150 Razones por las que soy Católico
Presentando 300 evidencias bíblicas que favorecen al Catolicismo
1. 
La Mejor: 
Estoy convencido de que la Iglesia Católica se adhiere mucho más íntimamente a 
toda la información bíblica, ofrece el único panorama coherente de la 
historia del Cristianismo (como la Tradición Cristiana y Apostólica) y que 
posee la más profunda y sublime moralidad, espiritualidad, ética social y 
filosofía cristiana. 
2. 
Razón alternativa: 
Soy católico porque sinceramente creo que, por virtud de tanta evidencia 
acumulativa, el Catolicismo es verdadero, y que la Iglesia Católica es la 
Iglesia visible que Jesús divinamente estableció, en la cuál ni los poderes del 
infierno podrán prevalecer (Mt 16:18), por tanto, posee una autoridad a la cual, 
como obligación cristiana, debo someterme. 
3. 
Segunda alternativa: 
Abandoné el Protestantismo porque estaba seriamente defectuoso en su 
interpretación de la Biblia (como “sola fe” y muchas otras doctrinas “católicas” 
–ver evidencias más abajo), inconsistentemente selectivo en sus varias ideas de 
Tradiciones católicas (como el Canon de la Biblia); era inadecuado en su 
eclesiología, le faltaba un panorama sensible de historia cristiana (como “Sola 
Escritura”), su relatividad moral (como en la contracepción, divorcio), y 
antibíblicamente cismático, anarquista y relativista. No creo que el 
Protestantismo sea tan malo sino que estos son algunos de los defectos 
principales que eventualmente vi como algo fatal a la “teoría” del 
Protestantismo, comparándolo con el Catolicismo. Todo católico debe considerar 
como cristianos a todos los Protestantes bautizados, nicenos y calcedonios.
 
4. El Catolicismo no está 
formalmente dividido ni es sectario  (Jn 17:20-23; Rom 16:17; 1 Cor 
1:10-13). 
5. La unidad Católica hace 
que el Cristianismo y Jesús sean creíbles para el mundo (Jn 17:23).
6. A causa de su visión 
completamente cristiana y sobrenatural, el Catolicismo mitiga la 
secularización y el humanismo.  
 
7. El Catolicismo evita el 
individualismo antibíblico que debilita a la comunidad cristiana  (ver 1 Cor 
12:25-26). 
8. El Catolicismo evita el 
relativismo teológico por medio de la certitud dogmática y la centralidad 
del papado. 
9. El Catolicismo evita la anarquía 
eclesiástica –uno simplemente no puede brincarse de una denominación a otra 
cuando se lleva a cabo alguna medida disciplinaria o  censura. 
10. El Catolicismo formalmente (aunque, 
tristemente, no siempre en la práctica) previene el relativismo teológico 
que conduce a las incertidumbres de los laicos dentro del sistema Protestante
11. El Catolicismo rechaza “La Iglesia 
de Estado”, lo que ha conducido a que los gobiernos dominen el Cristianismo 
en lugar de que sea al revés. 
12. Las Iglesias de Estado Protestantes 
influyeron grandemente el inicio del nacionalismo lo que vino a mitigar 
la igualdad universal y el universalismo cristiano (como el Catolicismo) 
13. El Cristianismo católico unido (antes 
del siglo 16) no había sido invadido por las trágicas guerras religiosas 
las que a su vez condujeron a la “Iluminación” en donde el hombre rechazaba la 
hipocresía de las guerras que se daban dentro del Cristianismo y decidieron en 
ser indiferentes a la religión en vez de que la permitieran guiar sus vidas.
14. El Catolicismo mantiene los elementos 
del misterio (religioso), lo sobrenatural y sagrado que hay en el 
Cristianismo; por tanto, se opone a sí mismo al secularismo donde el 
campo de lo religioso en la vida de todos es grandemente limitado. 
15. El individualismo Protestante condujo 
a que el Cristianismo fuera algo privado. A causa de ello el Cristianismo 
es respetado muy poco tanto en la vida social como política dejando el “campo 
público” vacío de la influencia cristiana. 
16. La falsa dicotomía secular “iglesia 
contra el mundo” ha conducido a ortodoxos cristianos, en todas partes, a 
alejarse del campo político, dejando un vacío que se llena de gente pagana, 
cínica, sin escrúpulos y sedientas de poder. El Catolicismo ofrece un enmarque 
para dirigirse con responsabilidad cívica al estado. 
17. El Protestantismo se inclina 
demasiado a tradiciones de hombres (cada denominación proviene de la 
visión de un fundador. Tan pronto como dos o más de éstos se contradicen entre 
sí, el error se hace necesariamente presente). 
18. Las iglesias Protestantes, 
especialmente evangélicas, son frecuentemente culpables de colocar muy alto a 
sus pastores. En efecto, cada pastor se convierte en un “papa” en hasta 
ciertos grados (algunos son “súper papas”). A causa de esto, las congregaciones 
evangélicas experimentan muy frecuentemente una crisis o separación cuando el 
pastor se aleja de allí lo que prueba que la filosofía de ellos está centrada en 
el hombre en lugar de estar centrada en Dios. 
 
19. Dado a una falta de verdadera 
autoridad y de una estructura dogmática, el Protestantismo está trágicamente 
vulnerable al espíritu de 
los tiempos y a lo que está de moda en cuestiones morales. 
20. El Catolicismo retiene la sucesión 
apostólica, que es necesaria para conocer cual es la verdadera Tradición 
apostólica cristiana. La sucesión apostólica era el criterio para conocer la 
verdad cristiana que fue usada por los primeros cristianos. 
21. Muchos Protestantes tienen una visión 
muy limitada de la historia cristiana en general, especialmente de los 
años 313 (la conversión de Constantino) a 1517 (el arribo de Martín Lutero). 
Esta ignorancia y hostilidad hacia la Tradición Católica conduce al relativismo 
teológico, al anticatolicismo y a un constante e innecesario proceso de 
“reinventar la historia.” 
22. Desde su nacimiento, el Protestantismo 
era anticatólico y aún lo es hoy día (especialmente el evangelicalismo). 
Obviamente esto no está bien y tampoco es bíblico si el Catolicismo en efecto es 
cristiano (porque si no lo es –lógicamente- tampoco lo es el Protestantismo que 
heredó del Catolicismo el volumen de su teología). La Iglesia Católica, por otro 
lado, no es antiprotestante. 
23. La Iglesia Católica acepta la 
autoridad de los grandes Concilios Ecuménicos (ver, por ejemplo, Hechos 
15) que definieron y desarrollaron la doctrina cristiana (mucho de lo que el 
Protestantismo también acepta). 
24. La mayoría de los Protestantes no 
tienen obispos, un oficio cristiano que es bíblico (1 Tim 3:1-2) y que ha 
existido desde el principio de la historia y Tradición cristiana. 
