Autor: P Antonio
Rivero LC
Fuente: Catholic.net
14a. sesión. Libros Históricos: Samuel, Reyes, Esdras, Nehemías, Macabeos.
La monarquía de Israel: un Reino guiado por Dios.
I. INTRODUCCIÓN
La monarquía duró 450 años, hasta el cautiverio de Babilonia. El destierro
duró 70 años. Por decreto del rey Ciro en el año 538 a.C. se da la posibilidad
del retorno a los desterrados (cf. Esd 1, 1). Los que vuelven a la patria, el
“Resto de Israel”, llevan una nueva esperanza de restauración del Reino
glorioso de David, que está sólo en el recuerdo de los ancianos. Hay un nuevo
fervor de fidelidad al Dios de la Alianza, pero no bastan los entusiasmos de
unos pocos, como la familia de los Macabeos, para reconstruir la unidad del
pueblo y la fe en el Dios de los padres. Se necesita la fidelidad de todo el
pueblo.
Palestina sigue siendo una región ocupada por las potencias extranjeras:
primero, los asirios; luego, los persas, después, los griegos, y finalmente,
los romanos. La influencia de los pueblos extranjeros empujaba a la idolatría
y a los cultos paganos, que hacen perder la identidad de pueblo de Israel.
El pueblo judío, dividido internamente, sin posibilidad de libertad política,
porque es sólo un territorio ocupado por la nación de turno, se refugia en el
recuerdo de su pasado glorioso y en la esperanza de un libertador y Mesías. .
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Descubrir la verdadera dimensión de la
monarquía de Israel: un Reino guiado por Dios.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Despertar el compromiso que tenemos desde el
Bautismo: somos reyes que servimos a la gran Causa de Cristo y luchamos contra
el pecado y el mal, hasta establecer el Reinado de Cristo en este mundo: reino
de justicia, amor y paz.
IV. TESIS: Los libros de los Reyes narran la historia del Pueblo de
Dios desde la muerte de David (971 a.C.) hasta el destierro de Judá en
Babilonia (587 a.C.); comprendiendo así un periodo de 400 años de historia.
Estos libros quieren mostrar cómo los reyes observaron o no las normas de la
Ley y de qué manera Dios cumplió sus promesas y amenazas. A la posición que
toma cada rey respecto de la Ley corresponde su suerte personal y la de su
reino. Será grande aquel rey que cumple la Ley; será pequeño e impío, si la
descuida, con su consecuente derrota para él y su pueblo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
a) Los dos libros de Samuel datan de finales del siglo IX a.C.
b) Los dos libros de los Reyes fueron compuestos más o menos
entre el año 562 y el 538 a.C.
c) Los libros de las Crónicas fueron redactados a finales
del siglo IV a.C.
d) Tanto el libro de Esdras como el de Nehemías
fueron escritos, más o menos, en el siglo IV a.C.
e) Macabeos: Las luchas narradas en los libros de Macabeos
abarcan cuarenta años, del 170 a.C. al 130 a.C. Y el libro fue escrito en
torno al año 100 a.C. La canonicidad es atestiguada por muchos Padres, como
Clemente de Alejandría, Orígenes, Cipriano, Hilario, Ambrosio, Agustín,
Crisóstomo y por los concilios de Hipona (393) y Cartago (397). Trento terminó
con las dudas y los incorporó al canon de las Escrituras, en el siglo XVI.
2. Características literarias
a) Los dos libros de Samuel forman una sola obra y figuran entre
los escritos llamados “Profetas anteriores”. El autor se sirvió de fuentes,
documentos y tradiciones que corrían por ahí.
b) El autor de los libros de los Reyes ha tenido a su
disposición fuentes escritas, los anales de los reyes de Judá y de Israel.
c) Los libros de las Crónicas fueron llamados “Paralipómenos”, o
sea, “libros de las cosas omitidas o, también, transmitidas al lado de”. El
autor recoge noticias de la historia del pueblo que no están presentes en los
otros libros históricos. Ha usado diversas fuentes: escritos bíblicos,
escritos extrabíblicos y aportación personal. Ha habido un trabajo redaccional
más elaborado, empleando la técnica de eliminación de cuanto no le interesaba
para sus fines; la técnica de adaptación o retoque, para idealizar la figura
de David. Usó el género midrash, es decir, extrajo de un hecho narrado todas
las posibles enseñanzas morales para instruir religiosamente al pueblo.
