SOBRENATURAL
VocTEO
 

Dentro de la antropología teológica, "sobrenatural» se utiliza en contraposición a natural, para designar todo lo que supera a la naturaleza, todo lo que en el hombre no está sometido a las condiciones de la creación.

Históricamente, la elaboración de este término y del concepto que expresa se llevó a cabo en tres etapas fundamentales. Aparece por primera vez en el siglo XIII, cuando la entrada del aristotelismo provoca a la Escolástica a una reflexión más profunda sobre el concepto de naturaleza-natural, que hasta entonces, siguiendo la interpretación agustiniana, indicaba únicamente el estado concreto en que la humanidad había comenzado a existir.

Pero a partir de entonces, sobre todo con santo Tomás, natural indicará lo que pertenece a la esencia del hombre, lo que es «debido» a su ser como criatura; por contraste, sobrenatural designará aquellos dones "no debidos» a la naturaleza, dones gratuitos, como la inmortalidad, la integridad, la gracia santificante, la visión beatífica.

La segunda etapa se tiene en los siglos XVI-XVII, cuando la palabra «sobrenatural» entra en los mismos documentos de la Iglesia (cf DS 1921, 1923), como consecuencia de la polémica con Bayo, que negaba prácticamente la gratuidad de la elevación al orden sobrenatural, afirmando que el hombre estaba llamado a la visión de Dios en el estado de integridad original, sin la novedad de Cristo. Para defender esta gratuidad, la teología recurrirá a la hipótesis de la «naturaleza pura», es decir, a la posibilidad que tenía Dios de crear a un hombre dotado de aquellos bienes que le correspondían en virtud de su naturaleza, excluyendo la llamada a la visión beatífica y a la comunión con él. La introducción de esta hipótesis cambiará notablemente la manera de ver lo sobrenatural: en efecto, se buscará determinar cada vez más aquellas perfecciones «debidas» a la naturaleza humana, aquellos elementos que pertenecen al hombre «constitutivamente», "consecutivamente» (lo que él puede conseguir con las fuerzas de la naturaleza), o «exigitivamente» (lo que se requiere para que la naturaleza alcance su propio fin). Lo sobrenatural quedará definido, negativamente, como todo aquello que no pertenece a la naturaleza de ninguna de estas tres formas, y será visto como un añadido exterior que perfecciona ciertamente a la naturaleza humana, pero no de manera intrínseca, ya que ésta es ya perfecta en su orden natural.

La tercera y última etapa que ha desarrollado una reflexión especial sobre lo sobrenatural comenzó a finales del siglo XlX y comienzos del xx, cuando, contra el racionalismo ilustrado y las diversas formas de inmanentismo, la categoría de lo sobrenatural aparecerá como uno de los instrumentos esenciales de la teología para pensar las relaciones del Reino de Dios con el mundo y sus instituciones (cf. DS 3689), y parecerá tan importante que los teólogos que, en reacción contra ese «extrinsecismo», querían volver a la posición de santo Tomás, se verán severamente amonestados para que pongan suficientemente de relieve la gratuidad de la vocación del hombre (cf. DS 3891).

Después de todas estas discusiones, en la antropología teológica actual se prefiere, para hablar de este aspecto, partir precisamente del hombre realmente existente, del hombre en cuanto criatura de Dios y llamado a la filiación divina en Cristo. En este sentido, estos dos momentos (natural-sobrenatural) del único proyecto salvífico de Dios deben ciertamente distinguirse, pero no separarse. Es verdad que el segundo momento no depende del primero, va que entonces Dios dependería del-hombre y Cristo no sería ya el don supremo; pero al mismo tiempo este segundo momento exige el primero, o sea, la creación, que no tiene más fin que el de hacer posible la comunicación de Dios.

G. Occhipinti

Bibl.: G, Colombo, Sobrenatural, en DTI, 1V 348-359: G. Boff Sobrenatural. en NDT, 11, 1673-1687; J. Alfaro, Lo natural y lo sobrenatural. Estudio histórico desde santo Tomás hasta Cayetano ( 1274-1534}, Madrid 1952; H. de Lubac, El misterio de lo sobrenatural. Estela, Barcelona 1970: K, Rahner, Sobre la relación entre la naturaleza y la gracia, en Escritos de teología, 1, Taurus, Madrid 1961, 327-350; Íd., Naturaleza - y gracia, en Ibíd. 1V 215-243.