25. El Protestantismo no tiene forma 
alguna de resolver asuntos doctrinales en carácter definitivo. Lo mejor 
pueden hacer es que el Protestante individual sólo puede hacer cuentas de 
cuántos eruditos Protestantes, comentadores, etc., toman ésta o aquélla postura 
con relación a la doctrina X, Y o Z. Entre ellos no existe ninguna tradición 
Protestante unificada
26. El Protestantismo apareció en 1517, en 
la historia del Cristianismo es algo tardío, por tanto, no puede ser ninguna 
“restauración del Cristianismo “puro” y “primitivo” ya que esto es excluido por 
el hecho de que es absurdamente tardío en su aparición. El Cristianismo debe 
tener una continuidad histórica o, de otra forma, no es Cristianismo. El 
Protestantismo, hablando histórica y doctrinalmente, es un “parásito” del 
Catolicismo. 
27. La idea Protestante de “la 
iglesia invisible” es también una novedad en la historia del Cristianismo y 
ajena a la Biblia (Mt 5:14; 16:18), por tanto, esta idea es falsa. 
28. Cuando los teólogos Protestantes se 
refieren al Cristianismo primitivo (como cuando refutan a las “sectas”), ellos 
dicen “la Iglesia enseñó que...” (ya que en ese entonces estaba unificada), pero 
cuando se refieren al tiempo presente, ellos instintivamente e 
inconsistentemente evitan tal terminología puesto que la autoridad universal 
para enseñar la doctrina  reside sólo en la Iglesia Católica. 
29. La norma Protestante de 
interpretación privada ha creado un medio social en donde, por lo regular, 
“sectas” centradas en el ser humano como los Testigos de Jehová, Mormones y 
Ciencia Cristiana  han aparecido. La mismísima idea de que uno puede “empezar” 
una iglesia es desde su centro una idea Protestante. 
30. La carencia una autoridad 
definitiva de enseñanza cristiana  (como el Magisterio de la Iglesia 
Católica) en el Protestantismo hace que muchos Protestantes individuales piensen 
que tienen una “línea de comunicación abierta” con Dios sin importarles toda la 
Tradición e historia cristiana de la exégesis bíblica (una mentalidad de “la 
Biblia, el  Espíritu Santo y yo”). Tal tipo de gente es, teológicamente, mal 
educada, incapaz de aprender, les falta humildad y no tienen motivo alguno para 
hacer presuntas declaraciones “infalibles” sobre la naturaleza del Cristianismo.
31. Las “técnicas” de 
evangelización” del evangelicalismo son frecuentemente maniobras y 
manipulaciones; verdaderamente no son estas “técnicas” derivadas de la Biblia. 
Algunas, hasta cierto grado, parecen lavados de cerebro.  
32. El evangelio predicado por muchos 
evangélicos y ministros Protestantes es uno que está mutilado y 
abreviado; es individualista  placentero al oído. Es, en efecto, una simple
“aseguran Saa contra el fuego” más bien que el Evangelio bíblico 
proclamado por los Apóstoles.
33. El evangelicalismo frecuentemente 
separa el profundo y transformador arrepentimiento y discipulado 
radical de su mensaje del Evangelio. 
34. La ausencia en el Protestantismo de la 
idea del sometimiento a la autoridad espiritual  se ha estado infiltrando 
al campo cívico, donde las ideas de “libertad”, “derechos” y “opciones” 
personales ahora predominan hasta cierto grado que se ha desatendido la 
obligación cívica, vida comunitaria y disciplina con una trágica negligencia 
para el daño de una sociedad saludable. 
35. El Catolicismo mantiene el sentido de 
lo sagrado, lo sublime, lo santo y hermoso en la espiritualidad. 
Se han preservado las ideas de altar y “espacios sagrados” . Muchas 
iglesias Protestantes no son mas que edificios estructurados como  “salas de 
reuniones”, “gimnasios” o  “graneros”. La mayoría de los hogares Protestantes 
están más estéticamente formados que sus propias iglesias. De la misma manera, 
los Protestantes son frecuentemente “adictos a la mediocridad” en su valoración 
al arte, música, arquitectura, drama, imaginación, etc. 
36. El Protestantismo ha descuidado 
grandemente el lugar de la liturgia en el culto de adoración (con claras 
excepciones en el Anglicanismo y Luteranismo). Esta es la forma que los 
cristianos han adorado a través de los siglos y, por tanto, no puede ser 
fácilmente ignorado. 
37. El Protestantismo tiende en oponer 
materia y espíritu, favoreciendo a éste último: sobre esto, es de alguna 
forma gnóstico o docético. 
38. El Catolicismo mantiene el principio 
de la Encarnación, donde Jesús toma carne y eleva a la carne y materia a nuevos 
horizontes espirituales. 
39. El Protestantismo limita grandemente, 
o no cree, en el sacramentalismo, que es, simplemente, la extensión del 
principio de la Encarnación y la creencia de que la materia puede transmitir la 
gracia. Algunas sectas (como los Bautistas y muchos Pentecostales) rechazan 
todos los sacramentos. 
40. La excesiva desconfianza de los 
Protestantes respecto a la carne (“carnalidad”) frecuentemente conduce a 
(en el evangelicalismo o fundamentalismos) a un absurdo legalismo 
(prohibición de bailes, bebidas, naipes, música "rock", etc.) 
41. Muchos Protestantes tienden en separar 
la vida en categorías; “espirituales” y “carnales”, como si Dios no fuera Señor 
de todo en lo que hay vida. A ellos se les olvida que todos los esfuerzos que no 
son pecadores son, a final de cuentas, espirituales. 
42. El Protestantismo ha removido a la 
Eucaristía del centro y enfoque de los servicios de adoración cristiano. 
Algunos Protestantes observan la Eucaristía cada mes o cada tres meses. Esto va 
en contra de la Tradición de la Iglesia Primitiva. 
43. La mayoría de los Protestantes 
consideran a la Eucaristía como un símbolo. Esto es contrario a la Tradición 
Cristiana universal hasta el año 1517, y la Biblia (Mt 26:26-8; Jn 6:47-63; 1 
Cor 10:14-22; 11:23-30), que han enseñado la Presencia Real (este es otro 
ejemplo de la antipatía a la materia). 
44. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  el Protestantismo tácitamente ha dejado de considerar 
al matrimonio como sacramento  (Mt 19:4-5; 1 Cor 7:14,39; Ef 5:25-33).
45. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  el Protestantismo ha abolido el sacerdocio (Mt 
18:18) y el sacramento de la ordenación (Hchs 6:6; 14:22; 1 Tim 4:14; 2 Tim 
1:6). 
46. El Catolicismo mantiene la 
enseñanza Paulina de la  eficacia espiritual de un clero célibe (ver Mt 
19:12, 1 Cor 7:8,27,32-3). 
47. Contrario a la Tradición Cristiana y a 
la Biblia,  el Protestantismo ha rechazado el sacramento de la confirmación
 (Hchs 8:18, Heb 6:2-4).
48. Contrario a la Tradición Cristiana y a 
la Biblia, muchos Protestantes han negado el bautismo de infantes y de niños
 (Hchs 2:38-9; 16:15,33; 18:8; compare con 11:14; 1 Cor 1:16; Col 2:11-12). 
El Protestantismo se encuentra dividido en cinco campos sobre la cuestión del 
Bautismo. 
49. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  la gran mayoría de Protestantes niegan la 
regeneración bautismal  (ver Mc 16:16; Jn 3:5; Hchs 2:38; 22:16; Rom 6:3-4; 
1 Cor 6:11; Tito 3:5). 
50. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  los Protestantes han rechazado el sacramento de la 
unción de los enfermos (Extremaunción o “últimos sacramentos”)  (ver Mc 
6:13; 1 Cor 12:9,30; Stgo 5:14-15).
51. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  el Protestantismo niega la indisolubilidad del 
matrimonio sacramental  y permite el divorcio  (Gen 2:24; Mal 
2:14-16; Mt 5:32; 19:6,9; Mc 10:11-12; Lc 16:18; Rom 7:2-3; 1 Cor 7:10-14,39).
52. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  el Protestantismo no cree que la propagación es 
el propósito y beneficio principal del matrimonio (no forma parte en los votos 
Protestantes como lo hace en los votos del matrimonio católico) (Gen 1:28; 28:3, 
Salmo 107:38; 127:3-5). 
53. El Protestantismo aprueba la
anticoncepción en desafío de la Tradición Cristiana universal 
(Católica, Ortodoxa y Protestante) hasta  1930 – cuando los  Anglicanos 
empezaron a permitirla- y al hacer esto, también desafían a la Biblia (Gen 
38:8-10; 41:52; Ex 23:25-6; Lev 26:9; Dt 7:14; Ruth 4:13; Lc 1:24-5). Hoy día, 
solamente el Catolicismo mantiene la antigua Tradición contra la mentalidad 
“anticonceptiva”. 
54. Contrario a la Tradición 
Cristiana universal, hasta recientemente, (en algún tiempo del año 1930), y 
contrario a la Biblia, el Protestantismo, principalmente los liberales, ha 
aceptado el aborto como una opción moral.  (Ver Ex 20:13; Job 31:15; 
Salmo 139:13-16; Is 44:2; 49:5; Jer 1:5; 2:34; Lc 1:15,41; Rom 13:9-10).
55. El Protestantismo 
(especialmente las denominaciones liberales) permiten clero femenino (en 
el anglicanismo permiten mujeres obispos) lo que es contrario a la Tradición 
Cristiana (incluyendo teología tradicional Protestante) y contrario a la Biblia 
(Mt 10:1-4; 1 Tim 2:11-15; 3:1-12; Tito 1:6).
56. Entre más y más, el Protestantismo 
está formalmente y oficialmente comprometiéndose con el feminismo radical que 
niega los lugares del hombre y la mujer que la Biblia les da  (Gen 2:18-23; 1 
Cor 11:3-10) y que ha sido mantenida por la Tradición Cristiana (con diferentes 
papeles pero la misma dignidad) 
57. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  el Protestantismo también está negando, con una 
frecuencia que aumenta cada ves más, el señorío del esposo en el matrimonio 
que esto está basado en la Trinidad (ver  1 Cor 11:3; Ef 5:22-33; Col 3:18-19; 1 
Pedro 3:1-2). Esto también está basado en una relación de igualdad (1 Cor 
11:11-12; Gal 3:28; Ef 5:21).
58. El Protestantismo liberal  
(principalmente entre los Anglicanos) ha ordenado como pastores a 
homosexuales activos y ha bendecido sus “matrimonios”; ha enseñado que la 
homosexualidad es meramente un estilo de vida “alternativo” e involuntario. Esto 
es contrario a la Tradición Cristiana universal tal y como lo enseña la Biblia 
(Gen 19:4-25; Rom 1:18-27; 1 Cor 6:9). El Catolicismo mantiene una firme 
moralidad tradicional. 
59. El Protestantismo liberal y el 
evangelicalismo, entre más y más, han aceptado métodos “del alto criticismo” 
en la interpretación de la Biblia que ha conducido a la tradicional 
reverencia Cristiana de la Escritura y la rebaja al grado de un documento humano 
y falible en daño a su esencia divina e infalible. 
60. Muchos Protestantes liberales han 
desechado muchas doctrinas fundamentales del Cristianismo como la 
Encarnación, la Resurrección corporal de Cristo, la Trinidad, Pecado Original, 
infierno, la existencia del diablo, milagros, etc. 
61. Anteriormente los fundadores del 
Protestantismo negaron (y hoy los Calvinistas niegan) la realidad del libre 
albedrío humano (el libro favorito de Lutero era su propio libro titulado 
Bondage of the Will – Esclavitud de la voluntad). Esto es contrario a la 
constante enseñanza de la Biblia, Tradición Cristiana y al sentido común. 
62. El Protestantismo clásico tiene una 
visión deficiente respecto a la caída del hombre (Pecado Original)  
creyendo que el resultado fue una “total corrupción”. De acuerdo con Lutero, 
Zwinglio  y Calvino, el ser humano sólo podía hacer el mal y que no tenía 
libertad de voluntad para hacer el bien, por tanto, ahora tiene una “naturaleza 
de pecado”. El Catolicismo, por otro lado, cree que, en una forma misteriosa, el 
ser humano coopera con la gracia de Dios que es lo que siempre precede toda 
buena acción. En el Catolicismo, la naturaleza del hombre aún mantiene mucho que 
tiene a  bien, aunque está propenso a pecar (“concupiscencia”). 
63. El Protestantismo clásico, 
especialmente el Calvinismo, hace a Dios el autor del mal. De acuerdo con 
esto, Dios supuestamente conduce al hombre a que haga el mal y que viole sus 
preceptos sin que tenga la libertad para evitarlo. Esto es blasfemo y convierte 
a Dios en un demonio. 
64. Con lo anterior (el hombre no tiene 
libre albedrío), en el protestantismo clásico, y en la enseñanza Calvinista, 
Dios predestina al hombre a condenarse en el infierno, sin que el hombre 
nada pueda hacer, sea bueno, o sea malo. 
65. El Protestantismo clásico, y el 
Calvinismo, falsamente enseña que Jesús murió sólo por los elegidos (los 
que van a ir al cielo). 
66. Dado a su falsa noción del Pecado 
Original, el Protestantismo clásico (especialmente Lutero), y el Calvinismo, 
niegan la eficacia y la capacidad de la razón humana para que hasta 
cierto grado conozca a Dios (ambas partes están de acuerdo que la revelación y 
la gracia son también necesarias), y que la razón se opone a Dios y a la fe; 
esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (Mc 12:28; Lc 10:27; Jn 
20:24-9; Hchs 1:3; 17:2,17,22-34; 19:8). Hoy día los mejores apologistas 
Protestantes simplemente recurren a la heredad Católica de Santo Tomás de 
Aquino, San Agustín y muchos otros grandes pensadores. 
67. El Protestantismo Pentecostal o 
carismático pone un gran énfasis en la experiencia religiosa sin 
balancearla adecuadamente con la razón, la Biblia y la Tradición (incluyendo la 
autoridad de la Iglesia para pronunciar sobre la validez de “revelaciones 
privadas”) 
68. Otros Protestantes (muchos Bautistas 
por ejemplo) niegan que los dones espirituales están hoy día presentes 
(supuestamente terminaron con los Apóstoles).
69. El Protestantismo tiene 
contradictorias ideas de lo que es el gobierno eclesial, o eclesiología 
(episcopal, presbiterial, congregacional o ninguna autoridad), por tanto es 
imposible la disciplina,  la unidad y el orden. Algunas sectas llegan a declarar 
que tienen “apóstoles” o “profetas” entre ellos, con todos los abusos de la 
autoridad que resulta de esto. 
