yo, tú, ÉL

discernimiento en pareja

 

 

Programa de Formación MAGIS II Pelusa Laneri Ferreira

3º Etapa – Espiritualidad Laical Colaboración: Ricardo Ruíz Díaz

CVX Latinoamericana Grupo Paraguay

 

C O N T E N I D O

El primer discernimiento de Ignacio

Así empezamos

Haciendo memoria

Entrevista al discernimiento:

Ricardo contesta a Pelusa

1 En tu día a día, ¿qué factores van en contra de la práctica del discernimiento?

2 Cuando tenemos que elegir un camino con respecto a algún tema o aspecto de nuestra vida, o cuando tenemos que adoptar una postura ¿te parece que discernimos siempre o la mayoría de las veces?

3 ¿Qué aspectos personales tuvimos que desarrollar o anular para ir incorporando el discernimiento en nuestra vida juntos?

4 Temas difíciles o conflictivos que tratar en pareja siempre existen, ¿cuáles fueron esos temas en nuestro caso?

5 ¿Qué pasos hemos dado en nuestros años en CVX como pareja, como padres?

6 ¿Qué momentos difíciles (o desolaciones) hemos tenido cuando teníamos que discernir algo? ¿Por qué?

7 ¿Qué momentos de consolación hemos tenido discerniendo?

8 ¿Cómo estamos hoy con nuestro discernimiento en pareja? ¿Sabemos hacerlo? ¿Qué nos resulta más fácil y todavía más difícil?

9 ¿Qué le recomendarías a una pareja que tiene que discernir algo muy importante, pero que nunca lo ha hecho?

10 ¿Cuál es nuestra experiencia de discernimiento apostólico?

11 ¿Qué debemos tener en cuenta como pareja al realizar el discernimiento apostólico?

Pelusa contesta a Ricardo

1 ¿Qué significa para vos "discernir en pareja"?

2 ¿Qué experiencia tenés de discernimiento en pareja?

3 ¿Qué temas se pueden discernir en pareja?

4 ¿Hay algún tema vedado o que no sea conveniente discernirlo en pareja?

5 ¿Cómo se hace el discernimiento en pareja?

6 ¿Cómo se aplican los métodos de discernimiento ignaciano en la pareja?

7 En tu día a día, ¿qué factores van en contra de la práctica del discernimiento?

8 ¿Pueden participar los hijos u otros miembros de la familia en el discernimiento?

9 ¿Cómo discernir en tiempos de crisis de la pareja?

10 La pareja, ¿puede discernir y resolver sola todas las situaciones?

11 ¿Cuándo es conveniente recurrir a terceros? (pedir ayuda)

12 ¿Se puede ser siempre "objetivo" o "indiferente" frente a la pareja y ante cualquier tema?

13 ¿Qué pasa cuando uno tiene más claridad que el otro para tomar alguna decisión?

14 ¿Te parece que hay diferencias entre el hombre y la mujer respecto a "sentimiento" y "objetividad" en el proceso de discernimiento?

15 ¿Cuál es nuestra experiencia de discernimiento apostólico?

Finalmente

A ustedes,

que hacen de la vida algo con sentido…

 

 

El primer discernimiento de Ignacio

Un primer discernimiento realiza Ignacio durante su larga enfermedad, donde aprende a discernir entre el buen espíritu y el mal espíritu según los efectos posteriores.

Durante su vida penitente en Manresa, Ignacio aprende a fijarse en todo el proceso, porque algún pensamiento podría parecer bueno pero a la larga conduce a la sequedad, a la desolación, o a realizar actividades más importantes.

Ignacio sabía que la existencia humana depende prioritariamente de los «afectos» mucho más que de los «pensamientos». Por ello mismo, según indicábamos, la «reestructuración de la vida» correrá paralela a la «purificación de las pasiones desordenadas».

 

Así empezamos

Un día fuimos invitados a embarcarnos en una grandiosa aventura llamada Espiritualidad Ignaciana, algo que al principio parecía una travesía llena de misterios, pero donde con la ayuda de amigos que ya habían navegado esas aguas, y con la seguridad que nos daba un Jesús -capaz de caminar sobre ellas sin hundir un pie- a quien íbamos descubriendo de a poquito, fuimos tomando confianza y sintiéndonos parte de la tripulación.

Somos Pelusa y Ricardo, sumamos once años de casados, cinco de novios y dos regalos del cielo: Oscar José, de 7 años, hijo nuestro desde sus tres meses de vida, y María Cecilia, de 1 año. Trabajamos fuera de casa, Ricardo es Diseñador Gráfico, y yo soy Analista de Sistemas, trabajo en el área educativa de la Informática, e inicié estudios de Psicología. Pertenecemos a una Comunidad de Vida Cristiana (CVX) de características heterogéneas, algunos son casados, otros solteros y uno divorciado. Esto ha enriquecido nuestra vida comunitaria, personal, familiar y de pareja.

No fue fácil iniciar este trabajo sobre el "Discernimiento en pareja" ¿Qué podíamos decir nosotros, personas comunes y corrientes, con vidas, problemas comunes y corrientes? No pretendíamos un abordaje teórico o intelectual del asunto, queríamos plasmar de manera sencilla nuestra experiencia.

Empezamos haciéndonos preguntas simples y recordando algunas situaciones. Así fue que nos pareció interesante comenzar sin más vueltas de esa misma manera, haciéndonos mutuamente una entrevista. Nos propusimos escribir a solas las preguntas que queríamos hacer al otro y entregarnos al mismo tiempo para que las contestáramos posteriormente, también a solas.

Fue un desafío interesante y sorprendente, no nos imaginábamos con qué preguntas iba a salir el otro, y éstas fueron, en algunos casos significativamente diferentes y en otros sólo en la forma. ¿Es porque somos diferentes personas con intereses distintos? ¿Diferentes sentimientos por ser hombre y mujer? Seguramente que sí, pero nos dio gusto recorrer de vuelta nuestra vida de a dos, viéndola como en una película, donde veíamos –con sorpresa- a Dios como el principal protagonista. Y eso fue lo que hemos descubierto. No tiene más pretensiones que ser el relato de una vida juntos, en la que seguimos intentando vivirla desde Él...

