Autor: P Antonio
Rivero LC
Fuente: Catholic.net
11a. sesión. Pentateuco: El Éxodo
Comprender el Éxodo y la Alianza como hechos capitales de la fe de Israel.
I. INTRODUCCIÓN
Una fuerte carestía obligó a los israelitas a emigrar a Egipto. Allí se
establecieron muchos. Se habían hecho un pueblo muy numeroso, fuerte y
trabajador. Por miedo a su potencia, los egipcios los esclavizan sin
compasión, por lo que la vida de aquellos hombres era amarga y llena de
fatigas. Y aquí comienza el libro del Éxodo y con este libro también inicia el
nacimiento del Pueblo de Dios.
Aquí vale repetir lo que habíamos dicho en otra ocasión: en la Biblia no
podemos buscar la precisión histórica o geográfica de los hechos
40. Lo que hay que buscar es la verdad de la enseñanza
religiosa que Dios quiso inspirar a los escritores sagrados. Todo en orden a
nuestra salvación eterna.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Comprender el Éxodo y la Alianza como hechos
capitales de la fe de Israel.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Descubrir que todos tenemos una misión que
cumplir como Moisés, para salvar a la humanidad.
IV.TESIS: El libro del Éxodo narra la salida de los israelitas de
Egipto, alrededor de los años 1280-1240 a.C., bajo la guía de Moisés, a quien
Dios escogió, y con quien renovó su Promesa y su Alianza de amor. Estamos en
el corazón de la Biblia, pues con la salida de Egipto y la Alianza en el Sinaí,
Israel nace como Pueblo, descubre quién es su Dios. Además, en el Éxodo nos
encontramos con hechos, personas y temas que son “tipo” y “figura” de la
revelación posterior de Jesús 41.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha del Éxodo
Estamos alrededor del año 1250 a.C. El autor, como dijimos, es Moisés, junto
con las tradiciones orales y escritas de ese tiempo. Por tanto, no es obra de
un solo autor, ni se ha escrito de una sola vez.
2. Características literarias del Éxodo
a) El libro del Éxodo es una mezcla de las cuatro tradiciones:
Yahvista, Elohista, Sacerdotal y Deuteronómica.
b) Los relatos del Éxodo encajan en el género literario
épico-religioso; es decir, se presentan situaciones y hechos
históricos verdaderos, pero narrados de forma grandiosa, como la gran aventura
de un pueblo, y siempre con finalidad religiosa, es decir, para nuestra
salvación.
c) Se barajan tres tipos de materiales:
Narrativos: la opresión de los hebreos, la epopeya del éxodo, la travesía
del desierto y la teofanía del Sinaí.
Legales: prescripciones religiosas y sociales.
Litúrgicos: los concernientes al cordero pascual, los panes ácimos y los
primogénitos, normas sobre el santuario y el culto.
3 División y contenido temático del Éxodo
a) División
Éxodo 1, 1-12, 36: Es la historia de Israel en Egipto: la opresión
del pueblo, vocación de Moisés, la lucha por la liberación, la Pascua y la
salida del pueblo por el Mar Rojo.
Éxodo 12, 37-18, 27: Narra la peregrinación en el desierto como
camino de purificación y encuentro de Yahvé con el Pueblo.
Éxodo 19, 1-24, 18: Es la parte central y más importante. Trata del
Pacto o Alianza entre Dios y su Pueblo.
Éxodo 25, 1-31, 18: Son normas y leyes acerca del culto y la
institución divina del sacerdocio del Antiguo Testamento.
Éxodo 32, 1-34, 35: Continúa la narración de los hechos, durante la
alianza en el desierto, como la historia del Becerro de oro.
Éxodo 35, 1-40, 38: Describe la ejecución de las órdenes divinas
que están en los capítulos 25-31.
b) Contenido temático
En tres pilares podemos dividir el contenido del Éxodo:
Salida de Egipto: El pueblo se encontraba sometido a toda suerte de
esclavitudes (laborales, políticas, sociales, religiosas...). Se veía privado
de libertad, con todas las secuelas y carencias que dicha situación lleva
consigo. La salida de Egipto es, por lo tanto, una liberación.
Travesía por el desierto: Es el camino a recorrer entre el punto de
partida y la meta. Es la trayectoria que debe realizar todo hombre y todo
pueblo. Es la tarea que hay que llevar a cabo. El Deuteronomio presenta la
travesía bajo la imagen de la prueba que hay que superar (cf. Dt 8, 1-4).