70. El Protestantismo (esp. 
evangelicalismo) tiene una desmedida fascinación por “el fin del mundo” 
 y esto ha conducido a creaciones de antibíblicas cronologías que predicen a 
dicho fin (Mt 24:30-44; 25:13; Lc 12:39-40) creando, también, mucha tragedia 
humana entre aquellos que creen y se adhieren a tales falsa profecías. 
71. El gran énfasis del evangelicalismo 
sobre el “inminente” fin del mundo ha creado, con mucha frecuencia, una 
mentalidad de descuido, que ha resultado dañoso para las sensibilidades 
sociales, políticas, éticas y económicas de aquí en la tierra. 
72. El pensamiento Protestante tiene las 
características de ser  "dichotomous,"  es decir, separa las ideas en 
campos más o menos exclusivos y mutuamente hostiles, cuando que, de hecho, 
muchas de las bifurcaciones son más bien complementarias que contradictorias. El 
Protestantismo adopta el “tomas esto o lo otro” mientras que el Catolicismo 
“toma esto y lo otro”. Siguen varios ejemplos: 
73. El Protestantismo pone a la Palabra 
(Biblia, predicación) contra los sacramentos. 
74. El Protestantismo acepta la 
devoción interior y está en contra de la 
Liturgia. 
75. El Protestantismo opone culto 
espontáneo a 
oraciones formuladas. 
76. El Protestantismo separa la Biblia 
de la Iglesia. 
77. El Protestantismo crea una falsa 
dicotomía de Biblia contra Tradición. 
78. El Protestantismo pone a la 
Tradición contra el Espíritu Santo. 
79. El Protestantismo considera 
como contradictoria la autoridad eclesial y la libertad de conciencia.
80. El Protestantismo (esp. Lutero) 
coloca al Antiguo Testamento en contra del Nuevo Testamento  aunque el 
mismo Jesús nunca hiciera esto (Mt 5:17-19; Mc 7:8-11; Lc 24:27,44; Jn 5:45-47).
81. Sobre estas mismas bases, que no son 
bíblicas, el Protestantismo opone la ley a la gracia. 
82. El Protestantismo crea una 
falsa separación entre el simbolismo y la realidad sacramental 
(por Ej.,  Bautismo, Eucaristía).
83. El Protestantismo separa lo 
individual de la comunidad Cristiana. (1 Cor 12:14-27).
84. El Protestantismo confunde la 
veneración de los santos  a la adoración de Dios. La teología Católica no 
permite la adoración a los santos en ninguna forma ya que está solamente 
dirigida a Dios. Se honra a los santos, pero no se les adora, solo al Dios 
Creador se le debe de adorar. 
85. La antihistórica perspectiva de muchos 
Protestantes conduce a muchas personas a pensar que el Espíritu Santo les está 
hablando, pero, en efecto, El les había estado hablando a las multitudes de 
cristiano por 1500 años antes de que empezara el Protestantismo. 
86. Fallas en las ideologías originales 
Protestantes han conducido, en reacción, a errores aún peores. Por ejemplo, la 
extrínseca justificación, ingeniada para asegurar la predominación de la gracia, 
llegó a prohibir cualquier señal exterior de su presencia (“fe contra obras”, 
"sola fide"). El Calvinismo, con su cruel dios, desilusionó al hombre hasta el 
grado de que se convirtieron en Unitarianos. Muchos fundadores de sectas de 
origen reciente empezaron como calvinistas (Testigos de Jehová, Ciencia 
Cristiana, etc.). 
87. El evangelicalismo está 
inescrituralmente obsesionado (típicamente en la moda Norteamericana) con 
celebridades (tele evangelistas).
88. El evangelicalismo está obsesionado 
con la falsa idea de que grandes números en una congregación (o un rápido 
crecimiento) es señal de la presencia de Dios en una forma especial; como si 
fuera Su bendición excepcional.  A ellos se les olvida que el Mormonismo también 
está creciendo a grandes pasos. Dios nos llama a la fidelidad más bien que al 
“éxito”; a la obediencia y no a estadísticas. 
89. El evangelicalismo frecuentemente 
recalca el crecimiento de números más bien que el crecimiento individual 
de la fe. 
90. El evangelicalismo, en el 
presente, está obsesionado con auto-suficiencia, auto-ayuda y, 
frecuentemente, con un patente egoísmo en lugar de la tradicional predicación 
sobre el sacrificio, sufrimiento y servicio Cristianos. 
 
91. El evangelicalismo tiene una truncada 
e insuficiente visión del lugar que el sufrimiento tiene en la vida 
Cristiana. En vez de eso, están floreciendo movimientos como “salud y riqueza” y 
“pídelo y tómalo” dentro del Protestantismo pentecostal, lo cual tiene un 
panorama de posesiones que no están en armonía ni con la Biblia ni con la 
Tradición Cristiana. 
92. El evangelicalismo ha adoptado una 
perspectiva mundana que es, en muchas formas, más capitalista que Cristiana.
La riqueza y el logro personal se busca más que la santidad, y es 
considerado como prueba del favor de Dios, como con los Puritanos y el 
pensamiento secularizado que es puesto encima de las enseñanzas de la Biblia y 
el Cristianismo. 
93. El evangelicalismo está cada vez más 
tolerando posturas izquierdistas extremas que no están de acuerdo con la 
visión Cristiana, especialmente en sus seminarios y escuelas. 
94. El evangelicalismo está cada vez más 
tolerando heterodoxia y liberalismo teológicos hasta cierto grado que 
muchos líderes evangélicos se han alarmado y, esto, predice un decline de normas 
heterodoxias. 
95. Grupos de “confesión 
positiva” en el evangelicalismo pentecostal han adoptado una idea de Dios 
como una “bolsa cósmica” que está a la disposición de los caprichos frívolos y 
deseos del momento. Esto niega la absoluta soberanía y la libertad de 
Dios en no escuchar oraciones impropias   (Stgo. 4:3; 1 Jn 5:14).
96. Las sectas arriba mencionadas con 
frecuencia enseñan que cualquiera, con suficiente “fe” puede ser sanado, 
pero esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (como, por 
ejemplo, el “aguijón a mi carne “ de San Pablo”[1], 
que es considerado por muchos comentaristas Protestantes como una enfermedad).
97. El evangelicalismo, por sus propias 
auto-críticas, está terriblemente infectado por el pragmatismo, la falsa 
idea filosófica de que “cualquier cosa que funciona, es verdadera o correcta. El 
Evangelio, especialmente en la televisión, es vendido de la misma manera que son 
vendidas las hamburguesas de McDonalds; Rápido y en la comodidad de su hogar. La 
tecnología, la mercadotecnia masiva y habilidades de relaciones públicas han 
reemplazado grandemente el cuidado personal y pastoral para los marginados, los 
irreligiosos y los que están alejados de la Iglesia. 