 

Haciendo memoria...

Habíamos decidimos hacer en pareja los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

Desde el principio nuestro guía había dicho claramente que se trataba de ir perfilando un proyecto de vida. No resultó en apariencia, ya que al cabo de un tiempito cada uno siguió con su propio ritmo y por qué no, con sus propias trabas. Eso fue lo que pasó. Llegó un momento en el que uno de los dos necesitó detenerse más en una que otra parte del camino para mejor provecho. En realidad, yo siempre fui más lenta, y con una tendencia a quedarme más, y eso puede verse en las dos veces que recorrí las cuatro semanas, haciéndolas en el doble de tiempo que las demás personas en general. Mirando desde donde estamos ahora, lo vemos con satisfacción, ya que fue acertado respetar el proceso de cada uno, y aún así, ir compartiendo lo que íbamos experimentando.

Ah no... no fue todo color de rosas, porque la vida igual continuaba… Los ejercicios espirituales en la vida corriente te dan esa facilidad, no necesitás hacer un retiro de varios días, con la contrapartida del desafío de la "contemplación y la acción" unidas o paralelas en el día a día.

Esta escuela fue fascinante, la confrontación con nuestra realidad muchas veces nos ha dejado perplejos, y la claridad para tomar decisiones personales o familiares fue dándose también por añadidura. Su práctica ayuda a fortalecer aspectos de nuestra persona y ser más aptos para el discernimiento. Es como un calentamiento, para ir introduciendo en nuestra vida de siempre, una especie de hábito para ver cada vez más automáticamente a Dios en lo cotidiano. ¡Es por eso que el nombre de Ejercicios Espirituales queda fantástico! Ahora me doy cuenta.

Nos dijeron que teníamos que tener subiecto, o sea:

haber tomado la decisión de buscar y cumplir la voluntad de Dios;

ser humildes, aceptar nuestras limitaciones humanas y la grandeza de Dios;

tener capacidad de resistencia, lucha y perseverancia;

estar comprometidos con nuestro presente, con nuestras circunstancias concretas, realistas, sin escapes hacia atrás (con nostalgias) ni huyendo hacia delante;

teniendo ganas de ordenar los afectos según los criterios cristianos;

con deseos de liberación, para usar nuestras potencias naturales más libremente.

El contexto de nuestra vida matrimonial también debía tener ciertas características:

Nuestra opción fundamental (matrimonio, hijos) no debería estar todo el tiempo sometido a exámenes extraordinarios, ya que se trata de nuestra "primera misión";

parte de nuestro tiempo diario debería estar ocupado por Aquél a quien consideramos cimiento de nuestra vida (hablarle y escucharle a Él = oración);

tener una vida abierta al exterior, con conexiones, miradas, oídos al mundo de afuera;

desafiados en hacer de las horas para nosotros y no al revés, nosotros para las horas;

ser capaces de desarrollar afectividades sanas;

Ser capaces de ejercer nuestra libertad para tomar decisiones propias.

Y yo agregaría una más: el deseo de desear todo esto…

 

 

 

 

 

Entrevista al discernimiento: Pelusa pregunta a Ricardo

1 En tu día a día, ¿qué factores van en contra de la práctica del discernimiento?

No sé si el "discernimiento" como tal, está o no presente en mi día a día, creo que con el tiempo y la práctica hemos ido incorporando ciertos elementos y criterios del discernimiento, pero no considero que ya todo esté bien al respecto, es algo que me cuesta mucho incorporarlo debido a que tengo ciertos "apegos desordenados" que se constituyen en factores conspiratorios. Es eso lo que debo descubrir y confieso que necesito más de un examen de conciencia para listarlos, pero intentaré ver y ser sincero: si dijera que es falta de tiempo por cuestiones de trabajo, quizás no esté mintiendo, ocho horas diarias de lunes a viernes en una editorial, y con tres horas por las noches dos veces por semana como docente. Si a esto le sumo el tiempo que necesito para descansar, estar contigo (Pelusa) y nuestros hijos (Ceci y Oky), me queda ya poco tiempo para encontrarme conmigo mismo a examinar o discernir al menos concientemente y con la sistematicidad que propone el método. Muchas veces nos vemos muy exigidos y absorbidos por múltiples y dispersas actividades: compromisos sociales, la familia grande, trabajos extras, la comunidad, los amigos, etc. Generalmente no administramos estos tiempos conforme a lo que es realmente necesario o importante para nosotros y nuestra familia. Reconozco que a veces decimos sí a ciertas actividades con demasiada facilidad.

Un punto que merece atención especial es el aspecto material, la sociedad de consumo nos invade más de lo que creemos o podemos percibir. Tener una casa, un automóvil, una serie de muebles y artefactos para nuestra comodidad, es lo que tradicionalmente creemos que necesitamos para sobrevivir y ser felices. Sin embargo muchas veces no aplicamos aquello del "tanto cuanto", cediendo a nuestros impulsos compulsivos de tener, tan bien explotados por el marketing y la publicidad: terminamos comprando un aparato de gimnasia que usé solo diez veces -como mucho-, un electrodoméstico que comprando con tarjeta, te ofrecen en cuotas "a precio de contado sin intereses", son solo ejemplos. Hasta dónde lo que tenemos nos ayuda verdaderamente para vivir bien –tal como nos prometían los anuncios -¿Son cosas para nosotros o somos nosotros para las cosas?-

volver

2 Cuando tenemos que elegir un camino con respecto a algún tema o aspecto de nuestra vida, o cuando tenemos que adoptar una postura ¿te parece que discernimos siempre o la mayoría de las veces?