Entrada en la tierra: Es la llegada a la meta. Es una tierra buena
que mana leche y miel. Es un espacio de libertad en el que el pueblo puede
desarrollar todas sus potencialidades y cumplir plenamente su misión.
4. Contenido teológico y espiritual del Éxodo
a) Dios: Su imagen se configura a partir de la revelación de su nombre:
Yahvé42 , el que está siempre dispuesto a acudir
en defensa de sus elegidos. Es uno, y no admite nada que le haga sombra. Es
trascendente, pues nadie puede verlo y se oculta bajo símbolos. Señor del
cosmos, como lo demuestra en las plagas, en el paso del mar y en la teofanía
del Sinaí. Señor de la historia, que dirige bajo la dinámica de la elección y
la bendición. Es fiel a su palabra y a las promesas que hizo y que ahora
empiezan a cumplirse. Es solidario con los que sufren, revelándose como su
defensor contra quien pueda ser el agresor. Su antagonista y sombra es
Egipto-faraón como antidiós: el déspota cruel, sanguinario, hasta el
genocidio, explotador de los marginados, que se mueve únicamente por los
índices de producción, subordinando el derecho de gentes al mercantilismo.
b) Moisés: Imagen perfecta del hombre elegido, tomado de entre el
pueblo, cuya misión será salvar a ese mismo pueblo con la ayuda del Señor. Su
vida prefigura su tarea: es salvado para que salve; Dios se le hace el
encontradizo para que aprenda el camino y lleve hasta el Sinaí a los
liberados. Su misión se inscribe en una paradoja: cuando es un huido y traidor
a Egipto es cuando ha de iniciar la marcha de los oprimidos, y no cuando tenía
poder como familiar del faraón. A los ojos humanos era el hombre menos
indicado: era tartamudo, tenía cuentas pendientes con la justicia
egipcia...pero el mandato de Dios era fuerte y exigente: “Tienes que
ir...Yo te envío...Yo estaré contigo” (Ex 3, 12). Siempre será solidario
con su pueblo, incluso en los momentos de la apostasía, salvándolo de la
aniquilación con su intercesión. Es intermediario entre Dios y su pueblo
43. Es embajador del Señor ante el faraón, su
profeta para el pueblo, el líder indiscutible, con permanente acceso a su
Señor. En su rostro acabará reflejándose la gloria del Altísimo. Aunque no
entre en la tierra prometida, su gloria es eterna porque es el elegido que
asumió y realizó perfectamente su misión.
c) El pueblo: En Éxodo, como ya dijimos, comienza la historia de Israel
como pueblo 44. El núcleo original serán los
oprimidos de Egipto, cuya desgracia pone en marcha la solidaridad divina. A
éstos se les exigirá una opción por la libertad que conduce a Dios; han de
preferir el riesgo de abandonar la mínima seguridad que la esclavitud que les
garantiza por el desierto, signo de entrega confiada en las manos del Señor.
Este pueblo es retratado sin sombra de idealización: ante la dificultad duda,
desconfía, protesta y se rebela, aunque acabe de experimentar la providencia
divina. Contrafigura de Moisés, el pueblo es el elegido que no cumple su
misión, se hace indigno de ella, y se libra del rechazo y la aniquilación
gracias al poder intercesor del mediador Moisés.
d) La Alianza: Es la culminación de una marcha ascética al encuentro
del Señor que llama desde el Sinaí. No fue una simple parada de unos días,
sino un verdadero un verdadero curso de formación religiosa, en la soledad del
desierto y a solas con Dios durante un año y once meses (cf. Ex 19, 1-2; Nm
10,11-12). Hay cuatro momentos:
Actos preparatorios (Ex 19): Dios quiso saber si los hebreos
estaban dispuestos a escuchar su mensaje, y si estaban en actitud de pactar
con Él.
Promulgación del decálogo (Ex 20): Dios viene presentado como vivo,
personal, santo, remunerador, uno y único. En el decálogo están resumidos los
principios de Ley Natural. Los tres primeros preceptos regulan las relaciones
con Dios; uno regula las relaciones con los padres; los demás preceptos están
orientados al prójimo, a sí mismo y a los bienes.
Establecimiento de la Alianza (Ex 24): era un pacto o compromiso
recíproco de fidelidad de Dios con su pueblo. Ya no es una alianza con una
persona, como hizo con Noé (cf. Gn 9, 9-17) y con Abraham (cf. Gn 17, 1-11),
sino con todo un pueblo. Esta Alianza es anticipación de la Nueva Alianza
hecha por Jesús 45.