98. En el evangelicalismo el pecado 
es considerado, con mucha frecuencia, como un fallo psicológico o una 
carencia de auto-estima, en lugar de que se considere que verdaderamente es: 
una voluntaria rebelión contra Dios 
99. El Protestantismo, en todos los 
elementos esenciales, simplemente toma “prestado” doctrinas de la Tradición 
Católica  o, lo mismo, las distorsiona. Todas las doctrinas que tanto los 
Católicos como los Protestantes creen, son claramente de origen católico 
(Trinidad, Nacimiento Virginal, Resurrección, Segunda Venida, Canon de la 
Biblia, cielo, infierno, etc.) Aquéllas donde difiere el Protestantismo son 
usualmente distorsiones de los predecesores Católicos, por ejemplo, el 
Cuaquerismo es una variación del Pietismo católico. El Calvinismo es una 
obsesión con la doctrina Católica de la soberanía de Dios pero tomada más allá 
de lo que el Catolicismo ha enseñado (negación del libre albedrío, corrupción 
total, doble predestinación, etc.) Las dicotomías Protestantes, como fe contra 
las obras, provienen del nominalismo que era, a sí mismo, una forma corrupta del 
Escolasticismo que nunca fue dogmáticamente aprobado por la Iglesia Católica. 
Cualquier substancia o verdad que esté presente en cada idea Protestante es 
siempre derivada del Catolicismo, el cual es el cumplimiento de las más 
profundas y mejores aspiraciones dentro del Protestantismo. 
100. Una de las bases fundamentales del 
Protestantismo es sola Scriptura- sólo la Escritura, que ni es bíblica 
(ver abajo), ni histórica (pues no existía antes del siglo 16), ni lógica.
101. La Biblia no contiene toda 
la enseñanza de Jesús, o del Cristianismo como muchos Protestantes creen (Mc 
4:33; 6:34; Lc 24:15-16,25-27; Jn 16:12; 20:30; 21:25; Hchs 1:2-3).
102. Sola Scriptura es un abuso de 
la Biblia ya que es un uso de la Biblia que es contrario a su propio 
testimonio ya sea implícito o explícito y, también, es un abuso contra la 
Tradición. Una lectura objetiva de la Biblia conduce a uno a la Tradición y a la 
Iglesia Católica en vez de que sea lo opuesto. La Biblia, de hecho, es en sí 
misma una innegable Tradición Cristiana. 
103. El  NT al principio ni fue escrito 
ni fue recibido como la Biblia sino que sucedió gradualmente (los 
primeros Cristianos no pudieron haber creído en sola Scriptura  como lo 
hace el Protestantismo, al menos que se refieran solamente al AT). 
104. La tradición no es una mala 
sección en la Biblia. La palabra griega paradosis  se refiere a algo 
que es transmitido de una persona a otra (sea bueno o malo).  De la Tradición 
buena (Cristiana) se habla en 1 Cor 11:2; 2 Tes 2:15, 3:6, y en Col 2:8. En esta 
última se contrasta con las tradiciones de los hombres. 
105. la Tradición Cristiana, de acuerdo a 
la Biblia, puede ser oral o escrita (2 Tes 2:15; 2 Tim 1:13-14; 2:2). San 
Pablo no hace distinción cualitativa entre las dos formas. 
106. Las frases “Palabra de Dios” o 
“Palabra del Señor” en Hechos y las epístolas casi siempre se refieren a la
predicación oral, no a la misma Biblia. Mucho de la Biblia fue 
originalmente oral (por Ej., toda la enseñanza de Cristo –pues El nada escribió- 
el sermón de San Pedro en el día de Pentecostés, etc.) 
 
107. Contrario a muchas declaraciones 
Protestantes, Jesús no condenó todas las tradiciones, tampoco San Pablo 
lo hizo. Es en Mt 15:3,6; Mt 7:8-9,13, donde el Señor condena únicamente la 
tradición corrupta de los fariseos. 
108. La palabra griega 
paradidomi, o “entregar” la Tradición Apostólica ocurre en Lc 1:1-2; Rom 
6:17; 1 Cor 11:23; 15:3; 2 Pedro 2:21; Judas 3. Paralambano, o "recibir” 
la Tradición Cristiana ocurre en 1 Cor 15:1-2; Gal. 1:9,12; 1 Tes 2:13.
109. Los conceptos de “Tradición,” 
“Evangelio,” “Palabra de Dios,” “doctrina,” y “la Fe” son esencialmente 
sinónimos y todos son predominantemente orales. Por ejemplo en las epístolas a 
los Tesalonicenses San Pablo usas tres de estos conceptos intercambiablemente (2 
Tes 2:15; 3:6; 1 Tes 2:9,13 (Cf. Gal 1:9; Hchs 8:14). 
Si Tradición es una mala palabra, ¡también 
lo es “evangelio” y “palabra de Dios”! 
110. En 1 Tim 3:15, San Pablo coloca a la
Iglesia sobre la Biblia como fundamento de la verdad tal y como se hace 
en el Catolicismo. 
111. El “texto prueba” principal del 
Protestantismo para sola Scriptura, 2 Tim 3:16, fracasa  ya 
que dice que la Biblia es útil, pero no suficiente, para aprendizaje o 
justificación. El Catolicismo está de acuerdo que la Biblia es admirable para 
estos propósitos, pero no en una forma exclusiva como en el Protestantismo. 
También, cuando San Pablo aquí habla de la “Escritura”, el NT todavía no existía 
(no existió por más de 300 años más) así que él sólo se estaba refiriendo al AT. 
Esto significaría que el NT no era necesario como única regla de fe, ¡si es que 
sola Scriptura es cierto y si fue supuestamente aludida en este versículo!  
112. Siendo verdaderos los 11 factores de 
arriba, el Catolicismo mantiene que toda su Tradición es consistente con la 
Biblia, aún donde la Biblia es silenciosa o donde meramente es implícita en 
un tema. Para el Catolicismo cada doctrina no tiene que ser encontrada 
principalmente en la Biblia, pues esta es la postura Protestante de  sola 
Scriptura.  Por otro lado, la mayoría de los teólogos Católicos declaran que 
todas las doctrinas católicas pueden ser encontradas, de alguna forma, en la 
Biblia, ya sea en forma de semilla o por derivación. 
113. Como han señalado eruditos 
evangélicos, una postura extrema de la doctrina de sola Scriptura puede 
convertirse en “bibliolatría” ; una adoración de la Biblia en lugar de a 
Dios quien es su Autor. Esta mentalidad es parecida a la visión Musulmana de la 
Revelación, donde ningún elemento para nada fue involucrado. La Sola 
Scriptura, correctamente entendida desde una perspectiva Protestante más 
sofisticada, significa que la Biblia es la autoridad final en el Cristianismo y 
no el registro de todo lo que Dios ha dicho y hecho como muchos evangélicos 
creen. 
114. El Cristianismo es inevitable e 
intrínsicamente histórico. Todos los eventos de Jesús (Encarnación, 
Crucifixión, Resurrección, Ascensión, etc.) son históricos igualmente con la 
predicación de los Apóstoles- la Tradición, entonces, es inevitable 
contrariamente a las numerosas reclamaciones Protestantes que dicen que sola 
Scriptura aniquila a la Tradición. Esto es cierto para grandes asuntos (eclesiología, 
trinitariansimo, justificación) y pequeños asuntos (como los fondos 
eclesiásticos, tipo de música en la Liturgia, la duración de sermones, etc.) 