d) Esdras y Nehemías: constituyen una sola obra. El
autor-redactor utilizó documentos oficiales escritos en arameo, tales como
cartas y decretos de reyes persas relacionados con la comunidad de Jerusalén,
listas de repatriados y colaboradores activos en la reconstrucción de la
muralla. Estos documentos fueron encontrados, tal vez, en los archivos del
templo de Jerusalén. El autor ordenó todos estos materiales con criterios más
teológicos-personales que histórico-cronológicos y conservó en bastantes casos
la lengua original aramea de los documentos utilizados.
e) Macabeos: es una muestra de lo que podríamos llamar “historia
monográfica”. A diferencia de la historia deuteronomista y de la historia
cronística, que se pueden denominar “historias panorámicas”, los libros de los
Macabeos se refieren a un solo acontecimiento: la insurrección macabea ante la
dominación seléucida de Antíoco IV Epífanes y las luchas sucesivas de Judas
Macabeos y sus hermanos por la libertad religiosa, cultural y política de los
judíos. El libro fue escrito en hebreo. Predomina el elemento narrativo,
aunque inserta himnos, discursos y documentos oficiales. El segundo libro de
los Macabeos es anterior al primero; su estilo es ampuloso, retórico y
recargado. A menudo introduce paréntesis llenos de paradojas y contrastes. Más
que narrar busca conmover y persuadir y no le importa incorporar elementos
milagrosos y sobrenaturales.
3. División y contenido temático
a) Samuel: Los dos libros de Samuel recopilan tradiciones y
escritos sobre un acontecimiento clave para Israel: la instauración de la
monarquía. En el primer libro, Samuel, el último juez, elige a Saúl como
primer rey; se narra también la sucesión de Saúl. El segundo libro es una
crónica del reinado de David, que consigue la unidad política y religiosa de
Israel. Los profetas velan por la fidelidad de este pueblo a la Alianza y los
sacerdotes mantienen el culto y el santuario. Dicha unidad se simboliza en
Jerusalén. Todas estas transformaciones suceden a lo largo de un siglo.
Estructura:
Samuel: 1 Sam 1-7
Samuel y Saúl: 1 Sam 8-15
Saúl
y David: 1 Sam 16 y 2 Sam 1
David: 2 Sam 2-20
Apéndice: 2 Sam 21-24
b) Reyes: Narran la evolución de las instituciones básicas de
Israel: el pueblo, el culto, el sacerdocio y la monarquía, a lo largo de 400
años (desde el 971 hasta el destierro de Babilonia, en el 561). La
consolidación y esplendor de la monarquía con Salomón durará poco tiempo, ya
que el reino se divide en dos a la muerte de Salomón. Es la época de máximo
esplendor de los profetas, entre los que destacan Elías, Eliseo, Isaías. Se
consolida la institución del templo con el sacerdocio, como pilares de la
comunidad religiosa de Israel. Estructura del libro:
Historia de Salomón: 1 Re 1-11
División del reino e historia de Judá e Israel: 1 Re 12-22. Los profetas Elías
y Eliseo.
Continuación de la historia de Judá e Israel: 2 Re 1-17
Reino
de Judá hasta el destierro: 2 Re 18-25
c) Crónicas: estos dos libros son un compendio de la historia de
Israel desde los orígenes del mundo hasta el año 538, fecha del edicto de Ciro
que liberó a los judíos cautivos de Babilonia. Esta síntesis -que forma un
grupo literario con los libros de Esdras y Nehemías- se redactó a finales del
siglo IV a.C. y tiene como fin resaltar la restauración del pueblo de Israel
desde una perspectiva religiosa. Sus líneas directrices son la exaltación del
rey David y de la ciudad santa de Jerusalén. Estructura:
Genealogía de las tribus de Israel: 1 Cro 1-9
David
y su obra: 1 Cro 10-29
Salomón y su obra: 2 Cro 1-9
Sucesos de Salomón: 2 Cro 10-36
El
libro se cierra con la destrucción del templo y la deportación a Babilonia,
como castigo de la infidelidad del rey y del pueblo.
d) Esdras y Nehemías: Formaron en su origen un solo libro y
narran los hechos de la comunidad de Israel a partir del edicto de Ciro (538
a.C.). Los protagonistas de estos hechos son Esdras (sacerdote) y Nehemías (
escriba nombrado gobernador de Judea por Artajerjes). Marcan las líneas
básicas de la restauración de Israel: la reconstrucción del templo y de la
ciudad santa, y la formación de una nueva comunidad israelita basada en el
culto y en la renovación de la Alianza, que se concreta en la observancia de
la ley de Moisés. Nace el judaísmo, nuevo tipo de comunidad religiosa agrupada
en torno al templo, a la ciudad y a la ley. Estructura:
Retorno de los judíos exiliados y reconstrucción del templo: Esd 1-6.
