EL RINCÓN DE LA MEDITACIÓN

 
LAS HUELLAS DE UN
NO-VIOLENTO
 

Jesús viene a tu encuentro como un hombre en medio de los hombres,
pequeño en medio de los pequeños, pobre en medio de los pobres.

Muchas veces, cuando hablas de Dios, piensas en un "poder" superior que
puede destruir todo o colocar todo en orden. El "dios" en el que crees
sería una especie de "dios" caprichoso, que, escondido, juega con los
hombres como si fueran peones o marionetas. Jesús viene a decirte y a
gritarte que Dios no es ningún "poder" caprichoso que domina y "juega"
con los hombres. Jesús viene a decirte que Dios es amor.

Pero tú prefieres un "dios" de prestigio, un "dios" fuerte y poderoso. No
importa que así sea un tirano, un vengador, alguien que se esconde; lo
importante es que sea "todo-poderoso". Quieres y prefieres creer en un
"dios" más poderoso que los poderosos de esta tierra, un "dios" hecho a
tu imagen y semejanza.

Jesús se presenta en medio de una sociedad violenta. Hoy como ayer, la
violencia está presente en tu mundo de mil formas: la injusticia (desigualdad
de salarios, apartheid, explotación...); el deseo desenfrenado de consumo (el
lujo y el despilfarro escandaloso de algunos frente a las miles de personas
que mueren de hambre); la miseria y la mentira institucionalizada para
mantener el sistema...; la "ausencia de futuro" y la falta de ideales por los
que luchar...

La violencia tiene mil caras para un mundo que pone por valores
fundamentales el placer, el dinero, el prestigio, el poder... y Jesús se presenta
ante este mundo como un "no-violento". Jesús acoge, perdona, tiende la
mano. Jesús está cerca de los rechazados y los marginados de una sociedad
que llora por su imposibilidad de controlar las injusticias que provoca. Pero,
Jesús también proclama sin miedos:

- hay de ti que pagas las rentas, el alquiler, las contribuciones y las letras que
te llegan al final del mes, pero descuidas lo más importante: la justicia y la
misericordia... (Cfr. Mateo 23, 23).

- "no amontones tesoros en la tierra... pues donde está tu tesoro allí está
tu corazón..." (Mateo 6, 19-21)
.

- "no andes preocupado por tu vida, por lo que comerás, por lo que
vestirás o beberás... busca el Reino y su justicia, y, todo lo demás, te
será dado por añadidura..." (Mateo 6, 25-31)
.

- pide el pan necesario para subsistir, no busques la riqueza ni la opulencia
(Cfr. Mateo 6, 11).

- "a quien quiera quitarte la túnica, dale también el manto... a quien
te pida, da... y no vuelvas la espalda a quien desea que le prestes
algo..." (Mateo 5, 40-42)
.

- "bienaventurados los que lloráis..., los que tenéis hambre y sed de
justicia..., los misericordiosos..., los limpios de corazón..., los que
trabajáis por la paz..., los que sois perseguidos por la justicia..." (Cfr.
Mateo 5, 1-12)
.

- bienaventurados los que sois odiados, expulsados o injuriados a causa de
vuestra fe, condición social, tendencia política o color de piel.

- bienaventurados los últimos, los humildes, los pobres, los indefensos, los
oprimidos, los desdichados, los que vivís en una "infancia espiritual"...

- bienaventurados vosotros, los que sois considerados como desgraciados
y malditos... "porque heredaréis el Reino de los cielos" sobre la tierra
(Cfr. Mateo 5, 3-4)
.

La "no-violencia evangélica" es esta proximidad y esta solidaridad por
amor. La proximidad y el acercamiento hacia todos los excluidos de una
sociedad que margina cada vez más al ser humano, es el fundamento del
comienzo de una apertura universal.

Y este hombre, que el Evangelio presenta como el punto central de toda la
historia del pueblo elegido, y en el cual confluyen esta proximidad y esta
solidaridad hacia los más desfavorecidos, es precisamente este hombre el
que resulta asesinado a causa de su buena noticia, a causa de la imagen del
"Dios otro" que anuncia.

Jesús es vencido por la violencia de quienes tienen el poder en sus manos, y
por la violencia de aquellos que no hacen nada para evitarlo; Jesús es
vencido por los que dominan y por los que, sintiéndose dominados, no
ponen su grito en el cielo para testificar así su inconformismo; Jesús no
muere como un negligente, como un blandengue, como un cobarde. Él abre,
a través de su muerte, una brecha, un camino de libertad, en este mundo de
por sí cerrado.

Los combates por la justicia, la libertad, los derechos del hombre, el nivel de
vida necesario para vivir dignamente,... los combates para obtener la
liberación de cualquier tipo de opresión, comienzan siempre en las
condiciones de vida de hombres concretos, desfigurados por el poder, el
lucro, el dinero, el prestigio... y tanto si son o no de la misma naturaleza que
el combate llevado a cabo por Jesús, tanto si están o no limpios de toda
violencia, sobrepasan el espacio y el tiempo para alimentarse directamente
de esa cruz levantada el Viernes Santo en la colina denominada "de la
Calavera" (Juan 19, 17)
.

Y es este hombre que muere como un "no-violento" el que nos revela
quién es Dios:

- Dios es Aquel que no hiere, ni tan siquiera a los que se alejan
conscientemente de Él...

- Dios es Aquel que está cerca de todos los hombres y espera con
confianza...

- Dios es Aquel que a pesar de todo está en nosotros para decirnos: "No
tengas miedo..." (Lucas 5, 10)
...

- Dios es Aquel que no fuerza ni apremia, que deja a los hombres elegir el
momento de aceptarle, que no osa manipular al hombre...

- Dios es Aquel que por toda palabra nos dice: "Ven a mí. Yo soy la
Fuente. Ten confianza y te conduciré hasta hacer de ti un hombre al
servicio de los hombres...".

He aquí que este "Dios-hecho-Hombre" al que los hombres hemos
crucificado y Dios ha resucitado, viene a mostrarnos un nuevo rostro de
Dios, una nueva relación entre Dios y los hombres. He aquí que este hombre
que muere porque su mensaje es demasiado peligroso para nosotros, es el
que nos da la última palabra de la vida: Amor, Resurrección.



Mikel Pereira