Cada negación de una tradición en particular incluye una desviación (ya sea 
oculta o abierta) hacia la propia tradición alternativa de uno (por ejemplo, si 
toda autoridad eclesial es despreciada, aún la autonomía o “tradición" 
individualista tiene que ser defendida, de alguna forma,  como una perspectiva 
Cristiana). 
115. Sola Scriptura, literalmente,
no puede ser verdadera  ya que, prácticamente hablando, para la mayoría 
de los Cristianos a través de la historia, no podían tener una copia de la 
Biblia pues la imprenta no existió sino  hasta el siglo 15. La predicación y la 
Tradición oral, junto con otras cosas como prácticas devocionales, días de 
guardar, arquitectura y arte sagrado, fueron los principales transmisores del 
Evangelio por 1400 años. En todos estos siglos, sola Scriptura  hubiera 
sido considerada como un absurdo abstracto e imposibilidad. 
116. El Protestantismo dice que la Iglesia 
Católica ha “añadido a la Biblia.”  La Iglesia Católica responde que ella 
solamente ha extraído las implicaciones de la Biblia (desarrollo de la 
doctrina), y que ha seguido el entendimiento de la Iglesia primitiva y dice que 
el Protestantismo ha “suprimido” largas porciones de la Biblia que sugieren 
posturas católicas. Cada lado piensa que el otro no es bíblico, pero en 
diferentes formas.    
117. La Sola Scriptura es el “talón 
de Aquiles” del  Protestantismo.  Mientras existan múltiples interpretaciones, 
sola Scriptura  no soluciona el problema de la autoridad y certidumbre. 
Si la Biblia fuera tan clara y explícita en el grado de que todos los 
Protestantes estuvieran de acuerdo por su lectura con una disposición de aceptar 
y seguir sus enseñanzas, esto sería una cosa, puesto que este no es el caso (la 
multiplicidad de denominaciones lo demuestra), sola Scriptura es solo un 
sueño. Sobre lo que los Protestantes están de acuerdo, es ¡que el Catolicismo es 
erróneo! De todas las doctrinas Protestantes, la “claridad” de la Biblia es 
seguramente la más absurda y demostrablemente falsa por el registro histórico.
118. Visto lo anterior de otra forma, 
tener una Biblia no hace que la interpretación de uno sea infalible. La 
interpretación es tan inevitable como la tradición. La Iglesia Católica, por 
tanto, es absolutamente necesaria para poder hablar autoritativamente y prevenir 
confusión, error y división. 
119. El Catolicismo no considera a la 
Biblia como obscura, misteriosa e inaccesible sino que está vigilante para 
protegerla de toda exégesis arbitraria y aberrante  (2 Pedro 1:20, 3:16). 
Las mejores tradiciones Protestantes buscan lo mismo, pero son inadecuadas e 
ineficientes ya que se encuentran fragmentados entre sí. 
120. El Protestantismo tiene un gran 
problema con el Canon del NT. El proceso para determinar los libros 
exactos que constituyen el NT duró hasta el año 397 de nuestra era, cuando el 
Concilio de Cartago pronunció infaliblemente que la Biblia no se “autentifica en 
sí misma”, como cree el Protestantismo. Algunos Cristianos sinceros, devotos y 
con estudios dudaron la canonicidad de algunos libros que hoy tenemos en la 
Biblia. otras personas consideraban otros libros como Escritura pero no fueron 
incluidos en el Canos. San Atanasio, en el año 367, fue el primero en enumerar 
todos los 27 libros del NT como Escritura. 
121. El Concilio de Cartago, al decidir el 
Canon de toda la Biblia en el año 397, incluyó los llamados libros 
“apócrifos” que los Protestantes sacaron de la Biblia. Antes del siglo 16 
los Cristianos consideraban esos libros como Escritura y ni siquiera estaban 
separados de los otros libros, como hoy lo están en algunas Biblias Protestantes 
que los incluyen. El Protestantismo acepta la autoridad de este Concilio para el 
NT pero no la acepta para el AT. Es la misma forma que arbitraria o 
selectivamente acepta o niega otros decretos conciliares. 
122. Contrario al mito Protestante y 
anticatólico, la Iglesia Católica siempre ha tenido a la Biblia en alta 
estima, y nada ha suprimido de ella (protestó contra algunas traducciones 
Protestantes, pero los Protestantes en ocasiones han hecho lo mismo con 
versiones Católicas). Esto es probado por el laborioso cuidado de monjes que 
protegían y copiaban los manuscritos, y, también, por las constantes versiones 
traducidas en lenguas vernáculas (en oposición a las falsedades de solo Biblias 
en latín) entre otras evidencias indisputables e históricas. La Biblia es un 
Libro Católico, y no importa qué tanto los Protestantes la estudien y la 
proclamen peculiarmente como de ellos, ellos tienen que reconocer que es a la 
Iglesia Católica que deberían de agradecer por haber decidido el Canon y por 
haber preservado intacta la Biblia por 1400 años. ¿Cómo puede estar la Iglesia 
Católica “contra la Biblia”, como dicen muchos anticatólicos, y al mismo tiempo 
preservándola y honrándola por tantos años? El solo pensamiento es absurdo así 
como que se refuta a sí mismo. Si el Catolicismo en realidad es tan malvado, 
como los anticatólicos quieren que creamos, el Protestantismo debería de formar 
su propia biblia en lugar de usar la que la Iglesia Católica ha entregado.
123. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega el Sacrificio de la Misa,
 (Gen 14:18; Salmo 110:4; Is 66:18,21; Mal 1:11; Heb 7:24-5; 13:10; Ap 
5:1-10/cf. 8:3; 13:8). El Catolicismo, se tiene que recalcar, no cree que Jesús 
es sacrificado nuevamente en cada Misa; más bien, cada Misa es una 
representación del único Sacrificio en el Calvario, que trasciende al tiempo y 
al espacio como en Ap 13:8. 
124. El Protestantismo no cree en el 
desarrollo de la doctrina, lo cual es contrario a la Tradición Cristiana y 
en muchas implícitas indicaciones en la Biblia. Siempre que la Biblia se refiere 
al conocimiento que aumenta y a la madurez de individuos cristianos, una idea 
semejante al desarrollo está allí presente. Aún más, muchas doctrinas se 
desarrollan n la Biblia ante nuestros propios ojos (“revelación progresiva”). 
Algunos ejemplos son la vida futura, la Trinidad, la aceptación de los gentiles, 
etc. Doctrinas que el Protestantismo acepta completamente del Catolicismo, como 
la Trinidad y el Canon de la Biblia, se desarrollaron en el transcurso de la 
historia de los primeros tres siglos del Cristianismo. Es ingenuo tratar de 
negar esto. La Iglesia es el “Cuerpo” de Cristo, es un organismo vivo que crece 
y se desarrolla como todo cuerpo con vida. La Iglesia no es una estatua que de 
vez en cuando tiene que limpiarse como muchos Protestantes parece que así 
piensan. 
125. El Protestantismo separa 
justificación de la santificación, lo que es contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia ( Mt 5:20; 7:20-24; Rom 2:7-13; 1 Cor 6:11; 1 Pedro 
1:2). 