Las leyes de culto (Ex 25-31; 35-40): El culto lo expresaban con la
oración y los sacrificios. Tres son los elementos del culto: el Templo (o
Santuario o Tienda de reuniones), el Arca de la Alianza (para conservar las
tablas de la ley), el Altar, el Sacerdocio. Fueron muchas leyes, que con el
tiempo fueron un peso insoportable; Jesús reducirá todo en su mandamiento del
amor.
e) Los diversos acontecimientos y signos milagrosos:
Las plagas (cap. 7-11): la Biblia presenta el episodio de las
plagas en forma de epopeya sagrada. Lo milagroso se impone a lo verosímil; lo
teológico a lo histórico. Muestran la lucha entre el poder del hombre (faraón)
y la presencia de Dios. Quien quiera autodivinizarse y destruir la libertad
ajena, tarde o temprano quedará en manos de la muerte. Dios da al faraón todas
las oportunidades de cambiar, sin embargo estos signos provocan su obstinación
porque una y otra vez se niega a colaborar en el plan divino. Y al mismo
tiempo, Dios mostró a los israelitas su poder y protección salvadora.
La Pascua (cap. 12)46 : La Pascua fue
el paso que dieron los israelitas al salir de la esclavitud hacia un Pueblo de
hermanos. Fue y es “el paso de Dios” que quiere liberarnos. La pascua se
articula en tres secciones: ritual de la fiesta (12, 1-14), celebración (12,
21-28) y elenco de participantes (12, 43-51). El ritual, memorial de la
salida, tiene forma de comida y resalta el carácter redentor de la sangre: el
Señor salva a su pueblo pasando de largo por las casas señaladas; pero también
se trata de un golpe definitivo para el opresor: la muerte de sus
primogénitos. Es un rito de vida-resurrección. Jesús será el nuevo Cordero que
inaugurará la liberación interior de los pecados: paso de la servidumbre del
pecado a la libertad en Cristo resucitado. Y el cordero comido en la pascua
hebraica es figura muy clara de otro alimento y de otra cena: el Pan de vida
en la cena de la Eucaristía.
El paso del Mar Rojo (14, 1-15, 21): El plan de Dios, al introducir
al pueblo por la ruta más incómoda del Sinaí (sur), obedecía a la necesidad de
aislarlos para formar con ellos una nueva conciencia religiosa y nacional, y
obligarlos, casi, a seguir adelante, sin posibilidad de retorno. Significó la
especial providencia de Dios en favor de su Pueblo. San Pablo nos habla del
mar Rojo como el paso y el bautismo de Israel en el mar, figura del bautismo
cristiano.
El desierto (15, 21 y siguientes): es tiempo de purificación y de
contacto íntimo con Yahvé (cf. Os 2, 16) ; es tiempo de prueba, es el examen
de madurez en la libertad, donde el hombre, como persona y como comunidad
acepta el proyecto de Dios; es el lugar del “noviazgo” apasionado entre Dios y
el pueblo (cf. Os 1-3), pero también es lugar de tentación y de rechazo (cf.
Sal 95, 11; Mc 1, 12-13; Heb 3, 7-19). Durante el desierto fueron conquistando
la verdadera libertad. Es el retrato de la historia de siempre: el corazón
humano es inconstante, falto de fe, que ante la prueba protesta, murmura, se
rebela. Pero Dios sigue fiel, lleno de paciencia y misericordia.
El maná (16, 1-21): alimento prodigioso del desierto, anticipación
del verdadero pan del cielo que da la vida al mundo (cf. Jn 6, 31-33).
La Roca (17, 1-7): es la figura de Cristo, de quien brota agua
viva, como la recuerda san Pablo en 1 Cor 10, 1-4.
La victoria sobre los amalecitas (17, 8-16): es una enseñanza del
poder de la oración e intercesión de sus elegidos. El éxito no depende del
valor humano, sino principalmente del poder de la oración.
VI. CONCLUSIÓN:
El esquema del Éxodo: salida, travesía y entrada en la tierra, es el paradigma
o modelo de lo que es nuestra vida. Siempre hay que salir de la propia tierra
y pasar por la prueba del desarraigo, camino de nuevas fronteras. También la
espiritualidad cristiana y los místicos hablan de salir, de cruzar el desierto
de la vida. Los autores del Nuevo Testamento también han recurrido a la imagen
del éxodo para expresar lo que es y significa la persona y la obra de Cristo.
