PERSONALISMO
VocTEO
 

Este término se remonta al siglo XIX y se utilizó entonces en oposición al panteísmo y como sinónimo de espiritualismo. Actualmente sirve para indicar las doctrinas que se basan en el valor de la persona humana. J Lacroix puso en discusión la naturaleza filosófica del personalismo (Le personalisme comme anti-idéologie, París 1972), afirmando que se trata más bien de una actitud de crítica frente a las situaciones sociales Y políticas que mortifican la dignidad de la persona humana y la relación inter-personal.

El primero que dio a su sistema filosófico el nombre de personalismo fue C. Rénouvier (Le personalisme, 1903). La filosofía de su último período se sitúa en el ámbito del personalismo espiritualista. Afirma que la persona no puede deducirse de ningún principio o substancia y que el espíritu se caracteriza como pura libertad, capaz de construir el universo en orden al valor absoluto de la persona. Su personalismo de matriz neo-crítica es individualista.

En los Estados Unidos, el personalismo espiritualista conoce un desarrollo especial desde comienzos del siglo xx y se expresa a través de dos corrientes fundamentales: el personalismo absoluto (J Royce, W E. Hocking) y el personalismo pluralista (Howinson, A. C. Knudson, R. T. Fleweling). Para las dos corrientes, el núcleo esencial reside en la consideración de la unidad consciente, de la identidad y de la libre actividad de la personalidad como clave para captar la naturaleza de la realidad y para la solución de los problemas últimos de la filosofía (Knudson, The philosophy of personalism, 1927).

Bajo la influencia de la teoría de los valores Y de la fenomenología se desarrolla en Europa el personalismo axiológico, que tiene su iniciador en M, Scheler, y el personalismo crítico, según el cual el yo empírico se ve impulsado a la propia superación por la presencia de un yo de valor que se impone con su carácter absoluto.

Estas formas de personalismo espiritualista no consiguen, sin embargo, superar la inmanencia de la conciencia, ni fundamentar los valores humanos, la libertad, la obligación moral; a pesar de ello poseen un fuerte cuño moral y plantean la exigencia de superar el egoísmo individualista, el determinismo positivista y el totalitarismo en sus diversas formas. El personalismo espiritualista ha realizado importantes investigaciones sobre los valores humanos y notables análisis fenomenológicos de la conciencia, que han contribuido a una mejor comprensión de la persona y de la sociedad.

En el campo cristiano aparece un personalismo espiritualista que recoge instancias muy diversas: existenciales, fenomenológicas, axiológicas y un personalismo tomista. La primera tendencia está representada en Francia por G, Marcel y N. Berdiaev, que pertenecen a la posición existencialista; por M. Nédoncelle, que ha sido considerado como el metafísico del personalismo y que afirma la realidad personal a través de la reciprocidad de las conciencias.

Sin embargo, el personalismo espiritualista cristiano, en Francia, tuvo su principal representante en E. Mounier y en el movimiento en torno a la revista «Espritú que él creó. Su programa de acción, iniciado en los anos 30, era el de «una revolución personalista y comunitaria". Para Mounier, la persona es una realidad espiritual inmersa en la naturaleza, pero trascendente a la misma. La persona no es solamente la conciencia que el sujeto tiene de sí mismo, sino que requiere el recogimiento y la comunión. La función de su personalismo revolucionario consistía en disociar el espiritualismo de las posiciones reaccionarias y del individualismo burgués, para volver a un sano realismo, rehabilitar la dimensión comunitaria y conducir al compromiso social.

En el ámbito tomista, el principal representante del personalismo fue J. Maritain: sin embargo, la persona no es el punto de partida de su análisis ni la categoría fundamental de su filosofía. La persona tiene su fundamento en el ámbito más amplio de una metafísica del ser. Actualmente, el pensamiento de K. Wojtyla, de planteamiento fenomenológico, puede considerarse dentro del personalismo tomista.

En el área de la tradición judeo-cristiana, algunos filósofos y teólogos (M. Buber, F Ebner, F Rosenzweig, y más recientemente J Heinrichs y J. Slett) han desarrollado un personalismo dialógico, que destaca la relación «yo-tú" la categoría del encuentro, el valor del lenguaje. En la teología católica contemporánea ha tenido lugar una apertura al planteamiento personalista a través de la obra de K. Rahner U. von Balthasar y otros; sin embargo, todavía quedan muchos temas que profundizar y desarrollar.

E C Rava

Bibl.: A. Rigobello, Personalismo, en DTI, 111, 793-799; C, Díaz, Personalismo, en DFC, 379-380; C, Díaz - M. Maceiras, Introducción al personalismo actual, Madrid 1975; J, Domenach, Dimensiones del personalismo, Nova Terra, Barcelona 1969; J, Lacroix, El personalismo como anti-ideologia, Madrid 1973; M. Buber, Yo-tú, Buenos Aires 1977; E. Mounier, Obras completas, Sígueme, Salamanca 1988-1992.