TOMADO
DE LISTA “HACER FAMILIA”
Mito:
"No
es un ser humano. No es más que un montón de células. Y además no se da
cuenta de nada."
Realidad:
Si
fuera verdad, no nacería de ello un niño ni los análisis detectarían una
vida humana nueva. Ese montón de células se llama cigoto y es un ser humano en
sus primeros estadios de vida. Por la misma lógica se podría tirar un diamante
a la basura, pues antes de tallarlo y pulirlo no es más que un pedrusco gris.
La realidad es que el ser humano empieza a existir desde el momento en que se
forma un genoma nuevo al unirse las cargas genéticas de ambos progenitores. A
partir de ese momento va evolucionando constantemente hasta el momento de su
muerte. En cuanto a no darse cuenta, por ese argumento también se podría matar
a una persona cuando está durmiendo. Y, por otro lado, el embrión ya siente
dolor y miedo desde los 2 meses.
Mito:
"Antes de las dos semanas, no es más que un pre-embrión y se puede
utilizar para investigación o destruirlo."
Realidad:
Antes de la implantación en la matriz, el embrión es el mismo ser humano que
después, y en caso contrario, los investigadores no desearían utilizarlo para
investigación. La distinción entre antes y después del día 14 es una línea
artificial que los científicos han trazado recientemente (nunca existió tal
distinción) y que no se ajusta siquiera a la fecha de la implantación, que
suele ser alrededor del día 7, no el 14. El Informe Warnock de 1984 fue el
primero en usar el término pre-embrión, reconociendo que se debía a motivos
políticos (para permitir la experimentación con embriones) y no científicos.
Como consecuencia de ello, se han modificado los manuales de Medicina para
incluir esta "nueva" categoría evolutiva acientífica.
Mito:
"La
mujer es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que quiera".
Realidad:
En primer lugar, el niño no es parte del cuerpo de su madre, como nosotros no
somos parte de nuestra casa, aunque vivamos en ella. Y por otro lado, no tenemos
derecho a matar a alguien sólo porque esté dentro de nuestra casa. El niño en
gestación es un ser humano distinto, con vida propia, que está alojado
provisionalmente en su madre. Prueba de ello es que cuando se le aborta, la
mujer no queda mutilada... físicamente, al menos. Otra refutación de ese mito
es que si fuera cierto, tampoco tendrían inconveniente las mujeres que abortan
en cortarse un dedo u otra parte de su cuerpo... y eso no lo hacen.
Mito:
"No se pueden traer al mundo más hijos que los que se puedan mantener
dignamente. Hay que planificar responsablemente la familia".
Realidad:
El listón de la "calidad de vida" ha variado a lo largo de los siglos
y, sin embargo, la gente ha tenido a sus hijos y han sobrevivido sin las
comodidades que tenemos ahora. La vida tiene un valor en sí, independientemente
del bienestar que conlleve... y la vida da muchas vueltas. En ningún caso se
puede justificar el aborto de un hijo para que otro pueda disfrutar de más
bienes. La planificación responsable consiste en no engendrar los hijos que no
se quieran tener, no en matarlos una vez engendrados.
Mito:
"Las
mujeres abortan porque no tienen medios para mantener a sus hijos o porque son
madres solteras".
Realidad:
La gran mayoría de las mujeres que abortan tienen un buen nivel económico y
cultural (ver DATOS I.V.E.), y la mayoría tienen cónyuge o novio. Además, el
Estado tiene la obligación de usar el dinero público para ayudar a mujeres
gestantes con dificultades económicas, e impedir así que recurran al crimen
del aborto. También hay numerosas ONGs que ayudan a la mujer embarazada y en
cualquier caso, siempre se puede dar al niño en adopción. El fin no justifica
los medios y en ningún caso se puede matar para mejorar la calidad de vida
otro.
Mito:
"Para que luego se mueran de hambre..."
Realidad:
"...
es mejor matarlos antes". Los que así opinan quieren acabar con los pobres
en vez de acabar con la pobreza. La muerte es la misma, antes que después, y al
menos después, los niños del Tercer Mundo tienen una oportunidad de sobrevivir
ayudados por alguna ONG, Misión, etc. La verdadera solución al problema del
hambre no es matar a los hambrientos sino dejar de explotar y corromper al
Tercer Mundo y de destrozarlo con las interminables guerras que sirven de lucro
a los comerciantes de armas.
Mito:
"Este
mundo está tan podrido que es mejor no traer niños al mundo".