Uf… qué difícil...! No creo que hayamos discernido todo siempre, o no sé si otras lo habremos hecho inconscientemente. Pero sí recuerdo que lo hicimos en algunas ocasiones muy importantes para nuestra vida: cuando decidimos tener hijos y adoptar uno de ellos, fue una decisión pensada, reflexionada y discernida, ¿te acordás? ... en su momento compartida en nuestra comunidad; también lo hicimos cuando tuvimos que discernir por cuestiones laborales como tomar o dejar un empleo, comprar y mudarnos de casa, decidir el colegio de Oky (nuestro hijo mayor), hicimos discernimiento para descubrir nuestra "misión apostólica" y seguro que algo más. Pero creo que podríamos mejorar poniendo "juntos" en práctica en más situaciones de nuestra vida. volver

3 ¿Qué aspectos personales tuvimos que desarrollar o anular para ir incorporando el discernimiento en nuestra vida juntos?

Principalmente la comunicación entre nosotros, la capacidad de dialogar. Recuerdo que al principio nos costó mucho, no nos entendíamos, era como si habláramos idiomas diferentes. Vos veías las cosas de una manera y yo completamente de otra y no entendía por qué. Me costó entender que para vos había otras verdades y otra manera de ver, y sobre todo de sentir las cosas. Tuve que aceptar que no iba a cambiarte ni convencerte y que podía amarte y podíamos seguir juntos a pesar de nuestras diferencias.

Creo que esta espiritualidad -y los Ejercicios Espirituales-, la comunidad, los cursos de formación, el "eneagrama" que nos ayudo a descubrir aspectos de nuestra personalidad, las reflexiones, el diálogo entre nosotros o con otras parejas y seguramente las crisis, nos ayudaron a ir creciendo en esta práctica. volver

4 Temas difíciles o conflictivos que tratar en pareja siempre existen, ¿cuáles fueron esos temas en nuestro caso?

Los temas más conflictivos entre nosotros creo que fueron, en este orden: la economía familiar, cuestiones laborales y la familia grande. El tema del apostolado tampoco fue fácil, sobre todo respecto al tiempo dedicado al voluntariado. volver

5 ¿Qué pasos hemos dado en nuestros años en CVX como pareja, como padres?

Muchos... principalmente aprendimos a hablar más, comprendernos, tolerarnos, respetarnos y querernos.

Como padre, no sé, ahora mismo tengo tantas preguntas sobre eso. Siempre quise ser un papá ejemplar y darles a nuestros hijos lo mejor, sobre todo para que crezcan como personas libres, responsables y felices. Parecía que tenía la teoría suficiente y ciertas convicciones "sólidas" que se desmoronaron con la primera sacudida. Juntos aprendimos bastante creo, pero sigo sin saber si lo hago del todo bien. Es una de las cosas en las que por ahora me abandono en brazos de Dios pidiéndole me dé luces para saber qué y hasta dónde debo hacer. Con Oky, es difícil, es un niño con tantas energías, inquieto, hiperactivo, pero al mismo tiempo sensible y tierno que no sé cómo poner ciertos límites. Ya nos tocará la adolescencia de nuestros hijos y espero para entonces haber aprendido lo suficiente. Confío en el amor que sentimos por ellos, el cariño que les damos y sobre todo en la ayuda de Dios. volver

6 ¿Qué momentos difíciles (o desolaciones) hemos tenido cuando teníamos que discernir algo? ¿Por qué?

Algunas veces nos costó poner ciertos temas en discernimiento, ya sea porque para mí estaba claro y no veía otra alternativa o para vos en otras. Ahí empezaban las tensiones y me di cuenta que en ocasiones la "objetividad" del varón debe ceder ante la "verdad subjetiva o instintiva" de la mujer –repito: en ocasiones-. No es fácil y tampoco hay reglas de procedimiento, pero en tantas discusiones tuvimos que negociar, ceder o pedir ayuda a terceros, que con el tiempo te vas dando cuenta que no se trata de imponer nada a nadie y que el matrimonio no es un juego de competencia, es un emprendimiento de a dos y debemos tratar de llegar a un acuerdo y que siempre va a valer la pena cualquier esfuerzo.

No recuerdo ahora, el por qué se dieron esos momentos, pero hubo situaciones de mucha tensión respecto al tema administrativo-financiero, recuerdo que a mí me costaba hacer las cuentas y a vos te costaba hablar con tranquilidad del tema, eso generalmente provocaba muchas riñas, no sé exactamente cómo arreglamos eso pero creo que ya lo superamos. Otro tema importante fue el de las relaciones con la familia grande, ese sí es un tema no superado y que siempre vuelve. volver

7 ¿Qué momentos de consolación hemos tenido discerniendo?

Creo que siempre que hemos discernido algo bien, al final hemos sentido mucha satisfacción y alegría. Tengo la tentación de hablar de los momentos más felices que se dieron en nuestra vida juntos. Recuerdo que cuando perdí un empleo, fue un momento de mucha desolación y la comunidad nos ayudó mucho en ese entonces, en todo sentido, pero lo más importante fue que me ayudó a ver con objetividad otras posibilidades y a elegir entre ellas. Inmediatamente me sentí mejor. volver

8 ¿Cómo estamos hoy con nuestro discernimiento en pareja? ¿Sabemos hacerlo? ¿Qué nos resulta más fácil y todavía más difícil?

Hoy estamos mejor preparados y sobre todo predispuestos a hacerlo juntos. Sabemos cómo hacerlo, los pasos que debemos dar pero en algunos casos es recomendable no hacerlo solos, para ciertos temas conviene contar con la ayuda de terceras personas o la comunidad, que pueda observar desde afuera con objetividad y mayor indiferencia. Nos resulta fácil cuando los dos estamos indiferentes ante las opciones, pero muy difícil cuando ya antes de discernirlo estamos en desacuerdo y discutimos, no hay indiferencia.

volver

9 ¿Qué le recomendarías a una pareja que tiene que discernir algo muy importante, pero que nunca lo ha hecho?

