Catequesis sobre el Bautismo

Autor: Pbro. Hermilio Cárdenas González
Coordinador de la Sección Diocesana de Catequesis

Capítulo 6: Nacimiento a una vida nueva por el Espíritu Santo



OBJETIVO

Tomar conciencia del nacimiento de una vida nueva que recibimos en el sacramento del Bautismo para provocar en los cristianos un deseo de renovar su vida de bautizados y discípulos de Jesús.

"El que está en Cristo es una criatura nueva. Para él lo antiguo ha pasado; un mundo nuevo ha llegado" (2 Co 5, 17)

NOTAS PEDAGOGICAS

Todas las personas tenemos la experiencia de un cambio definitivo en nuestras propias vidas a partir de un acontecimiento fuerte que nos hace modificar actitudes a veces profundamente arraigadas en nosotros. En el Bautismo, Dios entra y cambia nuestra propia vida, al ser injertados en Cristo y nos transforma en personas diferentes, nuevas.

En este tema vamos a tener en cuenta la experiencia propia de los papás y padrinos del niño que se bautizará. ¿ Qué significa para los papás y padrinos el llevar a bautizar a un niño 7, generalmente se intuye algo nuevo, diferente, "ahí va a pasar algo especial".

A partir del Bautismo, la identidad del bautizado se define como hijo de Dios. Se bautiza al pequeño, y se tiene la esperanza de que los adultos retomen esta conciencia a partir de la experiencia que reviven al bautizar a sus hijos.

VEAMOS

El catequista motiva a los papás y padrinos a conversar partiendo de las siguientes preguntas y de su experiencia personal:

¿Qué sentimientos han experimentado el día que supieron que esperaban un hijo?

¿Qué sienten al poder comunicar la vida a su hijo?

A lo largo de su vida, ¿alguna vez ha estado en peligro su vida (enfermedad, accidentes, etc)?

¿Cómo se sintieron al recuperarse de la enfermedad o salir bien librados del accidente y tener la oportunidad de vivir?

¿En qué se parecen las experiencias de las dos primeras preguntas y las de las dos últimas?

PENSEMOS

El agua, uno de los símbolos del Bautismo, es también símbolo de vida. ”El Bautismo es el sacramento del nuevo nacimiento por el agua y la palabra" (CIC 1213).

“Los distintos efectos del Bautismo son significados por los elementos sensibles del rito sacramental. La inmersión en el agua evoca los simbolismos de la muerte y de la purificación, pero también los de la regeneración y de la renovación. Los dos efectos principales, por tanto, son la purificación de los pecados y el {“nuevo nacimiento en el Espíritu Santo" (CIC 1262).

En sentido positivo, el sacramento del Bautismo es nacimiento a una nueva vida (ver Jn 3, 3-5; 2 Co 5, 17; Ti 3, 5; 1 P 1, 3). Nos purifica y santifica (ver 1 Co 6, 11), nos infunde el don del Espíritu Santo (ver He 2, 38; 1 Co 12, 1 3) y el don de la gracia santificante, nos hace templos del Espíritu Santo (ver 1 Co 6, 19).
Nos hace hijos de Dios y, por tanto, también herederos de Dios (ver Gál 4, 4-7; CDC 849) y coherederos de Cristo (ver Rom 8, 17). La nueva vida se ejercita en la fe, la esperanza y la caridad, que recibimos igualmente en el sacramento del Bautismo (ver CIC 1265-1266).

‘Los bautizados ´por su nuevo nacimiento como hijos de Dios están obligados a confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios por medio de la Iglesia´ (LC 11) y de participar en la actividad apostólica y misionera del Pueblo de Dios" (CIC 1271).

Esto exactamente es lo que nos sucede en el sacramento del Bautismo. Por el agua regeneradora del Bautismo, participamos de la vida misma de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por el Espíritu Santo recibimos la fuerza para vivir como nuevas criaturas al adoptar las actitudes de Cristo e iniciar una vida conforme a la de El, en sintonía con la voluntad del Padre y en total entrega al servicio de los hombres y mujeres, nuestros hermanos en Cristo. El Espíritu Santo es como el sol que proporciona la energía a la semilla de la fe sembrada en el día del bautismo y regada con el agua que da la nueva vida, fortalecida así con la acción del Espíritu Santo.

Esta nueva vida es la que nos da precisamente la identidad cristiana. Ahora sabemos quiénes somos. Volvemos a nacer, tenemos una vida nueva llena del Espíritu de Dios, puesto que hemos renacido del agua y del Espíritu (ver Ef 2, 4-5; Jn 3, 5).

ACTUEMOS

Se forman pequeños grupos con los papás y padrinos de cada niño y reflexionan las siguientes preguntas para tratar de llegar a un compromiso concreto y real:

De mis acciones de adulto, ¿cuáles atentan contra la vida de hijo de Dios de mis hijos?
¿Qué he hecho para reafirmar mi identidad como cristiano?
¿Qué voy a hacer para cultivar en mi hijo esa vida nueva que recibirá en el sacramento del Bautismo?

A partir de la última pregunta cada quien elabora un compromiso personal y concreto que se presentará más tarde en la celebración.

CELEBREMOS

Se coloca el grupo en torno a una mesa en donde se colocan un Cristo, una jarra con agua y unos vasos.

Se lee del capítulo 5 de la Segunda Carta a los Corintios los versículos del 14 al 17.

Se deja un momento de silencio para la reflexión personal.

Cada quien expresa en voz alta su compromiso.

Al terminar los compromisos se distribuyen los vasos (vacíos), uno a cada pareja de papás y uno a cada padrino o madrina, el catequista toma la jarra con agua y va llenando los vasos. Una vez llenos todos los vasos, el catequista los invita a beber con calma esa agua y disfrutarla, sintiendo cómo reaviva nuestro ser, le da una vida nueva. En el caso de los esposos, ellos comparten el agua, pues recordemos que al unirse en el sacramento del matrimonio son los dos ya una sola vida.

Luego pueden expresar libremente lo que sintieron al saborear ese vaso de agua y sentir la vida que en el agua va.

El catequista los motiva a no sólo pensar en la vida que el agua por naturaleza produce sino en esa vida nueva que recibirán nuestros hijos en el sacramento del Bautismo.

Terminamos Cantando:

HOY, SEÑOR TE DAMOS GRACIAS


Hoy Señor, te damos gracias
por lo vida, la tierra y el sol.
Hoy, Señor, queremos cantar
las grandezas de tu amor

Gracias, Padre, mi vida es tu vida,
tus manos amasan mi barro,
mi alma es tu aliento divino,
tu sonrisa en mis ojos está.

Hoy Señor, te damos gracias..

Gracias, Padre, Tu guías mis pasos,
Tu eres la Luz y el camino,
conduces a Ti mi destino,
como llevas los ríos al mar.

Hoy, Señor, te damos gracias...

Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen,
y quieres que siga tu ejemplo,
brindando mi amor al hermano,
construyendo un mundo de paz.