Actividad de Esdras y restauración de la comunidad de Jerusalén: Esd 7-10.
Primera misión de Nehemías: Neh 1-7.
Lectura de la ley y renovación de la alianza: Neh 8-10.
Reorganización de la comunidad por parte de Nehemías: Neh 11-12
Segunda misión de Nehemías en Jerusalén: Neh 13
e) Macabeos: Cuentan las luchas de los judíos, dirigidos por
Judas, el Macabeo (“martillo”) y sus hermanos, contra los seléucidas para
defender la libertad religiosa y política. El primer libro sintetiza los
cuarenta años de guerra (entre 175 y 124 a.C.), mientras que el segundo libro
narra, con un estilo distinto, los hechos de los primeros capítulos del
primero. Estructura:
Primer libro: Causas de la rebelión y comienzos de la resistencia (1-2); y
hazañas de los tres hermanos: Judas, Jonatán y Simón (2-13).
Segundo libro:
- Causas de la rebelión (1-8)
- Insurrección de Judas (2-9)
- Hazañas del Macabeo hasta la muerte de Nicanor
4. Contenido teológico y espiritual
a) Samuel: en estos libros se contienen estas verdades:
Monarquía: el rey garantizaba la estabilidad moral, social y
material del pueblo. El rey era ungido y se convertía en persona sagrada.
David fue el rey ideal. Saúl, el rey reprobado.
Profetismo: nace para hacer frente a la tentación del pueblo de
buscar la salvación por medio de los recursos y efectivos humanos; y para
contrarrestar las tendencias absolutistas y soberbias de la monarquía. No por
ser rey se le permite todo. Tenemos el ejemplo del profeta Natán que echa en
cara el pecado de David.
Unidad de todas las tribus y de todo el territorio.
La
formación del pueblo de Dios.
b) Reyes:
Dios
ha delegado en el rey sus poderes. Por eso, el rey llega a ser representante
de Dios cerca del pueblo y del pueblo ante Dios. Dios lo elige mirando el
corazón, y no siempre las cualidades externas.
La
misión y la autoridad del rey es misión de servicio a Dios y al pueblo.
El
rey, a pesar de estar consagrado, sigue siendo hombre. Por eso, debe vivir él
primero en el amor y temor de Dios para caminar por el sendero del bien, pues
tiene las mismas pasiones de todo hombre: lujuria, mentira, envidia, etc.
Baste recordar 1 Sam 18-24, las relaciones entre David y Saúl, y 2 Sam 11 y
12, el pecado y el arrepentimiento de David. El fracaso del pueblo de Dios se
debe a la infidelidad de los reyes que gobiernan y al pueblo.
La
palabra de Dios se realiza a pesar de los reyes impíos. Es Dios y su Palabra
que construye la historia de Israel, a través de la voz de los profetas (Elías
y Eliseo).
El
éxito o el fracaso en las empresas depende de la fidelidad o no a la Alianza.
A
pesar de los enemigos externos, la fuerza de la fe del ungido logrará la
victoria, como le pasó a David frente a Goliat (1 Sam 17, 4-11)
Dios
es presentado como Señor Supremo, el Dios de las fuerzas y de la Naturaleza;
un Dios nacional, celosamente reivindicado por el pueblo elegido, tan
estrechamente apegado al suelo de la tierra prometida que no se le pueden
ofrecer sacrificios fuera de esa pequeña región donde Israel realiza su
voluntad. Es un Dios tan próximo, tan vivo, que colma de amor y protección.
La
idea de la justicia divina hace progresos. Si bien protege a su pueblo, Yahvé
no deja de manifestarle un rigor justo. Y si hay arrepentimiento, Dios
manifestará misericordia. Todo cuanto se narra en los libros es un canto de
reconocimiento y alabanza a la justicia divina. El castigo no es sino el
cumplimiento de lo que en el Deuteronomio aparece reservado a los que son
infieles a la Alianza (cf. Dt 28, 15).