Me hace sentir viejo tener que dar recomendaciones, y no estoy seguro de tener respuestas para muchas cosas, solo puedo hablar de nuestra experiencia.

A nosotros nos ayudó mucho el discernimiento y esta espiritualidad, principalmente algunas personas que estuvieron cerca y con quienes pudimos compartir nuestros problemas. Solos, hubiéramos fracasado de seguro, enredándonos, ahogándonos y no resolviendo nada. Vimos cómo muchas parejas de amigos, que creían tener las respuestas a todo y no acudieron a tiempo a la ayuda de otros, terminaron separándose.

No sé si sería posible, si uno de los miembros se cierra a hacerlo, si la cuestión a discernir afecta a los dos, está claro que ambos deben participar del proceso de discernimiento. El punto de partida es considerar que la decisión tomada debe favorecer a ambos, a la felicidad de la pareja, por lo tanto es necesario un acuerdo previo de sinceridad, honestidad e indiferencia, de no pretender imponer mi deseo a la otra persona. Alguna vez escuché decir a alguien: la comunidad no me sirve porque fulano no cambia, refiriéndose a su pareja, y no creo que deba tratarse de eso. No puedo utilizar la herramienta como factor de cambio para el otro o la otra. Sí estoy convencido de que el cambio afectará a los dos, a desechar posturas que no construyen por actitudes que construyen, a hacer "buenas elecciones" para ambos.

Me gustaría terminar con algo que me gusta mucho de todo esto y es lo que Ignacio llama "principio y fundamento": Que Dios creó al hombre y la mujer, para vivir entregados a su proyecto, en definitiva para ser plenamente felices y ayudar a otros a que lo sean… y todas las otras cosas, son regalos de Él que debemos usarlo o no, en tanto nos ayuden a ese logro. Se trata entonces de estar dispuestos a buscar, desear y elegir con indiferencia aquello que resulta verdaderamente significativo y eficaz para ese "fin" que como pareja nos fue dado por Dios. Optar sin más vueltas por aquello que nos hará felices. volver

 

10 ¿Cuál es nuestra experiencia de discernimiento apostólico?

Nuestra experiencia respecto al discernimiento apostólico es fundamentalmente comunitaria, a medida que se fue consolidando nuestra comunidad base, fuimos creciendo también en eso de la "misión común". Empezamos con las visitas a cada uno de los miembros de comunidad en su lugar de trabajo y eso nos permitió conocer mejor el ámbito en el que nos desempeñábamos día a día, posteriormente hicimos algunos procesos de discernimiento comunitario y fue así que decidimos entre otras cosas, realizar nuestro compromiso permanente con CVX, algunos miembros formaron y forman parte del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) y también así se inició "SerVos" (Servicio de Voluntariado Social), una organización de la CVX apoyada por la Compañía de Jesús para la promoción del voluntariado en sectores excluidos de nuestra sociedad.

Fuimos madurando y viendo cada vez con más claridad que el compromiso debe vivirse más que nunca en la pareja como una misión común, como una responsabilidad compartida, que aunque no fueran los dos a realizar la misma tarea apostólica concreta, se comparten los sueños, las ganas, las ideas, y cada uno de los dos se debe sentir enviado por el otro. Eso es fundamental, en una pareja, el compromiso apostólico debe vivirse así para que sea auténtico. De lo contrario, habrá dificultades. volver

 

11 ¿Qué debemos tener en cuenta como pareja al realizar el discernimiento apostólico?

Creo que "la misión" a más de ser uno de los pilares de la CVX, debería ser aquello que Dios quiere que hagamos, lo que como criaturas de Él debemos hacer por Él, y si deseamos y elegimos eso con toda libertad (ánimo y liberalidad al decir de Ignacio), nos sentiremos plenamente realizados y felices. Esto no creo que sea una utopía, es fácil darse cuenta cuando uno se entrega a servir por puro amor, pero es al mismo tiempo una entrega personal y en pareja, ya no somos dos sino uno, una especie de reproducción de la comunidad trinitaria, un misterio que solo puede entenderse desde el amor. Así, es fundamental en el discernimiento, que los dos acudan al llamado con el mismo deseo de elegir y con total indiferencia, solo aquello que mejor los va a conducir a lo que Dios tiene preparado para los dos.

Otra cosa importante es que el proyecto de Dios no termina en la pareja, es donde probablemente se inicia como proyecto de vida para los dos, pero debe abrirse y proyectarse hacia los demás. Jesús nos une y compromete a los dos en su amor, ese amor se vive plenamente entre los dos pero tiene continuidad en los hijos, a quienes criamos y educamos, se proyecta en la familia grande, en los amigos, en nuestro entorno social cercano y de alguna manera contribuimos –o no- con su proyecto.

En nuestro entorno social cercano, la realidad es de mucho dolor y sufrimiento, de muchas familias víctimas de la exclusión, de mujeres y niños que sufren violencia, de falta de oportunidades que lleva al desarraigo y a la migración de sus miembros buscando trabajo lejos (se estima que cerca de 40 mil paraguayos migran anualmente al exterior), de falta de salud, educación, vivienda y más aun, falta de amor y esperanza en muchas familias o en personas carentes de ellas. Esta realidad que nos golpea diariamente, también nos interpela. Nos llama a ver, reflexionar y actuar juntos con otros -¿la comunidad…?- a favor de quienes sufren. Es una opción preferencial en sintonía con la misma Iglesia que como Jesús opta por los más débiles.

Juntos tendrán que discernir dónde y de qué manera están llamados a actuar por puro amor a Dios en los demás, pero con la conciencia de que son "la otra" persona (pareja) y los hijos los primeros prójimos, a quienes debemos amar y entregarnos con total gratuidad. volver

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista al discernimiento: Ricardo pregunta a Pelusa

1 ¿Qué significa para vos "discernir en pareja"?

Me resulta más fácil decirte primero lo que no es. "Discernir en pareja" no es únicamente llegar a tomar una decisión juntos sin considerar el camino realizado para llegar a la misma. ¿Por qué digo esto? Porque podríamos tomar una decisión sin haber hecho un proceso juntos, simplemente porque necesitamos hacerlo ya.