Realidad:
¿Acaso no hay gente feliz en el mundo? ¿Porqué privarle a tu hijo de
encontrar la felicidad que tú no has encontrado? ¿Acaso tiene él la culpa de
que a ti no te haya ido bien? Y si crees que el mundo es tan malo ¿porqué no
te matas tú también? Pero hay que tener vida para poder quejarse, y no debe
ser tan mala cuando no lo haces. Mientras haya vida, hay esperanza.
Mito:
"Si
los hijos no son deseados, luego serán muy desgraciados y los maltratarán".
Realidad:
Una investigación sobre el maltrato infantil llevada a cabo por el canadiense
Dr. Lenoch descubrió que el 90% de los niños maltratados provenían de
embarazos deseados. En cuanto al "deseo", es un sentimiento muy
variable, que puede cambiar varias veces a lo largo de un embarazo... y que se
transforma en felicidad en el momento de ver nacer al hijo. Por otro lado, el
derecho a la vida no puede depender de ser o no deseados. Si los padres declinan
su responsabilidad con sus hijos ya engendrados, el Estado y la sociedad deberán
ser subsidiarios para garantizar el derecho a la vida de todos.
Mito:
"A nadie le gusta abortar, pero si no tiene más remedio, no debe ir a la cárcel
por ello".
Realidad:
Siempre hay otro remedio antes que matar... o se busca. Desde el principio del
mundo ha existido la adopción y actualmente hay más de 1.000 parejas esperando
adoptar un hijo en España. Tienen que recurrir a la adopción internacional
porque en España las mujeres prefieren abortarlos. Por otro lado, los
drogadictos tampoco tienen más remedio que robar para comprar droga, pero van a
la cárcel de todos modos. Todos los presos de las cárceles suelen afirmar que
"no tuvieron más remedio" que cometer el delito... y no por ello les
dejan en libertad.
Mito:
"Hay
que hacer legal lo que es real en la calle"
Realidad:
Según esa lógica también habría que legalizar el robo, el asesinato y
cualquier otro delito de los que existen a montones. Tampoco sería justo que
hubiera gente en la cárcel, y habría que dar amnistía general y definitiva.
Sobrarían los jueces, la policía, los legisladores, los gobernantes y las
leyes. También sobraría el Estado de Derecho y sería de nuevo la ley de la
selva.
Mito:
Si el aborto está legalizado no puede ser un crimen.
Realidad:
Aunque lo haga, el Estado no tiene potestad para legalizar el asesinato, pues la
vida no es una “prestación” del Estado, sino que es anterior a él y está
por encima de sus competencias. El derecho a la vida es Ley Natural, porque
forma parte de nuestra naturaleza querer vivir. El Estado tiene obligación de
tutelarlo, y para ello existe. Ir en contra de este derecho natural invalida la
autoridad del Estado, que fue creado para defenderlo. Por tanto una ley que
ampara el crimen es una ley injusta y espúrea.
Mito:
"El aborto hoy en día es seguro y sin riesgos. Es más seguro que
el parto."
Realidad:
¿Para
quién? Desde luego no para el niño. Tampoco lo es para la madre, pues el
aborto es cuatro veces más peligroso que el parto, según un estudio financiado
por el Gobierno de Finlandia que figura en la sección de "Riesgos y
Secuelas del aborto". El trauma y las secuelas físicas y psicológicas que
sufre la mujer que aborta son graves y a menudo irreversibles, y pueden provocar
hasta la muerte y la locura. ¡
Mito:
"La salud y la libertad de la madre están por encima de la vida del niño"
Realidad:
Ese
fue el argumento del Tribunal Constitucional para dar luz verde a la
despenalización del aborto. Sin embargo, esa perspectiva es la misma del
sistema de castas de la India y convierte a los niños en gestación en los
parias de Occidente. Es una premisa muy peligrosa pues significa que unas vidas
valen más que otras, y justificaría igualmente la pena de muerte para los
criminales y para los indeseados de la sociedad (ancianos, enfermos, etc.). Ese
fue el argumentó que usó el nazismo para los horrores del Holocausto.
Mito:
"El
aborto está justificado cuando corra peligro la vida de la madre"
Realidad:
Eso
siempre ha sido así y antes de la despenalización, se daban algunos casos de
abortos terapéuticos cuando realmente
peligraba la vida de la madre. Pero eran casos muy raros, pues con el avance de
la medicina es muy improbable que haya que sacrificar al hijo para salvar a la
madre. Los abortos que se realizan por motivos de "salud materna" (el
97%) no se deben a ningún riesgo para la salud de la madre. Al contrario, la
salud de la mujer queda dañada por causa del aborto (Ver Riesgos y Secuelas del
aborto).
Mito:
"En
caso de violación, el aborto estaría justificado"
Realidad: Los
que así opinan ¿justificarían también la pena de muerte para el violador?