La fiesta central de los cristianos es la Pascua, memorial del Éxodo. La
historia de la Salvación gira en torno a tres grandes éxodos: el de Egipto, el
de Babilonia y el de Jesús.
Los restantes libros del Pentateuco (Números, Levítico, Deuteronomio) aparecen
como continuación del Éxodo. Entre los libros históricos, Josué significa el
fin del camino de la libertad iniciado en Egipto (el paso del Jordán es la
correspondencia del paso del mar Rojo) y 1 Re 17-19 presenta la misión
profética de Elías con frecuentes alusiones al Sinaí. Entre los profetas,
Oseas y Jeremías recurren frecuentemente al motivo de la alianza de Dios con
el pueblo, e Is 40-55 convierte el éxodo en modelo de la liberación del
exilio. Numerosos salmos recuerdan las grandes intervenciones en el éxodo (cf.
81; 95; 111; 114; 136) y el libro de la Sabiduría 10-19 hace una actualización
midrásica y espiritual de los episodios de las plagas y el paso del mar.
También el Nuevo Testamento convierte el Éxodo en fuente privilegiada de
inspiración y actualización: desde Mateo (infancia de Jesús, sermón del monte)
hasta el Apocalipsis (Cristo como nuevo Cordero), la mayoría de loa autores y
escritos aluden a episodios, temas y motivos del Éxodo, destacando
especialmente la Última Cena de Jesús como nueva Pascua, la nueva alianza
sellada en su sangre, la idea paulina de la redención como la liberación
plena, el bautismo como nuevo paso del mar, las alusiones a la ley y su
provisionalidad, las referencias joánicas a Moisés, al maná y al agua de la
roca. Con razón se ha escrito que el libro del Éxodo es el libro sobre el que
el cristianismo ha confrontado y comprendido su experiencia.
VII. ORACIÓN: Señor, nosotros vamos camino a Ti, en peregrinación
por el desierto de la vida, en medio de dificultades, pero sabemos que Tú nos
conduces con tu mano poderosa y providente. Sabemos que eres fiel a tus
promesas. Gracias, porque nos has dado los guías y pastores que nos llevan
hacia Ti en medio de las dificultades presentes, y durante el camino nos
alimentas con tu Eucaristía. Gracias por tu Iglesia y por el Santo Padre.
Queremos ser fieles a la misión que has puesto en nuestras manos, como lo fue
Moisés. Queremos liberar a los hombres de las diversas esclavitudes a las que
están sometidas. Pero Tú danos tu bastón y tu seguridad. Amén.
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Así Moisés es figura de Cristo; El pueblo escogido es figura de la Iglesia; la liberación de Egipto es el anuncio de la obra divina de la liberación del pecado que Cristo nos trajo; la Pascua hebraica es anticipo de la Eucaristía cristiana; el Paso del mar Rojo nos recuerda claramente el Bautismo; el Maná del desierto es una figura del Pan de Vida de la Eucaristía.
Etimológicamente significa “Yo soy, y seré lo que soy...Yo soy el que da el Ser a todos”. La palabra Yahveh se escribía con cuatro letras “YHVH”, que se conoce como tetragrama. Este sagrado tetragrama era sumamente venerado por los hebreos; y nadie lo podía pronunciar, bajo la pena de muerte por blasfemia. Los rabinos al leer la Biblia y se encontraban con esta palabra, pronunciaban, en su lugar “Adonai”, que significa “El Señor”. Algunos interpretaron las vocales E.O.A y se vocalizó así: “Jehovah”. Los testigos de Jehovah lo conservan así. Sin embargo, estudios más profundos demostraron que tal vocalización era errónea, y que las vocales correctas son A.E, formándose el nombre de “Yahvéh”, que es el adoptado en las biblias católicas.
Esta forma de intermediario es la que normalmente usa Dios, pues actúa a través de la Iglesia, los sacramentos y los ministros.
En su origen la Pascua era una fiesta típica de los pastores que se reunían a principios de primavera para iniciar su vuelta al hogar desde los pastos de otoño-invierno. Celebraban una reunión festivo-familiar en la que se sacrificaba un cordero, cuya sangre debía actuar como exorcismo contra los peligros del camino. El autor del Éxodo transforma los antiguos ritos en símbolos del nuevo acontecimiento salvador.
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
1. ¿Cuáles son los tres pilares del libro del Éxodo?
2. ¿Por qué el Éxodo es como el modelo de lo que es nuestra vida?