Yo pensaba que habíamos discernido bien poco o casi nada en toda nuestra vida juntos, sin embargo, también me he dado cuenta que con el paso del tiempo fuimos internalizando los pasos del discernimiento, y que casi imperceptiblemente se va discerniendo todo -o casi todo- lo necesario. El motivo que me lleva a sacar esta conclusión es que la identificación de nuestros sentimientos y la realización de un análisis objetivo (por separado y juntos), se fue incorporando en nuestro modo de proceder, de vivir, de pensar y de tomar finalmente decisiones. volver

2 ¿Qué experiencia tenés de discernimiento en pareja?

Esta es la pregunta central, la más exigente, la más comprometida. Tengo que ponerme a pensar y tratar de recordar cuándo empezó todo esto del discernimiento contigo y con Él. Y puedo remontarme a unos 15 o 16 años, allá en el tiempo y en el espacio, cuando nos conocimos, después de la liberación -¡por fin!- en nuestro país del dictador Stroessner, cuando nos poníamos de novios, cuando empezábamos a soñar con una vida juntos, vos, lejos de tu familia por la distancia, y yo también de la mía por otro tipo de circunstancias. Cuando íbamos armando un proyecto, bastante grande desde el principio, con casa, auto, trabajo, estudios, y también hijos... Ya desde ese entonces habíamos expresado mutuamente que por lo menos, uno de ellos sería alguien que necesite de unos padres, de un hogar cálido. Fue una expresión muy sincera, hecha desde nuestros más profundos sentimientos, todavía sin conocer la espiritualidad ignaciana, pero sí, y me animo a afirmar, con una historia de fe desde hacía rato.

Después fuimos tratando de hacer lo necesario para caminar hacia ese proyecto, poniendo poco a poco -con tropiezos así como con muchas dificultades personales- los elementos que ayudarían a iniciar el mismo: estudios, trabajos y algún que otro componente espiritual, hasta que decidimos casarnos. La pareja guía de nuestro "curso prematrimonial" caló muy hondo en nuestras vidas, tanto que, muchas veces después hemos recurrido a ellos cuando encontrábamos obstáculos en nuestra vida matrimonial. Ellos nos mostraron la importancia de no andar solos por el mundo tratando de resolver solos -valga la redundancia- nuestros problemas.

En ese entonces todavía no sabíamos lo del discernimiento ignaciano, y mucho menos de la CVX. Formábamos parte de un grupo de parejas pero sin espiritualidad definida, más bien en búsqueda, que finalmente decidió sumarse a CVX, aunque luego de unos pocos años, casi todos nuestros miembros la abandonaron y empezamos una nueva comunidad, la actual. ¿Viste que hasta hicimos nuestro compromiso permanente? Allí ya sabíamos lo del discernimiento ignaciano con todas las letras, y el día de ese compromiso fue como renovar nuestro casamiento, incluyendo a Dios de una manera un poco más diferente, con un rostro ya cambiado, con una forma amorosa, protectora... "Comprometernos es, pues, presentarnos libremente ante el Señor y su pueblo y dar signos visibles de aquello que hemos vivido y discernido en el corazón. Es un gesto semejante al compromiso matrimonial. Al proclamar delante de Dios y de los compañeros que nos comprometemos con una espiritualidad, con un estilo de vida, con una misión, expresamos visiblemente un discernimiento ya confirmado y una oblación hecha en nuestro interior. Proclamamos públicamente que la Comunidad de Vida Cristiana es el cuerpo en donde vivimos el carisma que nos ha sido dado por el Espíritu del Señor" (NC 171).

Creo que nuestro camino en el discernimiento se inició el día en que tuvimos que empezar a hacer elecciones, para luego darle la espiritualidad ignaciana una forma y un toque especial, y a partir de ahí, empezaron a removerse interiormente un montón de cosas, que tratamos de identificarlas, de compartirlas entre nosotros, y también con la pequeña comunidad. Esto mismo lo hemos repetido unas cuantas veces hasta hoy, aunque no siempre con facilidad con respecto a diversos temas.

La aplicación del tanto cuanto no ha resultado -ni resulta aún- tan sencillo, sobre todo cuando los afectos no están mínimanente ordenados. Y a pesar del duro trabajo personal y/o en pareja para discernir, algunas veces terminé pensé "en qué lío" me metí cuando decidí...

casarme,

ser madre por primera vez,

volver a estudiar en la universidad,

decirte a vos que cambies de carrera,

ser miembro de una comunidad CVX,

cambiar de trabajo,

ser madre por segunda vez,

continuar en el mismo trabajo,

hacer los ejercicios espirituales por primera vez,

hacer los ejercicios espirituales por segunda vez,

participar en el curso Magis,

comprar una casa, un auto, otras cosas...

ser madrina de unos cuantos niños,

ser más hermana, más hija, amiga, madre, esposa,

SER CRISTIANA!

Aunque veo discernimiento previo en esta lista - en algunos más, en otros menos - a veces con un camino más llano, y en otros casos, con trayectos dificultosos, ruidosos, acelerados, y hasta accidentados, aún así, el denominador común de todas estas situaciones fue el estar juntos para las elecciones y para asumir lo elegido, lo cual no significa que siempre fue fácil y agradable, ya que en pleno camino, tuvimos que ir desechando o tomando todo aquello que no contribuía con la elección realizada. volver

3 ¿Qué temas se pueden discernir en pareja?

Todo lo que pueda afectarnos como pareja, y por ende, a nuestra familia, a los demás, debemos discernirlo. Es un enfoque sistémico, no puedo concebirlo de otra manera. Hay temas que conciernen directamente a uno de nosotros, por ejemplo, una decisión que tengo que tomar en el ámbito profesional, algo de ahí dentro donde para afuera todo seguiría igual – aparentemente -, pero que a mí me puede afectar anímica y emocionalmente, o en mi energía, entonces allí sé que puedo contar contigo para realizar un discernimiento, sé que podrías proporcionarme elementos para el mismo.