126. El Protestantismo opone la fe 
contra las obras  (sola fide), pero este es un rechazo de la 
Tradición Cristiana y la explícita enseñanza de la Biblia (Mt 25:31-46; Lc 
18:18-25; Jn 6:27-9; Gal 5:6; Ef 2:8-10; Fil 2:12-13; 3:10-14; 1 Tes 1:3; 2 Tes 
1:11; Heb 5:9; Stgo 1:21-7; 2:14-16). Estos textos también indican que la 
salvación es un proceso y no, como en el Protestantismo, una evento instantáneo.
127. El Protestantismo rechaza la 
Tradición Cristiana y enseñanza bíblica del mérito, o recompensa, de 
nuestras buena obras llevadas a cabo por la fe (Mt 16:27; Rom 2:6; 1 Cor 3:8-9; 
1 Pedro 1:17; Ap 22:12). 
128. La doctrina Protestante de la
justificación extrínseca, atribuida o exterior contradice a la Tradición 
Cristiana y a la doctrina bíblica de la justificación infusa, actual, 
interior y transformadora (que incluye santificación): Salmo 51:2-10; 
103:12; Jn 1:29; Rom 5:19; 2 Cor 5:17; Heb 1:3; 1 Jn 1:7-9.
129. Muchos Protestantes 
(especialmente Presbiterianos, Calvinistas y Bautistas) Creen en la seguridad 
de salvación, o perseverancia de los santos (la creencia de que uno no puede 
perder su “salvación,” supuestamente obtenida en un tiempo determinado). Esto es 
contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia: 1 Cor 9:27; Gal 4:9; 5:1,4; 
Col 1:22-3; 1 Tim 1:19-20; 4:1; 5:15; Heb 3:12-14; 6:4-6; 10:26,29,39; 12:14-15; 
2 Pedro 2:15,20-21; Ap 2:4-5.
130. Contrario al mito Protestante y 
anticatólico, la Iglesia Católica no enseña que uno se salva por las obras 
aparte de la gracia precedente, sino que enseña que las obras son 
inseparables como en Santiago capítulos 1 y 2.  Esta herejía de la cual la 
Iglesia Católica es frecuentemente acusada fue condenada en el Segundo Concilio 
de Orange en el año 529 d.C. la herejía es conocida como pelagianismo que 
enseña que el hombre puede salvarse a sí mismo por medio de sus esfuerzos 
naturales sin la necesaria gracia sobrenatural de Dios. Una doctrina más 
moderada es el semipelagianismo que también fue condenado. Continuar en acusar a 
la Iglesia Católica de esta herejía es una señal de imparcialidad y una 
manifiesta ignorancia de teología, así como ignorancia de la clara enseñanza del 
Concilio de Trento (1545-63) que está al alcance de todos para ser estudiada. 
Sin embargo, el mito aún sigue extrañamente persistiendo. 
131. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia,  El Protestantismo casi ha eliminado la práctica de la
confesión a un sacerdote (o al menos a un ministro o pastor) – ver Mt 
16:19; 18:18; Jn 20:23. 
132. el Protestantismo no cree en 
la penitencia, o castigo temporal para el pecado ya perdonado, y esto es 
contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, (ver, por ejemplo, Num 
14:19-23; 2 Sam 12:13-14; 1 Cor 11:27-32; Heb 12:6-8).
133. El Protestantismo tiene un 
concepto muy limitado de la mortificación de la carne, o de sufrir con 
Cristo: Mt 10:38; 16:24: Rom 8:13,17; 1 Cor 12:24-6; Fil 3:10; 1 Pedro 
4:1,13. 
134. De la misma manera, el 
Protestantismo ha perdido la doctrina del sufrimiento redentor de los cristianos 
con Cristo para el bien de todos: Ex 32:30-32; Num 16:43-8; 25:6-13; 2 Cor 4:10; 
Col 1:24; 2 Tim 4:6. 
135. El Protestantismo ha 
rechazado la doctrina del purgatorio como consecuencia de su falsa 
perspectiva de la justificación y penitencia, y esto lo hace a pesar de la mucha 
evidencia que se encuentra en la Escritura: Is 4:4; 6:5-7; Miq 7:8-9; Mal 3:1-4; 
2 Macabeos 12:39-45; Mt 5:25-6; 12:32; Lc 16:19-31 (Cf. Ef 4:8-10; 1 Pedro 
3:19-20); 1 Cor 3:11-15; 2 Cor 5:10; Ap 21:27.
136. El Protestantismo ha rechazado 
(principalmente a causa de malos entendidos) la doctrina Católica de las 
indulgencias, que es, simplemente, la remisión que la Iglesia ofrece 
(apoyada en Mt 16:19; 18:18, and Jn 20:23) por las penas temporales del pecado 
(penitencia). Esto no es diferente de lo que San Pablo hizo referente a un 
hermano que había errado en la Iglesia de Corintio. San Pablo primero impuso una 
penitencia sobre él  (1 Cor 5:3-5), después remitió parte de esa penitencia (una 
indulgencia) en 2 Cor 2:6-11. Sólo porque ciertos abusos ocurrieron antes de la 
Rebelión Protestante (admitidos y corregidos por la Iglesia Católica) no es 
motivo para deshacerse de una doctrina que es bíblica. Pero es típico del 
Protestantismo en “quemar la casa en lugar de limpiarla”; de “tirar al niño 
junto con el agua que lo bañó.” 
137. En oposición a la Tradición Cristiana 
y a la Biblia, el Protestantismo niega oraciones por los difuntos  (ver 
Tobías 12:12; 2 Macabeos 12:39-45; 1 Cor 15:29; 2 Tim 1:16-18; estos son 
versículos que también tienen que ver con el purgatorio ya que esas oraciones 
son para los santos que allí están). 
138. El Protestantismo, sin base 
bíblica, rechaza la intercesión que por nosotros hacen los santos que están 
en el cielo  y la correspondiente invocación de los santos por sus efectivas 
oraciones (Stgo 5:16). La Tradición Cristiana y la Biblia, por otro lado, han 
mantenido esta práctica: los santos en el cielo están conscientes de asuntos 
aquí en la tierra (Mt 22:30 y compare con Lc 15:10 y 1 Cor 15:29; Heb 12:1), se 
aparecen en la tierra e interactúan con el hombre (1 Sam 28:12-15; Mt 17:1-3, 
27:50-53; Ap 11:3), y, por tanto, pueden interceder por nosotros y nosotros 
podemos pedirles sus oraciones de la misma manera que hacemos con los cristianos 
aquí en la tierra (2 Macabeos 15:14; Ap 5:8; 6:9-10).
139. Algunos Protestantes, a pesar 
de la Tradición Cristiana y de la Biblia, no creen en Ángeles Guardianes 
(Salmo 34:7; 91:11; Mt 18:10; Hchs 12:15; Heb 1:14).
140. Contrario a la Tradición 
Cristiana y a la Biblia, muchos Protestantes niegan que los ángeles pueden 
interceder por nosotros (Ap 1:4; 5:8; 8:3-4).
