Autor: María Bilbao
Fuente: www.sontushijos.org

 

Algunas reflexiones sobre como mejorar el ejercicio de la autoridad con nuestros hijos pequeños

 

La autoridad es un servicio en el desarrollo personal de los hijos y es la principal influencia externa respecto a su educación en positivo

 

En Educación Infantil nunca podemos olvidar la importancia que tiene la adquisición de hábitos y con cuatro años uno de los hábitos estrella es la obediencia.

Muchas veces nos preguntamos por qué desobedecen nuestros hijos. Ellos lo hacen para probar su voluntad, porque quieren autoafirmar su yo, para llamar la atención, etc.

¿En qué suelen desobedecer?

- A la hora de vestirse o desvestirse.
- Al recoger los juguetes.
- Al ir a bañarse.
- Ir a cenar.
- Irse a la cama.

Todo esto es normal, pero es importante analizar cómo reaccionamos nosotros, puesto que la obediencia de los hijos está relacionada con la forma de mandar de los padres, es decir, cómo ejercemos la autoridad sobre ellos.

Es importante recordar los puntos fundamentales para ejercer la autoridad correctamente:

• Nuestros hijos deben saber diferenciar lo que está bien de lo que está mal para que maduren responsablemente y sean capaces, más tarde, de tomar sus propias decisiones.
• La clave está en combinar exigencia con cariño.
• Ser coherentes de manera que los niños puedan conocer perfectamente las consecuencias de cumplir o no las normas del hogar.
• Ejercer la autoridad es enseñar valores positivos, es enseñar a madurar a nuestros hijos en la responsabilidad. El autoritarismo es imponer unas normas por el poder que tenemos sobre nuestros hijos sin pararnos a enseñarles a diferenciar el bien del mal. Se impone por poder no por cariño. Esta forma de actuar no ayudará a nuestros hijos a ser personas equilibradas, ya que obedecerán por temor y a la larga se revelarán sin haber conseguido hacer de nuestros hijos personas maduras y responsables.

La ausencia de autoridad de los padres, es decir, la ausencia de normas, de límites, de acciones que deben ejecutar, desconcierta a los hijos. Les hace sufrir porque desconocen el camino a seguir. C uando el niño sabe exactamente lo que se espera de él, conoce los límites y normas que debe cumplir, cuando se le exige acompañado de cariño, el niño SE SIENTE SEGURO, tiene referencias y nosotros por tanto estamos ejerciendo bien la autoridad.

ALGUNOS CONSEJOS PARA EJERCER CORRECTAMENTE LA AUTORIDAD:

1.- Ambiente de confianza.
2.- Normas: pocas, claras y bien entendidas.
Si damos muchas órdenes, como no podemos ser obedecidos en todo, les estamos enseñando a desobedecer.
3.- No repetir las órdenes. Intervenir constantemente es la causa más habitual de pérdida de autoridad.
4.- La autoridad padre – madre se comparte, no se delega, pues es un claro síntoma de no tenerla.
5.- Escoged el momento adecuado para dar una orden, no buscar circunstancias que lo humillen.
6.- Utilizad ayudas no verbales: la distancia, el tono, la postura. Cuánto más a su altura, mejor.
7.- Habladle a solas.
8.- Poneos en su lugar… y decídsel o.
9.- Mostradle la seguridad de que va a mejorar y de que el conflicto no está entre el padre y el hijo, sino entre la norma y él.
10.- No baséis la educación en premios y castigos. Es un vulgar chantaje.
11.- Reconoced vuestros propios errores. Eso también dará seguridad al niño.

La autoridad es un servicio en el desarrollo personal de los hijos y es la principal influencia externa respecto a su educación en positivo.