Yendo de vuelta a la pregunta, hemos tenido nuestros grandes "temas" de discernimiento en nuestra vida de pareja, entre ellos el de nuestra vocación de padres, cuando decidíamos buscar un hijo, y tenerlo siendo biológico o no. Nosotros no sabíamos si teníamos dificultades físicas para concebir, tampoco estábamos ansiosos por saberlo. Seguía firme ese deseo de dar un hogar a alguien que lo necesite. Y nuestro sueño no se hizo esperar, Oky -así le decimos cariñosamente- vino a nuestra casa cuando ya había cumplido 3 meses, en brazos de una persona que sabía de ese deseo nuestro.

Un tema de discernimiento constante, relacionado con Oscar José es sobre su condición de hijo adoptivo, lo cual en realidad ya iniciamos desde que era bebé, porque siempre estuvimos convencidos de que crecería con la verdad. De todas maneras, esta convicción no hace fácil la tarea, ya que sabemos que su deseo más profundo es ser hijo nuestro desde la panza, y yo muchas veces sentí pena por eso. Pero he llegado a la conclusión de que la pena y la compasión no me ayudan como madre. Existe una realidad, y tenemos que saber vivir, y vivir bien con ella. Me queda confiar en el amor que siento por él y en Dios.

Una nueva maternidad-paternidad fue también un tema de constante discernimiento, ya que queríamos más de un hijo, lo que en poco tiempo se hizo realidad cuando concebimos a Cecilia, dándonos una felicidad inmensa, y una urgente necesidad de adaptarnos a la nueva forma que adquiriría nuestra familia. Oky y Ceci nos permitieron dar pasos gigantes en aquel proyecto de vida que empezó a construirse unos quince años atrás, y me siento profundamente agradecida.

Otro tema grande de discernimiento es el trabajo de ambos, donde buscamos constantemente manejarnos éticamente, y ya que usamos muchas horas al día en eso, por lo menos sentir que somos útiles y estar contentos. Aquí fuimos dando pasos también, a veces grandes y a veces pequeños, hemos tenido trayectos áridos así como paisajes maravillosos. Seguimos caminando y confiando en que continuaremos avanzando y progresando para mayor gloria de Dios. Personalmente me siento en deuda conmigo misma en este aspecto, lo que trae aparejado un discernimiento pendiente, que aunque está iniciado, no me resulta fácil…

Yo agregaría como tema grande de discernimiento también el cuidado y educación de nuestros hijos, un ítem que siempre debemos revisarlo, ya que nosotros necesitamos la ayuda de una persona fuera de la familia para acompañarlos cuando estamos trabajando, así como la elección de la escuela donde inscribirlos.

Un discernimiento que también debe hacerse en pareja sí o sí es el apostólico, y aquí entramos en el campo de la misión, que como miembro CVX se va impregnando en nuestro ser. Tengo claro que mi primera misión está relacionada con mi familia, y que otro tipo de misión mía o tuya no debe afectar a ésta. volver

4 ¿Hay algún tema vedado o que no sea conveniente discernirlo en pareja?

Creo que hay que distinguir dos cosas: una es el discernimiento en pareja y otra, que mi pareja me aporte elementos para un discernimiento personal, como el que detallaba más arriba, donde podrían caber temas como la opción o desempeño profesional, la familia grande (mis padres, tíos, abuelos, sobrinos, hermanos) y hasta la misión. Creo también que la familia grande no debe afectar negativamente a la pareja y a sus hijos. Allí, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de filtrar lo que pudiera ocasionar daños al interior de la misma. volver

5 ¿Cómo se hace el discernimiento en pareja?

No tengo en mente ninguna fórmula en especial, por más que estén escritos los pasos precisos, enumerados, fijos. Nuestra vida vivida al respecto me permite afirmar que eso no garantiza el éxito, ya que son pasos (que deben darse necesariamente), pero no fórmulas, porque existen elementos humanos que intervienen, de cada uno de nosotros, que somos un ente individual, y de nosotros dos juntos, que como pareja somos un ente también, los cuales influyen notablemente en la eficacia y eficiencia del proceso de discernimiento.

Entre esos elementos puedo citar el autoconocimiento, el grado de autenticidad de uno mismo (en qué medida vivo desde lo que soy), la calidad de la comunicación interpersonal, la calidad de mi encuentro diario con Dios (oración en cualquiera de sus modalidades), el grado de conocimiento mutuo... y sobre todo, el deseo de hacerlo.

Cuando vamos a discernir algo, para mí es muy importante, antes que nada, identificar mis sentimientos con respecto al tema, el cual debe estar también bien identificado, y las alternativas ser siempre "para crecer en calidad de vida cristiana" – ¿por qué no decirlo con todas las letras? -. Intento entonces preguntarme lo antes posible (porque no siempre recuerdo hacer esto primero): ¿estoy indiferente? (indiferencia ignaciana), y cuando es no la respuesta, le pido a Dios que me ayude a ver por qué no estoy indiferente, qué cosas o sentimientos no me permiten estar totalmente libre en ese tema. Aquí muchas veces me he encontrado con sentimientos de temor, enojo, deseos de venganza, competitividad ("yo tengo la razón"), orgullo, vanidad, soberbia... y también, algo que me da vergüenza decirlo, pero que sí ha estado: la poca confianza en Dios; el convencimiento de que puedo todo con mis propios medios humanos, sola. Sólo la petición a mi Padre me ha permitido saltar este tipo de vallas.

Compartir estos sentimientos contigo fue bueno muchas veces, cuando logré hacer entender lo que sentía en lo más profundo de mi ser con relación a nuestro tema de discernimiento. En ocasiones terminamos disgustados, pero al final, siempre hemos retomado el camino hasta llegar al final. Aquí, tuvimos a veces ayuda de otras personas. Compartir en nuestra comunidad también ha sido útil.

