PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS
VocTEO
 

Tienen su fundamento en la cuestión de Dios como problema que acucia la búsqueda del hombre y que exige una tematización racional típica del proceso filosófico de "conocimiento natural de Dios". La trascendencia de Dios, advertida como diferencia ontológica insuperable respecto a la existencia del hombre, impulsa a la investigación en el terreno de la libertad, en cuyo horizonte se inscribe la posibilidad de la demostrabilidad. En este sentido, el procedimiento demostrativo parte de la existencia como condición de posibilidad que remite a las razones del propio ser más allá de lo continente, en una reflexión filosófica en la que se percibe a Dios al final del camino especulativo como principio de causalidad. Por consiguiente, el objetivo de las pruebas de la existencia de Dios es el de incrementar y desarrollar la posibilidad de conocer a Dios aun dentro de su indemostrabilidad, dividiéndose en pruebas que parten de la experiencia del mundo y pruebas que se basan en la autocomprensión del hombre como punto de partida (argumento ontológico y lógico-trascendental).

En la filosofía griega se encuentran varias aproximaciones a las pruebas de la existencia de Dios. Jenófanes afirma a Dios como principio y fundamento de la multiplicidad de lo real; la metafísica platónico-pitagórica subraya la trascendencia del Uno, de lo Bello, del Bien, del Primer Principio, y la idea que tiene de Dios es la de su incognoscibilidad.

San Anselmo constituye un momento determinante con la prueba del unum argumentum (definido por Kant como argumento ontológico), con el que desea superar la insatisfacción de las tres pruebas de la existencia de Dios como sumo bien (Proslogion, proemio). De ahí la existencia de un argumento que sea fundamento de sí mismo en una circularidad onto-teológica. "Aquello mayor de lo cual no puede pensarse nada", es un pensar a priori (no en la oposición a posteriori), que no deduce la existencia a partir del concepto, sino que se coloca en el sentido del carácter absoluto del Ser en la lógica del a priori de Dios. Para Anselmo el argumento de Dios es argumento que es Dios y que es de Dios". Es argumento indirecto, ya que no es conclusión de una demostración, sino que piensa a Dios en cuanto que piensa su impensabilidad; por eso, pensar a Dios es colocarse dentro de la única posibilidad de pensar, donde no se pueden superar los confines del Ser, Santo Tomás distingue entre la prueba de la existencia de Dios y la naturaleza de Dios. La prueba de la existencia abre el camino que permite elevarse de lo existente a Dios y descender de nuevo a lo existente , insertándolo en el fundamento de lo Absoluto, Este itinerario brota de la maravilla metafísica de la diferencia entre Dios y el mundo: Dios es Ipsum esse subsistens, Es célebre la clasificación de las "cinco días" (del movimiento, de la causa eficiente, de lo contingente, de los grados del ser, del gobierno de las cosas), cuyo esquema lógico se ha repitiendo. La más conocidas es la primera, que parte de la constatación del movimiento, donde lo que se mueve en cuanto tal es movido por otro, por lo que es inmóvil: es necesario llegar a un primer motor no movido (Dios), va que el proceso al infinito negaría al Otro que mueve, negando el movimiento mismo de la experiencia.

El argumento anselmiano ha tenido diversas variaciones temáticas, que tienen como rasgo en común el de partir todas ellas del «concepto» de Dios y de encontrar en él la necesidad y la realidad de la existencia. Para Descartes, Dios «ente perfectísimo» es fundamento de las estructuras ontológicas del cogito. Dios es el punto de partida de la reflexión metafísica; por eso las pruebas de su existencia no son a contingentia mundi, sino internas al yo y a su indudable existencia pensante, hasta la tercera prueba, que es una variación del argumento ontológico y que recuerda el argumento agustiniano de la «eternidad de las ideas». Para Kant la deducción de la existencia de Dios a partir del concepto de la naturaleza de Dios es una tautología. La existencia de Dios puede afirmarse como postulado de la razón práctica en la «prueba moral». si la finalidad es la organización del mundo según una ley moral y si el hombre tiene la obligación de garantizar ese orden en una armonía entre la libertad y la ley natural, hay que admitir a Dios como garantía (le la norma ética. Finalmente hay que recordar a Hegel, para quien el concepto de Dios es el Espíritu Absoluto y el «camino» que lleva a Dios es la "resolución» de la multiplicidad en la idea absoluta «bajo la forma de una "transición-retorno" desde el principio o comienzo aparente hasta el Absoluto como "Espíritu" » (C. Fabro).

C Dotolo

Bibl.: H. KUng, ¿Existe Dios? Cristiandad, Madrid '1979; C, Fabro, El problema de Dios, Herder, Barcelona 1963; J Gómez Caffarena - J. Martín Velasco, Filosofía de la religión, Rev. de Occidente, Madrid 1973; M. Olasagasti, Estado de la cuestión de Dios, Espasa-Calpe, Madrid 1976; A. Torres Queiruga, La constitución moderna de la razón religiosa, Verbo Divino, Estella 1992; C, Díaz, Preguntarse por Dios es razonable, Ed. Encuentro, Madrid 1989.