Jesucristo, es un acto evangelizador.
e)
Es el " día de la Caridad "
Los
primeros cristianos no sólo " partían el pan " y oraban en común,
sino que también se ejercitaban en la comunicación de los bienes y en el
testimonio de vida.
"
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Vendían sus
posesiones y haciendas y las distribuían entre todos, según las necesidades de
cada uno.
Unánimes y constantes acudían diariamente al templo, partían el pan en las casas y compartían los alimentos con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y se ganaban el favor de todo el pueblo ". ( Hch .2,44-47, ; cf . 4,32-47 ).
La
Eucaristía dominical se proyectaba en actitudes acciones de fe y de caridad.
San
Pablo explica la solidaridad cristiana como expresión de la generosidad del
mismo Cristo (cf.2 Cor. 8,9 u).
Y
en la introducción de este trabajo tenemos el relato de San Justino : "
Los que tienen y quieren , cada uno según su libre determinación, da lo que
bien le parece... ".
La
caridad fraterna y la solidaridad con los necesitados, en cualquiera de sus
formas, constituyen los signos más evidentes de la participación profunda en
el Sacrificio Eucarístico.
t)
Es el " día de la misión " .
Los
primeros cristianos que tomaban parte en la Eucaristía, sabían que eran
enviados a anunciar a los demás que " habían reconocido al Señor en la
fracción del pan ^ (cf.Lc. 24,35) Aquellos cristianos se sentían portadores
del mensaje pascual : " Id y anunciad a mis hermanos " (Mt.28,10;
cf2n20,17-18).
La
misión surge espontáneamente de la experiencia gozosa de la fe que se ha
alimentado en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo.
Eucaristía
y evangelización se fecundan mutuamente y urgen a los discípulos de Jesús , a
anunciar el don que han recibido, a los que todavía no le reconocen.
g)
Es el " día de la alegría "
Dice
la Discalía de los Apóstoles ( s.III): " El domingo estad siempre
alegres, porque el que se entristece este día es reo de pecado " (n.21).
Los
primeros cristianos, al celebrar el domingo , vivían la alegría de la
presencia de Cristo que ya nadie podía arrebatarles (cf.Jn. 16-22 ), veían
como eran escuchados por el Padre en el nombre de Jesús ( cf.Jn.16,20 ), y
recibían el Espíritu Santo ( cf. in.14,17-18 ).
El
domingo es, pues, el " día del Espíritu " que colma de gracia y de
alegría a los cristianos que se dejan guiar por la luz.
La
fe y la caridad compartidas en el día del Señor, son fuente de gozo interior.
h)
Es el " día de la Pascua semanal "
La
vinculación del domingo con el Misterio Pascual de Jesucristo hace que éste
sea el día memorial de la resurrección y del comienzo de la nueva creación :
la pascua semanal, fundamento del año litúrgico.
La
celebración del domingo nos recuerda que en el Bautismo fuimos liberados de la
esclavitud del pecado, pasando de la muerte a la vida
(cf. Rom. 6,3-11 ; 1 Jn. 3,14 ).
El
Misterio Pascual de Jesucristo es el tránsito de la pasión a la resurrección,
de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, que va reproduciéndose en
cada uno de los cristianos desde el momento del bautismo.
El
discípulo de Jesús, al celebrar el bautismo , se reencuentra semanalmente con
el poder de la resurrección que va transformando poco a poco su existencia.
i)
Es " la fiesta primordial de los cristianos "
El
domingo es la fiesta esencial y primera de los cristianos, pues, contiene en sí
todos los valores propios de la fiesta
El
domingo celebra la nueva situación creada por la resurrección de Cristo.
En
este día el hombre recupera la bondad de la creación y alaba al Señor.
La liberación del trabajo, propia del domingo , es oportunidad para dedicarse al Señor, para gozar de las relaciones familiares y sociales, y para entrar en contacto con la naturaleza.
Y
así como no hay fiesta sin celebración, tampoco hay domingo sin que los
creyentes se reúnan para alabar al Señor, recordar sus obras, darle gracias y
suplicarle.
Por
eso, la celebración de la Eucaristía ha sido siempre el corazón del domingo y
de toda fiesta cristiana.
No
es algo que se impone al cristiano desde fuera como una ley, es algo que es
reclamado desde dentro, necesitado, por razón de ser cristiano.
El
domingo ayuda a los cristianos a acoger mejor la acción de la gracia divina en
sus vidas, y a responder a ella con mayor generosidad.
El
precepto dominical orienta a los fieles hacia la fuente de la fe y de la vida de
la Iglesia : la asamblea en torno a la Palabra de Dios y al Sacrificio eucarístico.
La
participación en la celebración dominical , permite a los cristianos descubrir
su propia identidad y les capacita para vivir en comunión fraterna.
El
cristiano debe obrar no por imperativos legalistas, sino movido por el amor y la
fidelidad al Señor.