Puedo reconocer ahora a la indiferencia ignaciana como una verdadera gracia proveniente de Dios, que me produce paz e inclusive alegría.

Una vez lograda la indiferencia, puedo ir viendo con más claridad el cuadro a discernir, empezamos a juntar elementos (datos, opiniones, experiencias similares) para luego ponerlas en la balanza.

Otro paso que me ha servido mucho (hasta ahora) aunque parezca fatalista, es la contemplación desde mi muerte o mi futuro, tratando de verme allí con los sentimientos que me provocan las alternativas propuestas.

Finalmente, algo bastante complejo, analizar lo cualitativo y lo cuantitativo. ¿A cuál le damos más valor? Me resulta difícil responder, depende del tema en cuestión, de su contexto...

Y nos dice Tony Mifsud sj: "La condición básica e indispensable para entrar en el proceso de discernimiento es la indiferencia, es decir, una disposición activa de generosidad y una libertad que no plantea condiciones, para comprender cuál es la voluntad de Dios sobre la vida de uno y llevarla a cabo. La gracia de la indiferencia es el don de la libertad interior, de apertura al futuro, de aceptación de la novedad. La fe en Dios implica la posibilidad de futuro y nadie puede discernir de verdad si no deja espacio para lo nuevo en su vida. volver

6 ¿Cómo se aplican los métodos de discernimiento ignaciano en la pareja?

Veo en mi propia experiencia que hago dos veces cada paso del proceso de discernimiento, partiendo siempre de un trabajo personal para luego ir con conclusiones a compartir. Claro está que al compartir también sigo analizando y revisando mis conclusiones, y me sirve para volver a plantearlas o reafirmarlas.

Esquematizo aquí esos pasos:

Identificación del tema a discernir;

Identificación del grado de indiferencia ignaciana con relación al tema a discernir;

Juntar todos los elementos que servirán para el discernimiento (datos, experiencias, opiniones, etc.);

Identificar los sentimientos que me provocan las alternativas posibles con relación al tema en discernimiento;

Analizar todos los resultados de estos pasos pidiendo la gracia de la sabiduría y de la concreción de la voluntad del Padre para con nosotros.

Todo esto en un clima de oración, sobre la base del "Principio y Fundamento" de los Ejercicios Espirituales y con el apoyo de otras meditaciones alusivas al tema en discernimiento.

En cada uno de estos pasos también tengo que ir pidiendo las gracias necesarias para ir por buen camino. volver

7 En tu día a día, ¿qué factores van en contra de la práctica del discernimiento?

En mi vida diaria, todo lo que vaya en contra de mi momento de oración, también va en contra de la posibilidad del discernimiento, por ejemplo: ir aprisa a todo o a casi todo, el excesivo ruido externo e interno, el poco compartir en pareja, en familia y con amigos, la carencia de una buena comunicación interpersonal, la falta de respeto a mí misma y a los demás. volver

8 ¿Pueden participar los hijos u otros miembros de la familia en el discernimiento?

¡Por supuesto! Siempre y cuando los afectados vean que pueden ayudar a clarificar el panorama y proporcionar elementos válidos para el discernimiento. volver

9 ¿Cómo discernir en tiempos de crisis de la pareja?

En momentos de crisis, siempre hemos necesitado tratar primero el motivo de la crisis. No es fácil lograr indiferencia ignaciana cuando no estamos del todo bien entre nosotros, ya que resta libertad en todo sentido, y nos apegamos a lo que nos afecta en ese preciso momento. No me parecen adecuados esos momentos para discernir, ya que fácilmente puede estar uno influido por prejuicios, enojos, etc. Es francamente indeseable estar en esta situación, sobre todo cuando el tiempo juega en contra. Nos ha sucedido, y creo que lo mejor es pedir ayuda a Dios y a otras personas que nos parezcan necesarias en ese momento. volver

10 La pareja, ¿puede discernir y resolver sola todas las situaciones?

No veo mal que intentemos primero solos discernir o resolver situaciones, pero no creo que pueda hacerse eso siempre. Creo que es razonable darse cuenta de la necesidad de una ayuda extra a tiempo, dejando orgullo y vergüenza a un lado para dar lugar a una opción que se ajusta a un requerimiento específico. Varias veces hemos recibido ayuda de otras personas de confianza y/o de un profesional del área en cuestión, quienes nos proporcionaron elementos para un discernimiento o para ayudarnos en nuestra comunicación con miras a un discernimiento. No puedo olvidar la ayuda de un taller de comunicación que hicimos con nuestra comunidad. volver

11 ¿Cuándo es conveniente recurrir a terceros? (pedir ayuda)

Tuvimos que recurrir a terceros cuando no contábamos con elementos suficientes para nuestro discernimiento, también, cuando algún tema relacionado o no con el del discernimiento nos tenía en crisis. volver

12 ¿Se puede ser siempre "objetivo" o "indiferente" frente a la pareja y ante cualquier tema?

De buenas a primeras diría que no me es posible ser cien por ciento objetiva e indiferente ante cualquier tema a ser discernido, pero sé que se puede y se debe lograr. Me he encontrado no indiferente y no objetiva muchas veces. Ya resulta un gran logro para mí darme cuenta de esa situación, y a partir de eso recién puedo orar pidiendo a Dios la gracia de la indiferencia. volver

13 ¿Qué pasa cuando uno tiene más claridad que el otro para tomar alguna decisión?

Es una gran ayuda para avanzar en el camino del discernimiento, pero así también se precisa libertad, apertura y humildad para atender el aporte de la pareja. volver

14 ¿Te parece que hay diferencias entre el hombre y la mujer respecto a "sentimiento" y "objetividad" en el proceso de discernimiento?