Aletea en todas las páginas de estos libros el rayo de esperanza: Dios es fiel
y cumple sus promesas. Una página central en la historia de la salvación es 2
Sam 7, 1-16, donde Dios renueva la alianza con David con una promesa
grandiosa: la continuación de la dinastía de David en el trono. Se habla,
pues, del Mesías.
Prefiguraciones: anticipación del bautismo (2 Re 4, 1-37: Naamán el leproso
que se baña en el río).
c) Crónicas:
El
centro del mensaje religioso de las Crónicas es la realización de las
promesas, la constitución del Reino de Dios sobre la tierra. El centro de este
Reino es Jerusalén, como centro religioso. Los elementos del Reino serán: el
Templo, el sacerdocio levítico y la dinastía davídica.
El
Señor gobierna toda la historia y es fiel a sus promesas.
De
Israel ha hecho una comunidad santa. Se transforma de una comunidad real y
profética en una sacerdotal.
La
santidad se demuestra en la obediencia a la Ley y en la observancia de los
ritos.
d) Esdras y Nehemías.
Pilares de la restauración de Israel: Ciudad Santa, Jerusalén, con su Templo,
y la Comunidad, basada en la observancia estricta de la Ley.
Detrás de la ley está siempre un Dios vivo que habla y actúa. Y acompañando la
ley está un culto cálido y sincero, y una plegaria espontánea.
La
comunidad asume un carácter específicamente religioso: busca la santidad
moral, poniendo aparte sus anhelos de libertad política. Con este espíritu
nacen en este tiempo las sinagogas, o lugares de culto; los escribas,
consagrados al estudio de la ley, y el Sanedrín, es decir, la autoridad
interna, espiritual y jurídica.
La
acción combinada de un sacerdote exigente y erudito (Esdras) y la de un seglar
enérgico y comprometido (Nehemías) ha conseguido el milagro de reconstruir la
comunidad de salvación. Y todo ello sin alardes personalistas; lo único que
importa es la misión que Dios les ha encomendado.
e) Macabeos:
El
segundo libro tiene una mayor densidad religiosa y mucho menos interés
político y militar, como el primero.
Ambos
libros ponen en evidencia las tremendas pruebas que sufrió el pueblo escogido
por querer imitar a los paganos, y destacar el auxilio de la divina
Providencia en aquella lucha de vida y muerte, que humanamente hablando,
habría debido tener por consecuencia la aniquilación del pequeño pueblo judío.
Por tanto, la fidelidad a Dios es condición básica para conservar la unidad y
la identidad del pueblo escogido. La lucha por la fe empieza en esta tierra y
tiene su victoria definitiva sólo más allá del tiempo.
El
templo significa la santidad de Dios, expresada en sus santas leyes, el culto,
los sacrificios y el sumo sacerdocio que ejerce una mediación determinante
para su pueblo.
Valor
de la oración y del sacrificio, el poder ejemplar y expiatorio del martirio de
los justos, la retribución tras la muerte y la esperanza en la resurrección
futura. Aquí encontramos el argumento de la oración por los difuntos y, por lo
mismo, la verdad sobre el purgatorio.
VI. CONCLUSIÓN: Todos estos escritos nos invitan a un absoluto
monoteísmo y fidelidad a la fe de los padres o antepasados en la fe. A Yavhé,
único Dios a quien adorar y servir, se le puede encontrar en la oración o en
la ley. Dios es justo remunerador, no deja a los justos sin ayuda. Los que
caen en la batalla o reciben la persecución o martirio, resucitarán a la vida,
mientras que los impíos recibirán tormento para siempre.
VII. ORACIÓN: Señor, sé para nosotros el único Dios. Que tu santa
Ley sea la senda hacia la felicidad y la conquista de esa tierra prometida.
Danos conciencia de que somos reyes desde el día de nuestro bautismo, para
luchar contra el mal en todos los ámbitos, y siempre desde la caridad y la
justicia. Amén.
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
Compara el cántico de Ana (1 Samuel 2, 1-10) y el cántico de María (Lc 1,
46-55) y escribe las semejanzas entre los dos, con tu reflexión