TEÍSMO
VocTEO
 

Este término designa toda concepción filosófica que admite la existencia de un absoluto personal Y trascendente (Dios), oponiéndose por tanto no sólo al ateísmo (negación de Dios), al deísmo (afirmación de un Dios personal, pero alejado de la naturaleza y de la historia, y de la consiguiente imposibilidad del milagro), al panteísmo (identificación de Dios con el todo), sino más radicalmente todavía al nihilismo y a la proclamada muerte de Dios como acontecimiento de la época que caracteriza a la posmodernidad filosófico-teológica. La tarea de la superación del nihilismo, dada la actualidad y la hegemonía cultural asumida por esta perspectiva filosófica, tiene que ser asumida en nuestros días, a pesar de su dificultad, como un tema primordial de las filosofías teístas. Tradicionalmente el teísmo filosófico se compromete en la construcción de una teología filosófica, es decir, de un discurso sobre la existencia y sobre la esencia de Dios que contiene los argumentos (o las vías) que llevan a la razón humana a admitir esa realidad como principio y fundamento trascendente del universo y de la historia. La cristiandad filosófica medieval ha elaborado dos itinerarios fundamentales para la «teología racional" o «natural" El primero llega a la afirmación del absoluto trascendente a partir de la experiencia del cosmos como un todo limitado, relacionado con el infinito, cuyas huellas contiene. Este itinerario caracteriza, por ejemplo, al Monologion (exemplum meditandi de ratione fidei) de san Anselmo y a las famosas cinco vías de santo Tomás de Aquino, donde el pensar creyente adopta y transfigura las categorías aristotélicas incluyéndolas en una metafísica del éxodo de vigor excepcional. El segundo itinerario toma en consideración la presencia de la idea de lo absoluto (aquello de lo cual no se puede concebir algo mayor) en la mente humana y de ella saca intuitivamente la existencia de Dios. Se trata del llamado argumento ontológico, elaborado por san Anselmo en su Proslogion ( Fides quaerens intellectum).

La modernidad filosófica, antes de llegar al resultado kantiano que, negando la posibilidad del conocimiento de Dios por parte de la razón pura, relega dicho conocimiento al papel de postulado de la razón práctica, sufre de manera exagerada la fascinación del argumento anselmiano, como ha demostrado puntualmente D. Heinrich en su descripción de las vicisitudes del argumento ontológico en la modernidad. En Descartes -por ejemplo- gracias a la demostración a priori de la existencia de Dios, el teísmo se convierte en teocentrismo, dado el papel central y salvífico de la idea del absoluto que se da al «cogito» y que de otra manera permanecería encerrado en una fortaleza inaccesible desde fuera e infranqueable desde dentro.

En el pensamiento posmoderno el teísmo filosófico tiende a veces a conjugarse con el fideísmo, o sea, con la renuncia al ejercicio de la razón natural frente a lo Trascendente -pensemos en la fórmula del "teísmo existencial" o «existencialismo teísta» que tanto le gustaba a Stefanini-, cuya existencia se admite sin embargo gracias al don de la fe. Revive de esta forma la contraposición radical entre el Dios de los filósofos y el Dios de Jesucristo (o, si se quiere, de la Escritura), que recordaba el Memorial de Pascal, el cual, por otra parte, en el famoso fragmento sobre el infinito-nada, sugiere que es razonable apostar por Dios contra el absurdo de la opción opuesta. La asunción por parte de la teología de semejante actitud filosóficamente derrotista lleva consigo la recaída en el «positivismo teológico n y el consiguiente abandono de toda apologética, así como una acentuación de la actitud apofática, por la que de Dios más bien (o solamente) podemos decir lo que no es que lo que es.

N Ciola

Bibl.: M. Álvarez Gómez. Teísmo, en DCDT 1319-1325; J. Macquarrie, El pensamiento religioso en el siglo xx, Las fronteras de la filosofía y de la teología, Herder, Barcelona 1971; J Schultz, ¿Es esto Dios?, Herder Barcelona 1973; J Gómez Caffarena, El teísmo moral de Kant, Cristiandad. Madrid 1984; M, Martínez de Vadillo, La idea de Dios en tiempos de increencia, Atenas, Madrid 1986.