141. A pesar de la desarrollada 
Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la 
Inmaculada Concepción de María, vea Gen 3:15; Lc 1:28 ( las palabras "llena 
de gracia” son interpretadas por los Católicos, en bases linguísticas, como “sin 
pecado”; el Arca de la Alianza es vista como una prefiguración, o tipo, de María 
(ver Lc 1:35 y comparar con Ex 40:34-8; Lc 1:44 w/ 2 Sam 6:14-16; Lc 1:43 
comparar con 2 Sam 6:9: la presencia de Dios requiere una extraordinaria 
santidad). 
142. A pesar de la desarrollada 
Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la 
Asunción de María: Si María, en efecto, estaba sin pecado, ella no tendría 
que pasar por la putrefacción de la muerte (Salmo 16:10; Gen 3:19). Eventos 
semejantes en la Biblia no hacen ni improbable o “antibíblica” a la Asunción 
(como, por ejemplo, con Enoc: ver Gen 5:24, comparar con Heb 11:5; con Elias: 2 
Re 2:11; con Pablo: 2 Cor 12:2-4; comparar con la doctrina Protestante del 
“Rapto”,  1 Tes 4:15-17 y los santos resucitados: Mt 27:52-3).
143. Muchos (¿casi todos?) 
Protestantes niegan la virginidad perpetua de María a pesar de la 
Tradición Cristiana (incluyendo la unánime aceptación de los fundadores 
Protestantes como Lutero, Calvino, Zwinglio, etc. Algunas evidencias bíblicas 
apoyan esta doctrina y algunos Protestantes la aceptan, pero esto es muy 
profundo para aquí tratar en forma breve. 
144. El Protestantismo niega la 
Maternidad Espiritual de María para los cristianos, lo cual es contrario a 
la Tradición Cristiana y a la Biblia (Jn 19:26-7: "he ahí tu madre"; en Ap 
12:1,5,17 los cristianos son descritos com la “semilla” de ella). Los Católicos 
creen que María está incomparablemente más viva que nosotros y, por tanto, las 
oraciones de ella por nosotros son muy efectivas (Stgo 5:16; Ap 5:8; 6:9-10). 
Pero, en nuestra condición de creaturas creadas por el Creador, María es nuestra 
hermana. Ella nunca opera aparte de las gracias necesarias de parte de su Hijo, 
y ella nunca se glorifica a sí misma sino a su Hijo tal y como lo recalca la 
teología Católica. 
145. El Protestantismo rechaza el 
papado, a pesar de la profunda Tradición Cristiana y la fuerte evidencia que 
la Biblia presenta sobre la preeminencia de Pedro y la comisión de Jesús como la 
Roca de su Iglesia. Nadie niega que Pedro fue, de alguna manera, un líder entre 
los Apóstoles. El papado, tal y como lo conocemos, es derivado de esta primacía: 
los siguientes textos, Mt 16:18-19; Lc 22:31-2; Jn 21:15-17 son los textos 
“papales” más directo. El nombre de Pedro aparece al principio en todas las 
listas de los apóstoles, aún un ángel implica que él es el líder de los 
Apóstoles (Mc 16:7), y él es aceptado como tal (Hchs 2:37-8,41). Pedro obra el 
primer milagro del tiempo de la Iglesia (Hchs 3:6-8), pronuncia la primer 
anatema (Hchs 5:2-11), resucita muertos (Hchs 9:40), es el primero en recibir a 
los gentiles (Hchs 10:9-48), y su nombre es mencionado más que a ninguno de los 
otros discípulos puestos por junto (191 veces). En la Biblia mucha evidencia 
semejante puede ser encontrada. 
146. Desde el principio, la Iglesia de 
Roma y los Papas fueron cruciales par el gobierno y dirección teológica y 
ortodoxia de la Iglesia Cristiana. Esto es innegable. Todos los grupos 
históricos hoy considerados como heréticos tanto por Protestantes como por 
Católicos fueron originalmente juzgados como tales por Papas y/o Concilios 
Ecuménicos presididos y ratificados por los Papas. 
147. En su desesperación por complementar 
algún tipo e continuidad histórica aparte de la Iglesia Católica, el 
Protestantismo en ocasiones se esfuerza en reclamar una línea de las sectas 
medievales como los Valdenses, Cataros y Albigenses (y algunas veces a 
grupos anteriores como los Montanistas o Donatistas). Sin embargo, este esfuerzo 
está condenado a fallar cuando uno estudia profundamente lo que esas sectas 
creían. Ellos mantenían mucha enseñanza Católica, anatema para los protestantes, 
o mantenían ideas heréticas antitéticas a todo el Cristianismo (Católico, 
Protestante u Ortodoxo), o ambos, haciendo de esta teoría Protestante bien 
dudosa.
148. La Iglesia Católica tiene la más 
sofisticada y cuidadosa filosofía socio-económica y política Cristiana; 
una mixtura de elementos “progresivos” y “conservativos distintos de la común 
retórica política y maquiavelica que típicamenge dominan el campo político. El 
Catolicismo tiene la mejor visión de la Iglesia con relación al Estado así como 
con la cultura. 
149. El Catolicismo tiene la mejor 
filosofía Cristiana y perspectiva del mundo,  formada a través de siglos de 
reflexión y experiencia. Así como su reflexión y desarrollo teológico, la 
Iglesia Católica es inefablemente sabia y profunda y, hasta cierto grado, 
verdaderamente maravillosa e indicativa del seguro sello divino. Justo antes de 
que me convirtiera al Catolicismo, solía maravillarme en cómo la Iglesia 
Católica podía ser tan correcta en muchas cosas. Yo estaba acostumbrado a 
pensar, como buen evangélico, que la verdad siempre es una mezcla (por mí 
seleccionada) de ideas que proceden de muchas denominaciones Protestantes así 
como del Catolicismo y la Ortodoxia pero, que al mismo tiempo, ninguna tenía la 
verdad completa. Pero, ¡sorpresa! La Iglesia Católica, después de todo, tiene 
esa Verdad completa. 
150. Por último, pero no al 
último, el Catolicismo tiene la mas sublime espiritualidad y vigor devocional
manifestado en miles de formas diferentes; desde el ideal monástico, al 
heróico celibato del clero y de religiosos y religiosas; los hospitales 
Católicos, la nítida santidad de un Tomás a Kempis o un San Ignacio con sus 
grandes libros devocionales; infinidad de santos –tanto canonizados como 
desconocidos; una Madre Teresa, un Juan Pablo II o un Papa Juan XXIII; los 
primeros mártires, un San Fransisco de Asis; os eventos en Lourdes y Fátima; el 
vivo intelecto y sabiduría delArzobispo Fulton Sheen, San Juan de la Cruz; el 
santo valor de un Chesterton o un Muggeridge; ancianas y ancianos, jóvenes, 
adultos haciendo el Vía crucis o resando el Rosario, atendiendo la Hora Santa,y...- 
la lista puede seguir y seguir. Este ánimo devocional es inimitable en su 
alcance y profundidad a pesar de muy buenas contrapartes en la espiritualidad 
Protestante y Ortodoxa. 
Copyright 1992 
by Dave Armstrong. All rights reserved.
Traducido desde Morelos Coahuila, México (2002)
[1] 2 Cor 12:7