QUMRÁN
VocTEO
 

Qumrán es el nombre árabe de un wadi (torrente impetuoso durante las lluvias de invierno, pero que se seca en verano) que desemboca en la zona norte occidental del Mar Muerto. En la llanura cercana al wadi, R. De Vaux y G. L, Harding. entre 1951 y 1956, excavaron las ruinas de un asentamiento complejo. La capa más antigua está representada por una fortaleza que se remonta al siglo III-II a.C., mientras que el conjunto habitado más importante parece haber sido construido y utilizado entre el 135 a.C. (monedas del reinado de Antíoco VII) y el 68 d.C. (monedas del segundo año de la sublevación judía), con señales de destrucción por terremoto y por incendio por el año 31 a.C. y posterior reconstrucción; el sitio fue tomado luego por los romanos, que lo convirtieron en un puesto militar. La estructura de las ruinas parece corresponder a las exigencias de una comunidad: cocina, despensa, comedor, scriptorium, lavabos, taller para fabricación de cerámica, y sobre todo un notable sistema hidrológico, con acueducto, canal interior cubierto, cisternas, depósitos para abluciones y regadíos: en las cercanías hay también un cementerio con las sepulturas orientadas hacia Oriente. Es muy probable que también las ruinas de 'Ain Feshkha (unos dos kilómetros al sur de Qumrán, excavadas por el mismo R. De Vaux entre 1956 y 1958) sean una dependencia de la misma comunidad; la presencia de una fuente la convertían en la única zona cultivable de los alrededores.

En el acantilado cercano al wadi Qumrán hay varias cuevas en las que se encontraron al principio, en 1947 de forma casual por un pastor beduino trozos de más de 600 manuscritos encerrados en cántaros, entre ellos diez rollos completos y millares de fragmentos. Casi la cuarta parte de los manuscritos recogen textos bíblicos (están representados todos los libros de la Biblia hebrea, menos el de Ester), entre los que algunos se remontan al siglo III a.C. y que son sumamente preciosos por confirmar el texto masorético, aunque a veces con notables variantes. Precisamente por la confrontación de estas variantes se puede deducir que, hasta finales del siglo 1 d.C., los textos bíblicos no tenían la misma fijeza canónica que tuvieron a continuación. Sin embargo, hay que tener presente que en el juego de las mayores variantes textuales entran ciertamente la teología y la ideología propia de esta comunidad especial que se relaciona generalmente con el movimiento de los esenios.

Otros manuscritos son de gran interés para el estudio del período intertestamentario. En efecto, algunos contienen libros apócrifos del Antiguo Testamento, como Henoc, Jubileos, Testamento de Leví, 1V libro de Esdras, etc. Otros contienen la literatura propia de la comunidad: Regla de la Comunidad, Himnos, Regla de la Guerra, Rollo del Templo, etc. Si es válida la identificación con el esenismo, tenemos entonces en estos rollos el estilo de vida, la liturgia, el modo de creer y de concebir el futuro de este movimiento, así como su manera de leer y de interpretar la Escritura. El cenobitismo, la comunión de bienes, el celibato y la posterior apertura al matrimonio (en el cementerio se han encontrado también algunas sepulturas de niños), el ideal de perfección, la espera mesiánica y la tensión escatológica, el contraste con la clase sacerdotal de Jerusalén (considerada como ilegítima y demasiado implicada en la política). son solamente algunas de las características que surgen de los testimonios escritos, internos y externos, y arqueológicos que nos ofrece Qumrán.

Pero es preciso mantener una distinción entre la comunidad de Qumrán, que llevaba una vida de tipo monástico, y el movimiento de los esenios, más amplio y difundido entre los judíos, hasta el punto de que Flavio Josefo lo menciona como la tercera corriente del pensamiento judío de la época, junto con los saduceos y los fariseos. Además, en los mismos manuscritos de Qumrán se puede observar una evolución del pensamiento, que es síntoma de los cambios que tuvieron lugar en la vida de la comunidad y en su situación histórica concreta.

P. Papone

Bibl.: A. González Lamadrid. Los descubrimientos del Mar Muerto, BAC, Madrid 1971; M. Jiménez - F Bonhomme, Los documentos de Qumrán, Cristiandad, Madrid 1980; J Pouilly Los manuscritos del Mar Muerto y la comunidad de Qumrán, Verbo Divino, Estella 1980; Íd., Qumrán, Verbo Divino, Este1la 1991. F García Martínez. Textos de Qumrán.' Trotta, Madrid 1992.