Entonces ¿por qué para la víctima? Y por otro lado, es raro que una mujer
violada se quede embarazada, pues el trauma suele impedir la fecundación, en el
caso de que estuviera ovulando. Sólo se produce un embarazo en 1 de cada 4.000
violaciones. Las estadísticas anuales reflejan sólo un 0'4% de abortos por
violación. Además, la experiencia y los estudios demuestran que el trauma de
la violación se agudiza y perpetúa cuando se le añade un aborto, mientras que
al tener el hijo, la mujer se olvida de la violación.
Mito:
"Si el niño tiene malformaciones..."
Realidad:
A ese argumento se le llamaba "eugenesia" en tiempos de Hitler, y
justificó los millones de muertos en las cámaras de gas. El mito de la
superraza lleva hoy a Occidente a justificar el aborto de todos los niños con Síndrome
de Down o cualquier otra enfermedad. Sin embargo, el diagnóstico prenatal
siempre es probabilístico, y a menudo los médicos se equivocan y los niños
nacen sanos. Este supuesto es especialmente absurdo cuando actualmente ya es
posible el diagnóstico fetal y la cirugía intrauterina, que ha tenido ya
numerosos éxitos, curando enfermedades antes de nacer.
Mito: "Cuando
se trata de adolescentes, el aborto es por su propio bien, para no interrumpir
sus estudios, etc."
Realidad:
Las adolescentes que abortan tienen más predisposición a la anorexia y la
bulimia, a problemas de concentración, así como a trastornos de conducta y al
consumo de drogas y alcohol. Su vida y sus estudios quedan trastornados
precisamente por causa del aborto. Otra reacción es la promiscuidad, que lleva
a más embarazos no deseados.
Mito:
"El
aborto debe ser una opción de la mujer, pues ella es quien queda
embarazada".
Realidad:
El aborto afecta tanto a la madre como al padre, pues el hijo es de ambos. La
decisión, en cualquier caso, tendría que ser de los dos. El aborto
generalmente rompe la pareja, siendo causante de un 70% de separaciones en las
parejas que lo han realizado, dentro del plazo de un año. Y en ningún caso
puede nadie disponer de la vida de otro, aunque sea su madre, y especialmente
por ello.
Mito:
El
aborto es una cuestión íntima y personal, un asunto de conciencia y de
libertad personal.
Realidad:
También lo es robar, estafar o matar personas nacidas. Cualquier
delincuente ha optado también libremente por cometer su delito, y no por ello
está justificado y despenalizado.
Mito:
El aborto es un “derecho reproductivo” de la mujer, y es una prestación de
salud pública que los Estados deben ofrecer a la mujer.
Realidad:
Ese es el argumento que usan en la actualidad los promotores mundiales del
control de la natalidad, en vista de que el exceso de población ya no justifica
sus campañas abortistas, pues la población mundial se ha reducido
alarmantemente. Con la IPPF (Federación Internacional de Planificación
Familiar) al frente, la industria antinatalista reclama el derecho a matar al
hijo engendrado y afirma que ello debe ser protegido y fomentado por las
legislaciones de todos los países. Esto es evidentemente un absurdo y una
aberración, que sólo puede entenderse desde el poder económico, político y
mediático del que disponen. Nunca puede ser un derecho de nadie matar a otro, y
mucho menos puede estar protegido y fomentado por los gobiernos. Y el argumento
de la salud pública es igualmente falaz, pues el aborto es muchísimo más
peligroso que el parto y tiene secuelas gravísimas para la mujer, denominadas Síndrome
Post-aborto.
Mito:
La
prohibición del aborto es cosa de la Iglesia y los no-creyentes no están
obligados a obedecerla.
Realidad:
El aborto ha estado prohibido desde el principio de la civilización, y así lo
determinaba ya, en la Grecia clásica, el Juramento Hipocrático que hacen los médicos
al licenciarse. Todas las principales religiones lo prohíben (Judaísmo, Islam,
Cristianismo) y ha sido prohibido históricamente por todos los Códigos Penales
de todos los Estados. Ello se debe a que el derecho a la vida es tan antiguo
como la naturaleza humana, y responde a una ley natural anterior a la ley
humana. En cualquier caso, aunque el hombre la transgreda
"legalmente", la Naturaleza siempre pasa factura.
Conclusión:
Si
no está vivo... ¿por qué está creciendo? Si no es un ser humano... ¿qué
clase de ser es? Si no es un niño... ¿por qué se chupa el dedo? Si es un ser
vivo y humano... un niño... ¿¿por qué es legal matarlo??