En nosotros, muchas veces he visto diferencias con relación al "sentir" y al "objetivar" las cosas. Yo te veo más diligente, tirando a lo práctico y a lo sencillo la mayoría de las veces, hasta ha llegado a resultarme fría e insensible la manera en que tomás el tema en cuestión. Yo generalmente doy más vueltas -muchas más!- y combino estas mismas vueltas de mil maneras más, hasta el cansancio. Tengo una gran tendencia a proceder de esta manera, y no veo que siempre sea muy sana esa manera de proceder. A veces me doy cuenta a tiempo y le pido a Dios ayuda en mi oración, simplemente para tomar con más calma las cosas, lograr las gracias de la indiferencia, paciencia y confianza en Él. No me animo a decir que todas las mujeres somos así, pero es probable que esta tendencia exista. volver

15 ¿Cuál es nuestra experiencia de discernimiento apostólico?

Desde siempre hemos escuchado en la CVX sobre la importancia de la misión, de proyectarnos hacia fuera en algún tipo de servicio. Hemos visto y oído a amigos y amigas compartiendo en reuniones y asambleas con mucho fervor acerca de este tipo de actividades, motivando y generando interés en los demás, mostrando los frutos en sus propias vidas. Pero hemos visto también parejas que estaban muy comprometidas en algún servicio en barrios marginales o en algún otro tipo de ayuda generosa, que terminó destruyendo a la pareja y por ende a la familia, generando separaciones muy dolorosas. Este tipo de experiencias nos hace pensar y concluir en que debemos discernir responsablemente en pareja sobre la misión.

Fue muy importante para nosotros entender lo que significa "misión común", que no es precisamente que hagamos los dos la misma cosa, y a mí me parece que es lo que le da el toque de libertad a nuestra opción. Me permite reconfirmar que nuestro Creador nos hizo únicos e irrepetibles, que nos dio dones para que los usemos a favor de la vida, a favor de Su proyecto.

Teníamos claro el deseo de realizar algún tipo de voluntariado para los más desfavorecidos de nuestra sociedad, y al intentarlo nos encontramos con la dificultad de lograr el equilibrio entre nuestros grandes compromisos ya asumidos: familia, trabajo, CVX, otros. Tuvimos que aprender a despojarnos de algunas actividades para que nuestra familia no se vea afectada, estableciendo y cumpliendo horarios, de modo que no perdamos nuestra vida de pareja, familia, hogar y laboral. Todo esto sin excluir a nuestro mundo social que incluye familia grande, amigos, etc.

Actualmente, estamos organizados de tal manera que mientras uno está desempeñando su voluntariado, el otro está cuidando a los hijos. De esta manera intentamos vivir hoy la "misión común", porque de otra manera no sería posible. En este momento mi misión está directamente relacionada con la familia, el trabajo y la CVX, y la tuya con el "Servicio de Voluntariado Social". Pero debo reconocer con honestidad que el acercamiento a las personas que viven en los barrios marginales nos ha permitido ver con más claridad lo que es fundamental y lo que es superfluo.

Encuentro en "Nuestro Carisma" luces sobre la misión:

"En los adultos que tienen definida su vida familiar y profesional, la pregunta sobre cómo seguir a Jesús afectará ante todo al modo de vivir los compromisos hasta llegar a una transformación profunda y gradual de las relaciones con los demás, con los medios materiales y consigo mismos. En lenguaje de Ignacio la respuesta a esta pregunta lleva consigo la enmienda o reforma de vida." (NC 2)

En la etapa adulta, normalmente la misión "familia" es la más importante. El tiempo dedicado a la comunidad será administrado con rigor y seriedad. Sus reuniones y eventos son organizados en función de la misión. El ritmo comunitario no puede ser como en las etapas anteriores, cuando sus componentes estaban en pleno proceso de formación humana, profesional y cristiana. Ahora hace falta imaginación y flexibilidad. (NC 40)

No puedo olvidar el papel fundamental de nuestra comunidad base "Trinidad" en la concreción de la "misión común", con quien iniciamos y continuamos viviendo la misma: "La misión es comunitaria también porque es fruto del discernimiento comunitario, a nivel local, nacional y mundial. Gracias a la comunidad, el discernimiento personal para elegir se completa con el discernimiento comunitario para enviar." (NC 41) volver

 

Finalmente…

"El discernimiento es de comienzo a fin un camino de oración.

Recordando que hemos sido creados para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, reconocemos la necesidad de la oración y del discernimiento - personal y comunitario -, como medios importantes para buscar y hallar a Dios en todas las cosas.

Con gran ánimo y liberalidad queremos pedir a nuestro Señor los dones de la disponibilidad en sus manos y de poder conocer Su voluntad en la realidad que nos rodea…" (Nuestro Carisma 27).

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola nos ofrecen el cimiento espiritual para el discernimiento, y allí no puedo detenerme en algunos puntos nada más, ya que cada uno de ellos está encadenado al otro de una manera especial, que puede percibirse únicamente al experimentarse.

Una vez pasada por toda la experiencia ya es posible volver a retomar los tramos que cada uno considere necesario. Y aquí sí me animo a citar algunos de ellos:

Principio y Fundamento (EE.EE. 23)

Meditación de Dos Banderas (EE.EE. 136-148)

Meditación de Tres Binarios (EE.EE. 149-157)

Tres maneras de Humildad (EE.EE. 164-168)

Preámbulo para hacer elección (EE.EE. 169)

De qué cosas se debe hacer elección (EE.EE. 170-174)

Tres tiempos para hacer sana y buena elección (EE.EE. 175-180)

Reglas para discernir espíritus (para la 1º y 2º semana) (EE.EE. 313 y328)

Reglas para advertir y entender los escrúpulos (EE.EE. 345-351)

Nuestro Carisma CVX (16):

"… hay que buscar con diligencia las manifestaciones de la voluntad del Señor:

Reflexionando en la presencia del Señor sobre el objeto de la elección, las ventajas e inconvenientes de cada alternativa a la luz de la fe;

Prestando atención a las mociones de los espíritus

y sus efectos (consolación y desolación) para discernir

hacia dónde le mueve el Señor;

Orando fervorosamente para que Él haga conocer su voluntad."